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11

Arch. Univ. Salamanca, expedientes personales (letra M), 1783, Juan Méndez Baldés (sic). La familia del poeta era originaria de Asturias (cf. cap. XII, pág. 427), donde el apellido Meléndez o Menéndez está, efectivamente, muy extendido. Existe en el Archivo histórico nacional de Madrid una información de «limpieza de sangre» de un individuo que poseía dos apellidos de Batilo: «Información genealógica del pretendiente Meléndez Valdés y Cacho Lino, Santillana (familiar de la Inquisición), 1793, Méjico» (AHN, Inquisición, legajo 1303, núm. 14). Los Meléndez aparecen allí como originarios de Cangas de Tineo (obispa lo de Oviedo), y los Cacho, de Santillana [del Mar] (obispado de Santander).

 

12

Arch. Prot. Almendralejo, Ribera del F., Not. P. Fernández Azulado, 1754, fol. 241-243 v.º

 

13

Epístola VII, BAE, t. IXIII, pág. 208a.

 

14

Arch. Prot. Almendralejo, Ribera, 1763, fol. 166.

 

15

Libro Capitular de acuerdos de Ribera del Fresno, 1756-1759, fol. 28 v.º, 6 de enero de 1757. (Faltan las deliberaciones anteriores a 1756 y posteriores a 1759.)

 

16

El domicilio de la familia en Almendralejo está atestiguado por muchos documentos, principalmente por el acta de venta de una casa citada en la nota 13; por otra parte, este documento, en el que el padre del poeta se afirma «vecino de Almendralejo», es el que nos ha puesto en la pista de otros.

 

17

El poeta fue criado por una tal Evarista, que tenía dieciocho años cuando él nació: «En quanto a lo que me dices de la limosna a la tía Evarista, te digo no puedo por lo de ahora con motivo a tener recogidas las llaves de todo la justicia... Su edad es de 68 años pero recia aunque muy desdichada por sus trabajos. Pero mirando a que te crió, siempre que viene a casa va socorrida en lo que puedo...» (carta de Agustina Meléndez, hermana de Batilo, 13 de abril de 1804, col. de D. A. Rodríguez Moñino). Pero no creemos que Meléndez fuese dejado en pensión en Ribera, lejos de su familia; el afecto que le profesaba su padre (cf. más adelante, pág. 42) nos obliga a desechar esta hipótesis.

 

18

M. FERNÁNDEZ NAVARRETE: Noticia..., citada, comienzo.

 

19

Hacia finales del siglo, en todo caso, el maestro de Ribera no brilla ni por su competencia ni por su puntualidad: «Ribera no tiene estudios más que un mal maestro de gramática aventurero, que unas veces lo hay y otras no» (carta de D. Pedro de Olmos, capellán, en respuesta al cuestionario del geógrafo D. Tomás López, 3 de mayo de 1798, BNM, ms. 20.241-1).

 

20

Epístola VII, BAE, t. LXIII, pág. 208.