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11

Hay que tener en cuenta que, en el contexto del debate sobre el quinto centenario al principio de los noventa, surgió un interés especial por la figura de la Malinche. También en Nicaragua hubo publicaciones respecto a esta figura (cf., Agenda, Gente). En el Coloquio internacional que tuvo lugar en México (1993), se consolidó una nueva perspectiva interpretativa en el trato de esta figura tan difícil de determinar históricamente, Ver Margo Glantz, La Malinche, sus Padres e Hijos. México, Facultad de Filosofía y Letras, Universidad Nacional Autónoma de México, 1994.

 

12

Ver Bárbara Dröscher, «La Melinche-Zur Aktualität der Historischen Gestalt in der Lateinamerikaforschung», en Dröscher, B. Rincón, C. (eds.), La Malinche-Ubersetzung, Interkulturalität und Geschlecht, Berlín, Editorial Tranvía, 2001. Este artículo da una introducción al tema de la trayectoria de la figura y del mito desde la representación de la conquista en las crónicas y códices hasta el debate actual.

 

13

Stephen Greenblatt, Marvelous Possessions, Chicago, The University of Chicago Press, 1992, pág. 143.

 

14

Rosario Aguilar, 1992, op. cit., pág. 142.

 

15

Desde ahí se da una correspondencia con los discursos más actuales, especialmente de feministas y chicanas respecto a la Malinche. Estos textos la representan de nuevo como referencia dentro de la concepción de «empowerment».

 

16

Más allá de trazar un cuadro histórico, la autora hace una prolepsis hacia el año 1967. Para relacionar la narración con la historiografía más reciente, menciona la autora un estudio de Neill Macaulays, The Sandino Affair, Chicago, Quadrangle Books, 1967.

 

17

La revelación de los hechos y la crítica desmitificadora de Sandino corresponde en gran parte con el estudio de Volker Wünderich, Sandino, una Biografía Política, Managua, Nueva Nicaragua, 1995.

 

18

Ver Bárbara Dröscher, Huérfanas y otras sin madre, en publicación, 2002.

 

19

«Pero a los pocos meses de ocurrido el combate de Ocotal, sucedió algo asombroso: las proclamas patrióticas de Sandino llamaron la atención en el extranjero y se difundieron con suma facilidad. Pronto sus acciones se comenzaron a celebrar en muchos países de América Latina como ejemplos morales y políticos, y hasta la opinión pública de Estados Unidos y Europa se interesó por esta figura asombrosa, que desafiaba a la potencia mundial y traía de las propias narices a sus tropas de ocupación». Volker Wünderich, 1996, op. cit., pág. 120.

 

20

Gloria Guardia, 1999, op. cit.