Preguntas a la hora del té
Nicanor Parra
Este señor desvaído parece | |||
una figura de un museo de cera; | |||
mira a través de los visillos rotos: | |||
qué vale más, ¿el oro o la belleza? | |||
¿Vale más el arroyo que se mueve | |||
o la chépica fija a la ribera? | |||
A lo lejos se oye una campana | |||
que abre una herida más, o que la cierra: | |||
¿Es más real el agua de la fuente | |||
o la muchacha que se mira en ella? | |||
No se sabe, la gente se lo pasa | |||
construyendo castillos en la arena. | |||
¿Es superior el vaso transparente | |||
a la mano del hombre que lo crea? | |||
Se respira una atmósfera cansada | |||
de ceniza, de humo, de tristeza: | |||
lo que se vio una vez ya no se vuelve | |||
a ver igual, dicen las hojas secas. | |||
Hora del té, tostadas, margarina, | |||
todo envuelto en una especie de niebla. |
(Poemas y antipoemas, Santiago de Chile, Nascimento, 1954)