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Quetzalcóatl

Ensayo trágico en tres actos y en verso

Indicaciones de paginación en nota1.



A la primera actriz mexicana, señorita María de Jesús Servin.

Que con tan notable inspiración creó el papel de la protagonista de mi Xóchitl. Dedico este ensayo como homenaje a su brillante talento dramático.

México, Noviembre de 1877.



  —V→  

ArribaAbajoAdvertencia

Creo que nuestra antigua mitología está llamada a formar el verdadero teatro mexicano. Con esta idea he escrito el presente ensayo, que servirá, no lo dudo, para que plumas más competentes continúen el camino que me atrevo a emprender el primero.

He escogido el mito de Quetzalcóatl, que al mismo tiempo es una personalidad histórica. Hanlo creído nuestros historiadores el apóstol Santo Tomás. El sabio escritor don Manuel Orozco y Berra júzgalo un obispo irlandés, llegado a nuestro continente hacia el siglo XII en alguna de las expediciones que a él vinieron por el norte. No puede dudarse de que fue un cristiano, que introdujo varios ritos de su religión y el culto de la cruz.

Únese a la leyenda sobre Quetzalcóatl la muy interesante del descubrimiento del pulque. Las crónicas de segunda mano atribuyen su hallazgo a una supuesta reina Xóchitl. La tradición auténtica existe en un manuscrito del tiempo de la Conquista. El original, escrito en mexicano, se ha perdido; pero por fortuna el señor don José Fernando Ramírez, fundador de la nueva escuela de nuestra historia, lo había hecho traducir por el señor Galicia Chimalpopoca, y esa traducción para en mi poder, habiendo además una copia que perteneció al abate Braseur, quien impuso al códice el nombre de su traductor.

  —VI→  

Como el manuscrito es desconocido, pongo a continuación la parte que de él he aprovechado para mi ensayo, habiendo combinado esa relación con la tradición vulgar.

El manuscrito dice:

Ihuimécatl asociado de otro llamado Toltécatl, se fue para Xonacapayocan, y se sentó en la heredad icuenchiuhcauh de Maxtlatón, cuidador o guardamonte de los toltecas, tolteca-tepec-tlapiaya, y allí se pusieron ambos a hervir yerbas llamadas quelites, mezcladas con una salsa de tomates y chiles; se pusieron a asar elotes y cocer ejotes, pidiéndole licencia a Máxtlatl, para que les permitiese unos cuantos días de permanencia en el lugar. Pasados cuatro días, nahui ilhuill, y consiguiendo del mismo Máxtlatl el óctli (pulque), se dirigieron para la casa de Quetzalcóatl, que residía en la capital Tollan, cargando o llevando el quílitl, la salsa de tomates y chile, y el pulque. Llegados a allí, suplicaron que les permitiesen la entrada, para ver y hablar con Quetzalcóatl; mas los guardadores no consintieron. Suplicaron por dos y tres ocasiones, y otras tantas respondieron que no vivía allí el sacerdote. Preguntaron los mensajeros: ¿en dónde vivía? ¿cuál era su habitación? Mas antes que se les respondiese, fueron interrogados por los tecpoyome de Quetzalcóatl, ¿de dónde venían, y cuál era su patria? Ellos respondieron «que iban de Tlamacaztepec Tollantepec». Luego que oyó esto Quetzalcóatl, mandó que entraran. Habiendo entrado, lo saludaron, y le entregaron lo que llevaban preparado, esto es, el quílitl, tomate, chile, etcétera. Comido esto, le rogaron que bebiera del licor que igualmente llevaban. Quetzalcóatl contestó: «No lo puedo tomar; en primer lugar, por estar enfermo; y en segundo, porque es una bebida que hace perder hasta el juicio, o acaso me podrá perjudicar, haciéndome morir». Ellos le suplicaron, que ya que no podía tomarlo, al menos lo probara con el dedo, porque da vigor al ánimo, tetlahuelicahuiztli. Entonces lo probó con el dedo, y habiéndole gustado, bebió una gran porción, convidando al mismo tiempo a sus guardas. Estando los cinco con Quetzalcóatl, muy ebrios, dijeron los perversos hombres: «Estás muy contento, sacerdote nuestro, haznos el favor de cantar: aquí está el canto». Y comenzó de esta manera:


Quetzal, quetzal no calli
—VII→
Zacuán no callin tapach
no callin nic yacohuaz
an ya an ya tec Quilmach.

Como el licor hubiese puesto muy contento y alegre a Quetzalcóatl, dijo: «Id corriendo por mi hermana mayor, no hueltiuh, llamada Quetzalpétatl, para que ambos nos embriaguemos». Inmediatamente partieron los tecpoyome para Tlamacehuayan, cerro de los Nonualcas, nonoalcatepec, y dijeron a la hermana: «Señora, hemos venido por ti. El gran sacerdote Quetzalcóatl te espera: quiere y es su determinación, que vayas a vivir con él». Ella respondió: «Está bien; vamos, encomendados míos». Llegados allí, le dieron luego el pulque a la hermana; y estando ebria, Ihuimécatl y Toltécatl, comenzaron a cantarle de esta manera: «Nohualtiuh cati Quetzalpétatl in ma titlahuanocan ay ya yya yn ycan» que en romance quiere decir: «hermana mía, eres tú Quetzalpétatl, gustemos tomando este licor», etcétera. Por haberse embriagado todos, no fueron ya al baño, ni a ninguna otra parte, pues no podían hacer cosa alguna; así es que quedaron dormidos. Mas habiendo amanecido, se pusieron tristes, y se les comprimió el corazón. Dijo Quetzalcóatl: «He delinquido: la mancha que ha oscurecido mi nombre, no la podré quitar», y luego se puso a cantar con profunda tristeza, correspondiendo lo mismo los pregoneros o cuidadores. Después les dijo: «No conviene ya que permanezcamos en esta capital; es preciso dejarla: id pronto a avisar que me formen una habitación sepulcral, tepetlacalli». Luego que la construyeron, tendieron en ella a Quetzalcóatl. Habiendo pasado cuatro días de enterrado en el sepulcro, les dijo a los tecpoyo: «Ocultad todos los regocijos que hemos tenido: recoged todo cuanto hemos adquirido; encerradlo en parte oculta». Los cuidadores hicieron como se les había prevenido, y llevaron toda la riqueza al lugar que servía de baño a Quetzalcóatl, llamado Atocpanamochco. Al irse Quetzalcóatl, se paró y llamó a todos sus cuidadores; les lloró, y enseguida se fueron para Tlillan Tlapallan Tlatlayan, y allí volvió a llorar Quezalcóatl y a entristecerse.



Hasta aquí el códex citado. El curioso que quiera ver los fundamentos de algunos episodios que de la tradición vulgar se   —VIII→   separan, consulte a Torquemada, especialmente en el tomo I, página 255, los apuntes manuscritos del códex Sigüenza de «El Fénix de Occidente», los «Anales tolteca-chichimecas», también manuscritos; y no estará de más el que lea las diversas peregrinaciones de las tribus nahoas, ya escritas, ya pintadas en los jeroglíficos del museo, en el de monsieur Aubin, en el de Tepechpan, y en los de los códices Vaticano y Telleriano-Remense.

Nota.- Los nombre mexicanos se pronuncian como están escritos. Solamente la ll se pronuncia l. En todos se pone el acento con que debe decirse.




Personajes

QUETZALCÓATL,    rey y supremo sacerdote de Tollan
PAPÁNTZIN,    antiguo jefe tolteca
XÓCHITL,   su hija
HUEMÁC,   sacerdote del dios Tezcatlipoca
HUITZILOPÓCHTLI,    caudillo de la tribu azteca
SACERDOTE 1.º
SACERDOTE 2.º
SACERDOTE 3.º
SACERDOTE 4.º
OTROS CUATRO,    que, con los anteriores, forman el tribunal sagrado.
 

La escena pasa en el reino de Tollan, hoy Tula, el año ce ácatl, que corresponde al 1155 de la era vulgar2.

 



  —9→  

ArribaAbajo Acto I

 

Antiguo templo de Tezcatlipoca. En los bastidores las columnas labradas encontradas en las ruinas de Tula. Sobre tres gradas, en el fondo, una culebra enroscada con plumas, de serpentina, que sostiene una cruz de oro, cuyo pie adornan turquesas, esmeraldas y topacios. A los dos lados del altar, braseros de pórfido verde para quemar copálli; y en el frente, un vaso bajo de tecálli de colores, para el copálli. Telón de fondo, columnata igual a los bastidores, y entre las columnas, estuco de grecas como las encontradas en Tula.

 

Escena I

 

HUEMÁC. PAPÁNTZIN.

 
 

HUEMÁC tiene un traje talar de algodón3, de rayas negras y blancas; manto igual hasta la rodilla; cáctli o sandalias; el rostro pintado de negro y largo el cabello. PAPÁNTZIN figura un guerrero anciano; traje azul añil hasta las rodillas, con mangas cortas, adornado de petalillo verde, como de tules entretejidos; manto semejante atado al medio del cuello; cáctli, la macana colgando de su cintura.

 
PAPÁNTZIN
Tus quejas no entiendo, Huemác respetable.
Cumplí tu mandato.
  —10→  
HUEMÁC
¡Horrible doblez!
Aquí, a nuestra patria tirano implacable
destruye en sus garras con fiera altivez.
Vinieras más pronto, más pronta venganza5
hubiera cumplido de Tollan el dios.
PAPÁNTZIN
Temer no debemos; sublime esperanza,
del hombre en la vida, del duelo va en pos.
HUEMÁC
No temo ni tiemblo, tolteca he nacido,
y sé lo imposible tranquilo vencer:10
ni tórtola triste, ni mázatl herido,
temblar nunca puedo, tampoco temer.
Al dios, busca en vano del templo en el trono:
ocupa su puesto, cercada de luz,
sobre esa serpiente, que atiza mi encono,15
la de oro, contémplala, espléndida cruz.
Las piedras preciosas que un tiempo adornaron
del dios el icpálli, adornan su pie.
Invoco a los dioses: ¡jamás me faltaron!
Y si ellos me olvidan, me queda mi fe.20
PAPÁNTZIN
Nos niega su auxilio el gran chichimeca.
Mi regia embajada sin fruto quedó.
HUEMÁC
Aún vivo, Papántzin; aún queda un tolteca.
PAPÁNTZIN
Huemác, razón tienes, también vivo yo.
HUEMÁC
Mal año nos trajo, del viento en las alas,25
a ese hombre barbado, de cándida faz.
Por dios lo tomamos.
PAPÁNTZIN
Blasfemo, ¿lo igualas
al dios?
HUEMÁC
Él nos daba la gloria y la paz.
Prudente en palacio, valiente en la guerra,30
domó a los contrarios y templos alzó;
mas negra serpiente, que en flores se encierra,
su negro designio, falaz ocultó.
Cambiaba los ritos, y al ver su pureza,
que el cambio era bueno, imbécil creí.35
Siguiendo sus ritos, oculta fiereza,
que cunde en mis venas, hirviendo sentí.
La cruz es su imagen, también la serpiente;
lo ves, es el amo; lo ves, es el dios.
PAPÁNTZIN
¡Abajo el tirano! ¿Tú cuentas con gente?40
HUEMÁC
No cuento con nadie: bastamos los dos.
PAPÁNTZIN
Inquietas acaso las tribus aztecas...
HUEMÁC
Es fiel Huitzilíhuitl, y amigo del rey4.
PAPÁNTZIN
Alzando los pueblos...
HUEMÁC
No existen toltecas.
Tan sólo nos restan la astucia y la ley.45
  —11→  
PAPÁNTZIN
¿Y mi hija? Perdona que el padre impaciente
pregunte por ella.
HUEMÁC
Aquí la verás.
¡Es virgen que cuida la horrible serpiente!
PAPÁNTZIN
De aquí me la llevo.
HUEMÁC
¿Quién? ¿Tú? No podrás.
Juró en los altares eterna pureza;50
la cruz maldecida de tu hija es la fe:
si quieres tenerla, la regia cabeza
es fuerza que caiga.
PAPÁNTZIN
Y bien, lucharé.
Ya marcho al combate: la lid ganaremos.
Del trueno al rugido, del rayo a la luz,55
al dios de mis padres al trono alzaremos.
HUEMÁC
¡Abajo la sierpe!
PAPÁNTZIN
¡Abajo la cruz!
 

(Se van.)

 


Escena II

 

QUETZALCÓATL y HUITZILOPÓCHTLI, entrando, y que han oído las últimas palabras.

 
 

QUETZALCÓATL, pulseras de plata; arracadas de ídem; cáctli del mismo metal; mitra y báculo de ídem; traje talar blanco, sembrado de cruces negras, atado a la cintura por una máxtli de plata que llega a la rodilla; manto atado al cuello, blanco con cruces; cabellera rubia rizada y barba rubia poblada; su color muy blanco.

 
 

HUITZILOPÓCHTLI, contrahecho, traje blanco lujoso con adornos de plumas de chupamirto; arracadas, pulseras de brazos y adornos de las piernas, de las mismas plumas; un técpatl, puñal de piedra, en el máxtli, en la parte posterior de la cabeza, un plumero verde, cayendo hacia atrás; manto rojo púrpura con chupamirtos, atado en el hombro derecho.

 
QUETZALCÓATL
Huitzilíhuitl amigo, ya lo miras:
adorando a su dios fiero y sangriento,
no descansa su rabia ni un momento60
en hacerme la guerra.
HUITZILOPÓCHTLI
¿Tú suspiras,
el valiente caudillo? ¿Tú? Deliras
si piensas que los débiles toltecas
se atrevan contra ti, si los aztecas
defienden tu copílli. Di, si quieres65
que acabemos con ellos. Son mujeres
tus toltecas.
  —12→  
QUETZALCÓATL
Los bravos chichimecas,
dicen, mis enemigos, que en alianza
leal están unidos ya con ellos.
HUITZILOPÓCHTLI
Altivos son; mas sus erguidos cuellos70
mi brazo doblará con su pujanza.
Aún tengo mi maquáhuitl y mi lanza,
mi chimálli, señor, y agudas flechas,
acostumbradas a marchar derechas
al corazón de pérfido enemigo.75
Nada temas, señor, cuentas conmigo.
A esas huestes salvajes, ya deshechas
puedes considerar.
QUETZALCÓATL
Si lucho osado,
no es el poder real el que me atrae,
hoja del árbol que del árbol cae:80
es un deber más noble y más sagrado.
Ya otra vez te conté cómo empujado
por los vientos, de Europa llegué un día
a este mundo feraz, que se escondía
cual rica perla enmedio de los mares,85
y que en sangrientos, lúgubres altares,
miré alzada feroz idolatría.
¡Cuántos cual yo entre idólatras se vieron;
y cómo, haciendo fe de su doctrina,
la predicaron con su voz divina,90
y mártires insignes sucumbieron!
Estériles suplicios parecieron
esas muertes a mi alma soñadora:
quise injertar la idea salvadora
por la paz: destronar la idolatría95
modificando el rito. Yo sabía
que un pueblo no se cambia en una hora.
HUITZILOPÓCHTLI
¿Y pudiste, señor?
QUETZALCÓATL
Humilde y pobre,
les comencé a enseñar cómo se oraba;
y mi rito a sus ritos se mezclaba,100
cual dulce lluvia con la mar salobre.
No hay idea que al fin fuerte no obre
sobre el cerebro humano cuando es buena.
Yo les mostré la bóveda serena
que en las noches ostenta el claro cielo,105
y supieron que el cielo es sólo un velo
que nos oculta a Dios.
HUITZILOPÓCHTLI
Mi alma se llena
de tierna beatitud cuando te escucho.
QUETZALCÓATL
Aprendieron después la culpa horrible,
con que nacieron, a borrar. Creíble110
—13→
no es cuánto luché, ni cuánto lucho...
Pero se bautizaron. Y no es mucho,
porque después también se confesaron.
De redención el lábaro adoptaron;
y destronando luego a sus deidades,115
para asombro sin par de las edades,
la cruz en sus santuarios colocaron.
Llamome el pueblo, y la real diadema,
sin pretenderla, colocó en mi frente.
Acepté la corona, y reverente120
de Dios bendije la bondad suprema.
Si usé tal vez mentida estratagema
para destruir su rito fratricida:
si mi conducta fue doble y fingida,
para cambiar sus ritos por el mío,125
sólo buscaba el bien. Pero si impío
me juzga el cielo, tómese mi vida.
HUITZILOPÓCHTLI
No temas, no, que tu soberbia obra
destruya con astucia el enemigo.
Ya lo he dicho, señor, cuentas conmigo.130
Prosigue tu camino sin zozobra.
Tu valor imperial fiero recobra.
Dices que con la fe todo se alcanza.
QUETZALCÓATL
La fe nunca perdí... mas la esperanza...
Yo no sé qué fatal presentimiento...135
HUITZILOPÓCHTLI
El águila real no teme el viento,
y contra el viento intrépida se lanza.
QUETZALCÓATL
¿Y de tanta lealtad qué premio pides?
¿Quieres riquezas, el poder, la gloria?
¿Que haga esculpir en pórfidos tu historia?140
HUITZILOPÓCHTLI
Sólo el primero ser quiero en las lides.
QUETZALCÓATL
Mas, pensativo estás. Di, ¿qué decides
pedir a mi bondad?
HUITZILOPÓCHTLI
Amo insensato.
QUETZALCÓATL
A la mujer que adores mi mandato
te entregará. ¿Quién es?
HUITZILOPÓCHTLI
Xóchitl.
QUETZALCÓATL

 (Aparte.) 

¡Dios mío!
145
HUITZILOPÓCHTLI
Yo la adoro, señor.
QUETZALCÓATL

  (Aparte.) 

¡Delirio impío!
HUITZILOPÓCHTLI
¿Qué te pasa?
QUETZALCÓATL

 (Aparte.) 

Me pierde mi arrebato.

 (Alto.) 

¿Ella sabe tu amor?
HUITZILOPÓCHTLI
Nunca atrevido
le dije la pasión que le tenía;
que si en mi pecho el huracán rugía,150
—14→
nunca tronó del rayo el estampido:
ahogose el trueno en lúgubre gemido.
QUETZALCÓATL

  (Aparte.) 

Si ella viniera.

 (Alto.) 

Vamos, que me esperan
en el palacio.
HUITZILOPÓCHTLI
¡Que incontables fueran,
quisiera yo, las huestes enemigas!155
¡Por alcanzar a Xóchitl, como espigas
arrancadas de cuajo sucumbieran!
 

(Se van.)

 


Escena III

 

XÓCHITL, sola, trenzas sueltas, alhajas y cáctli de plata, traje talar y manto blancos con cenefas de cruces negras.

 
XÓCHITL
¡Mi padre aquí! Y en su furor insano
quiere audaz arrancarme del teocálli!
Y ante esta cruz, mi Dios, mi soberano,160
¿no he de quemar de hoy más blanco copálli?
Soy la sacerdotisa: impura mano
tocar no puede el esplendente icpálli
en que se sienta el dios. Pues Dios lo ordena,
aquí, a mi padre aguardaré serena.165
¿Serena yo? ¡cuando palpita el pecho
con indomable amor! ¿Quién es ese hombre
de barba rubia? El corazón deshecho
quedó cuando lo vi. No sé su nombre;
mas sé que el universo siento estrecho170
para tanta pasión. ¡Su paso alfrombre
el cielo con espléndidas estrellas!
¡Y yo, estrella también, iré con ellas!
Siempre callado allí, siempre callado:
y sus ojos hablándome con fuego.175
Ante la cruz, humilde arrodillado:
y ante él arrodillado mi amor ciego.
Llega, si mira el templo abandonado;
y sin quererlo yo, también yo llego:
y junto a mi alma, en esta dulce calma,180
siento volar las alas de su alma.
 

(Se dirige XÓCHITL a los dos braseros, quema en ellos copálli, que toma del vaso de tecálli del centro, y se arrodilla ante la cruz, cubriéndose la cara con las manos.)

 

  —15→  

Escena IV

 

XÓCHITL y QUETZALCÓATL que entra.

 
QUETZALCÓATL
Allí está: virgen pura al pie de los altares,
en el oscuro templo cercada de arrebol.
Parece que se eleva, cual se alza de los mares,
brotando de las ondas, el deslumbrante sol.185
XÓCHITL

  (Orando.) 

Señor, piadoso arranca la flecha que traspasa
con venenosa punta mi pecho sin piedad.
¡Señor, calma este incendio voraz en que se abrasa,
y sofoca de mi alma la horrible tempestad!
QUETZALCÓATL

  (Dirigiéndose a XÓCHITL.) 

¿Por qué en tus ojos, niña, las lágrimas brillantes190
como ensartadas perlas rodando están? ¿Por qué?
XÓCHITL
Señor, ¿por qué tus ojos, al verme, delirantes
mi corazón encienden?...
QUETZALCÓATL
¿Me amas?
XÓCHITL
No lo sé.
Si amor es, en un hombre pensando noche y día,
llorar por él tan sólo, por él sólo reír:195
ser él nuestra tristeza, ser él nuestra alegría;
morir cuando está ausente, y al verlo revivir;
amor es lo que siento.
QUETZALCÓATL
Amor es, niña hermosa.
También por ti lo siento, sublime, abrasador.
XÓCHITL
Señor, tú eres mi huerto.
QUETZALCÓATL
Y tú mi blanca rosa.
200
XÓCHITL
Señor, tú eres mi cielo.
QUETZALCÓATL
Tú más... ¡eres mi amor!
¡Ah! deja que mis labios impriman en tu frente
un beso. ¿Qué delicia iguala a la de amar?

 (La besa.) 

XÓCHITL

  (Tocándose la frente.) 

Lo siento aquí que luce estrella en el oriente.
QUETZALCÓATL
Mi beso es el copálli, tu frente es el altar.205
HUEMÁC
 

(Que ha entrado, y al ver a XÓCHITL abrazada a QUETZALCÓATL, se detiene, cubriéndose tras una columna.)

 
En mi poder caíste, hipócrita tirano;
ya arrojo a tu copílli el rayo de la ley. (Vase.) 
  —16→  
XÓCHITL
¿Quién eres?... Ese traje... Ni el mismo soberano...
jamás así viniste. ¿Quién eres?
QUETZALCÓATL
Soy el rey.
XÓCHITL

  (Asombrada.) 

¿El rey? ¿el rey?
QUETZALCÓATL
Sí, Xóchitl. Tu cándida belleza
210
cuando a este augusto templo mi paso dirigí,
me cautivó. De hinojos postrose mi grandeza.
¡Si amarte sentí ansioso al punto que te vi!
El labio calló mudo; los ojos no callaron:
siguieron anhelantes de tu mirada en pos.215
Aquí a rezar venía; mis rezos se olvidaron:
mi amor fue mi plegaria; mi hermosa Xóchitl Dios.
Tornaba a mi palacio, y allí esperando la hora
de contemplarte, sólo sabía suspirar.
XÓCHITL
Y yo me levantaba al despuntar la aurora,220
y el día entero empleaba no más en esperar.
QUETZALCÓATL
Amor siempre acompaña, mi cielo, a la esperanza,
como la espuma a la ola, y como al sol la luz.
XÓCHITL
¿Y si lo que esperamos el corazón alcanza,
se muere amor entonces? Yo vi negro capuz225
en la sombría noche cubrir al sol... La calma
a la ola sin espuma también hace morir...
Si matan ¡ay! las ansias que dan la vida al alma,
entonces con mis penas, dejadme aquí vivir.
QUETZALCÓATL
Es el amor la vida, es el amor el cielo,230
es el amor la verde, risueña juventud.
XÓCHITL
Pero mi amor es lucha, es un constante anhelo,
es sin igual zozobra, tristeza e inquietud.


Escena V

 

Dichos, HUEMÁC y los SACERDOTES.

 
 

Los SACERDOTES sacan un traje semejante al de HUEMÁC, y como él, el rostro negro y el cabello largo. XÓCHITL y QUETZALCÓATL están en el proscenio, y HUEMÁC aparece por el fondo con los siete SACERDOTES.

 
HUEMÁC

 (A los SACERDOTES.) 

Contempladlo el teocálli profanando,
infame, con impúdicos amores.235
  —17→  
QUETZALCÓATL

 (A XÓCHITL.) 

A tus plantas divinas blancas flores
por tu paso mi amor irá regando.
XÓCHITL

  (A QUETZALCÓATL.) 

Calla, en mi corazón tierno delirio
siento al oír tu voz que me enloquece.
Dicha imposible a veces me parece:240
y a veces me parece atroz martirio.
QUETZALCÓATL

 (A XÓCHITL.) 

Deja que te aprisione con los lazos
de mi amor; y que mire tu sonrisa
en tus labios.

 (La abraza.) 

HUEMÁC

 (Aparte a los SACERDOTES.) 

¡La vil sacerdotisa!
¡Y la estrecha sacrílego en sus brazos!245
¿Os basta ya?
SACERDOTE 1.º
Nos basta.
HUEMÁC

  (Adelantándose con los SACERDOTES.) 

Rey impuro,
que el altar como el trono has profanado,
sujeto estás al tribunal sagrado.

 (Dirigiéndose a los SACERDOTES.) 

¿Juráis hacer justicia?
SACERDOTES

  (Todos tendiendo la mano.) 

Sí, lo juro.
HUEMÁC
Pronunciad inflexibles la sentencia250
del audaz extranjero, que blasfemo,
de nuestros ritos el poder supremo
con el trono usurpó.
SACERDOTE 1.º
Que la existencia
pierda y el trono, y su manceba muera.
QUETZALCÓATL
Sacerdotes sin fe, sellad la boca.255
¿Tenéis acaso el corazón de roca?
¿Cuándo el amor delito nunca fuera?
Para juzgar las culpas de los reyes,
mi ley os dio poder; y lo acatara
el primero el monarca, si faltara.260
Pero para el amor no he dado leyes.
Juzgad de las pasiones de este suelo,
que en él vuestro poder sólo se encierra.
¿Quién pudiera juzgar en esta tierra
del amor, si el amor hijo es del cielo?265
Atrás, infames: en el regio lecho
reina veréis a Xóchitl.
HUEMÁC y SACERDOTES
¡Rey maldito!
QUETZALCÓALT
Callad, o recordando vuestro rito,
el corazón os sacaré del pecho.
 

(Tomando a XÓCHITL por la mano, se dispone a salir, al mismo tiempo que entra HUITZILOPÓCHTLI.)

 

  (A XÓCHITL.) 

Vamos.270
—18→

 (A HUITZILOPÓCHTLI.) 

Huitzilopóchtli, a esos cobardes
en oscura prisión por al momento.
Sabes que reflexiones no consiento.
En hacerlo y decírmelo no tardes.
 

(Se va con XÓCHITL. HUEMÁC quiere precipitarse hacia QUETZALCÓATL, pero lo detiene HUITZILOPÓCHTLI, que ve ir a XÓCHITL y no se da cuenta de lo que pasa.)

 


Escena VI

 

Dichos, menos XÓCHITL y QUETZALCÓATL

 
HUITZILOPÓCHTLI
¿Y Xóchitl va con él? Decid, ¿qué causa275
la hace partir?
HUEMÁC
Que el rey, en mala hora,
sacrílego la ama.
HUITZILOPÓCHTLI
Yo la adoro.
HUEMÁC
Y te arrebata el buitre a la paloma.
HUITZILOPÓCHTLI
Él conoce mi amor: yo se lo he dicho.
HUEMÁC
Y sabiéndolo él, tu amor te roba.280
HUITZILOPÓCHTLI
Yo fiel sostengo su real copílli.
HUEMÁC
En ti un esclavo ve de su persona.
HUITZILOPÓCHTLI
¿Esclavo yo? Jamás lo es un azteca.
HUEMÁC
¿Por qué entonces doblegas silenciosa
tu altiva frente?
HUITZILOPÓCHTLI
Santo juramento
285
le hice de defenderlo.
HUEMÁC

 (Con ironía.) 

¿Y tú blasonas
de ser el valeroso Huizilíhuitl?
Si eres tan sólo gemebunda tórtola,
que llora en los bejucos de la playa,290
y se estremece al tumbo de las olas.
Eres cobarde.
HUITZILOPÓCHTLI

 (Con cólera.) 

¿Dícesme cobarde,
y la lengua no arranco de tu boca?
Yo soy leal.
HUEMÁC
Tu corazón menguado,
por ser leal, su deslealtad perdona.295
HUITZILOPÓCHTLI
¿Pero Xóchitl le ama?
HUEMÁC
Con delirio.
HUITZILOPÓCHTLI
¿Y a mí?
HUEMÁC
Si tienes la mirada torva,
¿Cómo ha de amarte? El cuerpo contrahecho,
—19→
de tu torcida espalda la joroba,
lo zurdo de tu brazo, porque opochtlill300
o siniestro diciéndote te mofan,
atractivos no son. No Huitzilíhuitl,
sino Huitzilopóchtli ya te nombran.
HUITZILOPÓCHTLI
¿Y ella también?
HUEMÁC
En los amantes brazos
del rey, sus rojos labios en su boca,305
sus ojos confundiendo sus miradas,
¿ha de pensar en ti, si al rey adora?
¿Escucha acaso el canto de los sapos
la blanca luna que en oriente asoma?
HUITZILOPÓCHTLI
¡Oh, rabia! Mi rencor se agita hirviendo310
por mis venas con cólera espantosa.
La negra nube despidiendo el rayo
la hermosa encina con furor destroza.
¡Venganza!
HUEMÁC
Sí, ¡venganza!
SACERDOTES
Sí... ¡venganza!
HUITZILOPÓCHTLI
¡Que antes de despuntar la clara aurora,315
miremos al sacrílego arrancado
del áureo trono de la regia Tollan!


Escena VII

 

Dichos y PAPÁNTZIN, que entra con su chimálli embrazado, y empuñando su macana.

 
PAPÁNTZIN
Mis amigos armados
mi voz tan sólo esperan, congregados
del lago en la ribera.320
Que me siga al momento quien me quiera.
Al dios Tezcatlipoca,
en lugar de la cruz que el ansia loca
del rey aquí elevara,
su trono volveremos. Ya prepara325
el cuarto sol sus vientos,
y desata feroz los elementos.
¿Mas qué miro? Traidores,
¿Huitzilopóchtli aquí? De mis furores
que tiemblen los aztecas.330
—20→
Viven para vencerlos los toltecas.
Llamad a mi hija: quiero
verla a mi lado en el combate fiero;
que en mi raza valiente
luchan las hembras con furor ardiente.335
¿Calláis? ¿Vuestras cabezas
se doblan a mi voz? Azteca, empiezas
a temblar: lo sabía,
pero traedme pronto a la hija mía.
HUEMÁC
Xóchitl partió.
PAPÁNTZIN
¿El teocálli
340
abandonó?
HUITZILOPÓCHTLI
Por el real icpálli.
HUEMÁC
Ya con amantes lazos
Quetzalcóatl la oprime entre sus brazos.
PAPÁNTZIN
Mentira, eso es mentira.
Si lo pienso no más, y muero de ira.345
¿Y tú, azteca, qué quieres,
que tiemblas como tiemblan las mujeres?
HUITZILOPÓCHTLI
Amo a Xóchitl, la adoro.
PAPÁNTZIN

 (A HUITZILOPÓCHTLI.) 

Arráncasela al rey, y ese tesoro
de candor y hermosura350
será tuyo. Papántzin te lo jura.
HUEMÁC

 (A HUITZILOPÓCHTLI.) 

Vuelve a Tezcatlipoca
el trono del teocálli. Por mi boca
te ofrece el dios airado
el copílli real. De lo creado355
es árbitro: sus leyes
elevan y destronan a los reyes.
HUITZILOPÓCHTLI

 (A PAPÁNTZIN.) 

Ve tú con tus parciales:
te seguiré con mis aztecas leales;
y al golpe de mi saña360
el rey caerá como la frágil caña.
PAPÁNTZIN

  (A HUITZILOPÓCHTLI.) 

Vamos, al rey saludo,
que tanto tu valor alzarte pudo.
HUEMÁC

  (Al mismo.) 

Lucha con rudo empeño.
¡Salve de Xóchitl al dichoso dueño!365
 

(Salen HUITZILOPÓCHTLI y PAPÁNTZIN.)

 

  —21→  

Escena VIII

 

HUEMÁC y los siete SACERDOTES.

 
HUEMÁC
Encargan nuestras leyes
a vuestro tribunal nombrar los reyes.
Yo prometí al azteca
el copílli real, mas no es tolteca;
y ni querréis, ni quiero370
que de Tollan él rey sea extranjero.
Sabéis que inmensos males
nos trajo Quetzalcóatl: criminales
leyes dio su doctrina,
pues ultrajando la bondad divina,375
del dios Tezcatlipoca
el rito destruyó con saña loca.
¿Do está la patria aquella,
que del lago se alzaba como estrella,
de todos respetada?380
El extranjero entrégala cambiada.
Virgen que muda austera
en blancas canas negra cabellera.
Pintad al rey que muere,
y al que elegís. El que elegido fuere,385
por todos respetado,
será de Tollan rey luego aclamado.
 

(Se retiran los siete SACERDOTES, y se comienza a oír el lejano ruido de la pelea, que dura hasta el fin del acto.)

 


Escena IX

 

HUEMÁC solo.

 
HUEMÁC
Comienza en la ciudad ruda pelea.
Pelead, que tranquilo espero yo.
Tal vez Huitzilopóchtli electo sea...390
—22→
Pero no podrá serlo, nunca, no.
Únicamente yo reúno en mi abono
el ser tolteca y sacerdote. Audaz
me elevaré mañana sobre el trono.
Haced la guerra: yo os daré la paz.395
¿Mas qué miro? ¿Aún firme como roca
en la serpiente elévase la cruz?
Sobre ella brillará Tezcatlipoca,
¡Negro espejo que humea y que es la luz!

 (Toma el espejo de obsidiana de una columna, y lo cuelga de la cruz.) 

Dios de mis padres, Dios omnipotente,400
al fin sobre tu altar te coloqué.
Dame el copílli tú para mi frente,
y teocállis inmensos te alzaré.
 

(Entran los siete SACERDOTES.)

 
SACERDOTE 1.º
En el bien de la patria meditando,
reunidos en el santo calmécac,405
tan sólo en la virtud justos pensando,
rey de Tollan nombramos a Huemác.
HUEMÁC5
¡Rey de Tollan!... Señor Tezcatlipoca
tú eres mi solo Dios, tú eres mi luz.
Tu fuerza celestial mi labio invoca.410
¡Caiga rota a mis manos esa cruz!
 

(Extienden el jeroglífico en que está HUEMÁC con el copílli. HUEMÁC se yergue, y los SACERDOTES lo saludan con reverencia. Cae el telón.)

 


 
 
FIN DEL ACTO PRIMERO
 
 


  —23→  

ArribaAbajo Acto II

 

Terrado en el palacio de Palpan. En los bastidores las columnas dobles encontradas en Tula, a la derecha dos icpálli; telón de fondo, gran puerta tolteca con jeroglíficos, detrás de la cual se ve una arboleda.

 

Escena I

 

QUETZALCÓATL. HUEMÁC. QUETZALCÓATL con traje blanco y manto talar blanco con cruces de oro; al cuello gran cruz de oro y esmeraldas, máxtli de oro; cactu de oro; copílli de oro y esmeraldas; brazaletes de lo mismo. HUEMÁC con el mismo traje del primer acto y la cara negra.

 
HUEMÁC
Señor, el tribunal ha meditado,
y como ley sobre el amor no diste,
después de haber los astros consultado,
declara que en delito no caíste.
De una bella mujer enamorado5
¿qué corazón tanto poder resiste?
Y es justo que la reina poderosa
sea de Tollan la virgen más hermosa.
—24→
Mucho por ti temblamos, cuando altivos
se alzaron con Papántzin los toltecas.10
Juraron en la lid, muertos o vivos
prenderte a ti y a Xóchitl. Los aztecas
lo juraron también.
QUETZALCÓATL
Ya están cautivos
éstos, y partirán como las hojas secas
que empuja el huracán; que yo no quiero15
perdonar la maldad del extranjero.
Si nuestros verdes campos necesita,
y si le agrada nuestro cielo hermoso,
venga triste a calmar su negra cuita,
o fatigado en busca de reposo,20
siempre que llega un hombre, hora bendita
para la patria es; mas es forzoso
que quien se acoge a nuestro hogar querido,
bendiga nuestra patria agradecido.
Pero esto los aztecas olvidaron,25
y mucho tiempo irán de peregrinos;
que si su patria en Tollan encontraron,
errantes marcharán por los caminos.
¡Ingratos! Los toltecas los amaron.
Váyanse lejos, raza de asesinos30
que goza en arrancar los corazones,
sierpe que huye al rugir de los leones.
HUEMÁC
¿Y Huitzilíhuitl?
QUETZALCÓATL
Pronto su cabeza
su audacia pagará.
HUEMÁC
Dice que hablaros
quisiera un sol o instante.
QUETZALCÓATL
Mi fiereza
35
exige su castigo.
HUEMÁC
¿Y ablandaros
acaso no podrá vuestra nobleza?
Los reyes deben ser de sangre avaros:
y digno de la espléndida corona
nunca es un rey, señor, si no perdona.40
Puede cualquier malvado dar la muerte;
y el dios tan sólo puede dar la vida:
tú, a quien iguala al dios feliz tu suerte,
sé como el dios. De mísero homicida
conviértete en creador. Tan grande verte45
nunca podrá la patria. Bendecida
tu memoria será, santo tu nombre,
que la vida darás, cual Dios, a un hombre.
QUETZALCÓATL
Llama al traidor.
HUEMÁC
Voy a llamarlo luego.
  —25→  
QUETZALCÓATL
Xóchitl me espera, y el sagrado rito50
de nuestra unión...
HUEMÁC
No tardo.
 

 (Se va.) 

QUETZALCÓATL
Que este fuego
que siente el corazón, de amor bendito,
dé luz a mi razón, porque estoy ciego.
¿Es acaso esta unión atroz delito?
Señor, tú que los astros has juntado,55
¿separar a las almas han mandado?


Escena II

 

QUETZALCÓATL. HUITZILOPÓCHTLI.

 
QUETZALCÓATL
Entra. Di qué pretendes. ¿La esperanza
abrigas de que aplaque mi venganza?
¿Demandas mi perdón, y confundido
por tu delito estás, y arrepentido?60
HUITZILOPÓCHTLI
Mi orgullosa altivez nada demanda:
que la muerte me den, si quieres, manda.
Para que a ti doblegue mi cabeza,
por arrancarla de mi cuello empieza;
que a tus pies la verás únicamente,65
rodando por el suelo en sangre hirviente.
QUETZALCÓATL
¿Y te atreves?...
HUITZILOPÓCHTLI
Escucha: yo no vengo
a pedir; de exigir derecho tengo.
QUETZALCÓATL
Yo soy el rey.
HUITZILOPÓCHTLI
Y tu real promesa
quiero que cumplas.
QUETZALCÓATL
Exigencia es ésa...
70
HUITZILOPÓCHTLI
Siempre debe valer más que las leyes,
la sagrada palabra de los reyes.
¿De darme a Xóchitl, santo juramento
no me hiciste? Pues cúmplelo al momento.
QUETZALCÓATL
Te restan ya de vida unos instantes.75
HUITZILOPÓCHTLI
Hazme matar; mas dame a Xóchitl antes.
QUETZALCÓATL
¡Y se atrevió el traidor al soberano!
HUITZILOPÓCHTLI
Antes del templo la arrancó tu mano.
QUETZALCÓATL
Perjuro mi copílli abandonaste.
HUITZILOPÓCHTLI
Mas tú entregarme a Xóchitl me juraste.80
  —26→  
QUETZALCÓATL
Ella era el amor de mis amores.
HUITZILOPÓCHTLI
Y tú eres el traidor de los traidores.
Tú me ofreciste a Xóchitl; tú sabías
que era la causa de las ansias mías...
y callaste tu amor. Después artero85
del templo la arrancaste; y altanero
el rey, que osado mi desdicha labra,
¡se resiste a cumplirme su palabra!
Si delincuente fui, toma al momento
mi vida; pero cumple el juramento90
que, sin pedirlo yo, necio me hiciste.
¿Por qué, entonces, por qué lo prometiste?
QUETZALCÓATL
¿Quieres tu libertad? ¿Quieres grandezas?
¿Mis palacios, mis templos, mis riquezas?
Te daré, si la quieres, mi corona;95
pero a Xóchitl jamás. Ella aprisiona
mi voluntad, mi corazón, mi vida,
y esclavo de ella soy. ¡Xóchitl querida!
HUITZILOPÓCHTLI
Quiero a Xóchitl.
QUETZALCÓATL
¿No ves que es imposible?
HUITZILOPÓCHTLI
Quiero a Xóchitl no más.
QUETZALCÓATL
¡Promesa horrible!
100


Escena III

 

Dichos y XÓCHITL, que ha entrado y oído los últimos versos. XÓCHITL sale con traje blanco y adornos de oro, y el copilli real.

 
XÓCHITL
Escuchad.
QUETZALCÓATL
¡Xóchitl!
HUITZILOPÓCHTLI
¡Ella!
QUETZALCÓATL

  (Aparte.) 

¡Hermosa está como esplendente estrella!
XÓCHITL
Dime, rey, ¿prometiste por tu honor
darme? Pues dame.
QUETZALCÓATL
Nunca: el labio sella.105
Fiel me era Huitzilíhuitl; su valor
quise premiar, y me pidió la mano
de una mujer amada.
HUITZILOPÓCHTLI
El soberano
me la ofreció delante de la cruz.
  —27→  
QUETZALCÓATL
Pero al oír tu nombre, callé.
HUITZILOPÓCHTLI
En vano
110
te excusas.
QUETZALCÓATL
¡Si es mi vida! ¡Si es mi luz!
XÓCHITL
Rey eres, Quetzalcóatl; tu promesa
sobre nosotros cual montaña pesa.
Lo prometiste, débeslo cumplir.
QUETZALCÓATL
¿De qué fascinación su alma está presa?115
¿Que yo mismo la entregue?, ¡antes morir!
HUITZILOPÓCHTLI
Tirano, ya lo oíste de su boca.
QUETZALCÓATL
¡Pero si esta mujer se ha vuelto loca,
o comprender no puede qué es amar!
XÓCHITL
Más firme es mi pasión que dura roca120
que en vano azota con furor la mar.
Pero quiero que el rey por quien aliento,
guarde, digno de mí, su juramento.
QUETZALCÓATL
No puedo más; ¡que voy a enloquecer!
HUITZILOPÓCHTLI
Ya la has oído: cúmpleme al momento.125
QUETZALCÓATL
Pues bien... me muero... ¡toma a esta mujer!
 

(La empuja hacia HUITZILOPÓCHTLI, que quiere precipitarse a tomarla en sus brazos; pero ella se yergue con altivez y lo detiene con un gesto majestuoso.)

 
XÓCHITL

  (A QUETZALCÓATL.) 

Cumpliste ya.

  (A HUITZILOPÓCHTLI.) 

¿Te encuentras satisfecho?
HUITZILOPÓCHTLI
Sí, partamos de aquí.
XÓCHITL
¿Con qué derecho
exigirme podrás que parta? Di.
¿Te di mi corazón? ¿Te di mi pecho?130
¿Alguna vez mi amor te prometí?
HUITZILOPÓCHTLI
Nunca.
XÓCHITL
Pues él cumplió, feliz me entrego
de su pasión en el inmenso fuego:
que Xóchitl cumple como cumple el rey.
 

(Se arroja en los brazos de QUETZALCÓATL. Pausa.)

 
QUETZALCÓATL
¡Xóchitl!
XÓCHITL
Vamos.
 

(Se van.)

 
HUITZILOPÓCHTLI
De celos estoy ciego.
135
Que sucumba el tirano es justa ley.

  —28→  

Escena IV

HUITZILOPÓCHTLI

 (Después de un momento de abatimiento profundo.) 

Que muera el rey, y Xóchitl entregarse
podrá a mi amor. Las débiles mujeres
se yerguen altaneras, ¡pobres seres!,
y vuelven al instante a doblegarse.140
Se encontrará en el mundo triste y sola;
sola está la mujer sin sus amores:
cual ola se levanta en sus furores,
y pasados, se abate como ola.
Y Huemác además... en el teocálli,6145
muerto él, jurome la real corona
a mis sienes ceñir... no me abandona
mi suerte todavía... el regio icpálli

 (Se sienta en él.) 

cómodo asiento es... Ver a mis plantas
guerreros, sacerdotes y al cobarde150
pueblo... y después... ¡ah! sí... después... más tarde...
Alzarme dios en las zacuálli santas...
Y Xóchitl me amará, ¿pues quién resiste
al poder y la gloria? Sí, ella ama
en Quetzalcóatl la grandiosa fama155
que de poder y gloria lo reviste.
Arde mi corazón noble deseo
de que la tierra admire mi grandeza.
En él tal vez adora la belleza...
Y yo tendré el copílli... y seré feo.160
Si soy tan feo... que la sombra que hago
parece negro sapo que me sigue.
Mi alma vuela... y mi cuerpo la persigue
como verdugo a víctima... El halago
nunca pude sentir de un amor puro.165
Jamás el río en enflorado acálli
con músicas crucé.

 (Poniéndose de pie.) 

El regio icpálli
no es para mí... yo quiero un antro oscuro.

  —29→  

Escena V

 

HUITZILOPÓCHTLI. PAPÁNTZIN, que trae un vaso de tecálli que coloca en una de las piedras.

 
PAPÁNTZIN
¿Estás en libertad?
HUITZILOPÓCHTLI
Lo estoy, Papántzin.
170
PAPÁNTZIN
¿Quieres vengarte aún?
HUITZILOPÓCHTLI
Siempre lo quiero.
PAPÁNTZIN
Quetzalcóatl y Xóchitl para unirse
con Huematzin marcharon para el templo.
HUITZILOPÓCHTLI
Por vengarme, del dios Mictlantecúhtli
fuera, dejando el sol, hasta el infierno.175
PAPÁNTZIN
Yo odio a Quetzalcóatl; ese tirano
el copílli usurpó, y es extranjero.
Él a nuestro señor Tezcatlipoca
hizo rodar infame por el suelo,
y religión y trono profanando,180
me roba a la hija de mi amor más tierno.
Preso caí, luchando valeroso.
Porque me perdonó, más lo aborrezco:
del enemigo de mi patria Tollan
y de Tezcatlipoca, nada quiero.185
Es preciso matarlo.
HUITZILOPÓCHTLI
En el palacio
sus guardias lo rodean.
PAPÁNTZIN
Listo tengo
licor que al rey, y a guardias, y a mi Xóchitl,
pronto dormir harán en blando sueño;
y cuando estén dormidos, de matarlo190
propicio encontraremos el momento.
HUITZILOPÓCHTLI
¿Y ese licor?
PAPÁNTZIN
Ya hierve en los xicálli
Míralo en ese vaso. Alegra el cuerpo,
exalta el corazón, y valeroso
se siente quien lo toma; pero luego195
se adormecen cansados los sentidos,
y el hombre cae cual pesado leño.
HUITZILOPÓCHTLI
¿Dónde hubiste el licor que tanto alcanza?
PAPÁNTZIN
Hay, no lejos de aquí, valle risueño,
—30→
escondido en corona de montañas,200
que tiene por dosel brillante cielo.
Hay en su fondo espléndidas lagunas,
que retratan el valle como espejos,
y aves innumerables gorjeando,
copos de plumas, cruzan por los vientos.205
Árboles de canosa cabellera,
que se llaman ahuéhuetl por ser viejos,
tan alto elevan sus potentes ramas,
que columnas creyéranse de templos.
Bosques de cedros vigorosos, cruzan210
tigres feroces y cobardes ciervos,
y las tórtolas lloran en la tarde
entre los yoloxóchitl de los huertos.
Fui a buscar de los bravos chichimecas
el auxilio a ese valle. No lo dieron.215
Pero aprendí cómo del metl sacaban
el sabroso licor que embriaga, y sueño
da a quien lo toma. Probarán el neuhtli;
y mucho beberán, y...
HUITZILOPÓCHTLI
Te comprendo.
PAPÁNTZIN
Ya llega Xóchitl al real banquete.220
La hice llamar. Cuando se vaya...
HUITZILOPÓCHTLI
Vuelvo.
 

(Se va.)

 


Escena VI

 

PAPÁNTZIN. XÓCHITL.

 
XÓCHITL
¡Ah padre!, ¡soy feliz! En los altares
con Quetzalcóatl para siempre unida,
una sola será ya nuestra vida,
unos nuestros placeres y pesares.225
Si te enojaste fue porque creías
que me engañaba Quetzalcóatl, ¿es cierto?
Pero antes a sus pies hubiera muerto,
que verme deshonrada. Hermosos días
dorados por el sol de la esperanza,230
gozaré, padre mío. Soy dichosa.
PAPÁNTZIN

 (Aparte.) 

En tu tallo te meces, flor hermosa
que el viento arrancará de la venganza.
  —31→  
XÓCHITL
¿Estás triste, mi padre? No es posible
si a tu hija idolatrada ves contenta.235

 (Viendo hacia el bastidor del foro derecho.) 

Mas el rey al banquete ya se sienta.
Ven con nosotros.
PAPÁNTZIN
No.
XÓCHITL
¡Si no es creíble!
¿Ya no amas a tu hija?
PAPÁNTZIN
Sí... te adoro...
Mas me avergüenza ir... que estoy vencido...240
Pero contento estoy... mira... he traído
para vuestro banquete este tesoro...

 (Tomando el vaso y presentándoselo.) 

Es dulce néctar que al beber, produce
inmenso bienestar, grande alegría...
Con tu esposo y tu rey bebe, hija mía.245
Con él el sol más esplendente luce,
y se miran más claras las estrellas,
palpita el corazón con vivo anhelo,
el tierno amor conviértese en un cielo,
y las mujeres vuélvense más bellas.250
Tanta felicidad en él se encierra,
que nunca morirá ya tu memoria;
y del neuhtli al hablar, dirá la historia:
la reina Xóchitl lo inventó en la tierra.
XÓCHITL
Dámelo ya; que ese sabroso jugo255

 (Lo toma.) 

aumente mi placer. Voy a mi esposo
a regalar el líquido espumoso;
¡que darme tanta dicha al cielo plugo!
¿Mas no vienes?
PAPÁNTZIN
Te espero, hija adorada.
Después vendrás. Mi paternal cariño,260
que hace que gima cual si fuera niño,
cuidará a la paloma enamorada.
XÓCHITL
Padre del corazón, besa mi frente.
 

(PAPÁNTZIN la besa.)

 
Siento tus labios trémulos y fríos.
PAPÁNTZIN
¿Trémulos?... no... son locos desvaríos.265
XÓCHITL

 (Yéndose.) 

Padre, ya vuelvo.
PAPÁNTZIN
¡Dios omnipotente,
que miras tu teocálli profanado,
y en el suelo tu imagen de obsidiana,
que el sol no se levante ya mañana,
si no ves al infame castigado!270

  —32→  

Escena VII

 

PAPÁNTZIN. HUITZILOPÓCHTLI.

 
PAPÁNTZIN

 (Llamando.) 

Huitzilíhuitl.
HUITZILOPÓCHTLI
Papántzin, dime, ¿y Xóchitl?
PAPÁNTZIN
La bebida traidora llevó al rey.

 (Señalando como si vieran el banquete.) 

Mira, ya corre el neuhtli en los xicálli...
Ya bebe Quetzalcóatl... ¿No lo ves?
HUITZILOPÓCHTLI

 (Lleno de celos.) 

Pero Xóchitl lo abraza enamorada,275
y su ardiente pupila clava en él.
Si ese licor aumenta los amores,
quiero aumentar mis celos, y beber.
PAPÁNTZIN
No temas, Huitzilíhuitl: es la flecha
que pretende del cielo hasta el dosel280
atrevida llegar, y que sin fuerzas,
al fango terrenal vuelve a caer.
Antes que alcance de su amor el cielo,
al tirano verás hoy a tus pies.
 

(Se oyen murmullos que van creciendo.)

 
HUITZILOPÓCHTLI
Ya se agitan, y en loca algarabía285
olvidan su decoro y altivez...
¡Y aquí mi corazón se despedaza
con horrible dolor, dolor cruel!
PAPÁNTZIN
Calma tu ansia: precisa es la entereza
en llegando el momento. A la mujer290
deja el temblar y el palpitar violentos:
tus pulsaciones férvidas contén.
HUITZILOPÓCHTLI

  (Siempre con crecientes celos.) 

Los xicálli circulan... y circulan;
y están, Papántzin, locos de placer.
PAPÁNTZIN
Ese brillo es relámpago luciente:295
después el rayo sentirás caer.
HUITZILOPÓCHTLI
Carcajadas estúpidas sus bocas
vomitan.
PAPÁNTZIN

 (Agitado.) 

¿Pero has visto? ¿Bebe el rey?
HUITZILOPÓCHTLI
Y beben los impuros cortesanos...
Y Xóchitl con ardor bebe también.300
Deja que parta: contemplar no puedo,
—33→
que me matan los celos con su hiel,
a Xóchitl en los brazos del infame.
PAPÁNTZIN
Para triunfar, preciso es fuerte ser.
HUITZILOPÓCHTLI
Mira, los ojos fija relucientes305
como rayos de fuego en los del rey.
PAPÁNTZIN
Cual sus ojos, el sol brilla más grande
cuando se va en los montes a esconder.
HUITZILOPÓCHTLI
Contempla... el rey con espantosa boca
besa sus labios de copálli y miel.310
¡Oh rabia! ya mi ma no ansiosa tiembla
de hundirle el técpatl.
PAPÁNTZIN
Tu furor detén.
Espera... Quetzalcóatl a la cara
arrójales las flores... sin querer
las hojas de tabaco que le ofrecen...315
Y los insulta... pónese de pie...
Altivo los injuria... hacia aquí viene.
 

(HUITZILOPÓCHTLI hace ademán de lanzarse.)

 
No es tiempo todavía... pronto... ven.
 

(Se lo lleva.)

 


Escena VIII

 

QUETZALCÓATL. XÓCHITL.

 
 

QUETZALCÓATL entra sin copilli, el manto desarreglado, y con un xicálli de neuhtli en la mano; su embriaguez es severa, y más bien delirante. XÓCHITL llega también en estado soñoliento; pero sin ningún desorden. La trae de la mano QUETZALCÓATL.

 
QUETZALCÓATL

  (Dirigiéndose adentro.) 

¡Miserables, atrás! Que no me siga
ese estúpido pueblo. Ven, amiga;320
este licor bebamos que me alegra.
Negra es la noche, y mi conciencia es negra;
que no la alumbra ya la clara luz.
XÓCHITL
Ese xicálli deja; que te mata.
QUETZALCÓATL
La tempestad furiosa se desata325
en mi cerebro. Sangre, sangre quiero.
Tiemble, Tollan, al pie del extranjero.
 

 (Bebe.) 

  —34→  
XÓCHITL
Deja el xicálli, ¡por la santa cruz!
 

(QUETZALCÓATL deja caer el xicálli y se vierte el neuhtli.)

 
QUETZALCÓATL
¡La cruz! ¡Oh cielo santo! ¡Qué delirio!
Arde mi pecho con atroz martirio.330
Siento mis sienes palpitar violentas.
En mis oídos rugen mil tormentas...
Me sofoco, me muero de dolor.
XÓCHITL
Me das miedo, señor: tu pena calma.
QUETZALCÓATL
Con mi cuerpo también se abrasa mi alma.335
El sol relampaguea y se oscurece...
Las columnas, que danzan me parece...
¡Xóchitl!... ¡aparta!... ¡que me tengo horror!
 

 (Todas estas frases entrecortadas, y expresando la embriaguez.) 

XÓCHITL

  (Llevándolo al icpálli.) 

Descansa un poco.
QUETZALCÓATL
¡Mi real icpálli!
Éste mi asiento es.

 (Se sienta, y queda medio acostado.) 

Quemad copálli,
340
a las plantas del regio soberano.
Xóchitl, no puedo más; dame tu mano,
que en abismo sin fin me siento hundir.
XÓCHITL

 (Sentándose en el almohadón, a los pies del icpálli.) 

Cuéntame tu pasión y tus amores.
QUETZALCÓATL
El sol marchita las fragantes flores.345
XÓCHITL
Mírame por piedad: ¡te adoro tanto!
QUETZALCÓATL
Nubla los ojos el amargo llanto.
XÓCHITL
¿Qué tienes, mi señor?
QUETZALCÓATL
Voy a morir.
XÓCHITL
Calla.
QUETZALCÓATL
Si una mañana se alzó bella
y deslumbrante de fulgor mi estrella;350
si a la aurora brillaba en el oriente,
como diamante en purpurina frente;
de la noche la cubre ya el capuz.
XÓCHITL
Yo soy tu estrella, y a tu lado aliento:
fija tu vista en mí; veme un momento,355
en mis ojos, el alma que te adora
verás más clara que la clara aurora.
QUETZALCÓATL
Quiero aire... quiero espacio... quiero luz...
 

(Cae sin sentido. XÓCHITL apenas puede tenerse sobre el almohadón que está a los pies del icpálli.)

 
XÓCHITL
Este sueño fatal... yo tengo miedo...
Quiero ponerme en pie... pero no puedo...360
Él como muerto está... sin vista y mudo...
Le servirá mi corazón de escudo...
¿Y si duermo... y lo vienen a matar?
Mis párpados se cierran... yo deliro...
—35→
Ahoga mi pecho lúgubre suspiro...365
Si no puedo cubrir su faz querida,
¿por qué me dieron al nacer la vida?
No puedo más... vivir... querer... soñar...
 

(Cae.)

 


Escena IX

 

Dichos y HUEMÁC que entra con los SACERDOTES.

 
HUEMÁC
Contempladlo embriagado,
¡y era modelo de perfectos reyes!370
Si para un vil amor no existen leyes,
y lo habéis perdonado,
ley hay que la embriaguez castiga dura
con la muerte. ¿A ese impúdico malvado
el copílli arrancar, tal vez dudarais?375
Si cumplierais la ley, en este instante
sin piedad lo matarais.
SACERDOTE 1.º
Vamos al calmécac: el juicio santo
daremos sobre él.
HUEMÁC
Y yo, entretanto,
me llevaré a las guardias. No es posible380
que a este rey criminal cuiden leales.
XÓCHITL

  (Queriendo despertar y medio incorporándose.) 

Siento en el corazón un fuego horrible.
 

 (Cae.) 

HUEMÁC
Queden los criminales
abandonados a su odiosa suerte.
XÓCHITL

 (Haciendo el mismo movimiento.) 

Siento angustiosa muerte...385
 

(Se van los SACERDOTES. Entran, recatándose, PAPÁNTZIN y HUITZILOPÓCHTLI, éste con un técpatl en la mano, aquél con una macana.)

 

  —36→  

Escena X

 

QUETZALCÓATL, dormido. XÓCHITL, queriendo despertar. HUITZILOPÓCHTLI y PAPÁNTZIN, que después de haber visto por todas partes, se avanzan al proscenio.

 
PAPÁNTZIN
Estamos solos: éste es el momento.
HUITZILOPÓCHTLI
¡Qué cobarde me siento!
PAPÁNTZIN
Obra en el nombre del señor divino
Tezcatlipoca.
HUITZILOPÓCHTLI
Combatir valiente
sé; pero no matar como asesino.390
PAPÁNTZIN
El copílli real sobre tu frente
mañana brillará. Te lo ha jurado
Huemác en mi presencia.
HUITZILOPÓCHTLI

 (Como espantado.) 

¿Quién me habla en el cerebro?
¿Es la conciencia?395
PAPÁNTZIN
¡Es el dios enojado!
XÓCHITL

  (Medio incorporándose.) 

No sé qué sombras miro que me espantan.
PAPÁNTZIN
Date prisa; las horas adelantan.
El tiempo que se pierde nunca vuelve.
XÓCHITL

 (Algo más despierta.) 

¡Mi padre y Huitzilíhuitl! ¿Qué designio400
su presencia aquí envuelve?
PAPÁNTZIN
Muerto él, a Xóchitl en tu amante pecho
oprimirás.
XÓCHITL

  (Irguiéndose, pero sin poderse aún poner de pie.) 

Mi Dios, ¿qué es lo que escucho?
 

 (Mueve con angustia a QUETZALCÓATL.) 

Duerme cual si estuviera en blando lecho.
HUITZILOPÓCHTLI
Entre el amor y mi conciencia lucho.405
PAPÁNTZIN
La gloria, la corona, mi hija hermosa...
HUITZILOPÓCHTLI
Que mi estrella espantosa domine al fin.
 

(Se lanza sobre QUETZALCÓATL; pero XÓCHITL se ha puesto de pie, y lo detiene.)

 
XÓCHITL
¡Atrás, atrás, malvado!
¿Y tú también le ayudas, padre amado?
 

 (PAPÁNTZIN retrocede espantado.) 

HUITZILOPÓCHTLI
Desbordado el torrente,410
no puedo contener su espuma hirviente.
—37→
Siento impulsos de fiera.
Ábreme paso, y que tu esposo muera.
 

(Al irse a precipitar, XÓCHITL cubre el cuerpo de QUETZALCÓATL, le arranca el técpatl de la cintura, y amenazando su propio pecho, dice:)

 
XÓCHITL
Detente, o ¡por los cielos!
herida de mi mano, me verás expirar.415
PAPÁNTZIN

 (Avanzando hacia XÓCHITL.) 

Cállate, impía.
HUITZILOPÓCHTLI
¡Ah! me ciegan los celos.
Mueran los dos.
PAPÁNTZIN

 (Interponiéndose.) 

¡Atrás!
HUITZILOPÓCHTLI

 (Insistiendo en su movimiento.) 

¡Muera el tirano!
PAPÁNTZIN

 (Haciéndolo caer y levantando sobre él su macana.) 

¡Antes morirás tú que la hija mía!
 

(Quedan: QUETZALCÓATL dormido en los icpálli; XÓCHITL cubriéndolo con su cuerpo, y levantando majestuosamente el técpatl sobre su propio pecho; HUITZILOPÓCHTLI medio arrojado en el suelo, y manifestando su impotente rabia en sus miradas y ademanes; y PAPÁNTZIN teniéndolo humillado con la mano izquierda, y levantando sobre él su macana en la derecha.)

 
 

(Telón rápido.)

 


 
 
FIN DEL ACTO SEGUNDO
 
 


  —[38-39]→  

ArribaActo III

 

La misma decoración del acto primero. En lugar de la serpiente y la cruz, el ídolo de Tezcatlipoca. Delante del altar se ve la piedra de sacrificios. Abajo del trono y en el proscenio, braseros con ocotes, para alumbrar. Es cerca del amanecer.

 

Escena I

 

HUEMÁC. Los siete SACERDOTES.

 
HUEMÁC
¿Dudáis aún? Decid ¿no lo mirasteis
embriagado durmiendo en el icpálli?
¿De impuro amor ardiendo, en el teocálli
no altanero y audaz lo contemplasteis?
SACERDOTE 1.º
Al ver su sacrilegio condenamos5
al rey y a Xóchitl a morir; y luego
temiendo al rey triunfante, de amor ciego,
por salvarnos, su vida perdonamos.
HUEMÁC
Para juzgar las culpas de los reyes
os han los mismos dioses elegido,10
y al que cae embriagado y sin sentido,
dar muerte vil previenen nuestras leyes.
  —40→  
SACERDOTE 2.º
El pueblo lo respeta.
HUEMÁC
Lo ha insultado.
SACERDOTE 3.º
Los sacerdotes lo aman.
HUEMÁC
Los desprecia.
SACERDOTE 4.º
Hoy la nobleza quiso en lucha recia15
al monarca vencer, y él ha triunfado.
HUEMÁC
Nada temáis: se opaca su fortuna.
Cuando lo alzaron rey, en la mañana
su astro brillaba con la luz temprana
de la aurora, y hundíase la luna.20
La luna es el señor Tezcatlipoca;
Quetzalcóatl la estrella matutina:
ya la estrella los cielos no domina;
que por la tarde al occidente toca.
Hoy la vi descender por el poniente,25
y entre nieblas sus luces apagaba;
mientras la blanca luna se elevaba
como esfera de plata en el oriente.
Triunfa Tezcatlipoca del tirano:
claro los astros con su luz lo dicen:30
ya los cielos su muerte nos predicen,
y oponerse a los cielos fuera en vano.
SACERDOTE 1.º
¿Quién pudiera apoyarnos?
HUEMÁC
Los toltecas.
SACERDOTE
Fuera contar con ellos, grande yerro.
HUEMÁC
Valientes los aztecas...
SACERDOTE 3.º
Al destierro
35
salieron hoy de Tollan los aztecas.
HUEMÁC
Papántzin mucho puede...
SACERDOTE 4.º
¿Y a su hija
abandonar querrá? Mucho la ama.
HUEMÁC
Huitzilopóchtli... tiénelo la fama
por jefe audaz.
SACERDOTE 1.º
Que los destinos rija
40
de Tollan Quetzalcóatl, quiere el cielo.
SACERDOTE 2.º
Nadie a su voluntad puede oponerse.
HUEMÁC
¡Y sin embargo, contemplé esconderse
la blanca estrella tras nublado velo!
¿Tan grande es del tirano la fortuna,45
que hasta los astros mienten recelosos?
¿Entonces para qué lucen hermosos?
¿Entonces para qué brilla la luna?

  —41→  

Escena II

 

Dichos y HUITZILOPÓCHTLI, que llega agitado.

 
HUEMÁC
¿Qué pasa en Palpan? Dime.
HUITZILOPÓCHTLI
El rey ha muerto.
HUEMÁC
¡No mintieron los astros!
SACERDOTE 1.º
Danos cuenta.
50
HUITZILOPÓCHTLI
El rey fue presa de embriaguez violenta,
y cayó sin sentido.
SACERDOTE
Cierto.
SACERDOTE
Cierto.
SACERDOTE
Lo vimos.
HUITZILOPÓCHTLI
¡Ay! ¡La vida cómo pasa!
Después que despertó, fiera agonía
de la cercana muerte ya sentía.55
Como incendio voraz que el bosque abrasa,
y torrente de fuego desbordado,
pirámide de luz sube a la altura,
todo su cuerpo ardiente calentura
quemaba con furor inusitado.60
Llamó a sus sacerdotes, y en secreto
habló con ellos dilatado espacio.
Dio a Papántzin el mando del palacio
y de Tollan. A Xóchitl, con respeto,
como un padre, besó la faz hermosa;65
y murió cuando el sol hundió su frente
detrás de las montañas.
HUEMÁC
¡En oriente
se alzaba entonces luna esplendorosa!
HUITZILOPÓCHTLI
Del palacio salir no permitieron
a nadie, hasta que al rey embalsamaron70
sus sacerdotes. Luego lo bajaron
al sepulcro profundo; y lo cubrieron
con la pesada losa. Silenciosos
sus teopíxques ya van por el camino
que conduce al oriente, su destino75
con lágrimas mostrando pesarosos.
HUEMÁC
Ha triunfado el señor Tezcatlipoca,
y de elegir al rey es el momento.
HUITZILOPÓCHTLI
El reino me ofreciste; y no consiento
que elijan a otro rey.
  —42→  
HUEMÁC
¡Audacia loca!
80
Ya se encuentran muy lejos tus aztecas.
Matar al rey juraste, y no lo hiciste.
Pues si cobarde o necio o cumpliste,
¿cómo quieres ser rey de los toltecas?
HUITZILOPÓCHTLI
¿Quién hallaras más noble y más valiente?85
HUEMÁC
Me eligió el tribunal esta mañana.
HUITZILOPÓCHTLI
Fue nula la elección, que fue temprana;
y ya de Tollan estarán al frente
mis tribus valerosas; el cuidado
tuve de hacer llamarlas al instante:90
y cuando estén del calmécac delante,
¿de negarme el poder quién será osado?
HUEMÁC
Manda Papántzin la ciudad.
HUITZILOPÓCHTLI
A su hija
me ofreció ante vosotros; y es forzoso
que defienda de Xóchitl al esposo.95
SACERDOTE 1.º
Dejad que el tribunal al rey elija.
Idos. Del dios ante el altar sagrado,
de Tollan por el bien, consultaremos
quién es más digno, y rey elegiremos.
HUITZILOPÓCHTLI

 (Yéndose.) 

¡Si el hipócrita es!...
HUEMÁC

 (Yéndose.) 

¡Si es el malvado!
100
 

(Salen en opuestas direcciones, lanzándose una mirada de odio.)

 


Escena III

 

Los SACERDOTES, luego PAPÁNTZIN.

 
SACERDOTE 1.º
Es tolteca Huemác.
SACERDOTE 2.º
Huitzilopóchtli,
a más de ser caudillo valeroso,
nos aliará a los pueblos dispersados
en las riberas del Anáhuac.
SACERDOTE 3.º
Loco
es aquel pueblo que al extraño entrega105
sus destinos.
SACERDOTE 4.º
Más cuerdo, yo propongo
que rey alcemos al leal Papántzin.
Huitzilopóchtli así, no será estorbo.
Mas él viene hacia aquí.
  —43→  
SACERDOTE
¿Por qué se acerca;
el paso tardo, pálido su rostro?110
PAPÁNTZIN
Sacerdotes del dios Tezcatlipoca,
oíd mi confesión. Crimen odioso
pesa sobre mi frente mancillada.
SACERDOTE 2.º
¿La ciudad entregaste? Dilo pronto.
PAPÁNTZIN
Guardada la ciudad está y tranquila.115
Del tribunal sagrado, al rey glorioso
espera que la rija.
SACERDOTE 3.º
Los aztecas
deben marchar sobre ella, que hace poco
Huitzilopóchtli altivo nos lo dijo,
amenazando al tribunal.
PAPÁNTZIN
Imploro
120
vuestra justicia y ejemplar castigo
para Huitzilopóchtli. Oídme todos.
Presa de fanatismo el alma ciega,
y de envidia infernal el pecho odioso,
por perder al monarca, levantamos125
Huitzilopóchtli y yo, y algunos mozos
con sus aztecas, al tranquilo pueblo.
Fuimos vencidos, y a los pies del trono
con su perdón el rey nos dio la vida:
y con ese perdón, más fiero el odio130
en nuestros corazones palpitaba,
que no es la gratitud para los monstruos.
Entonces, con astucia miserable,
le di a Xóchitl el néctar espumoso
para que el rey bebiera en el banquete,135
y del banquete el rey salió beodo.
Huitzilopóchtli y yo, ya concertado
habíamos de matarlo el medio odioso;
mas del crimen el dios quiso librarnos,
¡que el cielo fue más bueno que nosotros!7140
Pero jamás el hombre queda impune;
que loca está mi Xóchitl, mi tesoro.
Si la razón perdió por el rey ella,
por mi delito yo perdí el reposo.
Pues mi cómplice fue Huitzilopóchtli,145
para mí y para él vuestra ira invoco.
SACERDOTE 4.º
Rey propuse nombrarte.
PAPÁNTZIN
Nunca debe
un fanático alzarse al regio solio.
Mi fanatismo al rey causó la muerte,
¡y era el mejor monarca!
 

 (Se oye tumulto.) 

SACERDOTE 1.º
¿Mas, qué oigo?
150
  —44→  
HUITZILOPÓCHTLI

 (Saliendo.) 

Son mis aztecas que el teocálli asaltan.
PAPÁNTZIN
Voy a vencer tus huestes presuroso.
 

(Se va.)

 


Escena IV

 

Los SACERDOTES. HUEMÁC. HUITZILOPÓCHTLI. HUITZILOPÓCHTLI quiere precipitarse tras de PAPÁNTZIN; pero HUEMÁC, que entra, y los SACERDOTES lo desarman.

 
HUITZILOPÓCHTLI
¡Rabia infernal! Sin mi maquáhuitl8, ¡cielos!
HUEMÁC
Prepárate a morir, el dios lo ordena.
SACERDOTES
¡Muera, muera el traidor!
HUITZILOPÓCHTLI
Venid; serena
155
mi frente está. No los humanos duelos
harán mi seno palpitar cobarde.
Yo sé que dios me aclamarán mañana,
¡y adoraréis mi efigie soberana!
Venidme ya a matar; que se hace tarde.160
 

(Los SACERDOTES lo llevan adentro a sacrificar.)

 
HUEMÁC

 (Yendo el sacrificio.) 

Sobre la piedra, el sacrificio empieza...
Ya vibra el iztli negro el sacerdote...
Le abren el pecho... el corazón de un bote
salta... y vivo palpita con fiereza...
 

(Todo esto muy interrumpido, y con mucha expresión; de modo que el público se impresione como si viera el sacrificio. Vuelven los SACERDOTES. El primero arroja el corazón de HUITZILOPÓCHTLI a las gradas del dios, y los otros el cuerpo inanimado. Al hacerlo dice:)

 
SACERDOTE 1.º
Ya se cumplió del cielo la venganza.165
HUEMÁC

  (Yéndose.) 

Voy a que sepan que murió el caudillo.
SACERDOTE 1.º
¡Tonatich señor dios amarillo,
álzate, y con tu luz danos confianza!
 

(Amanece.)

 

  —45→  

Escena V

 

Los SACERDOTES. PAPÁNTZIN, herido mortalmente. HUEMÁC después.

 
PAPÁNTZIN
Huyendo van... el dios omnipotente
me dio valor para vencerlos... muero...170
Tezcatlipoca castigó severo
mi crimen... se perturba ya mi mente...
Siento en mis ojos la mirada fija...
La terrible Miquíztli me aprisiona...
El postrimer aliento me abandona...175
Quetzalcóatl... mi Xóchitl... ¡ah!... mi hija...

  (Cae muerto al pie de la piedra de los sacrificios.) 

SACERDOTE 1.º
Rey es Huemác; el cielo lo ha querido.
HUEMÁC

 (Entrando.) 

Dispersos van y rotos los aztecas.
SACERDOTE 2.º
¡Salve al rey de los ínclitos toltecas!
SACERDOTE 3.º

 (Mostrándole los cuerpos de PAPÁNTZIN y HUITZILOPÓCHTLI.) 

Tus rivales, señor, han sucumbido.180
SACERDOTE 4.º

 (Presentándole el copílli.) 

Ciña tu frente la real diadema.
Tollan gloriosa en tu bondad confía.
HUEMÁC

 (Erguido, poniéndose el copílli.) 

Llegó por fin el suspirado día.
¡Gloria sin fin a la deidad suprema!
 

(Al dirigirse con los sacerdotes al altar, todos retroceden espantados al ver a QUETZALCÓATL que aparece por el fondo con traje blanco, y los brazos sobre el pecho sosteniendo una cruz, y que se para en las gradas del trono del dios.)

 


Escena VI

 

QUETZALCÓATL. HUEMÁC. Los SACERDOTES.

 
UNOS SACERDOTES

 (Retrocediendo.) 

¡Piedad!
LOS OTROS

  (Cayendo de rodillas.) 

¡Perdón!
  —46→  
HUEMÁC

  (Como presa de una fascinación.) 

Fantasma aborrecido,
185
retírate de aquí. Yo soy el rey.
El tribunal sagrado, aquí reunido,
al hacer mi elección, cumplió la ley.
¡Y no se va! Me mata su mirada...
Sacerdotes, la sombra me da horror...190
Aliento tome el alma acobardada...
Vas a sentir, fantasma, mi furor.
 

(Empuña su técpatl, ya lanzarse sobre QUETZALCÓATL, tropieza con el cadáver de PAPÁNTZIN, y retrocede espantado.)

 
¿Un muerto aquí? ¡Papántzin! Sólo muertos
miro en mi derredor. ¡Qué!, ¿rey no soy?

 (Irguiéndose, a QUETZALCÓATL.) 

¿Y en mí clavas aún tus ojos yertos?195
El corazón a destrozarte voy.
 

(Se lanza nuevamente, evitando el cuerpo de PAPÁNTZIN, y tropieza con el de HUITZILOPÓCHTLI, y retrocede.)

 
¿También Huitzilopóchtli me detiene?
Mi planta encuentra otro cadáver más.
¿En ayuda del rey ninguno viene?
Y tú, sombra maldita, ¿no te vas?200
Siempre allí fija... su mirar me aterra...
Sacerdotes... dejadme... quiero huir...
Mis pies están clavados en la tierra...
No puedo más... me siento ya morir...
 

(Cae sin sentido. El talento del actor detallará la parte escénica. Los SACERDOTES se precipitan hacia HUEMÁC.)

 
SACERDOTE 1.º
Huemác ha muerto.205
QUETZALCÓATL

 (Adelantándose.) 

No, vive, respira.
También yo vivo...
LOS SACERDOTES
¡El rey!
QUETZALCÓATL
Ya no soy rey.
Si necio desafié de Dios la ira,
yo justiciero me apliqué la ley.
La ley es inflexible, y no perdona;210
y yo el primero la debí acatar.
¡Que caiga de mi frente la corona,
que de mi frente al suelo vi rodar!
Todos diréis que el rey ha sucumbido.
De mis fieles teopíxques voy en pos.215
Vuelvo al oriente, de donde he venido.
Tollan, la cruz te dejo. ¡Adiós, adiós!
 

(Deja la cruz sobre la piedra. QUETZALCÓATL se va; los SACERDOTES quedan asombrados. Aparece después XÓCHITL con el desorden de una loca.)

 

  —47→  

Escena VII

 

SACERDOTES. HUEMÁC. XÓCHITL

 
HUEMÁC

 (Volviendo en sí.) 

¡Se va!
XÓCHITL

 (Viendo a QUETZALCÓATL que desaparece.) 

Se va...

 (Llamándolo.) 

¡Señor!...
HUEMÁC
¡Xóchitl! ¡Dios santo!
XÓCHITL

 (Con la mayor angustia.) 

Detenedlo, teopíxques, que se va...
¡Ved que os lo pido con amargo llanto!220
¿Salió del templo? ¿Pronto volverá?
¿Sabéis que es el amor de mis amores?
¿Sabéis que es mi delirio y mi ilusión?
Al huerto fue a traerme blancas flores,
¿no es verdad? Me lo dice el corazón.225
¡Qué hermoso es! ¡Como ninguno bello!
Desde el instante que le vi le amé...
De sus ojos al férvido destello,
como ante Dios, sumisa me postré.
Y él me amó con pasión. ¡Ah! sí, me ama...230
Que sin su Xóchitl no podrá vivir...
¿Oís su voz? Me llama... sí... me llama...
Reposará en mi seno... va a venir.
SACERDOTE 3.º
¡Pobre mujer!
HUEMÁC
¡Desventurada loca!
XÓCHITL
¿Qué miro, cielos santos, a mis pies?235
De mi padre el cadáver... Torpe boca,
cállate... no lo digas.. si no es...
si nadie muere... Dios no es un malvado
que goza en apagar la clara luz
con que ilumina todo lo creado.240
¿Mas qué miro en la piedra?... ¡Es una cruz!

 (La toma.) 

Es Quetzalcóatl. Es la blanca estrella,
que entre púrpura, fuego y arrebol,
se alza en oriente, esplendorosa y bella,
nuncio feliz del deslumbrante sol.245

 (Aumentando el entusiasmo.) 

—48→
Es Ehécatl, el viento tempestuoso.
Si por el viento vino, en él se fue.

 (Inspirada.) 

Ya se descorre el velo misterioso...
¡De rodillas, teopíxques, a su pie!
 

(Les presenta la cruz. HUEMÁC retrocede; los SACERDOTES se inclinan. XÓCHITL, con la inspiración y el acento más levantados que sea posible.)

 
Volverá Quetzalcóatl a esta tierra,250
de sus manos vibrando fuego y luz:
y audaz conquistador, en son de guerra,
¡en este mundo plantará la cruz!
 

(Se yergue, levantando la cruz en alto. HUEMÁC retrocede aún más, y los SACERDOTES caen de rodillas, formando grupo con XÓCHITL.)

 
 

(Telón lento.)

 




 
 
FIN DE LA TRAGEDIA
 
 


  —49→  

Este ensayo fue estrenado en el Teatro Principal de México, la noche del 24 de marzo de 1878.

La obra se repartió de la manera siguiente:

 
XÓCHITLSeñorita María de J. Servin
QUETZALCÓATLSeñor don Gabriel Galza
HUITZILOPÓCHTLISeñor don Tomás Baladín
PAPÁNTZINSeñor don Manuel Freire
HUEMÁCSeñor don Amado Méndez

Las decoraciones y los figurines de los trajes, que fueron sacados de los jeroglíficos auténticos, se ejecutaron por el pintor escenógrafo don Rosendo Álvarez Tostado.



  —[50-51]→  
Apéndice

Como en esta tragedia aparecen muchas palabras del idioma náhuatl, he creído conveniente ponerlas en orden alfabético, con el significado que cada una de ellas tiene en español, a fin de que puedan comprenderse mejor.

PALABRAS DEL IDIOMA NÁHUATLSU TRADUCCIÓN EN ESPAÑOL
AcálliCanoa
Ahuéhuetl (árbol)Sabino
CáctliCalzado semejante a la sandalia
Ce ácatl (Dios.- El mismo QuetzalcóatlUna caña, uno de los años nahoas
GalmecácCasa de los sacerdotes
CopálliCopal, cera que se quemaba a los dioses
CopílliCorona real
ChimálliEscudo
Ehécatl (Dios.- El mismo Quetzalcóatl)El viento
HuemácColector de cosas antiguas
HuitzilíhuitlPluma de colibrí
IcpálliAsiento con respaldo
IztliCuchillo de obsidiana
MaquáhuitlMacana, espada de los nahoas, de forma especial
MáxtliCeñidor, cuyas puntas caían por delante
MázatlVenado
MetlMaguey
Mictlantecúhtli (Dios del infierno)El señor de los muertos
Miquíztli (Diosa)La muerte
NeuhtliPulque   —52→  
OcotlPino resinoso, con cuya leña se alumbraban a los nahoas
OpóchtliSiniestro
Papántzin(No conozco la etimología)
Quetzalcóatl (Dios.- La estrella Venus)Culebra con plumas preciosas
TecálliÓnix mexicano
Técpatl (Nombre de uno de los años)Pedernal
Técpatl Especie de puñal de Sílice
Tóllan (Ciudad)Tula, lugar de espadañas
Tonatich (Dios)El sol
TeocálliTemplo
TeopíxqueSacerdote
Tezcatlipóca (El dios supremo.- La luna)Espejo negro que humea
XicálliJícara
XóchitlFlor
YoloxóchitlFlor del corazón
ZacuálliPirámide



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