José Francisco Morazán Quezada nació el 3 de octubre de 1792, en Tegucigalpa, Honduras, y fue el Presidente de la República Federal de Centroamérica, siendo el Jefe de Estado de Honduras, Guatemala, El Salvador y Costa Rica. Su nombre está fuertemente relacionado con el ideal unionista centroamericano, por lo que es considerado uno de los personajes más importantes de la historia de América Central.
Militar y político hondureño, último presidente de la República Federal de las Provincias Unidas del Centro de América (Tegucigalpa, Honduras, 1792 - San José, Costa Rica, 1842).
La unión centroamericana, formada por Guatemala, Honduras, El Salvador, Nicaragua y Costa Rica, se había formado en 1823, bajo la presidencia del conservador Manuel J. Arce. Morazán inició entonces su carrera política en el Estado de Honduras, bajo la protección del presidente Dionisio Herrera.
A raíz de la rebelión de Justo Milla, al cual derrotó, Francisco Morazán se convirtió en presidente de Honduras (1827) y se erigió en líder de los liberales centroamericanos. Cuando el presidente salvadoreño, Pardo, le llamó en su auxilio ante un ataque guatemalteco, Morazán tomó San Salvador (1828) y luego Guatemala (1829), que era además la capital federal. Arce y los principales dirigentes conservadores fueron desterrados, mientras se instauraba un régimen liberal y Costa Rica abandonaba temporalmente la federación (de 1829 a 1831). Las elecciones de 1830 confirmaron a Francisco Morazán como presidente de la República (triunfo que revalidó en las de 1834). Durante ese periodo -conocido como la «Restauración»- puso en marcha reformas que se estrellaron contra múltiples obstáculos: el particularismo de las provincias, las ambiciones de los militares, la oposición de la Iglesia, las presiones internacionales, la bancarrota financiera, las críticas al nepotismo y la corrupción del equipo gobernante…
En 1837 Rafael Carrera protagonizó una rebelión que tomó el poder en el Estado de Guatemala y su éxito produjo estallidos similares en el resto de la federación. Al terminar el segundo mandato de Morazán (1838) era tal la descomposición del sistema político que no se celebraron elecciones para la presidencia y puede decirse que se disolvió la unión centroamericana. Morazán fue elegido presidente de El Salvador (1838-40) y lanzó desde allí un último intento contra Guatemala en 1840; fue derrotado y marchó al exilio en Perú. En 1842 desembarcó en Costa Rica, donde tomó brevemente el poder; antes de que pudiera iniciar la reconstrucción de la unidad centroamericana fue capturado y fusilado.