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Confieso que he vacilado mucho sobre la forma de intitular este capítulo. En la primera edición de este ensayo, este capítulo se llamaba El político. Contenía la exposición de las ideas políticas de Bello y de su actividad política. He preferido aquí trasladar la parte política de su vida práctica al esquema biográfico (El hombre) que constituye la Primera Parte. Y al exponer aquí las ideas políticas quiero relacionarlas con su interpretación de la vida social de América y con su papel como historiador de Venezuela: materia esta última llena de positivo interés, en cuya aclaración ha podido avanzarse bastante en los últimos días. He preferido, pues, comprender bajo el rubro de El sociólogo, la exposición de sus ideas sociales, políticas e históricas: en lo que tal vez ha influido un poco la derivación personal del Autor hacia estudios de sociología para descubrir un valor especial en las afirmaciones bellistas que aquí se refieren.

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Hasta cierto punto se justifica en este caso la crítica del Decano Galdames en su libro La Universidad Autónoma, citado antes, p. 14. Tal vez, sin embargo, si un estudio más lento y minucioso de los escritos de Bello podría ofrecer algún anticipo de la preocupación social de nuestro tiempo.

303

Obras, tomo VIII, p. 317.

304

Obras, 2ª ed., t. VII, p. 493.

305

Obras, t. I, pp. 427-428. (Filosofía del Entendimiento).

306

Obras, t. VIII, pp. 273-274. (La acción del Gobierno).

307

Obras, t. VI, pp. 258-259. (Literatura castellana).

308

Obras, t. XV, p. 66 (La centralizacion i la instruccion pública).

309

Obras, 2ª ed., I, p. 90.

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Pág. 335 en adelante.