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Revista Española del Pacífico

Asociación Española de Estudios del Pacífico (A.E.E.P.)

N.� 10. Año X. 1999

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Artículos

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El legado arquitectónico de origen español en Micronesia

Juan Galván Guijo

Arquitecto

     Voy a esbozar, con la brevedad y quizás esquematismo, que entiendo requiere un artículo como éste, una panorámica del legado arquitectónico -lato sensu- que la presencia española dejó en los archipiélagos de Micronesia, intentando dilucidar si efectivamente -como ocurre con otras manifestaciones culturales, no tangibles- se puede hablar de una influencia española o hispana, y si esa influencia pervive, de alguna forma, en la actualidad (1).

     En los archipiélagos de Carolinas, Marianas y Palaos, la presencia española produjo una serie de estructuras físicas de diversa índole. La mayor parte de ellas ha sucumbido ante la feroz agresividad de la acción de la naturaleza, y sobre todo de la acción humana. Las que han perdurado cobran un valor testimonial enorme, ayudándonos a completar el conocimiento de un legado secular y universal, el legado de la Hispanidad. Es en la isla de Guam donde podemos encontrar el mayor número de vestigios de origen español, y de mayor entidad, dada la importancia que tenía esta isla, como escala del galeón de Acapulco, y lo dilatado de su vinculación a España, desde el siglo XVI.

     En las Carolinas y Palaos la presencia real española se redujo a los años finales del XIX, por lo que sus huellas revisten otra consideración. La influencia de lo español en Micronesia se prolonga durante el siglo XX, gracias [10] a la actividad de religiosos y religiosas españoles, más allá del 98, que continuaron su labor, dejando signos visibles de la misma (2).

     Debido a la modestia de recursos materiales y humanos, las obras de gran envergadura fueron escasas; en la mayor parte de los casos su finalidad era meramente utilitaria, para satisfacer necesidades primarias, y de forma muchas veces provisional. El empleo de materiales perdurables, como la piedra o el ladrillo, se reduce a casos muy concretos, allá donde las necesidades funcionales y los recursos lo permitían.

     Este legado, de intrínseca humildad artística, pero de gran relevancia histórica y cultural, ha tenido que sufrir los estragos de la atmósfera tropical, los producidos por tifones y terremotos. Además estas islas y sus mares han sido escenario de las batallas más formidables entre japoneses y americanos durante la Segunda Guerra Mundial. Por si todo ello fuera poco, el olvido del que ha sido objeto, durante una larga etapa del pasado reciente, ha actuado como un agente destructivo más.

     Sería erróneo acercarse al estudio de este legado con una óptica de historiador del arte tradicional, buscando estilos, escuelas, autores, ete. No son los arquitectos o los ingenieros los artífices de estas estructuras, sino militares y religiosos cuya misión principal era colonizar y evangelizar; levantan sus edificios con medios muy escasos, siendo sus conocimientos de las artes edificatorias necesariamente limitados. Se trata por tanto de unas arquitecturas que estarían más cerca de lo que hoy consideramos como arquitectura popular. La excelencia arquitectónica de los edificios dependía sobre todo de las capacidades constructivas del misionero de turno. Es al respecto significativa la figura de Bernabé de Caseda, autor de la iglesia de Inarajan, en Guam, uno de los pocos ejemplos que podrían ser considerados como de �arquitectura culta�. Gran actividad constructiva fue también la desarrollada por el hermano Gregorio Oroquieta, en los distintos destinos de su carrera misionera en Oceanía (3). [11]

     Sólo en la segunda mitad del siglo XIX -a partir de la creación del Ministerio de Ultramar, en 1863- va a ser sistemática la realización de proyectos arquitectónicos, tal como los entendemos hoy, para la construcción de edificios públicos en la Oceanía Española. Si bien podemos encontrar en los archivos un sinfín de ejemplos referidos a Filipinas, en los casos de Marianas y Carolinas el número de expedientes es muy limitado: el Proyecto de una enfermería militar en la plaza de Agaña; el Proyecto de casa de gobierno para la isla de Panapé (sic) en las Carolinas; el Plano de una caseta para almacén de la luz del puerto de Tomil en Yap (Carolinas) y vivienda del torrero encargado de la misma; el de un Faro en la isla de Yap. Este último viene firmado por el ingeniero Enrique Trompeta, en 1886, lo que no quiere decir que hubiera ingenieros destinados en Carolinas, ya que estos proyectos se realizaban en Filipinas (4).

     Al igual que ocurriera en el archipiélago filipino el modelo español llega al Pacífico a través de la Nueva España, y como en otras manifestaciones de la cultura, el ingrediente americano -mexicano- debe tenerse presente para comprender sus manifestaciones. No hay que olvidar tampoco la fuerte vinculación con Filipinas, que cristaliza en Marianas en lo que a arquitectura se refiere, sobre todo en manifestaciones tardías de arquitectura doméstica, lo que se ha venido en denominar arquitectura hispano-filipina, con ejemplos -construidos ya en el siglo XX- que aún podemos encontrar en la isla de Guam, como la Casa Luján o la Casa Shumitzu, en el Agaña Historic District, o las del pueblo de Inarajan, que se identifican también por los nombres sumamente indicativos de sus dueños: Manuel San Nicolás, Jesús Flores, Paulino de la Rosa, José Dueñas Cruz, Mariano León Guerrero, etc.



1. ARQUITECTURA RELIGIOSA

     Como es sabido, la presencia hispana en Marianas, y hasta este mismo nombre, se hace efectiva y continua desde 1668, gracias a la persistente voluntad evangelizadora del jesuita burgalés Diego Luis de Sanvitores. En Carolinas y Palaos esa presencia, de doce años, tiene también un importante componente religioso.

     Es por tanto lógico que entre las construcciones levantadas por los españoles, las de carácter religioso tengan un papel primordial. Erigidas en primera instancia con materiales de inmediata obtención, como maderas y nipa, [12] no muy diferentes de las construcciones autóctonas, muy modestas casi siempre, dada la penuria de medios, acababan tarde o temprano siendo abatidas por incendios y tifones. Al edificarse ya en piedra -mampostería- y con más medios y vocación de perdurar, iglesias como la de San Dionisio en Umatac, o la del Dulce Nombre de María en Agaña, mejoraban su resistencia frente a estos agentes destructores, pero la empeoraban notablemente frente a los terremotos, que acababan asolándolas.

     Elemento característico de la arquitectura española en Micronesia era el convento. Tanto aquí como en Filipinas el término convento, no hace referencia a lo que se entiende como tal en España y América, sino a una rural casa parroquial o �casa del cura�. Los de Merizo, en Guam, y Song-song, en la isla de Rota (5), son los últimos testimonios, ya casi arruinados, de este tipo edificatorio. Sus paredes de mampostería recubiertas de cal -construidas a cal y canto- son en definitiva similares a la de muchas zonas rurales españolas.

     Los templos, construidos o promovidos por españoles, que han llegado a nuestros días, datan del siglo XX. De los tres que quedan en Guam (Yoña, Umatac e Inarajan) fueron artífices los capuchinos; mientras que los del resto de las islas fueron obra de jesuitas. Hay que destacar, como arquitectos de hecho, entre los primeros, a Cristóbal de Canals y a Bernabé de Caseda; y entre los segundos a Gregorio Oroquieta. No hay que olvidar a las comunidades locales respectivas, artífices en definitiva de estas arquitecturas.

     Estilísticamente, la torre de Garapán y la Catedral del Monte Carmelo en Chalan Kanoa, ambas en Saipan, así como el templo de San José en Inarajan, Guam, son neogóticos, ya que éste era el estilo religioso por excelencia, según los gustos del eclecticismo todavía reinante en gran parte del mundo, en las primeras décadas del siglo XX. Son sin embargo estos casos algo excepcionales, pues como ya se ha insinuado, en la mayoría de los casos, era difícil perseguir fines que no fueran otros que los de la mera utilidad, por lo no resulta patente el empleo de un lenguaje arquitectónico determinado.

     En la actual catedral del Dulce Nombre de María (6), en Guam, levantada por los norteamericanos en los años 50, que en su nombre español conservado [13] revela su vínculo con el mundo hispano, se ha querido rendir homenaje a los misioneros españoles mediante una torre-campanario, elemento de profunda carga simbólica. Donde el campanario no es posible, aparece la espadaña, elemento de clara raigambre hispana, frecuente en iglesias de España, Hispanoamérica y Filipinas, y que podemos encontrar en localizaciones tan remotas como la de la iglesia de Nuestra Señora del Rosario en la isla de Angaur, en las Palaos, así como en la antigua iglesia de San Francisco de Asís, en la población de Yoña, en Guam.



2. SÍMBOLOS RELIGIOSOS

     El profundo arraigo de la fe cristiana, primero en Marianas y luego en Carolinas, dio lugar a la necesidad de importar imágenes, necesarias para alimentar y expresar esa fe. La aparición de algunas, como la Virgen del Camarín, es cuestión casi milagrosa; probablemente de origen filipino, procedente del naufragio de un galeón, se ha convertido en la advocación mariana por excelencia de Guam: algo así como la Virgen de Guadalupe para los mexicanos. Otras imágenes, al igual que muchos micronesios, salvaron su vida durante la guerra de forma milagrosa, ocultas en cuevas, como la Virgen de los Remedios que se conserva en la iglesia de Tanapag, en Saipan.

     De las imágenes conservadas, las más antiguas proceden de Filipinas, y alguna tal vez de México; su aspecto difiere mucho del original. Quizás no fueran muy diferentes de las que, de la misma procedencia, se conservan en museos españoles. Algunas de las imágenes más modernas vieron la luz en los talleres imagineros de la localidad catalana de Olot, en España.

     La memoria del beato Diego Luis de Sanvitores, se hace presente en no pocos lugares de la isla de Guam. A pesar de que Magallanes descubriera las Marianas en 1521, de que Legazpi las incorporara a la corona española en 1565, y de que los galeones que anualmente cubrían la ruta Acapulco-Manila hicieran escala en ellas, hasta 1668 no comenzaría su evangelización, gracias al empeño de Sanvitores y al apoyo personal de la regente Mariana de Austria, viuda de Felipe IV y madre de Carlos II. El jesuita burgalés encontraría [14] la muerte en 1672 en Tumon, dos años después que su compañero Luis de Medina la encontrara en Saipan.

     Desaparecidos los templos tras tifones, terremotos y guerras, adquieren especial valor testimonial determinados objetos salvados de los desastres, como la campana de la catedral de Guam, recogida de entre sus escombros, de bronces fundidos en el barrio de San Nicolás, en Manila; o como la que se conserva en Colonia, procedente de la misión capuchina de Santa Cristina de Yap, nombre que entonces tenía la capital de este estado micronesio, en honor de la Reina Regente, María Cristina, viuda de Alfonso XII y madre de Alfonso XIII (7).



3. ARQUITECTURA FUNERARIA

     Es tal vez en las formas expresivas del ritual cristiano de la muerte donde la influencia hispana penetró más profundamente en la sensibilidad de los pueblos micronesios, especialmente en Marianas. Son los blancos cementerios de época española en estas islas -tan similares a los de muchos lugares hispanos- con su barroquismo y sentido monumental, propio de las culturas latinas- un exponente muy claro del legado español. El cementerio de Chalán Kanoa en la isla de Saipan, o el así llamado de los españoles en Umatac, o los de Pago e Inarajan, en la isla de Guam, son buen ejemplo de ello.



4. CULTURA MATERIAL

     Al margen de su actividad evangelizadora stricto sensu y de defender los derechos de los indígenas de los excesos del poder temporal, los jesuitas impulsaron el desarrollo de la agricultura, mediante la introducción de especies, técnicas y utensilios, desconocidos en las islas hasta su llegada. De hecho, la marcha de los jesuitas de Marianas en 1769, tras su expulsión de los territorios de la corona española, decretada por Carlos III, supuso un revés para la agricultura y ganadería de las islas. [15]

     Vestigios de esas innovaciones tecnológicas, son los hornos de ladrillo que todavía pueden contemplarse en algunos lugares de Marianas, que se utilizaban para la cocción del fruto del árbol del pan, y de objetos cerámicos. De estos hornos cupuliformes, hechos con ladrillo recubierto de cal, el mejor conservado es el que se encuentra en Jinapsan, en una propiedad privada al norte de la isla de Guam, convertido en atracción turística. En la bahía de Sella, al sur de la isla, existía, hasta no hace muchos años otro magnífico horno, reducido en la actualidad a un montón de escombros cerámicos. Ejemplares más modernos y quizás utilizados hasta no hace mucho pueden encontrarse en Ordot (Guam), y en Tanapag (Saipan). Este tipo de horno existe todavía en muchas zonas rurales españolas. El gran pintor valenciano Joaquín Sorolla realizó para la Hispanic Society de Nueva York unos deliciosos cuadros de pequeño formato, del Palmeral de Elche, en los que pueden apreciarse hornos como los descritos.

     Los gobernadores Mariano Tobías (1771-74) y Francisco Ramón de Villalobos (1831-37) tuvieron una especial preocupación por mejorar las condiciones de vida en las islas, impulsando el desarrollo de su economía. Muestra de esa voluntad son los ahora llamados Spanish Dikes, interesante obra de ingeniería cuyo objetivo era convertir el pantano de Agaña en un campo cultivable. Vestigios de estos diques permanecen escondidos entre la vegetación de la zona, hoy todavía pantanosa.

     En la construcción, los españoles introdujeron, entre otros, el uso del ladrillo, la teja, el mortero de cal y la fábrica de piedra. Ésta ya había sido utilizada por las culturas micronesias en obras megalíticas (Nan Madol y Leluh Island) o bien para elementos puntuales (latte stones), pero no de manera sistemática en forma de muros, de cal y canto, como lo harían los españoles, en sus fortificaciones, puentes, iglesias, escuelas, incluso edificios domésticos. Las obras en piedra eran normalmente de mampostería, es decir hechas con mampuestos o piedras sin labrar, que se pueden colocar en obra con la mano, sin sujeción a determinado orden de hiladas o tamaños. El término mampostería ha perdurado en el tiempo y se sigue utilizando tal cual -a pesar de lo complicado de su pronunciación para los no hispano hablantes- siendo consustancial con la arquitectura de origen español en Micronesia. En contra de una creencia que ha llegado a generalizarse la obra de mampostería no quedaba nunca expuesta, sino que se recubría siempre, para su protección, con mortero de cal. En los análisis realizados en algunas estructuras han aparecido inequívocos restos de este material. La restauración realizada a principios de los años noventa en la batería de la Soledad, en Umatac (Guam), por el arquitecto mexicano Jorge Lóyzaga, ha tenido una fuerte contestación social, al recuperar la blanca apariencia original de sus paramentos, perdiendo así la romántica imagen de ruina -piedra vista- [16] que tenía con anterioridad. Con independencia de que fuera estrictamente necesaria una intervención sobre tan emblemático elemento, para evitar su colapso, hay que constatar que desde el punto de vista de la autenticidad histórica la actuación es irreprochable. Otro ejemplo significativo lo encontramos en la Spanish Wall de Ponapé, que ha perdido con los años la blanca apariencia que una vez tuvo. En efecto el viajero inglés Christian, en los años noventa del siglo XIX, se refería a Santiago de la Ascensión, como la pequeña colonia española de blancas murallas (8).



5. ARQUITECTURA MILITAR

     Cómo en América y en Filipinas, ante la amenaza de ataques de otras potencias navales europeas, y en especial de la piratería inglesa, se hizo necesaria la construcción de una serie de fuertes, o mejor baterías, en lugares estratégicos de la isla de Guam. Este tipo de obras tuvo un impulso considerable durante el mandato del gobernador Manuel Muro (1794-1802). Conocemos cómo eran estas baterías gracias a los planos, que de la mayor parte de ellas levantara en 1830 el entonces Capitán de Artillería Francisco Ramón de Villalobos, enviado desde Manila a Guam, para hacer un estudio sobre el estado de las fortificaciones de la isla (9).

     Aunque no lleguen a alcanzar las proporciones de sus hermanas hispanoamericanas o filipinas, estas fortificaciones responden a una misma necesidad, la de mantener la integridad de un imperio excesivamente extenso para el poderío naval y los medios económicos de una potencia como España, en progresiva decadencia desde la muerte de Felipe II (1598). De dudosa eficacia en algunos casos y prematuramente obsoletas en otros, estas fortificaciones de las islas micronesias forman parte de una familia tipológica, en la que no pocos miembros han devenido con los siglos en magníficos conjuntos monumentales, de enorme atractivo turístico. Baste citar sólo unos pocos ejemplos, los de San Juan de Puerto Rico, Cartagena de Indias, Veracruz, Portobelo, La Guaira, Valparaíso, Manila...

     Los elementos quizás más emblemáticos de este tipo de arquitectura, por su propia autonomía y expresividad formal y por su capacidad simbólica [17] sean �las garitas�, cuyas siluetas cupuliformes podemos admirar desde Acapulco hasta Isla Margarita, desde Cádiz a Manila, desde La Habana hasta Guam.

     En Ponapé, los restos del fuerte Alfonso XIII, construido en 1887, y de la muralla, en 1890, son testigos de la resistencia que mostraron los ponapeños ante el nuevo orden que les intentaban imponer, igual que hicieron los chamorros dos siglos antes, obligando a los españoles a construir las primeras fortificaciones de Micronesia: primero una estacada de madera, en 1671, y más tarde el fuerte Santa María de Guadalupe (10), en 1683, ya desaparecidos. La muralla de Ponapé, hoy conocida como Spanish Wall fue parcialmente destruida por los alemanes, en señal de buena voluntad, cuando compraron la isla a España; sin embargo casi de inmediato, al estallar la rebelión de Sokehs, la reconstruyeron, siguiendo el trazado original.

     El llamado Spanish Fort, que los españoles levantaron, de piedra y ladrillo, en Santa Cristina de Yap, hoy Colonia, es la estructura militar española de mayores dimensiones conservada en Micronesia; la puesta en valor de su carácter monumental sería de enorme interés.



6. ARQUITECTURA CIVIL

     Aunque debido al escaso número de colonizadores civiles en Marianas y sobre todo en Palaos y Carolinas, y a la propia magnitud de las islas, la obra civil tuvo un alcance limitado, la civilización introducida por los españoles supuso una nueva manera de entender la relación de la sociedad con el medio físico.

     Los gobernadores españoles tuvieron empeño en la construcción de caminos que permitieran establecer relaciones territoriales inexistentes hasta su llegada. En Ponapé, la construcción del camino que bordeando la costa conectaba los diferentes �estados� de la isla, fue objeto de fuerte oposición por parte de los ponapeños, reacios en todo momento a someterse al control de los europeos.

     El Camino Real, abierto en Guam durante el siglo XVIII, tenía por objeto unir Agaña -capital de la isla- con el puerto de Umatac, en cuya bahía fondeaba el galeón de Acapulco en su escala anual rumbo a Manila. Para lograr unir ambos puntos, distantes unos treinta kilómetros, fue preciso construir un buen número de puentes, cuatro de los cuales siguen en pie, estando [18] incluso en servicio uno de ellos: el denominado de El Castillo, en Umatac. Tras la independencia de México, en 1815, cesaron los viajes del galeón, y el Camino Real perdió su importancia.

     Las Casas Reales eran pequeños edificios gubernamentales, que se levantaban en algunas poblaciones para alojamiento de alcaldes o gobernadorcillos (11), y para dar aposento al Gobernador cuando visitaba el lugar. A veces también se denomina así a su residencia permanente o Casa del Gobernador, conocida así mismo como Palacio, a pesar de la relativa modestia de su construcción, en mampostería. Al igual que ocurría en Filipinas existían casas reales en las poblaciones de mayor importancia. El único testimonio de este tipo de edificios son las ruinas pétreas de la Casa Real de Rota.

     No llegó a cuajar en Micronesia el característico patrón hispano de creación de ciudades en cuadrícula, tan enormemente difundido en América, donde el módulo es la manzana cuadrada cerrada, formada por yuxtaposiciones de edificios que mantienen siempre un frente continuo a la calle y un sistema de patios al interior.

     Los pueblos de Marianas mantenían el carácter rural del poblado chamorro, con edificaciones aisladas, de techos de nipa, pero alineadas dentro de una incipiente trama urbana de manzanas definidas por caminos, en la que se van injertando casitas de muros encalados con escuetas aberturas y cubiertas de teja, como sacadas de cualquier pueblo blanco de la Península Ibérica. San Ignacio de Agaña representa el único caso de ciudad, la primera creada, y por mucho tiempo la única de Oceanía (12). Era quizás la Agaña destruida en la guerra americano-japonesa el máximo exponente de esa civilización, fruto de la fusión y el mestizaje. Su Plaza de España (13), con su nombre español y los restos de edificaciones que aún podemos contemplar (14), nos transportan a un pasado común que nos ayuda a conocer nuestra identidad actual.

     Como ocurre en el Nuevo Mundo la ciudad gravita en torno a un espacio en el que se concentran el poder temporal y el espiritual: el Palacio y la Iglesia. [19] Y este espacio permanece como referencia urbana permanente y símbolo de la identidad de la ciudad (15).



7. CONCLUSIONES

     Siendo la colonización hispana eminentemente civilizadora -podríamos incluso considerar el paralelismo entre hispanización y romanización- resulta lógica la existencia de huellas físicas de la presencia española en Oceanía, aun cuando en un siglo de ausencia muchas de estas huellas hayan sido borradas. El establecimiento de un nuevo modelo social llevaba implícito la creación de unas estructuras físicas y unos tipos edificatorios similares a los de otros lugares en los que había tenido o estaba teniendo lugar el mismo proceso. Las influencias españolas en las arquitecturas de estas islas se manifiestan bien directamente o a través de su paso por América y Filipinas. Dicho de otro modo estas estructuras, con sus peculiaridades y características propias forman parte indudablemente de esa universalidad que constituye lo hispano.

     Lo cierto es que el ingrediente español, o si se prefiere hispano, forma parte de la identidad cultural de estos pueblos, de sus señas de identidad. Podemos incluso afirmar que hay una cierta fascinación por lo español, que se hace patente por ejemplo en las actuaciones arquitectónicas en estilo español. Este interés hacia lo español, al menos en Arquitectura, y con independencia de factores sentimentales habría que situarlo en el contexto de las corrientes vernacularistas que surgen como reacción a los excesos universalizadores del Movimiento Moderno. Ese vernacularismo, ligado en muchas ocasiones a un cierto nacionalismo tiene en Marianas al elemento español como factor diferenciador más característico.

     Aunque una buena parte de la arquitectura neoespañola que se ha hecho en Guam, ha tomado ese españolismo de forma un tanto superficial -y que dicho sea de paso guarda no demasiada relación con la arquitectura de la Agaña anterior a la SGM- quizás a través de la arquitectura neoespañola de California y otros estados del sur norteamericano, no cabe duda de que esa arquitectura está tratando de dar respuesta a una demanda social. Los ejemplos más representativos son la Government House, residencia oficial del Gobernador de Guam, en Agaña, y las oficinas gubernamentales de Adelup Point. Especial consideración merece el complejo comercial Chamorro Village [20], en el que se han manejado con acierto factores hispanos, sin caer en el tópico, y al servicio de una arquitectura actual.

     La tradición constructiva llevada por los españoles y asumida por los pueblos de las islas siguió desarrollándose en las décadas siguientes a su marcha. Es sobre todo tras la SGM y la efectiva americanización que vino después, cuando -como en otros ámbitos de la cultura- se interrumpe esa tradición de origen hispano. La ruptura se debe no sólo a factores ideológicos, o de implantación de nuevos modelos coloniales, sino también a cambios estructurales a nivel global -la aceleración de la historia- que se producen desde entonces, y que dan lugar en muy diferentes latitudes y circunstancias a rupturas similares, con la introducción sistemática de nuevos materiales y sistemas constructivos.

     El interés creciente que toda sociedad actual muestra por el propio patrimonio edificado (16), tras décadas de agresiones y olvido, permite ser moderadamente optimistas en relación con el futuro del legado arquitectónico de origen español en Oceanía, su conservación y puesta en valor.



BIBLIOGRAFÍA ESPECÍFICA

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Informes y trabajos (no publicados)

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     LUQUE, Miguel; PACHECO, Juan José; PALANCO, Fernando [coord]: 1898: España y el Pacífico. Interpretación del pasado, realidad del presente. Actas del IV Congreso Internacional de la Asociación Española de Estudios del Pacífico. Asociación Española de Estudios del Pacífico, Madrid, 1999. [24]

     MONTERO VIDAL, José. El archipiélago filipino y las islas Marianas, Carolinas y Palaos: su historia, geografía y estadística. Imp. y Fund. de Manuel Tello. Madrid, 1886.

     MOYA, Lorenzo. Viaje del cañonero Quirós afecto a la división naval de las Carolinas Orientales, por algunas islas de dicho archipiélago. Depósito Hidrográfico, Madrid, 1897.

     MUÑOZ BARRERA, V.: La Micronesia española, o los archipiélagos de Marianas, Palaos y Carolinas. Tipografía �Amigos del país�. Manila, 1894.

     OLIVÉ y GARCÍA, Francisco. Islas Marianas. Ligeros apuntes acerca de las mismas, porvenir al que pueden y deben esperar, y ayuda que ha de prestar la administración para conseguirlo. Imprenta y Litografía de M. Pérez (hijo). Manila, 1887.

     PANCORBO, Luis. �Escala en Marianas�. En GEO n.� 20, septiembre, 1988, pp. 45-57.

     PASTOR y SANTOS, E. Territorios de soberanía española en Oceanía. C.S.I.C. Instituto de Estudios Africanos. Madrid, 1950.

     PLAZA, Felicia. Índice de documentos relativos a Micronesia que posee el Archivo Histórico Nacional. Madrid-Guam, 1974.

     RODAO, Florentino [coord.]. Estudios sobre Filipinas y las islas del Pacífico. Asociación Española de Estudios del Pacífico. Madrid, 1989.

     RODAO, Florentino [coord.]. España y el Pacífico. Instituto de Cooperación para el Desarrollo/Asociación Española de Estudios del Pacífico. Madrid, 1989.

     RODRÍGUEZ GONZÁLEZ, Agustín. La crisis de las Carolinas. Universidad Complutense, Madrid, 1991.

     RUSSELL, Scott. From Arabwal to Ashes: A Brief History of Garapan Village, 1819-1945. Saipan Historic Preservation Office, Saipan, 1983.

     RUSSELL, Scott. Rising Sun over the Northern Marianas. Life and culture under the Japanese Administration (1914-1944). Saipan Historic Preservation Office, Saipan, 1983; 27 pp.

     ROGERS, Robert F. Destiny's landfall. A History of Guam. University of Hawaii Press. Honolulu, 1995.

     SÁNCHEZ, Jorge. Mi viaje a los archipiélagos del Pacífico. Plaza y Janés, Barcelona, 1992.

     SÁNCHEZ y ZAYAS, Eugenio. Viaje de la corbeta Narváez de Manila a las islas Marianas. Londres, 1865.

     SULLIVAN, Julius O.F.M. Cap. The Phoenix rises. Seraphic Mass Association. Roma y Nueva York, 1957.

     TAVIEL DE ANDRADE, Enrique: Historia del conflicto de Las Carolinas. Imprenta Tello, Madrid, 1886. [25]

     VALENCIANA, Fray Ambrosio de. Mi viaje a Oceanía: historia de la fundación de las misiones capuchinas en las Carolinas y Palaos. Sevilla, 1902.

     YANAHARA, Tadao. Pacific Islands Under Japanese Mandate. Oxford University Press, Londres 1940. (Primera impresión en Japón, 1935).

     WOOD, J. B. Yap and Other Islands Under Japanese Mandate. National Geographic. Diciembre 1921, pp. 591-627. [26] [27]



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Un cráneo tahitiano en España

Francisco Mellén Blanco



     Al investigar unos documentos sobre temas históricos de las islas del Pacífico encontré sorprendentemente un breve artículo sobre un cráneo tahitiano que se conservaba en el Museo Filipino, ahora Museo Oriental, de los PP. Agustinos de Valladolid (España).

     El artículo apareció en el Tomo IV de las Actas y Memorias de la Sociedad Española de Antropología, Etnografía y Prehistoria, correspondiente al acta del 9 de diciembre del año 1925. Está recogido en la Comunicación n.� 48, págs. 77-80. El autor fue el Dr. Mateo Rioja, Catedrático de Psicología de Valladolid (España), aunque el trabajo fue presentado por el Sr. Ayuso.

     Mi primera reacción fue solicitar información al Museo Oriental de los Padres Agustinos sobre dicho cráneo. El Director del Museo me respondió que se había perdido dicha pieza y toda la información que había sobre su procedencia, pues el Museo fue utilizado como �nido de ametralladoras� durante la guerra civil española en 1936. Por tanto, desgraciadamente se desconoce cómo llegó al Museo, quién lo transportó o envió y a qué tahitiano pertenecía.

     El trabajo realizado por el Dr. Rioja se hizo en las prácticas con sus alumnos y todas las medidas se verificaron con el antropómetro Ayuso. La comunicación se titula: Medidas e índices de dos cráneos existentes en el Museo Filipino de los PP. Agustinos en Valladolid. Hace referencia a un cráneo de Tahití (Polinesia) señalado con la letra (A), y a otro chino de Tongren (Hunan Septentrional, China). Ambos en 1925 estaban perfectamente conservados.

     El cráneo que nos interesa es el tahitiano, el cual está ilustrado por tres fotografías. Por ser de utilidad para los investigadores de la Polinesia incluimos los datos estudiados por el Dr. Rioja en 1925. [28]

     CRÁNEO A. -Isla de Tahití. Presenta muy prominentes los lóbulos parietales, con alguna asimetría, pues es más acentuada la prominencia izquierda. También presenta rugosidades en la región lambdoidea Las medidas e índices obtenidos fueron los siguientes:

           Cráneo           
Diámetros
Antero-posterior máximo....................................................... 185
Antero-posterior iníaco.......................................................... 179
Transverso máximo............................................................... 151
Biauricular............................................................................. 99
Vertical basio bregmático...................................................... 151
Frontal máximo..................................................................... 114
Frontal mínimo...................................................................... 84 [29]
 
Agujero occipital
Longitud................................................................................ 40
Latitud................................................................................... 31
 
Curvas
Nasio-opística....................................................................... 392
Nasio-ofríaca........................................................................ 22
Nasio-bregmática.................................................................. 155
Nasio-lámbdica..................................................................... 204
Nasio-iníaca.......................................................................... 381
Ofrio-iníaca........................................................................... 359
          

Ángulos

          
     Fueron tomados, para este cráneo, con un aparato de precisión escasa y no propiamente antropológico, por lo que con muchas reservas y como indicio sólo consignaremos que para el ángulo occipital de Broca se ha obtenido un valor de 20�; para el occipital de Daubenton 4�, y para el esfenoidal de Wirchow 85�. También hemos de hacer constar que en este cráneo la cara retrocede no mucho del plano de la calvaria.
 
Índices
Cefálico......................................................................................... 81,62
Cefálico vertical............................................................................. 70,81
Fronto-parietal.............................................................................. 82,11
Del agujero occipital...................................................................... 77,5
 
Cara
Distancias
Nasio-básica................................................................................. 9
Basio-alveolar............................................................................... 87
Basio-palatina............................................................................... 57 [30]
 
Alturas
Ofrio-alveolar................................................................................ 92
Nasio-alveolar............................................................................... 70
Espino-alveolar.............................................................................. No se puede tomar
 
Latitudes
Bizigomática.................................................................................. 101
Bimaxilar máxima........................................................................... 97
Biorbitaria externa.......................................................................... 108
Inter-orbitaria................................................................................. 28
 
Órbita
Altura............................................................................................. 37
Anchura.......................................................................................... 38
 
Nariz
Longitud.......................................................................................... 34
Anchura.......................................................................................... 27
 
Paladar
Longitud.......................................................................................... 54
Latitud............................................................................................. 46
 
Mandíbula
Altura de la sínfisis............................................................................ 24
Distancia bigoníaca............................................................................ 80
Curva bigoníaca................................................................................ 144 [31]
 
Índices
Facial superior de Broca.................................................................... 78,59
Facial de Wirchow............................................................................. 72,26
Orbitario............................................................................................ 97,34
Nasal................................................................................................. 79,41
Palatino.............................................................................................. 85,18
Mandibular (sinfisio-bigoníaco)........................................................... 30 [32] [33]



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Un australiano en la guerra civil española. Opiniones del brigadista Lloyd Edmonds sobre varios temas españoles

Carlos M. Fernández-Shaw



     Entre los posibles comentarios, juicios, etc., que su presencia en España, durante la Guerra Civil (1936-39), hayan podido formular los brigadistas que lucharon en el lado republicano, considero de interés los testimonios de Lloyd Edmonds, que pueden considerarse como prototipo de los de sus compañeros. Lloyd Edmonds, quien había viajado a Inglaterra para estudiar Economía, se dejó convencer para luchar en España con las Brigadas, por lo que atravesó la frontera de los Pirineos a comienzos de junio de 1937 de forma accidentada, dado que sufrió un colapso y hubo de ser cargado por dos colegas. Al haber escasez de conductores de automóviles, le fue asignado un camión importado de los Estados Unidos, que se hallaba con otros cientos en la frontera pirenaica; tuvo a Albacete como cuartel (17).

     Las cartas de Lloyd Edmonds son un documento quizás único (junto con las fotos que fue remitiendo) (18) y su recopilación en 1985 constituyó una buena iniciativa. �Fue una premonición que en la primera carta que escribió a su padre, le rogara la conservación de las que le fuera escribiendo? Ya a bordo percibió �la principal influencia ampliadora de viajar, que es la de aumentar el propio conocimiento sobre la debilidad del ser humano. La gente se comporta mejor cuando se halla en el seno de la familia� (19). El corresponsal se muestra como una buena persona, ingenuo, dotado de correctas intenciones, con poca experiencia y maleable, por tanto, idealista. Para referirse al otro bando, utiliza uniformemente la palabra �fascista�, sin hacer matizaciones. Dice en una de sus cartas: �La sensación de estar haciendo algo importante, [34] la importancia del trabajo de un chófer... hacen de mi trabajo un acontecimiento bastante valorable. Creo que es realmente, la mejor cosa que he hecho� (20). A comienzos de 1938 comenta a su padre: �Existe la posibilidad de la repatriación. Espero con ilusión regresar a casa, aunque no soy un mal soldado. No me preocupan las balas, créelo o no� (21).

     1) �Cuál fue su posición ante la guerra en que estaba participando? �España es el tema importante, por supuesto [en la Conferencia anual laborista inglesa]... Las mentiras en el Daily Mail & Express son atroces. Un relato era sobre monjas desnudas bailando en torno a los rojos, etc.� (22); �...España parece ser el centro desde el que muchas complicaciones europeas pueden venir� (23); �yo era muy ignorante respecto a España. Debiera haber conocido un poquito sobre los aspectos políticos de la Guerra Civil� (24).

     �El ejército es revolucionario, es decir, es informal. Nadie saluda a un oficial... Existe intenso antagonismo entre varias secciones del Gobierno, particularmente entre el POUM (Partido Obrero de Unificación Marxista), la ultra-izquierda del Partido comunista, y el Partido comunista... La mayoría de los brigadistas son comunistas� (25). �El saludo ahora, en lugar de �Adiós, señor� es �Salud, Camarada�. Esto, y el puño cerrado, señal del Frente Popular, son universales�... �Las iglesias están todas cerradas. Y no he visto a un solo sacerdote o monja...�, �...las fuerzas reaccionarias en España, la Iglesia y los Grandes están desapareciendo� (26). �El dictador Primo de Rivera casi llevó a España a la bancarrota con la construcción de carreteras. Es una gran cosa para nosotros [los chóferes] porque son bastante buenas...� (27). �La Internacional es la canción mejor conocida en España� (28). �Fui al frente de nuevo. Tenemos tremendos movimientos en preparación. La actividad es terrible. Las carreteras se hallan abarrotadas... Nuestros cazas vuelan a 200-300 millas por hora. Rápido� (29). �Los fascistas aquí, los alemanes, italianos... no se asustan. En tierra luchan con valor, contraatacan, una y otra vez, pero en el aire, sus aviones, más importantes en número, son inferiores a los nuestros. Los españoles son muy buenos pilotos, temerarios [35] y audaces� (30). �Los españoles se están volviendo más disciplinados y regulares que nosotros en la Brigada internacional� (31).

     �Fui a Brunete hace tres o cuatro días. Para alimentar la cocina de nuestro campamento, nos trajimos de las casas muebles destrozados y cierres de madera. La ciudad se encontraba desierta, muerta y deshecha� (32). �Ayer cuarenta y cinco aviones, que yo contara, bombardearon nuestras líneas, pero el daño fue ligero� (33). �Fui traído (17-10-37) al campamento para celebrar los doce meses de edad de la Brigada internacional...�; �según las noticias internacionales, los voluntarios pueden salir pronto a puntapiés de España...� (34). �Hace cuatro días contemplé sobre mi cabeza un combate aéreo gigantesco... No hay duda de que nuestros aviones son superiores en velocidad y en caer en picado sobre los fascistas... Desde que Franco comprendió que no podía retomar Teruel, todos los días son bombardeadas tres o cuatro ciudades como Cuenca, Valencia, Barcelona y Reus... ostento el dudoso honor de permanecer en el frente por más largo período (24 días) que cualquier otro compañero en mi compañía. El ejército español está bastante bien ahora...� (35). �Me encuentro en este momento en Aragón y las cosas no son las mejores... Los fascistas cuentan con una tremenda superioridad en material, particularmente en el aire y sus bombardeos han sobrepasado cualesquiera en la historia... Las líneas cambian tan rápido que muchos de nuestros camiones y hombres han sido interceptados, mientras todos nosotros hemos escapado con dificultad...� (36).

     2) �Qué pensaban tanto él como sus compañeros sobre el resultado final de la contienda? �Por lo que yo veo, el Gobierno debe ganar. Cuenta con la energía humana y ahora está obteniendo material� (37). �El pueblo español a lo largo de la carretera parecía estar fuertemente a favor del Gobierno...� (38). �El Gobierno parece estar mucho más fuerte que los fascistas. Confidencialmente confío en que cuando recibas esta carta [12-6-37] los fascistas se habrán marchado�... �todo el mundo está con el Gobierno...� (39). �El sentir aquí [14-6-37] es de confianza rebosante de que los fascistas serán echados pronto [36] del país� (40). �...la caída del Gobierno de Blum y la evacuación de Bilbao han sido dos reveses� (41). �Estamos avanzando. Los recientes avances son parte del mayor ataque que el Gobierno ha lanzado... Espero plenamente, en base al conocimiento que tengo de la moral y la condición de las tropas, que para el tiempo en que recibas esta carta, Madrid habrá sido completamente liberado�. �Contamos con la energía humana y, al fin y al cabo, esto es lo que cuenta... Creo que el fin vendrá bastante rápidamente� (42). �Estoy convencido de que pronto los acontecimientos de aquí [18-7-37] se inclinarán tan fuertemente a favor de este Gobierno que estaré en Australia antes de lo proyectado� (43). �Será un buen día para España cuando este asunto se termine. Y no tardará ahora�... �Ahora la Brigada Internacional se halla distribuida en cinco o seis Brigadas de la Milicia española. Se llaman Brigadas mixtas� (44). �Calculamos que los fascistas contraatacarán pronto [3-8-37]. Nos llegan signos de desmoralización entre los fascistas� (45). �Recibimos constantes rumores de motines en el ejército fascista. Si la mitad de ellos son verdaderos nos encontramos en muy buena posición�.

     �Según el boletín de hoy, los fascistas han aumentado su ventaja en el distrito de Santander por lo que pronto todo va a estar volando� (46). �Belchite, una de las entradas para Zaragoza, ha sido capturado, así es que estamos en marcha� (47). �La guerra va a durar más allá del invierno. Hasta ahora mi slogan ha sido: en casa para Navidades. Hoy me estoy preparando para el invierno� (48). �Gijón ha caído y ya no existe el Frente del Norte. Ello significa que la presión sobre nuestros frentes aumentará tremendamente� (49). �La naturaleza de la guerra ha cambiado considerablemente desde la caída de Asturias. El slogan aquí ahora es �Fortificación�, ya no �Pasaremos�; los disparos y bombardeos han aumentado considerablemente... La guerra va a durar meses y meses� (50). �Las cosas han tomado aquí últimamente una nota más sombría. La esperanza de abrir la frontera está disminuyendo, el Comité de no-intervención muestra pocos signos de poner dificultades a Mussolini, en tanto que el impulso reaccionario a través de todo el mundo parece en aumento. Pero [37] Francia e Inglaterra no pueden permitirse la amenaza de una España fascista, dominada por Alemania e Italia. Esto es imposible� (51).

     �Teruel cayó ayer (19-12-37): la más grande victoria que hemos tenido desde Belchite... Hemos progresado. Hemos conquistado una importante ciudad estratégica� (52). �Tropas especiales -los carabineros- habían rodeado a Teruel para sorpresa de todos... Fue muy alentador... Capturamos varios miles de prisioneros... El Gobierno parece estar en una posición más sólida� (53). �Supongo que te has enterado de la gran ofensiva fascista. Irrumpieron y tuvimos que correr para salvar nuestras vidas. Avanzaron unos setenta kilómetros... Desde el Nuevo Año en que reconquistaron Teruel, los fascistas han tenido tal suministro de material que han ganado la supremacía del aire, la primera vez desde mayo... Esta guerra decidirá la historia de España y de Europa para los próximos años� (54). �Las cosas están mal, pero un milagro puede suceder� (55). �Deseo regresar a casa. A veces me siento nostálgico. Pero algunos compañeros lo toman mucho peor...� (56). �Deseo regresar a casa (26-5-38), pero no es posible por el momento. No sé, ahora, cuándo podré partir�... �esta guerra no puede durar para siempre. Desgraciadamente la duración de mi vida es de sólo sesenta o setenta años... No he tenido suerte últimamente� (57).

     3) �Algún juicio sobre las acciones bélicas en que intervino, más o menos de cerca? �Hice un largo viaje con un convoy de treinta camiones a Madrid... Tuvimos sólo un par de horas para dormir en tres días... Íbamos dos conductores en cada camión, cambiándonos cada hora y media. Llevábamos más de tres toneladas de alimentos... Llegamos a Madrid a las dos de la mañana... Cuando salíamos a las cinco, se produjo un duelo de artillero entre los fascistas y nosotros. Debo reconocer que yo estaba bastante nervioso. Hacen tanto ruido. Puedes oírles silbar -ssss- en el aire y luego golpazo. Ninguno cayó cerca de nosotros. Después salió la gente -bastante tranquila- y los tranvías comenzaron a marchar. Era sorprendente lo rápido con que todo se volvía normal. La comida en Madrid está racionada, por supuesto� (58). �En los pasados diez días he ido a Madrid dos veces... Me acerqué al frente. Los españoles cubrían el frente. El frente consistía en una pared de piedras [38] con sectores a intervalos con ametralladoras: a unas trescientas yardas en la otra colina los fascistas se hallaban... Es sorprendente cómo uno se adapta. Después de un poco, uno o dos días, no te vuelves cuando un disparo o una bomba silba, ni echas un vistazo por curiosidad... El bombardeo y los disparos desde la Ciudad Universitaria no interrumpen la normalidad de la vida, aunque la gente de Madrid muestra ciertamente tensión en contraste con la alegre y simpática gente de lugares remotos del frente...�. �En Madrid,... a lo largo del día los aeroplanos silban. La velocidad a la que vuelan es increíble, las cosas más veloces que he visto. Los cazas vuelan sobre la cabeza a trescientas millas por hora, según me cuentan. No conozco la exacta velocidad pero es terrorífico. Los bombarderos van más despacio... Durante el día las cosas en el frente están quietas y calmas... Pero a la noche, los fogonazos, el ruido, los zumbidos en el aire son más animados� (59). �El suministro a Madrid es una gran empresa. Sólo existe una carretera importante -la de Valencia- y a lo largo de esta vía, día y noche, silban las judías, el carbón, el vino, el pan y las ropas. Madrid tiene más de un millón de población (con los refugiados) y todos son alimentados con alimentos que llegan a través de una sola carretera� (60).

     Valga como última reflexión bélica de Edmonds la siguiente: �La guerra es un dolor en el cuello. Todo está equivocado. Nada para leer, super-trabajo, alimento terrible, trabajo toda la noche, a menudo, ninguna diversión, abundantes puntapiés, así que censurado, censurado, censurado� (La censura militar tachaba con frecuencia nombres u opiniones) (61).

     4) �Juicios suyos sobre España y los españoles? �Los españoles son físicamente una bella raza y algunos hacen de la guerra un asunto galante... Conducen como locos para ahorrar cinco minutos... Las muchachas españolas son las más atractivas que jamás he visto. Son más bien oscuras, pero es sorprendente ver, de cuando en cuando, alguna rubia... Los españoles hablan demasiado rápido... (62) Las muchachas tienen fama merecida por su bella apariencia...� (63). �Las muchachas españolas son todas oscuras; para ser diferentes algunas se convierten en rubias platino... Son muy atractivas en apariencia y muy alegres. Siempre sonriendo, de buen carácter y no egoístas. Estos países, como España mitad feudal, otorgan gran respeto a las muchachas, pero no ayudan mucho a las mujeres mayores... Las familias españolas se entienden bastante [39] mejor que las australianas� (64). �España es un país muy atractivo: colorido y soleado...� (65). �El tiempo es típicamente español, cielos azules, cálido y calmo...� (66).

     Madrid es muy moderna en cuanto a su arquitectura -más moderna que Melbourne- en el estilo cuadriculado, generalmente con mucho espacio para las ventanas� (67). �Ayer tuve veinticuatro horas de asueto, y fui a Madrid. Es una ciudad maravillosa� (68). �Madrid es un gran sitio... Madrid crece en ti. Realmente es formidable� (69). �Valencia es una ciudad muy bonita� (70). �Barcelona es como Madrid: brillante, soleada y limpia... Cataluña es bastante montañosa... El Ebro es un bello y ancho río� (71).

     �La gente local se sirve de sus antiguos pozos con mulas que caminan en círculo, sacando agua por medio de cubos... Los pequeños carros españoles son tirados por asnos... en el campo, se ara con bueyes o mulas� (72). �Los porrones precisan de cierto manipuleo: mantienes el chorro lejos de la boca y lo enfilas como una fuente hacia la garganta, con simultáneos gargarismos. No puedo hacerlo... El campesino es un gran trabajador azacanado, particularmente ahora en los meses veraniegos de la cosecha. Para separar el grano de la paja, el campesino echa lo trillado al viento el que se lleva la paja, dejando caer el grano en un montón. Es extraordinariamente primitivo� (73). �El agua es acarreada en cántaros, las mujeres regresando de la fuente con aquéllos en la cabeza, balanceándose� (74). �Me organicé un calentador de cobre: cada noche lo lleno de cenizas y lo coloco bajo mi camastro para calentarme. Es otra costumbre española� (75). �Tuve muy interesantes seis días en un pueblo del río Ebro... Permanecí en una casa labriega. Abuela, padre, madre, una horda de chiquillos, todos sentados alrededor de la mesa. Yo tenía plato; los otros mojaban sus dedos en la fuente central y extraían un poco de carne o patatas. Bebían de una bota que se pasaba por la mesa. Vino, por supuesto. Se presiona al cuero y el vino arriba a chorros a la boca desde la distancia de seis pulgadas. No es de buena educación tocar la bolsa con los labios�... �En [40] estas ciudades españolas contamos con el viejo Pregonero. Las recorre dos o tres veces al día, toca un pequeño cuerno y entonces lee algunas noticias o declaraciones� (76). �Los más grandes y los mejores árboles aquí son eucaliptos� (77).

     �Los chóferes... recibimos ahora ciento diez pesetas cada diez días..., es mucho dinero cuando uno es abastecido de todo y sólo compra lujos...; leche, huevos y azúcar están escasos y también los cigarrillos..., la creencia común es la de gastarse todo el dinero dado, que al fin de la guerra, el dinero no tendrá valor...� (78). �La comida es abundante y sólida, pero obtenemos sólo ciertas clases de alimentos: sopa, macarrones y judías, sobre todo judías, nada de leche, mantequilla, huevos, azúcar o té..., tampoco jabón o tabaco...� (79). �Estamos en tiempo de cosecha... El signo comunista de la hoz y el martillo aparece como muy apropiado aquí en España� (80).

     5) �Problemas en España? �El viento es frío... No nos lavamos durante tres días; no valía la pena� (81). �Ahora estoy en Cataluña. He tropezado de nuevo con la dificultad de la lengua. En Madrid, podía luchar, pero el catalán es completamente diferente. Incluso los españoles, que hablan castellano, tropiezan si no pueden hablar catalán� (82). �Con grandes trabajos y esfuerzos, me las arreglé para hablar suficiente castellano como para hacerme entender por un madrileño, pero luego nos resbalamos en Cataluña, donde la lengua es tan diferente como el francés del inglés (más o menos), pero no tengo intención de dominar el catalán� (83). �España está notoriamente retrasada... La higiene es un hábito inglés pero la buena comida es un hábito francés y español... Los cuarteles son sucios e insalubres, las casas son inmundas y los W.C. no son usados. El coste de la vida es muy bajo...� (84). �España está, por supuesto, muy atrasada. El transporte se hace con mulas y burros, los arados de madera son arrastrados por bueyes, los campesinos viven en pequeñas casas de adobe, de una o dos habitaciones..., el trabajo de los campesinos es tan duro como en otras partes del mundo..., el entretenimiento popular son las corridas de toros. Vi una..., era ridículo, pequeños [41] añojos eran molestados y embromados, y después muertos a espada...� (85). El aceite de oliva siempre produce desastrosos resultados en mi digestión durante dos o tres días tras las comidas� (86). [42] [43]



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Haidar Alí: un intento frustrado de relación comercial entre Mysore y Filipinas, 1773-1779

Salvador P. Escoto



     El 17 de agosto de 1773, dos hombres se presentaron ante la embajada española en La Haya. Eran Isaac Goldschmidt, o Goldsmith, y su compañero André Hearton, o Hardung. El primero decía ser enviado plenipotenciario de Haidar Alí, famoso soberano de Mysore. André era un militar prusiano. Habían acudido allí en demanda de salvoconductos para viajar a Madrid, donde querían proponer un lucrativo tratado comercial entre Mysore y España que podría sentar las bases de una futura �alianza ofensiva y defensiva entre los dos países� (87). Tal propósito dejó atónito al Vizconde Herrera, embajador español ante la corte holandesa.

     Este acercamiento hacia España es una curiosa iniciativa que debemos enmarcar dentro de las luchas políticas que se estaban librando en el subcontinente indio. En un panorama de alianzas cambiantes e incesantes luchas feudales, los principales contendientes eran los marathas, los nizam de Hyderabad, el nawab Haidar Alí y las Compañía Británica de las Indias Orientales con sus tres sedes, en Madrás, Bombay y Calcuta. Como forma de fomentar sus intereses particulares, los británicos enfrentaron con habilidad a los estados nativos, dando apoyo a sus preferidos para destruir a los recalcitrantes.

     Haidar Alí (1760-1782) era un agudo y atípico soberano cuyo meteórico ascenso al poder y eficiente sistema administrativo le convierten en una figura fascinante de la historia de la India a fines del Siglo XVIII (88). Militar, aventurero e iletrado, llegó a ser, en tan sólo tres años, no solamente jefe indiscutible [44] de Kanara meridional, sino también poder hegemónico en la costa malabar. Durante la primera guerra mysore-británica, de 1767-1769, sobornó con éxito al nizam de Hyderabad y a los marathas para que rompieran su alianza con los británicos, expulsó a las fuerzas inglesas que ocupaban el importante puerto de Mangalore, y llegó con su ejército a tan sólo diez millas de Madrás antes de que los británicos pidieran la paz, aceptando, de mala gana, un tratado defensivo y ofensivo con Mysore el 3 de abril de 1769 (89).

     El año siguiente, los marathas invadieron de súbito Mysore con un ejército de 75.000 hombres. Sin ayuda procedente de Madrás, Haidar Alí tuvo que capitular en julio de 1772, cediendo parte de los territorios que le rendían vasallaje y pagando una indemnización de cincuenta lakhs (90) de rupias. Dolorido por la traición de Madrás, se hizo fuertemente antibritánico (91) y, como quiera que el número de mercenarios y suministros obtenido de los holandeses, portugueses y franceses no solía ser suficiente, estaba buscando otros aliados europeos que le proveyeran de material abundante, oficiales competentes para adiestrar a sus tropas, técnicos para los astilleros y equipamiento naval para cubrir las necesidades de una armada cada vez más numerosa (92).

     Por este motivo, Isaac Goldsmith explicó al embajador Herrera que Haidar Alí sentía gran interés por Prusia, cuyo poder militar admiraba y en donde la Compañía de Emden había tenido algún trato con Mysore. El nawab tenía mucho empeño en incorporar a su servicio a una crecida unidad del ejército prusiano. Sin embargo, durante la visita de Goldsmith a aquel país, su rey no había sido receptivo a la idea de tal alianza debido a lo limitado de su flota y a los importantes asuntos que se litigaban en Polonia (93). Haidar Alí había dado instrucciones para que, si fallaba la misión en Prusia, se intentara negociar con Suecia o con España, pero nunca con Francia, Holanda o Portugal. Goldsmith embelesó al diplomático español con la perspectiva de un monopolio garantizado sobre fabulosas mercancías orientales obtenidas a bajo precio, y reforzado por la demanda ilimitada en Mysore de productos de España y sus colonias. Aunque Herrera intuía las graves consecuencias [45] implícitas en esta negociación, no quería desaprovechar los fantásticos beneficios que podrían desprenderse de tal acuerdo. �Darían a la Corona de España -escribía a Grimaldi- la gran gloria de extender su comercio por los cuatro puntos cardinales� (94).

     La delegación llegó a Madrid en diciembre de 1773 y fue recibida por el secretario de estado, Marqués de Grimaldi. Una vez más Goldsmith presentó sus propuestas, subrayando los generosos privilegios comerciales que recibiría España, incluidos la exención fiscal y la provisión gratuita de materiales para la construcción de fuertes y almacenes en cualquier puerto o región de Mysore. También enfatizó en que su señor compraría mercancías españolas por un valor anual de entre ciento cincuenta y doscientas mil pagodas. Finalmente añadió que tenía instrucciones expresas de su nawab de no regresar a la India hasta no haber finalizado su misión (95).

     A requerimiento de Grimaldi, Goldsmith presentó un breve relato de su vida. En él decía ser judío alemán natural de Hamburgo. En 1756 fue como mercader a la costa malabar y desde allí se trasladó a Inglaterra. Tras una breve estancia en Londres, regresó a la India en compañía de comerciantes independientes. Mientras residió en Fort Saint George tuvo la excelente oportunidad de ser presentado a Haidar Alí, �que estaba entonces con un poderoso ejército a tres leguas de Fort Saint George, en un lugar denominado Maduwara [sic]�. Goldsmith continuaba su historia:

                Tuve el honor de prestarle una importante cantidad y gocé de su simpatía. Mi gracioso soberano me había instado a entrar en contacto con él por medio de una carta que envió al gobernador de Madrás, Charles Bouchier. Esto es lo que hice de inmediato, y tuve la dicha de recibir directamente de él ciertas comisiones, las cuales cumplí con prontitud. Obtuve después un gran privilegio: Una gran casa con tierras y la libertad de acudir ante él siempre que quisiera. Finalmente, después de numerosos y muy importantes servicios, que serían muy largos de relatar, obtuve su completa confianza con la admisión, en todo momento, en su Dorbar [corte], así como la amistad de la princesa, de sus hijos y de toda su familia y ministros. De este modo, asumí bajo mi responsabilidad la ejecución del plan que habíamos elaborado para procurarnos la alianza de alguna potencia europea... (96) [46]           

     Registros de Madrás indican que Goldsmith salió de Inglaterra, desde el puerto de Spithead, el 29 de febrero de 1764 a bordo del Duque de Gloucester y llegó a Madrás el 3 de agosto en calidad de criado de Samuel y Eleazer Moses, que habían obtenido de la Compañía de las Indias Orientales licencia de mercaderes libres (97). Otra fuente precisa que �Isaac Berend Goldsmith�, admitido en Madrás en 1764, estaba entre los ocupados en el comercio de diamantes y corales. Normalmente, una vez concedido el permiso de residencia en Fort Saint George, los mercaderes sólo estaban autorizados a salir con un permiso especial (98).

     Goldsmith permaneció en Madrás durante seis años aproximadamente. Su nombre aparece en la lista anual de residentes hasta mayo de 1770. A partir de entonces desaparece por completo de ella (99).

     Todo esto corrobora el informe biográfico que Goldsmith dio al embajador español sobre su entrada al servicio de Haidar Alí. Omite, sin embargo, que al menos uno de los servicios que prestaba era el de espía. Como tal fue descubierto en la corte de Seringapatam por Eloy Corrêa Peixoto, historiador portugués de las guerras de Haidar Alí, que narra lo siguiente:

                El 29 de junio [1770] llegó un judío procedente de Madrás que dijo venir a comerciar, trayendo algunas mercancías, joyas y perlas, pero cuya habilidad de disertación denotaba tener entre manos asuntos de mayor importancia. Trajo noticias de que el ejército de Alí Mohamed estaba acampado cerca de Trichinopoli... El ejército se compone (según dijo el judío) de 20.000 cipayos, todos buenos, y de 2.500 europeos, 12 piezas de campaña, cuatro cañones de doce y dos morteros. El destino de dicho ejército es desconocido, pero algunos dicen que viene a socorrer a los marathas... (100).           

     Mohamed Alí, citado por Peixoto, era soberano de Carnatic (1717-1795) y protegido de la presidencia de Madrás. Astuto, extravagante e implacable [47] enemigo de Haidar Alí, causó muchos problemas a los británicos y es responsable de la animadversión de éstos hacia aquél (101).

     Fue probablemente durante esa guerra contra los marathas cuando Haidar Alí mantuvo con Goldsmith las conversaciones de las que resultó su envío como emisario encargado de buscar alianzas con una potencia europea.

     Volviendo a retomar el hilo de nuestra historia en Madrid, Grimaldi, después de examinar los papeles presentados por Goldsmith, despachó con Carlos III y recibió la aprobación real para establecer relaciones de forma experimental. En cartas dirigidas a Julián Arriaga, secretario de despacho de Marina e Indias, de fechas 28 de diciembre de 1773 y 16 de octubre de 1774, Grimaldi le comunicaba los propósitos de la misión de Goldsmith y le pedía facilitase el transporte de éste y de su compañero hasta Sevilla y Cádiz, donde ambos embarcarían para Filipinas. Asimismo, el secretario de estado ordenaba se procurasen y embarcasen los bienes específicos demandados por el nawab. Correspondería al gobernador general de Filipinas, Simón de Anda y Salazar, estudiar las propuestas con sumo cuidado, teniendo en cuenta los grandes beneficios que podrían resultar y los perjuicios que se derivarían de la inacción. El rey deseaba conocer cuanto antes el parecer de Anda. La identidad de Goldsmith y de su compañero, así como el destino de la carga, debían mantenerse en secreto. Similares instrucciones se dieron al Conde de Ricla, secretario de Guerra, a Miguel de Músquiz, de Hacienda, y a Miguel Reggio, de Marina (102).

     Lo que los españoles no sabían es que el gobierno británico tenía noticias de la presencia de los agentes de Haidar Alí en Europa. En una nota de 1773, el Foreign Office pedía al Consejo de Directores de la Compañía de las Indias Orientales información sobre ellos. En respuesta, Mr. Wheeler, delegado presidente, notificaba que Goldsmith había sido admitido en Madrás en 1764, y que un hijo suyo de diecinueve años acababa de llegar recientemente de Holanda (103).

     Antes de salir para Sevilla, Goldsmith solicitó al rey estipendios para transporte y manutención. Como respuesta, Grimaldi dio instrucciones a Pedro Olavide, intendente militar de Andalucía, para que proporcionase a los dos huéspedes una asignación diaria de diez reales a cada uno, más alojamiento y gastos de viaje. Debería dar cuenta de los gastos totales, que serían cargados a cuenta del Real Haber (104). [48]

     Olavide respondió más tarde comunicando que Goldsmith y Hearton llegaron a Sevilla el 31 de enero y que no les gustó su alojamiento, por lo que se trasladaron a otro privado más caro. En ese momento estaban a gusto en la casa donde residían, y pensaba que cada uno de ellos iba a recibir quince reales diarios. El 4 de febrero de 1775 Olavide pasó a Grimaldi una cuenta de gastos de 8.905 reales de vellón, que cubrían desde su llegada a Sevilla, el 31 de enero de 1774, hasta el 4 de enero de 1775, fecha en la que embarcaron para Filipinas. Entre las partidas de dicha cuenta figuran 600 reales de Sevilla a Cádiz (no detallado), 225 reales para su transporte a Cádiz y 1.040 reales de su alojamiento y manutención durante 37 días en Puerto Real. Ese total incluiría también, probablemente, el alojamiento y manutención durante casi once meses en Sevilla, pero no los gastos ni dietas de viaje de Madrid a Sevilla. Se sabe que tanto Hearton como Goldsmith recibieron quince reales diarios al salir de Madrid. Una nota garabateada en la cubierta de la carta de Olavide dice: �No es necesario que Su Excelencia se canse leyendo estos papeles� (105).

     El 15 de febrero de 1775, Grimaldi escribió a Miguel Músquiz, secretario de Hacienda, para pagar a Olavide el importe de dicha cuenta. Sin embargo, Goldsmith y Hearton no recibieron acomodo de primera clase en el barco (�no debe dárseles la mesa de oficiales�), probablemente para encubrir su identidad y destino final (106).

     Arriaga, por su parte, informó a Grimaldi de que las mercancías requeridas para Mysore estaban listas y dispuestas a ser embarcadas. Necesitaba las facturas y precios de cada artículo con vistas a la próxima partida de la fragata Astrea para Filipinas. La lista detallada es como sigue:

           �3.000 fusiles con bayoneta, a razón de 24 reales de vellón.           
50.000 piedras de chispa para fusil.
2.000 varas de paño rojo, azul y blanco para los uniformes del ejército del nawab, a 25 reales la vara.
500 gorros militares, a 11 reales cada uno.
20.000 libras de plomo, a 52 reales el quintal. [1 quintal = 100 libras]
6.000 libras de cobre, a 18,5 reales el quintal� (107). [49]

     La fragata salió por fin de Cádiz el 4 de enero de 1775 y llegó a Filipinas el 20 de agosto. Goldsmith y Hearton conferenciaron con el gobernador general Simón de Anda, quien inicialmente tuvo dificultades para comunicarse con ellos, ya que ni él sabía francés ni Goldsmith sabía español. Afortunadamente, Ramón Yssassi, secretario de Anda, sabía francés �suficientemente�, y tanto él como probablemente Hearton hicieron de intérpretes y traductores de las cartas y documentos intercambiados entre sus respectivos superiores.

     Anda pidió a Goldsmith que presentara sus credenciales como plenipotenciario y entregara por escrito las condiciones del tratado propuesto. El 15 de septiembre Goldsmith entregó a Anda dos hojas escritas �en lengua mora� que, según él, contenían todas las facultades y poderes conferidos por su soberano. Añadió que Nawab Haidar Alí era soberano absoluto de Mysore, que constaba de seis provincias, denominadas Barcelor, Cardary, Mangalore -en donde se encontraba el principal puerto-, Bidemus [Bidnur], Bangalore y Chiringapatan [Seringapatam], residencia real. En torno a este reino había muchos principados vasallos y territorios tributarios que se extendían a lo largo de la costa malabar.

     También entregó a Anda las siguientes nueve cláusulas del tratado propuesto:

                �1. El nabab, que no ha hecho jamás alianza con ninguna potencia europea, promete al rey de España un terreno ventajosamente situado a la orilla de un río navegable, a donde puedan arrivar sus navíos, y en donde podrá construir un fuerte y fabricar factorías, para lo qual se le darán los materiales gratis.           
2. Todos los vasallos de Su Majestad Cathólica (y ninguno de las otras naciones europeas) tendrán la libertad de domiciliarse en los estados del nabab y hacer el comercio con todas las ciudades de su reyno, vendiendo y comprando los productos de sus recíprocos países.
3. El nabab permitirá a los súbditos del rey el libre uso de la religión cathólica y fabricar yglesias, recivirá los ministros de la religión que quiera Su Majestad Cathólica destinar a ellas, y castigará a qualquiera que se oponga a ello.
4. Luego que los navíos del rey lleguen a los estados del nabab, los comandantes de las plazas marítimas de Mangalor, Barcelor, etc. asistirán y acomodarán los equipages de dichos navíos, todo a expensas del nabab. Y dando aviso a la corte, destinará Su Alteza sugetos para conducir a ella las personas que vayan en los navíos, tratando a cada una según su carácter.
5. Se embiarán al nabab algunos sugetos instruidos en el arte militar y el comercio para ayudarle en ambos ramos. [50]
6. Que en quantos navíos españoles vayan en lo venidero a los estados del nabab se embíen en gran cantidad los renglones siguientes: cañones de fierro y bronce de todos calibres; balas, pólvora, fusiles, paños gruesos para vestuario de tropa, sombreros, fierro en barras, plomo, cobres, quincallería, herramientas, clavazón; todo lo necesario para construir navíos y fabricar casas; sillas de montar, bridas, hilo de oro y plata para bordar; vidrios en pelotones; piezas de cuero o becerrillo beneficiado; cochinilla, azafrán, coral encarnado; alhajas, como sortijas, cajas, espadas, etc.; colores preparados para pintar casas y navíos, muebles y adornos de casas.
7. Todo esto se pagará en pagodas (cada una es de 25 reales de vellón) o rupias de oro y plata. O si quisieren los mercaderes, se trocarán con piedras preciosas y perlas de todas calidades, con pimienta, canela, cardamomo, añil, algodón, musolinas, gasas, lienzos pintados superfinos, telas de seda, salitre, palos de tinte, arroz, etc.
8. Pide el nabab que desde ahora se embíen a sus estados desde las Filipinas todas las embarcaciones de su comercio, de las que no se cobrará ningún derecho por las mercaderías que lleven, y las que serán muy agasajadas con tal que no lleven a bordo yngleses, franceses, olandeses ni portugueses. Por razón de reciprocidad gozarán de igual privilegio los navíos del nabab en las Filipinas.
9. Se trabajará por una y otra parte en fomentar, concluir y ratificar este tratado de comercio y alianza. Para ello, el nabab tratará con la persona que sea de la satisfacción de Simón de Anda y éste con la que nombrará Su Alteza y que embiará a Manila� (108).

     Goldsmith informó a Anda de que Haidar no había hecho hasta entonces ninguna alianza con potencias europeas, por lo que estaba libre de cualquier complicación, restricción o compromiso previo.

     Anda manifestó gran satisfacción por la propuesta, pero no le fue fácil encontrar a alguien que tradujera las credenciales de Goldsmith. Había en Cavite, a las órdenes del gobierno español, una compañía de soldados malabares que habían desertado tras la retirada de los británicos que ocuparon Manila al final de la Guerra de los Siete Años, pero ninguno de ellos fue capaz de entender el escrito. Finalmente, un mercader armenio contó a Anda que frecuentemente comerciaba en Mysore y que reconocía Goldsmith como [51] uno de los hombres del nawab. De hecho había realizado una operación a través suyo. El testimonio del armenio debió de satisfacer a Anda (109).

     En carta dirigida a Grimaldi, Anda afirmaba que encontraba las propuestas �ventajosas y con muchas oportunidades en beneficio del Estado y de la Religión�. Estaba dispuesto a hacer todo lo que estuviera de su parte para cumplir con lo que le ordenaba el rey (110).

     El 8 de noviembre, Goldsmith sugería a Anda que, debido al monzón, era necesario despachar un barco a Mysore sin demora. Requería un navío de tres mástiles con respetable contingente de soldados a bordo, con vistas a la debida valoración de la bandera española en los estados de su señor. Además, pedía que Anda le asegurara que, cuando él regresara a Filipinas con las ciento cincuenta o doscientas mil pagodas, todos los bienes y material de guerra que enumeraba en su artículo sexto estarían listos para la estiba (111).

     Anda respondió que haría todo lo que fuera posible para cumplir con este requisito. Pensaba que proveer las necesidades del nawab no supondría mayor problema. El rey, de hecho, estaría satisfecho con una operación tan lucrativa. Con respecto al barco, se mostró en contra de enviar una de las dos fragatas ancladas en la bahía porque ello resultaría muy costoso. Alquilar un barco resultaría casi igual de caro. Finalmente decidió dar instrucciones a José Antonio Lardizábal, tesorero real, para que adquiriera dos navíos propiedad de don Tomás Dorado. El más pequeño se utilizaría para comercio doméstico, transportando productos de las provincias próximas a Manila. El mayor sería conducido a los astilleros de Cavite para su remodelación. Se abrirían dos escotillas a cada uno de los lados con objeto de instalar cuatro cañones. Debido a que Anda estaba demasiado ocupado, Lardizábal recibió el encargo no sólo de adquirir la comida y provisiones suficientes para diez personas en la mesa de oficiales y otras setenta personas más durante siete meses, sino también de seleccionar a los mejores marineros del galeón de Acapulco para tripular la nave. La dotación estaría compuesta exclusivamente de españoles y nativos (112).

     Goldsmith hizo todavía una última solicitud: quería que Ramón Yssassi, secretario del gobernador, fuera investido con poderes especiales para tratar con Haidar Alí en los generosos puntos del tratado propuesto, y que fuese nombrado comandante en jefe de la expedición a Mysore, así como cabeza de la delegación a la corte real de Seringapatam. En primer lugar, [52] Goldsmith argüía que Yssassi sabía francés, idioma que entendía el nawab, y estaba al tanto de las sucesivas fases de la negociación. Desde que había llegado a Filipinas Yssassi había sido su permanente anfitrión, enseñándole los principales lugares de interés de la ciudad y presentándole a las personas preeminentes de Manila, incluido el arzobispo. Por otra parte, el secretario le había prestado una importante suma de dinero para comprar oro y objetos de valor que llevar como regalo al nawab y a sus mujeres. Por todo ello, Goldsmith estaba en deuda de gratitud con el joven secretario, con quien congeniaba bien y que, además, era persona educada y con un intrínseco don de gentes. Anda debía valorar sobremanera los servicios de su secretario, porque sólo ante la insistente presión de Goldsmith admitió su partida (113).

     A fines de diciembre, Goldsmith comunicó a Anda que, a pesar de haber encontrado de buena calidad las mercancías destinadas a Mysore, la cantidad era insuficiente. También quería que se le garantizase que si el nawab decidía enviar altos dignatarios a Manila éstos serían recibidos con los honores y hospitalidad debidos (114).

     En una larga carta dirigida a Arriaga, Anda manifestaba que, debido a las quejas de Goldsmith, había decidido enviar a Mysore todas las mercancías llegadas en la Astrea, a pesar de que Su Majestad lo había indicado expresamente que parte de la carga podría ser empleada en Manila para cubrir necesidades apremiantes. También aprobaba la visita de altos dignatarios, porque de otra manera, fuera cual fuera la excusa que diera, causaría una pésima impresión al nawab. �Dejémosle venir y puede que incluso disfrute de la vista de Manila�. Con respecto al destino secreto de la carga, tan pronto como la fragata llegó de España habían circulado rumores de que estaba destinada a la Costa Malabar. Para desviar la atención había dicho a algunos pilotos que se estaba planeando un viaje a Nueva Zelanda. Daba cuenta de su reluctancia a desprenderse de los servicios de Yssassi y su fracaso en encontrar a alguien en Manila que pudiera leer las credenciales de Goldsmith. También explicaba las razones por las que había comprado dos barcos en lugar de haber alquilado uno para ir a Mysore. Anda quería saber también si las armas y otros objetos requeridos por Haidar Alí, por valor de doscientas mil pagodas, iban a llegar a Manila a tiempo en 1777. Intentaba satisfacer las exigencias de Goldsmith porque tenía mucha influencia sobre el nawab, que estaba enfrentado con los británicos, con los franceses y con los holandeses por su falta en cumplir con anteriores acuerdos. Anda finalizaba su carta manifestando que [53] deseaba conocer la decisión real lo antes posible para evitar mayores retrasos en su importante cometido (115).

     Sin embargo, en carta secreta de la misma fecha, Anda mostraba sus reservas con respecto al tratado propuesto. Pensaba que Goldsmith había sido bastante indiscreto con respecto a su misión en Prusia y sospechaba que los británicos estaban al tanto del asunto que se traían entre manos. Temía, además, que si el proyecto tenía éxito, la Compañía de las Indias Orientales y los holandeses podrían perder parte de su lucrativo comercio e intentarían cortar esa relación comercial con Mysore, e incluso tomar revancha sobre Filipinas. Más aún, pensaba que resultaría muy difícil verificar el cumplimiento de este tratado y que podrían surgir numerosos obstáculos desconocidos una vez en la corte de Seringapatam, sin tener medios para resolverlos. �No quiero decir que lo que he dicho ocurra�, añadía Anda, �se trata sólo de una especulación�. De hecho, consideraba el proyecto muy ventajoso para los intereses de Su Majestad (116).

     Cuando las cartas de Anda llegaron a Madrid, José Gálvez, que había reemplazado a Julián Arriaga como secretario de Ultramar, las remitió sin dilación al Palacio Real. El 20 de diciembre de 1776 Grimaldi escribía a Gálvez informándole de que el rey estaba muy satisfecho con la actuación de Anda y aprobaba las medidas que éste había tomado con respecto a la propuesta de tratado comercial con Mysore. El material de guerra y otras mercancías demandados por Haidar Alí serían despachados a Manila, siendo costeada una parte a cuenta del Real Haber y otra a cuenta de comerciantes particulares (117).

     Pero antes de que esto sucediese, el 25 de enero de 1776, en Cavite ya estaba un barco listo para zarpar hacia Mysore. Se trataba de un navío remodelado como fragata, con tres cañones a cada lado, y bautizado con el nombre de La Deseada. A la carga se sumaron diez cañones más destinados al nawab. Ramón Yssassi, comandante del barco y emisario del gobernador general, recibió las ultimas instrucciones. Miguel Antonio Gómez, ingeniero militar que más tarde escribiría una detallada relación del viaje, figuraba como comandante segundo. Su nombramiento se debía a su conocimiento de la costa malabar y a sus brillantes servicios durante la ocupación británica de Manila en 1762 (118). [54]

     Al día siguiente el barco emprendió viaje y el 8 de febrero atravesaba el estrecho de Malaca. Durante su navegación fue acosado en varias ocasiones por buques británicos, uno de ellos un gran navío de guerra dotado con 32 cañones. Se les preguntó de dónde venían y hacia dónde iban, a lo que dieron respuestas evasivas. Pero durante el viaje comenzaron a aparecer también signos evidentes del deterioro de las buenas relaciones que habían existido entre Yssassi y Goldsmith. Arribaron a Mangalore el 7 de abril y la descarga de todos los efectos tuvo lugar entre el 9 y el 14 de dicho mes. El mismo día 9 Miguel Antonio Gómez expresaba su sorpresa por la codicia de los estibadores y por la visita de un comandante británico:

                �El día nueve, a las siete de la mañana, se restituió a bordo nuestro bote acompañado de otro de bandera a popa y proa. Venían en ellos las personas embarcadas y algunos moros del país con un práctico de la barra, refresco y algunas chelengas o manchúas para la descarga, que inmediatamente se comenzó. La fragata se mejoró, dando fondo a dos millas de la fortaleza de afuera en cinco y medias brazas. Se recivió y trató a los moros con el correspondiente agasajo, pero se observó en ellos muy poca civilidad y muchas señas de rustiquez y codicia, queriendo registrar todo lo que havía en la embarcación, y aun hechando mano a todo lo que encontraban, de modo que fue menester, una u otra vez, quitárselo a fuerza. Nos dijeron ser estas buenas gentes dependientes del governador. Poco después de haverse hechado el ancla en este último fondo saludamos con nueve tiros. En el río se dejó ver una embarcación de tres palos que a toda vela venía sobre nosotros. Fondeó fuera de la barra al mismo tiempo que nosotros dentro de ella. Era el comandante de la esquadra ynglesa de Bombay, Mr. Mor (119), hombre intrépido y soverbio que, avisado en Tellicheri por Stuart (120), el factor ynglés residente en Mangalor, de que una fragata española havía desembarcado aquí [55] armas, pertrechos y municiones de guerra, venía resuelto a tomarnos, según lo publicaron en tierra sus oficiales, y aun el mismo comandor, quien, en presencia del governador Cheg Alí, el almiral Angri y otros, dijo con arrogancia: �haré con la fragata española lo que con este sombrero�. Y quitándose el que tenía puesto lo tiró al suelo y pateó con ravia hasta hacerlo pedazos� (121).           

     Sin embargo, ya que Gran Bretaña y España no estaban oficialmente en guerra, todo lo que el oficial inglés de Bombay podía hacer era gritar y amenazar, pero nada más.

     Después de que partiera el escuadrón británico, el gobernador Cheg Alí con su comitiva acudió a la desguarnecida Deseada. Oficialmente se dijo que su visita se debía a corresponder la anterior de Yssassi al palacio del gobernador, pero, sin embargo, alguien advirtió a Gómez de que era tan sólo un pretexto para arrancar algún regalo y echar un vistazo a lo que quedaba en el barco. Tras una pródiga recepción, el gobernador partió llevándose a Yssassi a la casa donde Goldsmith y Hearton estaban alojados. El 17 de abril la delegación española fue recibida en la residencia del almirante [Raghunath] Angri[a] con una colorida ceremonia donde se dispararon once salvas de artillería, se rociaron perfumes y se les distinguió con guirnaldas de jazmín (122).

     A pesar de que Gómez no es muy explícito en su narración, parece ser que sólo algunos miembros de la tripulación permanecían en el barco, mientras que el resto estaba hospedado en dos casas privadas de alquiler. Por su parte, Goldsmith y Hearton habitaban el segundo piso de una suntuosa casa. En aquel entonces, uno de los miembros de la expedición, Chrestien Fanleybe, piloto práctico, comenzó a frecuentar la compañía de aquellos dos y a comportarse de manera irrespetuosa, llegando a cometer tales actos de insubordinación que el normalmente comedido Yssassi le llamó �canalla� en presencia de numerosas personas (123).

     El 5 de mayo, el gobernador de Mangalore recibió órdenes de Haidar Alí para que Goldsmith y los españoles se presentaran ante él en Bancapur. Consiguientemente, Goldsmith, Hearton e Yssassi salieron de Mangalore acompañados por el oficial de órdenes Antonio Gómez de Terán, y por el camarero [56] del barco, el primer cocinero y dos criados. Para el viaje, el gobernador Cheg Alí destinó una escolta de nueve guardias, unos cuantos porteadores, cuatro caballos árabes y un bote para transporte de los equipajes hasta la ciudad de Gurpur (124).

     Mientras tanto, las autoridades británicas estaban plenamente al tanto de lo que ocurría en Mangalore. Stewart, cuya actividad comercial en Mangalore estaba restringida por orden del nawab, según dice Gómez, informó a su jefe en Tellicherri, quien, a su vez, transmitió el siguiente mensaje a Bombay, y de allí a Calcuta:

                �A Spanish ship is imported here and has landed a number of Guns, Shells and Balls, together with small Arms, Cartridges, a large Quantity of Lead, Co pp. er, and European Cordage of all kinds. This Evening the ship came into the River and will remain here during the rains, all the officers have been to visit the Nabob. The Ship Cargo consists of sugar and sugar candy. I learn that an European [Goldsmith] who has been in the Nabob's service five years has by his Intrigues been the means of bringing this about for the Nabob. The Present consists of six horses, two chariots and some other things. I have not yet discovered what they are�.           

     Se envió otro nuevo mensaje en parecidos términos, pero que añadía:

                �2300 stand of arms sale and a present of two Eighteen Pounder Guns to the Nawab The Commander [Yssassi] was very well received� (125).           

     Debido a la proximidad geográfica con Mangalore, en circunstancias normales la Presidencia de Madrás hubiera sido la primera en advertir la presencia de un barco español en la zona. Si no fue así se debió probablemente a las convulsiones internas que por entonces se estaban viviendo en Fort Saint George, convulsiones que culminaron en el arresto de su gobernador, Sir George Pigot, por el Consejo de Madrás acusado de irregularidades en el desempeño de su cargo (126). Madrás no jugó ningún papel en esta operación de inteligencia y el caso fue llevado por la Presidencia de Bombay. [57]

     El 8 de junio, Gómez recibió una carta de Yssassi en la que le daba cuenta de su llegada a Bancapur. Estaba asombrado de la multitud que se arremolinaba en torno al campamento, de la considerable caballería del nawab, bien provista de artillería, doscientos elefantes, muchos bueyes, rebaños de ovejas y gran cantidad de víveres y municiones. La guerra con los marathas se había suspendido durante la estación de lluvias y pronto todos seguirían a Haidar Alí a la corte real de Seringapatam (127).

     Con pocas cosas que hacer, Gómez ocupó su tiempo escribiendo copiosamente, a veces a diario, sus observaciones sobre la vida en Mangalore. Describía los destructivos monzones y la fauna y flora de la región, la personalidad de los oficiales de la ciudad, las clases sociales y, especialmente, el tráfico comercial del puerto. Anotaba con detalle la llegada y salida de los barcos, incluyendo sus orígenes, destinos y carga. Casi nada escapaba de su atención.

     Mientras esperaban a Yssassi, las reservas de los españoles iban menguando. Para mantener una relación amistosa con las autoridades y con la población nativa, Gómez tuvo que ser espléndido en regalos, propinas y, a veces, sobornos. Durante el ramadán, los niños musulmanes y los criados, vestidos de faquir o disfrazados de mojiganga, iban de casa en casa pidiendo propinas: �Me hube de encerrar todo el tiempo de la fiesta, pues si me dejaba ver y no daba levantaban el grito los faquires llenándome de maldiciones y a todos los de casa�. Cuando las celebraciones cívicas o militares, como la victoria del nawab en Bancapur, Gómez tuvo que dar suntuosos banquetes al nuevo gobernador y a sus subordinados, amenizándolos con música y bailarinas. De vez en cuando algunos oficiales y soldados tenían que ser también agasajados y distinguidos con un puñado de pagodas cuando marchaban (128).

     Mientras tanto, Chrestien Fanleybe, miembro del grupo español �que se había incorporado a la camarilla de Goldsmith y Hearton�, se hizo cada vez más molesto y provocador. Abjuró de su lealtad al rey de España y demandó dinero a Gómez, a quien dijo que Yssassi se lo debía por ciertos servicios. Yssassi previamente le había dado cien pesos y ahora Gómez desembolsó una cantidad no revelada, �cien pesos más de los que se merecía�, una suma que aquél, disgustado, consideró muy insuficiente. Si hemos de creer a Gómez, Goldsmith había prometido a Fanleybe nombrarle �almiral naval en Mangalore�, aprovechando la gran influencia que tenía sobre Haidar Alí, y �él se tragó la promesa�. Así es que Fanleybe prestó trescientos pesos a Goldsmith, [58] casi toda su fortuna, se apartó de los españoles, comenzó a vestir de manera elegante y paseaba en público acompañado por un sirviente que le cubría la cabeza con un parasol, lo cual estaba considerado como símbolo de alta condición social. Además, ridiculizaba en público las miserias de sus antiguos compañeros. Pero como no llegaba de Seringapatam ni el dinero ni el decreto de su nombramiento, se mudó a la casa que era utilizada como enfermería de españoles y se convirtió en médico de la noche a la mañana. Trataba de timar y algunos de sus clientes, enfadados, le llegaron a pegar. Gómez le llamaba Sancho Panza (129).

     Pasaron casi cuatro meses y todavía no se sabía nada de Yssassi. El nueve de septiembre recibieron la noticia de que había muerto. Aunque no era verdad, Gómez escribió lo siguiente: �gritaban todos nuestros hombres y decían que el judío le había matado con veneno�. Fue a visitar al gobernador y al killedar, comandante del fuerte militar, para verificar la historia, pero ninguno de los dos sabía nada del asunto. Decidió entonces Gómez contratar a un espía, un faquir turco de Medina. Al parecer, hablaba perfectamente español, francés, alemán, italiano, inglés, árabe y casi todos los dialectos de la India. Como faquir, podía permitirse el lujo de vagar por el país sin problemas. El español le propuso que fuera a Seringapatan y le contara lo que había descubierto. Por sus servicios recibiría 50 pesos, 200 tabletas de chocolate, un queso de Flandes y otros cincuenta pesos a su regreso. El faquir partió aquella misma noche y no volvió hasta el dieciocho de octubre. Resulta frustrante que Gómez no nos revele toda la información que le proporcionó, limitándose a escribir: �diome cumplida noticia de todo lo que yo deseaba saber� (130).

     Diez días después de la marcha del faquir, Gómez recibió dos cartas de Yssassi, con fechas de uno y trece de septiembre respectivamente. Estaba muy enfermo y pedía a Dios que no le dejase morir sin verlos. Le preguntaba a Gómez si podía pedirle dinero prestado con un interés mensual para pagar sus gastos diarios, y también para comprar tasajo y pescado salado para aprovisionar el barco y regresar. Si no fuera así, podría vender las cajas de clavazón depositadas en el almacén del puerto, a un precio entre trece y catorce pesos por picul [Cada picul equivale a 139,44 libras, o 63,25 kg.] al precio de Manila, y azúcar a cinco pesos por quintal [Cada quintal equivale a 100 libras]. Esperaba que el nawab les dejara marchar tan pronto como fuera posible (131). [59]

     Gómez respondió que habían tenido solamente un poco de carne salada y cerdo, y nada de licor o vino durante los tres últimos meses. El dinero que tenía apenas le llegó para mantener a los hombres durante un mes. El gobernador les cedió de mala gana veinte cajas de azúcar, pero no hubo compradores. Terminaba su carta de manera afectuosa, deseando la pronta recuperación de Yssassi (132).

     El 30 de septiembre, Gómez recibió un mensaje de Antonio Terán, oficial de órdenes que acompañó a Yssassi a la corte real del nawab en Seringapatam. Daba cuenta de la muerte de Yssassi el 17 de septiembre, precipitada por el conocimiento de tus dificultades económicas, así como por la probabilidad de perder un monzón favorable para la salida del barco. Sin embargo él se había hecho cargo de los asuntos pendientes: el recibo, el dinero, una carta y otras cosas que el nawab había indicado que se les diera. En presencia de Goldsmith y de Hearton, Terán presentó al nawab un documento que le acreditaba como sustituto en el mando y, consecuentemente, le autorizaba para la recepción de aquellas cosas, a lo que Haidar respondió que les llamaría ese mismo día. La razón que explicaba el retraso, según Terán, era su ignorancia de las costumbres de la corte. �Para poder de hablar con el Príncipe es indispensable llevarle un regalo a él y a toda la gente que le rodea. Incluso toda la plata del Potosí (133) les parecía poco, y la estancia de los visitantes era retrasada innecesariamente, como ocurrió en nuestro caso�. Terán comentó que había varios europeos en la corte real que tenían mucha curiosidad por averiguar lo que estábamos haciendo allí, aunque la experiencia le había enseñado a no confiar en nadie (134).

     Después de otro mes de angustia y aburrimiento, se permitió a la delegación española abandonar Seringapatam, y llegó a Mangalore el diez de noviembre para alivio de los hambrientos españoles. Con el pago recibido de parte del nawab, Gómez pudo de nuevo permitirse el lujo de proporcionar comida a la expedición y reanudar su despilfarradora manera de mantener relaciones amistosas con las autoridades locales y otros europeos que llegaban desde los barcos atracados en el puerto. En dos ocasiones, invitó a funcionarios franceses de camino a su país y aprovechó la oportunidad de enviar una carta al rey por mediación del Conde de Aranda, a la sazón embajador español [60] en París. A una fragata británica que conocía por haber viajado en 1764 desde Madrás a Manila, y con cuyo capitán había entablado amistad, compró, por valor de 2.000 pesos, las provisiones necesarias para el viaje de regreso a Manila. El 28 de noviembre un alto dignatario brahmán, uno de los doce secretarios que componían el gabinete de Haidar Alí, acudió a hablar con los españoles sobre temas pendientes. Fue recibido con gran pompa por los altos dignatarios de la ciudad y homenajeado en el palacio del gobernador. Después de concluida la ceremonia partió con un espléndido regalo de Gómez (135).

     Pensando que Arriaga era aún secretario de despacho de Marina e Indias, Gómez le contó lo más destacado de la misión con Haidar Alí en dos cartas, fechadas respectivamente el 7 de noviembre de 1776 y el 18 de enero de 1777. Revelaba que uno de los principales objetivos del viaje era la adquisición de un elefante y una colección de monedas y otros objetos exóticos para el Museo de Historia Natural del Serenísimo Príncipe Don Gabriel, hijo de Carlos III. Entre los papeles traídos por Terán había muchas cartas del gobernador general Anda dirigidas al nawab y a otros mandatarios pidiendo objetos diversos. Gómez continuaba diciendo que se había traído un elefante desde Seringapatam, pero que era demasiado grande para embarcarlo a Manila y después a España. Siguiendo órdenes del nawab, el rajá de Bidnur les había enviado un precioso elefantito. Gómez enviaba las monedas y otras colecciones en 22 cajitas, convenientemente etiquetadas y numeradas en una hoja separada, con los números en trece columnas. Incluía además cuatro bocetos propios que representaban dioses y escenas de Mangalore, así como un detallado mapa de la ciudad (136).

     Un párrafo escrito con diferente caligrafía al final de la carta de Gómez -de lo que se deduce que lo había añadido en fecha posterior-, dice lo siguiente: �Goldsmith y Hearton se han destapado como personas extremadamente pérfidas. Haciendo uso de las más viles artimañas y maquinaciones, intentaron desde el primer momento convencer al nawab de que Hearton era un general prusiano que iba a adiestrar a su ejército, y que la fragata, la carga y otros objetos del barco eran suyos. Sin embargo, Yssassi fue capaz de deshacer ese engaño, de manera que aquéllos perdieron el favor del nawab y cayeron en desgracia� (137). [61]

Colección de objetos diversos para el Museo de Historia Natural del Serenísimo Infante Don Gabriel.
Cada número representa una moneda, medalla o medallón, o una muestra de mineral,
todo ello debidamente etiquetado con una breve descripción de cada entrada.
M.� DE EDUCACIÓN Y CULTURA. ARCHIVO HISTÓRICO NACIONAL, Estado, 3403 [62]

     Mientras tanto, Fanleybe no paraba de perseguir a Gómez para que le pagara los 600 pesos que supuestamente le debía Yssassi. Cuando trataba de robar algunas de las pertenencias del comandante muerto que se subastaron, fue detenido y expulsado. Regresó algunos días después con un funcionario municipal que entregó a Gómez una supuesta carta del nawab. En ella ordenaba a los �alemanes�, que es como se llamaba a los españoles en Mangalore, pagar el salario de Fanleybe, o de lo contrario no dejaría partir a la fragata. Gómez se dio cuenta de que el papel estaba firmado por el rajá de Bidnur. El 11 de febrero de 1777, cuando se negó a cumplir el decreto, Fanleybe marchó a Seringapatam para visitar al nawab. El comandante español, nervioso, acudió al killedar Yacabi Khan con valiosos regalos y una explicación de lo que había ocurrido. El killedar, que recientemente se había hecho amigo de los españoles, aseguró a Gómez que se permitiría salir al barco, y que si el nawab se negaba a ello, él le escribiría.

     Yacabi Khan tenía también noticias para Gómez. El 10 de febrero Goldsmith y Hearton habían marchado de Seringapatam camino de Nagar y este último falleció en el camino. El español escribió lo siguiente en su diario: �Los diablos deben estar muy contentos con la muerte de un renombrado ateo�. Gómez también escribió que con la llegada de la fragata española, Goldsmith le contó a este mismo killedar que el barco era suyo y que toda la tripulación y los oficiales eran alemanes como él. Este �judío engañoso� también se refirió a Hearton como un notable mariscal prusiano que trabajaría como general del nawab. Después de dar una caja de azúcar y una bandeja de bombones al killedar, Goldsmith afirmó que el cargamento del barco tenía un valor de 3 lakhs de rupias, además del material de guerra. El 27 de febrero, Gómez supo también gracias al killedar que Goldsmith había huido de Nagar para evitar a los muchos acreedores que le buscaban, �...retirándose a una aldea de la parte de acá de la Gata llamada O'Sangri, donde está escondido. Que me guardase de él porque es un can judío embustero y tramposo que había engañado al mismo quilidar� (138).

     El 19 de marzo, un turco de Constantinopla visitó la residencia de los españoles buscando a Goldsmith. Venía de Seringapatam, donde había entregado 100 caballos árabes y 200 cuencos de agua de rosas al nawab, como regalos de parte del imán de Mascate. Cuando le preguntó si era el capitán de la fragata de Goldsmith, Gómez respondió que efectivamente él era el capitán, pero no de la fragata de Goldsmith, sino de la fragata del rey de España. Al parecer, Goldsmith también debía dinero al turco y le había prometido [63] convertirlo en su intérprete, puesto que tenía un gran conocimiento de muchas lenguas. Se suponía que se iban a encontrar en Mangalore y hacer negocio con el precioso cargamento en Muscate, de cuyos beneficios iba a recibir una buena parte.

     Mientras los españoles se preparaban para su viaje de vuelta a Filipinas, dos funcionarios franceses llegaron y hablaron al comandante español acerca de un complot británico-holandés-portugués para apoderarse de la fragata española tan pronto como saliese del puerto, ofreciendo dos o más barcos de guerra para escoltarla a Manila, pero Gómez rechazó la oferta (139). Como se acercaba la fecha de la partida, acudió a despedirse de las autoridades de la ciudad. No pudo ver al gobernador porque se encontraba como anfitrión del hijo del imán de Muscate. Sin embargo el killedar sí que estaba disponible. �Yo sé, ciertamente, que los yngleses han de coger a vuestras mercedes. Y si los llevan a Bombay u otra parte, escrívame Vuestra Merced, que yo lo participaré a mi nabab�. A lo que Gómez añade de forma arrogante: �Advierta vuestra merced quilidar que los españoles tienen la misma organización en pies y manos que los yngleses, y en orden al brío no sé lo que diga a Vuestra Merced�. También visitó Gómez al almirante, quien dijo ser deseo de Haidar Alí �que quando buelvan a este país traigan buenas armas, especialmente cañones gruesos, y un maestro que sepa amarrar bien embarcaciones al uso de Europa (yo entendí un maestro constructor)� (140).

     El 25 de marzo de 1777, la fragata española zarpó por fin y, después de un viaje sin mayores complicaciones, llegó a la bahía Subic, en las Filipinas, el 23 de junio.

     Anda había muerto un año antes. Pedro Sarrio, gobernador interino, notificó a Gálvez, secretario de despacho, la llegada del barco y la muerte de Yssassi, y le informó igualmente de que el rey había sido convenientemente informado del resultado de la misión mediante el informe enviado por mediación del Conde de Aranda en París. El rey, sin embargo, había recibido tan sólo el comunicado de Gómez de 18 de enero de 1777 y estaba aún esperando los informes financieros y confidenciales de Yssassi y Gómez. Su Majestad, añadía Gálvez, quería también conocer los puntos de vista del nuevo gobernador general acerca de los asuntos de Mysore. José de Basco, nuevo gobernador, respondió el 30 de diciembre de 1778. No tenía tiempo suficiente para hacer un comentario significativo del asunto, pero prometió estudiarlo en profundidad y mandar su opinión en fecha posterior. Tampoco pudo [64] enviar los gastos de la expedición, ya que no habían sido revisados por el contable mayor (141).

     Finalmente, el 24 de diciembre de 1779, Basco escribió lo siguiente a Gálvez:

                �He formado el concepto, Señor Excelentísimo, y firmemente lo creo así, que el proyecto es de los más ventajosos a el estado, en que tendrían mucha parte estas yslas. Las proposiciones del nabab al parecer son las mejores si acaso las cumple religiosamente, pero me recela, por los ynformes reserbados que me he tomado, de la poca buena fe de estos príncipes orientales, no reconociendo más derecho ni fe pública que el antojo, hambición y poder de los soberanos sus confinantes. Efectivamente, ha faltado a la remisión de las 150 a 200.000 pagodas de oro que havía anunciado el judío Isaac Goldsmith tener aquel príncipe el designio de remitir a esta capital para emplearse en todo género de armas y municiones. Y me ocurre también que este establecimiento, como destructivo de la Compañía Oriental de Madrás, es consiguiente ofrezca una fuerte oposición, no teniendo de nuestra parte en estos dominios competentes fuerzas para rebatirla... El otro embarazo que se encontraría sería con los olandeses por las resultas nada favorables a su gran comercio de canela y pimienta... Tengo expuesto a Vuestra Excelencia que el proyecto es de los más ventajosos si llegase a verificar allanar las estas dificultades, y en el concepto de que sólo podrían sobstenerlo no el comercio de Philipinas sino el de Cádiz, con una gruesa compañía a semejanza de las que tienen las naciones europeas en la Yndia... bien que a las Philipinas siempre les sería ventajoso porque podría su comercio mandar las embarcaciones que pudiese para cargar en aquel establecimiento español los frutos y efectos del comercio de estas yslas...�           

     De acuerdo con el contable mayor, los gastos totales de la expedición a Mysore serían al menos 100.000 pesos. Al final de su carta, Basco indicaba a Gálvez que le enviaba también los bocetos de Gómez, la narración del viaje y el mapa de Mangalore (142).

     Así concluye la aventura comercial de España en la India, que en lugar de los enormes beneficios soñados terminó en desilusión y grandes pérdidas financieras. [65]



CONCLUSIÓN

     El desafortunado tratado comercial con Mysore es un capítulo fascinante en las relaciones internacionales de España y no tiene precedentes en la historia. Como comentaba un renombrado historiador, �entre todas las banderas extranjeras izadas por los barcos mercantes en los puertos de la India británica después de 1783, el pabellón de uno de los grandes poderes europeos, España, nunca más volvería a ser visto� (143). Podría haber añadido: tampoco se vio ninguno antes de 1783, con la excepción de los años 1776-1777.

     De alguna manera, el fugaz tratado refleja el sueño español de extender su comercio desde la periferia de la fosa del Pacífico hasta la zona central de Asia, para unirse a la �gran liga� de Gran Bretaña, Francia y Holanda. Aunque su duración fue corta, dejó sin embargo un legado de gran valor histórico en Mangalore. Aunque fue única en muchos sentidos, la expedición española a Mysore es desafortunadamente una historia incompleta y tiene muchos cabos sueltos y preguntas sin responder. Intentaremos aquí separar los hechos de la ficción.

     En primer lugar, �estaba autorizado por Haidar Alí el tratado presentado por Goldsmith o fue una mera invención suya? Hay una similitud entre este tratado y aquellos ofrecidos por Haidar Alí a la Compañía Británica de las Indias Orientales en Bombay en 1766, a la presidencia de Madrás en 1769, o a los holandeses en 1778. En todos los casos anteriores, el tema fundamental trata de privilegios comerciales a cambio de armas y municiones, equipamiento naval y servicios de pilotos habilitados y capitanes de barcos (144). Basándonos en estas consideraciones, las propuestas de Goldsmith son creíbles y básicamente parecidas a los tratados mencionados más arriba, a pesar de sus diferencias políticas, geográficas y cronológicas.

     En relación al artículo tres, que habla sobre la libertad para ejercitar la religión católica, la política de libertad religiosa de Haidar Alí fue legendaria, tal y como ponen de manifiesto las diferentes afiliaciones religiosas de sus funcionarios, las reparaciones de mezquitas y templos budistas, costeadas a expensas del estado, y su actitud conciliadora hacia los misioneros católicos o protestantes (145). El artículo nueve, relativo a la �alianza ofensiva y defensiva� [66] es también común a todos los tratados propuestos por Haidar Alí, si bien motivo de fricción en sus relaciones con los europeos. Sin embargo, la condición de que dicha alianza sería efectiva solamente cuando el tratado alcanzase �su máximo nivel de perfección� aparece sólo en la versión española y parece reflejar el carácter práctico de Goldsmith, ya que, de otra manera, España hubiera rechazado sin más la propuesta.

     La hipotética visita de algunos altos dignatarios a Filipinas, a la que se refiere el artículo ocho, y el uso de pilotos españoles para conducir los barcos hasta las islas seguramente no fueron idea del nawab, sino un nuevo truco de Goldsmith para realzar su credibilidad.

     Finalmente, la estipulación de enviar de ciento cincuenta a doscientas mil pagodas anualmente a Manila para la adquisición de armas y municiones fue, sin lugar a dudas, una imaginativa suposición de Goldsmith, hábilmente introducida para acelerar la aprobación del tratado por parte del rey de España. Por la sencilla razón de que todas las adquisiciones del nawab le eran remitidas directamente, y de que su bisoña armada, tripulada por hombres inexpertos, jamás había hecho un largo viaje oceánico (146). Las palabras del almirante del nawab a Gómez antes de su partida para Filipinas probablemente reflejan con claridad la idea de su soberano: �que quando buelvan a este país traigan buenas armas, especialmente cañones gruesos, y un maestro que sepa amarrar bien embarcaciones al uso de Europa�. Enviar una importante suma al exterior, con todos los riesgos que implica, hubiera sido impensable e impropio de Haidar Alí. Para él, el envío debía ser siempre previo al pago. Tenía fama de hombre duro y negociante quid pro quo, y así lo aprendieron, muy a su pesar, ingleses, franceses, holandeses y portugueses.

     La siguiente pregunta que nos hacemos es: �Era Goldsmith un mercader judío designado realmente como emisario plenipotenciario por Haidar Alí? Es difícil de demostrar su carácter de plenipotenciario, pero es muy probable que fuese designado como emisario para negociar un tratado siguiendo directrices previamente aprobadas por el nawab. Ante todo, Haidar Alí sentía especial consideración hacia los mercaderes, a quienes otorgaba un trato preferente. Cualquier pérdida que tuvieran dentro de sus estados, como la muerte de un caballo o buey, era recompensada con el cincuenta por ciento de su valor previa presentación de pruebas tales como el rabo o la crin y la debida certificación de sus funcionarios locales. Tampoco era infrecuente que los mercaderes judíos actuaran como comisionados de su gobierno. Por ejemplo, se confió a Ezequiel Rhabbij la comisión de supervisar todo el comercio en [67] su estado. Otro, Isaac Surion, actuó como intérprete y, posteriormente, como enviado a Holanda. Charles Lloyd, judío de Hanover, sirvió como médico en el ejército de Haidar Alí, aunque finalmente se estableció como panadero en Madrás (147).

     Otro argumento que favorece las pretensiones de Goldsmith es que su bosquejo biográfico se ajusta bien a los registros de Madrás. Vino a Europa en 1771, después de que los británicos faltaran a su promesa de ayudar a Mysore contra los marathas. No sabemos si Goldsmith visitó Suecia, a pesar de que iniciar la penetración por Dinamarca hubiera sido más lógico. Se dirigió, al menos, a la Real Compañía Danesa, cuyos barcos comerciaban con Mysore y suministraban armas a Haidar Alí (148). Es casi seguro que Goldsmith fue a Prusia, donde su propuesta fue rechazada por razones bastante evidentes: La Compañía Emdem había dejado de operar, la corona tenía sólo una pequeña armada y estaba preocupada con la partición de Polonia. Antes de su estancia en La Haya, en el verano de 1773, y de su venida a España, en 1774, es muy probable que estuviese en Prusia entre 1771 y 1772. Eso explica, probablemente, por qué André Hearton, o Hardung, oficial prusiano, le acompañara hasta España. De hecho, Goldsmith debió estar bastante tiempo en Prusia, su tierra natal, ya que se le acabó el dinero y tuvo que pedir dietas para viaje y manutención a cargo de Carlos III.

     Otra pregunta que se suscita es: �Estaba Goldsmith realmente autorizado para venir a España? Es casi seguro que Haidar Alí no conoció a ningún español antes de 1776, lo que no quiere decir necesariamente que no hubiera oído hablar de ellos. Normalmente, el nawab trababa relación con los europeos mediante su presencia en la India o a través de sus barcos mercantes. Supo de Prusia gracias a Goldsmith y a los oficiales y soldados germanos que servían en su ejército. Además, la fama del ejército prusiano estaba extendida por todo el mundo. Por otra parte, España era una de las grandes potencias coloniales del mundo y desde principios del siglo XVIII existía un comercio más o menos clandestino entre Manila y las costas Malabar y de Coromandel. El peso de plata mexicano era altamente apreciado y constituía el más importante medio de pago desde Moka hasta Cantón (149). Con su insaciable necesidad de material de guerra, mercenarios, y [68] equipamientos y técnicos navales, Haidar Alí debería estar encantado de tener por aliada a una potencia europea, aunque fuera de segundo orden. Por eso España era, probablemente, uno de los destinos oficialmente previstos para Goldsmith.

     A juzgar por sus conferencias con el embajador español en La Haya, con Grimaldi en Madrid, con Arriaga en Sevilla, y finalmente con Anda en Manila, Goldsmith deslumbró la imaginación de los ministros españoles con la visión de poder compartir las fabulosas mercancías de la India con el prestigioso grupo de compañías europeas. Con su agudeza y habilidad calculadora, acrisolada con perfección en su experiencia como vendedor de diamantes, supo cómo despertar el orgullo nacional español que se refleja en las palabras del Vizconde Herrera a Carlos III: �...la gran gloria de extender el comercio de Su Majestad por los cuatro puntos cardinales�. La voluntad real de concederle a él y a su compañero un estipendio diario de diez reales, así como los gastos de viaje y alojamiento, manifiesta su poder de persuasión y el ansia de los españoles por hacer el acuerdo. Tras su llegada a Manila Goldsmith se hizo agobiante y Anda cedió a todas sus pretensiones: La designación de Yssassi como capitán de la expedición, el acondicionamiento del barco como fragata, el envío de toda la carga a Mysore, la hipotética visita de altos dignatarios de Mysore a Manila y el requerimiento de utilizar pilotos españoles para conducir a los barcos del nawab hasta las Filipinas. �Había alguna razón adicional para que Goldsmith prefiriera al endeble Yssassi como cabeza de la misión española? Uno puede incluso preguntarse sobre la autenticidad de las ilegibles credenciales escritas en �lengua mora� que supuestamente le daban poderes plenipotenciarios.

     Finalmente, �trató Goldsmith de llevar a cabo una de las más espectaculares estafas diplomáticas de la historia? En primer lugar, �por qué en Mangalore se llamaba �alemanes� a los españoles pese a los esfuerzos de Gómez por aclarar el error? Nadie sino Goldsmith pudo estar en el origen del error, por razones que sólo él conocería. Por otra parte, hubo personas que le prestaron dinero confiadas en falsas promesas, como Fanleybe, o como el turco de Constantinopla. Mintió incluso al killedar de Mangalore. Además, después de decir a Anda que estaba en deuda de gratitud con Yssassi, �por qué no advirtió a éste sobre el fatigoso camino a Seringapatam y especialmente sobre la trampa pecuniaria que aguardaba a los incautos visitantes y a los enviados a la corte real? La capital real, una fortaleza insular formada en la unión de dos ríos, se encontraba en el interior, a doscientas millas de Mangalore, y los viajeros debían atravesar tierras ásperas y espesos bosques para alcanzarla. No era infrecuente que algunos de ellos murieran en el camino, como Cheg Alí, gobernador de Mangalore, o André Hearton, por citar sólo a un par de ellos. La mayor parte de la delegación [69] holandesa que visitó a Haidar Alí en 1775 estaba extenuada y enferma cuando regresó a Calicut. Es más, Seringapatam era de hecho un campo de retención, donde a los huéspedes y enviados se les exprimía todo su dinero. Como decía Terán anteriormente, para poder ver al nawab uno tenía que hacer un regalo al príncipe y a todas las personas que le rodeaban, porque de otro modo su visita sería indefinidamente postergada. Si contamos la estancia de la delegación española en Bancapur, en el mes de mayo, hasta su partida de Seringapatam, en noviembre de 1776, tenemos seis meses de aburrimiento, frustraciones y, lo más preocupante de todo, de temor a quedarse sin fondos. Sin duda, esto precipitó la muerte de Yssassi. Luego, Terán tuvo que tragarse su orgullo y pedir dinero al nawab para los gastos diarios, concediéndosele 500 rupias. El récord de permanencia español puede que no tenga precedentes. Por ejemplo, las delegaciones holandesas de 1775, 1776 y 1777 emplearon un promedio de un mes por visita. La de 1782 fue la más cara, estimada en más de 15.000 florines, porque estuvo retenida durante casi cuatro meses (150).

     Para ser justos, hemos de decir que Goldsmith no tuvo oportunidad de contar su versión de la historia. El medio social de su tiempo era antisemita. En cierto sentido, Goldsmith era una víctima. Como narraba en la breve biografía remitida a Grimaldi, prestó al nawab una importante suma de dinero y llevado a cabo con éxito muchas misiones que se le habían encomendado. Puede que su sueño de apoteosis final fuera la formación de una alianza con Prusia y el llevar a Mysore un crecido número de tropas prusianas. Posiblemente gastó su fortuna personal durante su estancia en Europa y cuando falló en su misión no quiso presentarse ante Haidar Alí con las manos vacías, derrotado en su propia tierra. Sin embargo, es difícil de imaginar por qué Goldsmith intentó convencer a su señor de que la fragata era suya y que los tripulantes eran alemanes. Al final resultó que Hearton, el supuesto general prusiano, no fue contratado, que Goldsmith fue destituido y que ambos fueron expulsados en febrero de 1777. Hearton murió, mientras que Goldsmith, si hacemos caso a Gómez, se convirtió en fugitivo, estando todavía con vida en 1784. Haidar Alí falleció en diciembre de 1782, dejando como sucesor a su hijo Tippu Sultán. Por entonces Goldsmith trataba de lograr el favor de los británicos, tal y como se recoge en su informe: [70]

                �A person who called himself John Baerindson (but who was formerly known by the name of Isaac Goldsmith, a converted Jew) arrived here... from Seringapatam [with] the following intelligence.-That Tippoo [Sultan] Saib is making the most active preparation for a march... to the Mallabar Coast... and very inquisitive regarding the strength and condition in Cochin. He [Baerindson] said that it was beyond doubt that our principal officers were massacred, and mentioned particularly that General Mathews was poisoned. This Jew was sent by Hyder in the year 1771, with a letter to the king of Prussia and returned to Mangalore in the year 1776 on a small Spanish Merchant vessel with a cargoe of military Stores, by which voyage owners were considerable losers. He is gone to Cannanore, as I did not think it proper to let him stay in this district� (151).           

     Por desgracia, algunos documentos que podrían arrojar luz sobre todos estos hechos se han perdido. Entre ellos están los informes confidenciales de Gómez al rey, que deberían incluir dos cartas de Terán, una escrita en tagalo y la otra en vascuence, las pesquisas del faquir que Gómez contrató como espía, y los �asuntos pendientes� que había discutido con el secretario de Haidar Alí antes de salir para Filipinas. También se han perdido las cuentas de la expedición. El Gobernador General Basco informó por entonces de unas pérdidas de más de 100.000 pesos, pero los detalles nunca se dieron. Esa cantidad no incluye los 8.905 reales de vellón que el Real Tesoro pagó por los gastos de Goldsmith y su compañero durante su estancia en España en 1774 y su consiguiente pasaje a bordo de la fragata Astrea para Filipinas. No sabemos si en Manila se les dio unas dietas similares a las que habían disfrutado en España o, lo que es más importante, si Haidar Alí reembolsó estos gastos.

     Un resultado positivo de la malograda expedición a Mysore es su contribución cultural a la historia local de la India. Al contrario de muchas narrativas, que constituyen meras �guías turísticas�, el trabajo de Gómez, escrito en forma de diario, es casi único y valioso en muchos aspectos. En primer lugar, de los aproximadamente diez reportajes de viajes a Mangalore escritos por viajeros desde Ibn Batuta en 1324, hasta un escritor anónimo de los años veinte de nuestro siglo, el diario del español es el más largo (138 folios) y el más ilustrativo. Mientras otros escriben brevemente [71] sobre Mangalore como uno de tantos otros lugares visitados, Gómez dedica por completo su trabajo a la ciudad, tocando diferentes aspectos y dando información no recogida en ningún otro escrito histórico. Hay escasez de materiales sobre la historia de Mangalore, especialmente sobre el período anterior a la ocupación británica (152). El informe de Gómez es de agradable lectura y, probablemente, la única narración española en primera persona sobre la India colonial.

     El ingeniero militar Gómez levantó también un mapa de Mangalore que tiene un considerable valor histórico. De acuerdo con Vinn, �ni los archivos de Bombay ni los de Madrás han conservado nada de interés gráfico [de Mangalore]�. Para su conocimiento hay sólo dos buenos croquis, uno hecho por un ingeniero holandés en 1670, que aquél consideró el mejor y lo seleccionó para la portada de su libro, y el otro, realizado por un piloto portugués a principios del siglo XVII, que está recogido en los trabajos de Faria y Souza. Vinn, naturalmente, no conocía el mapa español, que es, sin lugar a dudas, mucho mejor. Al contrario que los otros dos, que solamente reflejan el puerto de Mangalore, el de Gómez es no solamente una carta náutica que indica las barras de arena del puerto, la profundidad y las vías que conducen al embarcadero, sino también un detallado mapa de la ciudad y de sus alrededores. Su valor se ve reforzado por el hecho de que Mangalore era un activo puerto de mar y estación naval de Haidar Alí. Debido al poco calado de su canal, a finales del siglo XVIII Mangalore perdió su importancia comercial y estratégica. De aquí que no sea sorprendente que el mapa de Gómez sea el único trabajo de su clase en la historia de Mangalore, desde la Antigüedad hasta fines del siglo XIX (153).

     Retrospectivamente, fue una suerte para España que la tentativa de tratado comercial con Mysore fracasara. Un año después de que la fragata La Deseada regresará a Filipinas, estalló la segunda guerra entre Gran Bretaña y Mysore (1778-1784), que formó parte de un conflicto mucho más amplio ya que, con su decisión de apoyar la independencia americana, Francia entró en guerra con Inglaterra, en la que se verían envueltas España y Holanda. Hubiera sido desastroso para España haber permanecido en Mangalore y su hubiera podido producir una nueva ocupación de Manila por parte de los británicos. [72]

Mapa del puerto, ciudad y alrededores de Mangalore, hecho por Antonio Gómez en 1777.
Se transcriben a continuación los números y letras de la leyenda
para su mejor apreciación.
MINISTERIO DE EDUCACIÓN Y CULTURA. ARCHIVO GENERAL DE INDIAS.
Plano Mangalor. MP Filipinas, 88 bis. [73]


LEYENDA DEL MAPA DE MANGALORE DE ANTONIO GÓMEZ

          

PUERTO

           AA. Fondeadero de los navíos y barquetas que no pueden entrar por la barra.
BB. Dos bancos de arena, sumergidos incluso con marea baja.
CC. Dos bancos de arena, visibles incluso con marea alta.
D. Fuerte con 22 cañones que guarda la entrada del puerto.
E. Amarradero de la fragata La Deseada y del paquebote de Haidar Alí.
F. Dique donde estuvo la fragata para ser reparada.
G. Puestos de guardia equipados con dos cañones.
HH. Muelles donde pueden entrar y amarrar buques mercantes cargados y armados hasta con 20 cañones.
YY. Amarradero y carenado de las fragatas de Haidar Alí.
J. Astillero donde se está construyendo un barco de 62 cañones.
KK. Amarradero de los barcos pequeños de Haidar Alí.
L. Astillero de los grabs y gallivats de Haidar Alí.
MM. Carenado de pequeños barcos privados al que sólo se puede acceder con marea alta.
NN. Río de Mangalore, navegable para pequeños botes hasta el pueblo de Bentual, seis leguas más arriba.
OO. Canal de entrada al río Kodial, navegable hasta el pueblo de Gurpur, tres leguas más arriba.
P. Antiguo fuerte, en ruinas.
Q. Pueblo de Vidal.
RR. Amarradero de los bombaras de Moscate.
SS. Bancos de arena visibles sólo con marea baja.
TT. Bancos de arena sumergidos.

LA CIUDAD Y SUS ALREDEDORES

1. Iglesia Parroquial de Nuestra Señora del Rosario.
2. Iglesia Parroquial de Nuestra Señora del Milagro.
3. Fortaleza principal.
4. Fuerte recientemente construido.
5. Parque frente al mar.
6. Pequeño fuerte llamado �del gobernador�.
7. Viejo reducto portugués.
8. Pequeño fuerte de la factoría portuguesa donde ya no ondea su bandera.
9. Mezquitas.
10. Pagodas de los gentiles.
11. Antiguo palacio de los reyes de Canara, actualmente utilizado como salón de audiencias del gobernador musulmán.
12. Fábrica de pólvora.
13. Crematorio de los gentiles.
14. Cementerio musulmán.
15. Reducto británico construido en 1768.
16. Fortificación británica del mismo año.
17. Rampa que conduce a la colina fortificada británica.
18. Viejo fuerte portugués destruido por los musulmanes excepto la torre frente al mar.
19. Parapeto y foso construido por el gobernador Cheg Alí como defensa contra los marathás en 1773.
20. Residencia del comandante y otros oficiales de la fragata española La Deseada.
21. Almacenamiento de las provisiones de la fragata. [74]



BIBLIOGRAFÍA (154)

A. Fuentes Primarias

           I. A.G.I. Estado 45.           
II. A.H.N. Estado 3403.
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