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CORR., 443: Mal ajeno, culpa de pelo. Que nos hace poca mella. (N. del E.)

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872

Falta en V: Mas este... cómo. PÁRMENO. (N. del E.)

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873

En B: Ve, señor, bien apercebido, serás medio combatido. Refrán. (N. del E.)

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874

El viso, la vista. BERC., Mil., 14: Omne que hi morasse, nunqua perdrie el viso. (N. del E.)

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Ascuras decíase por a ascuras, a escuras. (N. del E.)

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876

Quedarse a buenas noches, díjose del quedarse abandonado, despidiéndose todos. Il. fregona: No quiso él quedarse a buenas noches (sin oficio). Mirones: Quedeme hasta hoy a buenas noches (ciego). (N. del E.)

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877

No hallarse de alegría, estar muy contento, no hallarse, no estarlo en tal lugar. CORR., 632, y es común. (N. del E.)

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878

Lis. Rosel., I, I: No seamos tus servientes cebo de anzuelo o carne de buitrera. FONS., Am. Dios, 3: De manera que te deje hecho una buitrera en este valle a los buitres y a los grajos. Es lugar donde los cazadores tienen armado el cebo con carne al buitre. (N. del E.)

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CORR., 423: Tomar calzas de Villadiego. Ídem, 424: Tomó calzas de Villadiego. (Por huir, acogerse.) No satisfacen los cuentos que se traen para declarar esta frase. Por donde hay que tirar es por donde se explican sus parejas. Así Villafranca de Montes Doca, alta de camas y baja de ropa (CORR., 438), indica mucha ostentación y poca franqueza o liberalidad. Villavieja, en la Píc. Just., 2, 2, 2: Ojos que ven no envejecen, si no son los del águila, que cuanto más pico ven, van más a villavieja (envejecen). Villaviudas, en J. PIN., Agr., 28, 8: Tales hazañas hacen y tales honras merecen tales viudas: mas no las que se van a gastar su viudez a Villaviudas. En Villacerrada viven las jóvenes muy encerradas y que no quieren cuentos: En Villacerrada no hay ninguna forzada (CORR., 122). Villadiego alude a Diego: si éste es Santiago, que corre con su caballo blanco u otro Diego corredor, no se sabe. Las calzas mejores para correr son, sin duda, el caballo. Pero Diego en España es el ladino y socarrón, que, afectando sencillez, procede con malicia. Así Yo me llamo Diego, ni pago ni niego, del ladino y socarrón. Donde digo digo, no digo digo, sino que digo Diego. Diego Gil, del muy astuto, Diego Moreno, el consentidor, marido de tomo y lomo, porque tomaba y engordaba de lo que ganaba su mujer, en La Visita de los Chistes, de Quevedo. Tomar las calzas de Villadiego y después simplemente las de Villadiego (CORR., 423 y 611) es irse adonde van y viven los ladinos y que hurtan el cuerpo al peligro, escaparse como ellos. Las calzas, como por el contrario, verse en calzas bermejas, en apuro y aprieto: calzas propias para correr, como dice Pármeno luego. (N. del E.)

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880

Incusar, acusar, latinismo. (N. del E.)

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