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Yu M. Lotman. Lektsii po strukturalnoj poetike. Vyp. 1: (Vvedenie. Teoria stija). Trudy po znakovym sistemam I (TRÜ toim., #160). Tartu, 1964. (N. del A.)

 

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Y. M. Lotman. «Kultura kak subekt i sama-sebe objekt». In: Wiener slawistischer Almanach, Bd. 23.1989. (N. del A.)

 

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Aunque Losev y Bajtín en su juventud pagaron su tributo al marxismo, en los años 60-70 fueron percibidas si no como figuras opuestas, sí por lo menos como figuras alternativas a la ciencia oficiosa.

 

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Bajtín tuvo una actitud benevolente hacia las publicaciones de Tartu, pero, más tarde, principalmente bajo la influencia del medio que le rodeaba, revisó su actitud. La actitud de la Escuela de Tartu hacia Bajtín fue, por el contrario, siempre positiva; basta con recordar que le dedicaron a él el sexto número de Trabajos sobre los sistemas de signos. En las páginas de las ediciones de Tartu tan sólo en una ocasión aparece una crítica hacia las ideas de Bajtín: en un breve comentario de M. L. Gasparov, dirigido no tanto contra el mismo científico como cuanto contra sus discípulos. (N. del A.)

 

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A. V. Ajutin sabe de lo que escribe: pese a los intentos de parecer objetivo, este ensayo está totalmente lleno de la misma idiosincrasia. Antes de A. V. Ajutin la acusación más mordaz a Kant fue hecha antes incluso de la I Guerra Mundial por el filósofo-neoeslavófilo V. Erna, que tituló su panfleto antigermano Ot Kanta k Kruppu (De Kant a Krupp). Éste no es el lugar para la polémica con A. V. Ajutin, sin embargo, es my buena aquella Sofía para la que Kant es el demonio. (N. del A.)

 

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Lo dicho, por supuesto, puede ser representado con una conocida simplificación: el fundador de la filosofía rusa V. S. Soloviov pasó por la escuela kantiana, muchas ideas de Kant encontraron en la cultura rusa una resonancia viva (véase también más abajo sobre P. Florenski). Pero precisamente el carácter de reflexión de las ideas de Kant muestra también la inadecuación de sus percepciones: una cosa son las discusiones sobre el imperativo categórico, etc., otro tema totalmente distinto es el análisis crítico de las bases del conocimiento filosófico. La problemática epistemológica de la filosofía de Kant se interpreta en Rusia en clave ontológica. (N. del A.)

 

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Una extraña impresión causa el intento reciente de presentar el platonismo como base de la semiótica de Lotman: R. Vetik. «Planonism of J. Lotman». In: Semiotika V. 99, #1/2 (1994). (N. del A.)

 

28

Compárese, por ejemplo, U. R. Eshbi. Vvdenie v kibernetiku. Moscú, 1959. (N. del A.)

 

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Es preciso recordar también el intento de L. Hjelmslev de construir una metodología del estructuralismo sobre una base no platónica sino aristotélica (es curioso que, tras la glosemática en general y tras Hjelmslev en particular, se fortaleciera la fama del más difícil, sino el más incomprensible estructuralista, cuando en realidad se trata de la construcción del sistema más cercano al sentido común).(N. del A.)

 

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A I. M. Lotman le gustaba citar esta sentencia del apócrifo Evangelio de Tomás, donde la formulación es aún más expresiva: «¡Muéstrame la piedra que los albañiles han desechado! Es la piedra angular». (N. del A.)