Al lado de la fosa
Choca tu dulce boca con la mía
Cielo brillante, fuentes rumorosas
Contemplaban tus ojos centelleantes
Cuando me encuentro solo, y los aromas
Cuando miro de noche en el cielo
De azul y plata adornada
Desplómase la rauda catarata
Después de destrozarme
El Dios en quien yo creo palpita en la conciencia
El salón, por deliciosas
En el verde jardín, al pie de un árbol
En la ardiente orgía
En medio del jardín yérguese altiva
Eres feliz, nevada consejera
Es de rayos de sol tu cabellera
Es Elisa una hermosa cortesana
Es el limpio fanal del universo
Es el rumor de hirviente catarata
He aquí los genios gigantes
Hermosa, ya tus pupilas
Hoy las campanas al viento
La sultana Amina llora
Lejos está la hermosa de la gentil garganta
Llueve; la tarde triste y nebulosa
Los dioses se van, ha dicho
Magnífica es la riqueza
Manuel, en una noche del estío
Mimí Pinsón, la griseta
Mirad aquel insecto
¡Miradlo, es él! En su pupila ardiente
No extrañéis que conserve, cual tesoro
¡Oh sol, oh regio sol de Andalucía
Pálida la color, en la alba frente
Retruena el tambor; la turba avanza
Ruiseñor cuyo canto es nuestra patria
Sentados en la gótica ventana
Si al llegar la lozana primavera
Sobre la frágil onda iluminada
Soy poeta: yo siento en mi cerebro
Toca, toca el tambor y pierde el miedo
Una flor se divisa
Un genio ardiente, un alma vengadora
¡Ven al prado de lirios y claveles