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61

Ibid., pp. 654-55 (cf. E J. Escobar, «Ecos míticos...», cit., pp. 102 ss.).

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62

El motivo del descensus ad Inferos recibe, en efecto, una relectura romántica (véase M. Comellas, «Subversión de la marginalidad en la mitología romántica: el combate contra Dios», en M. Maldonado y M. Palma, eds., Márgenes y minorías en la literatura, Madrid, Ediciones del Orto, 2003, pp. 27-63, pp. 51 ss.; en la p. 62 se alude a la figura de Don Juan).

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63

Véase Tomás Morales, Las rosas de Hércules, ed. de A. Sánchez Robayna, Barcelona, Mondadori, 2000, pp. 147 ss. A Morales se refiere el propio Machado en una carta dirigida a Saulo Torón, quien le había pedido un prólogo para su Caracol encantado. «Su Caracol encantado, que usted nos envía desde ese lejano archipiélago, tiene la virtud de recordarnos el mar, de traernos la emoción atlántica sine qua non de la conciencia integral de España. Y en verdad que esta emoción -aislado el nombre de Tomás Morales- parecía ya ausente de nuestra lírica cuando, recientemente, Pérez de Ayala, en su Sendero innumerable y Juan Ramón, en sus evocaciones de la tierra tartesia en que nació, nos dieron, gracias al mar, sus más bellas canciones» (Prosas dispersas, p. 535). Para otros aspectos de la tradición clásica en el poeta de Moya, véase F. J. Escobar, «Poesía e imagen en el modernismo canario (a propósito de Tomás Morales y Néstor)», Comunicación. Revista internacional de comunicación audiovisual, publicidad y estudios culturales, 2, 2003-2004, pp. 169-86, y «Ecos míticos y tradición clásica en Las rosas de Hércules, de Tomás Morales», Revista de Literatura, LXVI, 131, 2004, pp. 149-70.

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64

El primero de ellos lo comentamos en «Ecos míticos...», cit., pp. 104-105. El segundo es el siguiente: «¿Cuál es la verdad? ¿El río / que fluye y pasa / donde el barco y el barquero / son también ondas de agua? / ¿O este soñar del marino / siempre con ribera y ancla?» («Proverbios y cantares», CLXI-XCIII, p. 645).

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65

Prosas dispersas, pp. 299 y 300.

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66

Ed. cit., p. 593.

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67

Prosas dispersas, p. 491.

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68

Obra sobre la que volverá en su proyecto de discurso de ingreso en la Real Academia: «El Don Juan Tenorio de Zorrilla es, hasta la fecha, el más desacreditado de todos los don Juanes. Los doctos lo desprecian. El pueblo, en cambio, lo ha hecho suyo y lo defiende de los ataques de los doctos y de los pedantes. Lo defiende a su manera, yendo al teatro a verlo y admirarlo» (Prosas dispersas, p. 707).

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69

Prosas dispersas, p. 499.

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70

Ed. cit., p. 492.

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