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Tratado de las supersticiones y costumbres gentilicias que hoy viven entre los indios naturales de esta Nueva España

Hernando Ruiz de Alarcón

Al Illmo. Sr. Don Francisco Manso de Zuñiga

Del Consejo de su Magestad en el de Indias. Arçobispado de Mexico. El Br. Hernando Ruiz de Alarcon, Beneficiado de Atenanco.



Illustrissimo señor:

     Muchos dias a que se me mando me informasse en quanto pudiesse de las costumbres gentilicas, ydolatrias, supersticiones con pactos tacitos y expressos. que oy permanescen y se van continuando, y passando de generacion en generacion entre los indios, teniendo comission del ordinario para poder mejor acudir a este cuidado, y poner el remedio que pareciesse mas conveniente.

     Auiendo gastado en esto de cinco años todo el tiempo que me pude desocupar de la obligacion de mi beneficio, halle muchas cosas en que se debiera hazer toda la instancia possible para impedirlas.

     Y aun, como dicen, se debieran poner cuero y correas para borrarlas, y aun raerlas de la memoria de los hombres. Mas que tanto cuidado halle deste negocio no es mio dezirlo. Si bien pienso no me sera mas contado desir lo que siento sobre que se la causa de auer permanescido, y continuadose tanto tiempo en estos naturales sobre el baptismo las costumbres, y supersticiones gentilicas, y aun algunas que no les eran permitidas en su gentilidad, como es la embriaguez, teniendo esta en su gentilidad pena de muerte.

     Y las otras son flaco fundamento que apenas se halla entre sus historias tradicion de sus falsos dioses, assi porque ellos no sabian escribir, como porque aun de como ayan, venido a poblar a esta Tierra ni por donde, no se ha podido hallar claridad de todo punto, con que la Religion y devocion de sus Dioses, tuuo pocas o ningunas rayzes, y la embriaguez como al presente por nuestros pecados corre entre ellos es tan perjudicial y cruel enemigo de las costumbres Christianas. Que es oy el mayor de sus vicios, la total destruicion de la salud de sus cuerpos, y consiguientemente el sufficiente y principal estorbo de su conseruacion y aumento.

     Y aunque se me ofrece la objeccion de que pues no se ha podido impedir lo menos, tampoco se podra quitar lo mas, qual es la ydolatría respecto de la embriaguez, respondo que tarde o nunca tratara del remedio del vicio oculto; el que no se lastima del peccado manifiesto; siendolo tanto la embriaguez, que ella misma se publica, y aun prueba, y da a manosear que es y a sido la total causa de acabarse los indios. Conque allende el obuiar el gran daño de sus almas; estan en mui grande obligacion los ministros del remedio por la conseruacion y aumento de sus cuerpos.

     Vueluo al proposito: estando este negocio en este estado sobrevino Illma. a esta ciudad a pastorear este ganado roñoso, y con la vigilancia pastoral de tan gran prelado, diligenciando la mejora de su rebaño se informo de sus daños, y hallando no ser de los menores el que estaua a mi cargo, me mandó reducir a un quaderno lo que desta materia tuuiesse aduertido; cosa que yo pudiera y aun debiera escusar asi por la poca sobra de tiempo con la excesiva y trauajosa ocupacion de mi beneficio, como por mi corto talento, poca o ninguna experiencia de escribir, y especialmente de materia en que no me puedo valer de viuos, ni de muertos: porque della no se halla oy palabra escrita. Y los que viuen no me pueden ayudar, o no quieren.

     Porque los que lo desean no tienen sufficiente noticia desta materia, y los que la tienen son delinquentes en ella, y, o no la quieren manifestar, o ya cogidos en el hecho ocultan en el todo lo que pueden; y lo que entre los tales se halla escrito desta materia, es todo en lenguaje difficultoso, y casi inintiligible, assi porque el demonio su inventor con la difficultad del lenguaje que se halla en todos los conjuros invocaciones y encantos affecta su veneracion y estima, como porque el lenguaje quanto mas figuras y tropos tuuiere tanto es mas difficil de entender, y el que refiero no es otra cosa que vna continuacion de metaphoras, no solo en los verbos, sino aun en los nombres substantiuos y ajetiuos, y tal ves passa a vna continuada alegoria.

     Todas estas difficultades, que en la execucion se experimentan mayores, vencio en mi el considerar, lo primero: que lo que en esta obra se hallase errado lleua consigo el cierto y sufficiente descargo de auerse hecho por obediencia; lo otro: que aunque errada podria aprouechar para el fin que por ella se pretende.

     Que cierto lastima ver que la generacion tan numerosa, que tan facilmente desecho la gentilidad e ydolatria, se aya acabado casi de todo punto antes de ser bastantemente instruida en la Religion Christiana, cuya causa pienso ser (dada la parte que le cabe a su acostumbrada embriaguez, y a sus resultas) el auer los ministros entrado tarde en las lenguas de los feligreses por su diuersidad, y difficultad, pues aun oy algunas de todo punto se ignoran.

     Lo segundo: auerse redusido mucho mas tarde los indios a congregaciones donde sus vicios mas facilmente se aduierten. Y mas de ordinario vieran, y comunicaran al ministro de doctrina lo que siendoles permitido rehusan quanto pueden: lo vltimo y de mayor consideracion, es la poca communicacion, breve assistencia y facil mudanza de los ministros de doctrina.

     Porque el ministro que por qualquier razon no es perpetuo, tiene mucho peligro de ser u parecer mercenario y no pastor, y mas si el tal administra por tercera persona; pues si en dos o tres años mudados, y tres o mas sustitutos, que quando al fin dello; dejan la doctrina los tales sustitutos y el que los pone, no solo no han conocido las costumbres y nescessidades de sus feligreses, pero ni aun sus nombres.

     Largo he sido Sr. Illmo: no he podido excusarlo con quien por su sancto zelo lo desea, y por su officio te toca informarse de todo lo que puede aprouechar en esta materia, que quanto mas se entendiere, tanto mejor se podra remediar el daño, pues lo principal de la cura, es conocer la enfermedad.

     Nuestro Señor guarde Vª Illma, para remedio y amparo deste Reyno.

Br. Hernando Ruiz de Alarcon

Prologo

Al Tratado de las supersticiones y costumbres gentilicas que oy viuen entre los indios naturales de esta Nueua España, escrito en Mexico, año de 1629

      Intento con esta obra, no es haser vna exquisita pesquissa de las costumbres de los naturales desta Tierra, que requeria vna obra muy larga y muchas diuisiones: y no se para que fuesse oy prouechosso semejante trabajo. Solo pretendo abrir senda a los ministros de indios, para que en entrambos fueros puedan facilmente venir en conocimiento desta corruptela para que assi puedan mejor tratar de su correccion, si no del remedio.

     Porque advertidos de lo que aqui hallaran escrito; attendiendo con cuidado a las palabras assi de los conjuros, invocaciones y encantos, que aqui se refieren, como a los requisitos que suelen preuenir, acompañar, y seguir semejantes obras, podran cotejar lo que a los indios oyeren, en entrambos fueros para seguir por el hilo el ouillo, y descubrir tierra donde tantos nublados tiende el enemigo y con tanto cuidado, tan en su daño, sustentan y conseruan estos desdichados, para que no se descubran semejantes engaños.

     Y aunque los que no tienen noticia de la lengua Mexicana, se aprouecharan poco deste trabajo, no te escribo para los que no, son o deberian no ser ministros de indios. A los que sufficientes se ocupan en este ministerio suplico que siruiendose de lo que aqui hallaren prouechoso, y acertado, perdonen lo poco corregido, y errado.

     Y si en la traduccion les dissonaren algunas clausulas, y el lenguaje, adviertan que en ellas procuré conformarme quanto pude a la letra y frases de los indios en especial de aquellos, que eran executores destas supersticiones. Quiera nuestro Señor que esta obra aproueche como deseo para mayor honra y gloria suya. Amen.

Br. Hernando Ruiz de Alarcon.

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Tratado Primero

Preambulo

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Capitulo I

Del fundamento de las idolatrias. De la adoracion y culto de diferentes cosas en especial del fuego

De los brujos nahuales y como puede ser.

     (1) Es tanta la ignorancia o simplicidad de casi todos los indios, y no digo de todos, porque no he corrido toda la tierra, pero poca differencia deve de auer; que segun se entiende todos son facilissimos en persuadirse lo que les quisieren dar a creer. Assi que por su ignorancia tenían, y tienen tan varios Dioses, y modos de adoracion tan differentes, que venido a averiguar el fundamento, y lo que son todos hallamos tan poco de que echan mano como si quissiessemos apretar en el puño el humo o el viento.

     (2) Lo cierto es que las mas o casi todas las adoraciones actuales, o acciones idolatricas, que aora hallamos, y a lo que podemos juzgar, son las mesmas que acostumbraban sus antepassados, tienen su rayz y fundamento formal en tener ellos fe que las nubes son Angeles y dioses, capaces de adoracion, y lo mesmo juzgan de los vientos, por lo qual creen que en todas las partes de la tierra habitan como en las lomas, montes, valles, y quebradas. Lo mismo creen de los rios, lagunas, y manantiales, pues a todo lo dicho offrecen cera y encienso, y a lo que mas veneracion dan y casi todos tienen por dios, es el fuego como se vera en el tratado de la idolatria.

     (3) Es de advertir que casi todas las vezes que se mueuen a offrecer sacrificio a sus imaginados dioses, nace de mandarlo, y ordenarlo assi algunos satrapas, medico, sortilego o adiuino, de los otros indios, fundandose los mas de ellos en sus sortilegios, o en lo que se les antoja desatinados de la beuida de lo que llaman ololiuhqui, o Pezote, o Tabaco, como se declara en su lugar.

     (4) Para mas claridad entrare en este tratado por lo que hazian con el hombre desde el punto que nacia prosiguiendo con, el hasta su fin y muerte. Es con tanto excesso la veneracion y honra que todos los indios hazen al fuego, que al punto que nacen se enredan en esta supersticion.

     (5) Ponenlo en el aposento de la parida, y alli lo van fomentando, sin que del se saque una brasa hasta el quarto dia, porque creen que si antes sacassen del fuego algunas brasas, le nacerian al recien nacido algunas nubes en los ojos. Y los indios sacaban al quarto dia del aposento al recian nacido, y juntamente al fuego, y dabanle con el quatro bueltas a la cabeza. No he alcançado a saber que oy se haga esto.

     (6) Pues quando le daban las quatro bueltas a la cabeza, dandole dos de vn lado y dos del otro, le ponian el nombre que auia de tener, el qual era conforme al del dios en que nacia, segun que el demonio pretende que sus sequaçes imiten en su seruicio el modo de los Christianos en el de Dios nuestro Señor.

     (7) Este nombre tomarian de vnos Calendarios, que he hallada en los deste genero que tienen repartidos en los dias los nombres de animales, como son: Ocelotl, Tigre; Quauhtli, Aguila; Cuetzpalli. Caiman; Coatl, Culebra; y de otras cosas inanimadas como, atl, calli : Agua, Casa.

     (8) De lo qual he colegido que se dedicaban al animal que el demonio les señalaba para que fuessen lo que llaman nahualli, corno dire abajo, y desta manera quedaba el niño como baptizado en su modo, teniendo aquello por nombre. Otros differenciaban en que esta imitacion del baptismo la hazian con agua, lavando la cabeça al niño al quarto dia y poniendole su nombre.

     (9) Toda esta obra del fuego y agua la encomendaban al sabio que lo tenia por officio, que de ordinario entre ellos tienen nombre Y officio, de medicos, los quales siempre son embusteros, ceremoniaticos, y que pretenden persuadir que son consumados en el saber, pues dan a entender que conoscen lo ausente, y preuienen lo de venidero, lo qual podra ser se lo reuele el demonio, que puede por ciencia, y conjetura preuenir muchos futuros.

     (10) Y porque he dicho del nahualli, dire luego lo que siento, segun lo que colijo de lo que he visto y experimentado.

     (11) Anme referido personas fidedignas, que estando con vn indio, empeço, a dar vozes diziendo: «Ay que me matan, que me corren, que me matan», y preguntandole que dezia? Respondio: «los Vaqueros de tal estancia me matan», y que saliendo al campo fueron al egido de la estancia referida, y hallaron que los Vaqueros della, auian corrido y muerto vn zorro, o Raposa, y voluiendo a ver al indio, lo hallaron muerto. Y si bien me acuerdo con los mismos golpes y heridas que tenia el zorro.

     (12) Lo mismo me afirmaron auer suscedido con otro indio y vn cayman, que el indio sin que nadie lo offendiesse, començo a quejarse que le mataban en el rio, yendo al rio hallaron en el vn caiman muerto y luego, al indio muerto, de la misma manera.

     (13) Como pueda susceder esto dire abajo. Pero quando estos dos casos no nos hagan mucha fuerça, por no ser las personas que los refirieron mayores de toda excepcion, contare otros con testigos que no padecen tacha.

     (14 ) El Padre maestro fr. Andres Ximenez, de la orden de S. Domingo, me refirio, que estando dos Padres de su Religion en vna celda, cerca de la noche, entro por vna ventana vn morcielago, mayor mucho que los ordinarios, y que los dos Religiosos anduuieron con el morcielago a las bueltas, tirandole los sombreros y otras cosas, hasta que se les escapó y se fue.

     (15) Y que otro dia auia venido a la porteria de aquel convento vna india vieja, y que llamando a vno de los dos Religiosos, le dijo que por que la auia maltratado tanto, que la auia querido matar. Y respondiendole el Religioso si estavia loca, que donde, o como podia ser aquello? Respondio ella preguntando, si era verdad que la noche antes, el y otro Religioso auian maltratado, y tirado muchos golpes a vn morcielago que auia entrado en la celda por vna ventana?

     (16) Y diziendole el Religioso ser assi, dijo la india: «pues el morcielago era yo, y quede mui cansada». Oyendo esto el Religioso con admiracion quisso llamar al compañero para que conosciesse la india, y para detenerla le dixo se esperasse, que entraba a sacarle alguna limosna. Entro, y voluiendo con el compañero, ni hallo a la india, ni pudo saber quien fuesse.

     (17) A este tono he sabido otros muchos cassos, que por no alargarme y cansar con cosas de vn genero y recebidas por indubitables en esta tierra, contare muy pocos dellos.

     (18) Antonio Marques, español digno de credito, y que sabe bien la lengua mexicana, me refirio, que auiendo el oydo contar vn cas deste genero, que le auia suscedido en la costa de Acapulco a vn Simon Gomez, español, dudaba de la verdad del susceso, pero encontrando con el dicho Simon Gomez le pregunto si era verdad lo que del se auia referido. A este respondio el dicho Simon Gomez que la verdad era.

     (19) Que estando pescando en el rio de Cachutepech, que es cerca de Acapulco, de dos hijos que tenia consigo, el vno se subio sobre vn pedrisco, que estaba dentro del rio, donde salio vn cayman y empeço a dar bueltas al pedriscon, como que pretendia coger al muchacho, el qual amedrentado dio vozes al padre, el qual viendo lo que pasaba pidio al otro hijo el arcabuz, y tiró al cayman y lo mató. Y al tiempo que en su casa se oyo la respuesta del arcabuz vna india vieja que estaba alli texiendo entre otras, cayo diciendo: «Simon Gomez me ha muerto». Lo qual oyeron muy bien todas las demas que alli estaban hilando y texiendo, y la muger del dicho Simon Gomez.

     (20) Diuulgose el susceso en el pueblo, con que los deudos de la india muerta como ignorantes y ciegos, se querellaron del dicho Simon Gomez ante el Alcalde mayor de Acapulco, y fue preso por la dicha querella.

     (21) Aueriguose la verdad, y con esto que ausente Simon Gomez, la india dixo que el la mataba, y el conffeso auer muerto al cayman. Viendo el Alcalde mayor la mala prueua de la querella, solto al dicho Simon Gomez, que quando lo referia acababa de salir de la prission.

     (22) Lo mesmo me testifico el Padre Andres Giron, sacerdote que sabe bien la lengua mexicana, Ministro amigo de indios, y digno de todo credito, y que al presente reside y administra en la comarca de las minas de Tasco.

     (23) Dixo pues el dicho Sacerdote que yendo el con otros, junto a la ciudad de Guatimala á oyr missa á vn pueblo, avian de passar vn rio cerca del pueblo, y viendo en el vn cayman, vno de los compañeros le tiró vn arcabuzazo con dos balas con que lo mató, entrandole vna bala por vn ojo y otra en la quixada con que de camino se rompio la boca, y con esto lo arrastraron, y sacandolo del rio, lo chamuscaron con la espadaña que alli hallaron seca, y prosiguieron su camino a oyr Missa y llegando a la iglesia del pueblo hallaron en ella vn gran ruido y alboroto, porque vna india que entre las demas estaba en la doctrina se auia caido muerta, al tiempo que ellos avian tirado el caiman en el rio, sin preuenir otro achaque ni accidente.

     (24) Llegaron pues los forasteros a la india, y hallaron en ella las heridas que las dos balas del arcabuz auian hecho en el caiman, tenia la india, vn ojo quebrado y la boca rasgada; para mas certificarse le quitaron el huipil y hallaronle todas las espaldas chamuscadas, que era la parte que al caiman auian chamuscado con chamissa o espadaña.

     (25) Con esto todos los del pueblo dixeron que la dicha india siempre auia sido tenida por bruja nahualli. Y visto el sucesso, se prouo ser verdad lo que della siempre se auia entendido, y que el demonio le pago en su moneda con el vltimo de los males, haciendole experimentar en el cuerpo el fuego que para su alma le estaba aparejado para siempre en el infierno.

     (26) Del modo referido he oydo muchos casos, y assi supponiendo ser ciertos, aunque exquisitos, y fuera de lo que se sabe de otras naciones y gentes acostumbradas a tener pacto con el demonio, examinaremos como pueda ser esto, aduirtiendo primero la astucia de Satanas que la executa en este genero de gente, de manera que vna vez captiuos deste peccado, parece impossible la emmienda, porque lo niegan proteruamente, aunque esten acusados y convencidos hasta que mueren impenitentes.

     (27) Lo mesmo es de los hechizeros que llaman Texoxqui o Teyollòquani o tetlachihuiani, que casi es vna mesma cosa, jamas confiessan, aunque aya informacion contra ellos, como del vn genero y el otro la hauido ante mi en differentes provincias y nunca he podido hazer que lo confiessen para sacarlo a luz enteramente, aunque en el fuero secular se prouo a vnos indios del pueblo de Coyuca, provincias de Acapulco, que con vnas cenizas que avian puesto vn palmo debajo de tierra en vna hermita del dicho pueblo, cerca de vn Altar donde regaban de ordinario los de aquel barrio, auian muerto mucho breuissimamente de vna furiosa enfermedad, y estas cenizas confessaron auerlas recebido de unos buhos o cuclillos que las auian traido en las vñas muchas lenguas de alli embueltas en vnos trapos, pareciendoles a ellos, que tambien estaban en figura de buhos quando, las recibieron.

     (28) Yo juzzo que en esto vltimo se engañaron por lo que tengo referido arriba. Esta causa por remission del alcalde mayor de Acapulco, sentencio el Dr. Joan Cano, cathedratico meritissimo de Prima de leyes en esta ciudad de Mexico condenando a muerte a algunos de los agressores.

     (29) De todos los casos que he tenido noticia deste genero de brujos nahualles que son differentes de lo que son las brujas de España.

     (30) Lo primero: Colijo que quando el niño nasce, el demonio por el pacto expresso o tacito que sus padres tienen con el, le dedica o sujeta al animal, que el dicho niño ha de tener por nahual, que es como dezir por dueño de su natiuidad y señor de sus acciones, o lo que los gentiles llamaban hado, y en virtud deste pacto queda el niño sujeto a todos los peligros y trabajos que padeciere el animal hasta la muerte.

     (31) Y al contrario hace el demonio que el animal obedezca siempre al mandado del niño, o bien el mesmo demonio, vsando del animal como de instrumento lo executa. Y desta manera se escusan las impossibles pensadas transformaciones y otras difficultades.

     (32) Esto infiero de muchos casos deste genero, como dixe arriba en que amenazando alguno destos indios, tenido por nahualli a otro indio o español, ha suscedido el tal indio ó español amenazado tener despues reyerta en el rio con algun caiman, o en el campo con algun otro animal, y saliendo della el animal herido, o lastimado, han hallado despues al indio, que hizo la amenaza, con las mismas heridas que el caiman o animal saco de la reyerta, estando el tal indio ausente al tiempo della y ocupado en otros exercicios.

     (33) Esto es lo que deste genero, he podido alcançar, y no he hallado ministro ni otra persona que me de mas razon, ni otra mejor salida a estos casos, y assi lo dejo aqui.

     (34) Advirtiendo primero que tengo por sin duda, que el tal niño por quien los padres hizieron el pacto con el demonio, despues que llega a vso de razon reitera el pacto, o lo ratifica tacita o expressamente, porque sin esta condicion no es creible que el demonio tenga tanta potestad, especialmente contra baptizado.

     (35) Lo otro advierto la denominacion y significacion del nombre nahualli, que puede deribarse de vna de tres raizes que significan: la primera, mandar; la segunda, hablar con imperio; la tercera, ocultarse o reboçarse. Y aunque ay conveniencias para que se acomoden las dos primeras significaciones, me quadra mas la tercera que es del verbo nahualtia que es esconderse cubriendose con algo, que viene a ser lo mesmo que reboçarse, y assi, nahualli dira reboçado, o disfreçado debajo de la appariencia del tal animal, como ellos comunmente lo creen.



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Capitulo II

De las idolatrias y abusiones y obseruacion de cosas a que atribuyen diuinidad, especialmente el ololiuhqui, piciete y el peyote

     (36) Para lo que toca a ydolatrias, aunque las mas tienen principio y rayz en los curanderos y sortilegos, como tambien se a bisto en las provincias del Piru, en este Reyno, se hallan otras aunque no muchas, que son como por ley establecidas, y se guardan al presente.

     (37) Lo que yo he podido saber, es como en el Piru llaman huacas los lugares donde adoran y las cosas que adoran endistintarnente.

     (38) Aca los indios por las tales Huacas tienen los cerros o manantiales, rios, fuentes, o lagunas donde ponen sus ofrendas en dias señalados, como son el de S. Juan, el de S. Miguel, y otros assi, con fe y creencia de que de aquellas aguas, fuentes o cerros, tienen su principio sus buenos sucessos, su salud o enfermedades; si acaso las tales aguas, fuentes o cerros, o el ololiuhqui estan con ellos enojados, aunque sea sin aberles dado ocasion.

     (39) Las sobredichas cosas tienen y adoran por dios, y el ololuhqui es vn genero de semilla como lantejas, que la produce vn genero de yedra desta tierra, y veuida esta semilla priua del juicio, porque es muy vehemente; y por este medio comunican al demonio, porque les suele hablar quando estan priuados del juicio con la dicha heuida, y engañarlos con differentes apariensias, y ellos lo atribuyen a la deydad que dizen esta en la dicha semilla llamada ololiuhqui o cuexpalli que es vna mesma cosa. Destas entrara adelantes.

     (40) Tambien adoraban, y agora ynvocan los tales ydolatras, como adelante dire, vn dios que no conocian mas de que le nombraban, y oy le nombran Yoatl, tiytlacahuan, que se puede ynterpretar dios de las batallas, cuyos criados o esclauos somos, y dizenle Tlalticpaque, que quiere dezir dueño o señor de la tierra.

     (41) En prueua de lo referido, e visto muchas cosas que no tienen evasion ni respuesta porque he hallado en los cerros muchas ofrendas de Copal, que es incienso desta tierra, y madejas de hilo y pañitos de lo que llaman Poton, mal hilado, y candelas y ramilletes, vnas, muy antiguas y otras frescas.

     (42) Y el dia de S. Miguel deste año de seiscientos y veinte y seis, halle en vn cerro la ofrenda acabada de poner, y la huella fresca, del que la pusso, y aunque la siguieron no la pudieron dar alcanse porque la aspereza de la tierra no sufre muncha señal de huellas.

     (43) Estaba, pues, la ofrenda en vn monton de piedras, apartado muy gran trecho de los caminos, y echa en el vna cobacha en que la ofrenda estaba guarecida del sol y del agua. Y aunque despues hize muchas diligencias en los pueblos comarcanos, nunca pude tener rastro del que puso la ofrenda.

     (44) Porque assi los indios desta tierra como los del Piru ocultan esto diligentissimamente, a mi entender advertidos del demonio por lo que interesa. Aquí adviertan los ministros que los tales montones de piedra que los indios llaman Teolocholli, son sospechosos, porque de muchos dellos he sacado copal, candelas. ramilletes y otras cosas que ofrecen en dias señalados como queda dicho.

     (45) Pero lo mas ordinario resultan de los curanderos y sortilegos, assi del mayz que son como los de las habas de España, como los de las manos, a quien llaman matlapouhqui, y a los del mayz Tlaolxiniani como dire adelante.

     (46) Suele auer en estos montones de piedra, y en los portillos y encrucijadas de los caminos algunos ydolos o piedras que tienen semejança de rostros, y a estos va enderezado el intento del que ofrenda pretendiendo que les sea favorable la deidad que creen recide allí, o para que no les susceda mal en el viaje que hazen, o para tener cosecha, o para cosas semejantes, en especial los enfermos por consejo de sus sortilegos medicos que se lo aconsejan, y aun se lo mandan como lo han declarado ante mi, que lleban al río candelas de cera, y a bezes por los enfermos ba el medico, y echa las candelas en el rio, o las lleua a los montes.

     (47) Tambien tienen abieso quando elijen a algun moço por gobernador: la primera vez para auerle de dar el cargo, lleuanlo de madrugada al río los ansianos y principales del pueblo y bañanlo como ofresiendoselo al rio, para que le sea fauorable para que en adelante asiente en el cargo que empieça a exercer. Y despues hazen su boda. y lo que peor es, la borrachera, que es donde va ello a parar, como todas sus juntas.

     (48) Y es tanto el respecto que tienen a estas cosas, como tambien se refiere en el libro del Piru referido, que bi vna india que tenia asta quatro tecomatillos en vn chicubite de llaue, y eran heredados de sus antepassados, que eran deste pueblo de Atenango del barrio de Tlalapan.

     (49) Aquí se advierta de passo, que es lo ordinario tener estas supersticiones e ydolatrias, en los barrios y pueblos que estan en los montes y desiertos apartados de los pueblos principales, como los hemos hallado: yo e bisto la referida india a quien quite los quatro tecomates, les tenia tanto respecto y miedo, que aviendole yo hecho la causa de que ydolatraba en ellos, que para que no los ocultase fue necesario yr yo a su casa con notario, alguazil y testigos, y aviendole hecho conffessar a fuerça de braiços que los tenia y donde, llegado a abrir el chicobite, fue tan grande el miedo que la envistio que no podía abrir el chicobite de medroso y descoyuntada, hasta que llegue a ayudarla, y abierto el chicubite en ninguna manera se atreuia a sacar del los tecomates pareciendole que cometia sacrilegio, hasta que a fuerça de persuasion y amenazas, perdiendo el color y casi desmayada del temor los saco. Y despues parecio auerse desengañado del error en que estaba.

     (50) Aqui se deue notar la diligencia y sagazidad que se requier en el juez, que tratare de hallar y castigar estos delitos y extirparlos, porque que diligencias no haría la india referida, y las semejantes, por ocultar lo que tanto estiman y veneran, pues casi quedo muerta de sacar los tecomates del ceston o chicubite en que los tenia, y assi sera buen consejo, en teniendo noticia de semejante cosa, no perderla de vista hasta darle fin, y estar en el lugar donde la tal cosa se guarda, primero que el delinquente ymagine que de tal cosa se trata, porque sin esto todas las demas diligencias seran vanas, porque no hallandolos con el hurto en las manos como disen, primero se dejaran hazer pedaços, que conffessar el delito con que quedaran mas obstinados y mas causas. Del genero referido en el Nº 4 antecedente halle otra india en vn pueblo llamado Cuetlaxxochitlan, que tenia tecomates como los referidos, en que idolatraba con igual respecto y temor al que dicho queda para cuya inteligencia se advierta.

     (51) Quando algun viejo que es como cabeça de linage a tomado por abogado al ololiuhqui o al peyote, o algun idolo, le hazen el cestoncillo el mas curioso que pueden, donde lo guardan, y dentro del van poniendo lo que le ofrecen como es yncienso, algunos pañitos labrados, vestiditos de niñas, y otras cosas a este tono, y tienesse aquello en tanta custodia y veneracion que nadie se atreve a abrir la petaquilla, y mucho menos a la ofrenda que esta dentro, ni al ololiuhqui, peyote o idolo, aunque a los idolos veneran mucho mas. Deste sestoncillo con lo que tiene dentro son herederos los hijos y desendientes, sin que en ello se atreua ninguno de la generacion a descuidarse, y es en tanta manera, que si suscede acabarse la generacion de los que les pertenescia la guarda de tal cestoncillo, a los quales llaman en mexicano ytlàpial que quiere dezir los que tienen obligacion de guardar la tal cosa, que ninguno otro se atreua a mudarla del lugar donde la tuuieron y dexaron los dueños y herederos, que de ordinario es el Altar de sus oratorios que llaman Santocalli como dire adelante, y esto se obserua tan puntualmente, que en el caso postrero, que queda dicho de la india de Cuetlaxxochitlan, suscedio que auiendole averiguado que tenia vno destos cestoncillos, sin que ella lo imaginasse la cogi en la yglesia para hazerle confessar el delito, y viendo que negaba la lleue a su casa, y entrando en el oratorio hize buscar el cestoncillo, y en el oratorio estaba ya todo tal por el mucho tiempo que las esteras estauan hechas tierra, y las ymagenes casi de todo punto tenian perdidos las colores, y nadie se auia atreuido a mouer ni a tocar cosa alguna de las que alli avia, por estar en el dicho oratorio la petaquilla, la qual hallamos sobre una estera que el altar del oratorio tenia por cielo.

     (52) En este cestoncillo estaba el ololiuhqui y vno de los tecomatillos referidos, y algunos lençeçuelos, y la india no se atreuia a tocar con la mano al ololiuhqui. Preguntada la dicha india, por que y para que tenia aquello alli, respondio Amonotrapiàl can can ypani nehcoc; quiere dezir: no me pertenece por herencia, sino que lo halle aqui quando entre a viuir en esta casa.

     (53) Preguntada por que la auia negado, respondio casi lo mismo diziendo ypampa ca àmo notlàpial, como si dixera, porque no era cosa que yo heredo, y assi la dicha tvbiera lugar de esconder el cestillo, sin duda lo hiziera, y assi no la deje de la mano, luego que supo para que era llamada.

     (54) Para que en estos casos aya mas acierto, se advierta que en sabiendo los indios que se trata de semejante pesquiza, los que tienen estas cosas luego las ocultan debajo de las peañas de los altarcillos de sus oratorios, o detras de los retablos, o sobre el cielo o palio del mismo altar de suerte que no se echa de ver.

     (55) Y destos lugares los he sacado yo quando los diliquentes no tienen mas lugar para ocultarlos, pero si tienen algun mas lugar, casi es imposible hallar lo que ocultan, porque facilmente, o encierran el ceston, o lo ponen en lugar donde no pueda ser hallado, como se a visto en el Piru, donde ocultan en cobachas y debaxo de tierra los idolos que llaman Huacas y los cuerpos de sus antepassados que tambien los adoran.

     (56) Algunos tienen estos cestoncillos dentro de caxas, por mas custodia y veneracion, especialmente, quando tienen algun ydolillo a quien atribuyen aumentar la hazienda; y si lo atribuyen el aumento del mayz, trigo y otras semillas, lo tienen dentro las troxes queellos llaman Cuezcomatl, como los tenia vn Miguel Bernardino, natural del pueblo de Quauhchinalla, y vezino de Tetelpan en las Amilpas que ben la comarca de Cuernabaca.

     (57) Este Miguel Bernardino tenia cinco idolillos, y por no errar el lance, hecha la causa contra el de vn solo idolo, siguiendolo llamaba la justicia secular para otro fin, lo coxi fuera de su pueblo, donde convensido con la prueua, confesso tener vn solo idolo en la dicha troje, donde embie por la posta tres españoles, y entrando en ellas hallaron cinco ydolos; despues preguntando el dicho Miguel Bernardino por que auia negado los quatro, dixo que solo vno era de su herencia, que es lo que ellos llaman ytlàpial, y los quatro los tenia en guarda, pero del suyo tenia creydo que aumentaba las cosechas.

     (58) Y deste genero e hallado otros muchos en otros pueblos; y para que se entienda lo que importa este auiso dire le que me sucedio en el pueblo de Xoxouhtla que es en las Amilpas, comarca de Cuernabaca. Llame a vn indio don Miguel, principal del pueblo de Teocaltzinco, congregado alli, que auia sido fiscal en el, y en vn breue rato que estubo conmigo en que conffesso que tenia vn ydolo, y la muger lo auia traspuesto. Y colegilo porque luego inmediatamente fui con el dicho indio a su casa, con notario y testigos para ver en que lugar y con que veneracion tenia el ydolo, y para que me le entregasse.

     (59) Y el indio fue derecho al apossento y ceston de llaue donde lo tenia, y no hallandolo alli salio donde la muger estaua y le dixo entre dientes, como ya me auia declarado tenia el dicho ydolo que lo sacasse, y yo constreñi a la india dixesse donde lo auia escondido, ella se fue a vn gran monton de calabaças que estaua partiendo, y de en medio de ellas le saco en un plato de barniz negro y con el otros dos idolos con muchas ajorcas y juguetes, quales se suelen poner a los niños por adorno, si bien el barniz negro del plato en que estauan manifestaua bien el mal estalaxe de los que en aquellos ydolos eran reuerenciados. A cada vno destos tres ydolos se le atribuya vn efecto, como acrecentar las sementeras, la hacienda, &c.

     (60) En el pueblo de Tasmalaca, me sucedio, que aviendo cogido de improviso a vn Miguel de Escobar, cantor de la iglesia en el choro della, me conffesso tenia en su casa vn ydolo, como yo se lo auia averiguado. Yo encerre al dicho indio luego porque no diesse orden de ocultar el dicho ydolo mientras se llegaua a su casa, a donde fui con toda diligencia y enderece a su oratorio, donde mientras pregunte a su suegra donde estaua vna piedra blanca que su hijo me auia conffessado tenia la muger del dicho Miguel de Escobar, auia sacado tres ydolos que tenia dejando sola vna piedra blanca.

     (61) Remitiome la vieja a la hija, y la hija negaua proteruamente; pero fue Dios seruido que en sus ademanes eche de ver que tenia consigo lo que negaua: hize a los ministros que la requisiessen; y auialos ya la india cubierto con su faja donde los hallaron, la qual los auia apartado de la otra piedra blanca que el marido adoraua, porque el marido solo auia heredado de sus antepassados la dicha piedra y ella los tres ydolos.

     (62) De aqui colijiran los ministros la sagazidad que es menester con esta gente, porque ni temor de Dios, ni juramento ni otra cosa, es parte con los indios para que conffiessen la verdad, sino que han de estar antes convencidos, para que por via de temor conffiessen, porque no se halla otro camino para con ellos, ó como dizen han de ser coxidos con el hurto en las manos para que no puedan negarlo.

     (63) La supersticion de los tecomates, que son los vasos en que ellos beuen de ordinario, tiene su principio y fundamento en vsar dellos como de cosa que esta consagrada y dedicada para sus ofrendas y sacrificios ydolatricos; y es el caso que quando hazen pulque (que es su vino) de magueyes nueuos, esto se entiende quando estrenan la viña, el primer vino que hazen a su modo, el primer fruto que es el dicho genero de vino, lo ofrecen al Dios que se les antoja, como al fuego ó algun ydolo, y esta ofrenda se haze en los dichos tecomates hinchiendolos del dicho pulque, y poniendolos en el altar con mucha veneracion los acompañan con incienso y velas encendidas, y de alli a un rato derraman alli vn poco en señal de sacrificio, y luego de la resta de los tecomates y de lo que tienen las ollas, que son sus cubas, los dueños y los combidados, dan, como dizen, buena cuenta, o por mejor dezir, mala y tan mala, que con ella pierden la de su uida y costumbres, quedando todos fuera de juicio, y lo que despues desto se suele seguir, y mas donde en semejantes juntas concurren hombres y mugeres, de donde se suelen seguir tantas ofensas a ntro. Señor y tantas grangerias al demonio, autor de todo mal.

     (64) Despues desta tormenta se guardan los dichos tecomates que no siruen para otro vso, y estos con la supersticion heredan hijos y descendientes, y vsan dellos para semejante ocasion, o si por otro fin, o para principio de alguna obra hazen tales sacrificios.

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Tratado primero

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(Continua)

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Capítulo III

De la adoracion y culto que dan al huauhtli

     (65) Donde mas manifiestamente ay formal ydolatria, es al fin de las aguas, con las primicias de una semilla menuda mas que mostaça, que llaman huautli, porque tambien el demonio quiere que le ofrezcan primicias: es pues esta semilla mas temprana, endurece y sasonarse que otra ninguna, y assi la cojen quando el mayz que llaman temprano o nemesina empieça a espigar, que en tierras calientes suscede en dos messes: desta semilla hazen vna beuida como poleadas para bcuerla fria, y hazen tambien vnos bollos, que en la lengua llaman tzoalli, y estos comen cossidos al modo de sus tortillas.

     (66) Ya ydolatria esta en que accion de gracias de que se aya saconado, de lo primero que coxen bien molido y amasado, hazen vnos ydolos de figura humana de tamaño de vna quarta de vara poco mas o menos; para el dia que los forman tienen preparado mucho de su vino, y en estando hechos los ydolos y cossidos los ponen en sus oratorios, como si colocaran alguna ymagen, y poniendoles candelas y encienso les ofrescen entre sus ramilletes del vino preparado para la dedicacion, o en los tecomatillos supersticiosos arriba referidos, o si no los tienen en otros escogidos, y para esto se juntan todos los de aquella parcialidad que es la cofradia de Bercebu, y sentados en rueda con mucho aplauso, puestos los tecomates y ramilletes delante de los dichos ydolos, empieza en su honra y alabança y en la del demonio, la mosica del Teponaztli que es vn tambor todo de palo, y con el se acompaña la canturia de los ansianos, y quando ya han tañido y cantado lo que tienen de costumbre, llegan los dueños de la ofrenda y los mas principales, y en señal de sacrificio derraman de aquel vino que auian puesto en los tecomatillos, o parte o todo delante los idolillos del Huautli, y esta accion llaman Tlatotoyahua, y luego empieçan todos a beuer lo que quedo en los dichos tecomates primero, y luego dan tras las ollas hasta acabarse, y sus juicios con ellas, y siguiendose lo que suele de idolatrias y borracheras.

     (67) Empero los dueños de los idolillos, los guardan con cuidado para el dia siguiente, en el qual juntos los de la fiesta en el dicho oratorio, repartiendo los idolillos a pedaços como por reliquias se los comen entre todos.

     (68) Este hecho prueua muy bien las grandissimas anssias y diligencias del demonio, en continuacion de aquel su primer peccado, origen de toda soberuia de querer ser semejante a Dios ntro. Señor, pues aun en los misterios de nuestra Redempcion trabaja tanto por imitarle, pues en lo que acabo de referir se vee tan al viuo embidiado y imitado el singularissimo misterio del Santissimo Sacramento del Altar, en el qual recopilando ntro. Señor los beneficios de ntra. Redempcion dispuso que verdaderissimamente le comiessemos, y el demonio, simia, enemigo de todo lo bueno aliña como estos desventurados le coman, o se dexen apoderar del comiendole en aquellos idolillos.



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Capitulo IV

De la adoracion y sacrificio que hasian en los cerros a los ydolos, y montones de piedras por los caminos que estan señalados hasta hoy

     (69) Este genero de ydolatria he aueriguado ser tan general, que tengo por cierto que ninguna generacion de indios se escapa del, en especial en los pueblos que estan remotos y apartados de los ministros de doctrina y de justicia: se aclaro y mucho mas al pasto que ay menos gente, por tener menos de quien recelarse, que si por algun caso saben que ay alguno que no sea de los comprendidos, y mas si es forastero, andan con cuidado y sobre aviso, y se encierran y ponen guarda para que ni aun a la puerta,de sus consultas pueda llegar, porque no nos pueda dar noticia dellos.

     (70) Otro modo de ydolatria, sacrificio de si mesmos, vsaban y en algunas partes se a visto aora, y es el que hazían en las cumbres de los cerros y lomas altas, cuyos caminos vemos oy tan señalados conio si fuessen caminos para carroças, que assi los devian de abrir antiguamente, que suben derechos hazia lo alto, y van a parar en algun monton de piedras o cerro dellas donde ellos hazian su adorazion, sacrificio y plegarias, y el modo que tenian he sabido agora muy por estenso de don Baltasar de Aquino, indio cacique viejo y el mas antiguo de todo mi beneficio, que lo refirio assi.

     (71) Auia en cada pueblo siertos ansianos dedicados para el ministerio de los sacrificios de penitentes, que llaman Tlamàceuhque, y los tales viejos se llamauan Tlamacazque, que suena entre nosotros sacerdotes; estos llamauan al que se les antojaua del pueblo para embiallo como a peregrinar, que asta en esto ymito el demonio lo espiritual, y en llegando en presencia del tal viejo el llamado, luego el dicho viejo le mandaua que fuesse bolando como orando a pedir mercedes, y era el casso que tenian fe que alli donde yvan, que era en las cumbres de los montes o en las lomas altas, donde estauan los cercos o montones de piedras, donde tenian los ydolos de diferentes hechuras y nombres, en los mesmos lugares estaua aquel supremo Dios, que todos llaman a Señor del mundo, Tlalticpaque; cuyos cautivos somos, ti ytlacahuan: Dios de las batallas, Yaotl; el coxquilloso, Moquequeloatzin, como si dixeran: el que no sufre coxquillas, o el zeloso.

     (72) Embiaua pues el Tlamacazqui, viejo Sacerdote, al Tlamaceuhqui, penitente, a la peregrinacion dicha en la manera siguiente.

     (73) Auia en cada pueblo vn como patio grande muy barrido, diputado para tales fines, como iglesia; a este patio tenian todos obligacion de traer leña verde para los dichos ansianos, los quales eran señalados con vn mechon largo de cauellos, que dexauan crecer en el celebro, que tambien entre los indios era señal de grandes capitanes y guerreros llamados Tlacauhque.

     (74) Sentado, pues, el tal viejo, en vn asiento de piedra vajo, en tal modo que estalla como dezimos en cuclillas, teniendo en las manos vn gran tecomate de la yerua que confissionada con cal la llaman Tenex yhetl que en español quiere decir tabaco con cal, y teniendo delante de si en aquel patio al Tlamàceuhqui que auia de yr a la peregrinacion, le hazia su platica y le mandaua que fuesse al lugar que le señalaua de la adoracion de los idolos, al que era Tlalticpaque,quiere dezir señor de la tierra, y las palabras eran:



Parte con priessa, Xon vciuhtiuh
el que participas conmigo del mismo vaso, nocomichic
el mas pequeño de mis hijos, noxocoyo
mi unico; nocenteuh
no te detengas en vano Maçan cana timàahuiltitiuh
y que te quedo esperando, nimitzchixtiez
tomando el tabaco con cal nican niyehtlacuitica
y con el hipando nitlacuepalotica
y mirando lo que haces en mi ausencia (como si dixera profetizando) nitlachixtica
cata qui lo que te doy por comida que lleues. yzca nimitzqualtia tic-huicaz.


     (75) Esto postrero dezia, porque el viejo daba al penitente alguna parte del Tenex Yetl que tenia en el tecomate, para que el penitente fuese tomando por el camino, y el viejo tambien lo tomaba en el patio, donde quedaua esperando al peregrino sentado junto al fuego, y dizen asia esto por no dormirse con la larga espera del peregrino, porque siempre esta estacion se hazia de noche, y es de advertir que el viejo tambien daba del Tenex yyetl al peregrino, como Angel de guarda para el camino, porque tambien tienen abusion en esta yerua, atribuyendole diuinidad, de manera que la llebaua el peregrino como Angel de guarda. Dado al Tenex yyetl, proseguia el viejo y dandole vn bordon, dezia:



Toma tu bordon Izcà mochiquacel
en que vayas estribando yc timotlaquechitiaz
Si en alguna parte encontrares yntlacanà tiquinnamiquiz
tus tios, Motlàtlàhuan.
les mete las manos en la boca: yntlanco timayahuiz
si son brujos yntla tlahcanahualli
que te quieren burlar, Moca mocàcayahuaznequi
Meteles prestamente las manos en la boca, Niman ytlanco ximayahui
que si no son brujos sino deidades monteses, Auh yntla çan quauhtlàchanècàcâ
que los conoceras en que tienen Tlanmahalactic
las vocas bauosas,
no te quieren dañar; àmo tle mitzchichuiliznequi,
pero si son brujos auh yntla tlacanahualli
conoceraslos ytech tiquittaz
en que tienen muralla de dientes: yntla çan tlantechinampol
a los tales matalos a palos, xicquahui huitequi, xicmicti
y trae vna rama desgajada de algun arbol. tic-hualcuih yntla poztectli acxo yatl.


     (76) Esta rama que le pedia era la señal de auer llegado al lugar donde era embiado, por ser los arboles que alli auia conocidos, y porque la rama se podia cotejar despues de donde se auia quitado.

     (77) Era el tal viejo, tan obedecido y temido, que ninguno se escusaua de yr al lugar que le señalaua por trabajoso que fuesse. Y si se le escusaua refieren que le daria con el palo y aunque lo matasse no tenia pena, ni le harian al tal viejo molestia alguna, porque todo este negocio era tenido y estimado por cosa diuina y dedicada a los dioses, y assi hablaua y mandaua el tal viejo como hombre de superior esfera, de ciencia rebelada y conocimiento profetico, y assi dezia a los peregrinos al tiempo de partirse, que el quedaua viendo todo sus suscesos, passos y hechos, y assi dezia:



Aqui te quedo mirando yo, el Nican nitlachixtica nixomoco
de ciencia superior, el diestro, nihuehue nicipac nitonal, como
ansiano y casi dirimos (¿?). si dixera Ego vir videm.


     (78) Y tenian tan creydo que era assi que lo via todo, y que no se escapaua cosa alguna de su conosimiento, que hasta oy lo tienen por cierto los que viuen, y seria muy posible que el demonio, su patron, para mas engañarlos les manifestasse los sucessos ausentes. Tambien en conformidad de las palabras del viejo agorero, tenian por cierto que si los que encontrase en el camino tuviesen dientes, que los tales eran brujos que embidiosos de su empleo, salian a estoruarle y a empedirle el conseguirlo. A los quales mandaua el viejo al peregrino que los matasse y proseguiesse su viaje; con esto el peregrino muy contento y solo respondia:



Sea en buen hora, mi superior señor. Caye qualli nibeauhtzine.


     (79) Muy satisfecho, que si moria en la demanda yva muy bien empleado, como si fuesse ofrecido al martirio. Con esto salia a su viaje, lleuando para su primera ofrenda, copal que es incienso desta tierra, y vnas madejas de hilo grueso de algodon mal hilado, al modo del que se haze el pauillo, o algun pañuelo texido de aquel genero de hilo, que por esto llaman Poton; quiere dezir poco torcido que a trechos descubre el algodon, y assi lo he hallado yo en las ofrendas de los montones de piedra, como lo refiero en su lugar, y acompañauan la ofrenda con el que llaman Quauhamatl, que es vna manera de papel blanco como lienço que se haze en Tepoztlan de una corteza de arbol blanda; en este papel yva embuelta la ofrenda y seruia con el algodon como para que se vistiesse el dios o ydolo a quien se ofrecia, y assi responden oy los que ofrecen, que es para que se vistan los Angeles que andan en las nuues, o portillos y encrucijadas de los caminos vt alibi.

     (80) En llegando al lugar del ydolo, o al monton de piedras, prostrauase donde auia de poner su ofrenda, y puesta, se sacrificaua el derramando su sangre, para lo qual llebaua un punçon hecho de vna rajita de caña agudo, y con el se picaua las orejas en las partes donde las mugeres se ponen los sarzillos, hasta derramar mucha sanbre, y hechavala en unos vasitos que hazian en las piedras a modo de saleros, y assi se rompian las orejas de manera que venian a quedar quando ya viejos, como grandes anillos, lo que ellos dizen Nacaztecòcoyacpol. Tambien se picaua debaxo del labio sobre la barba, hasta aguxerarselo como ventana, y algurios tambien la lengua en la parte superior; todo esto hazian por sacrificio, y dizen que algunos llegauan a desmayarse o adormecerse, y en este extasi, o oyan, o se les antojauan, voces de su ydolo que les hablaua, de que quedarian muy vfanos y como siguros de que se les otorgaua lo que pedian, que de ordinario era hijos, hazienda, larga vida, familia o salud.

     (81) En acabando de sangrarse, sino se adormecia, o ya buelto, en si del extassi, desgajaua vna rama del arbol que era mas proprio y conozido de aquel lugar, y se boluia por la posta hasta ponerla delante del que le auia despachado, y a esta rama dizen Tlapoztec acxoyatl nezcayotl, quiere decir «desgajada rama del testimonio», en señal de auer llegado a aquel lugar. Presentauala pues al viejo, con que le satisfacia de auer cumplido y obedecido su mandato, y hecho aquel modo de peregrinacion, y si en ella se le auia mostrado o hablado aquel dios a quien auia hecho la ofrenda de su sangre, o se le auia antojado, quedaua muy contento diziendo que ya auia recebido merced y conseguido lo que pretendia.

     (82) A muchos destos vieron los que oy viuen, como lo afirma el dicho don Baltasar de Aquino y don Diego de S. Matheo, vezinos deste partido de Atenanco, y cierto es verguenza nuestra a quien las obras menos trauajosas y tanto mas prouechosas se nos hazen tan cuesta arriba de que no nos deviera rehazer difficultad alguna.



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Capitulo V

De la estacion penitencial que hasian los que hauitauan en los rios y begas

     (83) Los que biuian en las begas de los rios hazian su estacion en el agua, llamabanlos penitentes del agua o en el agua, en la lengua, Ayahualco tlamàceuhque: estos yvan el rio arriba con su calabaço por la orilla del rio, hasta el remanse o remolino que le señalauan, donde el mejor y mas dichoso sucesso, era mostrarsele a cocodrillo o lagarto o Cayman que ellos llaman Acuetzpal, chimalli nauhcampa tzontecome, que dira en castellano: Lagarto Rodela que tiene quatro cabeças.

     (84) En viendo el penitente al dicho cayman saltaua sobre su cuello, y el daua algunas bueltas en rededor por el remolino o remanso del agua, donde luego se zabullia quedando encima el penitente con su calabasso, con el qual el luego se dexaua yr rio abaxo hasta llegar a su pueblo o choza, de donde auia partido para la dicha estacion, sin que se le pusiesse por delante el peligro del cayman, la obscuridad de la noche, el frio del agua, aunque fuesse muy larga la estacion que se le señalaua, que todo le parecia digno de sufrir por ser a sil entender en penitencia y por alcançar mercedes, como si fuessen de quien de veras las pudiessen recibir siendo todo obra del demonio que en el hecho y en las circunstancias del mostraua bien ser todo noche y tinieblas de la ydolatria.

     (85) Algo duro parece de creer lo del cayman, pero como todo era obra del demonio, a quien esto es facil, puede creerse, que esto v mucho mas haria por ganar, o por mejor dezir, por perder vn alma de que tantas ansias padece.

     (86) Al que auiendo llegado al remanso del agua señalado no se le mostraua el cayman, contentauase con auer llegado, y en cumplimiento de su penitencia se arrojaua al agua con su calabaço, dexandosse yr rio abajo hasta llegar a su pueblo o puesto, de donde auia salido para la dicha Penitencia.

     (87) Tuue noticia destas estaciones y penitencias, porque ay vn gouernador de mi partido llamado don Diego de Mendoça en el pueblo de Cuetlaxxochitla, criado en mi tiempo, que reprehendiendo a los de su pueblo porque se escusauan y hazian rehassios al venir a la yglesia a la doctrina, Missa y officios diuinos, para avergonzarlos, les dixo lo siguiente:

     (88) Ca otiquincaquilique tocolhuan, tochihuan, l. tocizhuan yn huehuetque, yn ilamatque, yn quenami t1ahuenchihualoya tepeticpac, yn tecolalco, yn teolocholco, ymanel yca yohuac, mixtecomac tlacomoni yn queman chicahuac quihui, ye àmo quicahuaya yn tlahuenchilzualiztli huel conàxitiaya. Auh tlejn macehual? caçan tetlapolotiliztli, caçan tlacatecolotl quitlatlauhtiaya, auh yn axcan ca ymahuizçotzin yxquich yteoyotzin tacatl ttyº D. noyxquich tomàcehual, auh Can campa tiquittâ, auh çan nepa titotlahcalli: cahuel tetlapololti; ca tetequipacho, ca huey totlatlacol yxpantzinco yn Dios.

     (89) Reduzido a nuestro español dize: «Oymos a nuestros antepassados los ansianos el modo y cuydado con que en su tiempo hazian los antiguos sus sacrificios y ofrendas en las cumbres de los cerros, en los cercos de piedras y en los montones dellas, de noche con mucha escuridad, aunque fuesse como dizen boca de lobo, ora tronando, ora llouiendo muy recio, y con todo no faltauan a sus ofrendas y sacrificios, antes acudian con toda puntualidad y entero cumplimiento, y sepamos que sacauan dello? o que les aprouechaua? siendo como era todo ceguedad, engaño y adoracion del demonio.

     (90) Pero siendo agora tanta la excelencia de la fe, honra y tesoro de la diuinisad de Dios, para tanto bien nuestro, y que casi tropeçamos con ello, parece que por huyr del bien nos desbarrancamos a sabiendas, cosa digna de admirar, escandalo y de muy gran pesadumbre, porque de verdad os digo que es muy grande en nosotros esta culpa y offensa de Dios, ante su diuina magestad».

     (91) Edificaronme estas raçones y se me ymprimieron en el alma quasi stilo ferreo, y assi con aber mas de un año, se me representaron á este punto, y las puse aqui por poderse aprouechar de ellas los predicadores destas gentes.

     (92) El Padre fray Agostin Guerra, de la orden de S. Agustin, me escribio que en la provincia de Tlapa, yendo una mañana a decir missa a una visita, abia visto un yndio que subia a lo mas alto de una loma, que es donde endereçan estos caminos antiguos, y que sospechando por el paraje que el yndio yba donde abia algo desto de ydolatria, el dicho Religioso con los que llebaba consigo, endereço, su biaje hacia el yndio de la loma, adonde llegando era ya ydo el yndio, pero hallaron su ofrenda y candelas encendidas delante de un ydolo de piedra, y esto visto hizieron aprestadas diligencias y echaron postas en busca del yndio, y no pudieron descubrirle, ni el rastro del, de que quedaron bien admirados.

     (93) Y no ay que dudar sino que abra mucho desto donde no se hicieron apretadas diligencias en escudriñarlo, evitando y castigando; por lo menos si se tratase desto con el cuidado que se debe, quando no se dejassen semejantes ofensas de Diospor su amor y Reuerencia, esta pusylanime gente cesaria por el temor del castigo, y con los trabajos y opresion que padecen facilmente se olvidaria y no pasaria a nietos.



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CapituloVI

De la supersticion del ololiuhqui

     (94) El llamado ololiuhqui es una semilla como lantejas o hieros, la qual bebida priua del juicio, y es de marauillar la fe que estos desdichados naturales tienen con esta semilla, pues bebiendo, como a oraculo la consultan, para todas quantas cosas desean saber, hasta aquellas a que el conocimiento humano no puede llegar, como para saber la causa de las enfermedades, porque casi quantos entre ellos estan eticos, tisicos, con camaras o con qualquiera otra enfermedad de las prolijas, luego lo atribuyen a hechiço, y para salyr desta duda y semejantes, como de cosas hurtadas y de los agressores, consultan esta semilla por medio de uno de sus embusteros medicos, que algunos dello tienen por officio beuer esta semilla para semejantes consultas, y el tal medico se llama Pàyni, por el dicho officio, para lo qual se lo pagan muy bien, y lo cohechan con comidas y beuidas a su modo.

     (95) Si el tal medico, o no es del officio e se quiere escusar de aquella tormenta aconseja al enfermo que beua el aquella semilla o otro, por el qual tambien pagan como al medico, pero el medico le señala el dia y la hora que lo ha de beuer, y le dize para que fin lo beue.

     (96) Vltimamente, o sea el medico o ya otro por el, para auer de beuer la dicha semilla o el peyote, que es otra rayz pequeña y con quien tienen la misma fe que con esotra semilla, se encierra solo en vn aposento, que de ordinario es su oratorio, donde nadie ha de entrar en todo el tiempo que durare la consulta, que es en quanto el consultor esta fuera de si, que entonces creen que el tal ololiuhqui o peyote les esta reuelando lo que desean saber; en pasandosele al tal la embriaguez o priuacion de juicio, sale contando dos mil patrañas, entre las quales el demonio suele reboluer algunas verdades, con que de todo punto los tiene engañados o embaucados.

     (97) Es el caso que el que betie el ololiuhqui breuissamente se priua de juicio por la demasiada fuerça de la semilla, luego trasformado el juicio se le ofrece aquella platica que le hizieron para el hecho, y en ella hecha la sentencia a donde el demonio le ynclina, a quien no falta habilidad para tales engaños, tal vez condena al innoncente, tal vez descubre al culpado, tal vez sale con tales disparates que no se pudieran forjar en otra aljaba, y los desventuradostodo lo creen, ora se lo reuele el demonio, ora sea sola representacion de la fantasia causada de la platica presente, porque todo lo atribuyen a la diuinidad del ololiuhqui o peyote, a quien por esta razon tienen tanta veneracion y temor que hazen quanto pueden, y se restan por que no venga a noticia de los ministros eclesiasticos, especialmente si son jueces que lo pueden prohibir y castigar como dixe en el tratado de los ydolos y tecomates supersticiosos, y mas largamente dire en este tratado.

     (98) Vna india del pueblo de Huitzoco, tenia vna petaquilla o cestoncillo con el dicho ololiuhqui, con su incienso y lo demas que suelen. Diola a guardar a vnos compadres suyos, diziendoles lo tuuiessen para que quando yo boluiesse al dicho pueblo, no la pudiesse hallar; llegue al pueblo y sin que ella pudiesse mas preuenirse, las prendi y al compadre aparte, sin que ella lo pudiese saber.

     (99) Pressa fue preguntada por el dicho cestoncillo, y siempre nego, aunque le hize muchas y mui apretadas preguntas, y aunque la asegure que manifestandolo no padeceria por ella, y que ya yo sabia que tenia el dicho cestoncillo y donde, ninguna cosa basto para que conffessase.

     (100) Pase al compadre, y preguntandole con ardid por el dicho cestoncillo, como quien ya tenia noticia, que lo auia recebido en guarda, atajado y confuso con la verdad conffeso. Volui a la yndia y aprete la dificultad quanto pude para hazerle conffessar, y no quiso; propusele como ya el compadre auia declarado la berdad y no basto. Dejelos presos aparte como digo, y fui a la casa del compadre enderezando al oratorio, donde halle en el altarcito escondido el cestoncillo, truxelo y volui a la india, y aun lo negaua hasta que se lo puse delante.

     (101) Lo mismo passo con esta india por vn ydolo que tenia en vna casa que jamas lo quiso confessar, y aunque llegue con preguntas a dezirle como sabia lo tenia, le di las señas de la casa en que estaua, porque la casa estaua en mi poder, sin embargo nego. Al fin le dixe como la caja estaua ya en casa del Vicario del lugar, y que si ella no daua la llaue, haria pedaços la caja. Viendo que ya no auia euasion, conffesso, abrio la caja, de donde saco el ydolo y me lo entrego, viendolo el dicho Vicario Francisco (¿?) de la Cruz y Antonio Marques mi notario, y Christoual Hernandez y otros.

     (102) Para que se advierta quan sobre auiso conviene andar en esta materia, referire otro caso: en el pueblo de Cuetlaxxochitla, tenia vna india vn cestoncillo con esta supersticion del ololiuhqui, y tubo no se que disencion con los de su casa, y poco despues llegue yo al pueblo que por ser de mi beneficio le pudiera a la india escusar el rezelo.

     (103) Luego que llegue tuue noticia del cestoncillo, que me la dio vna de las familiares; yo por no errar el lance le mande requiriese de nueuo el lugar, pues lo pedia hazer sin nota por ser de la mesma casa, y que viesse si aun tenia dentro el cestoncillo el ololiuhqui y las demas cosas que auia denunciado. Con esto fue a la casa y voluio a mi diziendo que ya la petaquilla no estaua en el lugar que antes, ni en todo el oratorio.

     (104) Pues luego, con toda diligencia, hize traer ante mi a la india dueña del cestoncillo, y puse guardas en casa de vna hermana que tenia en el pueblo, y a dilinquentes pregunte tan apretadamente, y con tan señaladas y particulares señas del cestoncillo, que no lo pudo negar, pero dijo no tenia dentro lo que preguntauan ni otra cosa de consideracion, y que el cestonzillo no se auia mudado de su lugar.

     (105) Embie luego por el, y hallaron donde ella declaro, pero ya despojado del tesoro, a su entender por que le auian sacado el ololiuhqui, y vn paño de aquellos que le ofrecen, de que auia depuesto el denunciante; de suerte que solo auia en el cestonzillo muy poco ololiuhqui: visto la cantidad del ololiuhqui que faltaua y el paño hize prender la hermana de la delinquente, y aunque la aprete con la verdad y señas tan conozidas como las pudo dar testigo casero, guste todo el dia en demandas y respuestas para descubrir lo que ella auia sacado del cestonzillo, por que en el breue tiempo que me dio de llamar a la hermana y de embiar guardas a la casa della, tubo lugar de sacar todo el ololiuhqui del cestonzillo y voluerlo al oratorio de la hermana, y de diuidir en muchos la cantidad del ololiuhqui, con que se hincho todo el cestonzillo y el paño supersticion.

     (106) Preguntada porque auia proteruamente respondio lo ordinario: Oninomauhtiaya, quiere decir, de miedo no me atreui. Donde es mucho de advertir que este temor que significan no es que le tengan a los ministros de justicia por el castigo que ellos merecen, sino por el miedo que tiene del dicho ololiuhqui, o a la deidad que creen reside en el, y este respecto y veneracion le tienen tan arraygado, que es bien menester la ayuda de Dios para arrancarle, de suerte que el temor y miedo que les impide la conffesion, es de no enojar aquella falsa Deidad que finguen en el ololiuhqui, porque no caer en su yra y indignacion, y asi disen aconechtlahuelis, no sea que se ayre y se enoje contra mi, como lo experimente en mi en el casso siguiente:

     (107 ) Luego que llegue al beneficio de Atenanco, donde oy estoy, conocida la seguedad en que estauan estos desdichados, para quitarles tan gran estropiesso y tan fuerte impedimento de su saluacion, comence a haser instancia en desarraygar de sus coraçones su perjudicial supersticion, predicando instantemente contra ella y sacandoles de sus oratorios mucha cantidad, y echandolo en el fuego en presencia de sus dueños y de otros muchos, y mandando rozar, mucha cantidad de matas que dan dicho fruto y ay de ellas en abundancias a orillas del rio. Con este, fue Ntro. Señor seruido me diese una enfermedad, corno de ordinario da a los nueuos y no vsados a tierra caliente, que muy pocos se escapan.

     (108) Viendome pues los ciegos supersticiosos enfermo, contra la experiencia de lo que pasa por todos los que de nuevo van a tierra caliente, divulgaron que la enfermedad que yo tenia me la auia dado el ololiuhqui, por no auerlo yo reverenciado, antes enojadolo con lo que contra el auia hecho: a tanto llega la seguedad de esta gente.

     (109) Pero a honrra y gracia de Dios mejore del achaque y tuue noticia de lo que del casso se auia divulgado, y para disuadillos de nuevo, aviendo instado quanto pude en los sermones, vltimamente vn dia de fiesta solemne en que concurria todo el beneficio a la solemnidad, mande hazer una grande hoguera, y en ella viendolo todos, hize quemar casi una anega que auia recoxido de la dicha semilla, y mande quemar y rozar de nueuo las matas del genero que se hallassen.

     (110) Mas es tanta la diligencia del demonio que se desvela en nuestro daño que por su astucia se hallan cada dia nueuos estropieços en esta materia, y assi conviene mucho que los ministros de entrambos fueros sean diligentissimos en inquirir, extirpar y castigar, estas resultas de la antigua ydolatria y culto del demonio y para mejor conseguirlo conviene mucho advertir consiguiente:

     (111) Lo primero, que el yndiciado tener ydolo o otra cosa que adore, se prenda antes que pueda preuenirse, ni dar noticia a los suyos al tiempo de la prission, para lo qual sera aproposito coxerlo fuera de su pueblo.

     (112) Lo segundo, que cojiendo por una parte al delinquente y por otra poniendo guardas de satisfacion a la casa o lugares donde ay noticia esta el tal ydolo o supersticion, sea todo a vn tiempo, y aun sera bien ponerla por lo menos a los parientes mas cercanos como a muger, hermanos, &c.

     (113) Lo tercero, que el juez sea recatado en los ministros, y no se fie de ningno del pueblo del delinquente, porque de ordinario ninguno ay fiel.

     (114) Lo quarto, que siendo posible, el juez por si mismo saque los ydolos o cosas supersticiosas que se buscan, y no siendo posible sus ministros, y siendo forjosso sacarlos el delinquente, abran los ojos juez y ministros porque en tal caso el delinquente si puede se tragara el ydolo por ocultallo aunque este ya convencido y sepa que tragarlo moriria ciertamente.

     (115) Lo quinto tambien se advierta que suelen por disimulo quando no ay lugar para mas, meter el ydolo en alguna olla vieja y sucia, y assi en buscarse no se a de dexar diligencia alguna, porque me sucedio en Coma1a (que es pueblo de mi partido de Atenango), prender por esse delicto una india muger de Francisco Diego, y sin dexarla de la mano apretandola confesó auerlo, tenido, pero que ya se lo auian hurtado, y para prueba pidio ser llebada a su casa para franquearla toda; yo fui con ella y luego que llegamos entre, abriendo todas las caxas y cestoncillos, y hasiendo plaça de todo lo que auia

dentro: en efecto, no pareciendo en toda la casa, tenia vna olla vieja y sucia tapada con vn tiesto en el patio de la casa, estaba la negra olla llena asta la voca de ololiuhqui, y en el medio de el en lo hondo de la olla, el idolillo que era un sapillo de piedra negro enuuelto, en vn trapo.

     (116) Tambien suelen poner los idolos en las peañas de las cruces, en especial las que estan por los despoblados, para dos fines: lo primero, porque nadie sospechara la mezcla quae conventio luci ad tenebras? lo segundo, porque con ese reboço, veneran y adoran los idolos poniendoles delante muy a menudo candelas encendidas, encienso, ramilletes y otras cosas a este modo, como se a experimentado muy poco a en una cruz de Chilapa, caueza de este distrito, la qual frequentaban mucho los indios con semejantes ofrendas que estaba la peaña preñada de esta pestilencia infernal.

     (117) Tambien e sauido que en otras muchas partes se an hallado cosas de este genero hasta manifestarlas Dios Ntro. Señor, como sucedio en la sierra de Meztitlan, de frailes agustinos, donde dio rayo del cielo tantas vezes en la peaña de vna cruz, que advertidos los religiosos la hicieron deshazer en su presencia y hallaron dentro un idolo, el qual quitado jamas a caydo rayo despues aca que a mas, de doze años.

     (118) De lo referido pareze se infiere, que las cosas de la fe estan en los indios muy sobre peyne, y que pues la predicacion no a bastado, se requiere riguroso castigo, que siendo como son, hijos del terror, podra ser obre el castigo, lo que no a bastado la raçon, pues dixo el apostol: compellite eos intrare.

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Tratado Primero

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(Continua)

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Capitulo VII

Del vso y de los inconuenientes que se siguen de la supersticion del ololiuhqui

    (118) Supuesto el modo que tienen de vsar esta bebida, resta particularizar para que fines lo beben, y los grandes inconuenientes que de ello se sigue. Para lo qual se note que como dixe arriba, los dolientes de enfermedades prolijas y de las que confirmadas tienen los medicos por incurables, como son eticos, tisicos, &c., viendo que con las medicinas ordinarias no mejoran, luego atribuyen su enfermedad y dolencia a hechizo, y juntamente tienen por cierto que jamás sanaran si el que los enhechiço no los cura o no quiere que sanen.

     (119) Este es el caso mas ordinario en que se aprovechan o se dañan con la infernal supersticion del ololiuhqui, porque consultado primero el que entre ellos haze oficio de medico que llaman Ticitl (y de camino se aduierta que el tal nombre por lo que tengo dicho se tenga siempre por sospechoso) el dicho medico por acreditar sus embustes y tambien por no confesar que no saben curar aquella enfermedad, luego la atribuye a hechizo, y es lo mismo que el enfermo se persuadio, quando lo llamo, y para conuenir en todo luego el paciente cuenta sus sospechas, y el por que este es el processo: luego el falso medico ordena se vse del ololiuhqui para salir de la duda, para lo qual se sigue en todo el orden del tal medico, como palabras de profeta o respuesta de oraculo; con esto toma el ololiuhqui el medico o el enfermo, o otro alquilado para este efecto, al qual instruyen primero en el modo y en la sospecha con sus circunstancias.

     (120) Tras esto se sigue la embriaguez de la bebida, y en ella, o que la fantasia del beodo reuela aquellas especies que antes aprehendio sobre la sospecha, o que el demonio le hable por el pacto que en el se incluye por lo menos taçito en esta ocasion, luego condena al indiciado por la sospecha, la qual publica luego que sale de la embriaguez, que de ordinario es vno o dos dias, aunque tal vez queda aturdido por muchos, y aun loco de todo punto; con esta sentencia quedan las guerras publicadas entre la parentela del enfermo con el sospechoso del hechiço y su parentela, y sobre esto queda el odio y rencor tan asentado que de experiencia me pareze puedo juzgar que solo Dios o sus particularissimos auxilios bastará a desarraygarlo, y lo que peor es, pasa y lo heredan los hijos y nietos, y es vn inconueniente mayor de marca para la salvaçion de estos miserables.

     (121) De este genero an pasado por mis manos muchos casos, y en algunos de ellos a sido necesaria intervencion del Santo Oficio, por mezclarse en ellos otras naciones como españoles, mestiços, negros y mulatos, porque en tales sospechas a nadie perdonan. Y tambien los que comunican mucho los indios, especialmente siendo gente vil, facilmente se inficionan con sus costumbres y supersticiones, como me sucedio en el partido de Tepequaquilco con Agustín de Alvarado, mulato, que sospechando lo auia enhechiçado vn indio alcalde de Mayanala, vso de esta supersticion y con ella confeso su sospecha y todo salio a luz, porque como tienen por asentado que el tal enfermo no puede sanar sino por voluntad del que le hechiço, el mulato pidio al indio alcalde lo sanase, o aclamaria al pueblo contra el y le publicaria por hechizero. El indio alcalde, ignorante del caso y admirado de la culpa imputada, acudio a la justicia, con que se descubrio todo el enredo y la abusion, y el Santo Oficio conocido y procedio contra el dicho mulato.

     (122) Tambien si en el lugar de el enfermo se dice que alguno es hechiçero, y el enfermo no tiene particular causa para culpar de su enfermedad a otro, si mas prueba embiste con el presumido hechiçero y ante todas cosas le haze y supone hechor, y luego le pide se aplaque su ira y enojo, y le cure; si el acusado del delito, niega, luego va el enfermo al refugio del ololiuhqui de la manera que arriba dixe.

     (123) Asi sucedio de hecho en el pueblo de Tlaltiçapan con vna india que alli enfermo, y no teniendo ocasion para culpar de ella a alguno en particular, por hablillas del pueblo sospecho de vn don juan bautista con quien ella jamas auia tenido enemistad ni encuentro, y confirmando su sospecha con la infernal supersticion del ololiuhqui, se les an seguido grandes enemistades, odios y rancores que oy duran, y aun duraran con otros muchos inconuenientes que siempre acompañan semejantes enojos.

     (124) Tambien vsan de esta bebida para hallar cosas hurtadas, perdidas o que no sauen donde estan, y para saber quien las llebo o hurto, que acudiendo al ololiuhqui como en el caso primero afirman por çertissimo y euidente lo que en el tiempo de la embriaguez revueluen en su imaginacion, o el demonio, padre y principio de todo engaño les haze creer y entender, y aunque despues la experiencia les muestra el engaño no basta para que salgan de aquella çeguedad, cautivos de sola vna vez, que entre mil, el demonio les hiço acertar en el pronostico, y esto cada dia lo experimentamos, porque con la vil guarda de las casas y hazienda de estos miserables, y la grande inclinacion que siempre personas viles tienen al hurto, y lo mucho que incita la poca guarda con la ocasion, porque muchissimas vezes quedan las casas desiertas de todo punto, suçeden muchos hurtos, y ellos son tan desventurados que por viles que sean las cosas que les hurtan, luego consultan el ololiuhqui, y con ser tantos los hurtos se hallan rarissimas veces y sin embargo se estan pertinaçes y çiegos en su error.

     (125) Quando se le ausenta la muger al marido o el marido a la mujer, tambien se aprovechan del ololiuhqui, y en este caso obra la imaginacion y fantasia tambien, y aun mejor que en el caso de las enfermedades porque en este segundo caso siempre acompañan conjeturas que son causa de mas vehemente sospecha, y asi obra con mayor fuerça al tiempo de la embriaguez, pues bien se ve que se seguira persuadido vno, que otro le llevo la muger o robo la hazienda: de este genero referire aqui algunos casos solo para que sirvan de exemplares, porque nunca acabaria si quisiese referir la deçima parte de los casos de este genero.

     (126) De la manera que tengo referido de los llamados medicos, entre los indios ay otro genero que llaman Tlachixqui, que en castellano suena lo mismo que profeta o adivino, a estos, pues, acuden con sus aflicciones a los que les falto la mujer o el marido, o les an robado la hazienda, para sauer donde esta y quien llebo lo uno o lo otro, como acudio Saul a la Pitonisa apretado de los Filisteos y en tal paro ello.

     (127) Al fin estos tales profetas, para tales adiuinanças vsan del ololiuhqui o del peyote, en la forma que queda dicha: luego dicen que se les aparese un viejo venerable que les dice que es el ololiuhqui o el peyote, y que viene a su llamado para ayudarles en lo que vbieren menester; luego preguntado por el hurto o por la mujer ausente, responde donde y como la hallaran.

     (128) Asi sucedio en prouincia de Chietla, del obispado de Tlaxcala, que auiendosele huydo su mujer a un indio natural de Nauituchco y cansado el indio de buscar la mujer, acudio, por vltimo refugio al ololiuhqui, y segun declaro despues ante el P. Fr. Agustin Guerra, religioso agustino y buena lengua, auiendo bebido aquella mala bebida se le aparecio aquel viejo que dixo ser el ololiuhqui y venia a socorrerle; el indio dixo: «que su pena era no sauer de su mujer ni donde la hallaria»; respondio el viejo: «no te de cuydado, que presto la hallaras, ve mañana al pueblo de Ocuylucan y ponte en frente del conuento a tal hora, y quando veas entrar en el conuento vn religioso en vn caballo de tal color, ve luego a tal casa y sin pasar del çaguan de ella, busca tras la puerta que alli la hallaras».

     (129) Salido el indio de la consulta y embriaguez, fue al pueblo que auia diez leguas de camino, pusose enfrente del conuento y suçediole lo que el demonio le auia dicho, hallo la mujer tras la puerta señalada, trujola a su casa donde la miserable aquella noche se ahorco; para esto andubo el enemigo tan solicito, y hecho todos sus cartabones; y como tan gran filosofo, caso bien las contingencias para aquel desastrado suçeso.

     (130) A este tono le sucedio a otro que en la misma materia, consultado el ololiuhqui y a la verdad del demonio, respondio que en tal pueblo a tal tiempo de la feria que aca llaman tiangues, se pusiese en tal paraje y de contino mirase tal calle, que por ella veria a su mujer; y assi suçedio, y de estas maneras son las respuestas açertando o errando, y si hierran, atribuyen los desdichados el hierro a culpa suya diciendo que por tal o tal cosa enojaron al ololiuhqui, y que no barrieron o que no sahumaron bien el aposento donde lo bebieron, o que entro o ladro algun perro, o tal cosa con que el hierro queda disculpado.

     (131) Lo mismo es para cosas perdidas o hurtadas, como suçedio en las Amilpas, con un falso profeta de estos, que dixo fuesen a tal hora, a tal camino, y lo hallarian a tal sombra de vn arbol de tal genero, y en efecto suçedio asi, que siendo vn macho sobre lo que se preguntaba, fue el dueño al arbol y lo hallo a la sombra de el.

     (132) Vn acierto de estos escapa y escusa dos mil hierros, y del açierto quedan estos desdichados tan engolosinados que ningun desengaño basta para que vueluan en si y se reduzcan al conoçimiento de la verdad, antes por el contrario, suele el demonio en aquellas sus apariciones mezclar algo de nuestra sagrada religion, conque revoca su malicia y da color de bien a tan gran maldad como se vera en este caso:

     (133) En el pueblo de Iguala, haciendo yo pesquisa de estos delictos por orden y mandado del Illmo. Sr. D. Juan de la Serna, Arçobispo de Mexico, el año pasado de seyscientos y diez y siete, prendi una india llamada Mariana, sortilega, embustera, curandera de las que llaman Ticitl; esta Mariana declaro que lo que ella sabia y vsaba de sus sortilegios y embustes, lo auia aprendido de otra india de Mariana su hermana, y que la dicha hermana no lo auia aprendido de persona alguna, sino que le auia sido revelado, porque consultando la dicha hermana al ololiuhqui sobre la cura de una llaga vieja, auiendose embriagado con la fuerça de la bebida llamo al enfermo, y sobre unas brasas le soplo la llaga, con que luego sano la llaga, y tras el soplo inmediatamente se le aparecio un mansebo que juzgo ser angel y la consolo diciendole:

     (134) «No tengas pena, cata aqui, te da Dios una gracia y dadiua porque viues pobre y en mucha miseria, para que con esta gracia tengas chile y sal, quiere decir, sustento: curaras las llagas, con solo lamerlas, y el sarpullido y viruelas y si no acudieres a esto moriras» y que tras esto estuvo el dicho mansebo toda la noche dandole vna cruz, y crucificandola en ella y clavandole clavos en las manos, y que estando la dicha india en la cruz, el mansebo le enseño los modos que sabia de curar, que eran siete o mas exorcismos e invocaciones, y que tuuieron quinçe dias continuos luz donde estaba el enfermo de la llaga dicha: debio de ser en veneracion de la cura y del portento.

     (135) Con estas quimeras, ficciones y representaciones diabolicas, que el demonio les pone en la imaginacion, se hazen estimar por hombres casi diuinos, dando a entender que tienen la gracia de los angeles, por cuya dyspensacion mereçen las cosas temporales que ellos comprehenden debajo de los nombres de chile, y sal, y asilos tales embusteros no viuen de otra cosa mas que de, estos embustes, vsurpando lo de el evangelio: dignus etenim operarius mercede sua, que en esto tambien el demonio pretende mas vislumbres, o por mejor decir, haze vnas sombras a las resplandecientes luçes del evangelio.

     (136) Aqui es mucho de aduertir, lo mucho que estos desdichados nos ocultan esta supersticion del ololiuhqui y la raçon es porque segun ellos confiesan, el mismo que consulta les manda que no nos lo manifiesten, bien conoçe que en ello arriesga el logro de sus pretensiones en nuestro daño, y los miseros indios son tan pusilanimes y tan flacos en la fe, que creen que si lo manifestassen, el mesmo ololiuhqui los mataria o les haria otros muchos daños, y asi es su escusa: ipampa àmo nechtlahueliz, que es como si dixessen, porque el ololiuhqui no se declare por mi enemigo.



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Capitulo VIII

De otras supersticiones y abusos de los indios

     (137) Como en esta tierra es tan forçoso, tan comun y tan facil andar a caballo a todo genero de gente, por ser la tierra casi toda muy agra, muy distantes las poblaciones, los caminos faltos de prouision y mucha cantidad de caballos y otras bestias, y con esto muchas baquerias donde siempre se ocupan mucha cantidad de mulatos, mestiços, indios y gente vil; el demonio que vela contra el genero humano y que quanto es de su parte no malogra ocasion a introduccion de una supersticion gentilica, y es que los tales creen que trayendo consigo cierta raiz, jamas caeran de la bestia ni seran heridos de los toros, aunque se pongan a grandes riesgos, y aunque los mas de esta ocupacion de baqueria son mestizos o mulatos, con todo hago aqui mencion de esto, porque tambien se mezclan indios, y asi digo que el demonio ha hecho creer a estos baqueros que la raiz dicha, cuyo nombre callo de industria, tiene en si tan gran virtud, que basta a defender de los grandes riesgos que siempre padecen los que se an de seruir indistintamente de todo genero de bestias, y entrar en ellas por entre toros brabos y animarse a herirlos y enojarlos, de manera que a esta raiz la atribuyen virtud diuina y asila veneran como a cosa sagrada, trayendola como si fuera reliquia, al cuello, en unas bolsicas lo mejor adecuadas que pueden, a las quales llaman ellos nominas; lo que tengo dicho alcançe a sauer colligiendolo como dicen a posteriori, notando los riesgos el genero a que se ponen, y haciendo escrutinio de semejantes temeridades, vine a aberiguar la supersticion de la raiz y hiçe muchas causas de ello por el pacto, por lo menos, implicito, que consigo tralle, de las cuales remiti muchas al Santo Oficio.

     (138) Y aunque la trahen de ordinario consigo, suelen empero temerosos de ser cogidos, esconderla en los bastos, en los coxinicos, coraças de las sillas en que de ordinario andan y en otras partes.



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Capitulo IX

De otras supersticiones y abusos que en España llaman ahueros

     (139) Lo que en España llaman agueros, en mexicano llaman tetzahuitl, si bien el vocablo mexicano suena algo mas que el castellano, porque dice ahuero, pronostico, portento o prodigio, que pronostica algun mal presente o venidero, todo lo dicho comprehende el nombre tetzahuitl, y entre todos hazen mucha diferencia de vnos a otros, estimando en mas los mas extraordinarios aunque sean forçosos v. gr. vn eclipsi de sol, y algo menos, el de la luna; y entre los indios son mucho mas agoreros los mas apartados de la policia mexicana.

     (140) Tienen por agueros ver o encontrar qualquier animal extraordinario, como el leon, tigre, oso, lobo, y aun el coyote; lo mesmo es del çorro con ser animal tan comun, y mucho mas en esta tierra, donde ay mas de ocho especies de este genero, entre estas especies la que mas les altera es la que tiene vn olor muy malo, y mui crecido de manera que parece que vasta para apestar, y en mexicano se llama èpatl, y si acaso se orina este animalejo dentro de la casa de alguno, lo tiene por muy mala señal.

     (141) Lo mesmo creen de las aues extraordinarias, v. g. aguilas, y de las ordinarias, temen al paxarillo de pluma y al que llaman huactzin o huacton que es lo mismo, y es poco mayor que un aguilucho, de muy buen pico y vñas; sustentase de culebras y viuoras matandolas industriosamente, porque si las ve enroscadas se posa en algun lugar eminente cercano, y desde alli vocea hasta que espantada la viuora da a huir, y entonces el tal aguilucho la sigue y asiendola del cuello la levanta en alto y la dexa caer, v muerta o aturdida del golpe la despedaça y la come; las voces de este aguilucho las tienen los indios, por ahuero, y muchas vezes afirman tercamente que los llama por sus nombres, sin que raçon alguna baste a disuadirlos, aunque al dicho aguilucho jamas se le oye mas de huac, huac, de donde parece auersele puesto el nombre.

     (142) Lo mesmo sienten de las sabandijas y gusanos extraordinarios, y en especial del llamado xiuhquiquimiltzin, lo mesmo de las, harañas y mas de las que llaman tequantocatl, en castellano la yerba, y la llamada tzintlatlauhqui, esta segunda no tiene asta ahora nombre en castellano; entranbas matan con su ponçoña: la primera es tan grande como medio huebo y la segunda como vn garbanço, y tiene la colilla o asiento leonado y por alli hecha la ponçoña.

     (143) Todas las culebras tienen por aguero, y mas a las biboras, y es peor pronostico si quando caminan la tal culebra o bibora atrauiesa el camino delante de ellos, porque dicen: coatl onechòhuiltequi, como si dixera: cortome el hilo de la vida, y es de notar que ay ya conocidos en esta tierra mas de diez generos de biboras, que las culebras son infinitas; entre las culebras temen mas a la llamada maçacoatl, quiere decir, culebra de bestias, culebra que puede tragar vna bestia, y es asi porque se an visto de siete varas y mas, y de las viuoras temen mas la llamada metlapilcoatl o çelcoatl, por la raçon que ahora dixe.

     (144) De esta variedad de animales sacan ahueros no solo para sus enfermedades sino aun para sus enemistades y odios, y es el caso que si entro en su casa algun zorro, murcielago, lechuza, buho o qualquier otro animal de los que tienen por ahuero luego dicen: tlen quitoa? tlein quinequi i? aço nech-yaochihua, aço nechmiquitlani in tlacanahualli, que quiere dezir que significa o que quiere este animal o aue? debe de ser hechizero mi enemigo, o que me desea o me aliñan la muerte; con esto, auiendo precedido enojo o pendencia, donde con las continuas borracheras son forzosissimas, luego hechan juycio a qualquiera que en la pendencia los amenazo, y siguense las enemistades y odios continuados.

     (145) Pero si el aguero es del fuego o bien porque eclipso el sol o luna, como adoraban las tales cosas, ay en ellos mayor peligro, porque como queda dicho, duran en ellos los resabios de la gentilidad, y asi si por el aguero del fuego o eclipsi de sol o luna, qualquiera de sus satrapas que son llamados ticitl o tlachixqui, les dixese que estaba enojado el sol, la luna o el fuego, no ay que dudar, sino que bastaria a inducirlos por que les ofreciesen sacrificio por el modo que el tal su adiuino les ordenase.

     (146) Temen sobre manera encontrar o ver la viuora celcoatl o metlapilcoatl; esta nunca llega a ser de dos varas, es gruesa y roma y ponese enhiesta Sobre su cola roma, y salta bien cinco y seis varas, a esta no ay indio que crea ser animal, sino indio nahuri o demonio, y asi huyen de ella y la tienen por certissimo pronostico de muy grandes males, muertes, hambres y pestes.

     (147) De lo referido se informan los ministros de doctrina para disuardir a los indios tan grandes engaños y enseñarlos con paciencia, desengañandolos como no ay transformaciones, y como los animales obran naturalmente y no con actos libres, y los demonios no pueden exceder de lo que Dios Ntro. Señor les permite, aduirtiendolos como los cometas son efectos naturales, y lo mismo los eclipsis, y para esto postrero, sera de mucha consideracion antes que sucedan los eclipsis, preuenirlos diciendoselos, y rogando a Ntro. Señor les abra los ojos del entendimiento para conocer muy de veras y abrazar las verdades catolicas.



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Capitulo X

Del fundamento que tienen los indios para adorar el sol

     (148) En esta Nueva España, como en todas las demas nasciones gentilicas, tuvieron y aun por nuestros pecados oy dia tienen en gran veneracion al sol, aziendolo como si fuera Dios.

     (149) El fundamento que para esto tuuieron fue una tradicion que corria entre los indios: es a saber, que auia dos mundos o dos maneras de gentes.

     (150) El primero en que el genero de hombres que tubo se transmutaron en animales y en el sol y en la luna, y assi al sol y luna y animales atribuyen anima racional, hablandoles para sus hechicerias, como si entendiesen, llamandolos e ymbocandolos con otros nombres, para sus conjuros, como mas largamente se dira en su lugar. Y para fundar la adoracion del sol cuentan vna fabula al modo del metamophoseos de Ovidio, que refieren breuemente. Dizen pues que para transformarse los de aquel siglo en las cosas que ellos mismos auian de ser (¿?).

     (151) En el segundo, auiendo de ser la transformacion segun los meritos de cada vno, se mando hazer vna muy grande hoguera, para que despues de mui encendida, probandose en ella adquiriesen meritos para la dicha transformacion, con ley establecida que por medio de aquel fuego alcançarian honra y excelencia, y quedarian señores de lo superior en el siglo segundo.

     (152) Esta voz y esperança de excelenria y superioridad y convertirse en Dioses, junto breuemente gran numero de gente, especialmente mandones y potentados de aquel siglo, ambiciosos y desseossos de mandarlo todo como en los tales passa siempre pareciendoles que todo se les debe, aunque sea contra razon.

     (153) Junta ya gran suma de mandones y potentados, y el horno o hoguera bien encendida para la prueua, comenzaron la empresssa los dichos potentados, prefiriendo a los humildes como siempre lo hazen en semejantes pretenciones, aunque tengan muchos menos meritos; pero en esta como no se negociaua fueça de fauor y de cohecho, no preualecieron por que si bien los incitaua y animaua el furor de la ambicion y deseo de mandar, arredrabalos el temor, y el peligro del fuego los desanimaua; y assi viendo llegado vnos y otros a la prueua, estos se quedauan al primer passo, los otros al segundo.

     (154) Los mas animossos no passauan del primer escalon del horno: en estos se passaron muchos oras, sin que vbiese quien se atreuiesse a entrar en el fuego.

     (155) A deshora salio en medio de todos el entonces llamado Dios en la lengua Centeotl ycnopiltzintli, que interpretado a la letra quiere decir, solo Dios hijo sin padre. Este hablo a vn enfermo que alli estaua buuosso y llagado, y le dixo que pues via lo que passaua, y que siendo el premio tan grande ninguno de aquellos magnates y ricos se atreuia a la prueua, que el señalasse entre todos y les quitase tan gran premio de las manos, entrando en el fuego antes que otro; el enfermo se escusso con que los mesmos potentados no le dejarian llegar; pero insistio el Dios que le hablaua persuadiendole se abalançasse por medio de todos, y prestamente se arrojasse en el fuego.

     (156) Con esto el enfermo pobre, buuosso y llagado, se determino a tan rigurossa prueua, y passando para ella entre aquellos poderosos, le detuuieron baldonandole y zahiriendole que vna persona tan vil, in enferma, pobre y de mal olor, se atreuiese a empresa competente y devida solo a personas tales como ellos: mas aviendole detenido desta manera vna y otra vez, paso la tercera sin que le pudiessen detener ni aun ver hasta que estuuo a la boca del horno de adonde, por que nadie se atreuio a llegar, no le quitaron: luego el enfermo animosamente se arrojo enmedio de aquel furiosso fuego, con cuya fuerça y llamas purgo y purifico toda su enfermedad y llagas, y quedo hermosso y luziente y convertido en sol, que es el mas resplandeciente de los planetas; y esto en premio de la prueua de su animo y sufrimiento, por lo qual merecio la dicha, transmutacion, y con ella subirse al cielo y ser adorado por Dios. Pero luego que de la dicha hoguera salio purificado, se arrojo dentro de vn estanque de agua muy fria, que estaua tambien preparado para prueua, y aviendo salido del muy limpio, se passo luego al cielo donde se oculto.

     (157) Viendo este sucesso vno de los sanos de toda aquella multitud que auia concurrido a la prueua, corrido del caso, y que vn enfermo y buuosso que en la lengua llaman Nanahuatzin, y tal nombre dan el convertido en sol, vbiese alcançado tan grande honra, señalandose entre tantos, irritado de la ambicion y la enbidia, hizo lo que el primero, que passando con denuedo por medio de todos, se arrojo en el horno; donde hallandolo templado con la prueua del primero, del humor y corrupcion que del auia salido, no pudo llegar a tanta pureza, aunque en saliendo del horno se arrojo tambien al dicho estanque de agua; pero va que no en sol, fue transformado en luna con menos luz que el sol, Y con mudança en ella por auer hallado el horno desigual en el calor: con esto se subio al cielo como el sol.

     (158) Hecho esto, solo restaua que el sol se les mostrasse para que cada vno cumpliesse con su obligacion, honrrandolo como a Dios, haziendole sacrificio y offreciendole su ofrenda; y esto, se auia de hazer en ayunas, pena de mal suscesso en la transformacion, porque ya el hazerla de todo el resto de aquella gente, de todo plinto pertenecia al sol.

     (159) Pues para mejorarse en la dicha transformacion, cada vno procuro mejorarse en su ofrenda, y todos ayunos esperauan que el sol se les mostrasse para hazerle su sacrificio y offrenda: estando en esta espera se les mostro el sol por la parte del occidente, pero tornosse tan breuemente a ocultar, que no tuuieron lugar de offrendar.

     (160) Segunda vez salio por el sur y sucedio lo que la primera. Tercera vez salio por el norte y ocultosse como las dos primeras con esto, vno de los preparados para la offrenda, cansado del ayuno y desesperado de las burlas, se comio su offrenda.

     (161) Despues salio el sol por el oriente y continuo su carrera al occidente, conque todos los preparados hizieron sus offrendas y sacrificios; pero el que se auia comido la offrenda hallose nescio sin que offrecer, y aunque acudio a los demas, ninguno le quiso dar, como suscedio a las virgines locas del Evangelio.

     (162) Viendose pues apretado de la nescessidad y de la ocasion, buscaua sin eleccion que offrecer, echando mano ya de la piedra, ya del palo, ya queriendo asir las sombras sin sustancia, y al fin no hallo que offrescer: por este delito dizen lo convirtio el sol en vna ave llamada huinaxcatl, y la condeno a que prepetuamente hambrease por no auer ayunado, y que assiese las sombras vanas, por no auer offrescido: y esto confirma con que esta aue parece nocturna, y que no tiene mas que la pluma y los huesos, y parece que siempre esta aturdida. A los demas que ayunaron y offrecieron, dizen los convirtio el sol en buenos animales y que siempre tuuiessen que comer.

     (163) En esta historia fabulosa, o por mejor dezir, fabula historiada, va fundado lo mas de lo que oy los indios hazen en sus ydolatrias al sol, lleuandole offrendas, a punto de salir a las cumbres de los montes y cerros y a los estanques de agua.

     (164) Lo segundo, la costumbre y supersticiosa devocion de guardar el fuego en el apossento de las paridas, por quatro dias continuos sin sacar el fuego, como mas largamente se dira en su lugar.

     (165) Lo tercero, que vsan del numero de quatro en todas sus supersticiones y ritos ydolatricos, como es las insuflaciones que hazen quando conjuran e invocan al demonio los hechizeros y falsos medicos, cuya causa jamas pude rastrear, hasta oy la historia de la espera del sol. Y por la misma razon los cazadores, quando arman lazos para cojer venados, dan quatro gritos hacia las quatro partes del mundo, pidiendo fauor, y ponen quatro cuerdas atrauesadas sobre vna piedra.

     (166) Los flecheros llaman quatro vezes a los venados, repitiendo quatro vezes esta palabra tahui, que oy no ay quien la entienda, y luego gritan quatro vezes a semejança de leon.

     (167) Ponen a los difunctos vna vela encendida quatro dias arreo en la sepultura, y otros le hechan en ella vn cantaro de agua quatro dias arreo. Y vltimamente entre ellos es venerado el numero de quatro.



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