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Universidad de Granada. Biblioteca universitaria. Fondo antiguo

Presentación

HISTORIA DE LA BIBLIOTECA

Orígenes bajo los Austrias

<em>Bulla   erectionis, et priuilegiorum Almae Granatensis Academiae, literaeque   executoriales super ea concessae, atque eiusdem Vniuersitatis, tã   commodae, quam sanctae Constitutiones; nec non et Regia Decreta,   praedictae Vniuersitatis vtilitatem concernentia</em>, 1652Puede decirse que la vida de la Biblioteca Universitaria de Granada arranca prácticamente con la fundación del Estudio General de Lógica, Filosofía, Teología y Cánones, gestada en la visita que realizó a la ciudad Carlos V en 1526.

Durante este período la Universidad vive unida al Colegio Real y la biblioteca ocupa, junto con la de éste, el salón principal de la actual Curia, frente a la Catedral y a la Capilla Real. La supeditación a las autoridades eclesiásticas y el control de éstas en la actividad intelectual de la Universidad se reflejan en los documentos que atestiguan las frecuentes visitas del Santo Oficio para vigilar la ortodoxia de las enseñanzas y los textos. Sobre el volumen y contenido de ellos no queda sino el inventario de la Biblioteca del Colegio reunido de Santa Cruz (Colegio Real) y Santa Catalina, realizado con motivo de su supresión en 1835 y que consta de 1.775 volúmenes.

Etapa de desarrollo bajo los Borbones

Como en otras facetas de la vida civil, la Universidad se ve positivamente afectada por los cambios políticos y culturales que conllevan la venida de la dinastía francesa de los Borbones y la influencia del pensamiento ilustrado, reflejado en el intervencionismo estatal en todas las facetas de la vida de los súbditos y la preocupación por elevar su nivel intelectual.

Sucesivos Planes de Estudios y Reformas Universitarias a lo largo de la segunda mitad del siglo XVIII y de todo el siglo XIX van conformando la Universidad moderna, y abriéndola a las corrientes intelectuales del resto de Europa.

Desde el punto de vista de las infraestructuras, la expulsión de la Compañía de Jesús, decretada por el rey Carlos III en 1767 y la consiguiente incautación de todo su patrimonio, y, posteriormente, la desamortización eclesiástica de Mendizábal, dotará a la Universidad de unos recursos que hasta entonces no tenía.

La Universidad se traslada al edificio del antiguo Colegio jesuita de San Pablo, instalándose la Biblioteca en una espaciosa sala del piso superior, bien iluminada por grandes ventanas. Los fondos de la librería del Colegio pasan también a uso de la Universidad.

Otra muestra de la importancia que va cobrando la Biblioteca como institución es el nombramiento en 1780 del primer bibliotecario conocido, D. Juan Gil Palomino, al que le sucede a partir de 1784 el catedrático Juan Velázquez de Echevarría y más tarde D. Antonio de Pineda y Barragán, autores ambos de posteriores inventarios, fruto de su buen hacer profesional.

En 1841, la Biblioteca Universitaria vuelve a enriquecerse con otro importante conjunto bibliográfico: el de los libros incautados a los conventos de la capital y provincia, y que, tras un breve intento de crear un Museo de la Ciudad para ubicar los bienes artísticos y culturales desamortizados, se decide ponerlos bajo la custodia de la Universidad.

Los cimientos de la Biblioteca actual

A lo largo de la segunda mitad del siglo XIX y los comienzos del XX se van configurando las líneas de la moderna Biblioteca Universitaria. Desde el punto de vista funcional, con la creación en 1858 del Cuerpo Facultativo de Archiveros, Bibliotecarios y Anticuarios y el de Auxiliares en 1932, la actividad bibliotecaria se profesionaliza y se independiza del estamento docente, dejando las tareas organizativas y técnicas a los especialistas y liberando de ellas a catedráticos y maestros. Por otro lado, la estructura misma de la Biblioteca va cobrando mayor complejidad, y de ella se van desgajando las distintas bibliotecas de Facultades, Seminarios y Cátedras, con fondos cada vez más especializados. Cada biblioteca se dota de un catálogo propio, tanto alfabético como sistemático para control e información de sus fondos, a la vez que la Biblioteca General cuenta con un catálogo central de estructura análoga. A partir de 1989 se comienza con el catálogo informatizado, que hoy día se gestiona con el programa Millenium.

En 1980, la Biblioteca General (hoy Biblioteca del Hospital Real) se trasladó a la nueva sede del Rectorado, en el hermoso edificio renacentista del Hospital Real, fundado por la Reina Católica y construido bajo Carlos V, que había sido recientemente restaurado. Desde esa fecha la Biblioteca ocupa el crucero superior, donde se expone la mayor parte del rico fondo histórico en las estanterías realizadas a medida, que son reproducción casi exacta de la antigua sala del Colegio de San Pablo. Junto con los fondos y la sala de lectura e investigación, se ubican también en este edificio la dirección de la Biblioteca Universitaria y sus servicios centrales.

FONDO HISTÓRICO MÁS VALIOSO

<em>De natura rerum</em>, de Tomás de Cantimpré. De avibus nobilibus. Tacuinum sanitatis, de Ibn-Butlán, siglo XV.En cuanto a su riqueza bibliográfica, la Biblioteca del Hospital Real es depositaria de aproximadamente el 90% del Patrimonio Histórico de la Universidad.

En las estanterías situadas a lo largo de las alas del crucero, copia bastante fiel de las construidas en el s. XVIII cuando la Biblioteca se instaló en su anterior sede -la actual Biblioteca de Derecho-, se albergan alrededor de 15.000 volúmenes impresos entre los siglos XVI al XVIII, además de un importante fondo del s. XIX, especialmente interesante para el estudio de la imprenta y temática locales. En la caja de seguridad se guarda, además, una colección de 55 incunables y numerosos manuscritos de muy diferentes épocas y contenido. La mayor parte de estos fondos han llegado a la Universidad de procedencias externas. El más importante corresponde a parte del patrimonio incautado a los jesuitas del Colegio de San Pablo de Granada con motivo de la expulsión de la Orden en 1767. Como es conocido, el Gobierno hace depositaria a la Universidad del edificio del Colegio, donde se instala hacia 1769, y de su rica Biblioteca, que pasa a convertirse en Biblioteca Pública. El inventario realizado por los padres franciscanos Pedro y Rafael Rodríguez Mohedano, que aún se conserva, arroja un total de 29.483 volúmenes impresos, entre los que figuran un considerable número de incunables. Sin embargo, de forma aparentemente incomprensible este número se ve reducido apenas 20 años más tarde a un 25%, como lo refleja el siguiente inventario realizado por el padre Juan Velázquez de Echeverría en 1785, donde se registran 7.625 volúmenes.

El siguiente conjunto en importancia procede de los bienes expropiados a los conventos de Granada y su provincia en virtud de la Desamortización eclesiástica, del que se conserva así mismo el inventario que sirvió de acta de entrega a la Universidad en 1841: un total de 5.583 volúmenes, pertenecientes a los conventos de Ntra. Sra. de la Merced, el de carmelitas descalzas de los Santos Mártires, el de los Basilios, el de Belén, el también carmelita de Ntra. Sra. de la Cabeza, etc., cuya procedencia puede aún rastrearse a través de los ex-libris manuscritos que figuran en ellos.

El tercer legado, aunque más reducido en número (unos 1.775 volúmenes, tiene especial interés por ser el único que está unido a la Universidad desde los primeros años de su fundación. Es el que perteneció al Colegio Mayor Reunido de Santa Cruz y Santa Catalina, suprimido en 1835, motivo por el que su biblioteca pasa a integrarse en las de la Universidad, y creado al mismo tiempo que ésta como Colegios de Santa Cruz la Real y de Santa Catalina Mártir. La vida de ambos colegios discurre siempre íntegramente unida a la Universidad, ocupando el mismo o contiguos edificios y formando parte de sus colegiales de la comunidad universitaria, como alumnos o, posteriormente, como miembros de su claustro.

<em>Das Narrenschiff (latine). Stultifera navis</em>, 1498.Por último, habría que citar algunas colecciones particulares que se han incorporado a la Biblioteca, ya sea por compra o por donación, la mayoría pertenecientes a personajes relacionados con la Universidad. Entre ellas hay que destacar por el número y valor de las obras la de D. Juan Facundo Riaño, ilustre arabista, historiador del Arte y político granadino en cuya Universidad ocupó la cátedra de árabe.

Entre los manuscritos que guarda la Biblioteca, su joya, sin duda, más preciada es el Códice miniado conocido como "Codex Granatensis C-67" escrito e iluminado hacia la primera mitad del s. XV al parecer, en la región de Baviera, que recoge parte de la enciclopedia científica del dominico Tomás de Cantimpre titulada "De Natura rerum", concretamente desde el final del libro III al IX, y el "Tacuinum Sanitatis" o elenco de plantas y árboles curativos, del médico árabe de Bagdad Ibn Butlan, cuyo texto contiene interpolaciones con el de los libros 10 al 12 de la enciclopedia ya citada. La riqueza y buena conservación de las miniaturas de este códice lo convierten en una pieza única en su género y de incalculable valor.

Otros manuscritos de interés por sus características físicas o por su contenido son: el pergamino que contiene la Bula Fundacional de la Universidad firmada por el Papa Clemente VII en 1531; las 3 cartas náuticas, dibujadas en el s. XVII, también sobre pergamino, que representan las cartas atlánticas y mediterráneas de Europa, Norte de Africa y Próximo Oriente, los comentarios a las guerras de las Galias y Guerra Civil, copia en letra humanística del s. XV ó XVI; el libro de Cirugía de Teodorico Borgoñón de 1509; un curioso tratado musical titulado "Suma primorosa de la guitarra" de Manuel Valero Aragonés, probablemente del s. XVIII; la colección de documentos arábigo-granadinos de carácter notarial, como testamentos, escrituras de compra-venta, etc., que fueron editados y traducidos por el profesor Luis Seco de Lacena; el bello códice en pergamino que contiene las fórmulas de juramento de rectores, consiliarios, doctores, etc. de la Universidad granadina, entre los siglos XVIII y XIX, iluminado con hermosas letras capitales, y una representación de la Inmaculada, del más puro estilo barroco. Este códice, muy deteriorado durante el incendio del Archivo, fue restaurado; entre los más modernos destaca por su relación con Granada, el epistolario de D. Manuel de Falla y otros documentos relacionados con su vida y obra musical.

En cuanto a los incunables, hay que destacar por la  abundancia y belleza de sus xilografías el "Liber chronicarum" de Schedel, impreso en Nuremberg en 1493 y la obra de Sebastián Brandt titulada "Stultifera navis" salida de las prensas de Johannes Bergman de Olpe en 1498, obra de literatura satírica con grabados alusivos realizados por Durero y sus discípulos; los dos ejemplares ilustrados del "Suplementum chronicarum" de Jacobus Philippus de Bergamo, impreso en Venecia, por Bernardino de Benaliis en 1486, edad de oro del libro veneciano. De entre los numerosos impresos de siglos posteriores citaremos a título de muestra las ediciones de la Enciclopedia de Diderot y D'Alembert de París, 1751-1777 en 35 volúmenes y de Lausanne, 1781 en 36, que incluyen todas las láminas y que constituyen unas de las escasas colecciones completas existentes en nuestro país.

Por último, es necesario mencionar una curiosa colección de 171 volúmenes formada por folletos impresos y manuscritos breves, de carácter literario e histórico, relacionados en su mayoría con temas granadinos.

Bibliografía

  • Peregrín Pardo, Cristina. "La Biblioteca General Universitaria". El Hospital Real, Granada, Universidad, 1990.
  • Peregrín Pardo, Cristina. "La Biblioteca Universitaria de Granada ayer y hoy". Boletín de la Asociación Andaluza de Bibliotecarios, 1984, vol. 1, n. 0, pp. 8-12.
  • Peregrín Pardo, Cristina. "El fondo histórico de la Biblioteca Universitaria de Granada". El libro antiguo en las bibliotecas españolas (separata), 1998, pp. 237-260.
  • Peregrín Pardo, Cristina. "Impresos en español de la Biblioteca del Colegio Mayor Reunido de Santa Cruz y Santa Catalina de Granada: Siglos XVI al XVIII". De libros y bibliotecas, homenaje a Rocío Caracuel, 1994, pp. 287-294.
  • Ariza Rubio, M.ª José. "La Biblioteca Universitaria de Granada". Boletín de la ANABAD, 1996, vol. XLVI, n. 3-4, p. 119-136.
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