Selecciona una palabra y presiona la tecla d para obtener su definición.
Indice Siguiente


Abajo

Primero es la honra

Agustín Moreto



PERSONAJES
 

 
EL REY DE SICILIA.
FEDERICO.
EL MARQUÉS.
EL ALMIRANTE,   viejo.
LA REINA.
PORCIA.
LAURA,   criada, graciosa.
TORREZNO,   criado, gracioso.
CELIA,    criada.
CLAVELA,   criada.
FENISA,   criada.
Damas.
Criados.
Músicos.
 

La escena es en Palermo.

 




ArribaAbajoJornada I

 

Calle. Noche.

 

Escena I

 

El REY, el MARQUÉS, MÚSICOS.

 
REY
Marqués, ya estáis enfadoso;
quien me viene a acompañar,
no me viene a aconsejar.
MARQUÉS
Sin ser, Señor, sospechoso
puedes lograr tu deseo; 5
que no le está bien a un rey,
que es custodia de la ley,
publicar un galanteo
de una hija de un almirante,
a quien Sicilia pregona 10
que, debe más tu corona
que el cielo al nombre de Atlante.
Y este recato, Señor,
que mi advertencia te mueve,
más a la Reina se debe 15
que al respeto de su honor,
pues siendo en la sucesión
de Nápoles heredera,
por ella Sicilia espera
destos dos reinos la unión; 20
y cuando acuerdo tan sabio
no se deba a esta ventura,
te merece su hermosura
el recato del agravio.
REY
Sólo por eso lo siento; 25
pero es tal mi ceguedad,
que arrastra mi voluntad
a todo mi entendimiento.
Ya veo la estimación
que debo a mi esposa bella; 30
mas ¿he de dejar por ella
abrasar mi corazón?
Ya veo que al Almirante
debo conforme amistad,
amor, fineza y lealtad, 35
siendo en mi reino el Atlante;
mas si Porcia es mi homicida,
¿cómo quieres que en sus ojos
prefiera yo sus enojos
al peligro de mi vida? 40
Mil noches aquí he venido
a verla osado y resuelto,
y sin conseguirlo, he vuelto
desesperado y corrido;
y así, estoy determinado 45
a que pasees la calle
con la música, por dalle
ocasión a su cuidado.
Aquí retirarme intento;
cantad sin hacer reparos; 50
que si ella sale a escucharos
con verla estaré contento.
MARQUÉS
Si ya estás determinado,
no te quiero replicar.
REY
Pasando podéis cantar, 55
mientras yo estoy retirado.
MÚSICOS
Salid, hermosos luceros,
que de las luces del alba
tenéis las veces en Porcia,
cuando nace en sus; ventanas. 60


Escena II

 

FEDERICO y TORREZNO, con espadas y broquetes. Dichos.

 
TORREZNO
¿Musiquita en nuestra calle,
señor?
FEDERICO
Algo me ha inquietado,
aunque es vano mi cuidado;
porque ¿quién puede estorballe
a la ociosa juventud 65
de la corte este ejercicio,
que con señales de vicio,
suele a veces ser virtud?
TORREZNO
Si esto es virtud y agasajo,
y a tu dama se le aplica, 70
será una virtud que pica.
FEDERICO
¿Cuál es esa?
TORREZNO
La del ajo.
FEDERICO
¿Quién quieres que a Porcia bella
mire, siendo yo su amante,
y mi tío el Almirante 75
quiere casarme con ella?
TORREZNO
Conozcámoslos muy bien;
ven, que así te satisfaces.
FEDERICO
Tente, Torrezno; ¿qué haces?
TORREZNO
Echar mano a la sartén. 80
MARQUÉS

 (Al REY.) 

Señor, allí se han parado
a oír.
REY
¿Qué importa? Cantad,
y la calle pasead
sin recelo y sin cuidado.
MÚSICOS
El sol de los bellos ojos 85
de la noche a la mañana
sopla la luz del que ausente,
vencido de Porcia falta.
FEDERICO
¿Qué escucho?
TORREZNO
¡Oh músico astuto!
Embistamos.
FEDERICO
¡Ay de mí!
90
TORREZNO
Quien de Porcia cantó aquí
ha mentido, si no es Bruto.
FEDERICO
¿Quién va?
TORREZNO
Venga quien viniere;
¿agora estás preguntando,
cuando estoy yo reventando? 95
Caballero, sea quien fuere...
MARQUÉS
Cantad.
TORREZNO
Tú lo cantarás;
y tú abrirás un garguero,
que te cante por enero
como gato.
MARQUÉS
Cantad más.
100
MÚSICOS
Fénix del sol es la muerte,
pues le logra la distancia.
FEDERICO
A tan soberbia arrogancia
se castiga desta suerte.
 

(Sacan las espadas.)

 
REY
Morirán, viven los cielos, 105
pues sacaron las espadas.
 

(Éntranse todos por un lado, riñendo, y salen por otro.)

 


Escena III

 

Calle. Zaguán de la casa del ALMIRANTE.

 
 

El ALMIRANTE, criados, con luces. Dichos.

 
TORREZNO
A ellos, Señor, estocadas
como quien hace buñuelos.
ALMIRANTE

 (Dentro.) 

Luces criados. ¿Aquí
espadas?
TORREZNO
Ea, gallinas.
110
MARQUÉS
Ah Señor, ¿qué determinas?
que sacan luz.
REY
Ven tras mí.
 

(Vase con el MARQUÉS y los MÚSICOS, y al pasar por delante del zaguán, salen los criados con hachas encendidas.)

 
ALMIRANTE

 (Al salir.) 

¿Quién va? Tened las espadas.
FEDERICO

 (Aparte.) 

¡El Rey fue, cielo divino!
ALMIRANTE
Pues Federico, sobrino, 115
¿a mi puerta cuchilladas?
Entra adentro.
FEDERICO

 (Aparte a TORREZNO.) 

¡Ah amor tirano!
De la luz al resplandor
conocí al Rey.
TORREZNO
Yo al olor,
porque olía a franchipano. 120
 

(Entran por una puerta, y salen por otra.)

 


Escena IV

 

Habitación en la casa del ALMIRANTE.

 
 

El ALMIRANTE, criados; FEDERICO, TORREZNO.

 
ALMIRANTE

 (A los criados, que se retiran.) 

Retiráos. Di lo que pasa,
Federico; ¿qué has tenido?
FEDERICO
Señor, algún atrevido,
que al decoro desta casa
perdiendo estaba el respeto. 125
ALMIRANTE
¿Cómo?
FEDERICO
Dando a sus balcones
música en necias canciones.
ALMIRANTE
Tú hiciste necio conecto,
porque esta casa por ley,
siendo la de un almirante, 130
en decoro, semejante
es al palacio del Rey;
y el que lo mira discreto,
más que un exceso ha de hallar
antes que llegue a pensar 135
que la pierden el respeto.
Pensarlo es juicio liviano,
porque canten a un balcón;
que no ofende la intención
donde no puede la mano. 140
En otra casa no ignoro
que ofensa el cantar sería,
no, Federico, en la mía,
guardada de mi decoro;
que quien porque eso ha sentido 145
forma en su casa querella,
presume que hay riesgo en ella
por donde ser ofendido.
Mira tú, el respeto dando
a mi casa que se debe, 150
si eres tú quien se te atreva
o los que estaban cantando.
TORREZNO
Buena dotrina, por Dios,
con lo que cantando estaban.
ALMIRANTE
Pues ¿qué era lo que cantaban? 155
TORREZNO
Uno a uno, y dos a dos.
ALMIRANTE
¿Qué decía?
TORREZNO
Linda quimera,
y a Porcia.
ALMIRANTE
¿A Porcia señalas?
TORREZNO
Sí, Señor, y en coplas malas;
que malo a ser buenas, fuera; 160
y hacer a tina dama bella
un galán, lleno de amor,
malas coplas, es peor
que torear mal por ella.
FEDERICO
No soy yo tan desatento, 165
que errar pude esa atención.
TORREZNO
Digo que tuvo razón;
que es esto ya atrevimiento.
ALMIRANTE
Federico, aun siendo así,
no has hecho bien, si el castigo 170
malograste; entra conmigo.
Pero Porcia viene aquí.


Escena V

 

PORCIA, LAURA. El ALMIRANTE, FEDERICO, TORREZNO.

 
PORCIA
Padre y señor, con cuidado
me ha tenido aquel rumor;
mas ¡qué miro! ¿sin color 175
Federico, y tan turbado?
FEDERICO

 (Aparte.) 

Ya no miro como amante
a Porcia en tantos recelos;
agora siento mis celos,
que está la causa delante. 180
PORCIA
Señor, ¿qué rumor ha habido
aquí esta noche?
ALMIRANTE
Hija mía,
alguna necia porfía
de mis criados ha sido;
para tu cuidado es nada, 185
pues saber te importa más
que mañana quedarás
con Federico casada.
PORCIA
Pues, Señor, ¿cómo?
ALMIRANTE
En ti es ley
obedecer y callar 190
y en mí el irlo a efectuar,
pidiendo licencia al Rey.

  (Vase.) 



Escena VI

 

PORCIA, LAURA, FEDERICO, TORREZNO.

 
LAURA
Señora, albricias te pido.
PORCIA
Laura, tendrás las mejores,
pues por dártelas mayores 195
se las pido a Federico.
FEDERICO
¡Ay de mí!
PORCIA
¿Cómo, Señor?
Primo, pues ¿tú suspirando,
cuando yo estoy esperando
parabienes de tu amor? 200
TORREZNO

 (Aparte.) 

Esto es como la casada,
que viéndole con desdén,
pidió al novio el parabién
y era que estaba preñada.
PORCIA
Pues ¿qué es esto, Federico? 205
¿Tú enmudeces, cuando loca
tan justo placer me tiene?
¿Tú suspenso?
TORREZNO
Sí, Señora,
suspenso e irregular.
PORCIA
¿Irregular? ¿de qué forma? 210
TORREZNO
Porque ha andado a cuchilladas,
con un hombre de corona.
PORCIA
¿Qué ha sido esto, Federico?
FEDERICO
Pluguiera a los cielos, Porcia,
que yo hubiera enmudecido 215
antes que tan dolorosas
voces y quejas saliesen
del corazón a la boca.
Porcia, mi amor acabó,
y su llama abrasadora, 220
o la apagó helado soplo,
o se consumió a sí propia.
Que se apagó dije; miento,
que antes ya más poderosa
crece en mí para tormento 225
la que ardió para lisonja.
El efecto solamente
te he dicho de mi congoja,
no la causa, que ella misma
da a entender que no la ignoras: 230
porque el Rey, Porcia, en tu calle
con música escandalosa,
que en sus canciones tu nombre
por más fineza pregona,
no viniera ni intentara 235
escándalos tan a costa
de tu fama, a no tener
favores que le ocasionan.
Amante que se publica
sus posesiones blasona; 240
que el que en desprecios pretende,
con el recato soborna.
Tú, Porcia, tú y tus favores
le llaman y le provocan;
tu letra es; mas no presumas 245
que es esto queja, Señora,
que yo no puedo tenerla
sino de mi suerte corta,
pues tú aciertas tu fortuna,
aunque yerras la victoria. 250
Porque aunque sea en desprecio
del amor que me apasiona,
negar no puedo que ha sido
cuerda elección, y aun forzosa,
dejar la rústica flor 255
por el clavel, que corona
de olorosas majestades
la púrpura de sus hojas.
El clavel, Porcia, es el Rey,
yo la flor humilde y tosca, 260
que solo nació a ser una
entre el vulgo de las otras.
En él brinda a que le elijan
aquella encendida pompa,
que en ámbares carmesíes 265
vierte el carmín que le adorno.
A mí me humilla un matiz
tan pálido, que aun no cobra
mas color con la vergüenza
de ver que por él me arrojan. 270
La mejor tu mano elige,
mi estrella pierde por poca,
el Rey te gana por grande,
y tú quedas más dichosa.
Lógrale pues, y a mi tío 275
propón tú la causa ahora
que más conveniente sea
para excusar nuestras bodas.
Pues dándote la palabra
de que mi labio no rompa 280
las cláusulas del silencio,
que a tan grave caso importa,
yo vendré en cuanto dijeres,
aunque me culpes, Señora,
añadiendo esta fineza 285
para remate de todas,
que aunque no sea agradecida,
poco, entre tantos, importa
que esta por última siga
la desdicha de las otras. 290
Solo siento que en mi pena
no merece a mi congoja
tu desagradecimiento
el tierno llanto que llora.
No te debo este dolor; 295
pero aunque así lo conozca,
sin darte queja de ingrata
de falsa ni de alevoso,
solo iré a llorar mi suerte.
Vierta pues la ardiente copia 300
de lágrimas y suspiros
que ya en el pecho me ahogan:
que aunque más que a ti, los debo
a tan mal gastadas horas,
yo los daré al mar y al viento; 305
cóbrelos el que le toca.

 (Hace que se va.)  

PORCIA
Federico, aguarda, espera.

  (Aparte. 

¡Ay cielos! cuán a mi costa
me ha salido la fineza
de haber callado hasta ahora 310
El amor del Rey, pues dél
me resulta una deshonra.)
Vuelve, Federico, escucha.
FEDERICO
¿Qué es lo que me quieres, Porcia?
TORREZNO
Antes no te quiere nada; 315
que ese es el pleito.
PORCIA
¿Qué sombras,
qué ilusiones, qué apariencias
son estas que te apasionan?
FEDERICO
La sombra, Porcia, es mi amor,
la apariencia fue su gloria; 320
que estar el Rey en la calle
no fue apariencia ni sombra.
PORCIA
¿Qué rey, Señor?
TORREZNO
El de espadas;
que pensó venir de copas,
y sobre mí puso bastos. 325
LAURA
¿El Rey sobre ti?
TORREZNO
En persona.
LAURA
¿Tú viste al Rey?
TORREZNO
Y al caballo;
y si sales tú, a la sota,
y había una tercia real.
PORCIA
Federico, quien te enoja 330
puede ser que sea tu antojo,
tu aprensión o tu memoria;
porque ni yo sé del Rey,
ni si ciego me enamora,
ni si músicas me ha dado; 335
que mi atención está sola
en tu amor, a quien el alma
ha tantos años que adora
como amante y como dueño,
y con suerte tan dichosa, 340
que es de mi amante precepto
lo que es del alma lisonja.
FEDERICO
Eso sí, niégalo todo;
claro está que tú lo ignoras:
porque un Rey enamorado, 345
y que la calle te ronda,
y que tu nombre publica
en canciones amorosas,
no es para que tú lo sepas,
ni es posible que lo oigas, 350
cantándolo a tus balcones.
¡Viven los cielos, Señora,
que harás que me desespere,
si pretendéis, cautelosa,
que en una traición tan clara 355
piense yo que tú la ignoras!
PORCIA
¿Qué quiere decir traición?
Señor, el labio reporta,
que echas a perder la queja
si en el decoro me tocas. 360
FEDERICO
Pues ¿no es traición el negarlo?
Quien niega una queja toda,
supone que en lo que niega
hay delito que le toca.
PORCIA
Y cuando yo lo supiera, 365
¿es consecuencia forzosa,
que porque el Rey me festeje,
mi pecho le corresponda?
¿No pudiera ser saberlo,
y callarlo quien te adora; 370
siendo fineza, y no culpa,
excusarte una zozobra?
¿Ha habido mujer alguna
que por ser atenta, loca
a quien quiere bien le diga 375
que otro galán la enamora?
Es buena satisfacción
he quererle el darle, a costa
del dolor de verte triste,
a su amante una congoja? 380
¿No puedo ser yo quien soy,
sin que tú el riesgo conozcas?
¿He menester yo tu pena
para defender mi honra?
Y cuando nada en mi abono 385
mi decoro aquí suponga,
y a mí me quieras, hacer
mujer común como todas,
cuanto puedes pensar es
que admito al Rey, y engañosa 390
quiero casarme contigo,
para encubrir mi deshonra.
¿Puedes pensar más de mí?
Pues mira si esto conforma
con darme música el Rey 395
y hacerme infamia notoria.
¿Puedo ser tan necia yo,
cuando a engañarte me ponga,
que un escándalo permita,
que mi liviandad pregona? 400
No, Federico, no cabe;
que no es mi razón tan poca
que has de suponerme necia,
ya que libre me supongas,
y pues no puede ser eso, 405
y el mismo indicio te informa
que implica con tu sospecha,
véte, Federico, ahora,
y advierte que si en tu vida
mirarme a los ojos osas, 410
has de hallar del basilisco
en su vista la ponzoña.

 (Hace que se va.)  

FEDERICO
Señora, Porcia, mi dueño,
escucha, espera; que tomas
de un delito, que es fineza, 415
la venganza muy costosa.
Aguarda.
PORCIA
¿Qué he de aguardar?
TORREZNO
¿Ven aquí ustedes? Erróla,
y ahora la pide trocada,
FEDERICO
Si hallo un rey que te enamora, 420
si a mí en méritos me falta
lo que a él en poder le sobra...
PORCIA
¿Qué es que me enamora un rey?
Pues eso, Señor, ¿qué importa,
para pensar tú de mí 425
que, habiendo de ser tu esposa,
puedo yo corresponderle?
Porque él me, quiera, ¿es forzosa
la liviandad en mi pecho,
y en su empeño la victoria? 430
¿Mi albedrío está en su intento?
O yo puedo por mí sola
obrar bien y mal, o no:
si puedo, es sentencia loca
dar por hecho en mí el delito 435
sólo porque él me enamora;
si no puedo y se gobierna
mi voluntad por la otra,
no soy yo quien te comete.
Quéjate de quien te enoja. 440
FEDERICO
Ya veo, Porcia, que erré;
mi desconfianza propia
es tanta como mi amor;
yerro fue della, perdona.
PORCIA
Luego estás ya de mi amor 445
satisfecho?
TORREZNO
Sí, señora,
satisfecho, mas no harto.
FEDERICO
La razón es poderosa.
PORCIA
Ah, sí. ¿que fue la razón
quien te ha vencido? Bien doras 450
el yerro de la sospecha;
pues ¿no fuera más airosa
fineza que tú le dieras
a mi fe aquesta victoria
que a la razón, Federico? 455
FEDERICO
Siendo ella tuya, ¿qué importa?
PORCIA
Pues pídele a la razón
que te favorezca ahora.
TORREZNO
Ea, fulleros de amor,
que os dais con la retirona, 460
si esto ha de parar en bien,
para qué son carantoñas?
Dáos las manos, porque acabe
esta cena en pepitoria.
Ea, Señora...
PORCIA
No quiero.
465
TORREZNO
Ese es cabe, golpe en bola.
FEDERICO
¿Que no queréis, Porcia?
PORCIA
No.
FEDERICO
¡Cómo en el rendido corta
la espada!
PORCIA
Si eso confiesas,
los brazos y el alma toma. 470

 (Abrázale.) 

FEDERICO
En ellos te doy la mía.
TORREZNO
Aquí paz, y después olla.
FEDERICO
Porcia, a asistir a mi tío
voy a palacio.
PORCIA
¡Qué corta
es la vida del contento! 475
FEDERICO
¿Quejaste?
PORCIA
No; que es forzosa
obligación.
FEDERICO
Pues licencia
te pido.
PORCIA
Tú te la toma;
basta que yo ponga el cuello
sin el cuchillo.
FEDERICO
¿Te enojas?
480
PORCIA
Sentimiento hay sin enojo.
FEDERICO
Presto, volveré, Señora.
PORCIA
¿Vas sin susto?
FEDERICO
Voy temiendo...
PORCIA
¿A quién?
FEDERICO
A un rey que te adora.
PORCIA
Eso es no fiar de mí. 485
FEDERICO
Su poder es quien me asombra.
PORCIA
Pues ¿qué puede?
FEDERICO
Ser tirano.
PORCIA
Conmigo no puede.
FEDERICO
¡Ay Porcia!
PORCIA
¿No has creído que soy tuya?
FEDERICO
Pues ¿de qué vivo yo ahora? 490
PORCIA
Véte pues.
FEDERICO
De amor voy cierto.

 (Vase.)  

PORCIA
Lo demás a mí me toca.

 (Vase.)  



Escena VII

 

LAURA, TORREZNO.

 
TORREZNO
¡Lindo par de huevos frescos!
¿Qué digo, señora hermosa?
LAURA
Laura me llaman.
TORREZNO
Ya sé
495
que eres Laura la inventora,
y sé que eres alcarreña,
y sé que eres socarrona.
LAURA
Mucho sabes.
TORREZNO
Soy Torrezno.
LAURA
Y en fin, ¿qué quieres ahora? 500
TORREZNO
Ser tuyo.
LAURA
Y ¿qué me darás?
TORREZNO
Concierto ante todas cosas.
En seis años un vestido:
por pascua un jubón, la ropa
otra Pascua, la basquiña 505
otra, el guardapiés en otra;
otra el calzado, otra el manto,
para que las tape todas.
LAURA
Pues ¿no es mejor todo junto?
TORREZNO
Guarda; que las hembras todas, 510
en pescándole a uno cuanto
puede dar, dicen a roga.
LAURA
¡Ay, que seré yo tu esclava
si me das vestido!
TORREZNO
¡Ay boba!
Que he leído yo a Quevedo, 515
y sé que las socarronas
son como el perro.
LAURA
Pues ¿qué
tiene el perro?
TORREZNO
Punto en boca.
Un perro junto a una mesa
con vista está tan devota, 520
que le cuenta los bocados
a su amo y si le arroja
un bocado, se le engulle
sin mascar, y luego torna
a su atención de hito en hito. 525
Échale otro, y de la forma
se le traga que el primero,
y vuelve luego a la nota;
que dándole poco a poco
se está la comida toda 530
sin faltar de allí un instante.
Mas si el amo está de gorja
y le arroja un panecillo,
entre los dientes le toma,
y dando un brinco, se zafa, 535
y en todo el día no torna:
Verbi gracia...
LAURA
Hermano mío,
quien tanto sabe, a Bolonia.
TORREZNO
Entre bobos anda el juego.
LAURA
Anda, chulo.
TORREZNO
Anda, peonza.
540
 

(Vanse.)

 


Escena VIII

 

Sala del palacio.

 
 

La REINA, el ALMIRANTE, MÚSICOS.

 
MÚSICOS
Así Vireno culpa
la desgraciada Olimpa,
cantando sus finezas,
llorando sus desdichas.

 (Vanse los MÚSICOS a una seña de la REINA.) 

ALMIRANTE
Señora, vuestra alteza 545
de su pasión reprima
la pena, y no la esfuerce
su injusta tiranía.
REINA
¡Ay Almirante! ¡ay padre!
Que ya la pena mía, 550
como de padre, en vos
su alivio solicita
ya rompe en mi silencio
el coto de la orilla,
el mar de mi congoja 555
donde el alma peligra.
De Nápoles princesa,
a reina de Sicilia
me trajo vuestra mano,
mas la elección fue mía; 560
que cuando por alivio
os busco en mis fatigas,
no os quiero hacer la causa
de lo que en mí es desdicha.
Logré alegre en mi esposo 565
las primeras caricias,
mas como de quien eran
duró en mí la alegría;
que de los desdichados
se deja hallar la dicha, 570
y viene más colmada
por matar más perdida.
Desde aquellas finezas,
que acaso eran fingidas,
espero las segundas 575
y aun menos mal sería
vivir con esperanza;
que su entereza esquiva,
por si este era consuelo,
también ya me la quita. 580
Del Aries a los Peces
su curso el sol termina,
sin que yo al dulce lecho
le mereciese un día.
Cuando estoy a sus ojos 585
me agravia con la vista,
pues para más tormento
me ven y no me miran.
Si quiero hablar quejosa,
lo advierte y se retira, 590
y aun antes de escucharla
la queja me castiga.
Si lloro, más le ofendo,
si callo, no se obliga,
ni el tolerar merece, 595
ni el padecer lastima.
Ni aun me vale el retiro,
pues cuando dél me libra,
le veo en mi memoria
con la dureza misma. 600
Llorando el sol me deje,
y el alba al sol imita,
la aurora me consuela,
que me hace compañía.
Ni ve día ni noche 605
mi amor con luz distinta;
que en mí son siempre iguales
las noches y los días.
Dese jardín las plantas
amanecen floridas, 610
y a puro llanto mío,
anochecen marchitas.
Mirando en mis pesares
valor que los resista,
cansada de la queja, 615
me quejo de la vida.
No os pido yo, Almirante,
remedio a mi desdicha;
que sé que no ha de darle
mi estrella vengativa. 620
A que veáis que tengo
razón mi pena aspira
¡triste del pecho a quien
tan poco bien te alivia!
ALMIRANTE
Aseguro, Señora, 625
que al oír vuestra queja,
vuestro dolor me deja
tan ofendido agora,
que al buscar el remedio,
aunque muera por vos, no temo el medio. 630
Y por mí mismo os digo,
pues me toca el agravio,
que no atará mi labio
el temor del castigo;
que ya violencias vanas 635
no amenazan peligro en estas canas.
Vuestra alteza su llanto
reprima, gran señora;
no pierda lo que llora
quien ha sufrido tanto; 640
que es mozo el Rey, y ha errado
inadvertido o mal aconsejado
REINA
Pues ¿qué enmienda habrá agora,
si es amor, por más pena,
quien de mí le enajena? 645
ALMIRANTE
¿Sabéislo vos, Señora?
REINA
Eso es lo que yo lloro.
ALMIRANTE
Y ¿sabéis vos a quién?
REINA
La causa ignoro.

  (Aparte. 

Mayor hiciera el daño 650
si le dijese agora
que es Porcia a quien adora;
mas puede ser engaño,
y mal averiguada,
no es para mí una queja tan pesada.) 655
ALMIRANTE
Pues válgaos la esperanza,
Señora, del consuelo,
cuando a mí deste duelo
tanta parte me alcanza,
que todo medio tiene. 660
REINA
Ningún alivio a mi dolor conviene;
sólo uno lo sería,
que vos me habéis negado:
a Porcia he deseado
ver.
ALMIRANTE
No pasará el día
665
sin que la mano os bese:
y hoy, porque más venturas interese,
casarla he prometido;
y la ocasión convida
a que licencia os pida 670
cuando al Rey se la pido.
REINA

 (Aparte. 

¡Qué es lo que escucho, cielos!
Ocasión tengo de saber mis celos.)
Yo me alegro, Almirante,
que la tengáis casada, 675
que de bien empleada
es indicio bastante;
pero la diligencia
me ceded de pedir al Rey licencia.
ALMIRANTE
Es colmarme de honores. 680
Mas el Rey... Aquí espero
a hablarle.
REINA
Yo no quiero
aumentar mis temores.
ALMIRANTE
Pues ¿cómo autor se aleja?
REINA
Es por no dar más causas a la queja. 685

 (Vase.)  



Escena IX

 

El REY. El MARQUÉS. El ALMIRANTE.

 
REY
Marqués, esto no es posible;
que es sólo amor mi deseo,
porque ardor tan imposible
como el que en mi pecho veo,
sin duda es mal más terrible. 690
MARQUÉS

 (Aparte al REY.) 

Disimula tu dolor,
Señor, porque está delante
el Almirante.
REY
¡Ay amor!
Yo estoy rendido a su ardor,
y no es posible. ¿Almirante? 695
ALMIRANTE
Gran señor.
REY
Hoy he sabido
una nueva, que me ha dado
cuidado.
ALMIRANTE
Pues ¿de qué ha sido?
REY
Que el pueblo se ha levantado
en Mecina.
ALMIRANTE
Ya he tenido
700
yo el aviso, gran Señor,
y el remedio se previene;
mas no asustó mi valor,
porque otro riesgo hay mayor,
que vuestra corona tiene. 705
REY
¿Riesgo? ¿qué decís? Hablad.
ALMIRANTE
Y grave.
REY
De declararos
con más presteza acabad.
ALMIRANTE
Solo, Señor, he de hablaros.
REY
¿Marqués?
MARQUÉS
Señor.
REY
Despejad.
710
 

(Vase el MARQUÉS.)

 


Escena X

 

El REY, el ALMIRANTE.

 
REY
Decid.
ALMIRANTE
Si se le ha de dar
su lugar a la razón,
vos no podéis ignorar
que el mayor riesgo es faltar
un rey a su obligación. 715
Vos, Señor, se la tenéis
de la Reina a la persona.
Tanto, que bien conocéis
que a su mano le debéis
la quietud de la corona. 720
Nápoles, que pretensión
a aqueste reino tenía,
os la cedió por su unión,
dejando en la sucesión
unida esta monarquía. 725
Y debiendo tanto amor
a la Reina y su decoro,
vos divertido, Señor...;
mas yo supondré el error,
advertid que no lo ignoro. 730
Y aunque a mi oído llegó,
notad que no os le repito,
que un vasallo, aun como yo,
nunca a su rey repitió
sin libertad un delito. 735
Si sabe esta sinrazón
Nápoles, y osados vienen,
¿qué hará su resolución,
si al derecho que ellos tienen
le añadís esta razón? 740
Y cuando este riesgo quiera
despreciar vuestro valor,
¿Sicilia no os reprimiera
por el amor con que espera
de vos digno sucesor? 745
Y si empeño tan forzoso
no os mueve, que es desventura,
¿como olvidáis, riguroso,
la deuda de su hermosura
y la obligación de esposo? 750
Si este yerro a cometelle
os ha obligado el tener
otro gusto, al poseelle,
¿dejaréis vos de tenelle
por no dárselo a entender? 755
Si os ofende mi osadía,
mi cabeza a vuestra diestra
ofrezco con alegría;
pero sabed que en la mía
cortáis mucho de la vuestra. 760
REY

 (Aparte. 

Con temor le he estado oyendo,
porque ya tuve creído.
Que, como mi mal, supiera
la causa de mi martirio.)
Almirante, ya que vos 765
sabéis este yerro mío,
osquiero dar el descargo
como a juez de mi delito;
esto es por satisfaceros,
porque tengáis entendido 770
que os respondo como a padre
y os escuché como amigo.
Yo me casé enamorado
de una beldad, cuyo hechizo,
para disculparlo todo, 775
me dejó sin albedrío.
Bien sabéis vos que al casarme
lo resistí, y que vos mismo,
por conveniencia del reino,
me llevasteis al peligro. 780
Yo hallé en mi esposa las prendas
que vos veis y yo publico;
que la razón arrastrada
no quita el uso al sentido.
Mas aunque así lo conozco, 785
cada instante que imagino
que es la nube que me estorba
el sol cuyos rayos sigo,
es para mi pecho un áspid,
a la vista un basilisco; 790
y como si fuera cierto,
huyo en ella mi peligro.
Reconociendo mi error.
Varios remedios me aplico;
procuro olvidar la causa, 795
y es el daño a quien olvido;
que es el olvido cobarde,
y como huye de mi alivio,
le hallo más lejos de mí
cuanto más hacia él camino. 800
Almirante, yo no hallo
remedio a los males míos,
sino es morir, porque veo
que un imposible conquisto.
Yo estoy sin mí, yo no mando 805
mi razón, yo no la rijo;
poder superior me arrastra,
sin ser dueño de mí mismo.
Yo perdí el entendimiento,
y a mi voluntad me rindo; 810
y mirad si estoy sin mí,
pues esto a vos os he dicho.
ALMIRANTE
¡Válgame el cielo! ¿Es posible,
Señor, que os hayáis rendido
a una pasión que tan poco 815
os debisteis al principio?
Pues tantos riesgos...
REY
¿Qué riesgos?
¿Es alguno más que el mío?
¿Puede cuidar del ajeno
quien muere de su peligro? 820
Almirante, esta pasión
no es pasión, sino delirio;
yo me muero, yo me abraso,
esto es fuerza del destino;
yo pierdo...
ALMIRANTE
Señor, templáos;
825
¿vos descompuesto? El delito
no es el mal, sino el remedio
mal aplicado al peligro.
Ya el delito os aconsejo:
que de dos males precisos, 830
el menor. ¿Quién es la causa?
REY
No puedo, pues no os lo digo.

  (Aparte. 

¡Ay Porcia! Yo he estado loco,
pues así me precipito.)
Almirante, aquesta llama 835
tiene diferentes visos
cada instante; yo estoy ciego,
y más reportado, os digo
que procuraré vencerme
por vos y lo que os estimo, 840
y no hablemos más en esto.

  (Aparte. 

Precipitarme he temido.)
ALMIRANTE

 (Aparte. 

¿Qué enigmas pueden ser estas?
¡Válgame el cielo divino!)
La Reina viene, Señor. 845
REY
Pues yo de aquí me retiro.
ALMIRANTE
Mirad que viene mi hija,
y su alteza ha de pediros
una merced para ella.
REY

 (Aparte.) 

No he de poder encubrirlo. 850


Escena XI

 

La REINA, PORCIA, FEDERICO, TORREZNO, damas. Dichos.

 
REINA

 (Aparte. 

A averiguar voy mis celos
temiendo lo que averiguo.)
Señor, para agradecer
a Porcia el haber venido
a verme, os vengo a pedir 855
una merced.
REY
Justa ha sido.
REINA

 (Aparte.) 

De ella no aparta los ojos;
ya di un paso en el indicio.
FEDERICO

 (Aparte a TORREZNO.) 

¿Mira el Rey a Porcia?
TORREZNO
Al sesgo;
mas parece de hito en hito 860
gato que acecha ratón.
REY
Y ¿cuál la merced ha sido?
REINA
Licencia para casarla
con Federico, su primo.
REY

 (Aparte. 

¡Qué es lo que he escuchado, cielos!) 865
¿Con quién decís?
ALMIRANTE
Mi sobrino.

 (Aparte. 

Parece que el Rey lo extraña.)
REINA

 (Aparte.) 

Todo el color ha perdido;
ya hay otro testigo más.
FEDERICO

 (Aparte a TORREZNO.) 

Mi vida en su boca miro. 870
TORREZNO
Si, ya te tiene entre dientes.
ALMIRANTE
Yo Señor, también os pido
esta merced.
REY

 (Aparte. 

¡Sin mí estoy!
Ya es sin remedio el peligro.)
Y ¿con quién quieres casarla? 875
ALMIRANTE
Pues ya, Señor, ¿no os he dicho
que con mi sobrino?
REY

 (Aparte. 

¡Ay, cielos!)
Pues ¿quién es vuestro sobrino?

  (Aparte. 

¡Notable empeño!)
FEDERICO
Yo soy.
ALMIRANTE
Mi sobrino es Federico, 880
que el ser hijo de mi hermano
le hace desta dicha digno!
TORREZNO

 (Aparte a FEDERICO.) 

Mira si estás en su boca,
pues tragarte no ha podido.
PORCIA

 (Aparte.) 

¡Cielos, temiendo que el Rey 885
haga empeño de impedirlo,
estoy temblando a sus ojos!
REINA
Yo esta merced os suplico.
REY
No la puedo yo negar;
pero tengo a Federico 890
empeñado en otra empresa,
y al Almirante, su tío,
más digna de su valor;
y no querrán ellos mismos
que, teniendo alborotado 895
mi reino, y siendo preciso
su brazo para este empeño,
falte a esta empresa su brío.
Ni yo quiero que este riesgo
turbe el justo regocijo 900
que se debe a tales bodas.
Almirante, Federico,
Mecina se ha levantado,
y de vuestro valor fío
el sosiego de aquel reino; 905
tratad luego de partiros.
Sus bodas después, Señora,
se harán sin este peligro,
que por ahora las dilata.
FEDERICO
Y mi espada irá a serviros. 910
Que es en mí el primer empeño.
ALMIRANTE
Y yo la merced estimo
tanto, que desde palacio
tomaré luego el camino.

  (Aparte. 

Mas será con un temor 915
de dejar acá un peligro,
que del Rey veo en los ojos.)
REINA
Señor, pues tan justa ha sido
la dilación de las bodas,
para después os admito 920
la licencia, que agradezco.

  (Aparte. 

Ya mi desengaño he visto.)
Ven, Porcia.
 

(Vase con las damas.)

 
PORCIA
¡Yo voy sin alma!
REY
Por vos, Señora, he sentido
la ocasión de dilatarlo. 925
PORCIA
Yo, Señor, sin albedrío
estoy para esos efectos.
REY
Decoro es vuestro; mas digo...

  (Aparte. 

¡Cielos, que no me reporte
la majestad ni el peligro!) 930
PORCIA
Guarde el cielo a vuestra alteza.

 (Vase.) 

REY

 (Aparte.) 

¿Para qué, si no es contigo?

 (Vase.) 



Escena XII

 

El ALMIRANTE, FEDERICO, TORREZNO.

 
ALMIRANTE
Federico, a partir luego.
FEDERICO

 (Aparte.) 

¡Cielos, sin alma respiro!
ALMIRANTE
Vamos pues; ¿qué te suspende? 935
FEDERICO
Señor, el Rey...
ALMIRANTE
¿Qué has temido?
FEDERICO
Que de Porcia...
ALMIRANTE
¿Qué, qué dices?
Cierra el labio, Federico.
FEDERICO
Yo pienso...
ALMIRANTE
No pienses nada.
Y si piensas atrevido, 940
piensa que Porcia es mi hija;
que lo demás es delirio.

 (Vase.) 

FEDERICO
Válgame el riesgo a que voy.
TORREZNO
Este rey está muy fino.



Indice Siguiente