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Manuel Pantigoso

Semblanza crítica de Manuel Pantigoso

Por Elena Zurrón Rodríguez

Manuel Pantigoso Pecero (Lima, 1936), poeta, crítico literario y de arte, autor teatral y maestro universitario, es Doctor en Literatura y Filología, y Doctor en Educación. Ha obtenido entre otros premios el Premio Nacional Javier Prado (1970), el Premio Internacional Thesaurus de Poesía (Brasilia, 2008) y la Médaille de l'Assemblée Nationale Française (París, 2009). Es Miembro de Número de la Academia Peruana de la Lengua desde 1982, Miembro correspondiente de la Academia de Letras de São Luís do Maranhão (Brasil) desde 1988, así como Profesor Emérito de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y Profesor Honorario de las Universidades San Luis Gonzaga de Ica, Nacional del Altiplano de Puno, San Cristóbal de Huamanga de Ayacucho, y doctor honoris causa por la Universidad Ricardo Palma.

Existen discrepancias sobre la pertenencia a la Generación del 60 de este poeta. Algunos lo sitúan en la Generación del 70 porque sus libros comenzaron a editarse a partir de la mitad de esa década, como Salamandra de hojalata (Lima, Biblioteca Universitaria, 1977), a pesar de que por su edad podría pertenecer a la Generación del 50:

Sin embargo, nosotros sostenemos que Pantigoso pertenece a la Generación del 60, en primer lugar, porque sus experiencias vitales, culturales y académicas se enmarcan dentro de los años en que los poetas sanmarquinos ofrecían los famosos recitales. Asimismo, por estética, si bien puede ser considerado una rara avis de no muy fácil catalogación, merced a su poesía más bien depurada y esteticista, se acercaría más a la del 60 que al desenfado y prosaísmo coloquial setentista.

(Araujo, 2000: 57)

Manuel Pantigoso con su padre, el pintor Manuel Domingo Pantigoso, en el «Jardín de Magdalena» en 1985 (Fuente: Imagen cortesía de Manuel Pantigoso)

Hijo del pintor Manuel Domingo Pantigoso, uno de los grandes de la pintura peruana del siglo XX, y de María Antonia Pecero, española de Extremadura, es el cuarto de nueve hermanos que vivieron rodeados de arte desde pequeños (todos ellos han pintado, y además escriben, tocan el piano y bailan). Su formación artística familiar se complementa con las visitas a casa de sus padres en Lima de escritores, pintores y músicos. El poeta le comenta a Alberto Alarcón en el artículo titulado «Anverso y reverso» en la revista (26/7/1997):

Dentro de los escritores yo conocí a muchos ya famosos y muy importantes. Aunque no solo por las visitas sino también por las lecturas por ejemplo a Percy Gibson, Atahualpa Rodríguez, Renato Morales de Rivera, Guillermo Mercado y otros. Ese conocimiento de la literatura se fue desarrollando en mí a base de admiración primero, y más tarde como un conocimiento modelado por la universidad y los estudios.

(Araujo, 2000: 256)

Ha viajado y vivido en España, en Italia y en Brasil, donde se casó y vivió con su familia. En la conversación que mantiene con Alberto Alarcón manifiesta:

En Río de Janeiro asistí a la maravillosa experiencia de las «escolinas de arte» que dirigía Augusto Rodríguez y de allí traje también mi fama como educador por el arte, que con el paso del tiempo he ido asumiendo con mucha responsabilidad, pues creo que el arte es el mejor instrumento para crear hombres nuevos, sensibles, con una visión humana de las cosas y de la vida.

(Araujo, 2000: 257)

En Madrid coincide, en la residencia de estudiantes Nuestra Señora de Guadalupe con Fernando Tola y Leopoldo de Trazegnies, miembros de la misma generación. En esos años la inquietud de Pantigoso no era la poesía sino el teatro, afición que no ha dejado de cultivar nunca.

Manuel Pantigoso ha escrito poemas en español y en lengua portuguesa: Salamandra de hojalata (1977), Sydal (Lima, Capulí, 1978), Reloj de flora (Lima, Capulí, 1981), Contrapunto de la Mitomanía (Málaga, Corona del Sur, 1982), Nazca (Lima, Intihuatana, 1986), Amaromar (Lima, Intihuatana, 1993), Arte-Misa (Lima, Intihuatana, 1998), Calicantos de la pared del viento (Lima, La Tortuga Ecuestre, 1999), En-clave de sol del color (Lima, Ikono, 2007), Retablo de la Naturaleza (Lima, Ikono, 2012), Los Siete Uni/versos del Jardín de Magdalena (Lima, Ikono, 2015).

Su primer libro, Salamandra de hojalata, es un conjunto de poemas donde el hermetismo y la oscuridad están presentes desde los primeros versos. El poeta sale de la penumbra poco a poco en los siguientes poemarios en los que intentará ayudar al lector para que le vaya comprendiendo sin tener que ir en contra de su propia esencia.

Tras su poemario Sydal, publicado en 1978, aparecerá Reloj de flora en 1981. Se trata de un poemario hecho al estilo de Oquendo de Amat, porque se abre, se despliegan sus hojas y el libro es de color verde. En él el poeta utiliza un lenguaje rebuscado por su minuciosidad. Al hablar de la naturaleza intenta traslucir en el ambiente la musicalidad del entorno.

En la conversación citada con Alarcón, Pantigoso habla sobre su siguiente poemario, Contrapunto de la Mitomanía:

Luego vino Contrapunto de la Mitomanía que es el libro más hermético y más barroco que he escrito, pero donde está iluminado por la utopía, por el sentido musical, por la atmósfera que se pinta. Fue bien recibido por la crítica española. Jorge Guillén dijo que era uno de los libros más audaces de la poesía hispanoamericana.

(Araujo, 2000: 257)

Portada de «Nazca», Lima, Intihuatana, 1986 (Fuente: Imagen cortesía de Manuel Pantigoso)

Después vinieron Nazca y Amaromar, en 1986 y 1993, respectivamente.

La antología Piel de la palabra reúne poemas de los títulos de Pantigoso, desde Salamandra de hojalata (1977) hasta Los Siete Uni/versos del Jardín de Magdalena (2015). Aparecen textos incluidos en antologías y algunos inéditos. Presenta un álbum de fotos familiares y cuadros en pintura digital relacionados con los poemas.

Para Pantigoso, Los Siete Uni/versos del Jardín de Magdalena, es la reunión de siete libros o uni/versos: Deshojadura del Jardín del Ser, Floración del Aire, Hacia la Mandala del tiempo, El Santo Grial en el Jardín, Resonancias de los Jardines y delicias del mundo, Las ramas del espejo y Urna donde reposa la Utopía. El poemario es un homenaje a la madre y a la vida, una especie de autobiografía, pero no solo de su experiencia personal, ya que introduce conceptos de filosofía y de física. Rinde, de igual modo, un sentido homenaje a su familia con escenas de ternura y de felicidad.

Sobre las búsquedas literarias de Pantigoso, asegura Roland Forgues que, «en este nuevo libro da forma a la sagrada utopía con que sueña o ha soñado todo creador: realizar la obra total. Palabra hecha realidad que por la fusión del ser y el cosmos, de lo profano y lo sagrado, alcanza la perfección de lo divino». Por su parte, el peruanista italiano Antonio Melis destaca la versatilidad del libro: «es evidente que Pantigoso, después de una trayectoria tan amplia y reconocida, no abandona en este nuevo poemario su afán constante por explorar nuevos territorios».

(Ser Peruano, 28/4/2015)

Gustavo Flores Quelopana, en la presentación del poemario en el Centro Cultural Coori Wasi de la Universidad Ricardo Palma, señaló:

El libro contiene siete partes o sea el número que representa la Creación y lo bueno, además porta una paleta de colores primarios y secundarios, que transportan hacia una metafísica de la luz, y se abre con los versos liminares «Madre, Mandala, Magdalena».

(Flores, 28/4/2015)

El primer universo lleva el nombre de Deshojadura en el Jardín del Ser. Posee el color marrón y se expresa con una poesía casi chamánica donde aparecen seres mitológicos, el sentimiento unamuniano de la vida, el «ser» como madre viviente, el «Jardín» como universo, y la figura del «jardinero» que abona la salvación del mundo:

... es el Jardín,
Desorillada palabra navegando
Nube y nido desde el fondo único del universo.

(Pantigoso, 2015)

Portada de «Los Siete Uni/versos del Jardín de Magdalena», Lima, Ikono, 2015 (Fuente: Imagen cortesía de Manuel Pantigoso)

En el segundo universo bautizado como Floración del Aire, el color violeta representa la floración del mundo, el brote de la infancia y el amor romántico.

El tercer universo, Hacia la Mandala del tiempo, lleva el color verde oscuro. Vuelve el poeta a España, donde se conocieron sus padres, y evoca este tiempo hasta que llegaron al Perú. Está dedicado a Fuente del Maestre.

El cuarto universo, El Santo Grial en el Jardín, lleva el color amarillo. Es el capítulo más emotivo, donde está presente la casa familiar, los pinceles y cuadros de su padre, y también aparece el jardín familiar, la visita de la Muerte y culmina con un hermoso poema a la Madre-Jardín.

El quinto universo, titulado Resonancias y delicias de los Jardines del mundo, lleva el color violeta y es el más extenso de todos. Allí aparecen las utopías como el Edén, Paraíso Perdido, Edad de Oro, cáliz sagrado e inmortalidad.

En el sexto universo, Las ramas del espejo, que lleva el color verde tornasolado, el autor señala con metáforas del espejo-jardín y del jardín-biblioteca la omnipresencia de su padre, el pintor Domingo Pantigoso.

Urna donde reposa la Utopía, el séptimo universo, se distingue por el color magenta y resalta la figura de su madre, su jardín, su magdalena, su Panti, su Lucía, su mandala, su presente vida.

La Coda, o Esta Rosa de los Vientos, trata de la Rosa sempiterna que florece en la eternidad.

Premios

  • Premio Nacional Javier Prado (1970).
  • Premio Internacional Publicación Thesaurus de Poesía (Brasilia, 2008).

Referencias bibliográficas

  • ALARCÓN, Alberto, «Anverso y reverso: Manuel Pantigoso», , n.º 27 (26/7/1997), pp. 47-49.
  • ARAUJO LEÓN, Óscar (comp.), Como una espada en el aire: antología documental, testimonial y poética de la Generación del 60, Lima, Universidad Ricardo Palma, Noceda y Mundo Amigo, 2000.
  • FLORES QUELOPANA, Gustavo, «El mandala de Pantigoso», Gusfilosofar (27/4/2015).
  • «Manuel Pantigoso presenta poemario Los Siete Uni/versos del Jardín de Magdalena», Ser Peruano (28/4/2015).
  • PANTIGOSO, Manuel, Los Siete Uni/versos del Jardín de Magdalena, Lima, Ikono, 2015.
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