[Sonetos]
- 1390 -
Al Conde de Niebla
alta la daga en la temida mano,
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glorioso vence, intrépido la tira,
ciega el sol, nace Roma, amor suspira,
triunfa España, enmudece el africano.
Bajó la frente Italia, y de la suya
quitó a Torcato el lauro en oro y bronces,
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porque ninguno ser Guzmán presuma.
Y la fama, principio de la tuya,
Guzmán el Bueno escribe, siendo entonces
la tinta sangre y el cuchillo pluma.
- 1391 -
Cuando miro los años que he pasado,
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la divina razón puesta en olvido,
conozco que piedad del cielo ha sido
no haberme en tanto mal precipitado.
Entré por laberinto tan extraño
fiando al débil hilo de la vida
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el tarde conocido desengaño;
mas de tu luz mi oscuridad vencida,
el monstruo muerto de mi ciego engaño
vuelve a la patria, la razón perdida.
- 1393 -24
Está la majestad de Dios tendida
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en una dura cruz y yo de suerte
que soy de sus dolores él más fuerte
y de su cuerpo la mayor herida.
¡Oh duro corazón de mármol
frío!
¿Tiene tu Dios abierto el lado izquierdo
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y no te vuelves un copioso río?
Morir por él será divino
acuerdo,
mas eres tú mi vida, Cristo mío,
y como no la tengo, no la pierdo.
- 1394 -25
Está la Majestad de Dios tendida
5
en una dura cruz, y yo de suerte,
que soy de sus dolores el más fuerte,
y de su cuerpo la mayor herida.
¡Oh duro corazón de mármol
frío!
Tiene tu Dios abierto el lado izquierdo,
10
y ¿no te vuelves un copioso río?
Morir por él será divino
acuerdo,
mas eres tú mi vida, Cristo mío,
y como no la tengo, no la pierdo.
De El Peregrino en su patria
- 1395 -
Libro I
Mísera nave en desigual tormento,
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como cuerpo rompiéndose las venas,
las jarcias derramó de las antenas
sobre el campo del húmedo elemento.
Abriose, y quiso una piadosa tabla
ser mi delfín, y rota y combatida
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al fin es hoy la que mi historia cuenta.
O cruel piedad, que mi desdicha entabla,
a un hombre, que no siente darle vida,
para darle la muerte, cuando sienta.
- 1396 -
Libro I
Forzola un dulce amor, que amor contrasta
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la fuerza más altiva y desdeñosa;
y aunque murió por desleal esposa,
ser causa amor para disculpa basta.
Con ella yace el que la quiso tanto,
muerto con plomo por dejar el hierro
10
al pecho, cuyo error dio al mundo espanto.
Mas bruto airado en su mortal destierro
sangre del homicida y propia en llanto
ofrece al luto de su negro entierro.
- 1397 -
Libro I, Enigma
¿Quién es aquel de Tisifonte
hermano,
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inventor de perjuros y despechos,
de infierno y cielo fabricado a trechos
niño mayor que el tiempo, Atlante enano?
¿Quién es el padre del deseo y los
celos,
de quien, la envidia es nieta y las venganzas,
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artífice de embustes y desvelos,
aquel, que haciendo de sus flechas lanzas,
estampó sus victorias en los cielos,
y la tierra sembró de sus mudanzas?
- 1398 -
Libro I, EL ALEMÁN
Labró un templo el artífice
superno,
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luego que el mundo en fábrica ponía,
faro que fuese de las naves guía,
perdido el Norte del mortal gobierno.
Este monte, Pirámide, Obelisco,
y eterno altar fue el templo, Virgen bella,
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de vuestro Salomón fábrica altiva.
Para que hiciese el nido en este risco
la cándida paloma incluso en ella,
saliendo el sol a vuestra verde oliva.
- 1399 -
Libro I, EL FLAMENCO
Tú que en las naves con tu punta
sellas
5
de tantas penas diferencias tantas,
divino Olimpo, a cuyas cumbres santas
hacen dosel las fúlgidas estrellas.
Natural maravilla, arquitectura
de la inmortalidad, sagrada al nombre
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de aquella Virgen sola sin ejemplo.
Ríndase el Apenino a vuestra altura,
pues fuiste para el arca de Dios hombre
monte al diluvio, y a su imagen templo.
De El Peregrino en su patria, 2
- 1400 -
Libro I, EL PEREGRINO ESPAÑOL
A quien aquel pastor santo acompaña,
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que en el cayado de su Cruz adora
cuanto ganado en estas tierras mora,
y con su marca de su sangre baña.
¿Cómo tenéis si os llama
electro y rosa
el esposo, a quien dais tiernos abrazos,
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color morena, aunque de gracia llena?
Pero aunque sois morena, sois hermosa,
¿y qué mucho si a Dios tenéis en
brazos,
que dándoos tanto sol, estéis morena?
- 1401 -
Libro I
Tú que el hermoso, regalado y tierno,
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precioso cuerpo de tu sangre bañas,
y en una cruz nos muestras las hazañas,
de quien se admiran cielo, tierra, infierno.
Hurtome un labrador, gocé su pasto;
mas ya que vuelvo a ti, dame acogida,
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soberano Pastor, Cordero casto.
Pues de tu sangre, que por mí vertida
resplandece en tus aras y holocausto
traigo la marca de la eterna vida.
De El Peregrino en su patria, 3
- 1402 -
Libro I, EVERARDO
Basas, columnas y arquitrabes juntas,
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ya divididas oprimiendo el suelo,
soberbias torres, que al primero cielo
osastes escalar con vuestras puntas.
Si desde que en tal alto Anfiteatro,
representaste a Sagunto muerta,
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de gran tragedia pretendéis la palma;
mirad de sólo un hombre en el teatro
mayor ruina y perdición más cierta,
que en fin sois piedra, y mi historia es alma.
- 1403 -
Libro I
O planta sobre el cuello de Behemot,
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prudente Ruth, carísima Abisac,
divina madre de otro nuevo Isaac,
por quien se libra el mundo como Lot.
O Jordán a Israel, arca a Jafet,
espada contra el fiero Goliat,
10
estirpe de David y de Sadoc.
O estrella de Jacob en Nazareth,
sol que se puso al mundo en Josafat,
¿quién fuera de tus pies perpetuo Enoc?
- 1404 -
Libro I
Huya la luz que las molduras dora
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de los países que descubre el suelo,
no quiebre al campo el cristalino hielo,
de que ha cubierto sus tapetes Flora.
Detente sol, tu resplandor no prive
de sus engaños a mi fantasía,
10
pues que del sueño tanto bien recibe.
Huye que ver la desventura mía,
que a quien en noches de tristeza vive,
¿de qué le sirve que amanezca el día?
- 1405 -
Libro I
Ni sé de qué me guardo, o
qué pretendo,
5
ni sé qué gloria en un infierno miro,
ni sé por qué sin esperar suspiro,
ni sé por qué rendido me defiendo.
Ni sé quién me detiene, o
quién me mueve,
ni sé quién me desprecia, o me recibe,
10
ni sé a quién debo amor, o quien me debe.
Mas sé que en estas cuatro letras vive
un alma sin piedad, un sol de nieve,
que hiela y quema, y en el agua escribe.
- 1406 -
Libro I
Mis penas sé que habéis
encarecido,
5
pro corto quedáis, que son mayores;
bien es verdad que las hará menores
la causa, por quien yo las he sufrido.
No compiten las voces desconformes
del Sátiro con vos, ni sin aviso
10
juzgue Midas el canto dulce sólo.
Tajo os escuche, y mi famoso Tormes,
a Apolo llaman el pastor de Anfiso;
si soy Anfiso yo, vos sois mi Apolo.
- 1407 -
Libro I, de doña Marcela de Armenta
¿Quién hay, que por tan
célebre memoria
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haber penado tanto no quisiera,
pues Anfiso de amor vencido espera
contra los tiempos inmortal victoria?
Bien hablaban entonces los pastores,
porque eran en extremo cortesanos;
10
mas vos los mejoráis con grande exceso.
Muy desdichados fueron sus amores,
hasta venir, Belardo, a vuestras manos,
que no es pequeño bien de un mal suceso.
- 1408 -
Libro I, don Felipe de Albornoz
Y guardando de Apolo la manada
5
en el rústico albergue pobre y chico,
afinaste debajo del pellico
la lira numerosa y acordada.
Fabio Mercurio, de ficción cubierto,
entre el simple zurrón y tosca abarca,
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dichoso Vega, que tal fruto cría.
Donde el arado y reja han descubierto
de la gran fuente de Helicona el arca,
dando su luz a las tinieblas día
De El triunfo de la Fe en los Reinos del Japón
- 1409 -
Y Magdalena ardiendo entre la humosa
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llama voraz, que en fénix la convierte;
que es Porcia celestial al mundo advierte,
y en la muerte de Cristo más piadosa.
Bajose por las brasas más humanas,
que los ojos del bárbaro inclemente,
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y dijo estas palabras soberanas:
Ceñid mis labios, coronad mi frente,
que no quiero otras flores y manzanas,
en tanto que de amor estoy doliente.
- 1410 -
Pensó, que huyera de vivir celoso,
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y viole alegre discurrir ligero
de un fuego a otro, como al sol de Hebrero,
salta de un verde prado al más hermoso.
Su madre abraza, que el amor admira
del tierno niño, y viendo que no puede
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guardarle en sí, con el dolor suspira.
Crece el martirio, el fuego les concede
un cuerpo a entrambos, pues a un tiempo espira,
para que junto en las cenizas quede.
- 1411 -
A los niños, que el golpe ejecutivo
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sintieron, y lloró Raquel piadosa,
anticipó la mano poderosa
entendimiento claro y discursivo.
Mas tanto a vos ¡o niño! os
clarifica
la virtud celestial, que pudo hacello,
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que al discurso el valor también aplica.
Así a morir apercibís el
cuello,
con que haberos nacido verifica
primero la corona, que el cabello.
De Pastores de Belén
- 1412 -
Libro I
Dijo llorando: ¡Ay sola y combatida
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por todas partes del dolor presente!
pues morirá mi honor, si lo consiente,
y si lo niega, perderé la vida.
¡Ay muerte victoriosa, no me asombres,
pues la vida del alma, que pretendo,
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muriendo gozará más altos nombres!
Porque será mejor, si me defiendo,
caer sin culpa en manos de los hombres,
que con pecar en las del Dios que ofendo.
- 1413 -
Libro I, PYRENO
Sol que nuestras tinieblas hermosea,
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y tesoro, que hallado regocija,
pues cuanto más oscuridad te aflija,
no harán los años que lo que es no sea.
Tú más que el Rey, que la mujer y
el vino,
propuesta de los tres en competencia,
10
por quien la libertad halló camino.
Eres el fin y el alma de la ciencia,
y un atributo, que en el Ser divino
tiene con los demás correspondencia.
- 1414 -
Libro I, LUCELA
Entró Judith al pabellón
bordado
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del Capitán de Ninive famoso,
tan bien calzado el pie pequeño airoso,
que le llevó los ojos el calzado.
Calzada de la luna entró MARÍA
en el mundo tan limpia y tan hermosa,
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que no sólo pisó su tiranía.
Pero llevó los ojos amorosa
del mismo Dios, que la dispone y cría
con limpieza de Madre y pies de Esposa.
- 1415 -
Libro I, FABIO
Satisfizo a su gran sabiduría
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con el saber hacer que Dios fuese hombre,
y a su justicia, cuando más asombre,
que Dios a Dios satisfacer podía.
Al poder con querer satisficiera,
y al amor con amar nuestros provechos,
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y a su piedad con ver nuestra desgracia.
¿Pero a su inmensidad cómo
pudiera,
si cupo de una virgen en el pecho,
pues no era inmensa, a no lo ser de gracia?
- 1416 -
Libro I, ERGASTO
De las piedras de luz inaccesible,
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del parto de la tierra más hermoso,
del mismo sol en guarnecer dichoso
al que hasta ahora se mostró invisible.
Caja hiciera a Jesús mi humilde celo;
¿mas cómo busca la ignorancia mía
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árboles aromáticos del suelo?
¿Oro, plata, cristal, piedras, sol,
día,
si la tiene mejor que el mismo cielo,
en las puras entrañas de MARÍA?
- 1417 -
Libro I, ERGASTO
Bien sé, que al sol más claro y
apacible,
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que no digo que al oro poderoso,
al marfil blanco y al cristal lustroso
se mostrará su luz inaccesible.
Bien sé que no son piedras de
provecho,
ni cuantas perlas el Oriente cría,
10
pero puedo deciros satisfecho:
Que en saliendo del claustro de MARÍA,
le hiciera caja de su virgen pecho,
donde ha de trasladarle el mismo día.
- 1418 -
Libro II, ERGASTO
No hay tan puros cristales transparentes,
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ni crisolitos hay tan rutilantes,
ni perlas en los nácares cambiantes,
ni rayos en el sol resplandecientes.
Pues todo para Dios es cosa baja,
incircunscrito, grande y no medido,
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porque es en lo infinito la ventaja.
Pero si ya después de haber nacido,
la grandeza de Dios admite caja,
darele un corazón arrepentido.
- 1419 -
Libro II, CLORIS
Si cada vez que del honor tratase
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del que infama y corrige vanamente,
Jesús dijese, y con humilde frente
alas divinas letras se humillase.
Es imposible que el furor más ciego,
y la vergüenza más soberbia y loca,
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con tal rocío no templase el fuego.
Que el nombre de Jesús tanto provoca
a amara Dios y al prójimo, que luego
penetra el corazón desde la boca.
- 1420 -
Libro II, ERGASTO
Vamos a ver en un helado escollo
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un Niño Dios, cuya alabanza callo,
de la vara de Aarón florido tallo,
y de sus hojas el mejor pimpollo.
Carguemos de presentes un camello
para el Sansón de Filistín cuchillo,
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que le calienta un buey con su resuello.
Verás que canta en pajas como grillo,
verás la cifra del Eterno sello,
rubí y diamante en un sellado anillo.
- 1421 -
Libro II, ALPHESIBEO
En mimbres, como jaula de perdiz,
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con llanto llama al hombre montaraz,
y porque tiemble de la humana faz
a Leviatán enfrena la nariz;
Rut tiene a Obed, el hijo de Booz,
y pues le ha de moler en almirez,
10
bien se puede vestir negro capuz.
Ya no dará, como otras veces coz,
al alma pieza negra en su ajedrez,
ni será de mis yerros avestruz.
- 1422 -
Libro III, RÚSTICO
Y aunque es cedros al Líbano,
ofrecello
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a la inocencia de tu velo humano,
admite el don de un rústico villano,
Phaethonte ya del sol de tu cabello.
Yo no te puedo dar lienzos sutiles,
brocados Persas de Real decoro,
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ni aromas en cristales y marfiles.
La voluntad es el mayor tesoro,
por que con ella en los presentes viles
de amante es el amor y el alma es oro.
- 1423 -
Libro III, ELISIO
Para hacer un compuesto sacrosanto
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púsose el ave en la virgínea Rosa,
hipostática unión maravillosa,
del hombre gloria y del infierno espanto.
Bálsamo de la rosa y azucena,
agua pura de zarza sin espina,
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nuestro veneno original deshace.
Sois de salud, como de gracia, llena,
débese a Vos la humana y la divina,
pues Dios es la salud, y de Vos nace.
- 1424 -
Libro III, ROSARDA
La enfermedad, no sólo peligrosa
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de Eva, sino de tantos sucesores,
a las manzanas mira, y por mejores
juzga las flores que pidió la Esposa.
Dos Evas tuvo el mundo: la primera
pidió manzanas, flores la segunda
10
de la Vara que alzó del mundo el luto.
Virgen, en vuestro Fruto el alma espera:
Cristo es el fruto, y de esa Flor redunda:
sin Cristo no hay salud, sin flor no hay fruto.