Selecciona una palabra y presiona la tecla d para obtener su definición.
Indice


Abajo

Alfonso de Quintanilla, Contador Mayor de los Reyes Católicos

Gabriel Maura Gamazo, Duque de Maura





  —168→  

Honrado por el ilustre Director de esta Real Academia con el encargo de informar sobre la obra de D. Rafael Fuertes Arias, que se titula Alfonso de Quintanilla, Contador Mayor de la Reyes   —169→   Católicos. Estudio crítico acerca de su vida, hechos e influencia en la reforma económica, política y militar de la Monarquía española, cumplo gustoso tan grato cometido.

El autor de la obra ha querido enaltecer la memoria de un ilustre paisano suyo, nacido como él en las montañas de Asturias, reconstruyendo la biografía de este personaje que, salvo raras excepciones, nombran todos los historiadores del siglo XV, sin que hasta ahora hubiese nadie prestado á su figura la atención que merece.

El autor ha agotado las fuentes impresas, publicando una lista de ellas en extensa bibliografía crítica que no ocupa menos de 25 páginas; ha completado este estudio con otro en que nota los reparos que merecen algunos cronistas o historiadores, los errores ú omisiones en que incurren no pocos, y las obras que debiendo mentar á Alfonso de Quintanilla, no lo hacen; y ha descubierto, en fin, en varios archivos, singularmente en el de Simancas, documentos referentes á su biografiado, dándolos á luz en el segundo tomo de su obra, y respetando escrupuloso hasta la ortografía con que están escritos.

De este modo el mérito de la pesquisa, prescindiendo del fruto recogido, debería bastar, á juicio del Académico que suscribe, para que el informe favorable de esta Corporación sirviese de estímulo al novel investigador en este género de trabajos serios, concienzudos y documentados. Pero, además, los frutos de esa labor, aun no siendo completos, son sin duda muy apreciables, porque asociado el Contador Mayor de los Reyes Católicos á la obra regeneradora que estos beneméritos monarcas realizaron, aprécianse mejor leyendo su biografía las dificultades y resistencias que se les opusieron y que su noble tenacidad acertó á vencer, el espíritu práctico que presidió á las reformas y la gratitud generosa con que Isabel la Católica supo recompensar á sus leales servidores, haciéndose merecedora de tenerlos.

Ignórase la fecha del natalicio de Quintanilla en el pequeño coto asturiano de Paderni; Fuertes Arias la coloca en 1420, fundándose en que D. Alfonso murió en 1500, y que en el siglo XV el promedio de la vida era de ochenta años. Poco sólido,   —170→   por no decir que erróneo, es este fundamento, y la hipótesis resulta además destruida en el discurso que el Contador Mayor pronunció ante las Cortes de Madrigal, de 1475, pues proclama allí haber vivido desde el principio de su niñez en los palacios reales, y como, según el propio biógrafo, la llegada de este personaje á la Corte fué en 1440, habrá de suponérsele nacido después de 1430.

Entró Quintanilla al servicio del turbulento Marqués de Villena, y con él se separó de la causa de Enrique IV para afiliarse á la de sus hermanos D. Alfonso y Doña Isabel.

El autor del libro, víctima, como casi todos los biógrafos, del afán de enaltecer á su biografiado, le califica de primer ministro de los Reyes Católicos. No fué, en realidad, sino su ministro de Hacienda, y acreditó en este oficio cualidades de probidad, celo, talento ordenado y metódico, sagacidad y perseverancia, que bastan á incorporar su nombre á la historia de España. Bien advertido de que la primera condición para sanear los ingresas del Erario es afirmar el orden é imponer la justicia, abogó por el restablecimiento de la Santa Hermandad, institución que la ceguera suicida de Enrique IV había dejado desaparecer, después de enervarla y desfavorecerla; y la elocuencia persuasiva de Quintanilla, hija de la convicción más que de la retórica, logró de las Cortes de Madrigal lo que tanto como él anhelaban los Reyes Católicos.

Menos clara aparece la intervención del Contador Mayor en la empresa del descubrimiento de América. Indígnase el señor Fuertes Arias de que se ponga en duda que no contó Quintanilla entre los más fervientes defensores y eficaces auxiliares de Cristóbal Colón, más es innegable que el ministro castellano no tuvo la fortuna de incorporar su nombre al magno acontecimiento, como su colega el escribano de ración de la Corona aragonesa, D. Luis Santángel. Y en verdad que, para hacer honor á la prudencia de D. Alfonso Quintanilla, basta con el hecho de no resistir él los necesarios anticipos al marino audaz que á tantos contemporáneos suyos se antojó charlatán visionario. Hombres versados en la ciencia matemática, educados en la severa disciplina   —171→   de los números, fácilmente repugnan hipótesis menos atrevidas que las sustentadas por el descubridor de América. Y si no aparece documentalmente probado que fuese Quintanilla de los más acuciosos protectores de Colón, tampoco fué de los más remisos, y mucho menos de los indiferentes ni de los hostiles.

Así, pues, el libro del Sr. Fuertes Arias, habida cuenta de estas piadosas parcialidades que su calidad de paisano y su amor de biógrafo disculpan, es un estudio completo, esmerado y feliz que debe informarse con aplauso por cuantos tienen el deber de estimular la afición á este linaje de investigaciones.

La Academia, sin embargo, resolverá lo que estime más acertado.





Madrid, 25 de junio de 1913



Indice