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Elio Antonio de Nebrija

Biografía de Elio Antonio de Nebrija (Lebrija, ¿1444?-Alcalá, 1522). Perfil biográfico

La lengua, compañera de todos los saberes

Su pequeña patria (¿1444?-¿1456?)

Grabado de Nebrija en Retratos de españoles ilustres (1791)Antonio Martínez de Cala y Xarana es el nombre que nuestro humanista sustituyó por el latino Aelius Antonius Nebrissensis. El praenomen elegido por Nebrija no fue arbitrario. Lo tomó de una familia ilustre de la Bética, cuyo testimonio había quedado grabado en las inscripciones que él mismo había podido leer en los mármoles de las antigüedades que yacían en aquellos campos andaluces. Como había nacido en Lebrija, antigua Nebrissa, quiso dejar memoria del hecho en su cognomen. Además, Nebrija se jactó de que éste aludía a una conocida plaza fuerte, citada por historiadores antiguos, que había gozado de prestigio. Parece que Nebrija nació en 1444 en ese lugar, hijo de Juan Martínez de Cala e Hinojosa y de Catalina de Xarana y Ojo. Su año de nacimiento no queda totalmente claro por las declaraciones que el propio autor hizo en diferentes lugares, siendo el más relevante de éstos la dedicatoria a don Juan de Zúñiga que estampó al frente de su Vocabulario español-latino (¿1495?, fols. 2r.-4r.), texto decisivo para conocer la biografía de Nebrija. En Lebrija permaneció hasta los quince años (el poema Salve, parva domus alude a ese ambiente), cuando se instaló en Salamanca.

El estudiante decepcionado (¿1457?-¿1462?)

Detalle de la fachada de las Escuelas Mayores de la Universidad de SalamancaEn la Universidad castellana tuvo ocasión de conocer a los profesores de mayor nombradía del momento, según él mismo narró en los preliminares del mentado diccionario. Sin embargo, el joven Nebrija se percató de que, aunque sabios, estos maestros habían preterido la expresión elegante («aunque no en el saber, en el decir sabían poco», dejó dicho el humanista andaluz) en beneficio de una jerga casi ininteligible. Tal fue la decepción experimentada por Nebrija, que éste decidió salir de Castilla, y dirigirse a Bolonia, con diecinueve años, según la declaración del autor en los folios que dedicó a Zúñiga en el Vocabulario.

En Bolonia en brazos del Humanismo italiano (¿1463?-1470)

En esas mismas páginas confesó a sus lectores que no había ido a Bolonia «por la causa que otros van: o para ganar rentas de Iglesia; o para traer fórmulas de derecho civil y canónico; o para trocar mercaderías». La estancia italiana ha sido interpretada, sin embargo, de otra manera. Se duda de la explicación de Nebrija, y se ha propuesto, en su lugar, que tal vez el humanista pretendiera ingresar en el clero. Detalle de una página del Vocabulario latinoAunque no se conoce con exactitud el año en que Nebrija llegó a Bolonia, sí sabemos, según las indagaciones de J. Gil, que se inscribió en el Colegio de los españoles de la ciudad italiana el 2 de marzo de 1465. Según las declaraciones de Nebrija en las palabras que sirven de pórtico al Vocabulario, se marchó a Italia a los 19 años y permaneció allí durante diez años. El problema de datación es mayor porque tampoco conocemos la fecha exacta de publicación del Vocabulario. Si damos por bueno que Nebrija nació en 1444, el humanista de Lebrija habría dejado España en 1463, por lo que los diez años que él mismo dice que duró su estancia, quedarían reducidos a siete. Nuestro autor estuvo en Italia hasta 1470, tiempo de sobra para familiarizarse con la obra de Valla (sobre todo con los Elegantiarum linguae latinae libri sex), de Poliziano, de Pomponio Leto y de otros humanistas que defendían la restitución de la pureza de la lengua latina así como la edición crítica de textos de autores antiguos. La experiencia italiana sirvió al humanista andaluz, en cualquier caso, para reafirmarse en sus propias observaciones sobre la postración en que se hallaba la lengua latina en aquel momento. Tales ideas se fueron haciendo fuertes en Nebrija precisamente cuando éste escuchaba expresarse en la lengua de Cicerón a sus maestros salmantinos, cuyos nombres recuerda en el Vocabulario: Apolonio (Matemáticas), Pascual de Aranda (Filosofía natural) y Pedro de Osma (Filosofía moral).

Su primer mecenas (1470-1473)

A su vuelta, el Arzobispo de Sevilla, a la sazón Alonso de Fonseca, lo hizo secretario y preceptor de su sobrino Juan Rodríguez de Fonseca, a quien tuteló hasta la muerte del Arzobispo. El propio Nebrija cuenta que, después de servir al Arzobispo, decidió ir a Salamanca para enfrentarse a quienes deturpaban la lengua latina, igual que San Pedro y San Pablo se dirigieron a Atenas y a Antioquía con el fin de extender el Cristianismo y contribuir al descrédito de las creencias paganas. Nebrija debió de pensar que, rendida Salamanca, el resto de centros del saber de la península recibiría de buen grado las nuevas ideas, de la misma manera que las enseñanzas de Valla habían ido cuajando en Italia. Así inició nuestro autor su batalla contra los bárbaros.

Carrera académica (Salamanca, 1475-1487). Las Introductiones, su primer best seller

Tras la muerte de Fonseca, Nebrija volvió a Salamanca, donde inició en 1475 su carrera académica como lector de Elocuencia y Poesía. Un año después ganaría la Cátedra de Prima de Gramática. Fue mediante el ejercicio de las funciones propias de su puesto como llegó a atisbar la necesidad de renovar los fundamentos de la enseñanza de la lengua latina. Miniatura de las IntroductionesEn este contexto hay que incardinar la creación de sus Introductiones latinae (1481), que gozaron de gran éxito, como se demuestra por el hecho de que los mil ejemplares de la primera edición se agotaran en un abrir y cerrar de ojos; así como por el número de ediciones y reimpresiones que fueron saliendo de las prensas de 1482 en adelante, según confirman todos los estudios bibliográficos. A partir de la segunda edición (circa 1485), la gramática latina se dividió en cinco libros. También el texto se acompaña, desde la primera edición, de un vocabulario latino-español que se suele llamar Lexicon seu parvum vocabularium [in quo breviter invenies vocabula scolasticis valde necessaria]. Este vocabulario fue creciendo en sucesivas ediciones hasta el punto de que la portada de la de Burgos (1512) ya anunciaba la impresión de diez mil nuevas voces, que se hizo efectiva en la impresión salmantina del año siguiente. En esta edición se añadió también el Oppidorum [...] nomina (una especie de diccionario geográfico de ciudades, ríos, montañas, etc.). En 1495 apareció la tercera redacción de las Introductiones, que constituye la versión definitiva de la obra. A ésta se añade una serie de comentarios de tipo gramatical sobre los cinco libros de la gramática. Va precedida de un prólogo laudatorio dirigido a la Reina Católica.

Grabado de los Reyes CatólicosEn 1485 leyó su primera Repetitio, hoy perdida, titulada De membris et partibus grammaticae. La repetitio era un género de disertación que debía pronunciar cada catedrático de la Universidad de Salamanca sobre la materia que enseñaba. La segunda Repetitio [De corruptis Hispanorum ignorantia quarundam litterarum vocibus] data del año 1486 y sus catorce hojas se solían añadir a las Introductiones, por tratar sobre la pronunciación del latín. Ese año fue importante para Nebrija, porque, aprovechando la estancia de los Reyes Católicos en Salamanca, dio muestra a la Reina de su futura Gramática sobre la lengua castellana al tiempo que leyó ante ella, a instancias de su benefactor, fray Hernando de Talavera, el poema titulado Ferdinandi ac Helisabethae Hispaniae regum clarissimorum profectio ad divinum Iacobum, que venía a cuento de que Isabel y Fernando acababan de dejar Santiago de Compostela.

Su segundo mecenas (1487-1504). La Gramática sobre la lengua castellana

En 1487, Nebrija pudo dejar de enseñar en Salamanca gracias al mecenazgo de don Juan de Zúñiga, que había sido discípulo suyo y que ahora brindaría «ocio y sosiego» a la vida del humanista andaluz, según él mismo confesó. Probablemente antes se casara con doña Isabel Montesinos de Solís, con la que tuvo siete hijos. Fue este un período especialmente fructífero en la producción científica de Nebrija, quien, supongo que para justificar lo invertido por su protector, no oculta la satisfacción por los libros que había conseguido acabar en este tiempo. Lo dejó dicho en las palabras que dedicó a Zúñiga en el Vocabulario: «Y porque toda la cuenta de estos siete años, después que comencé a ser vuestro, vos sea manifiesta [continúa relacionando las obras]». Retrato del cardenal Cisneros (1436-1517), por Juan de Borgoña, en la sala capitular de la Catedral primadaY a Nebrija no le faltaban razones para estar contento. En 1488 se publicó una edición bilingüe de sus Introductiones, a iniciativa de la Reina y con el objeto, según declara el autor, de que las religiosas pudieran aprender algo de latín sin precisar de la ayuda de varones. Principalmente a partir de las Elegantiae de Valla, Nebrija coleccionó una nómina de sinónimos que publicó bajo el rótulo de Differentiae ex Laurentio Valla, Nonio Marcello et Servio Honorato Exceptae (¿1489?). En 1491, el bachiller Vivanco publicó veintidós poemas latinos de Nebrija. En un balance sumario de éstos, despuntan dos recurrencias temáticas: la adulación a los Reyes Católicos −así son la «Felicitación de Año nuevo al Rey», la «Profectio», citada antes−; y la admiración por la Antigüedad −que se ve en los poemas dedicados a las ruinas de Lebrija o de Mérida−. Al año siguiente se imprimió la Gramática sobre la lengua castellana. Al contrario de lo que había ocurrido con las Introductiones, la primera gramática consagrada a una lengua romance no tuvo mucho eco en su tiempo y hubo de esperar hasta el siglo XVIII para que fuera objeto de atención. Del mismo año data el Diccionario latín-español, en cuya dedicatoria, Nebrija se jactó sin ninguna modestia de ser el primero en abrir «tienda de la lengua latina». Probablemente en 1495 salió de las prensas salmantinas el Vocabulario español-latín, cuya edición aumentada, «con más de diez mil vocablos», ya anunciada en la portada de la de Burgos (1512), volvió a imprimirse en Salamanca en 1513. De 1495 probablemente sean también las Elegancias romanzadas, atribuidas a Nebrija, pero no con total seguridad debido a que existen ediciones anteriores debidas a mano diferente. Se editó allí un manojo de sentencias, en su versión castellana, de Stefano Fieschi, cuyo nombre latinizado fue Stephanus Fliscus. Posiblemente al año siguiente aparecieron los Vafre dicta philosophorum, otro repertorio, pero esta vez de sentencias filosóficas de Diógenes Laercio. En 1498 salieron de las prensas salmantinas In Cosmographiae libros [de Pomponio Melo], en que Nebrija se hizo eco de las ideas de Ptolomeo al amparo de las cuales defendió que la Tierra ocupaba el centro del universo. Entre los muchos temas de que da cuenta aquí nuestro autor, se halla el estudio de las diferencias en la magnitud de los días, que luego tratará en la Tabla de la diversidad de los días y las horas (¿1516-1517?). No se dejó Nebrija en el tintero la inclusión de un vocabulario de cosmografía, que ocupaba el último capítulo y que pasaría a formar parte de una obra mayor que quedó inédita a la muerte del autor.

Al morir el titular de la Cátedra de Prima de Gramática de la Universidad de Salamanca, la institución castellana pidió a Nebrija que éste optara a ocuparla. Sin embargo, aunque lo hizo y la ganó, no se llegó a incorporar para no renunciar al mecenazgo de Zúñiga. Publicó en ese tiempo De vi ac potestate litterarum (1503), donde retoma el asunto principal de su Repetitio segunda (1486). Nebrija se ocupó en esta obra por un lado de temas generales de ortografía; y por otro de la comparación de la ortografía de las lenguas griega, hebrea y latina. Del mismo año es el comentario crítico a Persio; y probablemente de unos años atrás, 1500, el consagrado a Prudencio.

Contra los teólogos. Deza contra Nebrija (a partir de 1502)

Portada de la Biblia políglota complutenseA principios del nuevo siglo se había publicado asimismo la colección de himnos eclesiásticos titulada Hymnorum recognitio cum aurea illorum expositione (1501), que a partir de la edición de 1502 se imprimieron bajo el rótulo de Aurea expositio hymnorum. A los textos, Nebrija añadió un comentario gramatical de las estrofas con el fin de precisar su sentido. En ese tiempo y al amparo del cardenal Cisneros, Nebrija formó parte del equipo encargado de la confección de la Biblia políglota. Sin embargo, por los hechos que conocemos, las opiniones de Nebrija no fueron siempre del gusto de los teólogos que participaban en la preparación de la Políglota. Mientras que nuestro humanista pretendía revisar el texto de la Vulgata, los teólogos que participaban en esta empresa pensaban que éste debía permanecer inalterable. Se llegó al extremo de denunciar a nuestro autor ante la Inquisición, de cuya acción logró zafarse gracias a la intervención de Cisneros. Por fortuna hemos conservado una carta dirigida por Nebrija al Cardenal en que el humanista andaluz da cuenta de lo ocurrido. De este momento es su Apología (1507), opúsculo en que justifica sus comentarios a la Sagrada Escritura. Hasta 1516, y en tercer intento, Nebrija no pudo publicar estos comentarios lexicográficos y gramaticales. Ambas obras pudieron salir de la imprenta gracias a que el inquisidor Deza, principal enemigo de Nebrija, había sido sustituido.

Carrera académica (Salamanca, 1505-1513). Los nuevos diccionarios

Obligado por las circunstancias, sobre todo por la muerte acaecida en 1504 de su principal protector y mecenas don Juan de Zúñiga, volvió a Salamanca, en cuya Universidad tomó posesión en 1505 de la misma cátedra a que había renunciado recientemente, cuyo titular había muerto prematuramente. Al año siguiente leyó su tercera Repetitio: De peregrinarum dictionum accentu; y publicó el Diccionario de Derecho civil (Iuris Civilis Lexicon) en el mismo volumen que otros trabajos suyos de la misma materia. Portada de la Graámatica sobre la lengua castellanaLa obra conjunta se llamó Aenigmata Iuris Civilis, aunque no todos los ejemplares conservados de esta primera edición contienen el conjunto de obras a que acabo de aludir. En 1507 pronunció su cuarta Repetitio: De etimologia dictionis, que probablemente no se llegó a publicar. De litteris hebraicis y De litteris graecis son también de ese año. Ambos trataditos se consagraron principalmente a asuntos de fonética, ortografía y pronunciación del hebreo y el griego, respectivamente. En 1508 pronunció su Repetitio quinta De analogia hoc est proportione. Al año siguiente se declaró vacante la cátedra que ocupaba, tras estar ausente desde el año anterior. Tal vez para compensarlo, ese mismo año fue nombrado cronista real, y enseguida tomó posesión, en octubre de 1509, de una nueva cátedra, esta vez de Retórica. Se dio la circunstancia de que, al presentarse Nebrija ante el Rey para agradecerle el nombramiento como cronista, el secretario real, Miguel de Almazán, pidió a nuestro autor un tratado que le sirviera para la educación de sus hijos. Ese es el origen de la obra manuscrita titulada De liberis educandis. Entre 1510 y 1512 pronunció sus últimas repetitiones: la sexta De mensuris (1510); la séptima De ponderibus (1511); la octava De numeris (1512) y la novena De accentu latino aut latinitate Donato (1513). Como se aprecia por los títulos, la sexta, séptima y octava están relacionadas en su contenido y forman una unidad, por lo que no extraña que años más tarde se publicaran juntas bajo el rótulo De ponderibus (1527).

En 1510 se publicó el comentario crítico al poema de Sedulio Paschale, obra que ya contaba con los comentarios de Juan Sobrarias, aunque Nebrija mejoró mucho éstos aludiendo a nuevas fuentes y pasajes antiguos que el primer comentarista había pasado por alto; en 1511 las Opera de Anglería y al año siguiente, posiblemente, los Carmina ex diversis auctoribus, in calendarium rationem collecta, repertorio formado por veintiséis axiomas compuestos en verso en lengua latina tomados de diferentes autores.

Íncipit y prólogo de la Gramática sobre la lengua castellanaLos Oppidorum [...] nomina (¿1510?) venían a sumarse a la serie de trabajos lexicográficos a los que se había consagrado Nebrija. En 1536, sus hijos consiguieron publicar una versión corregida de tres de los diccionarios, el latín-español, el español-latín y el geográfico (Oppidorum nomina). La costumbre editorial de imprimir estos tres diccionarios juntos se ha venido denominando Diccionario triplex. Al dividirse el diccionario geográfico en dos, éste se denominará Diccionario quadruplex. La nombradía de Nebrija hizo que algunas obras lexicográficas como los Diccionarios latín-catalán y catalán-latín (1507), realizados por Gabriel Busa, aparecieran atribuidos a nuestro autor. Lo mismo ocurrió con el Diccionario latín-francés (1516), cuyo verdadero autor nos es desconocido. Estas empresas, no obstante, se llevaron a cabo siguiendo los trabajos de Nebrija.

Carrera académica (Alcalá, 1514-1522). Los trabajos sobre las escrituras y la medicina

En 1513, al quedar de nuevo vacante la Cátedra de Prima de Gramática, por la muerte de su titular, Nebrija optó a ella, por estar mejor pagada que la que él ocupaba, sin éxito y con cierta vejación al serle concedida a un joven desconocido llamado García del Castillo. A partir de ese momento abandonó Salamanca y su Universidad. Tras una breve estancia sevillana en la que ocupó la Cátedra de San Miguel, Cisneros, que seguía apoyando a Nebrija, concedió a éste la Cátedra de Retórica de Alcalá. Ya en su nuevo puesto, editó los Libri minores (1514), colección de obras de autores clásicos tales como Catón, Esopo, San Bernardo, Sulpico Verolamio, etc., que había tenido un enorme éxito en la edición veneciana de 1491 a cargo de Andrés Gutiérrez de Cerezo, quien había sido discípulo de Nebrija en Salamanca. En 1515 publicó en Alcalá la Artis Rhetoricae compendiosa coaptatio, en que remeda sin mucha novedad la obra de Aristóteles, Cicerón y Quintiliano. Al año siguiente, por fin pudo ver en letras de molde la Tertia quinquagena, que contiene los cincuenta (en las primeras ediciones falta, no obstante, uno) comentarios a las Sagradas Escrituras realizados por Nebrija y que toparon con el Inquisidor General; de hecho tertia se debe a que nuestro humanista consiguió su publicación después de dos intentos anteriores frustrados. En ese mismo año aparecieron los Segmenta ex epistolis Petri, Pauli, Iacobi et Ioannis (1516), que constituyen un texto de lectura escolar sobre todo preparado por Nebrija, quien se afanó en puntuar y corregir fragmentos de las epístolas de los autores nombrados en el título; y el Santuarium o Sanctorale, que contiene cuatro opúsculos que suman cuarenta y tres vidas de santos. Intervino aquí Nebrija no siempre como autor sino como corrector en algunos casos; así parece que ocurrió en la Passio Domini hexametris versibus composita, seguramente obra de Lucio Marineo Sículo. De 1517 son las Reglas de Orthographia de la lengua castellana; y al año siguiente apareció el Lexicon vocum quae ad medicamentariam artem pertinent, que se imprimió al final de la edición de la obra de Dioscórides preparada por Nebrija.

Fachada del Colegio Mayor de San Ildefonso, de Rodrigo Gil de Hontañón (1543), en la Universidad de AlcaláTambién la Historia llamó la atención de Nebrija. Hemos conservado el índice y algunos capítulos del primero de los cinco libros de las Antigüedades de España, obra que no se llegó a imprimir. Ya muerto Nebrija, en 1545, se estamparon dos tratados en que se narran las guerras de Navarra [De bello Navariense] y Granada [Rerum… gestarum decades duae]. Ambos son traducciones libres con aportaciones personales, la primera de Luis de Correa, aunque, como ha demostrado el profesor G. Hinojo, Nebrija utilizó también la obra de Juan López de Palacios Rubios, además de documentos oficiales de Fernando el Católico y de la correspondencia del monarca con Diego de Deza; y la segunda de la Crónica de Pulgar.

En 1522 prologó el poema latino de Alvar Gómez Thalichristia. Ese mismo año, el 2 de julio, murió en Alcalá, después de dedicar su vida a la empresa de demostrar que no había saber si éste no era expresado con propiedad léxica y elegancia del decir.

José María Ferri Coll
Universidad de Alicante

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