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Los cubiteros han forjado en otros tiempos extraños cuentos relativos a una luz que decía aparecer todas las noches en aquel paraje, y que era visible para todos los que transitaban por el camino de la ciudad de Puerto Príncipe y Cubitas. Desde que dicha aldea fue más visitada y adquirió cierta importancia en el país, no ha vuelto a hablarse de este fenómeno cuyas causas jamás han sido satisfactoriamente explicadas. Un sujeto de talento, en un artículo que ha publicado recientemente en un periódico con el título de «Adición a los apuntes para la historia de Puerto Príncipe» hablando sobre este objeto dice que eran fuegos fatuos, que la ignorancia calificó de aparición sobrenatural. Añade el mismo que las quemazones que se hacen todos los años en los campos pueden hacer consumido las materias que producían el fenómeno.
Sin pararnos a examinar si es o no fundada esta conjetura, y dejando a nuestros lectores la libertad de formar juicios más exactos, adoptamos por ahora la opinión de los cubiteros, y explicaremos el fenómeno, en la continuación de la historia, tal cual nos ha sido referido y explicado más de una vez.
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El curujey es una especie de planta parásita que nace en el tronco de los árboles viejos.
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Evangelio de San Mateo, capítulo 12.