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Vías romanas entre Toledo y Mérida

Francisco Coello



Mapa

Mapa de las vías romanas entre Toledo y Mérida







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Uno de los trozos de camino más difíciles de señalar, entre los comprendidos en el Itinerario de Antonino y en su parte de España, es el de EMÉRITA á TOLÉTUM, primera sección del que sigue á CAESARAVGVSTA; la distancia marcada de 111 millas romanas, ó de 121 según una variante, es desde luego más corta, al menos en una cuarta parte, de la que media en línea recta entre ambas ciudades, y es forzoso suponer que se han equivocado algunas cifras, que se suprimieron mansiones ó deben suponerse empalmes con otras vías conocidas. La circunstancia de haberse identificado últimamente, y de un modo seguro, la población de AVGVSTÓBRIGA con Talavera la Vieja, lejos de facilitar la solución viene á complicarla, en cierto modo, mezclándose á las dudas que produce el texto del Anónimo de Ravenna, donde hay otro nombre, el de Turcálion, evidentemente TVRGÁLIVM, que también se sabe hoy corresponde á Trujillo. Las soluciones propuestas por varias personas, pocas veces con suficiente conocimiento del territorio y de las distancias, así como las que pueden

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establecerse nuevamente, abarcan un espacio considerable y en él hay muchos restos indudables de caminos y puentes romanos, é indicios suficientes de otros, pudiendo señalarse desde luego siete vías distintas entre Mérida y Toledo, con varias modificaciones parciales y otros ramales importantes. El espacio á que me refiero se halla encerrado al Oeste y Norte por la carretera general de Extremadura, que va desde Mérida por Trujillo, Almaraz, Navalmoral de la Mata y Calzada de Oropesa á Talavera de la Reina, y por otra carretera de este punto á Toledo; al Este por un camino antiguo, llamado de la Plata, desde la última ciudad á Luciana y Almadén, y al Sur por el de esta población á Mérida, trozo indudable de otra vía romana y de las que menos dudas y dificultades presentan. Voy á analizar los trazados de las diferentes vías antiguas en este gran cuadrilátero, y así podrá señalarse la situación de las mansiones dudosas, según los varios supuestos; por mi parte confieso que ninguna de las hipótesis que presento me satisface, y que me inclino todavía á la que propuse, á fines de 1874, en mi discurso al ingresar en la Real Academia de la Historia.

Para el trabajo actual he consultado multitud de libros antiguos y modernos sobre la historia y geografía de España; los manuscritos que existen en la Academia antes citada, en la Biblioteca Nacional y algunos otros; muchos mapas ó planos publicados y los numerosos originales que poseo, muy principalmente los itinerarios y reconocimientos de mis comisionados para la formación del Atlas de España. Con todos estos datos he podido señalar los puntos donde existen vestigios de caminos y puentes romanos ó antiguos, los restos de poblaciones, campos atrincherados, castillos, torres é inscripciones, consignando también los nombres de pueblos, caseríos, despoblados, sitios, dehesas, ríos ó montañas que pueden ser indicios del paso de antiguas comunicaciones y de sus defensas. Para estos detalles han servido principalmente las relaciones topográficas del tiempo de Felipe II, los Diccionarios geográficos de Miñano y Madoz, el Nomenclátor oficial, el notable libro de Hübner sobre inscripciones de España y los nombres locales de los mapas, planos é itinerarios. No he podido mencionar estas fuentes sino en casos muy contados é

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importantes, porque de otro modo las citas serían interminables y las notas ocuparían casi tanto como el texto. Debo hacer una advertencia importante sobre este punto: las ruinas romanas ó inscripciones, los restos de torres ó fortalezas y los nombres indicadores de caminos, de sus obras defensivas ó de combates, que pudieron tener lugar al lado de ellos, se presentan muy rara vez, en las zonas respectivas, fuera de los pueblos ó sitios donde se han mencionado en esta reseña: así constituyen una prueba más completa de la existencia de antiguas comunicaciones en el sentido y según el trazado que se les atribuye.

Antes de proceder al examen de cada uno de los caminos en la zona indicada, consignaré los datos del Itinerario de Antonino con sus principales variantes: en el que llama alio itinere ab EMÉRITA CAESARAVGVSTAM, cuya longitud total es de 348 millas, que coincide con la suma de las parciales, señala á LACIPEA, á 20; LEVCIANA ó LEVTIANA, á 24; AVGVSTÓBRIGA ó AVGVSTOBRIA, á 12 ó 22, y TOLÉTUM, á 55. Necesario es poner los datos de otro itinerario de Mérida á Zaragoza, con longitud total de 458 millas, también de acuerdo con las parciales, y en el que dice per LVSITÁNIAM, aunque solo unas cuantas millas de su principio se hallan en esta provincia; las distancias y mansiones que nos interesa tener á la vista, hasta la de MARIANA, antes de LAMINI, y que está bien identificada, son las siguientes: de EMÉRITA á CONTOSOLIA, 12 ó 15 millas; á MIRÓBRIGA, 36, 26 ó 35; á SISALONE ó SISAPO, 13 á 14; á CARCVVIVM, 20; ad TVRRES, 26, y al citado MARIANA, 24. Además citaré el itinerario de CÓRDVBA á EMÉRITA que pasaba por MELLARIA, ÁRTIGI y METELLÍNVM, hallándose esta última mansión á 24 millas de EMÉRITA. Indispensable es señalar también las poblaciones nombradas por el Ravenate en esta zona, y que son: Toléton, Lébora, Augustabria, Lomundo ó Lomondo, Turcálion, Ródacis y Lacipea, debiendo advertir que, según mi opinión, la cual sostuve en el citado discurso, pueden pertenecer estos pueblos á dos itinerarios que apareciesen contiguos en el documento gráfico de donde parecen sacadas estas noticias, y mucho más si fuese cierta la existencia de dos Augustóbrigas en aquel territorio: al uno podrían corresponder las de Augustabria y Lacipea, y al otro las restantes.



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Sentados estos precedentes, voy á describir las diferentes vías entre Mérida y Toledo, empezando por los fragmentos bien marcados que existen en dos sentidos, especialmente á la salida de la primera ciudad. Cornide, en sus numerosos apuntes manuscritos, existentes en la Academia de la Historia; Víu, en las Antigüedades de Extremadura; Hübner, en sus Inscriptiones Hispaniae latinae, y otros varios, además de lo que consta en algunos planos originales que poseo, están conformes en señalar los vestigios indudables de vía romana entre Mérida y Trujillo: empezando á la salida de la colonia AVGVSTA EMÉRITA se prolongan al Este entre Trujillános y Valverde de Mérida, por el lado de San Pedro de Mérida y van torciendo al Nordeste hasta Santa Amalia: en Valverde hay ruinas romanas y se encontraron monedas y medallas; en Santa Amalia se vieron restos de población y sepulcros, al fundar la nueva villa, y como otros indicios, pueden citarse las alturas llamadas El Fortanchín y la Plaza de Ármas, recuerdos evidentes de antiguas obras defensivas. Aquí se completan las 20 millas, de suerte que en Santa Amalia debiera colocarse á LACIPEA, si hubiera seguridad en las medidas y no se sospechara, con fundamento, que puede haber equivocación en ellas ó más bien supresión de mansiones por error ó por empalmes que no se indican. La mayor parte de este primer trozo ha de ser común con el itinerario de CÓRDVBA y con el mal llamado per LVSITÁNIAM. No pocos creyeron, según los vestigios, que la vía continuaba por Rena, donde existen inscripciones, y que algunos han supuesto, erróneamente, que correspondía á la conocida REGINA de otro itinerario; dicen que cruzaba el río Ruécas, donde hay restos de puente antiguo, y seguía por el valle del Gargaliga, pero esta parte corresponde á distinto camino de que se hablará después. La verdadera vía á Trujillo continúa torciendo cada vez más desde el Nordeste hasta tomar la dirección del Norte, y va por cerca de Miajádas y del Escurial, donde hay lápidas y en el primero antiguo castillo; luego próxima á Villamesías y á Abertura, que tiene ruinas romanas é inscripciones, por el puerto de Santa Cruz y Santa Cruz de la Sierra, donde los restos é indicios de todo género son muy numerosos; en término de la segunda están las dehesas de Torrebéjar y Torrecampo, que recuerdan acaso la

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existencia de antiguas atalayas; cerca del Puerto se ven los restos de dos viejas poblaciones, y entre ambas villas modernas se alza el risco de San Gregorio con numerosos restos de fortaleza, calzada á un estanque cercano, y otros indicios que atestiguan su existencia é importancia antigua, además de la que tiene por su posición singular. Aquí se completarían las 24 millas desde Santa Amalia y podría colocarse la mansión de LEVCIANA, prescindiendo de otro género de consideraciones. También es punto adecuado para situar la población de Ródacis del Anónimo de Ravenna, que probablemente se pronunciaría Ródaquis, atendiendo á las mismas razones de analogía en el nombre que han movido á muchos á llevarla á las orillas del río Ruécas: entre las alturas inmediatas al puerto de Santa Cruz están los montes comunales de Ruécas, y ciertamente la situación sería más adecuada en ellos bajo todos conceptos. Cornide supone allí á CASTRA IVLIA, que generalmente han identificado con Trujillo, aunque ya se sabe con certeza que no existió tal población y solo los CASTRA CAECILIA y SERVILIA que estaban cerca de Cáceres. Es indudable la continuación de la vía romana hasta Trujillo y, además de los numerosos vestigios, lo acreditarían la antigua existencia de TVRGÁLIVM, los muchos nombres de sitios y dehesas que principian por la palabra Torre y que indican lugares en que hubo vigías, tan numerosas en las inmediaciones; el haber existido convento de Templarios en el despoblado cercano de la Coronada, nueva señal de comunicación frecuentada, y el citarse repetidamente dicha población, con los nombres de Turgéllum, Turgiello ó Turjálah, en las reseñas de expediciones y conquistas, enlazada casi siempre á la anterior de Santa Cruz.

Tampoco hay duda sobre la continuación de la vía por Jaraicejo, que tiene la ermita de Nuestra Señora de los Hítos, por las Cásas del Puerto de Miraveie, puente de Almaraz, que también se llamó de Albalat, nombre indicador de camino, el mismo de la villa que estuvo colocada en la orilla izquierda del TÁGVS ó Tajo, donde hay grandes ruinas antiguas, llamadas de Villavieja, y restos de un campamento romano. La vía continuaba en la derecha pasando cerca de Almaraz, de Belvís de Monroy, por Navalmoral de la

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Mata, Calzada de Oropesa, Torralba de Oropesa, y llegaba á Talavera de la Reina marchando probablemente por las cercanías de Alcañizo y La Calera, más bien que por donde va hoy el nuevo arrecife. En la mayor parte de los pueblos cruzados por el camino y en algunos inmediatos, como en el de Belvís de Monroy, hay restos romanos, nombres é indicios del paso de una vía frecuentada y seguramente romana, demostrando casi su existencia la sola denominación de la villa de La Calzada; pero no me detengo en el señalamiento de otros pormenores para no alargar este escrito, sobre todo porque la última sección no es de las más relacionadas con la parte que me he propuesto tratar. Como se ve, la antigua vía romana seguía casi el mismo trazado que tiene la carretera general ó de primer orden de Madrid á Extremadura, que ha aprovechado muchos trozos de ella, lo mismo que sucede en varias de nuestras comunicaciones actuales, y que ha contribuido á que se pierdan los vestigios de las antiguas; también la sigue, en algunas secciones, la moderna línea del ferrocarril, y con muy ligera variación, en las restantes, diversos estudios de otras líneas que no han llegado á ejecutarse. Los pueblos que he ido señalando se encuentran designados como puntos de paso en las reseñas de antiguas expediciones, de viajes regios ú otros, como en las Cartas de Álbar Gómez de Castro, la Colección de documentos inéditos, por Salvá y Sáinz de Baranda, el Diario del viaje de D. Francisco Pérez Bayer, y otra porción de libros, demostrando nuevamente la existencia de una comunicación frecuentada, desde tiempos remotos, que no podía ser otra que una vía romana, únicos caminos que han existido hasta época bien reciente.

Para señalar el trazado probable de la calzada que había de pasar evidentemente por AVGVSTÓBRIGA ó Talavera la Vieja, es preciso abandonar la anterior en Trujillo ó acaso antes en Santa Cruz de la Sierra: partiendo de esta, hay camino antiguo, bastante frecuentado, por Herguijuela, que se llamó antes Calzada de Herguijuela, hacia Aldeacentenera ó Aldeanueva de Centenera y á Retamosa, cruzando entre ambas el río Almonte por el puente del Conde, y siguiendo sus orillas por la angostura entre Cabáñas y Rotúras; pasa después cerca de Robledollano para llegar

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al despoblado de la Avellaneda y luego á Talavera la Vieja, marchando bastante próxima á Bohonal de Ibor. El nombre de Calzada de Herguijuela parece un indicio seguro, aunque esta población pudo recibirlo por otra vía romana de que después se hablará: no lejos de Aldeacentenera está el cerro del Castrejón con la fortaleza del Castillejo, que indica la existencia de obras para defender el tránsito; también hay castillo antiguo y famoso sobre la villa de Cabáñas, que fué abadía y población importante, dominando aquel la cortadura practicada por el río Almonte en una de las crestas principales, y existiendo allí el caserío de Collado-llano; cerca del camino, y en término de Castañar de Ibor, hay un cerro llamado del Castillejo y la sierra de la Matanza, indicios probables de defensas y combates: en Avellaneda se recuerda, según nuestro inolvidable colega D. Fermín Caballero, un camino llamado francés, que eran las vías antiguas seguidas por los peregrinos, y nada hay que decir de Talavera la Vieja donde son numerosos los restos romanos, existiendo inscripciones, sepulcros y columnas, torres y castillos también romanos, entre ellos el de Alijar que Gómez de Castro1, de acuerdo con otros, cree es el de Rocafrida del cantar antiguo; además quedan puentes en los arroyos inmediatos, calzada que va al Tajo, en el que parece hubo máquina para elevar las aguas, y otras muchas señales de la importancia de su población antigua, llamándose cañada real el camino viejo, como sucede con otros muchos que han sido calzadas romanas.

Si se supone que el antiguo camino partía de Trujillo, lo cual es indispensable si ha de tenerse en cuenta el texto del Ravenate sin modificarlo, y siempre me parece lo más natural, podría ir el camino rectamente á Aldeacentenera, pasando cerca de la casa de Torre Herrera, del sitio de Las Ataláyas y por el despoblado de Centenera, siguiendo en el resto como se indicó antes. Otro camino muy frecuentado hay, desde la misma ciudad de Trujillo, á Talavera la Vieja por Torrecilla de la Tiesa y Deleitosa, existiendo restos antiguos y castillos en estas poblaciones, así como en

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el cruce del río Almonte; continúa después por Campillo de Deleitosa, Mésas de Ibor y Bohonal de Ibor, cruzando en el intervalo el río Ibor por el puente de las Verédas; pero no parece tan probable que este fuese el romano, aunque es antiguo é importante y fué seguido por el ejército inglés en la guerra de la Independencia, á principios de este siglo: entonces se ejecutaron obras defensivas notables en las cercanías de Mésas de Ibor, donde nuestro eminente colega y maestro en estas materias, D. Aureliano Fernández Guerra, coloca á la carpetana ÉBVRA ó LÍBORA de Tolomeo; siempre tiene el inconveniente de que ha de cruzar la sierra de Miravete ó del Campo por pasos más altos y difíciles. Gómez de Castro habla de un enlace de Talavera la Vieja con la calzada de Trujillo por un camino antiguo, que sigue la orilla del Tajo, pero lo califica de mucho más escabroso.

El que yo considero como antiguo camino romano, aunque no haya noticia de vestigios evidentes, reune, sin embargo, condiciones excepcionales: pasa la notable cordillera que va desde el Tajo á las Villuércas por el punto donde la ha cortado el río Almonte, es decir, sin desniveles, y acaso el pueblo de Rotúras, próximo y dependiente de Cabáñas, debe su nombre, más bien que á rotura de la gran cresta y de otras secundarias, cortadas por el río, á obras artificiales hechas para allanar el paso en sus orillas; el antiguo castillo de Cabáñas parece construido expresamente para defender las cercanías de este paso, y los nombres de Collado-llano y Robledo-llano indican nuevamente su facilidad: el último pueblo se llamó antes Medio-Robledo, porque pertenecía por mitad á Deleitosa y á Cabáñas: además, desde La Avellaneda, punto de paso para Talavera la Vieja señalado por Naugerio2, se aprovecha casi siempre una meseta divisoria, entre el río Ibor y el Guadalija, para llevar por ella la calzada, sin obras difíciles, descubriendo y dominando el territorio. La distancia de Santa Cruz de la Sierra á Talavera la Vieja, por el camino descrito, es cuando menos de 46 millas y de 51 si ha de pasar por Trujillo, de suerte que difiere muchísimo de las 12 ó 22 que

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cuenta el Itinerario, entre LEVCIANA y AVGVSTÓBRIGA; partiendo de esta última, resultaría la mansión anterior hacia la Avellaneda, si se cuentan solo las 12 millas y en el cruce del Almonte en caso de adoptar las 22. Podría suponerse que en el Itinerario se había omitido la mansión TVRGÁLIVM y su distancia á AVGVSTÓBRIGA; en tal caso, no vienen mal las 12 millas al Risco de San Gregorio, entre Santa Cruz de la Sierra y Puerto de Santa Cruz, pudiendo suponerse en él á LEVCIANA, como resulta también por las distancias hasta Mérida; pero tales suposiciones son muy aventuradas y poco probables, sobre todo si ha de tenerse en cuenta que la suma de las distancias parciales coincide en el itinerario de EMÉRITA á CAESARAVGVSTA con la total asignada en el mismo, según ya dije. Todavía debo aludir que la población de Lomundo ó Lomondo, citada por el Ravenate, y cuyo nombre acaso esté adulterado, podría hallarse hacia las orillas del Almonte, tal vez cerca de Retamosa y de la notable cortadura: así resulta en el intermedio de la distancia desde AVGVSTÓBRIGA á TVRGÁLIUM, y el nombre del río no deja de parecerse al de la mansión Lomondo, conservando casi todas sus letras radicales.

La continuación de esta vía romana hasta Toledo es menos dudosa, en cuanto al trazado, pero se hace preciso suponer también la falta de otra mansión y de una distancia importante: es evidente que la vía pasaba por Talavera de la Reina, pero lo es igualmente que faltan unas 36 millas, las que median entre las dos Talaveras, pudiendo corresponder las 55 señaladas en el Itinerario, desde AVGVSTÓBRIGA á TOLÉTVM, á las que median entre esta y CAESARÓBRIGA, en el supuesto de haberse suprimido la última mansión citada por error del copista, nacido de la igualdad en la terminación de ambos nombres. La distancia entre Talavera de la Reina y Toledo se halla bastante conforme, aunque tal vez resulta algo menor en los caminos más directos. Desde luego, después de Talavera la Vieja la vía cruzaba el TÁGVS, acaso por el mismo sitio del antiguo y hoy cortado puente del Conde, y marchaba á Berrocalejo de Abajo; el paso del río estaba defendido en ambas orillas; en la izquierda por el castillo de Alixar ó Alija, ya citado, y en la derecha por otra fortaleza cuyos restos romanos y árabes se elevan en el alto de Peñaflor: aquí y en el pueblo

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de Berrocalejo hay inscripciones antiguas, una de ellas que parece haber correspondido á miliaria, además de figuras de jabalíes de piedra ó berracos, como los llaman en el país, y que suelen considerarse como signos de término. Dos caminos frecuentados siguen á Talavera de la Reina; el uno por la villa ya casi despoblada de Puebla de Naciádos á la Calzada de Oropesa, incorporándose con la otra vía ya descrita, y el segundo, más meridional, que parece la prolongación de la calzada que nos ocupa. Esta pasa cerca de Valdeverdeja, que tiene también antiguas lápidas3, por la villa de Torrico, donde hubo castillo, y al Norte de Villafranca del Puente del Arzobispo, con la cual debió enlazarse por un ramal y á la que llegaba camino importante de Norte á Sur, además de otra vía de que hablaré después. Seguía la de que se trata cerca de Alcolea de Tajo, llamada antes de Talavera, cuyo nombre indica también la existencia de castillejo, hallándose en su término la huerta del Camino Real y la labranza del Hospital; luego debió pasar á corta distancia del CASTÉLLVM CÍSELI, en el sitio de Sílos cerca del Tajo, señalado por nuestro sabio colega el R. P. Fidel Fita4, donde hay también un arroyo llamado de la Puentezuela, que puede ser indicio de puente antiguo, siguiendo á La Calera, que tiene el caserío del Torrejón, señal de antiguas ruinas, y por cerca del de Alcoba, donde también las hay así como lápidas romanas, hasta llegar á Talavera de la Reina ó CAESARÓBRIGA. Nada es preciso decir de la importancia de esta población, que tuvo murallas y alcázar antiguo, conservando restos de templos y numerosas lápidas, además de muchos nombres, como el del arroyo Albaladiel y otros que indican el paso de antiguos caminos.

Parece que entre Talavera y Toledo existían dos vías romanas por ambas orillas del Tajo; de las dos hay vestigios evidentes en diversos puntos y otros muchos indicios, siendo indudable la existencia del antiguo puente romano que sirvió para dar nombre á la primera ciudad. La vía de la margen derecha, camino muy

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frecuentado siempre5 y que en muchos parajes conserva el nombre de real, iba por Monte Aragón y cerca de Mañosa á Cebolla, donde existía hospital, de transeuntes y castillo, estando además el de Villalba, que fué de Templarios, sobre el camino del Carpio; seguía por la proximidad de Mesegar á dicha villa de El Carpio de Tajo, que tiene los caseríos de Piedra alta y baja y la huerta de los Cantáres, y por la Puebla de Montalbán que, según el fuero, se llamaba Villarta en 1200 y antes Ronda, donde hay palacio y restos antiguos, entre ellos los de calzada en una media legua, según noticia de D. Fermín Caballero, si no la confunde con la de Melque, en la otra orilla del Tajo y que antes se creía correspondiente al mismo término; luego continuaba por cerca de Burujón, donde está el alto y despoblado de Torralba, que puede ser un nuevo indicio, á Albarreal de Tajo y, por el Sur de Riélves, tocaba en un sitio con ruinas y mosáicos romanos como de una quinta, é iba á cruzar el Guadarrama por antiguo puente romano que, según Higuera y Cornide, existía un cuarto de legua más abajo del actual, en el sitio de Mazarabédas, llamado antes Mazaravédula, al Norte del caserío de Matánzas, llegando por último á Toledo, en cuya vega, dice el mismo Cornide, había vestigios de calzada y aun se veía antes alguna miliaria.

No pocos han querido suponer que la antigua vía romana iba más al Norte, siguiendo hasta Santa Olalla la actual carretera de primer orden de Extremadura, y torciendo luego por Alcabón, Torríjos de los Oliváres y Riélves á Toledo, casi por el trazado de la moderna carretera. Otros indican un trazado intermedio, marchando desde Cebolla por Erústes, Carríches, Carmena y Gerindote á Riélves; pero, aunque en muchos de estos pueblos ó en sus cercanías hay restos romanos, no parece probable que existiera otra vía tan cercana en aquel tiempo, á pesar de que el último camino lleva también el nombre de real viejo y hay un sitio llamado Calzada entre los dos penúltimos pueblos: todas estas vías fueron frecuentadas en las épocas antiguas para la expediciones y conquistas.

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El trozo en que parece indudable la existencia de camino romano es el de Talavera de la Reina á Santa Olalla, que se prolongaba al Nordeste y del cual existen mayores señales é indicios; pero este sale completamente del territorio y del objeto que me he propuesto analizar; observaré, sin embargo, que llamándosele en un documento6, víam toletánam qua itur de sancta heulalia ad talavéram, podría ser esto indicio de la existencia de la vía completa hasta Toledo. La distancia de Talavera de la Reina á esta capital, por el camino más próximo al Tajo, es solo de 52 millas, en vez de las 55 que corresponden en el Itinerario de Antonino, bajo el supuesto indicado del cambio de AVGVSTÓBRIGA por CAESARÓBRIGA: apenas resulta diferencia para los otros caminos posibles por Carríches y Santa Olalla. La longitud total entre EMÉRITA y TOLÉTVM por la vía descrita resulta de 183 millas, en vez de las 111 ó 121 que, como máximo, señala el mismo Itinerario.

Tampoco hay duda sobre la existencia de otra vía romana por la izquierda del Tajo; esta debía seguir, desde Talavera de la Reina, bastante próxima á su orilla meridional y pasar por la dehesa de Órbiga, que tiene restos de población antigua y se llamó antes Lórbiga, donde se cree, con bastante razón, que estuvo la ILVRBIDA de Tolomeo; algo más adelante, también cerca del Tajo, está la dehesa de Santa María de las Albuéras, igualmente con ruinas, sepulcros y otros restos antiguos, como los hay más al Este en las dehesas de los Carvajáles y en la de San Petro de Almofrague, que es despoblado á orillas del Sangrera. Opinan algunos, y también lo encuentro fundado, que en las Albuéras pudo estar la población de LÍBORA, citada igualmente por Tolomeo y colocada, según algunos códices, muy próxima á la anterior, aunque varios autores han querido identificarla con Talavera de la Reina que se llamó alguna vez Medina Télbora y Ébura, suponiendo que aquel nombre fué anterior al de CAESARÓBRIGA; pero otros datos, y algunas inscripciones halladas en Portugal, parecen indicar que debió llamarse más bien TALABARA, nombre que corresponde, con ligera

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variación, al de Talabaira que le dieron constantemente los árabes7. Para mí es todavía más verosímil la identificación de LÍBORA, porque así se explica el nombre de Lébura citado por el Ravenate entre Toléton y Augustabria, el cual pudo tomarse del camino por la izquierda del Tajo, omitiendo por lo mismo el de CAESARÓBRIGA: ILVRBIDA queda á unas 3 millas al Este de Talavera de la Reina y LÍBORA á 10. Continuando por la orilla Sur del río, el camino debía pasar cerca de Malpica, que tiene castillo y ruinas romanas en las dehesas inmediatas, por el lado de la labranza de Tamuja, donde hay otras ruinas y mosáicos, cruzando probablemente el río Cedena cerca de la casa del Torrejón, y siguiendo el camino antiguo de Malpica, llamado más adelante de los Arriéros y de Toledo; hacia la confrontación por el Sur de la Puebla de Montalbán, debió ir por las dehesas y despoblados de Albaladejo y Castrejón, nombres indicadores de caminos y defensas, existiendo todavía restos del castillo de la segunda denominación. En esta parte se ofrece alguna duda; á unos 7 ú 8 kilómetros del Tajo, y entre él y San Martín de Montalbán, se hallan notables ruinas romanas contiguas á la ermita de Nuestra Señora de Melque, que fué la tercera bailía de los Templarios, y un trozo de calzada de 4 á 5 kilómetros que se dirige al castillo de los Montalbánes, habiendo á su lado lápidas y dos miliarias, una de ellas al parecer con el núm. XXXII8: no creo probable que la vía de la izquierda del Tajo pasara por aquí, lo que la obligaría á un rodeo notable y á internarse por terreno algo más quebrado: podría ser un ramal que enlazase con ella algunas posiciones defensivas ó acaso trozo de un nuevo camino del que hablaré después; Cornide y Ceán9 colocan en Melque á la PATERNIANA de Tolomeo. La distancia entre Talavera de la Reina y Toledo, por la orilla izquierda del Tajo, resulta de 53 millas.

No creen todos tan seguro que existiese igualmente camino romano por el Sur del TÁGVS, entre Talavera de la Reina y el Puente del Arzobispo; sin embargo, no puede menos de sorprender

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la circunstancia de que haya ruinas de aquella época, inscripciones y sepulcros, con los restos de un castillo, en la granja de Pompajuela, cuyo nombre quieren suponer que procede de Pompeyo, así como en el pueblo de Las Heréncias, al que pertenece aquella, las dehesas llamadas del Castillejo alto y bajo y además, en la del Castellano, á orillas del Gébalo y no lejos de su confluencia con el Tajo, el sitio nombrado Barranca del Castillo, donde hay restos de uno y varias ruinas y sepulcros; más al Sudoeste se halla el pueblo de Aldeanueva de Barbarroya, primero de cristianos que se fundó en el territorio de La Jara y en sitio donde estuvo antes el santuario de Santiago de la Zarzuela; en su término está el caserío de Retortilla: al Oeste de dicho pueblo, hay el fuerte del Castro y ruinas de un puente romano designado con el mismo nombre, sobre el río Huso á cuya orilla izquierda están las notabilísimas de la llamada ciudad de Váscos, en que hay evidentemente una parte romana; Fernández Guerra coloca aquí la RÍGVSA de Tolomeo: también existen ruinas romanas y de otro castillo en Azután, cerca del arroyo Andilucha y del citado Puente del Arzobispo. Además, todas las cumbres cercanas al Tajo están coronadas por fuertes ó atalayas, algunas de construcción árabe, y á veces, entre risco y risco, se ven anchos paredones para cerrar los pasos, todo lo cual indica el interés para defender esta línea y la posibilidad de que existiera comunicación á lo largo de ella.

Para encerrar todo el espacio que ha de ser objeto de nuestro estudio, voy á describir el trazado de la vía romana que iba de Mérida á Toledo por el Sur y Levante, después de haber descrito la del Oeste y Norte, principiando también por secciones de trazado indudable y bien comprobadas. En su primera parte, y por lo menos hasta Almadén, corresponden á otra vía ya citada, la de EMÉRITA á CAESARAVGVSTA, que llama el Itinerario, con notable error, per LVSITÁNIAM, el cual corrige nuestro sabio colega, Don Aureliano Fernández Guerra, advirtiendo que acaso quiere decir el texto per LAMÍNIVM, por donde pasa efectivamente en su trayecto. Ya dije que hasta cerca de Santa Amalia, es decir, en unas 16 millas próximamente, debía ser común el trazado á ambas calzadas: después, es indudable también el paso por Medellín, que antes se

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hallaba en la orilla derecha del ÁNAS ó Guadiana, por cambio en el cauce del río, quedando claros vestigios de dicha variación, del antiguo puente y de la calzada, antes y después de la villa, la antigua METELLÍNVM, que tiene castillo notable: sigue luego la vía, por el Norte de Mengabril y Don Benito á Villanueva de la Serena, viéndose aquí nuevos vestigios y dando muestra también de sus defensas los varios castillos ruinosos que hay al Sur de Don Benito y los nombres de Sierra de los Castilléjos, dehesa de la Torre y otros análogos. Después de Villanueva, torcía al Sudeste para pasar cerca de Magacela y La Coronada, aproximándose probablemente más á la primera, posición importante con fuerte castillo y que ha figurado mucho, lo mismo que Medellín, en las guerras y conquistas: las dehesas de la Torre y Torralba conservan, sin duda, el recuerdo de otras defensas. Casi en la misma dirección continúa luego hacia Campanario y á cruzar el Guadalefra cerca de la ermita de Piedra-escrita, donde hay lápidas romanas, lo mismo que en la población cercana, en la cuesta de Magacela y en Villanueva de la Serena, que cuenta también con antiguo hospital, indicio de camino frecuentado: el que nos ocupa marcha otra vez hacia el Este por el llano de la Serena, conociéndose hoy con el nombre de real de la Serena ó general de la Mancha á Extremadura, y pasando á lo último por Zarza-Capilla, Peñalsordo y Capilla hasta llegar al río Zújar. En Zarza-Capilla hay la casa de los Mármoles y en la última población el castillo llamado de los Móros, en altura cercana, los molinos de Piedra-Santa, el despoblado de Bóveda con ruinas romanas y, en la confluencia con el Estéras, el monasterio de la Encarnación, que fué de Templarios: las lápidas halladas en este, demuestran que estuvo aquí el municipio de MIRÓBRIGA y queda por lo tanto identificada con seguridad una de las mansiones de la vía.

La otra, CONTOSOLIA, no ofrece tampoco dificultad, pues aunque hay falta también en la distancia, siendo realmente de 74 millas la que media entre las situaciones de EMÉRITA y MIRÓBRIGA, por el camino descrito, y de 51 la máxima que acusan los datos del Itinerario de Antonino, debe notarse que 16 son comunes á las dos calzadas que salen de Mérida y, sobre todo, que el empalme

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de esta debió tener lugar en la mansión de METELLÍNVM de la vía de Córdoba, que dista 23 millas de Mérida y 7 solo del punto probable de empalme, aunque el Itinerario marca 24, según dije, diferencia que puede proceder de los puntos elegidos para empezar á contarlas. Cornide supuso que la otra mansión se componía de dos, CONTO y SOLIA, situando la segunda bastante arriba en las orillas del Guadiana, á 3 leguas de Cásas de Don Pedro, y fundándose en una lápita hallada en Villanueva de la Jara; pero sus hipótesis no son admisibles, lo mismo que las de Ceán, que la coloca en Mengabril, por donde no pasaba la calzada ni coincidiría la distancia. Otros mezclan estas mansiones con las de LACIPEA y LEVCIANA de la otra vía, lo cual tampoco es probable, y la única solución acertada es la que propuso nuestro sabio compañero D. Eduardo Saavedra, colocándola en Magacela, aunque la distancia á Medellín no sea de 12 ni 15 millas, excediendo de 16, aún contada desde el pié de la cuesta, que es por donde debió pasar la vía: verdad es que pudo empalmar algo al Sur de METELLÍNVM y así hay completa coincidencia. Igualmente resulta exacta la distancia máxima de 36 millas, señalada en el Itinerario hasta MIRÓBRIGA, lo mismo que la de 13 ó 14 á la mansión siguiente, que es la de SISAPO y está evidentemente en Almadén: el camino debía tocar en Chillón, que se halla al Noroeste, y allí había ruinas antiguas y de los árabes, un castillo y restos de otro al Norte en la sierra del Castillejo. Algunos suponen que el antiguo nombre de SISAPO equivale á mina, lo mismo que el moderno de Almadén, y creen que debió estar en el paraje de las Cuévas, al Nordeste de la villa actual, donde hay vestigios de población y están los de minas más antiguas: es posible también que allí hubiese algún barrio importante. El sitio de Almadén era confluencia ó crucero principal de vías antiguas, partiendo de esta población, además de las que señalamos ahora, otras para la BAÉTICA: así lo demuestra también la existencia del castillo de Asnarón, antes de Aznaharón y de los que indican los nombres de Vírgen del Castillo, Dehesa de Castilséras y otros varios, además del morisco del Retamar, que está en la misma villa.

Dos caminos antiguos, llamados ambos de la Plata, parten de Almadén para Toledo; pero el que yo creo corresponde á la vía

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señalada en el Itinerario de Antonino, y en el que se conservan vestigios evidentes de vía romana, es el que sigue al Este por Almadenéjos, donde hay también restos de antiguas minas, por las minetas de Valdeazógues y una parte del río de este nombre hasta el pueblo de Fontanósas: aquí se completan las 20 millas desde Almadén y es donde yo creo que debió estar la mansión de LACIPEA, siendo natural que la vía recorriese toda la zona en que están los yacimientos de cinabrio. La estación siguiente corresponde á Luciana ó sus cercanías, estando también de acuerdo la distancia de 24 millas, que separaba la anterior de LEVCIANA y no pudiendo menos de llamar la atención esta coincidencia del nombre: el camino marcha al Nordeste hacia Abenójar y, después de cruzar las lomas de las Sepultúras, deja al lado, por la izquierda, la ruinosa granja de la Encarnación, situada en una colina, donde hay restos antiguos y notables columnas, y por la derecha el alto del Castellar. Abenójar es población muy nombrada en las antiguas expediciones militares y, después de pasar por ella y de atravesar una angostura sobre el Guadiana y este río, llega este camino á Luciana. Algunos pretenden que la antigua vía, antes de Abenójar, marchaba por Gargantiel y aún colocan en este último á LACIPEA, pero no está ni á la mitad de la distancia marcada en el Itinerario, resultando siempre corto el total hasta Luciana: otros, por el contrario, indican el trayecto á Abenójar por Saceruela, dando un rodeo injustificado y suponen aquí á LACIPEA, donde no coincide mal la distancia, que se contaría sobre caminos probablemente romanos también, pero que corresponden á dos vías diferentes; el trayecto á LEVCIANA resultaría un poco largo.

Antes de completar la descripción del camino hacia Toledo, voy á ocuparme de la continuación de la otra vía de Antonino hasta MARIANA, cuya situación está perfectamente determinada en la ermita de Marllena ó Mairena de la Puebla del Príncipe, al extremo Sudeste de la provincia de Ciudad-Real, gracias á las concienzudas investigaciones de mi dignísimo amigo D. Aureliano Fernández Guerra: las dos mansiones intermedias son las de CARCVVIVM y TVRRES, separadas por una distancia de 26 millas, mediando 20 entre la primera y SISAPO y 34 de la segunda á MARIANA: casi unánimemente sitúan todos la de CARCVVIVM en Caracuel, que se

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llamó antiguamente Caráques, Cárcara y Caracui, atendiendo á la analogía del nombre, y por existir allí ruinas romanas é inscripciones, vestigios de caminos antiguos y circunstancias especiales que ofrece el paso de una pequeña cordillera: tiene además viejo castillo y hay otro en la inmediata villa del Corral de Caracuel. Cornide y algunos más designan también el paso de este camino por Cabezarádos, donde se le llama real y hay ruinas antiguas. Conforme con estas apreciaciones, debo manifestar que la distancia de 20 millas señaladas á SISAPO, solo llega desde Caracuel hasta un poco más allá de Abenójar y que en esta villa, ó algo más al Sur, debe suponerse el empalme de dicha vía con la de Almadén á Luciana; para llegar á la primera faltan otras 26 ó 30 millas: yo me inclino á señalarlo en Abenójar por lo antiguo y frecuentado del camino que pasa por él, parte del que se ha llamado constantemente real de Valencia ó de la Mancha á Extremadura y Portugal, además de que así lo justifica la prolongación probable de la antigua vía por Saceruela, y más al Oeste que ya he indicado y de que hablaré después. Unánimes son igualmente las opiniones, y están de acuerdo con los vestigios que se conservan, para señalar la continuación de la vía romana, dejando al Sur una pequeña cordillera, por Cañada del Corral de Calatrava, Villar del Pozo, al Norte de Ballestéros y por los baños de los Hervidéros de Fuensanta, donde se han hallado restos y monedas romanas, queriendo algunos que siga hacia Almagro, cruzando el Jabalón por antiguo puente arruinado, con indicios de ser también romano, y otros que continúe por la orilla izquierda hasta la antigua ORÉTVM; ésta, según sabemos, se hallaba en el cerro de los Obíspos, á la orilla izquierda del Jabalón, donde hoy la ermita de Nuestra Señora de Oreto, de Azuqueca ó Zucueca, al Sudeste de Granátula de Calatrava: dicha ermita es edificio romano, como lo es también un puente que hay cercano al actual; ya lo había dicho Ambrosio de Morales10. Allí existen lápidas, lo mismo que en la ermita de Santa Columba, algo más abajo á orillas del río, así como restos de antiguo palacio y castillo de moros

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en Aldea del Rey, cerca de la cual pasaba la vía. No vienen muy mal aquí las 26 millas desde CARCVVIVM, aunque la distancia es más bien de 23, pero siempre resulta que ha de intercalarse esta nueva mansión, siendo indudable que la vía debió pasar por ORÉTVM, aun cuando sólo fuera por la importancia de la población antigua; algunos han supuesto que TVRRES estaba cerca de los Hervidéros de Fuensanta, donde se conserva el nombre de Tórres á un quinto de aquellas dehesas, así como los de Villafranca y Atalaya, que pueden ser indicadores, á sitios contiguos, pero la distancia resulta muy corta respecto de CARCVVIVM.

La mansión de TVRRES, con trayecto de 17 á 18 millas, debió hallarse en las inmediaciones de Santa Cruz de Mudela, cerca de la cual hay la casa de los Hítos, el sitio de los Castillónes y otros indicios: la calzada continuaría por Torrenueva, donde hay asimismo el cerro del Castillón, y si bien es población moderna, reemplazó á otra llamada Torre vieja, según las Relaciones topográficas del tiempo de Felipe II, las cuales señalan también camino recto hacia Torre de Juan Abad, población antigua, hallándose en el intervalo la dehesa de los Hítos, los caseríos de Caminéros y Peñuélas y el cerro bastante aislado del Buey, con castillo y ruinas, quedando al Sur de la última villa las antiguas torres de Joray, donde hay también muchas ruinas, y está bien claro el camino romano que se dirige á la ermita de Marllena; hasta ella corresponden bien las 34 millas desde Santa Cruz. Este trazado me parece mucho más natural y seguro que el indicado por otros de Almagro á Moral de Calatrava, Valdepéñas y Alcubillas, aunque en estos puntos, y otros inmediatos del trayecto, haya ruinas romanas; en el Moral, hospital antiguo de transeuntes y el castillo de Peralosa, antes de Túrmas del Toro, así como en Valdepéñas, lápidas y algunos vestigios de calzada. Me he detenido algo más de lo necesario en reseñar la parte oriental de esta otra vía de Antonino, y hasta llegar á una mansión bien determinada como la de MARIANA, para demostrar más su enlace con la de Toledo y la necesidad del mismo que explica la falta en alguna distancia, lo cual no podría justificarse de otro modo; por cierto que el Ravenate solo cita las mansiones de Lamini y Marimana, bien fáciles de reconocer, suprimiendo

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las otras hasta Mérita ó más bién á Metilinon que también nombra.

Continuando la descripción de la vía á Toledo, diré, que á corta distancia al Norte de Luciana están los restos de la ermita de San Andrés y próximos los del castillo de Castilrubio; aquí, y en el sitio de Altopaso, hay ruinas y lápidas romanas, aunque algunas se suponen adulteradas; también está allí la cuesta llamada de los Pilónes, que puede ser nuevo indicio; muy cerca, aunque ya en el término de Piedrabuena, se alza el cerro de Valmayor con vestigios de castillo y de gran plaza de armas, donde pudo estar la acrópolis, si no la población de LEVCIANA que se hallaría probablemente, como hoy, á orillas del Guadiana y al lado de su confluencia con el Bullaque. El camino que sigue á Toledo se llama por aquí antiguo de la Plata ó cañada real de Alcudia, y va á cruzar el segundo río casi frente á Porzuna, á la distancia de 12 á 13 millas, justamente la menor de las señaladas en el Itinerario: pasa antes, por el sitio de la Torrecilla, una estrechura frente de Piedrabuena, defendida en la orilla izquierda por el castillo de Miraflóres y por un muro que cruzaba el río, así como otro su afluente el arroyo de Peralosa y que, aun hallándose roto, sirve de puente. En el sitio frente á Porzuna, y en los altos cerca de la casa de Castilléjos, pudo estar la mansión de AVGVSTÓBRIGA, satisfaciendo á la condición que exige su nombre de hallarse en el cruce de un río; pero la distancia siguiente á Toledo resulta muy larga y sólo coincide bien con las 55 millas del Itinerario, suponiendo que la vía continuaba por la orilla del Bullaque ó acaso por un camino algo apartado en la derecha de él, y que se llama de los Carríles, hasta más arriba, para cruzarlo en la unión con el río Alcobilla, frente á las casas de las Íslas, donde estaría mejor AVGVSTÓBRIGA y llegan las 22 millas desde Luciana, reuniéndose en dicho paraje dos ramales de otras vías de que luego se hablará. En uno y otro caso ha de suponerse la existencia de otra población de aquel nombre, pero hay ya más de una en España y la analogía del de LEVCIANA, la circunstancia de hallarse sobre un camino conocidamente romano, entre Almadén y Toledo, y la exacta concidencia de todas las distancias, son argumentos que sobrepujan, en otro sentido, á las condiciones que pueden presentarse para llevar este itinerario por la AVGVSTÓBRIGA Vettona. La continuación hacia el

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Norte no ofrece ya la menor dificultad, siendo bien conocido el trazado del antiguo camino y confirmándolo multitud de datos y pormenores que voy á reseñar: en los documentos publicados por Salvá y Sáinz de Baranda se cita, como uno de los recorridos por los Reyes Católicos. Siguiendo por llano, en algún trecho de las orillas del Bullaque, pasa luego una nueva angostura, defendida en la margen derecha por la torre de Abrán ó Abrahán; continúa cerca del caserío y despoblado del Molinillo y cruza la divisoria entre Guadiana y Tajo por el puerto del Milagro, donde hubo castillo de igual nombre; en la vertiente del Norte toca la vía en el pueblo de Las Véntas con Peña Aguilera, que tiene el despoblado de Peña Aguilera con torreón árabe y el castillo del Águila; sigue por Cuerva, muy nombrado en expediciones y batallas, que tuvo casa de peregrinos, conservando castillo y la dehesa de Camino Real, que confirma la existencia de la antigua vía; por Pulgar, donde hay castillo árabe, pasando después por la casa y venta de la Torrecilla, antes de Láyos, y por Argés para llegar á TOLÉTVM; en el anterior están el despoblado de Torre de Cervátos, con torreón, y la dehesa de Matamóros, señales de defensas y de combates á inmediación de la vía.

Al otro camino antiguo y más directo que hay desde Toledo á Almadén, el cual lleva también el nombre de la Plata, y que debió ser vía romana, no es dable aplicar, de un modo tan exacto, las mansiones ni distancias del anterior: se aparta de este al pie de la torre de Abrán para pasar á la orilla derecha del Bullaque, y por el caserío de Navaelrincón sigue hasta cruzar el Guadiana al Oeste de la dehesa de Moríllas del Chiquero, continuando rectamente á Saceruela y Almadén. Dicha dehesa, que es todavía del término de Luciana, tiene lápidas romanas y ruínas, entre ellas las de un castillo, distando una milla del Guadiana y dos del camino, que pasa fuera de aquella jurisdicción y, por lo tanto, no parece que ni en su emplazamiento, ni en el cruce del Guadiana puede suponerse la mansión de LEVCIANA: habría que colocar á AVGVSTÓBRIGA hacia Navaelrincón, al pie del puerto de la Plata y cerca del cruce del río Alcobilla, con la distancia algo corta á Toledo. Además, debe hacerse notar la circunstancia de que un ramal de camino, con el mismo nombre de la Plata y de

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4 millas solamente, va desde las cercanías de Navaelrincón, en este, á las casas de las Íslas, de modo que hay una nueva é importante razón para colocar en ellas á AVGVSTÓBRICA, que resulta así en el enlace de ambas vías. Desde aquí resulta igualmente bien la distancia á LEVCIANA, si se creyera que podía colocarse en el cruce del ÁNAS por esta segunda, pero no quedarían más que unas 10 millas, en vez de las 24, á la mansión siguiente de LACIPEA, si ha de situarse en Saceruela, como es necesario para que coincidan las 20 millas que, según dije, mediaban luego hasta Almadén. En esta última parte, el camino pasa por el despoblado y antiguas minas de las Cuévas, prolongándose también, con el mismo nombre de la Plata hacia Andalucía.

Uno de los caminos más directos, entre Toledo y Mérida, es el que cruza la cordillera divisoria del Tajo y Guadiana por el puerto Marchés, que otros llaman de Robledo y muchos creen es el de Amarela de nuestras antiguas crónicas, camino que se conoce generalmente con el nombre de real de Extremadura y que es indudablemente romano: empalma con los dos anteriores en Cuerva y se dirige por Menasálbas y la aldea de las Navíllas, en cuyo intermedio está el puente y molino de la Torre, aunque otros suponen es el que va desde Véntas con Peña Aguilera, por San Pablo de los Móntes, á buscar el mismo puerto rodeando, y no falta quien pretenda que arranca de Toledo y por Guadamur, Polán, Noez, Totanés y cerca de Gálvez, llega directamente á Menasálbas. De todos modos, la continuación es indudable por Retuerta, nombre que desde luego es un indicio, y junto al puerto Marchés hay claros vestigios del camino romano, ruinas de población y de minas antiguas, según las Relaciones topográficas del tiempo de Felipe II: D. Aureliano Fernández Guerra coloca aquí la METÉRCOSA de Tolomeo. Sigue la vía por el collado del Espinazo del Can y cerca del cerro de Castillón, al Horcajo de los Móntes, al caserío y despoblado de San Ginés del Hornillo y á cruzar el Guadiana por el viejo puente de Villarta, á cuyo lado hay la ermita de Nuestra Señora de la Antigua y cerca se encontraba la de San Juan de las Pavorósas, lugar donde se celebraba una concurrida feria. En la otra orilla se pasa por Villarta

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de los Móntes, algo separada del río; aquí había antiguo hospital, y el camino continúa por Fuenlabrada de los Móntes, que tiene vieja fortaleza, hallándose á 3 kilómetros al Sur, al lado de la ermita de San Ildefonso, nuevos vestigios de la calzada romana: prosigue por cerca de Garbayuela, á cuyo lado del Norte queda el castillo de Mirabueno, y por donde pasa la llamada carretera general de la Mancha á Badajoz, luego al lado de Talarrúbias, que tiene castillo antiguo y fuerte, además de grandes ruinas, lápidas y vestigios de camino romano, por el pie de la Puebla de Alcocer, dominada también por importante castillo y que tuvo hospital, enlazándose por calzada pendiente á Esparragosa de Láres, donde había convento de Templarios: el camino antiguo, que se llama aquí carril de la Mancha, continúa por la meseta divisoria entre el Guadiana y el Zújar, bastante llana y que va estrechando sucesivamente, hasta que, cerca ya de la confluencia, atraviesa el segundo río, dirigiéndose á Villanueva de la Serena para empalmar con la vía descrita anteriormente. En todo el trayecto desde Garbayuela, sigue casi la línea del primer estudio de ferrocarril entre Ciudad-Real y Mérida. Ya he dicho que este camino es de los más cortos entre TOLÉTVM y EMÉRITA; sin embargo, no mide menos de 168 millas ó de 136, descontando las 32 que hay desde el empalme con la otra vía en Villanueva de la Serena, cuando el máximum del Itinerario de Antonino da 121, de modo que sobran 47, ó 15 en el segundo caso. Varios son los que han querido aplicar á este camino las mansiones conocidas, aunque lo han descrito con notable incorrección y falta de datos, mezclando al principal algunos trozos de otras variantes ó ramales del mismo y adoptando, por lo mismo, para las situaciones de AVGVSTÓBRIGA, LEUCIANA y LACIPEA las soluciones más distintas. Ateniéndome al verdadero trazado y distancias, que han podido medirse con la suficiente exactitud, diré, que la primera, á 55 millas de TOLÉTVM, correspondería próximamente al Horcajo de los Móntes, donde no hay río y solo arroyos secundarios que no autorizan el agregado de la palabra BRIGA: LEVCIANA caería en Villarta de los Móntes, contando solo las 12 millas, y en Fuenlabrada aceptando la cifra de 22; LACIPEA debería colocarse entre Talarrúbias y Puebla de Alcocer, acaso en la segunda, forzando algo la distancia,

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y, por último, la siguiente hasta EMÉRITA no pasaría de la confrontación por el Sur de Orellana la Vieja, quedando el exceso indicado de millas hasta Mérida ó al empalme en Villanueva de la Serena. Empezando por aquí, las 20 millas hasta LACIPEA llevarían esta mansión al Sur de Orellana de la Sierra; las 24 siguientes para LEVCIANA llegarían al promedio entre Talarrúbias y Garbayuela, correspondiendo AVGVSTÓBRIGA á las cercanías de Fuenlabrada de los Móntes ó Villarta de igual apelación, según se aplicaran las 12 ó 22 millas del Itinerario, y quedando el exceso para la distancia siguiente hasta Toledo.

Con el camino descrito se enlazan algunos importantes; que pueden ser nuevos trazados de la misma vía, porque existen razones suficientes para considerarlos caminos romanos, existiendo otros que, si bien reunen las mismas circunstancias, no pueden aplicarse á esta comunicación, aunque completan las que existían en la comarca que nos ocupa. Á esta se la había considerado siempre como falta de ellas por lo áspera y despoblada, sin contar que lo primero obligaba á multiplicarlas más para el dominio y la explotación del territorio, y que lo segundo no puede decirse de una zona llena de despoblados ó villares, sabiéndose que sólo en las dos provincias de Extremadura existe más de un millar de aquellos11, y que respecto de la de Toledo ya dijo Ambrosio de Morales que pasaban de 200 las poblaciones arruinadas en ella.

Uno de los ramales que tenía prolongación importante al Sudeste de que se hablará luego, partía del Horcajo de los Móntes y, por Bohonal, se dirigía á la dehesa de Ahijón y al portillo de la Cijarra, nombre que debe al antiguo despoblado de Acijarra, y se da á la angostura por la que corre el Guadiana, precisamente en su parte más septentrional y próxima al río Tajo, donde traza la singular vuelta para tomar la dirección del Sudoeste, después de haber marchado al Noroeste: este trozo de camino, con algunas prolongaciones, fué señalado como romano por nuestro malogrado

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colega D. José Moreno Nieto, habiéndose conducido por él la artillería en la guerra de la Independencia. Sigue la antigua vía romana torciendo como el río, aunque algo apartada de él, por cerca de Castilblanco, cuyo solo nombre es señal de punto defensivo, donde hay inscripciones en el sitio de Lengua y se llama al camino de Castilla ó de Talavera á Andalucía; luego va próximo á Valdecaballéros, también con ruinas antiguas é inscripciones, y por el páramo ó la raña de San Simón, en la cual se aparta una rama importante, llamándose allí camino de la Mancha á Extremadura; después marcha cerca de Cásas de Don Pedro, hacia donde situaba Cornide la supuesta población de SOLIA: hasta aquí va próximo á otro estudio de ferrocarril, aunque este se trazaba inmediato á la orilla del Guadiana, y más adelante el camino continúa por el Sur de Navalvillar de Pela, en cuyo término, y cerca del mismo río, está el cerro de Villavieja12 con restos de población, de fortaleza y lápidas que corresponden á la antigua LACIMURGA CONSTANTIA IVLIA, existiendo también el nombre significativo de Sierra de la Retuerta. Luego seguía por cerca de Orellana de la Sierra y Orellana la Vieja, que tienen antiguos palacios y restos de calzada según Ceán, quien coloca aquí una supuesta población de AVRELIANA; más al Oeste continúa el antiguo camino por la estrecha meseta entre el río Gargaliga y el Guadiana, pasando cerca del castillo de Castilnovo ó de la Encomienda, que reemplazó al inmediato y ruinoso de Mojáfar, donde hubo población; después cruza los ríos Gargaliga y Ruécas ya reunidos, para llegar á Rena, donde hay ruinas romanas, lápidas y vestigios de la calzada que existen también en el cercano pueblo de Villar de Rena, por donde pasaría acaso algún ramal: el camino se llama allí de Castilla á Andalucía, continuando rectamente para empalmar, hacia Santa Amalia, con la vía de Mérida, descrita primero, y siguiendo los vestigios que ya se han señalado.

Este camino resulta casi de igual longitud que el anterior, á partir del Horcajo de los Móntes, y es el que adoptó nuestro eminente colega D. Eduardo Saavedra, especialidad en tales estudios,

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colocando AVGVSTÓBRIGA en las casas y dehesa de Ahijón, cerca de la confluencia del río Esténas con el Guadiana, y algo antes del Portillo de la Cijarra; para ello es preciso aumentar en 20 millas las 55 marcadas en el Itinerario; á LEVCIANA lo supuso cerca de Valdecaballéros, mediando desde Ahijón 18 millas, en vez de las 12 ó 22, y á LACIPEA en el despoblado de Villavieja, perteneciente á Navalvillar de Pela, donde ya se ha dicho que estuvo LACIMVRGA; además, la distancia será á lo sumo de 18 millas en lugar de las 24, quedando luego más de 40, en vez de 20, hasta el empalme que suponía en Medellín, aunque, según lo dicho, el más indicado, porque prolonga la dirección general, es en Santa Amalia; verdad es que la longitud es casi igual, que Víu señala también vestigios de calzada entre Rena y Medellín, y que, en cuanto al exceso en el trayecto, indicaba ya el señor de Saavedra que podría intercalarse la mansión d e Ródacis del Ravenate, colocándola sobre el río Ruécas, aunque tendría que cambiarse el orden posponiéndola á Lacipea. Empezando á contar las distancias desde Santa Amalia ó Medellín, resultaría LACIPEA entre Rena y Orellana la Vieja; LEVCIANA en Cásas de Don Pedro, y AVGVSTÓBRIGA cerca de Valdecaballéros, si se cuentan 12 millas, y entre Castilblanco y el Portillo de la Cijarra, adoptando las 22, precisamente hacia el molino de Barandón, junto al cual cree el mismo Sr. de Saavedra que pudo estar la ciudad de Arando, citada por el geógrafo árabe El-Edrisí, en las orillas del Guadiana.

Una de las variantes que se indican al anterior camino, y que muchos consideran también como vía romana, es la que, partiendo de Fuenlabrada de los Móntes, va á la villa de Herrera del Duque, donde algunos colocan á LEVCIANA, pasando al lado de su famoso y fuerte castillo, y luego, por el valle del Peloche y aldea del mismo nombre, sigue á cruzar el Guadiana, incorporándose á la vía anterior hacia la raña de San Simón, entre Valdecaballéros y Cásas de Don Pedro, ó bien corta el mismo río en Puerto-Peña, angostura entre los dos pueblos citados, donde existe un camino abierto artificialmente, y que llaman de Castilla á Andalucía. No lejos de Peloche está el despoblado de Retortillo y la Huerta de Romana, cuyos nombres pueden ser nuevo indicio del

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camino, y en el extenso término de Herrera, sobre todo hacia el lado del Guadiana, se encuentran numerosos restos de sepulcros antiguos y otras construcciones, así como monedas y medallas, elevándose en el sitio de los Castillónes, cerca del río, las ruinas de seis fortalezas en corto espacio, y otra en el cerro del Castillejo, que indican la tenacidad de la defensa en esta zona y la probable existencia de comunicaciones. Otros suponen que el camino marchaba rectamente desde Villarta de los Móntes á Herrera del Duque.

Dije antes que en la raña de San Simón se apartaba un ramal, y es parte del señalado por el Sr. de Moreno Nieto, que lo consideró romano; este se dirige al Noroeste á buscar el llamado Puerto Llano, donde había una venta de igual nombre, y á Cañamero, que tiene el cerro llamado del Castillo, recordando el famoso que allí hubo; luego tuerce al Oeste para pasar por Logrosán, donde existen lápidas romanas y el molino de los Hítos, y llegar á Herguijuela, bien directamente, bien pasando por Zorita y La Conquista, para continuar á Trujillo; en el segundo caso da un rodeo notable, lo mismo que la carretera de Trujillo á Logrosán, recientemente construída, que toca en los mismos pueblos. Ya advertí que el nombre de Calzada de Herguijuela, dado antes á uno de los citados, contribuye á confirmar la existencia de esta vía romana; en su término hay además los caseríos de la Hita y Póstes, nombres bien significativos. Á este camino se han supuesto numerosos enlaces y prolongaciones. Otros dicen que el último trozo de la vía se compone de dos distintas, que tienen ciertamente notables indicios de ser también romanas, figurando en las relaciones de conquistas, expediciones regias ó viajes citados por Gaspar Barréiros13, Martínus Zeillérus y otros, habiendo sido caminos muy frecuentados siempre. El uno va desde Logrosán á Zorita, luego á Alcollarín, que tiene lápidas romanas, á Campo, donde existe antiguo palacio, y empalma en Miajádas con la vía romana descrita primeramente. El segundo va desde Trujillo, por Herguijuela

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de la Calzada, á Conquista, que se llamó Zarza de la Conquista y tiene también palacio y lápidas romanas; luego, cruzando al anterior en Zorita, sigue rectamente á Madrigalejo, que está á orillas del Ruécas, ha sido población importante con antiguo castillo, y donde se han encontrado inscripciones, mosaicos, monedas y ruinas de romanos y árabes, en la dehesa de la Torrecilla14, á muy corta distancia, siendo notable principalmente por haber fallecido aquí, de paso para Castilla, el rey D. Fernando el Católico, nueva comprobación de lo frecuentado del camino; en otro viaje, el mismo rey, fué desde Abertura á Madrigalejo; según Salvá y Sáinz de Baranda15. La continuación iba por Acedera, á orillas del Gargaliga, y cruzaba el Guadiana al Poniente de Orellana la Vieja, en sitio donde el río se dividía antiguamente en cinco brazos, según Naugerio; después atravesaba el Zújar y se dirigía á Campanario, cortando por allí la otra vía romana para continuar por Quintana y Zalamea, apellidadas ambas de la Serena, hacia Andalucía.

Hay en esta zona otro camino antiguo y muy frecuentado, que cita igualmente el Memorial dado á luz por Salvá y Sáinz de Baranda, y es el que, partiendo del Puerto Llano, al Sudeste de Cañamero, se dirigía al Sur Sudoeste pasando por la venta de la Laguna, el caserío del Rincón, antigua hacienda de los monjes de Guadalupe, y continuaba tocando en algunas ventas, ya directamente, ya pasando por Navalvillar de Pela, hasta Acedera para unirse al anterior; pero este camino parece más bien posterior al establecimiento del importantísimo y antiguo monasterio de Guadalupe, hasta donde se prolongaba por el Norte.

Algunos suponen comunicación antigua, y acaso romana la que desde Abertura, colocada en la vía de Mérida á Trujillo, y donde había antiguo palacio, va por Herguijuela y Garcíaz á Berzocana de San Fulgencio, villa metida en las fragosidades de las Villuércas ó montes de Guadalupe, fundándose en el nombre de Calzada de Herguijuela, aunque este se halla explicado por el

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paso de vía más segura, y añadiendo que en Berzocana se han hallado lápidas romanas y también el cuerpo de San Fulgencio, á lo que debe el sobrenombre que lleva; ni ha faltado quien quiera colocar aquí á NORBA CAESÁREA, que ya se sabe corresponde á Cáceres; pero la continuación hasta Cabáñas, para empalmar con otra vía conocida, es bastante difícil, y más todavía el enlace con Cañamero, ó Guadalupe. Otros pretenden que también había comunicación directa entre Berzocana y Trujillo, lo que sería más fácil: verdad es que, según dicen algunos, estos caminos, aunque romanos, pudieron ser de herradura, como se construyeron en otras regiones de nuestro país, y se sabe que en muchos de ellos sólo se hacían obras de explanación sin colocar el firme que era lo que constituía las verdaderas calzadas. También se cita entre los romanos, un ramal desde Miajádas por Villar de Rena y Rena á empalmar con la vía que sigue la derecha del Guadiana, cruzando el Ruécas por puente romano, cuyos restos se han señalado ya, así como otra calzada que iba de Rena á Medellín, la cual, después de cruzar el río, continuaba al Sudoeste en su margen izquierda, por Valdetórres y Guareña, en cuya parte hay grandes vestigios de ella.

El camino romano desde Horcajo de los Móntes hacia Trujillo, de que me he ocupado últimamente, tiene importante prolongación al Sudeste en la provincia de Ciudad-Real, habiendo sido señalada también su primera parte por el Sr. de Moreno Nieto: se dirige rectamente y por terreno bastante abierto á Alcoba, siguiendo en iguales condiciones por las márgenes del Alcobilla, hacia el sitio donde coloqué á AVGVSTÓBRIGA, frente á su confluencia con el Bullaque, lo cual es una nueva é importante confirmación de que hubo allí mansión notable, puesto que se cruzan varias vías y hay un ramal de enlace con otra inmediata. Pudo continuar este camino á la importante villa de Porzuna, á cuyo lado están los altos cerros de Pedrizonda y Peralosilla, así como en su término la casa de Castilléjos, ya nombrada, y las de Boca de los Carríles y Porzuna Vieja, continuando luego á Picón y á Ciudad-Real, que antes se llamó Villa-Real, sucediendo á la Puebla del Pozuelo seco de Don Gil; en sus inmediaciones estaba la aldea de Albalat, con castillo, y el caserío de la Atalaya,

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nombres indicadores de caminos y defensas; de allí debió continuar á Almagro, donde hay lápidas romanas y al Norte el torreón de Los Santiagos de la misma época, creyendo algunos erróneamente que esta ciudad tomó su nombre del castillo del Milagro; luego seguiría á Boláños, que tuvo también castillo y conserva vestigios del camino romano. Pero la prolongación más natural é importante es por Piedrabuena, que antes se llamaba Petrabona, donde, además del castillo de Miraflóres, ya citado, hay otro antiguo de moros, próximo á la villa: para ello se aprovecharía un trozo del camino antiguo de la Plata, entre las situaciones asignadas á AVGVSTÓBRIGA y LEVCIANA, continuando luego por Alcolea de Calatrava, cuyo solo nombre es indicio de punto defendido, y por las cercanías de los castillos de Benavente y Valverde á cruzar el Guadiana para llegar á la célebre posición de Alárcos, la antigua ILÁRCVRIS, marchando desde ella rectamente á ORÉTVM, población notable en todos sentidos, enlazando así importantísimas comunicaciones. Muchos reducen la PATERNIANA de Tolomeo á Porzuna ó Piedrabuena, fundándose en la situación que aquel le asigna entre TOLÉTVM y SISAPO, pero el Sr. de Fernández Guerra la supone en Pastrana.

En la parte Sur del territorio que voy analizando, otros ramales unen las vías que pasan por Abenójar con la que he descrito entre Villarta de los Móntes y la Puebla de Alcocer: dos son los enlaces que se consideran más antiguos y con probabilidades de haber existido en tiempo de los romanos. El uno se dirige desde Abenójar á Saceruela y por Agudo ó sus inmediaciones á empalmar en Garbayuela con la vía indicada, llamándose camino de la Mancha á Extremadura. El otro, algo más meridional y llevando igual nombre, se aparta antes de Agudo y va por Valdemanco á Siruela, acercándose á Baterno y Tamurejo, para unirse con la misma vía hacia la Puebla de Alcocer, pasando por la aldea de Galizuela; próximas á Valdemanco existen ruínas de antigua población y los sitios del Rincón del Moro y Mina de la Romana, que pueden ser nuevos indicios, así como cuevas con inscripciones y la llamada Peñaescrita, donde también las hay y que se creen de antiguos mineros fenicios; en Siruela hubo castillo y, á corta distancia al Sudoeste, el despoblado de la Puebla de Almagra,

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también con castillo, que fué de Templarios. Estos caminos prolongan perfectamente la vía romana que iba desde MARIANA por ORÉTVM á CARCVVIVM, y seguía hasta Abenójar, empalmando con la de Toledo á Almadén, y cortando la otra que pasaba por Saceruela, según se ha indicado.

Tengo que ocuparme todavía de otros caminos romanos en la parte Norte del gran cuadrilátero examinado, y empezaré por uno del que he hecho alguna indicación: en las crónicas y reseñas de antiguas expediciones se cita frecuentemente el camino de Toledo á Guadalupe, por Espinoso del Rey, ó el de Talavera á estos mismos lugares; pero anteponiendo el de Alcaudete de la Jara: el citarse en ambos casos á Espinoso del Rey, y el existir en la CARPETANIA una población de ÍSPINVM, nombrada por Tolomeo, aunque la situe al Sudeste de TOLÉTVM, me hace pensar si correspondería á la misma de Espinoso, contra la respetable opinión de mi amigo el Sr. de Fernández Guerra, que la coloca en Nuestra Señora de Valdespino, del término de Consuegra; si fuese exacta mi conjetura, habría un nuevo dato para suponer por allí el paso de otra vía romana: nada hay que oponer por la graduación de Tolomeo, porque á SISAPONA la coloca al Sur de Toledo y á ORÉTVM al Sudoeste, á pesar de ser sus situaciones tan conocidas y contrarias. El camino podría ir por Guadamur y Polán, donde hay muchos restos antiguos, recuerdos de batallas y en el primero la dehesa de Castrejón, así como en el segundo fuerte castillo, llamándose allí camino real viejo; además, en término de Polán se halla el despoblado de Alpuébrega, que llevaba el nombre de Alpóbrega en 1241, cuando se decretó su repoblación, lo que prueba su notable antigüedad; más adelante pasaría cerca de las ruinas de Los Castíllos, en la jurisdicción de Gálvez, y seguiría á la bailía de Templarios de Melque, la cual, según cree el Sr. Fita, se llamó antes Santa María del Balat-el-Melk, es decir, del Camino del Rey, donde ya he señalado la existencia de ruinas: aquí aprovecharía el trozo de calzada romana hacia el castillo de los Montalbánes, que también se citó, siguiendo principalmente antes y después la llamada Vereda Carrilera ó de la Gitana y otros caminos que llevan el nombre de carriles, hasta Espinoso del Rey,

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pasando por Navalucillos: en el término de este último hay las casas del Castillejo, de Navalacarrera, La Retuerta y el huerto de la Romanera, nombres bien significativos. Después, el camino más frecuentado se dirige, con bastante rodeo, por Buenas-Bódas y Gargantilla á Sevilleja de la Jara, que tiene el molino llamado de la Corrota, ó más rectamente por Robledo del Mazo á dicha aldea de Gargantilla. Desde Sevilleja hay camino al pueblo de Puerto de San Vicente, pero el más frecuentado, y que debía ser el antiguo, es el que cruza la divisoria con el Guadiana al Sudoeste y luego la prolongación de la cresta, en que se abre dicho puerto de San Vicente, al lado de la ermita de San Bartolomé, continuando al Sur por la raña del último nombre, hasta incorporarse en el Portillo de la Cijarra con la otra vía descrita. Al lado de la ermita citada se aparta un ramal que cruza el Guadarranque y por el collado de la Sepultura de la Vieja, va más rectamente á Alía y Guadalupe. El camino anterior es uno de los que se consideran más cortos, entre Toledo y el Portillo de la Cijarra, midiendo solamente unas 72 millas, cuando por el puerto del Marchés se cuentan 76. Todo el territorio que cruza se halla sembrado de sitios que se distinguen con los nombres de Matanza, Matamóros ú otros análogos, y en sus cercanías, sobre todo en la parte más montañosa, hay numerosos restos de fortalezas y atalayas: no queda muy distante el despoblado de Malamoneda, que antes se llamó de Buena Moneda, con castillo, ruinas antiguas é inscripciones, y más adelante, hacia el Sur, está la aldea de Piedraescrita, con antigua fortaleza en un ramal de la sierra de Altamira, hallándose allí el Alto del Castillazo y la notable Plaza de las Morádas, que dominan y descubren una considerable extensión de territorio por el Norte, y al Sur hasta la Serena y aún más allá, habiendo sido una de las principales vigías para comunicar con otras fortalezas muy distantes.

No aparece tan probable ni demostrada, la remota existencia del otro camino á Espinoso del Rey por Alcaudete de la Jara, como comunicación para Talavera de la Reina, aunque pudo enlazarse con los caminos romanos de esta ciudad por una ó acaso por las dos orillas del Tajo; ya cité antes el castillo de CÍSELI, cuya existencia se conoce por la insigne lápida que descifró el Sr. Fita,

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y que estaba frente á la unión del río Gébalo: allí hay algunos vestigios de puente sobre el Tajo, que protegería probablemente dicho castillo, y por cierto que este paso fué elegido para cruzar el río en un estudio de ferrocarril desde Talavera, el cual se acercaba á Alcaudete de la Jara, Buenas-Bódas, Gargantilla y Sevilleja de la Jara para cruzar la divisoria con el Guadiana y seguir cerca del pueblo llamado Mina de Santa Quiteria, un poco al Este de la Raña de San Bartolomé. Este proyecto demuestra la bondad del paso, pero se rodearía para tocar en Espinoso del Rey, á no ser que al citar este pueblo, de la anterior comunicación, se hiciese por la proximidad á que se hallaba de la segunda vía.

Otro camino de existencia indudable y seguido también por los primeros estudios de ferrocarril entre el Tajo y Guadiana, que se hicieron según las indicaciones de un campesino conocedor de lo accesible del trayecto, es el que parte de la villa del Puente del Arzobispo, nombre que por sí solo, es claro indicio del cruce de vía antigua, mucho más cuando le precede, como aquí, el de Villafranca, distintivo de muchas poblaciones que obtuvieron franquicias por ser puntos principales de tránsito. El puente, aunque de fines del siglo XIV, fué construído, según Naugerio16, con piedras antiguas, y en él hay dos castillos ó torres para su defensa, existiendo además en la población hospital de la época citada, y en las afueras la casa de Peralosilla, considerándose siempre el puente como paso muy frecuentado para Portugal. El camino sigue al Sur por Villar del Pedroso, donde hay ruinas y lápidas romanas, restos de defensas y de grandes muros, llamados paredes de moros, que confirman los nombres locales de caserío Argamasa, Argamasón, Torralbilla y otros: ya se sabe que es muy frecuente en España llamar ruinas de moros á las de romanos. Muchos han supuesto en este pueblo ó en Villafranca del Puente del Arzobispo á AVGVSTÓBRIGA, por haberse hallado en el primero una inscripción con ese nombre; otros le han dado el de LEUCIANA, y nada de esto puede admitirse hoy bajo ningún concepto.

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El camino seguía por cerca de Aldeanueva de San Bartolomé, que está sobre el arroyo Andilucha, y entre Mohédas de la Jara y El Campillo: en el primer pueblo, apellidado antes de Mohédas, hay cercados, restos de muros muy antiguos y puente en el arroyo, llamándose el camino real de Valladolid á Andalucía: desde el segundo se extienden las ruinas en unos 5 kilómetros hacia el arroyo Cuvilar y casi hasta el tercero, hallándose todo lleno de construcciones ruinosas con nombres significativos como los de Torrelamora, Sepultura del Moro y otros: al Noroeste de Mohédas está el cerro de Castrejón con campo atrincherado, que se supone del tiempo de Augusto, y en las alturas próximas hay muchas atalayas. El camino continuaba indudablemente hacia la Raña de San Bartolomé, empalmando con las otras líneas que se han descrito; en realidad forma la más directa y breve entre el Tajo y el Guadiana, y una de las consideradas siempre como más accesibles y frecuentadas entre Castilla y Andalucía. Cornide asegura que no vió trazas de camino romano en este trayecto, pero otros dicen lo contrario y son muchas las razones é indicios que confirman su existencia.

No sé si puede considerarse tan evidente la de otro ramal de camino romano por el puerto de San Vicente y Alía á Guadalupe, aunque algo indican ciertas circunstancias y la elección del sitio para tan famoso monasterio, pues, como creo haber demostrado en otra ocasión, el sitio de todos los primitivos se hallaba siempre cerca de las comunicaciones más antiguas y frecuentadas, en vez de aislados ó en desiertos, y aquello era lo natural: verdad es que este se encontraría bastante próximo al paso de otras vías indudables, como la que va por el Portillo de la Cijarra y la que toca en Cañamero, que solo dista 9 kilómetros de Guadalupe. Los otros indicios mencionados son la existencia de un puente antiguo sobre el río Guadarranque, en el sitio de las Ventíllas, entre el puerto de San Vicente y Alía: el despoblado del Casar en esta villa y la existencia cerca de ella, y de su ermita de Santa Catalina, de castillo y ruinas dichas de moros, hallándose además cerca el caserío de Camino-llano, al Noroeste el collado de Valmoríscos y otros sitios con nombres análogos,

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llamándose generalmente á la vía camino real de Toledo ó Talavera á Guadalupe: la prolongación hasta Cañamero y Logrosán está confirmada, en cierto modo, por el dato de que en la época de la construcción del monasterio existía camino practicable para llevar la piedra á él desde la sierra de San Cristóbal, al Sur de Logrosán, debiendo añadir que, en relaciones bien antiguas, se cita el paso por Guadalupe de los caminos desde Castilla á Mérida ó á Trujillo17: en Guadalupe se han hallado algunas lápidas romanas y hay el albergue llamado Rodeo-alto, el caserío de Roma y el molino de Torrejón. Algunos colocan en Alía la ALEA ó ALIA, citada por Estéfano Bizantino en los Carpetános, y este sería un nuevo dato para afirmar la existencia de calzada romana en esta parte; pero los más creen á esta última la misma ÁLCES del Itinerario de Antonino. Otros afirman que solo existían caminos estrechos y de herradura para llegar al antiguo monasterio, fundado en 1341 y que se supone tomó nombre del río LVPVS: de todos modos, es seguro que, después de la construcción y engrandecimiento del mismo, se abrieron nuevos caminos para llegar á él; uno de estos para el tránsito de los reyes, y por el puerto que se llamó del Rey, al Sur del de San Vicente, así como otro que iba al Norte por las ventas de los Palácios y de Nogáles y al hospital del Obispo, pasando cerca de varios lugares despoblados y del de Navaentresierra, para llegar al puerto de Arrebatacápas y al Villar del Pedroso, camino que se conocía con el nombre de real; además había un tercero que marchaba hacia el puente de Almaraz por Navalvillar de Ibor y Castañar de igual nombre, el cual debía empalmar también cerca de Avellaneda, con la vía de Talavera la Vieja.

Sólo resta señalar un pequeño ramal, de construcción romana probablemente, que enlazaba pueblos donde hay numerosos restos antiguos: este iba desde Villar del Pedroso á Valdelacasa, que tiene el albergue de Torrico, ruinas romanas y piedras con figuras

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de berracos, de las creídas terminales, por el lado del Puente del Arzobispo, al cual es probable fuese también otro camino directo; el que se describe seguía por cerca de Garvín, en que hay igualmente ruinas romanas, lo mismo que en Peraleda de Garvín, por donde continúa, y que tiene además inscripciones; pasa luego por el despoblado de San Román, cruzando el Guadalija por el puente antiguo del Buho, y llega á Talavera la Vieja.

He terminado el examen de todos los caminos romanos ó antiguos, que enlazaban á Mérida con Toledo y de los ramales que los unen, indicando las principales situaciones que pueden asignarse á las mansiones de LACIPEA, LEVCIANA y AVGVSTÓBRIGA, intermedias entre EMÉRITA y TOLÉTVM. Los caminos descritos con datos suficientes para considerarlos romanos y que pueden establecer comunicación directa entre ambas ciudades, son los siguientes, colocándolos en el orden de Norte á Sur: 1.º De Mérida por Trujillo, puente de Almaraz, Calzada de Oropesa, Talavera de la Reina y la Puebla de Montalbán á Toledo, con variantes desde Talavera por Carríches y Riélves, ó por Santa Olalla y Torríjos de los Oliváres á Toledo; los tres últimos trazados en la derecha del Tajo, ó bien por Malpica en la izquierda del mismo río. 2.º De Mérida por Trujillo y Aldeacentenera á Talavera la Vieja y por Calera á Talavera de la Reina, con las prolongaciones á Toledo indicadas en el anterior, ó bien con las variantes desde Talavera la Vieja para empalmar con la otra vía en Calzada de Oropesa, ó por Valdelacasa, Villafranca del Puente del Arzobispo y Las Heréncias á Talavera de l a Reina, siguiendo la orilla izquierda del Tajo. 3.º De Mérida por Miajádas, Zorita, Logrosán, Cañamero, la raña de San Simón, portillo de la Cijarra, ermita de San Bartolomé y Villar del Pedroso á Puente del Arzobispo, con las prolongaciones indicadas á Talavera de la Reina y Toledo por ambas orillas del Tajo: una variación posible de este, es la de seguir desde Cañamero á Guadalupe, Alía y al puerto de San Vicente, para empalmar con el anterior al Norte de la ermita de San Bartolomé, y otra más oriental puede ser la de continuar desde el último punto por Espinoso del Rey y Nuestra Señora de Melque á Toledo. 4.º De Mérida por Santa Amalia, Rena, las dos Orellanas

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y raña de San Simón al portillo de la Cijarra, aprovechando este último trozo de la línea anterior, y luego por el Horcajo de los Móntes, puerto Marchés y Menasálbas á Toledo. 5.º De Mérida por Medellín, Villanueva de la Serena, Puebla de Alcocer y Garbayuela al Horcajo de los Móntes, para seguir por el anterior hasta Toledo: este resulta el más directo y breve: como enlace, algo dudoso entre ambos, puede señalarse el camino desde la raña de San Simón por Herrera del Duque á Fuenlabrada de los Móntes ó Villarta de igual apelación. 6.º De Mérida por Villanueva de la Serena á Capilla, Almadén, Saceruela, caserío de Navaelrincón, torre de Abrán, siguiendo por el puerto del Milagro y Cuerva á Toledo. 7.º y último: de Mérida á Almadén, como en el anterior, y por Abenójar y Luciana á empalmar con el mismo frente á la torre de Abrán: en este se supone una ciudad de AVGVSTÓBRIA, ó mejor AVGVSTÓBRIGA, Cántabra en la unión del río Bullaque con el Alcobilla, y á ella va á parar un corto ramal de enlace desde la vía precedente. Además, se han descrito como ramales, enlaces ó prolongaciones importantes, los caminos de Trujillo por Zorita, Madrigalejo y Campanario á Zalamea de la Serena; el de Horcajo de los Móntes, por Alcoba, al sitio designado para AVGVSTÓBRIGA, prolongándose por Porzuna á Ciudad-Real y Almagro, ó por Piedrabuena á Alárcos y Nuestra Señora de Oreto; por último, los dos trozos desde Garbayuela y de Puebla de Alcocer á Saceruela para continuar por Abenójar, siguiendo desde aquí la otra vía, citada en el Itinerario de Antonino, por Caracuel y la ermita de Oreto á Nuestra Señora de Marllena en la Puebla del Príncipe.

Evidentemente el camino que corresponde mejor á la situación, ya definitiva, de la AVGVSTÓBRIGA Vettona en Talavera la Vieja, es el segundo de los descritos, pasando por esta entre Trujillo y Talavera de la Reina, el cual se presta también á la combinación con algunos pueblos nombrados en el Anónimo de Ravenna; pero la distancia es muy larga y faltan en el Itinerario de Antonino mansiones muy importantes, cuya omisión no puede explicarse. En cambio, el séptimo camino por Almadén á Toledo, admitiendo el empalme, en la primera población, con la vía mal llamada por LVSITANIA, se adapta perfectamente á las distancias, tiene las notables

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comprobaciones de poder colocar á LEVCIANA en un pueblo que casi ha conservado su nombre y de ser conocidamente vía romana; sólo presenta el grave inconveniente de que obliga á suponer la existencia de otra ciudad de AVGVSTÓBRIGA en la CARPETANIA, pues parece poco probable que pudiera llamarse AVGVSTÓBRIA, como la nombra uno de los códices del Itinerario, aunque sea más análogo á la Augustabria citada por el Ravenate.

Antes de terminar, debo advertir que he supuesto de 1.500 metros la milla romana para contar las distancias en mis mapas inéditos, en grande escala y bien detallados, donde casi todos los pueblos están fijos por triangulación, así como en algunas hojas publicadas ya por el Instituto Geográfico; pero como en la mayor parte de los casos he medido los trazados rectos de pueblo á pueblo ó entre los puntos de paso fijos, sin atender á los pequeños recodos del camino, sino en trozos muy contados, viene á resultar que la milla empleada para estas vías debió ser más bien de unos 1.600 metros, observación que ya he tenido ocasión de señalar en otros trabajos análogos.

Madrid 10 de Mayo de 1889.





 
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