Selecciona una palabra y presiona la tecla d para obtener su definición.
IndiceSiguiente


Abajo

Boletín de la Academia Argentina de Letras

Tomo LXVIII, núm. 267-268, enero-junio 2003

Portada



Academia Argentina de Letras

Sánchez de Bustamante 2663

C1425DVA - Buenos Aires

Teléfonos: 4802-3814/5162

Fax: 4802-8340

Portal de la Academia en Universia:

http://www.aal.universia.com.ar

Portal de la Academia en la Biblioteca Virtual Miguel de Cervantes:

http://www.cervantesvirtual.com/portal/AAL

Departamento de Despacho:

aaldespa@fibertel.com.ar

despacho@aal.universia.com.ar

Biblioteca:

aalbibl@fibertel.com.ar

biblioteca@aal.universia.com.ar

Departamento de Investigaciones Lingüísticas y Filológicas:

investigaciones@aal.universia.com.ar

diha@aal.universia.com.ar

consultas@aal.universia.com.ar

Departamento de Administración:

aaladmin@fíbertel.com.ar

administracion@aal.universia.com.ar

publicaciones@aal.universia.com.ar

Corrección:

Rosa Dotta Ruiz

© 2004 Academia Argentina de Letras
Impreso en La Argentina

Queda hecho el depósito que marca la Ley 11.723
Inscripción en el Registro Nacional de la
Propiedad Intelectual N.º 284851
I.S.S.N. 0001-3757




Academia Argentina de Letras

    Mesa directiva

  • Presidente: Don Pedro Luis Barcia
  • Secretario general: Don Rodolfo Modern
  • Tesorero: Don Federico Peltzer
    Académicos honorarios

  • Don Antonio Pagés Larraya
  • Don Adolfo Pérez Zelaschi
  • Don José María Castiñeira de Dios
    Académicos de número

  • Don Carlos Alberto Ronchi March
  • Doña Alicia Jurado
  • Don Horacio Armani
  • Don Oscar Tacca
  • Don José Edmundo Clemente
  • Don Horacio Castillo
  • Don Santiago Kovadloff
  • Don Antonio Requeni
  • Don José Luis Moure
  • Don Isidoro Blaisten
  • Doña Emilia P. de Zuleta Álvarez
  • Doña Alicia María Zorrilla
  • Don Jorge Cruz
    Académicos correspondientes

  • Don Pedro Grases (Venezuela)
  • Don Alonso Zamora Vicente (España)
  • Don Paulo Estevao de Berredo Carreira (Brasil)
  • Don Alberto Wagner de Reyna (Perú)
  • Don Ramón García Pelayo y Gross (Francia)
  • Don Franco Meregalli (Italia)
  • Don Juan B. Avalle-Arce (Estados Unidos de Norteamérica)
  • Don Gastón Gori (Santa Fe, Rep. Argentina)
  • Doña Elena Rojas Mayer (Tucumán, Rep. Argentina)
  • Doña Ángela B. Dellepiane (Estados Unidos de Norteamérica)
  • Don Roberto Paoli (Italia)
  • Don Giovanni Meo Zilio (Italia)
  • Don Raúl Aráoz Anzoátegui (Salta, Rep. Argentina)
  • Don José Luis Víttori (Santa Fe, Rep. Argentina)
  • Don Carlos Orlando Nállim (Mendoza, Rep. Argentina)
  • Don Hugo Rodríguez Alcalá (Paraguay)
  • Don Walter Rela (Rep. Oriental del Uruguay)
  • Don Alejandro Nicotra (Córdoba, Rep. Argentina)
  • Doña Luisa López Grigera (España)
  • Don Susnigdha Dey (India)
  • Doña Gloria Videla de Rivero (Mendoza, Rep. Argentina)
  • Don Dietrich Briesemeister (Alemania)
  • Doña Nélida E. Donni de Mirande (Rosario, Rep. Argentina)
  • Don Aledo Luis Meloni (Chaco, Rep. Argentina)
  • Don Rafael Felipe Oteriño (Mar del Plata, Rep. Argentina)
  • Don Oscar Caeiro (Córdoba, Rep. Argentina)
  • Don José Saramago (Portugal)
  • Don Bernard Pottier (Francia)
  • Don Francisco Rodríguez Adrados (España)
  • Don Carlos Hugo Aparicio (Salta, Rep. Argentina)
  • Don Néstor Groppa (San Salvador de Jujuy, Rep. Argentina)
  • Don Héctor Tizón (San Salvador de Jujuy, Rep. Argentina)
  • Doña Margherita Morreale (Italia)
  • Don Gregorio Salvador (España)
  • Don Humberto López Morales (Puerto Rico)
  • Don Héctor Balsas Ferreiro (Rep. Oriental del Uruguay)
  • Don Luis Gómez Macker (Chile)
  • Don Carlos Jones Gaye (Rep. Oriental del Uruguay)
  • Don Alfredo Matus Olivier (Chile)
  • Don José María Obaldía Lago (Rep. Oriental del Uruguay)
  • Don Jacques Joset (Bélgica)
  • Doña Irma Cuña (Neuquén, Rep. Argentina)
  • Don Juan Carlos Torchia Estrada (Estados Unidos de Norteamérica)
  • Don Gustav Siebenmann (Suiza)
  • Don Víctor García de la Concha (España)
  • Don Odón Betanzos-Palacios (Estados Unidos de Norteamérica)
  • Don Francisco Marcos Marín (España)
  • Don César Eduardo Quiroga Salcedo (San Juan, Rep. Argentina)
  • Don Francisco Darío Villanueva Prieto (España)
  • Don César Aníbal Fernández (Río Negro, Rep. Argentina)
  • Doña Susana L. Martorell de Laconi (Salta, Rep. Argentina)
  • Doña Ana Ester Virkel (Chubut, Rep. Argentina)
  • Doña Olga Zamboni (Misiones, Rep. Argentina)
  • Doña Gladys Teresa Girbal de De Combi (La Pampa, Rep. Argentina)




  —[11]→  

ArribaAbajoCelebración del día del idioma1


ArribaAbajo El Diccionario del habla de los argentinos

Federico Peltzer


El Diccionario del habla de los argentinos, que hoy presenta la Academia, es fruto de una larga tarea en que intervinieron prácticamente todos sus miembros. No es el primero que existe en nuestro país, como lo puntualiza el doctor Barcia en su prólogo. A él me remito. El proyecto existió desde 1933, pues figura en actas como tarea por emprender.

Cuando, a principios de 1999, se resolvió abordar dicha tarea, luego de pesar los pros y los contras que suponía, se formó la Comisión del Habla de los Argentinos, que, si mal no recuerdo, estuvo integrada al comienzo por la señora Presidenta, doctora Ofelia Kovacci, y los académicos Carlos Alberto Ronchi March, Jorge Calvetti, Alicia Jurado, José Edmundo Clemente y Martín Alberto Noel. Además, la integraban el señor Francisco Petrecca, director del Departamento de Investigaciones Filológicas, la señorita Susana Anaine, subdirectora de éste, y la totalidad del personal de dicho Departamento. Con el tiempo se fueron sumando los académicos Pedro Luis Barcia, Antonio Requeni, José Luis Moure, Emilia Puceiro de Zuleta y quien esto dice. La señora Kovacci falleció, lo mismo que el doctor Noel; y los académicos Carlos Alberto Ronchi March y Jorge Calvetti debieron retirarse por razones de salud o por imposibilidad de concurrir.

  —12→  

Sobre la base de los informes presentados por el Departamento, la subcomisión trabajó primero los jueves que coincidían con las sesiones del Cuerpo; luego lo hizo todos los jueves, ante la magnitud de la tarea y, la cantidad de voces propuestas. Al comienzo algunas fueron sometidas a la consideración de todo el cuerpo académico, de manera que se contó con la colaboración de la Academia en pleno. Posteriormente, dados los plazos fijados en el contrato firmado con Emecé, la subcomisión trabajó sin consultar con aquél, aunque atenta siempre a la opinión de los miembros.

Para el uso de voces regionales, contamos con el invalorable aporte de personas vinculadas a la Academia, o de académicos correspondientes. Baste citar a los señores Calvetti y José E. Clemente para todo lo referido al NOA; la doctora Zuleta, para Cuyo; la señora de Martorell, para Salta; la señorita Olga Zamboni, para el noreste, etc.

Hubo sin duda especialidades. No puedo olvidar el aporte femenino en las voces del habla culinaria y de la moda; del señor Calvetti en todo lo relacionado con la equitación criolla; del señor Clemente para dichos, costumbres y comidas del NOA; del doctor Moure y Antonio Requeni (y en general, de toda la subcomisión), para el habla de la calle, los cafés, los oficios; por fin, la suntuosa inclusión de litoralismos y entrerrianismos brindada por el señor Presidente, doctor Barcia, cuyo caudal sólo fue superado por los del habla norteña que en su momento realizó nuestro recordado poeta, Jorge Calvetti. Por mi parte contribuí, dada mi conocida pericia técnica, en el lenguaje futbolístico y futbolero, ayudando a definir conceptos tan difíciles como los de chilena, caño, gol olímpico, sombrero, etc.; no alcanzó mi saber a perpetrar una fórmula que sintetizara el concepto de rabona (al cabo nos resignamos a postergarlo para una próxima edición y, entre tanto, admirar las que realiza Insúa...).

Por supuesto, el Diccionario, en materias técnicas o de lenguajes propios de una actividad, contó con la colaboración de organismos oficiales y privados, consultados con frecuencia por el Departamento de Investigaciones.

Fue permanente motivo de amable discusión la vigencia o el desuso de ciertos vocablos propios del habla popular, tarea en la que los más viejos defendimos, la mayor parte de las veces sin éxito, la permanencia de voces, dichos y palabras del tiempo en que no lo éramos. En otros casos, la atenta observación del habla de alumnos, hijos aún   —13→   jóvenes, nietos, sobre todo nietos, dio fundamento a nuestras apreciaciones acerca de cómo nombrar hasta lo innombrable. Y, entre esto último, no faltaron rubores y eufemismos cuando llegó el momento de analizar ciertas palabras y expresiones non sanctas, dada la composición mixta de la subcomisión.

El doctor Barcia sin duda mencionará el número de voces incorporadas, y las muchas que quedan por incorporar en ediciones próximas. El habla del pueblo es fluida y cambiante, se renueva de continuo, y es función de la Academia recogerla, cuando tiene permanencia y su uso llega, no sólo al lenguaje común, sino al literario. Todo diccionario es provisorio, y éste no escapa a la regla.

Quienes trabajamos durante estos años sabemos que nuestra tarea no es un paso definitivo, sino un primer intento por fijar el sentido de las palabras con que se expresa el pueblo. Otros recogerán el testimonio. Nos queda la alegría de haber completado ahora, sólo por ahora, la tarea que nos propusimos realizar.



IndiceSiguiente