—52→
Valdivia con pocos españoles y algunos indios amigos
camina a la casa de Tucapel para hacer el castigo. Mátanle
los araucanos a los corredores en el camino en un paso estrecho
y danle después la batalla, en la cual fue muerto
él y toda su gente por el gran esfuerzo y valentía
de Lautaro.
¡Oh incurable mal! ¡oh gran fatiga | |||
con tanta diligencia alimentada! | |||
Vicio común y pegajosa liga, | |||
voluntad sin razón desenfrenada; | |||
del provecho y bien público enemiga; | 5 | ||
sedienta bestia, hidrópica hinchada, | |||
principio y fin de todos nuestros males. | |||
¡Oh insaciable codicia de mortales! | |||
No en el pomposo estado a los señores | |||
contentos en el alto asiento vemos, | 10 | ||
ni a pobrecillos bajos labradores | |||
libres de esta dolencia conocemos: | |||
ni el deseo y ambición de ser mayores | |||
que tenga fin y límite sabemos: | |||
el fausto, la riqueza y el estado, | 15 | ||
hincha, pero no harta, al más templado. | |||
—53→ | |||
A Valdivia mirad, de pobre infante | |||
si era poco el estado que tenía, | |||
cincuenta mil vasallos que delante | |||
le ofrecen doce marcos de oro al día: | 20 | ||
esto y aun mucho más no era bastante, | |||
y así la hambre allí lo detenía; | |||
codicia fue ocasión de tanta guerra, | |||
y perdición total de aquesta tierra. | |||
Ésta fue quien halló los apartados | 25 | ||
indios de las antárticas regiones; | |||
por ésta eran sin orden trabajados | |||
con dura imposición y vejaciones: | |||
pero rotas las cinchas de apretados, | |||
buscaron modo y nuevas invenciones | 30 | ||
de libertad, con áspera venganza, | |||
levantando el trabajo la esperanza. | |||
Cuán cierto es, cómo claro conocemos, | |||
que al doliente en salud consejos damos, | |||
y aprovecharnos dellos no sabemos; | 35 | ||
pero de predicarlos nos preciamos. | |||
Cuando en la sosegada paz nos vemos, | |||
¡qué bien la dura guerra platicamos! | |||
¡Qué bien damos consejos y razones | |||
lejos de los peligros y ocasiones! | 40 | ||
¡Cómo de los que yerran abominan | |||
los que están libres en seguro puerto! | |||
¡Qué bien de allí las cosas encaminan, | |||
y dan en todo un medio y buen concierto! | |||
¡Con qué facilidad se determinan, | 45 | ||
visto el suceso y daño descubierto! | |||
Dios sabe aquel que la derecha vía, | |||
metido en la ocasión, acertaría. | |||
—54→ | |||
Valdivia iba siguiendo su jornada, | |||
y el duro disponer del hado duro, | 50 | ||
no con la furia y priesa acostumbrada, | |||
présago y con temor de mal futuro: | |||
sospechoso de bárbara emboscada, | |||
por hacer el camino más seguro, | |||
echó algunos delante para prueba, | 55 | ||
pero jamás volvieron con la nueva. | |||
Viendo los nuestros ya que al plazo puesto | |||
los tardos corredores no volvían, | |||
unos juzgan el daño manifiesto, | |||
otros impedimentos les ponían: | 60 | ||
hubo consejo y parecer sobre esto; | |||
al cabo en caminar se resolvían, | |||
ofreciéndose todos a una suerte, | |||
a un mismo caso y a una misma muerte. | |||
Aunque el temor allí tras esto vino, | 65 | ||
en sus valientes brazos se atrevieron, | |||
y a su próspera suerte y buen destino | |||
el dudoso suceso cometieron: | |||
no dos leguas andadas del camino, | |||
las amigas cabezas conocieron, | 70 | ||
de los sangrientos cuerpos apartadas, | |||
y en empinados troncos levantadas. | |||
No el horrendo espectáculo presente | |||
causó en los firmes ánimos mudanza; | |||
antes con ira y cólera impaciente | 75 | ||
se encienden más, sedientos de venganza: | |||
y de rabia incitados nuevamente | |||
maldicen y murmuran la tardanza: | |||
sólo Valdivia calla y teme el punto; | |||
pero rompió el silencio y pena junto | 80 | ||
—55→ | |||
diciendo: «¡Oh compañeros! do se encierra | |||
todo esfuerzo, valor y entendimiento: | |||
ya veis la desvergüenza de la tierra, | |||
que en nuestro daño da bandera al viento: | |||
veis quebrada la fe, rota la guerra, | 85 | ||
los pactos van del todo en rompimiento: | |||
siento la áspera trompa en el oído, | |||
y veo un fuego diabólico encendido. | |||
»Bien conocéis la fuerza del estado; | |||
con tanto daño nuestro autorizada: | 90 | ||
mirad lo que Fortuna os ha ayudado | |||
guiando con su mano vuestra espada; | |||
el trabajo y la sangre que ha costado, | |||
que de ella está la tierra alimentada; | |||
y pues tenemos tiempo y aparejo, | 95 | ||
será bueno tomar nuevo consejo. | |||
»Quien éstos son tendréis en la memoria, | |||
pues hay tanta razón de conocellos, | |||
que si de ellos no hubiésemos vitoria | |||
y en campo no pudiésemos vencellos, | 100 | ||
será tal su arrogancia y vanagloria, | |||
que el mundo no podrá después con ellos; | |||
dudoso estoy, no sé, no sé qué haga | |||
que a nuestro honor y causa satisfaga.» | |||
La poca edad y menos experiencia | 105 | ||
de los mozos livianos que allí había, | |||
descubrió con la usada inadvertencia | |||
a tal tiempo su necia valentía, | |||
diciendo: «¡Oh capitán! danos licencia | |||
que solos diez sin otra compañía | 110 | ||
el bando asolaremos araucano, | |||
y haremos el camino y paso llano. | |||
—56→ | |||
»Lo que jamás hicimos en estrecho, | |||
no es bien por nuestro honor que lo hagamos, | |||
pues cierto es, que cuanto habemos hecho, | 115 | ||
volviendo atrás un paso, lo manchamos: | |||
mostremos al peligro osado pecho, | |||
que en él está la gloria que buscamos.» | |||
Valdivia, de la réplica sentido, | |||
enmudeció de rabia y de corrido. | 120 | ||
¡Oh, Valdivia, varón acreditado! | |||
¡Cuánto la verde plática sentiste! | |||
No solías tú temer como soldado; | |||
mas de buen capitán ahora temiste: | |||
vas a precisa muerte condenado, | 125 | ||
que como diestro y sabio la entendiste; | |||
pero quieres perder antes la vida | |||
que sea en ti una flaqueza conocida. | |||
En esto acaso llega un indio amigo, | |||
y a sus pies en voz alta arrodillado | 130 | ||
le dice: «¡Oh capitán! mira que digo | |||
que no pases el término vedado: | |||
veinte mil conjurados, yo testigo, | |||
en Tucapel te esperan, protestado | |||
de pasar sin temor la muerte honrosa | 135 | ||
antes que vivir vida vergonzosa.» | |||
Alguna turbación dio de repente | |||
lo que el amigo bárbaro propuso: | |||
discurre un miedo helado por la gente; | |||
la triste muerte en medio se les puso: | 140 | ||
pero el gobernador osadamente, | |||
que también hasta allí estuvo confuso, | |||
les dice: «Caballeros, ¿qué dudamos? | |||
¿Sin ver los enemigos nos turbamos?» | |||
—57→ | |||
Al caballo con ánimo hiriendo, | 145 | ||
sin más les persuadir, rompe la vía, | |||
de los miembros el miedo sacudiendo, | |||
le sigue la esforzada compañía: | |||
y en breve espacio el valle descubriendo | |||
de Tucapel, bien lejos parecía | 150 | ||
el muro, antes vistoso levantado, | |||
por los anchos cimientos asolado. | |||
Valdivia aquí paró, y dijo: «¡Oh constante | |||
española nación de confianza! | |||
Por tierra está el castillo tan pujante, | 155 | ||
que en él solo estribaba mi esperanza: | |||
el pérfido enemigo veis delante; | |||
ya os amenaza la contraria lanza: | |||
en esto más no tengo que avisaros, | |||
pues sólo el pelear puede salvaros.» | 160 | ||
Estaba como digo así hablando, | |||
que aún no acababa bien estas razones, | |||
cuando por todas partes rodeando | |||
los iban con espesos escuadrones, | |||
las astas de anchos hierros blandeando, | 165 | ||
gritando: «¡Engañadores y ladrones! | |||
La tierra dejaréis hoy con la vida, | |||
pagándonos la deuda tan debida.» | |||
Viendo Valdivia serle ya forzoso | |||
que la fuerza y fortuna se probase, | 170 | ||
mandó que al escuadrón menos copioso | |||
y más vecino, a fin que no cerrase, | |||
saliese Bobadilla, el cual furioso, | |||
sin que Valdivia más le amonestase, | |||
con poca gente y con esfuerzo grande, | 175 | ||
asalta el escuadrón de Mareande. | |||
—58→ | |||
La piquería del bárbaro calada, | |||
a los pocos soldados atendía; | |||
pero al tiempo del golpe levantada, | |||
abriendo un gran portillo, se desvía; | 180 | ||
dales sin resistir franca la entrada, | |||
y en medio el escuadrón los recogía; | |||
las hileras abiertas se cerraron, | |||
y dentro a los cristianos sepultaron. | |||
Como el caimán hambriento, cuando siente | 185 | ||
el escuadrón de peces, que cortando | |||
viene con gran bullicio la corriente, | |||
el agua clara en torno alborotando, | |||
que, abriendo la gran boca, cautamente | |||
recoge allí el pescado, y apretando | 190 | ||
las cóncavas quijadas lo deshace, | |||
y al insaciable vientre satisface: | |||
pues de aquella manera recogido | |||
fue el pequeño escuadrón del homicida, | |||
y en un espacio breve consumido, | 195 | ||
sin escapar cristiano con la vida: | |||
ya el araucano ejército movido | |||
por la ronca trompeta obedecida, | |||
con gran estruendo y pasos ordenados | |||
cerraba sin temor por todos lados. | 200 | ||
La escuadra de Mareande encarnizada | |||
tendía el paso con más atrevimiento; | |||
viéndola así Valdivia adelantada, | |||
no escarmentado, manda a su sargento, | |||
que, escogiendo la gente más granada, | 205 | ||
dé sobre ella con recio movimiento; | |||
pero diez españoles solamente | |||
pusieron a la muerte osada frente. | |||
—59→ | |||
Contra el escuadrón bárbaro importuno, | |||
ir se dejan sin miedo a rienda floja, | 210 | ||
y en el encuentro de los diez, ninguno | |||
dejó allí de sacar la lanza roja: | |||
desocupó la silla sólo uno, | |||
que con la basca y última congoja | |||
de la rabiosa muerte el pecho abierto, | 215 | ||
sobre la llaga en tierra cayó muerto. | |||
Y los nueve después también cayeron, | |||
haciendo tales hechos señalados, | |||
que digna y justamente merecieron | |||
ser de la eterna fama levantados: | 220 | ||
hechos pedazos todos diez murieron, | |||
quedando de su muerte antes vengados: | |||
en esto la española trompa oída | |||
dio la postrer señal de arremetida. | |||
Salen los españoles de tal suerte | 225 | ||
los dientes y las lanzas apretando, | |||
que de cuatro escuadrones, al más fuerte | |||
le van un largo trecho retirando: | |||
hieren, dañan, tropellan, dan la muerte, | |||
piernas, brazos, cabezas cercenando: | 230 | ||
los bárbaros por esto no se admiran, | |||
antes cobran el campo y los retiran. | |||
Sobre la vida y muerte se contiende, | |||
perdone Dios a aquel que allí cayere; | |||
del un bando y del otro así se ofende, | 235 | ||
que de ambas partes mucha gente muere: | |||
bien se estima la plaza y se defiende; | |||
volver un paso atrás ninguno quiere: | |||
cubre la roja sangre todo el prado, | |||
tornándole, de verde, colorado. | 240 | ||
—60→ | |||
Del rigor de las armas homicidas | |||
los templados arneses reteñían, | |||
y las vivas entrañas escondidas | |||
con carniceros golpes descubrían: | |||
cabezas de los cuerpos divididas, | 245 | ||
que aún el vital espíritu tenían, | |||
por el sangriento campo iban rodando, | |||
vueltos los ojos ya paladeando. | |||
El enemigo hierro riguroso | |||
todo en color de sangre lo convierte; | 250 | ||
siempre el acometer es más furioso, | |||
pero ya el combatir es menos fuerte; | |||
ninguno allí pretende otro reposo | |||
que el último reposo de la muerte: | |||
el más medroso atiende con cuidado | 255 | ||
a sólo procurar morir vengado. | |||
La rabia de la muerte y fin presente | |||
crió en los nuestros fuerza tan extraña, | |||
que con deshonra y daño de la gente | |||
pierden los araucanos la campaña: | 260 | ||
al fin dan las espaldas, claramente | |||
suenan voces: «¡Vitoria! ¡España! ¡España!» | |||
Mas el incontrastable y duro hado | |||
dio un extraño principio a lo ordenado. | |||
Un hijo de un cacique conocido, | 265 | ||
que a Valdivia de paje le servía, | |||
acariciado dél y favorido, | |||
en su servicio a la sazón venía; | |||
del amor de su patria conmovido, | |||
viendo que a más andar se retraía, | 270 | ||
comienza a grandes voces a animarla, | |||
y con tales razones a incitarla: | |||
—61→ | |||
«¡Oh ciega gente, del temor guiada! | |||
¿A dó volvéis los temerosos pechos? | |||
Que la fama en mil años alcanzada | 275 | ||
aquí perece y todos vuestros hechos: | |||
la fuerza pierden hoy, jamás violada, | |||
vuestras leyes, los fueros y derechos: | |||
de señores, de libres, de temidos, | |||
quedáis siervos, sujetos y abatidos. | 280 | ||
»Mancháis la clara estirpe y decendencia, | |||
y engerís en el tronco generoso | |||
una incurable plaga, una dolencia, | |||
un deshonor perpetuo, ignominioso: | |||
mirad de los contrarios la impotencia, | 285 | ||
la falta del aliento, y el fogoso | |||
latir de los caballos, las ijadas | |||
llenas de sangre y de sudor bañadas. | |||
»No os desnudéis del hábito y costumbre | |||
que de nuestros abuelos mantenemos, | 290 | ||
ni el araucano nombre de la cumbre | |||
a estado tan infame derribemos: | |||
huid el grave yugo y servidumbre; | |||
al duro hierro osado pecho demos; | |||
¿por qué mostráis espaldas esforzadas | 295 | ||
que son de los peligros reservadas? | |||
»Fijad esto que digo en la memoria, | |||
que el ciego y torpe miedo os va turbando; | |||
dejad de vos al mundo eterna historia, | |||
vuestra sujeta patria libertando: | 300 | ||
volved, no rehuséis tan gran vitoria, | |||
que os está el hado próspero llamando: | |||
a lo menos firmad el pie ligero, | |||
veréis cómo en defensa vuestra muero.» | |||
—62→ | |||
En esto una nervosa y gruesa lanza | 305 | ||
contra Valdivia, su señor, blandía: | |||
dando de sí gran muestra y esperanza, | |||
por más los persuadir arremetía; | |||
y entre el hierro español así se lanza | |||
como con gran calor en agua fría | 310 | ||
se arroja el ciervo en el caliente estío, | |||
para templar el sol con algún frío. | |||
De sólo el primer bote uno atraviesa, | |||
otro apunta por medio del costado, | |||
y aunque la dura lanza era muy gruesa | 315 | ||
salió el hierro sangriento al otro lado: | |||
salta, vuelve, revuelve con gran priesa | |||
y barrenando el muslo a otro soldado, | |||
en él la fuerte pica fue rompida, | |||
quedando un grueso trozo en la herida. | 320 | ||
Rota la asta dañosa, luego aferra | |||
del suelo una pesada y dura maza; | |||
mata, hiere, destroza y echa a tierra, | |||
haciendo en breve espacio larga plaza: | |||
en él se resumió toda la guerra; | 325 | ||
cesa el alcance y dan en él la caza; | |||
mas él aquí y allí va tan liviano, | |||
que hieren por herirle el aire vano. | |||
¿De quién prueba se oyó tan espantosa, | |||
ni en antigua escritura se ha leído, | 330 | ||
que estando de la parte vitoriosa | |||
se pase a la contraria del vencido? | |||
¿Y que sólo valor, y no otra cosa, | |||
de un bárbaro muchacho, haya podido | |||
arrebatar por fuerza a los cristianos | 335 | ||
una tan gran vitoria de las manos? | |||
—63→ | |||
No los dos Publios Decios, que las vidas | |||
sacrificaron por la patria amada, | |||
ni Curcio, Horacio, Scevola y Leonidas | |||
dieron muestra de sí tan señalada: | 340 | ||
ni aquellos que en las guerras más reñidas | |||
alcanzaron gran fama por la espada, | |||
Furio, Marcelo, Fulvio, Cincinato, | |||
Marco Sergio, Filón, Sceva y Dentato. | |||
Decidme: estos famosos, ¿qué hicieron | 345 | ||
que al hecho deste bárbaro igual fuese? | |||
¿Qué empresa o qué batalla acometieron | |||
que a lo menos en duda no estuviese? | |||
¿A que riesgo y peligro se pusieron | |||
que la sed del reinar no los moviese; | 350 | ||
y de intereses grandes insistidos | |||
que a los tímidos hacen atrevidos? | |||
Muchos emprenden hechos hazañosos | |||
y se ofrecen con ánimo a la muerte, | |||
de fama y vanagloria codiciosos, | 355 | ||
que no saben sufrir un golpe fuerte; | |||
mostrándose constantes y animosos, | |||
hasta que ven ya declinar su suerte, | |||
faltándoles valor y esfuerzo a una, | |||
roto el crédito frágil de fortuna. | 360 | ||
Éste el decreto y la fatal sentencia, | |||
en contra de su patria declarada, | |||
turbó y redujo a nueva diferencia, | |||
y al fin bastó a que fuese revocada: | |||
hizo a Fortuna y Hados resistencia, | 365 | ||
forzó su voluntad determinada, | |||
y contrastó el furor del vitorioso, | |||
sacando vencedor al temeroso. | |||
—64→ | |||
Estaba el suelo de armas ocupado, | |||
y el desigual combate más revuelto, | 370 | ||
cuando Caupolicano reportado, | |||
a las amigas voces había vuelto: | |||
también habían sus gentes reparado, | |||
con vergonzoso ardor en ira envuelto, | |||
de ver que un solo mozo resistía | 375 | ||
a lo que tanta gente no podía. | |||
Cual suele acontecer a los de honrosos | |||
ánimos, de repente inadvertidos, | |||
o cuando en los lugares sospechosos | |||
piensan otros que van desconocidos, | 380 | ||
que en pendencias y encuentros peligrosos | |||
huyen; pero si ven que conocidos | |||
fueron de quien los sigue, avergonzados | |||
vuelven furiosos, del honor forzados: | |||
así los araucanos revolviendo | 385 | ||
contra los vencedores arremeten; | |||
y las rendidas armas esgrimiendo, | |||
a voces de morir todos prometen: | |||
treme y gime la tierra del horrendo | |||
furor con que ambas partes se acometen, | 390 | ||
derramando con rabia y fuerza brava | |||
aquella poca sangre que quedaba. | |||
Diego Oro allí derriba a Paynaguala, | |||
que de una punta le atraviesa el pecho; | |||
pero Caupolicano le señala, | 395 | ||
dejándole gozar poco del hecho. | |||
Al sesgo la ferrada maza cala, | |||
aunque el furioso golpe fue al derecho; | |||
pues quedó por de dentro la celada | |||
de los bullentes sesos rociada. | 400 | ||
—65→ | |||
Tras éste otro tendió desfigurado, | |||
tanto que nunca más fue conocido; | |||
que la armada cabeza y todo el lado | |||
donde el golpe alcanzó quedó molido. | |||
Valdivia con Ongolmo se ha topado, | 405 | ||
y hanse el uno al otro acometido, | |||
hiere Valdivia a Ongolmo en una mano, | |||
haciendo el araucano el golpe en vano. | |||
Pasa recio Valdivia, y va furioso, | |||
que con Ongolmo más no se detiene, | 410 | ||
y adonde Leucotón, mozo animoso, | |||
estaba en una gran pendencia, viene: | |||
que contra Juan de Lamas y Reinoso | |||
solo su parte y opinión mantiene; | |||
el cual con su destreza y mucho seso | 415 | ||
la guerra sustentaba en igual peso. | |||
Partiose esta batalla, porque, cuando | |||
Valdivia llegó adonde combatía, | |||
parte acudió del araucano bando, | |||
que en su ayuda y defensa se metía: | 420 | ||
fuese el daño y destrozo renovando; | |||
de un cabo y de otro gente concurría: | |||
sube el alto rumor a las estrellas, | |||
sacando de los hierros mil centellas. | |||
Gran rato anduvo en término dudoso | 425 | ||
la confusa vitoria de esta guerra, | |||
lleno el aire de estruendo sonoroso, | |||
roja de sangre y húmida la tierra: | |||
quién busca y sólo quiere un fin honroso, | |||
quién a los brazos con el otro cierra, | 430 | ||
y por darle más presto cruda muerte | |||
tienta con el puñal lo menos fuerte. | |||
—66→ | |||
A Juan de Gudiël no le fue sano | |||
el tenerse en la lucha por maestro, | |||
porque sin tiempo y con esfuerzo vano | 435 | ||
cerró con Guaticol, no menos diestro: | |||
y en aquella sazón Purén, su hermano, | |||
que estaba cerca dél, en el siniestro | |||
lado le abrió con daga una herida, | |||
por do la muerte entró y salió la vida. | 440 | ||
—67→ | |||
Andrés de Villarroel, ya enflaquecido | |||
por la falta de sangre derramada, | |||
andaba entre los bárbaros metido | |||
procurando la muerte más honrada. | |||
También Juan de las Peñas, mal herido, | 445 | ||
rompiendo por la espesa gente armada, | |||
se puso junto dél; y así la suerte | |||
los hizo a un tiempo iguales en la muerte. | |||
Era la diferencia incomparable | |||
del número infiël al bautizado: | 450 | ||
es el un escuadrón inumerable, | |||
el otro hasta sesenta numerado: | |||
ya incierta la Fortuna variable, | |||
que dudosa hasta entonces había estado, | |||
aprobó la maldad, y dio por justa | 455 | ||
la causa y opinión hasta allí injusta. | |||
Dos mil amigos bárbaros soldados, | |||
que el bando de Valdivia sustentaban, | |||
en el flechar del arco ejercitados, | |||
el sangriento destrozo acrecentaban | 460 | ||
derramando más sangre, y esforzados | |||
en la muerte también acompañaban | |||
a la española gente, no vencida | |||
en cuanto sustentar pudo la vida. | |||
Cuando de aqueste y cuando de aquel canto | 465 | ||
mostraba el buen Valdivia esfuerzo y arte, | |||
haciendo por la espada todo cuanto | |||
pudiera hacer el poderoso Marte: | |||
no basta a reparar él solo tanto, | |||
que falta de los suyos la más parte: | 470 | ||
los otros, aunque ven su fin tan cierto, | |||
ningún medio pretenden ni concierto. | |||
De dos en dos, de tres en tres cayendo | |||
iba la desangrada y poca gente, | |||
siempre el ímpetu bárbaro creciendo, | 475 | ||
con el ya declarado fin presente: | |||
fuese el número flaco resumiendo | |||
en catorce soldados solamente, | |||
que constantes rendir no se quisieron | |||
hasta que al crudo hierro se rindieron. | 480 | ||
Sólo quedó Valdivia acompañado | |||
de un clérigo, que acaso allí venía; | |||
y viendo así su campo destrozado, | |||
el mal remedio y poca compañía, | |||
dijo: «Pues pelear es excusado, | 485 | ||
procuremos vivir por otra vía.» | |||
Pica en esto al caballo a toda prisa, | |||
tras él corriendo el clérigo de misa. | |||
Cual suelen escapar de los monteros | |||
dos grandes jabalís fieros, cerdosos, | 490 | ||
seguidos de solícitos rastreros | |||
de la campestre sangre codiciosos: | |||
y salen en su alcance los ligeros | |||
lebreles irlandeses generosos; | |||
con no menor codicia y pies livianos | 495 | ||
arrancan tras los míseros cristianos. | |||
—68→ | |||
Tal tempestad de tiros, Señor, lanzan, | |||
cual el turbión que granizando viene: | |||
en fin, a poco trecho los alcanzan, | |||
que un paso cenagoso los detiene: | 500 | ||
los bárbaros sobre ellos se abalanzan: | |||
por valiente el postrero no se tiene: | |||
murió el clérigo luego, y maltratado | |||
trujeron a Valdivia ante el senado. | |||
Caupolicán, gozoso en verle vivo | 505 | ||
y en el estado y término presente, | |||
con voz de vencedor y gesto altivo | |||
le amenaza y pregunta juntamente. | |||
Valdivia, como mísero cautivo, | |||
responde y pide humilde y obediente | 510 | ||
que no le dé la muerte, y que le jura | |||
dejar libre la tierra en paz segura. | |||
Cuentan que estuvo de tomar movido | |||
del contrito Valdivia aquel consejo; | |||
mas un pariente suyo empedernido, | 515 | ||
a quien él respetaba por ser viejo, | |||
le dice: «¿Por dar crédito a un rendido | |||
quieres perder tal tiempo y aparejo?» | |||
Y apuntando a Valdivia en el celebro | |||
descarga un gran bastón de duro enebro. | 520 | ||
Como el furioso toro, que apremiado | |||
con fuerte amarra al palo, está bramando, | |||
de la tímida gente rodeado, | |||
que con admiración le está mirando; | |||
y el diestro carnicero ejercitado, | 525 | ||
el grave y duro mazo levantando, | |||
recio al cogote cóncavo deciende, | |||
y muerto estremeciéndose le tiende: | |||
—69→ | |||
así el determinado viejo cano, | |||
que a Valdivia escuchaba con mal ceño, | 530 | ||
ayudándose de una y otra mano, | |||
en alto levantó el ferrado leño: | |||
no hizo el crudo viejo golpe en vano, | |||
que a Valdivia entregó al eterno sueño, | |||
y en el suelo con súbita caïda, | 535 | ||
estremeciendo el cuerpo, dio la vida. | |||
Llamábase este bárbaro Leocato, | |||
y el gran Caupolicán dello enojado, | |||
quiso enmendar el libre desacato, | |||
pero fue del ejército rogado; | 540 | ||
salió el viejo de aquello al fin barato, | |||
y el destrozo del todo fue acabado, | |||
que no escapó cristiano de esta prueba | |||
para poder llevar la triste nueva. | |||
Dos bárbaros quedaron con la vida | 545 | ||
solos de los tres mil; que como vieron | |||
la gente nuestra rota y de vencida, | |||
en un jaral espeso se escondieron: | |||
de allí vieron el fin de la reñida | |||
guerra, y puestos en salvo lo dijeron, | 550 | ||
que como las estrellas se mostraron, | |||
sin ser de nadie vistos se escaparon. | |||
La escura noche en esto se subía | |||
a más andar a la mitad del cielo, | |||
y con las alas lóbregas cubría | 555 | ||
el orbe y redondez del ancho suelo: | |||
cuando la vencedora compañía, | |||
arrimadas las armas sin recelo, | |||
danzas en anchos cercos ordenaban, | |||
donde la gran vitoria celebraban. | 560 | ||
—70→ | |||
Fue la nueva en un punto discurriendo | |||
por todo el araucano regimiento, | |||
y antes que el Sol se fuese descubriendo | |||
el campo se cubrió de bastimento; | |||
gran multitud de gente concurriendo, | 565 | ||
se forma un general ayuntamiento | |||
de mozos, viejos, niños y mujeres, | |||
partícipes en todos los placeres. | |||
Cuando la luz las aves anunciaban, | |||
y alegres sus cantares repetían, | 570 | ||
un sitio de altos árboles cercaban, | |||
que una espaciosa plaza contenían: | |||
y en ellos las cabezas empalaban | |||
que de españoles cuerpos dividían: | |||
los troncos, de sus ramas despojados, | 575 | ||
eran de los despojos adornados; | |||
y dentro de aquel círculo y asiento, | |||
cercado de una amena y gran floresta, | |||
en memoria y honor del vencimiento, | |||
celebran de beber la alegre fiesta: | 580 | ||
el vino así aumentó el atrevimiento | |||
que España en gran peligro estaba puesta; | |||
pues que promete el mínimo soldado | |||
de no dejar cimiento levantado. | |||
Era allí la opinión generalmente | 585 | ||
que sin tardar, doblando las jornadas, | |||
partiese un grueso número de gente | |||
a dar en las ciudades descuidadas: | |||
que tomadas de salto y de repente, | |||
serían con solo el miedo arruïnadas; | 590 | ||
y la patria en su honor restituïda | |||
no dejando cristiano con la vida. | |||
—71→ | |||
Y dado orden bastante, y esto hecho, | |||
para acabar de ejecutar su saña | |||
con gran poder y ejército, de hecho | 595 | ||
querían pasar la vuelta de la España: | |||
pensándola poner en tanto estrecho, | |||
por fuerza de armas, puestos en campaña, | |||
que fuesen cultivadas las iberas | |||
tierras de las naciones extranjeras. | 600 | ||
El hijo de Leocano bien entiende | |||
el vano intento, y quiere desviarlo, | |||
que como diestro y sabio, otro pretende, | |||
y por mejor camino enderezarlo: | |||
el tiempo espera y la sazón atiende | 605 | ||
que estén mejor dispuestos a tratarlo: | |||
la fiesta era acabada y borrachera, | |||
cuando a todos los habla en tal manera: | |||
«Menos que vos, señores, no pretendo | |||
la dulce libertad tan estimada, | 610 | ||
ni que sea nuestra patria, yo defiendo, | |||
en el sublime trono restaurada; | |||
mas hase de atender a que, pudiendo | |||
ganar, no se aventure a perder nada; | |||
y así, con este celo y fin, procuro | 615 | ||
no poner en peligro lo seguro. | |||
»Tomad con discreción los pareceres | |||
que van a la razón más arrimados, | |||
pues cobrar vuestros hijos y mujeres | |||
está en ir los principios acertados: | 620 | ||
vuestra fama, el honor, tierra y haberes, | |||
a punto están de ser recuperados; | |||
que el tiempo, que es el padre del consejo, | |||
en las manos nos pone el aparejo. | |||
—72→ | |||
»A Valdivia y los suyos habéis muerto, | 625 | ||
y una importante plaza destruido: | |||
venir a la venganza será cierto | |||
luego que en las ciudades sea sabido: | |||
demos al enemigo el paso abierto: | |||
esto asegura más nuestro partido: | 630 | ||
vengan, vengan con furia a rienda suelta, | |||
que difícil será después la vuelta. | |||
»La vitoria tenemos en las manos, | |||
y pasos en la tierra mil seguros, | |||
de ciénagas, lagunas y pantanos, | 635 | ||
espesos montes ásperos y duros: | |||
mejor pelean aquí los araucanos: | |||
españoles mejor dentro en sus muros: | |||
cualquier hombre, en su casa acometido, | |||
es más sabio, más fuerte y atrevido. | 640 | ||
»Esto os vengo a decir, porque se entienda | |||
cuanto con más seguro acertaremos, | |||
para poder tomar la justa emienda, | |||
que en sitios escogidos esperemos, | |||
donde no habrá en el mundo quien defienda | 645 | ||
la razón y derecho que tenemos: | |||
cuando temor tuviesen de buscarnos, | |||
a sus casas iremos a alojarnos.» | |||
Con atención de todos escuchada | |||
fue la oración que el general hacía, | 650 | ||
siendo de los más de ellos aprobada, | |||
por ver que a su remedio convenía; | |||
la gente ya del todo sosegada, | |||
Caupolicán al joven se volvía | |||
por quien fue la vitoria, ya perdida, | 655 | ||
con milagrosa prueba conseguida. | |||
—73→ | |||
Por darle más favor, lo tenía asido | |||
con la siniestra de la diestra mano, | |||
diciéndole: «¡Oh varón, que has extendido | |||
el claro nombre y límite araucano! | 660 | ||
Por ti ha sido el estado redimido, | |||
tú le sacaste del poder tirano: | |||
a ti solo se debe esta vitoria, | |||
digna de premio y de inmortal memoria. | |||
»Y señores, pues es tan manifiesto | 665 | ||
(esto dijo volviéndose al senado) | |||
el punto en que Lautaro nos ha puesto, | |||
(que así el valiente mozo era llamado): | |||
yo por remuneralle en algo desto, | |||
con vuestra autoridad que me habéis dado | 670 | ||
por paga, aunque a tal deuda insuficiente, | |||
le hago capitán y mi teniente. | |||
»Con la gente de guerra que escogiere, | |||
pues que ya de sus obras sois testigos, | |||
en el sitio que más le pareciere | 675 | ||
se ponga a recebir los enemigos, | |||
adonde hasta que vengan los espere; | |||
porque yo con la resta y mis amigos | |||
ocuparé la entrada de Elicura, | |||
aguardando la misma coyuntura.» | 680 | ||
Del grato mozo el cargo fue acetado | |||
con el favor que el general le daba: | |||
aprobolo el común aficionado; | |||
si a alguno le pesó no lo mostraba: | |||
y por el orden y uso acostumbrado | 685 | ||
el gran Caupolicán le trasquilaba, | |||
dejándole el copete en trenza largo | |||
insignia verdadera de aquel cargo. | |||
—74→ | |||
Fue Lautaro industrioso, sabio, presto, | |||
de gran consejo, término y cordura, | 690 | ||
manso de condición y hermoso gesto, | |||
ni grande ni pequeño de estatura; | |||
el ánimo en las cosas grandes puesto, | |||
de fuerte trabazón y compostura, | |||
duros los miembros, recios y nervosos, | 695 | ||
anchas espaldas, pechos espaciosos. | |||
Por él las fiestas fueron alargadas, | |||
ejercitando siempre nuevos juegos | |||
de saltos, luchas, pruebas nunca usadas, | |||
danzas de noche en torno de los fuegos: | 700 | ||
había precios y joyas señaladas, | |||
que nunca los troyanos ni los griegos, | |||
cuando los juegos más continuäron, | |||
tan ricas y estimadas las sacaron. | |||
Llegó a Caupolicán estando en esto | 705 | ||
un bárbaro turbado sin aliento, | |||
perdida la color, mudado el gesto, | |||
cubierto de sudor y polvoriento, | |||
diciéndole: «Señor, socorre presto, | |||
tu campo es roto y cierto el perdimiento; | 710 | ||
que la gente que estaba en la emboscada | |||
es muerta la más della y destrozada. | |||
»Por tierra de Elicura son bajados | |||
catorce valentísimos guerreros, | |||
de corazas finísimas armados, | 715 | ||
sobre caballos prestos y ligeros: | |||
por estos solos son desbaratados | |||
dos escuadrones tuyos de piqueros; | |||
y visto el gran estrago, al improviso | |||
partí corriendo a darte de ello aviso.» | 720 | ||
—75→ | |||
Caupolicán, con muestra no alterada, | |||
hizo que del temor se asegurase, | |||
diciendo que tan poca gente armada | |||
al cabo era imposible que escapase; | |||
y con la diligencia acostumbrada | 725 | ||
mandó al nuevo teniente que guiase | |||
con la más presta gente por la vía, | |||
que luego con el resto le seguía. | |||
Lautaro, en lo acetar no perezoso, | |||
escogiendo una escuadra suficiente, | 730 | ||
marcha con tanta priesa, codicioso | |||
de ganar opinión entre la gente... | |||
Mas de Marte el estruendo sonoroso | |||
me llama, que me tardo injustamente: | |||
de los catorce es tiempo que se trate, | 735 | ||
y del sangriento y áspero combate. | |||
Extiéndase su fama y sea notoria, | |||
pues que tanto su espada resplandece, | |||
y de ellos se eternice la memoria | |||
si valor en las armas lo merece: | 740 | ||
testimonio dará dello la historia; | |||
pero acabar el canto me parece; | |||
que a decir tan gran cosa no me atrevo, | |||
si no es con nuevo aliento y canto nuevo. |