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Lírica Popular de Tradición Infantil

El cancionero en la escuela

El Cancionero Infantil puede ser un excelente recurso didáctico para la mejora de las destrezas y hábitos expresivos infantiles, que contrarreste la excesiva preocupación educativa por la teoría gramatical y por la norma lingüística estructural, en detrimento casi siempre de la creación, del placer de leer y escribir y del simple goce de la magia de la palabra poética.

¿Hay alguna manera mejor de iniciar a los muchachos en los secretos del lenguaje que extrayendo de las cantinelas que ya conocen los elementos objeto de cada práctica? Enumeraciones, personificaciones, comparaciones, estructuras binarias, juegos de palabras, sencillas antítesis, metáforas dé fácil comprensión, modelos oracionales de distinto tipo, onomatopeyas, etc. El Cancionero Infantil es portador de un amplio abanico de recursos con los que se pueden ejemplificar muchas lecciones de Lenguaje. Además, el docente no debería olvidar que para el niño, quizá más para el niño pequeño, la palabra oída es algo fascinante, por el tono y la afectividad de la voz que la dice, o por la emoción que puede transmitir el emisor; y los contenidos de estas cantinelas, a veces disparatados, provocan en todos los niños, no sólo en los más pequeños, gracias a sus ilimitadas posibilidades imaginativas, toda una serie de sensaciones que viven muy intensamente, y que los adultos, por tenerlas más lejanas, a veces nos olvidamos que existen.

Por otro lado, la memoria oral, es decir el caudal de conocimientos -populares y tradicionales, aprendidos a través del proceso de la oralidad- con que el niño llega a su primer contacto con la cultura oficial -que se produce cuando accede a la escuela por primera vez- no debe desaprovecharse; al contrario, debe, de fomentarse, aumentarse y practicarse, para de ese modo poder pasar, sin excesivas novedades, de la poesía oral a la poesía escrita, es decir de lo popular a lo culto; frecuentemente, y por desgracia, el proceso empleado suele ser el contrario.

Los primeros juegos mímicos, las nanas, las burlas, las suertes, las adivinanzas, las retahílas de distinto tipo o las canciones acercan al niño, natural e inconscientemente, al primer lenguaje, al tiempo que son materiales que forman parte de su incipiente patrimonio cultural. Nuestra obligación, como padres y como maestros, es ayudarles a conservarlos.

El uso del Cancionero Infantil en la escuela contribuirá, con toda certeza, al desarrollo creativo de las destrezas expresivas de los niños, a superar sus dificultades ortológicas, a fomentar sus habilidades poéticas, a crear sólidos hábitos lectores, a practicar determinadas estructuras gramaticales; incluso podemos encontrar en él diversos componentes dramáticos (sobre todo en las canciones escenificadas) que pueden ser muy útiles para trabajar la dramatización.

 

Leer y Jugar. Tres propuestas de actividades

1. Cartas en verso.

El Romancillo de la escritura es una deliciosa canción escenificada. La versión que aquí reproducimos es argentina, y en ella alguien parece enviarle una carta a su amor ausente, al tiempo que reclama respuesta. Dice así:

Tuviera tintero de oro,
buscara papel de plata,
pusiera todo mi esmero
en escribirte una carta.
En blanco papel te escribo           5
porque blanca fuera mi suerte,
los renglones divididos
porque de ti vivo ausente.
Andate papel volando
a las manos que te mando,        10
si no sos bien recibido,
volvete papel volando.
Dile que en el mismo instante.
que por su ausencia me muero,
que me escriba de su mano       15
siquiera para consuelo.

Una vez que la hemos leído, cada uno escribirá una carta imaginaria en verso, de la misma extensión que el citado romancillo, es decir 16 versos; para ello deberá indicar:

  • El personaje que escribe.
  • El destinatario a quien se dirige.
  • La localidad y el país de origen.
  • La localidad y el país de destino.

2. Nuestras adivinanzas

Todos conocemos bastantes adivinanzas, incluso hemos jugado muchas veces con familiares, compañeros o amigos al juego de las adivinanzas. Sin embargo, existen cientos de adivinanzas de las que no sabemos la respuesta: porque son más raras, o más difíciles, o porque nunca las hemos escuchado; fijémonos bien en ésta. ¿Sabríais resolverla?

Un hortelano un poco tontillo
sembró en su huerto la palabra pepinillo.
Una respuesta ahora yo os pido:
¿qué crecieron: palabras o pepinillos?

El mediador (maestro, bibliotecario, animador) explicará un poco el funcionamiento de la adivinanza, atendiendo, sobre todo, a la presencia en ella de dos tipos de elementos: los que aportan información verdadera sobre el objeto a adivinar y los que aportan información equívoca y, por tanto, tienden a confundirnos. A continuación se practicará un rato el juego de la adivinanza, proponiendo diversas composiciones, de diferente grado de dificultad, para que los destinatarios de la actividad se vayan familiarizando. Después el mismo mediador ejemplifica el proceso de creación de una adivinanza, siguiendo estos pasos:

Primeramente se elige un objeto, animal, personaje, profesión, etc., es decir aquello que esconderemos en el texto y que será lo que haya que adivinar.

Ej.: El perro.

-Nos preguntamos ¿qué es?

¿Persona, cosa, animal? -Animal.

-Indagamos sobre sus hábitos, vida, características, etc.

Vive en las casas y en el campo.
Tiene mucho olfato.
Tiene cuatro patas.

-¿Qué cosas sabe todo el mundo del perro?

Que es muy fiel.
Que es animal de compañía.
Que es el mejor amigo del hombre.

-Recordemos que la adivinanza es un reto que se le propone al destinatario de la misma: para que acierte o no acierte la respuesta.

-Pues ya tenemos información suficiente para crear la adivinanza. Veamos:

Vive en las casas y en el campo
y es el mejor amigo del hombre.
¡Adivina este animal
sin que yo te diga el nombre!

A partir de este momento, los destinatarios de la actividad formarán parejas y cada una de las ellas creará su adivinanza; la escribirán en una cartulina blanca (con la solución por detrás) y la ilustrarán, evitando que las ilustraciones aporten pistas demasiado evidentes sobre la respuesta correcta; esto no se podrá evitar cuando los chicos sean demasiado pequeños.

3. ¿Cómo es la Pájara Pinta?

Probablemente casi todos conocerán la canción de «La Pájara Pinta». Podemos recordarla en la versión que recogemos en la página 54, pero ¿alguien tiene una, imagen concreta de este personaje? Pediremos a los chicos que se la imaginen y que la dibujen.

Una vez entregados los dibujos, analizaremos las semejanzas que se puedan encontrar entre todos ellos.

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