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81

«Ideas sobre la novela.» (1925). En: Obras Completas, vol. III, Madrid, Rev. de Occidente, 1957. - Ortega sostenía lo siguiente: «La prueba de que la decadencia está en que conforme va siendo más difícil escribirlas, van también pareciendo peores o menos buenas las famosas antiguas o «clásicas». Son muy pocas las que se han salvado del naufragio en el aburrimiento del lector» (p. 389).

 

82

R. M. Alberes: Historia de la novela moderna, página 107.

 

83

Julio Garmendia: «Cuento ficticio.» En: La tienda de muñecos, Mérida, Universidad de Los Andes, Col. Actual (3ª ed.), 1970; p. 37.

 

84

Orlando Araujo: Narrativa venezolana contemporánea, Caracas, Edit. Tiempo Nuevo, 1972, p. 80.

 

85

El tema del absurdo en la narrativa de Garmendia lo ha desarrollado Óscar Sambrano Urdaneta, en excelente prólogo a la segunda edición de La tuna de oro, editada por la Dirección de Cultura de la Universidad Central de Venezuela.

 

86

Cuento ficticio, p. 38.

 

87

Así como Garmendia proclamaba el retorno al mundo de la ficción, como esencia del arte narrativo, Paul Valery -lectura de frecuentación, confesada por Garmendia-, en su célebre discurso ante la Academia Francesa, en 1927, al evocar las ansias generacionales de su juventud, decía: «Entre nosotros hubo la inquietud de restablecer las leyes naturales de la música poética, de aislar a la poesía misma e todos los elementos ajenos a su esencia, de hacerse una idea más precisa de los medios y posibilidades del arte mediante un estudio y una meditación nuevos del vocabulario, de la sintaxis, de la prosodia y de las figuras, (...) Era inevitable que investigaciones tan especiales y generalmente tan temerarias, resultasen a menudo emparentadas con obras difíciles o desconcertantes.» («Agradecimiento a la Academia Francesa», pronunciado el 23 de junio de 1927. En: Variedad, II. Buenos Aires, Losada, 1956, pp. 70-71).

 

88

Cf. Narrativa venezolana contemporánea, páginas 97-117 y «Ensayo sobre la obra de Enrique Bernardo Núñez.» En: Cacao, Caracas, Edics. del Banco Central de Venezuela, 1972, pp. 23-87. En este último trabajo, Araujo dice: «la búsqueda consciente de nuevas fórmulas narrativas que arranca del movimiento vanguardista se habría enriquecido si, en la década de los años treinta, Cubagua hubiera circulado más y hubiera sido leída y apreciada con mayor conciencia de sus valores técnicos y estéticos» (pp. 58-59).

 

89

El libro de Franz Roh: Realismo mágico. Post-expresionismo, traducido por Fernando Vela, fue editado por la Revista de Occidente, en Madrid, en 1925, el mismo año de su edición alemana. Uslar Pietri, en su ensayo sobre el cuento venezolano incluido en Letras y hombres de Venezuela (1948), fue el primero en utilizar el término aplicado a la narrativa venezolana: «Lo que vino a predominar en el cuento y a marcar su huella de una manera perdurable fue la consideración del hombre como misterio en medio de los datos realistas. Una adivinación poética o una negación poética de la realidad. Lo que a falta de otra palabra podría llamarse realismo mágico», p. 162 (1ª ed., México, Fondo de Cultura Económica, 1948).

 

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La galera de Tiberio, Caracas, Edics. de la Universidad Central de Venezuela. Dirección de Cultura, 1967.