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261

Robert Lima, «El demonio en la sangre: génesis y superación del pacto diabólico en dos obras dramáticas de Alejandro Casona», Romance Notes, XXIV, 1 (1983), pág. 12. Véase también, Charles H. Leighton, «Casona y el diablo», Hispania, XLVIII, 1 (1965), págs. 29-36.

 

262

Alejandro Casona, Obras Completas I, con prólogo de Federico Carlos Sáinz de Robles, Madrid, Aguilar, 1966, pág. 297.

 

263

Francisco Ruiz Ramón, óp. cit., pág. 229.

 

264

Alejandro Casona, «Nota sobre Corona de amor y muerte». Obras Completas, II, Madrid, Aguilar, 1966, pág. 169.

 

265

Harold K. Moon, «Love More Powerful than Death: Mystic Resonances in Corona de amor y muerte», Rocky Mountain Review of Language and Literature, XXXII, 1 (invierno 1978), págs. 47-56.

 

266

«Autocrítica», Teatro español 1964-65, ed. Carlos Sainz de Robles, Madrid, Aguilar, 1966, pág. 125.

 

267

Ibíd.

 

268

Carlos Sainz de Robles dice que a Casona le preocupaba tener que abandonar «su raíz lírica, sus fáciles piezas de fantasía, su efervescencia sentimental, su lenguaje recamado de imágenes felices» y escribir «sin admisión de recursos poéticos» (Prólogo, O. C., I, CCI). Es difícil entender estas palabras ya que, si en unos cuadros predomina el ingenio burlón del poeta, en otros hay la misma honda poesía que se ve en las mejores obras casonianas. Sólo se han publicado, en Norte América, dos breves estudios de esta obra: Harold K. Moon, Alejandro Casona, Boston, Twayne, 1985, capítulo 5, y Martha T. Halsey, «Esquilache, Velázquez, and Quevedo: Three Historical Figures in Contemporary Spanish Drama», Kentucky Romance Quarterly, XVII, 2 (1970), págs. 109-126.

 

269

Por eso no se pueden comparar las introducciones que contienen -pese a su interés- a algunas publicadas en España, como la magnífica introducción de Juan María Díez Taboada a La sirena varada y La barca sin pescador, Barcelona, Plaza y Janés, 1986, Clásicos Plaza y Janés, 50, pp. 15-105.

 

270

Según Adela Palacios, durante los primeros años del exilio de Casona, cuando era imposible conseguir sus obras en España, algunas de las ediciones preparadas en los Estados Unidos y las introducciones a ellas sirvieron para dar a conocer las actividades teatrales de Casona en el otro lado del Atlántico. Entonces los estudiantes universitarios españoles leyeron las obras de Casona «medio clandestinamente» y le consideraron «un autor suyo». Véase «Casona y la crítica actual», Boletín del Instituto de Estudios Asturianos, XX, 57 (1966), pág. 117.