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San Francisco de Borja. Nueva excursión biográfica

Fidel Fita (S.I.)





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1

Gandía, Agosto, 1539. Carta del duque D. Juan III, padre del Santo, al emperador Carlos V, en borrador lacerado del mismo tiempo. -Biblioteca de la Real Academia de la Historia, Colección Salazar, A. 49, fol. 345 r. Algunos de los suplementos que añado sólo están para indicar, por vía de conjetura, el sentido.

S. C. C. [M.ta]1.

El duque don Hernando2 me a enbiado una carta de V. [M.ta encareciendo el] poco serviçio que aquí se a ofreçido. V. M.ta recibe el dese[o, cuyos imperiales] pies humilmente beso. Pluguiese á dios que muy [presto con eficacia pudiese] yo mostrarle, porque entonces lo ternía en algo. Yo partiera [luego en derechura] para Valencia, Como V. M.ta lo enbía á mandar, para enplearme [en todo quanto pare]çiese; y pareçiéndole al dicho duque que enbiase allá un procurador, escriv[ióme, y] me enbió la carta de V. M.ta, que enbiase el poder por algún cavallero que asis[tiese] estos días. Ya se fue de aquí don fran.co de borja, S.or de ana3 para servir y firmar en todo lo que allá se le mandare; y yo hiré á hazer lo mesmo, sienpre que me lo mandaren, como sea lo que yo más devo y deseo.

Por la merçed que V. M.ta ha hecho al marqués y marquesa de lonbay mis hijos en servirse dellos, beso sus ynperiales pies, y por averles dado liçençia que pasasen por aquí; á donde no los aviemos detenido porque no falten en lo principal4. Plega á dios   —301→   que todos, padres y hijos, nos podamos enplear en servir tantas mercedes; á cuya inmensa bondad suplico la S. C.e C.ª persona [de V. M.ta] siempre guarde.






2

Oliva, 1.º de Mayo de 1540. Carta de D. Serafín de Centellas, conde de oliva á D. Juan de Borja, duque de Gandía, accediendo á su petición de soltar dos presos. -Original en la Exposición histórico-europea, sala XX, núm. 205, vitrina del Sr. Ezpeleta.

Muy Ill.e Señor.

Si por ser caçadores honrra y favoreçe tanto V. S., como veo por su carta, á Solivera y al ottro que también fué preso, qué será de Contrabanda, por cuya causa y desagravio hize yo prender al postrero que dixe? En especial, que el Señor Infante y una muchedumbre de príncipes, con quien vivió Contrabanda, le favorecieron tanto que yo me ternía por escudero suyo, sino descansasse como en la habilidad suya; no obstante que en su ausentia, como ya él sabe, hize algunos tiros de mi mano, que de los menores fueron dos cisnes que maté desque vine á Oliva. Con todo soltarán los presos que V. S. manda, como se atará la asnilla, conforme al refrán, donde mandare el Señor, cuya muy Illustre persona guarde Nuestro Señor y estado acreciente, come puede. -De Oliva, el primero de Mayo MDXXXX.

Servidor de Vuestra Señoría, el Conde de oliva.

(Sobrescrito.) Al muy ilustre señor el señor duque de Gandía. Lleva un pequeño sello de placa.






3

Ratisbona, 6 de Mayo de 1541. Satisface el Emperador á varias consultas que le había dirigido San Francisco de Borja, sobre conflictos emergentes de la jurisdicción eclesiástica, corrección y represión de letrados y próceres que amparaban a los foragidos, subsidio de los somatenes, fortificaciones de Barcelona y de Mataró, etc. Entre aquellas cartas, todavía inéditas, importa señalar la del 26 de Marzo, que escribió el santo virrey   —302→   tan pronto como había regresado de Perpiñán á Barcelona y devuelto casi por milagro la paz y el sosiego á los condados de Rosellón y Cerdaña. -Original, propiedad de D. José Sancho Rayón, en la Exposición histórico europea, sala XIV, núm. 142.

† El Rey.

Illustre Marqués, primo nuestro, lugarteniente general.

Con Jorge de melo Recibimos vuestras letras; y demás de la larga relación que por ellas vos nos days en lo que se os ha offrecido, el dicho Jorge de melo nos ha fecho muy particular relación de todos los cabos que scrivís; y assí en lo uno como en lo otro vemos el mucho cuydado que teneys de las cosas de vuestro cargo. E porque lo primero que nos habló de vuestra parte ha seydo la novedad y scándalo que os parece que havría publicándose ahí la bella de la cruzada, en lo que toca á la cláusula que en ella viene, que religiosas puedan salir á ganar la indulgencia fuera de sus clausuras, se scribe al comendador mayor de león que lo platique con el cardenal de sevilla comissario general5 y os scriva lo que allá acordaren sobrello, al qual vos más largamente podeys havisar de todo lo que os ocorriere, y avida su respuesta, hareys lo que de allá se os scriviere.

El discurso de lo que srivís en lo de perpiñán havemos visto, y como ya otra vez se os scrivió para unas culpas tan notorias y qualificadas el laudamentum curie pudiera ser otro arbitrio de mayor castigo y exemplo, como vos lo scrivís, que no falta causa para sospechar que ha seydo tollerançia y poco miramiento del consejo. É porque en esto de la forma del proçeder de los del consejo y ministros en los negoçios no puede ser que todos concurran en la negligencia ó culpa; demás de lo que vos scrivís que les reñís y audays á la mano, quando alguna cosa se hos offreçiere desta qualidad, tendreys forma y diligençia en informaros quien no anda bien en su offiçio para que sea conosçido y se le dé el castigo meresçido, y á los que bien sirven mostreys en ellos oda confiança y tratteys sus personas de manera que los unos   —303→   por respecto del buen tractamiento y los otros por escusar el contrario hagan lo que deven, que en esto no se puede dar otro medio más cierto, remitiendo lo demás á vuestra prudencia y al discurso de los negocios.

Quanto á lo del obispo de Barcelona y lo mal que parecen sus cosas, y que sté sin orden, nos le mandamos scrivir que en todas maneras se consagre6 y haga lo que deve al servicio de dios y nuestro y á su persona, y con esto apartarse ha de la vida que dezís, y mirará mejor en lo que cumpla al descargo de su consçiencia. En lo que toca á la buena administración de la justiçia también se le scrive que quando hoviese algún caso de contençión en que él no pueda hazer el offiçio que se requiere paral castigo del delicto, que se salga de Barçelona para aquello, y se haga elección de otro cançeller en aquel caso; lo qual, quando hoviese de ser, mirareys que se haga con acuerdo de los del consejo, y que de parte de todos se le diga buenamente que llevándose las cosas por buenos términos sería gran culpa suya no conformarse con el parecer vuestro y del consejo.

El Breve de los coronados, si buenamente ser pudiesse, nos holgaríamos que se despachasse en vuestra persona, pero esto sería caso nuevo, y al prior de cartilla7 siendo de más strecha religión que no vos, no se le dió; y pues por agora no hay tanta prisa en ello, mirarse ha mejor con nuestra presençia; y si algo más os occorriere sobrello, nos lo podréys hazer saber.

En lo de los diputados se ha visto la informaçión que embiays, por la qual paresçe el poco comedimiento que tovieron en lo que passó, y por lo que se les scrivió estos días passados, no havrán deudo de sentir su culpa y conosçer su yerro; mas porque en esta nuestra ausencia paresce que la cosa se deve trattar con buen miramiento y consideraçión, paragora solamente avemos acordado de scrivirles que remittan copia de sus privilegios ó pretensiones á los de nuestro consejo real de aragón que residen en   —304→   corte de Castilla, á los quales se embía la misma Información para que ellos vean lo uno y lo otro, y nos consulten con su parescer y acuerdo para que podamos resolvernos en lo que más conviniere; y si otra cosa en esto os ocorriere demás de lo scrito, haréys quel advogado fiscal lo embíe allá.

La execuçión que hizistes en prender los XXXV delados nos paresçió buena; y si con la mesma diligencia se essecutaren las otras cosas desta qualidad, vos tendréys la provincia, en mayor temor y podréys más descansadamente administrar justicia. Á los consellers se les scrive8 teniéndoles en servicio la compañía; que os hicieren y vos de nuevo les daréys gracias por ello de nuestra parte.

Las bandosidades de Pujadas y Semenate no hay dubda como vos scrivís, que son causa del desassosiego de la Justicia, y que hay tantos males en la tierra, y que para remediarlos sería necessario sacar al uno y al otro de la provincia, porque con esto se derramaría su gente. Y quanto al medio que days que al pujadas se le podría dar una conducta en Italia, y al otro llamarse á esta nuestra corte, y con esto sería sacallos honestamente de la tierra, porque no sabemos cómo esto se pueda proveher se scrive al comendador mayor y al vicecançeller que vean lo que se podría hazer en ello; y venida su respuesta se os scrivirá lo que sobresto ocorriere, pero entre tanto no dexeys de hazer vuestras diligençias en perseguirlos y trahelles á términos que ellos tengan por bien qualquier concierto que se les anteponga; y a don galçerán de pinós, que nos dizen que ha casado agora con una hija de don Bernat de pinós, si no se abstuviere de recoger en lo porvenir adelados, le podréys hazer entender de nuestra parte, que no se podría dexar de proveher en ello como conviniese.

Quanto á lo que scrivís que convendría que toviese á vuestra disposición el Regente la thesorería mil y quinientos ducados para embiar gente de sueldo con los alguaziles y ministros de justicia; por no saber cómo stá aquella thesorería, donde hay muchos consignados, no podemos por agora resolvernos en ello,   —305→   por ser también caso nuevo que en lo venidero podría ser pedido sin tanta necesidad; pues para los gastos de la audiencia real en lo que toca a la Justicia criminal, el dicho regente tiene la forma del gastar, pero la recepta podría ser tal que se pudiesse hazer lo que scrivís, y que de las compusiciones o otros emolumentos se sacasse por agora alguna suma, y para esto es bien que sepays qué se hizo del laudamentum curie que scrivís del señor de averre de los diez mil ducados, y qué recaudo se ha puesto en este dinero; y assí desto como de lo demás de la recepta de la thesorería vos y el dicho regente nos embiaréys una sumaria Informaçión y de los cargos della para que se provea lo necessario en esto que scrivís.

También en lo de castelbó9 querríamos que se diesse algún medio stando las cosas en los términos que scrivís; y esto se scrive el comendador mayor y al viçecançeller, pues vos dezís que les tenéys informado dello, y venida su respuesta verse ha lo que hazerse pueda.

Quanto á lo de los officios triennales, por otra nuestra carta, aparte10 veréys la orden que se os da que es la misma que se guardara con los otros lugartenientes passados; y nos stamos bien descansado que las personas que vos señalaredes serán quales convenga a la buena administración de la justicia, y assí os lo encargamos mucho.

La renuntiaçión del officio de Alguazil extraordinario, por la buena relaçión que nos hazéis de persona de vilanova y de los servicios de su suegro, se ha admitido y mandado despachar el privilegio.

Después de tener haviso en lo del seqüestro de la jurisdictión de Tarragona, havemos reçebido letras sobrello del cardenal doria11 y del príncipe y de los del conçilio provinçial de Tarragona,   —306→   y todos se quexan que se ha proçedido de hecho en el dicho seqüestro sin guardar ningún orden de justiçia ni las constituciones desse principado, y quel Cardenal era contento de poneros su procurador12 en las manos para que fuesse punido, y que assi se hos offreçió y dixo, agraviándose mucho de lo hecho y supplicándonos lo mandássemos bolver á su primer stado, y que se proçeda por justiçia en el negoçio; porque si el procurador ha errado, él no se aparta que no sea castigado, antes diz que ha offresçido de entregarlo presso en esa cárcel; y como quier que confiamos que vos y essa nuestra real audiençia havréys tenido la consideraçión que scrivís y que en lo que se ha provehido havréys guardado la orden devida, todavia pues el interesse es solamente de nuestra corte y las cosas del campo de tarragona serán ya remediadas con la provisión que hizistes en embiar allá el alguazil, porque proveyéndose lo que conviene avrá auctoridad y dessa audiencia, es justo que el cardenal salga desagraviado, hanos paresçido remittíroslo allá para que veays la forma que se deverá de tener en ello por la auctoridad vuestra y dessa nuestra real audiençia; y en respecto del procurador, si en él hay culpas tales que méritamente deva ser repellido de aquel cargo, se ha scrito al dicho Cardenal que él en esto crea lo que vos y los desste nuestro real consejo le certificáredes, y él embíe allá otra persona qual convenga á la buena governaçión del campo y de la justiçia; y si las culpas son leves y con lo passado será suficientemente reprehendido y sespera que se emenderá, podría servir dándole la Instructión de   —307→   cómo se ha de regir, con aperçebimiento que si no lo hiziere meresçerá ser bien castigado. Miraréys en lo uno y en lo otro como mejor allá viéredes convenir á la auctoridad de los negocios, de manera que se provea lo que convenga y cessen estas cosas; que esta es nuestra voluntad.

La diligençia que scrivís haber puesto en saber quien fixó los çedulones sobre lo de la Castellanía, sería justo que fuese con algún sentimiento de castigo, y que se proçediera por justicia contra el comissario villaseca, porque él ni nadie en cosas donde se atraviesa nuestra preheminencia no ha de hazer provisión, sino conforme á la orden que tenemos dado en lo de los essecutoriales, y desto vos tened special cuydado y que nuestras preheminencias reales y patronados sean deffendidos como es razón y que el fisco haga la diligençia y parte que se requiere, y vacando dignidad que sea de patronado real proveays que se seqüestre luego por nuestra corte por conservación del dicho nuestro patronado, y que los seqüestradores sean favoresçidos como es razón para que de hecho no se ocupen las casas de las dichas dignidades, como la portella.

Por vuestra letra del xxvj de março nos scrivís que después de haver buelto de perpiñá con el castigo de los delados y otras buenas diligençias vuestras, la tierra stava tan buena que era más milagro que otra cosa, remitiendo lo demás para quando nos llegássemos; que siendo assí es cosa de que nos havemos holgado mucho, porque por agora no sabemos cómo se pudiera proveher en embiaros la compañía de gente de cavallo de Castilla; y pues dezís que también havíades scrito á Castilla lo que se os offrescía para remedio de los males de la tierra, y que no os havían respondido, con lo que agora se les scrive sobre ello os resolverán los negoçios y el comendador mayor y vicecanciller tendrán cuydado de la pólvora y munición que les scrivistes que era menester para essa ciudad.

Que el baluarte terçero sea acabado13 nos plaze mucho; y si   —308→   falta tiene en ser baxo, provehereys que se remedie y que en todo se torne á levantar el paño de la muralla derribado, y de manera que no sea la obra sobre falso como la otra vez, porque essa obra sobre arena, speçialmente en parte que haya corriente de agua, deviera yr con más fundamento. Á los consellers se scrive para que antes que salgan de su administraçión, pues son tan buenos ofiçiales, den prissa que estas obras se acaben, y se entienda en lo demás que vos les havéys dicho sobre los aperçibimientos de la marina; y vos de nuestra parte se lo encargaréys.

Lo que la villa de mataró hoviere de pagar á la baylia por los luysmes, no deve ser mucho; y aquello nos pareçe bien que se convirtiese, como vos lo scrivís, en el reparo de la defensa de la dicha villa, por estar á la marina, y ser el cargador para nuestras armadas; y assí se scrive al bayle general y á los consellers. Lo que en este caso conviniese, procuraréys que se effectúe y que este dinero no sea á cargo de nuestra Corte sino que los consellers libremente se contenten que sirva para la dicha obra; pues es en beneficio de Barcelona.

La ida del Gobernador14 por la provincia, specialmente á la parte de Vich, nos pareçe bien; y que no podiendo yr, embíe hun substituto, y assí se le scrive; pero porque él se scusa que no tiene assessor, entendiendo micer vilana en la rota, y que no lo ha de llevar á su costa, y sobresto se scrivió al comendador mayor y vicecanciller que os lo platicasse para que se proveyesse como conviniesse, si fecho no stoviese, hágasse; y resolved vos en esto con ellos para que el dicho gobernador no pueda escusarse justamente de no yr por la provincia.

Dat. en Ratisbona á VI días del mes de Mayo de M.D.XXXXI años.

Yo el Rey:

Comalonga Secretarius. -Vaguer R.

R.ta al visorrey de Cataluña.

(Sobrescrito.) Al Illustre Marqués de lombay, primo nuestro,   —309→   lugarteniente general en el principado de Cathaluña y condados de Rossellón y cerdaña.

Lleva el sello imperial de placa.



Cuatro cartas del Santo Virrey al Emperador, fechadas en Barcelona y existentes en el archivo de la Casa de Alba, han visto la luz publica en el tomo LI de la Colección de documentos inéditos para la historia de España15 pág. 562-574

5 de Marzo de 1542. Sobre jurar los catalanes en Cortes al príncipe D. Felipe. -Las Cortes de Monzón fueron convocadas por el Emperador desde Valladolid a 5 de Abril para el 23 de Junio.

21 de Mayo de 1542. Sobre el desacato, hecho á su autoridad de Virrey, con motivo de haber puesto los duques de Cardona un dosel de brocado encima de sus asientos en una justa, y excesos que hubo por esta causa.

22 de Noviembre de 1542. Sobre las fortificaciones de Barcelona. El Emperador había salido de Barcelona un día antes y proveído de nuevo al Santo en su cargo de Virrey de Cataluña16.

14 de Enero de 1543. Sobre la muerte († 9 Enero) de su padre, D. Juan de Borja, duque de Gandía.

En atención á su brevedad é importancia, séame lícito reproducir las dos últimas.




4

Barcelona 22 de Noviembre de 1542.

S. C. C. M.t17.

Después de partido V. M.t, desta ciudad18, se tomó resolución en el Consejo de Ciento muy al revés de lo que se debiera para el   —310→   buen effecto desta fortificación, y para lo que cumple al servicio, de V. M.t, como lo podrá V. M.t mandar ver por el traslado que envío de la mesma deliberación, la qual yo he comunicado con el comendador mayor de León, y le ha parescido que se diesse cuenta dello á V. M.t, con diligencia, para que luego mande escrivir a los consellers una carta conforme á esta minuta, y en crencia mía, porque con ella yo trabaje aquá en nombre de V. M.t en que esto se asiente como cumple á su real servicio, y al bien deste negocio, y con esto se despacha este correo. Supplico á V. M.t que si esto paresciere bien, que V. M.t le mande despachar con brevedad, para que con ella se entienda en solicitar este negocio, de manera que V. M.t quede servido. Y Nuestro Señor guarde y ensalce la S. C. C. y Imperial persona de V. M.t como sus vassallos y criados desseamos. De Barcelona á xxij de noviembre 1542.

De V. S. C. C. M.

Humil vasallo y criado que sus imperiales pies beso, El marqués de Lombay.






5

Barcelona, 14 de Enero de 1543.

S. C. C. M.

Después que V. M.t se partió de Valencia19 y se volvió el duque mi padre á su casa, le vinieron unas calenturas, de las quales y de unos desmayos y vómitos muy grandes que le sobrevinieron, fué Nuestro Señor servido de llevarle á su gloria á los IX del presente; y aunque murió con todos los cumplimientos de la sancta Madre Iglesia, déjame con la pena ques razón por ser la pérdida tan grande. Ofrésceseme agora necessidad de dar una vista por aquella casa para poner en recado algunas cosas; pero vista la falta que haría aquá en el servicio de V. M.t no oso supplicar por licencia, hasta que sea en tiempo en que menos falta haga. Y porque offrecer de nuevo á V. M.t, esta casa, que   —311→   fué de tan verdadero vassallo y servidor como mi padre, me parece muy escusado, y más quedando yo en ella que soy criado de V. M.t, no digo más sino que Nuestro Señor guarde y ensalce la S. C. C. y Imperial persona de V. M.t como sus vassallos y criados desseamos. De Barcelona á xiiij de janero M.D.xxxxiij.

De V. S. C. C. M.

humil vassallo y criado que sus imperiales pies beso, El marqués de Lombay.






6

Madrid, 23 Enero 1543. El Emperador á los Conselleres de Barcelona, recomendándoles que activen la obra de las fortificaciones de la ciudad, no faltando á las continuas esperanzas que le daba el santo Virrey. -Archivo del municipio de Barcelona. Cartas reales originales de 1530 á 1539.

El Rey.

Amados, fieles nuestros.

Quando partimos dessa ciudad20, nos dexamos muy encargado al Marqués de Lombay, nuestro lugarteniente general, que demás de dar toda la prissa que se pueda en la fortificación della, nos havissase amenudo de lo que en esto se haría; y ahunque el efecto dello ha seydo hasta [a]gora de poco momento, hanos dado de continuo buenas speranças que muy presto se daría forma commo esta obra se hiziesse con diligencia; y después que vosotros salistes en essa Conselleria21, entendemos que la cosa ha andado y anda con mucha remissión, y que no se han trattado ni trattan essos negocios con el calor que deurían, ni os resolveys de manera que se pueda tener la sperança que nos ha scrito, no proveyéndose otra forma de remedio. E porque esto no lleve proceder de falta de voluntad, la qual nos tenemos bien conoscida en toda cosa que haya cumplido á nuestro servicio y á la honra y reputación dessa ciudad, sino por no usar en ello de los medios y expedientes que convienen, hanos parescido advertiros de lo que podríades ser culpados no remediándolo con la prestesa22   —312→   que se requiere, pues veys que el tiempo passa sin que se haga effecto que sea de efficacia; y hos encargamos y manda, mes que para esto allaneys luego las dificultades que os ocurre, y os conformeys con lo que el dicho Marqués hos ha movido y dicho de nuestra parte, pues aquello es lo que cumple que se haga para redimir el tiempo; que si esto no se haze y essecuta con más calor y diligencia que hasta aquí, sería perdido todo lo gastado, y podríades haver causado por ventura, lo que Dios no quiera, hun daño irreparable á essa ciudad, no sin mucho cargo y culpa de los que la governays.

Data en Madrid á XXIII de Enero de mil quinientos quarenta y tres años.

Yo el Rey.






7

Roma, 6 de Marzo de 1643. Breve de Paulo III. -Cienfuegos, Vida de San Francisco de Borja, libro II, cap. 17, § 6.

«Supo el pontífice Paulo III que el duque D. Juan era difunto († 9 Enero, 1543);... expidió un breve en el día seis de marzo de este año al nuevo duque Francisco, consolándole en esta tragedia. Dale el parabien de succesión tan dilatada, y mucho más de las obras heroicas en que ocupaba su vida animándole á proseguir tan gloriosa carrera, y hablando de las virtudes del duque su padre, dice: Valde enim eum, et tamquam nepotem23 felicis recordationis Alexandri papae sexti, a quo origo nostrae dignitatis est24; et tamquam virum authoritate, pietate et virtute insignem, Nosque pie colentem dileximus. Llegó este breve antes de haber salido el nuevo duque de Barcelona; y con él otra carta también de Roma, en que de orden de su Santidad se le decía que inclinase al estado eclesiástico el hijo que le pareciese más á propósito para ilustrar el sacro Colegio, porque su Santidad tenía resuelto responder con capelo á este aviso.»





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8

10 Abril-1.º Mayo 1543. Estancia del Emperador en Barcelona.

«Á 10 de Abril entró el Emperador en Barcelona y embarcóse para Italia á 1.º de Mayo.» Feliu de la Peña, Anales, tomo III, página 185.

«Maig de MDXXXXIII. Dimarts á primer. -En aquest día los honorables consellers acompanyats de prohómens, á las set horas de la matinada anaren á prendre comiat de sa Majestat, recomanantli molt aquesta ciutat, atés que sa Majestat stava de partida pera Italia ab la sua armada. É lo mateix día, á las sis horas de la vesprada, se embarcó la dita Majestad en la galera capitana del príncep Doria, y en la mateixa feu la vía de Blanes ab set ó vuit altres galeresDiario municipal de Barcelona.

Consta por Feliu de la Peña (pág. 184) que en 23 de Abril llegó á San Francisco de Borja la noticia de que una partida de foragidos, contra los cuales había destacado á D. Miguel Bosch de Vilagayá, se habían envalentonado con muerte de este y se hacían fuertes en el castillo de Caldas de Montbuy. El santo armó el somatén, los desalojó, persiguió y deshizo en varios reencuentros hasta meterlos en Francia; y los que cogió y trajo presos mandó ahorcar en Barcelona.

Asimismo por el P. Rivadeneyra25 consta que el santo virrey «suplicó con mucha instancia al Emperador, que á la sazón estaba en Barcelona de camino para Italia, que le diese licencia para irse á su estado de Gandía y conocer y gobernar sus vasallos, y cumplir el testamento de su padre. El Emperador lo tuvo por bien.»




9

Mayo, 1543. Sale de Cataluña San Francisco de Borja y fija su residencia en Gandía.

«Con esta licencia, en haciéndose el Emperador á la vela (1.º de Mayo) se partió el duque D. Francisco á su estado de Gandía.» Rivadeneyra, libro I, cap. 11.

  —314→  

«Repitióle (el Emperador) gracias por lo que había afanado en aquel gobierno (de Cataluña) donde quedaban inmortales monumentos de su prudencia y celo cristiano; señaló por sucesor suyo al marqués de Aguilar; y echando los brazos al duque se embarcó a Génova; y el duque empezó á disponer con diligencia su jornada. Despidióse de la nobleza y de todos los gremios de aquel Principado con tanto sentimiento del pueblo que voceaban por las calles, trayendo el dolor á la memoria, y á la lengua las empresas de su piedad y de su justicia; y aun hoy se conservan muchos rastros esclarecidos de su prudencia en Cataluña; y primero faltarán á Barcelona todas las almenas de su muralla, que falte la memoria del virrey Don Francisco de Borja.» Cienfuegos, libro II, cap. 17, § 1.

«Á 31 de Mayo entraron en Barcelona cuatrocientos soldados españoles, de todas naciones de España, que venían de Francia á donde habían sido llevados prisioneros en la guerra destos años. Dióles dinero el Virrey, y fueron conducidos26 á Rosas y Perpiñán.» Feliu de la Peña, libro XIX, cap. 6.

Los documentos, que á continuación expondré manifiestan que al embarcarse en Barcelona el Emperador no había aún designado al marqués de Aguilar para suceder en el virreinato á San Francisco de Borja. El cual había cesado en su cargo y estaba ya fuera de Cataluña en 21 del mismo mes; por cuya razón, cuatro días más tarde escribieron los conselleres de Barcelona al Emperador solicitando que proveyese aquel cargo con la mayor brevedad posible. El Emperador les contestó (18 de Junio) que antes que llegase á sus manos la solicitud había hecho elección del marqués de Aguilar, como lo verían por otra carta ejecutorial, que con él iría.




10

21 Mayo 1541. -Archivo general de la Corona de Aragón. Diario trienal (1542-1549) de la Diputación, fol. 25. Los suplementos, que van entre unciales, desaparecieron del remate de las líneas, ó fueron recortados al encuadernarse el códice.

«Maig, any MDXXXXIII. Dilluns, XXI.

En aquest die lo spectable don pedro de Cardona, aport[antveus]   —315→   de general governador en lo present principal, comensá te[nir] audiencia viceregia ab misser Luys Vilana assessor de la dita gov[ernació] y doctors del real consell fins lo die que jurá lo Ill.e m[arqués] daguilar Loctinent de sa M.t, com ne foren certificats los S(enyors) [dipu]tats ab testimoni de ma propria de Luís Joán Moxó notari [públich] maior de dita governació»27.



El acto, que este documento atestigua; es aplicación del Derecho catalán, establecido por las Cortes de Barcelona de 148328, é incorporado en su código, libro I, título XXI, constitución única: De la audiencia del Governador viceregia. Previene esta constitución el caso de estar ausente del territorio de su jurisdicción el virrey, o acaecer interregno, como acaeció en 21 de Mayo de 1543, por haber salido ya, indudablemente, del territorio catalán San Francisco de Borja. En circunstancias tan críticas para la seguridad y defensa de Barcelona los Conselleres se apresuraron á escribir al Emperador una carta, cuya fecha y tenor general se expresan en la siguiente.




11

Cremona,18 Junio, 1543. -Archivo municipal de Barcelona, en el mismo registro que contiene la 6 del 23 de Enero.

Amados y fieles nuestros los Conselleres de la nuestra ciudad de Barcelona.

El Rey.

Amados y fieles nuestros: vimos vuestra Carta de XXV del pasado y por ella entendimos lo que nos scrivistes sobre lo de la fortificación dessa ciudad, y provisión de Lugarteniente general desse principado y condados.

Y quanto al primer cabo no ay que deçir sino que estamos confiado que vos areys la mayor diligencia que se pudiere en que se limpien los fossos y se hagan los terraplenes y las otras cosas,   —316→   que se tuviesen de hazer para la fortificación dessa ciudad, para que se acabe todo lo más presto que ser pudiere, pues veys la ocurrencia de los tiempos y lo que esto importa para la seguridad de vosotros mismos; y en lo del otro cabo avisaros commo con la voluntad que con razón tenemos de mirar por la quietud y conservación desse dicho principado y condados y buena administración de la justicia, antes que llegase vuestra carta havíamos hecho elección de la persona del Ilustre Marqués de Aguilar por nuestro Lugarteniente y Capitán general dellos, como vereys por otra nuestra carta que con él os scrivimos; el qual por su prudencia y experiencia en las cosas, tenemos por cierto que se honra en el govierno del dicho cargo, de manera que Dios sea dello servido y la tierra bien governada y la justicia rectamente administrada.

De Cremona á XVIII de Junio MDXLII.

Yo el rey.






12

Cremona, 20 Junio 1543. -Notifica el Emperador á los conselleres de Barcelona los amagos de Barbarroja, el cual en combinación de su armada turca con la francesa podía caer de improviso sobre nuestras costas marítimas. Disposiciones tomadas para la guarnición y completa fortificación de la capital del Principado. -Archivo y registros sobredichos.

Á los amados y fieles nuestros, los consellers de nuestra ciudad de Barcelona.

El Rey.

Amados y fieles nuestros.

Por letras de nuestro visorey de Nápoles de XV del presente, que recebimos en este punto, tenemos aviso de como al armada del Turco avia llegado á XIII de este mes al cap de las colunas, que es un poco más acá de quotrón29 en Calabria, dexando atrás las tierras de la Pulla; [y] porque no se sabe la vía que quieren hazer, pues desde allí pueden yr á Sicilia y á Barbería30 y á las nuestras islas de Cerdeña, y Mallorca y otras, y también podrá   —317→   ser que por satisfacer al Rey de Francia se viniesen de luego drecho á la costa de Francia para juntarse con sus galeras y juntos azer danyo en la costa de essos Reynos de Espanya, con pensamiento que allarán algunas tierras desproveydas y mal fortificadas, de importancia, como son essa ciudad y Valencia; [por] lo qual todo, conviene al servicio de Dios y nuestro, [y] beneficio de nuestros Reynos y vasallos que, antes que el casso se siga, estén todos apercebidos y bien provehidos para se poder defender; y por esto, estando el ilustre príncipe Doria, nuestro capitán general de la mar, á punto de se partir con todas las galeras nuestras, que están en Génova, para Nápoles y Sicilia, pareciéndonos más importante el remedio y prevención de lo de Spanya, le imbiamos á mandar que luego á la hora se parta él y don Bernardino de Mendosa, y lleve consigo al Marqués de Aguilar nuestro visorey y capitán general de esse principado de Cathalunya, que vaya drecho á Coliure, y allí embarque con toda diligencia la parte de Alemañes que tuviere en Perpinyán y su comarca y los lleve á essa ciudad, y los ponga en ella para que estén y rescidan31 en guarda de aquella, entretanto que se vea en lo que pararán los progresos y cosas de la dicha armada de mar de los enemigos, ó entretanto que el Sereníssimo príncipe32 mi hijo provea de otra parte para el dicho efecto, ó ordene otra cosa sobre lo tocante á la guarda dessa dicha ciudad; y que esto hecho, el dicho príncipe Doria con las dichas galeras se ponga en la parte ó partes donde le pareciere, y donde más calor y favor pueda dar á nuestros vasallos y tierras y más danyo y yncomodidad pueda causar á la armada de los enemigos. Y porque somos ciertos que la dicha infantería alemanya yrá luego á essa ciudad, conviene que estén alojados, acomodados y provehidos en ella como es razón y con toda honestidad y sin ruydo ni qüestiones; [y] pues yrán y estarán serviéndonos por lo que toca á la buena guarda, deffensa y conservatión de esse pueblo y de todo esse principado, os encargamos y mandamos proveyais que esto se haga con la   —318→   buena orden que se requiere para que toda la dicha gente esté con buen ánimo en nuestro servicio.

Y porque con tal evidente peligro y necesidad conviene mucho que en los labores, reparo y fortificación de la muralla aya y se huse de más diligencia y prestesa que en lo pasado, os encargamos así lo proveyhais, ordenando que con toda la gente que se podrá [h]allar se labre de día y de noche en la dicha fortificación, de manera que se haga con brevedad, teniendo asimismo vigilans[i]a que la artillería y municiones y artilleros estén á punto, y aya buen recaudo dello; y también provehireys que se pongan en la ciudad y que tengan en ella de respecto el trigo y otras vituallas negessarias para lo que se podría offreser, y que la gente de guerra y los naturales no padescan hambre, ni por tal respecto succeda algún otro inconveniente; según que el dicho Marqués de Aguilar, nuestro visorey y capitán general de esse Principado lo ordenará de nuestra parte.

Data en Cremona á XX de Junio del año MDXLIII.

Yo el Rey. -Juan Vasques secretario.






13

Inspruck, 30 de Marzo de 1552. Presentación de San Francisco de Borja para el capelo cardenalicio, que hizo el Emperador Carlos V al Papa Julio III. -Carta original en la biblioteca de nuestra Academia. Colección Salazar A 48, fol. 150 y 151.

El Rey.

Don Diego Hurtado de Mendoza, del nuestro consejo y nuestro embaxador.

Ya os acordaréis que, quando Camayano33 partió de Munich, se os escribió que por comunicar con el Ser.mo Príncipe las personas que le parecían en Castilla para ser Cardenales no nos podíamos por entonces resolver en la nominación de los quatro spañoles que su Sant.d fué servido cóncederme, demás de los otros quatro34 Italianos. Y porque habiendo pensado y discurrido   —319→   por las personas que se ofrescen de sciencia y conciencia habernos echo election de Don francisco de Borja, Duque que era de Gandía, de don Diego Tavera del nuestro consejo de la Inquisición, y de Don Diego de Zúñiga Abbad de Parraçes y Antonio de Vega hermano del Virrey de Sicilia, en los quales concurren las qualidades y buenas partes, que para tal dignidad se requieren, seremos servido que hablando luego á su Sanct.d le supliquéis tenga por bien de criar los susodichos Cardenales, segund que nos tiene prometido, y que quando no le paresciere hazerlos todos juntos de una vez (aunque en esto nos haría muy particular favor), que sea en dos vezes, como de su parte se nos significó; pero que de los unos á los otros no haya interpolación de tiempo, por mostrar en esto, como en todo lo demás, la amistad que nos tiene y cuenta special con nuestras cosas, como se lo merece nuestra observancia y respeto.

Y porque podría ser que alguno de los quatro arriba nombrados se excusase por ventura y no quisiesse aceptar el capello, será menester que su Sanc.d entienda que nos ha de quedar facultad de nombrar otro, por manera que en effecto sean quatro, como se lo suplicamos y nos lo ofresció. Y quando su Sant.d los criare, agora sea á todos quatro juntos, sí será servido habernos este favor, ó á los dos, le recebiremos también en que á un mismo tiempo haga gracia á don Luys de Toledo del capello que segund entendemos le tiene ofrescido, sin sperar á hazerlo todos quatro juntos.

Por las copias que serán con esta entenderéis lo que habemos scripto á nuestros Embaxadores en el Concilio cerca de lo que en aquella materia se nos offresce y conviene procurar. Seremos servido que con el Secreto que se requiere, y dexteridad que soléis usar, endereçéis la cosa de manera que se venga á la suspensión, porque para el estado presente de las cosas desta provincia es lo más conveniente y neçessario.

El Cardenal de fano35 es partido para esa Corte, y encaresciendo   —320→   la obligación en que nos es, y affection que tiene á nuestras cosas, se nos ha offrescido largamente de servirnos en todo tiempo, añadiendo que si alguna vez en la directión dellas llevasse por ventura otro camino del que vos teníades en comissión, que sería por mejor guiarlo, y que se consiguiesse nuestro intento como ha de ser el suyo en todas las cosas que desseáremos, siendo como son conjuntas con el servicio de Dios, con otras palabras este propósito. De que nos ha parescido advertiros para que, llegado allá, os valgáis dél en lo que se offresciere y viéredes que podrá aprovechar. De Ispruck, á XXX de Marzo M.D.Lij. -Yo el Rey. -Vargas.



En el Sobrescrito: «A Don Diego Hurtado de Mendoça del Consejo y su Embaxador en Roma.»

En 1551, á 15 de Enero, hallándose en Roma San Francisco Borja había suplicado al Emperador, como su vasallo y criado comendador de la orden de Santiago, que fuese servido de dar graciosa licencia para seguir la elección que hizo, desde que falleció la duquesa doña Leonor de Castro († 27 Marzo 1546), de renunciar en su hijo D. Carlos el estado de Gandia y profesar en la Compañía de Jesús. No le ocultaba su intención de ordenarse de sacerdote, pues le prometía tenerle de continuo presente en sus sacrificios y oraciones36. Otorgó el Emperador la licencia (12 Febrero); alabó no sin gracia tan peregrina resolución que había de tener más envidiosos que imitadores, mas no dejó de sentirla, como era razón; y fecundo siempre en recursos, aplazó el desquite para mejor tiempo, como esta su carta del 30 de Marzo de 1552 lo descubre.

Para cuya inteligencia importa recordar37 que desde Augsburgo, á 7 de Septiembre de 1551 envió por su embajador á Julio III el Emperador á D. Juan Manrique de Lara, hijo de los duques de Nájera, para representar al pontífice «que pues Su Santidad decía que franceses eran once votos y españoles sólo cuatro, se sirviese de darle hasta ocho capelos que pudiese repartir   —321→   entre personas beneméritas, naturales de estos reinos, de cuya vida, letras y ejemplo Su Santidad tuviese satisfacción, para que contrapesándose con su residencia en Roma, la nación francesa se atuviese á lo que Su Santidad deseaba en beneficio público, como era la intención de ambos.» El papa lo concedió; y sin duda alguna el príncipe Don Felipe38 vió con agrado la proposición, tocante á San Francisco de Borja, que se nombra el primero entre los cuatro propuestos para la púrpura cardenalicia. Justo es añadir que la iniciativa de la propuesta había partido de Julio III, y que por esta razón39 el Santo, á 4 de Febrero de este mismo año (1551) salió como fugitivo de Roma y vino con toda celeridad á esconderse entre la espesura de los montes de Guipúzcoa. No tardó en ordenarse de presbítero en Oñate, víspera de la Trinidad (23 Mayo); cantó su primera misa en Vergara (15 Noviembre); derramóse por varias misiones en Pamplona40, Bilbao, Vitoria y otros lugares populosos del país vasco-navarro; mas ya en 19 de Marzo de 1552, compelido por una carta de San Ignacio, que le mandaba salir de Guipúzcoa y pasar á la Corte de Valladolid, partió de Vergara hacia la Rioja y Burgos, bien ajeno de pensar en los altos designios que acerca de su persona, así en la Corte de Valladolid, como en la de Inspruck, se abrigaban.

Narra Cienfuegós41 que «el Emperador desde Inspruck, á diez y ocho de Marzo de quinientos y cincuenta y dos, envió á Don Juan Manrique de Lara, hijo de los duques de Nájera á Roma con varias instrucciones, y entre ellas las propuestas de cuatro Cardenales: el primero, para el santo Borja; el segundo, á Don Diego Tabera, sobrino del cardenal Tabera, después obispo de Jaén42 y entonces inquisidor de la Suprema; el tercero á D. Antonio de Córdoba, hijo de los marqueses de Priego, y el último, á D. Juan de Vega, aunque ahora no se resolvió sino el de Borja;   —322→   noticia que expresó Su Beatitud al sacro Colegio y fué escuchada con singular aplauso.»

Esta narración no es exacta. Confunde á Juan de Vega, virrey de Sicilia, con su hermano Antonio; é introduce á D. Antonio de Córdoba en lugar de D. Diego de Zúñiga. Ni parece probable que en 18 de Marzo llevase D. Juan Manrique de Lara semejante misiva. Otras llevó, que refiere Sandoval43; mas no ésta.

La carta del 30 de Marzo da razón de la causa predominante que preparó y recabó (28 Abril) la suspensión del concilio de Trento. El decreto pontificio (15 Abril) que lo mandó suspender, lejos de ir contra las intenciones del Emperador, fue prevenido y promovido por ellas. De tan grave mal, permitido y solicitado para impedir otros mayores, no ha de recaer la culpa en el augusto Príncipe, escudo de la ortodoxia católica; sino en el rey de Francia, Enrique II, que, aliándose con los príncipes protestantes y arrojando el guante á la Alemania imperial, representó en cierta manera el papel, que tan caro ha costado en nuestros días á la Francia de Napoleón III.




14

Tordesillas. Abril y Mayo de 1552. Entrevistas del Santo con la reina Doña Juana la Loca.

Acercándose el domingo de Ramos (10 Abril) salió de Valladolid San Francisco de Borja, instado desde Toro por Doña Juana, hija del Emperador y desposada con el príncipe heredero de Portugal44. De camino para Toro y Salamanca detúvose el Santo en Tordesillas. Aquí, según relación del cardenal Cienfuegos45, «besó la mano á la reina Doña Juana, que le recibió con más apacible semblante del que le permitía su accidente. Hallábase en Tordesillas la condesa de Lerma46, su hija, por ser mayordomo mayor de la reina Doña Juana, su suegro (de la condesa), el marqués   —323→   de Denia, pero no tuvieron bastante elocuencia para llevarle á su casa; y se recogió en el hospital, desde donde se dejó ver y admirar, aunque de paso, de los señores que asistían al palacio de la reina. Pasó luego á Toro, donde estuvo lo más de la Semana Santa. Partió de Toro el sábado santo (16 Abril) y llegó á Salamanca, donde predicó el domingo de Cuasimodo (24 Abril) en el convento de San Agustín la fiesta que hacía entonces en aquella iglesia la nación andaluza.»

No determina con bastante precisión Cienfuegos el tiempo en .que regresó á Tordesillas el Santo y se vió allí con Felipe II; pero lo fija una carta del 9 de Mayo, que escribió al príncipe el marqués de Denia. Existe original en el archivo de Simancas47, y ha sido publicada por nuestro sabio compañero el Sr. Rodríguez Villa48. Dice así:

«Después que V. A. partió de aquí, tornó el Duque de Gandía á hablar á la Reina nuestra Señora, y persuadiéndole que se allegase á los sacramentos de la Iglesia. -S. A. le respondió que ella lo deseaba mucho; y dieron y tomaron en esto muy gran rato. Y el Duque le dixo que pues no había dispusición para más, que suplicaba á S. A. que dixiese la confesión general, y que él la absolvería. Y preguntándole el Duque si la sabía, dixo S. A. si podía absolver; y el Duque, la respondió que sí y en casos reservados al Papa. -Y suplicóle el Duque que dixiese la confesión general. -S. A. le respondió: Decidla vos. -Y él lo hizo así; y quando la decía le dixo el Duque: V. A. dice esto como yo lo digo? -Respondió: Si. -Y acabada, consintió que la absolviese.

»Lo que hasta ahora ha habido es esto. Yo besaré las manos á V. A. por tal buen principio.»



Por su parte el Santo no dejaría de escribir tan buen principio al príncipe y al emperador; pero las cartas yacen ocultas é inéditas, si bien en sus efectos se transparenta la recia batería para obligarle bajo precepto de la Santa Sede49 á no rehusar la púrpura cardenalicia.

  —324→  


15

Mayo y Junio de 1554. Cartas del Santo al príncipe D. Felipe sobre la flaqueza de juicio y alucinaciones espiritísticas de la reina Doga Juana.

Ha publicado, aunque no completas, estas muy notables cartas el Sr. Rodríguez Villa50. En ellas, para los tiempos que corren, merecen singular observación las líneas siguientes51:

«Respondió, después de haberme oído con mucha atención, que en los tiempos pasados, solía confesar y comulgar y oía sus misas, y tenía imágenes y rezaba en unas oraciones aprobadas que le había dado un fraile dominico que era confesor de los Reyes Católicos; y que lo mismo haría agora, si la compañía que tiene se lo permitiese; mas que teniendo tales dueñas y tal compañía, que estaba muy afligida, y que no estaba en sus manos hacerlo; porque á los principios que rezaba, la quitaban el libro de las manos, y le reñían y se burlaban de su oración; y á las imágenes que tenía, que eran un Santo Domingo y un San Francisco, y San Pedro y San Pablo, scupían, y en la calderilla del agua bendita hacían muchas suciedades. Quando decían misa, poníanse desacatadamente delante del sacerdote, volviendo el misal y mandándole que no dixese sino lo que ellas quisiesen; por lo qual avisa que guarden el Sacramento en las iglesias, porque andan tras él; y también han trabajado muchas veces de lequitar las reliquias y Crucifixo que agora trae consigo.

Diciendo yo á S. A. que dudaba yo que fuesen esas dueñas52, dixo: Bien puede ser, porque ellas dicen que son almas muertas; y para más prueba desto, entre otras cosas me dixo que viniendo un día S. A.53 á visitarla y estando a sentada en su silla, vía que hacían lo mismo estas sus dueñas ó compañía, haciéndole   —325→   el mal tratamiento que suelen hacer á S. A. Otras veces dice que se le entran en su cámara, y que dice la una que es el conde de Miranda y la otra el Comendador mayor; que le hacen muchos menosprecios y muchos ensalmos, como si fuesen bruxas



El 13 de Julio de 1554 se embarcó en la Coruña, llevando una flota de 90 buques el príncipe D. Felipe para ir á Inglaterra y contraer matrimonio con la reina Doña María, hija de Enrique VIII. Dejó por gobernadora y regente de estos reinos á su hermana la princesa Doña Juana; la cual, así como había procurado á la reina su abuela las primeras entrevistas con el santo Borja, que la consolaron en 1552, así también le procuró las últimas en 1555, que le devolvieron el pleno uso de la razón y la prepararon á morir cristianamente.




16

Abril, 1555. Carta de San Francisco de Borja al emperador, describiendo la edificante muerte de la reina Doña Juana. -Cienfuegos, libro IV, capítulo 13, § 2.

«Con un correo que á 10 de Abril despachó el marqués de Denia, dando cuenta á Vuestra Magestad de la indisposición de la reina, hize relación54 de la merced que Nuestro Señor hizo á S. A. en su enfermedad por averla dado, al parecer, de los que se avían hallado presentes, muy diferente sentido y juizio en las cosas de Dios, de el que hasta allí se avía conocido en ella. El contador Arizpe dará más particularmente cuenta á Vuestra Magestad, como hombre que siempre tuvo mucho cuydado del bien espiritual de S. A., y que tanto ha trabajado en que se pusiessen todos los medios para traerla en el recuerdo de Dios Nuestro Señor. Doy muchas gracias á la Magestad divina por la satisfacción que á todos estos reynos quedó del buen fin que S. A. tuvo, cuyas últimas palabras, poco tiempo antes que espirase, fueron: Jesu Christo crucificado sea conmigo



  —326→  

Narra Cienfuegos, que después de haber, pronunciado estas palabras la madre del emperador Carlos V, tomó el santo Francisco de Borja una imagen de Nuestra Señora, y esforzaba á la moribunda á que se encomendase á la que era reina suya; y clavando los ojos en el rostro de la imagen, la besó los pies con especial repetido afecto, regalándose con la Madre y con el Hijo, hasta que entre uno y otra dió el gemido postrero la noche del Jueves Santo. Por otro lado, el doctor Santa Cara, médico que fué de la reina y embalsamó su cuerpo difunto, escribió al emperador55 que la misma reina hizo la confesión general y pidió perdón á Dios de sus pecados, conociendo haberle ofendido, y protestó de morir en su santa fe católica; y no habló más hasta que el Viernes Santo, á las seis de la mañana, envió el alma á Dios.

No hay contradicción entre uno y otro relato; porque la noche del Jueves Santo, que nota el cardenal Cienfuegos, cabalmente se extendía hasta el remate de las seis de la mañana, ó madrugada del Viernes (12 Abril).




17

Escalona, 26 Febrero 1555. -Carta, inédita de San Francisco de Borja á San Ignacio. -Biblioteca nacional, códice Q 317, fol. 10r-11r.

Esta escribo de Escalona, porque el Señor Marqués de Villena me embió á pedir que me llegase aquí, porque él estaba al cabo y deseaba verme y tratar conmigo ciertas cosas; y yo me partí de Placencia y detúveme en Oropesa dos días por traer comiso á los Señores el Conde y su hermano; y partímonos todos [ayer], Lunes de Carnestolendas56; pero en el camino supimos la muerte del buen Marqués, cuya ánima requiescat in pace, y la nuestra no repose ni dé descanso á sus ojos donec inveniat locum Domino, et habitationem Deo Jacob57. Determinámonos todavía de llegar aquí por el consuelo de la Marquesa [y] de sus hijos,   —327→   que están harto afligidos; y espero en el Señor se habrá servido con nuestra venida; y hízome58 albacea de su testamento, aunque yo no lo he aceptado; pero es nos forzado detener aquí algunos días para tratar del alma del Marqués. Él, como escribí á V. P. el año pasado, pretendía con instancia hacer un colegio en Velmonte59 y las calidades de la tierra son muy á propósito; porque es en la Mancha el mejor pueblo y en boníssima comarca cerca de Alcalá, Toledo y Cuenca. Agora el buen Marqués no se olvidó desto; antes dejó ordenado en su testamento cómo este colegio se hiciese; y creo se efectuará placiendo á Nuestro Señor.

El Señor Conde de Oropesa y su hermano hacen, muchos días ha, grande instancia para que acceptemos el colegio de Oropesa, y aunque yo lo había dilatado hasta agora por algunas cosas, mas es tanto lo que les debemos, que creo [no] se podrá escusar; y así pienso se podrá aceptar, porque el Padre Nadal le parece le bien.

Estos días pasados se determinó para la Compañía el doctor Ramírez de Madrid, discípulo del Padre Ávila60. Es muy buen letrado y muy buen predicador, que há días que lo usa con mucho concurso y gran fructo que ha hecho en diversas partes; es caballero principal de Madrid y hombre muy cabal.

También me escribió el licenciado Gómez, que es el principal de los de Ábila, á donde mandaba que viniese; porque está determinado por la Compañía. Yo escribí á Bustamante que le dijese se viniese á Medina, donde yo estaré este verano. Es persona que nos podría ayudar á leer Theología en el colegio de Baeza, que se tomará presto; porque la ha leído mucho tiempo.

El duque de Gandía61 me ha escrito que desea mucho le embíe   —328→   un Padre de la Compañía para su confesor y maestro en Artes, porque las quiere oir de nuevo. Creo, si V. P. no manda otra cosa, que habremos de cumplir con él, ansí porque sea su ánima ayudada, como porque lo sea también el colegio de Roma.




18

Simancas, 18 Abril, 1555. Carta del P. Antonio Monserrate al P. Manuel López, rector del colegio de Alcalá de Henares. -Publicada en el tomo V de Cartas de San Ignacio, pág. 559-561. Madrid, 1889.

Jhs.62.

Muy Reverendo Padre mío en Cristo.

Pax Christi, etc.

Por cartas de Plasencia creo habrá V. R.63 entendido cómo nuestro Padre Francisco se partió de allá á mucha prisa, llamado de la Princesa á asistir en la enfermedad de la Reina, que esté en gloria; y así sólo diré como llegó Su Reverencia á Tordesillas á 27 de Marzo, y halló la Reina muy trabajada de su enfermedad; y viendo que el peligro de la vida no estaba tan presente, á lo que se podía humanamente conjeturar, fué S. R. á Valladolid á dar cuenta á la Princesa de su venida; la cual se gozó en extremo; y después de tres ó cuatro días le dió licencia que se viniese aquí á descansar hasta la Pascua. El Domingo de Ramos64 recibió carta del marqués de Denia, en que le escribía que la enfermedad de la Reina se había agravado mucho; y así se partió S. R. á la hora para Tordesillas, donde estuvo hasta el Viernes Santo, que murió Su Alteza. Fué servido Nuestro Señor que en aquellos días se demostraron en la Reina muchas señales de cristiandad, que no había de antes, porque vía de gana al padre cuando le hablaba de Dios; y le dijo que quería vivir y morir en la santa Fe católica, y recibir los santos sacramentos, y se hacía decir el Credo, ayudando al Padre que se lo decía, y confesaba ser muy pecadora   —329→   y adoraba el crucifijo, y se hacía tener delante una imagen de Nuestra Señora, y hizo la confesión general, y con parecer del P. Fray Domingo de Soto le dieron el santo sacramento de la Extremaunción; y si viera, le llevaran el Santísimo Sacramento para que le adorase, por las muchas señales que se vieron de cristiandad en ella; y la postrera palabra que dijo fué: «Jesucristo crucificado sea conmigo;» y tandem65 pasó de esta vida en el mismo día que el Señor de ella. Fueron todas estas cosas para muy grande consolación de toda su casa y de los demás, porque humanamente no había tales esperanzas, por haber estado ella tan alienada de juicio, hasta que llegó allá el Padre. Trabajos de día y de noche no faltaron á S. R., en tanto que temimos harto de su salud, porque se halló una noche con unos desmayos; mas el Señor fué servido que no pasase adelante.

El segundo día de Pascua66 predicó aquí S. R. y con tanto fervor y espíritu que nos admiró, que cada día va el Señor dándole nueva eficacia en el predicar. Gloria al Señor por todo. Dos días hace67, que fué S. R. á Valladolid á dar cuenta á S. A.68 de las cosas de la Reina, aunque se las escribió con carta.

De Roma recibió S. R. cartas en Valladolid, y con ellas venían las que envío con ésta; V. R. envíe las que no sean para él á sus dueños, y nos encomiende á Nuestro Señor en sus sacrificios y oraciones, y mande á todos esos Padres y Hermanos carísimos que hagan lo mismo y cuanto pudieran...

De Simancas, 18 de Abril 1555.

De V. R. hijo y siervo en Cristo, Antonio Monserrate.



  —330→  
19

Simancas, 4 de Mayo de 1555. Carta del P. Jerónimo Ruíz de Portillo al P. Antonio de Araoz. -Cartas de San Ignacio, tomo V, pág. 434.

...Nuestro P. Francisco siempre tiene algunas ocupaciones de las visitas que las personas señaladas le hacen, y con sus muchas pláticas los tiene á todos convertidos y confundidos de ver su humildad; especialmente á los de casa69 les da grande ánimo para toda perfección, porque cierto es cosa de gran admiración ver a su R(everencia). H ale venido á ver el Condestable de Castilla70, el Marqués de Tavara y otros muchos; y á todos los envía Nuestro Señor movidos por medio de S. R. para darse á su divino servicio muy de veras.

La muerte de la Reina ya V. P.71 la sabrá por otras cartas del P. Francisco; sólo diré en esta cómo la Princesa Doña Juana, viniendo de ver á su abuela72 mandó que le aparejasen la que era nuestra casa, porque estaba vacía después que nos pasamos á la que moramos, porque quería posar allí; y aunque el aposentador, por parecer que no había en ella aposento más de para la Real persona de S. A., y no para las damas y otras gentes, la había aposentado en la fortaleza, todavía llegando S. A. á Simancas se fué á nuestra casa y dijo que allí quería estar, y así fué;   —331→   vióla toda muy particularmente y preguntó que cuál había sido el aposento del P. Francisco, y otras particularidades con mucho gusto; envió ciertos regalos para enfermos, y á preguntar si los había, ofreciéndose á proveer todo lo necesario para ellos.






20

Simancas, 22 de Julio de 1555. Carta inédita de San Francisco de Borja, contestando á varias de su hermana doña Luisa, condesa de Ribagorza. -Original y escrita de puño y letra del Santo en un pliego de papel de hilo, cuyas caras miden 0,21 m. de ancho por 0,30 de alto. Tiene ocho dobleces y ha perdido el pequeño sello de placa. La marca de fábrica representa un delfín coronado, siendo la corona de marqués. Pertenece esta veneranda reliquia á la comunidad madrileña de religiosas Bernardas del Sacramento; y se halla actualmente en la Exposición histórico-europea, sala V, núm. 62.

Jhs.

Muy illustre mi S.ª en xpo73.

El Spíritu Santo more en el alma de V. S. amén; que bien le ha menester en este tienpo; aunque en todo es tan necesario, que sin él ninguna cosa podemos hazer. Su infinita bondad guie al S.or conde74 y le trayga con bien; y á V. S. dé su gracia para que se aproveche mucho desta ausencia con la sancta pacientia; que esta es la virtud que más duele y más aprovecha, y la que menos se dessea por la experiencia, y la que más nos cumple. Tanbien terná V. S. necesidad para los negocios de la conpañía75   —332→   de essa ciudad; esfuérçese, que agora parece va mostrándose compañía de ihs. Yo no merescí hallarme como flaco marinero, al tiempo de la tormenta; y no sé quál es mayor ó lo que llaman prosperidad acá76, ó la que llaman tormenta allá; al fin el S.or nos la dexe passar en este siglo para que en el otro seamos de ella librados. Y porque el padre román77 dará cuenta á V. S. de mis ocupaciones78, ó más [h]oy que tengo aquí al S.or presidente79, casi me es forçado remitirme á su relación, hallándome deudor de muchas letras de V. S., y conociendo que esta huviera de ser muy larga. Supla el S.or en el alma de V. S., que es lo que haze al caso, dando su divina consolación para que con ella passemos las miserias deste destierro. ¡O[h] qué misericordia tan grande la invensión80 que el S.or tiene en amasar las cosas, de manera que sintamos que es destierro,y no patria, y que es lugar de espinas y no de rosas, para que holguemos de apartarnos dellas y de tenernos por dichosos en bernos fuera dellas! Sea cuando el S.or sea servido, que entonces será lo mejor; y con esta conformidad pasará V. S. por todos los trabajos y golphos desta vida. Déla nuestro S.or á V. S. para su mayor servicio, amén.

De Simancas, á 22 de Julio.

De V. muy ilustre S.81 siervo en xpo. -Francisco.



No logró conocer esta carta el P. Muniessa; pero notó82 la fuente recóndita, ó colección, de la cual ha dimanado probablemente:

«En un libro manuscrito de noticias antiguas que se halla entre los de la casa de los marqueses de Osera, se lee un título   —333→   de esta suerte: Cartas del santo varón llamado el Padre Francisco de Borja, duque que fué de Gandía y después religioso de la Compañía de Jesús, escritas á su hermana doña Luisa de Borja, duquesa de Villahermosa y condesa de Ribagorza, tan gran santa como su hermano. Esto se escribió, como parece, antes de la beatificación de San Francisco de Borja; y las cartas que promete este título tan honorífico de la duquesa doña Luisa, no se hallan83. Será, sin duda, porque seguida la beatificación del Santo84, se las repartieron por reliquias algunas personas devotas.»

El Santo por su gran humildad se declaraba «flaco marinero» en la deshecha borrasca; pero lo cierto es que sin ostentación y sin ruido empuñó el gobernalle y sacó la nave náufraga á puerto seguro. En los despachos, que pongo á continuación, promovidos é inspirados por él, se descubre aquella pronta é indómita energía que, conocedor de las cosas y de las personas, había desplegado en su virreinato de Cataluña.




21

Valladolid, 27 de Julio de 1666. Despachos de la princesa Regente. -Cartas de San Ignacio, tomo VI, pág. 604-607.

Ill.e duque de franca Vila, primo, Visorrey, lugarteniente y capitán general.

Ya havréis entendido lo que en essa ciudad ha passado contra los religiosos de la compañía del nombre de Jesús, y el desacato que en ello ha havido; para lo qual con parescer del consejo de Aragón, se embió el despacho que havréis visto ó veréis, al Regente Camacho del dicho consejo, que ay al presente está, para que depusiesse los ecclesiásticos que lo havían cometido, y no queriendo deponer, les presentasse mis cartas para que dentro de XV días pareciesen en esta Corte personalmente. Y habiendo entendido después, que el negocio passava adelante y muy desvergozadamente,   —334→   scrivo á los inquisidores desse reyno, que, siendo necessario, hagan por su parte la misma diligencia; y que no executándose lo ordenado, y pudiéndose justamente hazerse, prendan los culpados en ello, y se embíen aquí presos á buen recaudo. Y porque este caso no deve pasar sin mucha demostración, sería menester que vos por vuestra parte la hiziésedes con la diligencia posible en que aquello se execute; y no executándose assy, os encargamos mucho que ocupeys las temporalidades á todos los ecclesiásticos que en ello se hallaren culpados, sin sperar réplica ni otra orden de acá; y avisarmeeys de lo que assy se huviere hecho; que en ello seremos servidos.

De Valladolid, á XXVII de Julio, 1555.

Yo la Princesa. -Vázquez.

(Sobrescrito.) Al Ill.e duque de Franca Vila, primo, Visorey, lugarteniente y capitán general de su magestad en el reino de Aragón.


Venerables Inquisidores contra la herética pravedad85 y apostasía en el reino de Aragón.

Ya havréis entendido lo que en essa ciudad se ha intentado por algunas personas ecclesiásticas contra los religiosos de la Compañía del nombre de Jesús. Y habiéndosenos hecho relación de lo que en esto ay, paresciendo que es en deservicio de nuestro S.or y de su M.d, y en deshonra de tal religión, mandé hazer cierto despacho con consulta de los del consejo supremo de Aragón, remitidas las cartas al Reg.te M.r Camacho del dicho consejo, que ay está al presente, por el qual se ordenava que el Vicario general86 y oficiales del Arçobispo y el guardián de sanct Fran.co, como conservador del prior y frayles del monasterio de sanct Agustín, depusiessen dentro de tres días todo lo que por parte dellos se havía procedido contra los religiosos de la dicha compañía de Jesús; y que por aver sido esto apasionadamente hecho y contra toda razón y orden de derecho, y por la   —335→   gran conmoción y escándalo que se causa al pueblo, en caso que no quisiesen deponer y revocar dentro del dicho término públicamente á satisfacción de los de la dicha Compañía, siendo tan justo evitar semejantes fuerzas y pasiones, se mandó que dentro de XV días luego siguientes, paresciesen y se presentasen en esta corte el abbad de Veruela, y los dichos guardián de sanct Fran.co y prior de sanct Agustín, el rector de sanct Miguel de los Navarros y el Vicario de la Madalena.

Y porque oy he sido informada que no obstante otras nuestras cartas y mandamientos reales y executoriales que antes se havían publicado en favor de los de la dicha Compañía juntamente con las bullas y privilegios que ellos tienen, han procedido todos estos y otros muchos ecclesiásticos hasta poner entredichos y cedulones con pinturas y figuras de los de la Compañía con gran escándalo y alboroto del pueblo87, y que por inducimiento de todos fue enviada una cuadrilla de muchachos al colegio de los de la dicha Compañía á apedrear los religiosos della88, con tanto rumor que sy diz89 que si el Visorrey no acudiera, se movía   —336→   muy mayor escándalo; y que la cosa llega á términos que los amenazan no solamente que matarán á quien defendiese los de la dicha Compañía, pero aun á los religiosos della, á los quales diz que los sacan y echan por fuerça fuera de las yglesias, y siendo esto tan en deservicio de nuestro S.or y de una orden de religiosos, tan provechosa á estos reynos, y de tanta christiandad y doctrina, y aprovada por los Sumos Pontífices90, convendría que luego se pusiese remedio.

Y así os encargamos mucho que luego, en recibiendo ésta, sepáis si el dicho Regente M.r Camacho ha recibido el despacho susodicho, y hecho con él la diligencia que conviene y se le ordena; y aunque lo haya recibido ó no, os comuniquéis con él; y conforme á aquello vosotros, pues el negocio es de tal calidad que ese sancto officio se puede meter en él, deis orden por la mejor vía que os pareciere, que los dichos abbad de Veruela, y el guardián de sanct Fran.co, y prior de sana Agustín, el rector de sanct Miguel de los Navarros, y el vicario de la Madalena, y también los beneficiados de la dicha yglesia de la Madalena, y el Canónigo Pérez de la Seo, y -el Doctor Melendo canónigo también de la Seo, no solamente depongan de lo que han hecho contra los religiosos de la dicha Compañía de Jesús, pero que parezcan personalmente en esta corte dentro de XV días después que se lo ordenardes, y vengan á darnos razón de las causas por que se ha intentado, y esto so las penas y [a]premios que conviniere; y no queriendo obedecer lo suso dicho, y pareciendo que justamente se pueden prender, siendo el caso tan sin respecto y en desacato de la Sede Apostólica y deservicio de nuestro S.or, lo hagays assy, y los embieis presos y á buen recaudo á esta dicha corte; que assy conviene al bien de la justicia y público desse reyno. Y al dicho Visorrey daréys parte dello, á quien se strive que os assysta en lo que fuere menester; tratándolo todo también con comunicación del dicho Reg.te M.r Camacho, á quien scrivo91   —337→   remitiéndome á esta. Y avisarnoseys de lo que se procediere en esto.

De Valladolid á XXVII de Julio de 1555.

[Yo la Princesa. -Vázquez.

(Sobrescrito). A los venerables Inquisidores contra la herética pravedad y apostasía en el reino de Aragón.]






22

Valladolid, 10 Agosto 1555. Al Ayuntamiento de Zaragoza. -Cartas de San Ignacio, tomo VI, pág. 608 y 609.

El Rey, é por su Majestad la Infanta Princesa.

Magníficos, amados y fieles de su Majestad, etc.

De que hayan salido los religiosos de la Compañía de Jesús, hemos tenido el sentimiento que es razón y de que vosotros lo hayais consentido. Porque en ver que esa ciudad les gratificaba la buena doctrina y ejemplo que en ella daban, y les hacía caridad, y había recibido en su amparo, Sus Majestades92 y yo teníamos de ello gran satisfacción y contentamiento; y de ver que hayais sufrido cosa tan en deservicio de Dios y perjuicio de esa ciudad, y que no la hayais entretenido y defendido con todas vuestras fuerzas en los casos, que contra la dicha Compañía se han intentado con tan poca razón y justicia, cierto nos maravillamos; y porque habemos entendido que á la mayor parte de esa ciudad y casi á todos los caballeros y personas principales y de calidad de ella les ha pesado lo que se ha hecho y con mucha razón, os decimos y encargamos muy encarecidamente que procuréis y déis orden por las vías y formas que ser puedan, que los de la dicha Compañía vuelvan á esa ciudad, aprovechándoos de todo lo que para efectuación de ello sea menester, y no consintáis que se les haga más fuerza; que por la particular devoción que Sus Majestades y yo tenemos á dicha Compañía lo recibiremos   —338→   con grande servicio y complacimiento, como al Doctor Micer Agustín del Castillo jurado en cap93 Jerónimo López y Antón de Villanueva, vuestros ciudadanos y mensajeros habemos dicho boca á boca nuestra voluntad sobre esto. Daréis entera fe y creencia al dicho Doctor Micer Castillo en lo que sobre ello de nuestra parte os dijere, y aquello pondréis por obra, porque en ello haréis lo que cumple al servicio de Dios y de sus Majestades y bien de ese reino y ciudad, y á mí me daréis gran contentamiento.

Dada en Valladolid á 10 de Agosto de 1555.






23

Zaragoza, Abril-Septiembre 1555. Relación de D. Diego de Espés en su inédita Historia eclesiástica Cesaraugustana, tomo III, fol. 421r., que existe en la Biblioteca de nuestra Real Academia (est. 24, gr. 6.ª, B 167). El autor escribió esta relación en 1598.

Concertóse para el 17 de Abril, pasada la Pascua94 de Resurrección la fiesta de la dedicación de este santo colegio, y que se celebrase la misa primera solemne en esta capilla. Divulgada esta fiesta, que se havía de hacer en la Compañía por la ciudad, luego se tuvieron barruntos que sucedería alguna novedad...

Combidados, pues, para la celebración de la fiesta el Virrey, que era el duque de Francavilla, los Inquisidores, los otros Magistrados, los señores de Título, los cavalleros y ciudadanos de esta República, invió el abad de Veruela, que era Vicario general en este arzobispado, á rogar se dilatase la fiesta para otro día, por haverse ofrecido inconvenientes y quexas de las parroquias y de algunos conventos de religiosos de esta ciudad sobre el asiento   —339→   de la casa que emprendía la Compañía, con fin á lo que se pudo creer de asentar primero estas diferencias y sosegar las almas de los que impugnaban esta obra. Respondió el P. Vice-provincial95 que le pesaba mucho de entender tan tarde aquella novedad; y que no entendía hubiese lugar de más dilación, por haber convidado á los Magistrados y nobleza de esta ciudad, sin caer en notable falta con ellos, y principalmente por haberse hecho todo esto con el beneplácito del S.or Arzobispo; y que le perdonase, que no podía dexarse de pasar adelante y hacer la fiesta de la dedicación de su colegio. Y queriendo ya comenzar la misa vino un notario, aunque sin letras del juez, de parte de un frayle del monasterio de San Francisco, que los religiosos del convento de San Agustín habían nombrado por conservador, intimándole so graves penas y censuras que no pasasen á hacer el oficio. No obstante esta intima96 que pareció á hombres graves era de ninguna consideración atento los privilegios de la Compañía, se hizo la fiesta solemnísimamente con grande pompa y aparato de adrezos, con cantores y músicos, interviniendo para ayuda de hacer el oficio divino algunos Padres del santo monasterio de Predicadores y grande parte de la nobleza, caballeros y ciudadanos de esta ciudad con otra mucha gente popular. Predicó un famoso letrado y predicador, frayle jerónimo, que después fué General de la sagrada religión del santísimo Doctor San Jerónimo.

Padecieron luego estos benditos Padres grandes trabajos y persecuciones, de manera que parece que la mayor parte de esta ciudad se levantaba para perseguirlos; y particularmente los clérigos y frayles fueron adversarios principales; que si atentamente y sin pasión consideraran lo que contenían los privilegios apostólicos [de] que la Beatitud de los Pontífices habían hecho gracia á esta nueva religión, es cierto hubieran tratado con estos Padres diferentísimamente, pero como no los miraron, ó si los vieron fué con poca atención, dieron en perseguirlos como ciegos; y así procuraron que el Vicario general mandase publicar Letras97   —340→   por las parroquiales que nadie fuese á la iglesia de la Compañía so pena de excomunión.

No faltaban devotos que, á estos trabajos, favoreciesen con muchas veras el puesto de la Compañía; y entre ellos el Reverendísimo obispo de Huesca, Don Pedro Augustín, que entonces los Padres de la Compañía lo nombraron para conservador, el Regente Micer Augustín del Castillo y otros magistrados con otras personas principales de este lugar. El obispo proveyó Letras contra el conservador de los frayles Agustinos, que les causó harto temor por las censuras que les fulminó en las Letras. Púsose entredicho por el Prelado en la ciudad; y como ningún medio bastaba para sosegar esta turbación, se dió aviso á la Corte de todo lo que pasaba. Presidía en el gobierno de estos reinos la Serenísima Infanta D.ª Juana, hija del emperador Carlos V de este nombre y hermana del rey Don Felipe nuestro Señor98; y enterada del suceso mandó escribir algunas cartas99 al Arzobispo de Zaragoza algo rigurosas en favor de los Padres de la Compañía, y lo mismo hizo con el Virrey.

En este medio, como estaba entredicha la ciudad por la causa de los religiosos, los miraban como á gente descomulgada; los quales por que la ciudad se aquietase, que estaba inquieta y alterada por las cosas que pasaban acerca del asiento de la Compañía, se fueron á la villa de Pedrola; y allí ayudaban á las almas, como lo hacen siempre en sus exercicios santos de su religión.

Luego que el Arzobispo recibió las cartas de la Princesa100 y entendió la mente de Su Alteza, que era volviesen los Padres á esta ciudad á continuar su colegio, dió orden que su vuelta fuese presto á Zaragoza; é hizo publicar que, no obstante las censuras que se habían fulminado contra ellos, podían volverá Zaragoza   —341→   y continuar su casa y usar de los privilegios apostólicos que tenían101.

Deliberado que fué que volviesen los Padres á Zaragoza, el obispo de Huesca y el regente Micer Augustín del Castillo ordenaron que la entrada fuese honrosa, pues la salida había sido tan infame; y aunque los Padres no querían dar lugar á esto y llevaban los denuestos y afrentas, que habían recibido, alegremente y con gran paciencia, el regente Micer Castillo mostró una carta del P. Francisco de Borja, que era entonces comisario de la Compañía en España, en la cual daba orden hiciesen lo que les mandase102; y vista la carta, obedecieron.

Fué el recibimiento que se hizo á estos Padres muy principal; porque salieron el obispo de Huesca, el zalmedina y jurados, muchos caballeros y ciudadanos, y todos con grande concierto y orden; que fué en muy notable espectáculo. En el colegio aguardaban el Virrey é Inquisidores.

El Reverendísimo de Huesca se vistió y dixo misa del Espíritu Santo; y dicha la misa, se fué cada uno á su casa con un muy gran contentamiento por la vuelta de estos Padres y por haberlos recibido esta Ilustrísima ciudad con tanto honor y contento.






24

Roma, 26 Noviembre, 1555. Carta de Sán Ignacio al P. Alonso Román, Rector del colegio de Zaragoza. -Cartas del Santo, tomo VI, páginas 70-72.

Jhs.

La suma gracia y amor eterno de Cristo Nuestro Señor os visite y salude con sus santísimos dones y gracias espirituales. Recibimos vuestras letras de 13 de Agosto y 27 de Setiembre; y con las unas y las otras tuvimos mucha ocasión de alabar á   —342→   Dios Nuestro Señor por haceros dignos de padecer y gustar algo de su cruz, dándoos buen ánimo y paciencia para llevarla; y por la consolación que á nuestros amigos espirituales se dió y edificación á esa ciudad con la restitución que se os hizo; aunque, como con el gusto del primero se mezclaba el disgusto del escándalo ó desedificación de muchos de esa ciudad, así el sabor de lo segundo se templa con el habérsenos quitado una gran materia de merecimiento ante Dios Nuestro Señor. A él plega que con toda adversidad y prosperidad podamos siempre servirle y glorificarle, amén.

Viendo que el Rmo. Sr. Arzobispo, después de informado mejor de nuestras cosas, se nos ha mostrado tan favorable y protector, holgaría que vos, ó si ahí se hallare el P. Francisco103, de mi parte le beséis las manos por ello, y le supliquéis que á los de allá y de acá nos tenga todos por hijos y siervos en el Señor Nuestro, y que se sirva de los unos y de los otros como de tales á gloria divina. La intención de su Sría. Rma. y del Sr. Abad, su vicario, yo la he siempre excusado, como también la de muchas personas de esa ciudad, persuadiéndome sea buena y santa, aunque las informaciones en que se fundaban no lo fuesen.

Al Rmo. Sr. Obispo de Huesca besaréis de mi parte las manos y le diréis que no solamente á los de ese Colegio, pero á todos los de esta mínima Compañía, nos ha puesto en perpetua obligación la mucha caridad y devoción que de ayudarnos ha mostrado, su Sría. Rma.; y por quien lo ha hecho todo, que es Dios Nuestro Criador y Señor, le será verdadera y eterna remuneración; y así á esos Señores todos, que han mostrado tan constante amistad.

Del venir á esa ciudad el P. Francisco, si diesen lugar otras ocupaciones de mayor importancia para el divino servicio, sería cosa de mucha ayuda para esa obra y para más sanar los ánimos   —343→   todos, y no puedo sino remitirlo á su juicio, pues verá mejor lo que conviene.

En vuestras oraciones me encomiendo y en las de nuestros hermanos, Mtro. Piñas y Santander; y la gracia de la misa que pedís para ellos la tengo por muy bien empleada y soy de ella contento. Plega á Dios Nuestro Señor de darnos á todos su gracia para conocer y cumplir su santísima voluntad.

De Roma, 20 de Noviembre de 1555.




En dos cartas de San Ignacio104, fechadas á 21 de Octubre de este año, aparece la razón de haber estado sin contestación hasta el 26 de Noviembre las del P. Alonso Román (13 Agosto y 17 Septiembre). Había dificultad en la comunicación epistolar de España con Roma, porque Paulo IV, luego que ciñó la tiara (26 Mayo), «con ser viejo de más de ochenta años, se revistió de un espíritu tan recio y bravo, que se tomó con el Emperador y con su hijo el rey D. Felipe, y les movió guerra, confederándose con sus enemigos»105. De ahí resultó la necesidad de que viniese personalmente á España el P. Maestro Jerónimo Nadal, recién llegado á Roma desde Alemania, cuyo trabajo y peligros de caminos por mar y tierra pospuso San Ignacio á mayores ventajas. «Me he determinado, dice106, de le enviar en esos reinos principalmente para que os ayudase en la provisión de este colegio de Roma»; provisión tan interesante á la defensa y progreso del catolicismo en el imperio Germánico, como declara el P. Rivadeneyra en la Vida que escribió del santo fundador de la Compañía107: «Pero como Julio III murió († 23 Marzo, 1555), faltando con su muerte la limosna que él daba para esta obra tan excelente y necesaria, temiendo el Padre108 que por la carestía que en   —344→   Roma sucedió de mantenimientos y por el bullicio y alborotos de la guerra que hubo en tiempos de Paulo IV, no se deshiciese lo que con tanto trabajo y fruto se había comenzado, repartió mucha parte de aquellos mozos tudescos, holgando ellos dello, por diversos colegios de la Compañía para que ellos se sustentasen hasta que pasase aquella tempestad y ruido de las armas, buscando para ellos dineros con harto trabajo y solicitud de su persona, obligándose él á pagar lo que se le daba.» ¿Cómo buscó y cómo se obligó San Ignacio? Se lo calla el P. Rivadeneyra; pero es lo cierto que semejante obligación no se hizo á la ventura ni sin garantía de buen éxito, afianzándose principalmente109 en los recursos que podía y supo allegar San Francisco de Borja.




25

Viena de Austria, Septiembre, 1557. Carta del emperador Fernando I á Felipe II recomendándole la obra confiada por la Compañía á San Francisco de Borja de procurar que la nobleza de España y Portugal contribuyese anualmente á la sustentación de estudiantes alemanes en el Colegio Germánico de Roma. -Colección de documentos inéditos para la historia de España, tomo II, pág. 497 y 498. Madrid, 1843.

Habiendo sido informado, por letras dé Roma, del maestro Laynez Vicario general de la Compañía de Jesús110, y aquí de palabra del maestro Vitoria Vice-provincial de la dicha Compañía en Alemania y Bohemia, que por el bueno y santo zelo que Dios nuestro Señor ha dado á esta devota Compañía, ha procurado y procura toda ella por medio del muy Reverendo y devoto Francisco de Borja, duque que fué de Gandía, que algunos señores, principales de los reinos de España de V. A. y de Portugal contribuyesen cada año con alguna cosa para ayuda y sustentación de algún número de estudiantes alemanes, que en el colegio de esta Compañía que hay en Roma tienen y piensan tener, ya que la pobreza de dicha Compañía no tenga fuerzas para ello; y considerando   —345→   el fruto que de aquí podría redundar habiendo esto efecto, pues ultra111 del que se hará en muchas ánimas se espera también que con el tiempo saldrán entre aquellas personas muchos buenos subjetos para en otras diversas partes ayudar á sustentar la religión, y aun con el favor de Dios á recobrar lo perdido della, no he podido dejar de loar su buen propósito, ni de pedir y rogar afectuosamente á V. A. quiera por su parte dar calor á tan pía y santa obra como esta, favoreciéndola con alguna ayuda y limosna, y dando á entender á las Serenísimas Reina y princesa de Portugal, mi hermana y sobrina112, y á los demás que holgará V. A., hagan lo mismo por su parte; que por haber yo entendido que sus Serenidades están bien en ello, he acordado de les scribir y á dicho Francisco de Borja para que con mayor ánimo lleve adelante empresa tan católica; pues del fruto que hacen dos colegios que tengo en Praga y aquí113 de esta Compañía, de que estoy muy satisfecho y contento, colijo el que se sacará habiendo efecto lo que digo, y el servicio que en ello hará V. A. á nuestro Señor; lo cual ayuda á que con mejor voluntad pida esto á V. A.

Y me parescería de mucho momento que V. A. hiciese que los Generales de las órdenes de sus reinos enviasen á estas partes algunos religiosos de ellas, que fuesen personas escogidas en vida, costumbres y buen ejemplo, para poblar algunos monasterios de Alemania y de estas partes; y para que con mayor fructo fuese su venida, se podría á costa de las dichas órdenes instituir un colegio en España ó en otra parte, pues tienen con qué, en el cual se entretuviesen algunos alemanes, bohemios y húngaros, y fuesen enseñados como conviene; y después se enviasen y esparciesen por acá; y así se aumentaría forzosamente el culto divino; al cual no pongo dubda que V. A. como Príncipe tan católico aspira más que otro; cuya serenísima etc.

De Viena etc.



  —346→  

No se contentó San Francisco de Borja con solicitar el apoyo de los altos personajes, que esta carta imperial indica; pues consta114 que, algunos meses después, «escribió una carta en que consagra la limosna de doscientos ducados al Colegio Romano, y dice haberla recibido del emperador Carlos V en Yuste». La recibió, cuando visitó por última vez al César, retirado en aquel monasterio, y hubo cumplido la misión diplomática que por encargo del mismo César115 había tratado en Lisboa con la reina Doña Catalina.

Del curso y resultado de esta misión harto ligeramente habla Cienfuegos116, que no consultó las piezas originales; de las cuales algunas ha publicado M. Gachard117.

Cartas cifradas del Santo al Emperador. Lisboa, 6 y 12 Octubre 1557.

De la princesa Doña Juana al Emperador su padre. Valladolid, 22 Marzo 1558.

Del Emperador á Felipe II. Yuste, 31 Marzo 1558.




26

Oración fúnebre del emperador Carlos V († 21 Septiembre 1558), predicada por San Francisco de Borja.

Hicieron en San Bonito el Real de Valladolid las honras del Emperador. Predicó el Padre Francisco de Borja, duque que fué da Gandía, y de la Compañía de Jesús, tomando por tema118: Ecce elongavi fugiens et mansi in solitudine. (Alejéme huyendo y permanecí en la soledad.) Lo que más encareció de los hechos   —347→   de este príncipe, y con razón, fué el haber dado de mano al mundo y despedídose de él antes que el mismo mundo le despidiese como suele. Y que fué mayor esta victoria, más glorioso este triunfo que los que alcanzó de tantos enemigos poniendo á los pies de Cristo las coronas Imperial y Real, para mejor buscarle y gozarle á sus solas y alcanzar la eternidad bienaventurada para que fuimos criados. Dijo entre otras alabanzas del César que había oído de su boca, que desde que tuvo veiutiun años de edad, había tenido cada día un rato de oración mental. -Sandoval, Historia del emperador Carlos V, libro XXXIII, cap. 19.

Las historias, así del César como de Borja, y aun las de la Compañía nos dicen haber sido el tema: Ecce elongavi fugiéns et mansi in solitudine. Mas el doctor Herrera quiere que esto sólo haya sido un texto de aquella fúnebre oración y no el tema; pues dice en una relación manuscrita con ocasión de haber visto la primera Vida que se dió á la estampa de San Francisco de Borja119: «El Thema del Sermón en las honras del César lo sé yo que le escriví y oí; y fué120: Cui comparabo te et cui assimilabo te, filia Hierusalem? Primero lo atribuyó al alma del Emperador, comparándole con otros Monarcas y con el Rey David en muchas cosas; luego rebolviendo el Thema sobre España, añadiendo: Magna est velut mare contritio tua; y esto digo por la verdad de la historia121.» Todo esto escribió el doctor Herrera. -Cienfuegos, libro IV, cap. 20, § 1.

  —348→  

¿Dónde pára esta oración fúnebre? Por lo visto, su autor antes de pronunciarla la dictó al P. Dr. Herrera; y para mi tengo que de ella se tomaron y esparcieron numerosas copias. Alguna idea de su estilo, áureo sin duda y grandilocuente, se podrá inferir de la carta que el Santo escribió (Simancas, 24 Junio, 1557) dando el pésame á la reina Doña Catalina, y consolándola en la muerte del magnánimo don Juan III. Empieza así: «Si los consoladores de Job callaron siete días, mucho más hubiera yo de callar; pues la materia de la aflicción es mayor.»





Madrid, 14 de Enero de 1893.



 
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