Selecciona una palabra y presiona la tecla d para obtener su definición.


ArribaAbajoCurato de Calliri

117. Dista 9 leguas de camino de la capital: su situación es en medio de la quebrada de este nombre, en un plan bastante llano, pero reducido: las casas son unos malos ranchos y sin orden: no tienen iglesia, porque se mandó deshacer por el cura, Dr. D. Pascual Barriga, a pretexto de que amenazaba ruina, y aun no se ha dado principio a hacerla de nuevo. Está sirviendo provisionalmente una capilla muy reducida de adobe, techada con paja. Era viceparroquia del de Caraza, y se dividió en el año pasado de 1782 por el Ilustrísimo Señor Arzobispo de Charcas, D. Francisco Ramón de Herboso, con acuerdo del vicepatrón real: tiene un anexo llamado Tres Cruces. El temperamento se diferencia poco con el de Tapacari; el agua no es buena; el pan es exquisito, y abunda de mantenimientos.

118. Se compone su población de 507 españoles, 1.148 mestizos, 153 cholos, 73 mulatos, 1.538 indios forasteros sin tierras, y 5 negros, cuyo total suma 3.424 almas.

119. El cura tiene de sínodo 507, pesos 61 reales, y rebajado el 5 por cierto para los fines arriba expresados, le queda líquido 482 pesos 4½ reales, y con el obvencional, ascenderán sus utilidades a 2.500 pesos sobre poco más o menos. Por razón de tributos satisfacen los indios a S. M. 1.982 pesos 7 reales al año.



  —30→  

ArribaAbajoCurato de Sipesipe

120. Es pueblo real de indios, dista de la capital 5 leguas, está situado en un plan llano, de hermosa vista; su formación como el de Tapacari, y sólo las casas están techadas de paja: la iglesia es de adobe, cubierta de teja, de bastante capacidad y bien adornada. Tiene una efigie muy milagrosa de Jesús crucificado, que se venera con mucha devoción y culto de este pueblo y demás de la provincia; con cuyo motivo se celebran diferentes fiestas al año, que atraen mucha concurrencia de gentes, particularmente en las Pascuas de Espíritu Santo. Las limosnas que contribuyen los fieles le atraen mucha utilidad al obvencional del cura.

121. El temperamento es más cálido que Tapacari, y los vientos son muy molestos: el agua es regular; suele experimentarse la terciana en algunas estaciones por la inmediación del río. El caudal de bienes de comunidad es sumamente reducida, y apenas hay en la arca de tres llaves 448 pesos 7½ reales.

122. Su población se compone de 419 españoles, 791 mestizos, 218 cholos, 166 mulatos, 2.017 indios entre originarios y forasteros, sin tierras, y 9 negros, cuyo total suma 3.620 almas.

123. El cura goza de sínodo 1.015 pesos 5 reales, que hecho el descuento referido en los demás, le queda líquido 964 pesos 6¾ reales, con lo cual y el obvencional se le regula, un año con otro, de 4 u 5.000 pesos: satisfacen los indios de tributo a S. M. 2.757 pesos al año.




ArribaAbajoPueblo de Quillacollo

124. Es de españoles, y dista de la capital 2½ leguas: está situado, en una pequeña loma, la más rodeada de ciénegas y acequias; su vista es muy agradable: las calles no tienen orden, son desiguales, y algunas pendientes; la plaza es cuadrada y grande. En una de sus frentes está la iglesia: es de adobes, y cubierta con teja, su capacidad regular, y medianamente adornada; pero de poca consistencia por los malos cimientos. Las casas son unos ranchos de adobe, cubiertas las más de paja, algunas hay de teja y dos o tres de altos: el temperamento es igual al de Cochabamba, aunque poe estar más inmediato a la Cordillera es algo   —31→   más fresco: abunda de comestibles aun más que en esta capital. Todos los Domingos, y días de precepto hay feria en la plaza, donde concurren de los pueblos inmediatos a proveerse de los víveres necesarios, y de otros efectos, como algodón en rama e hilado, y otros muebles de alfarería.

125. En ningún otro pueblo se dedican más al tejido de tocuyos que en éste, donde se regulan más de 500 cholos y mestizos ocupados en este ejercicio. Hay una fábrica de bayetas y pañetes ordinarios, fomentada por D. Pedro del Cerro, Regidor decano de esta ciudad, que ocupa muchos brazos ociosos; y si se formalizara un obraje sería de suma utilidad.

126. Se compone su población de 1.343 españoles, 2.902 mestizos, 230 cholos, 344 mulatos y 1.401 indios, y su total 6.323 almas.

127. Hay dos alcaldes ordinarios, que se crearon con arreglo al artículo 8 de la real Ordenanza de intendentes en el año pasado de 1787 a solicitud del vecindario.

128. El cura tiene de sínodo 692 pesos, de los que rebajados 34 pesos 5 reales para los fines que van relacionados, le quedan líquidos 651 pesos 3 reales, y con el obvencional, se le regula de 4 a 5.000 pesos en cada un año. Por razón de tributos pagan los indios a S. M. 1.775 pesos.




ArribaAbajo Pueblo del Paso

129. Es pueblo real de indios; dista dos leguas de la capital tiene una plaza grande y cuadrada: las casas son unos reducidos ranchos de adobes y paja, y muy pocos de teja; la iglesia es de bastante capacidad, del mismo material; está aseada y con regular adorno; el temperamento mejor que el de Cochabamba, por estar más inmediato a la Cordillera; sólo si está muy azotado de los vientos; el agua es buena, y los mantenimientos con abundancia.

130. Su población se compone de 154 españoles, 295 mestizos, 78 cholos, 148 mulatos, 1.230 indios, los más forasteros sin tierras, y muy pocos originarios, por haberlos aniquilado la mita de Potosí, de que hay expediente en la Real Audiencia del distrito, para que se reduzcan al número que corresponde, en virtud de providencia del real y -supremo Consejo   —32→   de Indias, expedida a pedimento de los indios, y representación del Gobernador. El total de toda la población asciende a 1.095 almas. El cura goza 1.028 posos 1 real de sínodo, que hecha igual rebaja, le quedan líquidos 976 pesos 5¾ reales, y con el obvencional y capellanías anexas a este curato, se le regula 3.000 pesos de renta al año. Los tributos que pagan los indios a S. M. ascienden a 1.577 pesos 5 reales.

131. Aunque posee bienes de comunidad, estos no rinden más que lo preciso a las cargas y pensiones, sin que quede sobrante alguno.




ArribaAbajoCurato de Tiquipaya

132. Es pueblo real de indios; dista de la capital 1½ leguas: su situación está inmediata a la Cordillera; es llana, y en todo lo mismo que el del Paso. Tiene una viceparroquia, llamada Colcapirgua, que es una reducida población de indios sin método ni orden: la capilla es pequeña, de adobe y cubierta con teja; sus adornos son pobres: dista del curato poco más de media legua. Su vecindario se compone de 510 españoles, 888 mestizos, 922 cholos, 287 mulatos, 1.735 indios entre originarios y forasteros sin tierras, y su total 4.342 almas. El cura tiene de sínodo 615 pesos 5 reales, que con igual descuento, le resulta líquido 584 pesos 6¾ reales. Los tributos que pagan los indios son 2.816 pesos 2 reales al año.

133. El caudal de bienes de comunidad es reducido, y hay en arca de tres llaves 428 pesos 4 reales.

134. El pósito de granos de este partido tiene de fondo hasta el día 300 fanegas, un celemín de trigo, y 2 fanegas 5½ viches de maíz.

135. El total de la población de todo el partido asciende a 27.308 almas.




ArribaAbajoPartido de Arque

136. Linda por el N con el de Tapacarí y la jurisdicción del distrito de la capital del gobierno: por el S con el gobierno e intendencia   —33→   de Potosí: por el E con el partido de Clisa: por el O con el gobierno de Charcas.

137. Corre por este partido el río de Arque, al que le dan tantos nombres cuantas haciendas hay en su inmediación. Se forma de los ríos de Colcha, Carquiri, Turacachi, Tacopaya, Sayari, Sicaya, y otros pequeños arroyos que suelen secarse la mayor parte del año. Tiene algunos pozos o remansos, principalmente en la confluencia con el de Tapacari o Ucuchi, y a este último se le une, más arriba de Poquera, el de Caraza, que se compone de las aguadas y vertientes del valle de este nombre, y en ellos hay pescados bastante sabrosos; como bagres, sábalos, dorados, zurubís y otros, y lo mismo en el de Cayne o Río Grande, que se forma de la unión de los dos ríos de Arque y Ucuchi, y le baña hasta dar con la provincia de Chayanta.

138. Comprende el valle de Caraza, que es el menor de todos los de Cochabamba; lo demás es un tejido de cerros bastante elevados que forman dicho valle, y las quebradas por donde corren los ríos expresados y otros de poca consideración. En dichos cerros hay muchas minas y vetas de plata, plomo y estaño; pero ninguna corriente y con formalidad de trabajo, de que se hará mérito en su lugar.

139. Los campos en las quebradas y laderas de los cerros están en partes poblados de árboles y arbustos poco elevados. En los montes y país bajo se crían los mismos cuadrúpedos, volátiles, reptiles e insectos que van explicados en el partido de Sacaba.

140. El temperamento es algo más cálido que el de Cochabamba, particularmente el del pueblo de Capinota, que es sumamente ardiente, y en el río, Ucuchi hay mucha terciana: los demás parajes son sanos, y las enfermedades más frecuentes que en la capital.

141. Los terrenos son medianamente fértiles, principalmente en las quebradas, con la proporción del riego de los ríos y arroyos que corren por ellas, y producen trigo, maíz, cebada y cuanto se quiera sembrar; y en las laderas de los cerros, o terreno alto, trigo, papas y quinua, si las aguas asisten y no se experimentan heladas.

142. Los pastos son escasos, pero mantienen algún número de ganado lanar, y principalmente cabrío.

143. Está dividido en cuatro curatos o doctrinas; y son, Arque, Colcha, Capinota y Caraza.



  —34→  

ArribaAbajo Curato de Arque

144. Este pueblo es cabecera de partido: está situado casi al medio de la quebrada, entre dos grandes cerros que lo hacen lóbrego y triste. Dista de la capital 14 leguas. Su fundación, según las diligencias practicadas por el visitador de tierras del partido, fue de indios originarios del pueblo de Challacollo, subdelegación de Paria, provincia de la Plata. El terreno de la población es perteneciente a aquella comunidad, y a más posee unos molinos en su inmediación, 12 fanegas y 22 almudes de sembradura de maíz con riego, y en los altos 109 fanegas de la misma sembradura sin riego, todo lo cual se administra por el cacique de dicho pueblo; cuyos productos, por una prudente regulación, ascenderán a más de 1.000 pesos, de los cuales se aprovecha, satisfechas las cargas y pensiones, como si las poseyese por vía de mayorazgo. La plaza es cuadrada y muy reducida: pasa por medio de ella una pequeña acequia. En uno de sus frentes está la iglesia: su construcción de adobe y teja, bastante capaz y bien adornada, aunque muy lóbrega; en el otro, la casa del cura, que es de buenas proporciones, si bien se halla muy deteriorada: las calles son desiguales y desempedradas; las casas, regulares; entre ellas hay algunas de dos altos, y las más techadas con teja.

145. Pasa por sus inmediaciones el río de Colcha, en el que hay muchas paradas de molinos, y buenas haciendas que poseen los españoles. El de Guayllia, que baja de Carquiri, divide el pueblo en dos barrios: el principal, donde se halla situada la iglesia, y el otro que dominan San Sebastián del Cochi a la entrada, y viene a ser el arrabal de dicho pueblo: en tiempo de agua suele traer tan fuertes avenidas, que corre peligro de ser inundado. Todos los años concurre el vecindario a hacer los reparos para evitar este riesgo. Como seis cuadras del Cochi hay un sitio que denominan el Mercado, por las muchas gentes que en él concurren de los partidos y provincias circunvecinas, a la compra y venta de granos, sal, alfombras, lanas y otros efectos. De comestibles se halla bien provisto y a precios moderados; el agua es exquisita.

146. El curato tiene dos anexos, que son Apillapampa y Vilcabamba.

147. Su población se compone de 398 españoles, 732 mestizos, 704 cholos, 42 mulatos, 4.044 indios forasteros sin tierras, y 9 negros, cuyo total asciende a 5.929 almas.

148. El cura tiene de sínodo real 733 pesos, y hecho el expresado   —35→   descuento, le queda líquido 691 pesos 2¾ reales, y con el que goza predial y obvenciones, se le regula de renta sobre 4.000 pesos. Contribuyen a S. M. los indios con 3.968 pesos 6 reales por el tributo, al año.

149. El pósito de este partido tiene de fondo 162 fanegas, las 18 de maíz, y las 154 de trigo.




ArribaAbajoCurato de Colcha

150. El pueblo de Colcha dista de la capital 15 leguas de camino: está situado en un pequeño recodo que hace la quebrada por donde corre el río de Colcha, en terreno desigual y quebrado.

151. No ha quedado más de su antigua población que ruinas y vestigios de la opulencia que tuvo. Las casas, ingenios y algunos de sus molinos están arruinados; la del cura, que es muy capaz, de piedra y teja, amenaza ruina; la iglesia es un galpón o rancho, que servía de mesa de trucos, donde se colocó provisionalmente por haberse incendiado la que había, y quemádose el techo; y aunque las paredes están firmes y sólidas, no obstante de ser pasados más de diez años del incendio, no se ha pensado en su reedificación. Explicar el estado deplorable de este curato, que ha sido el mejor de la provincia, causa dolor y se omite, por prudentes motivos.

152. El temperamento es más fresco y sano que el de Arque, a excepción de los altos, que son frigidísimos, particularmente en Quirquiavi y Totora: el agua es buena, y los comestibles en la misma forma, bien que están muy escasos. Aunque se dedican los vecinos al ejercicio de la agricultura por la proporción de sus terrenos, muchos se ocupan en el trajín de la arriería por la abundancia de molinos; y algunos en el laboreo de las pocas minas, que trabajan sin formalidad ni arreglo.

153. Las casas, a excepción de la del cura, son unos malos ranchos, los más arruinados.

154. Tiene tres viceparroquias; a saber, Verenguela, Tacopaya, y Quirquiavi, y tres anexos; que son, Comuna, Aquerana y Totora.

155. La viceparroquia de Santiago de Verenguela está en lo más alto de una serranía, que forma la quebrada de Colcha por la banda del S y al pie de la tetilla de un cerro, llamado Leque, dos leguas de   —36→   camino de la parroquia; muy pendiente y pedregoso. Su iglesia es muy capaz: el pueblo se compone de pocos vecinos; las casas, unos pequeños ranchos en medio de las ruinas de otros, que por ellos y su número denotan haber sido una crecida población, como que fue la parroquia de este curato en tiempo que aquel mineral estaba en auge. Nada da más testimonio de su riqueza que las muchas bocas minas y socavones que se reconocen en sus inmediaciones, y los varios ingenios que había en la quebrada de Colcha, de los que apenas han quedado vestigios. Hoy está reducido a un esqueleto de lo que fue, no obstante de que acaban de hacerse dos registros, el uno en el cerro denominado Guayllacochi, y el otro en el Negro-pabellón, distrito de dicho curato, que ofrecen muchas esperanzas.

156. La población de este curato se compone de 398 españoles 732 mestizos, 74 cholos, 42 mulatos, 4.014 indios y 9 negros, cuyo total asciende a 5.929 almas.

157. El cura goza el sínodo de 1.015 pesos 5 reales, que hecho el referido descuento le quedan líquidos 961 pesos 6¾ reales, y con lo obvencional, se le regula al año 5.000 pesos. Contribuyen los indios por el ramo de tributos a S. M. con 5.581 pesos 2 reales al año.




ArribaAbajoCurato de Capinota

158. Este pueblo es de indios reales, dista de la capital 9 leguas de camino: su situación, en un pequeño valle que forma la quebrada de Capinota, un cuarto de legua de las juntas de este río con el de Tapacari, bastante espacioso, la plaza es grande y cuadrada pero cenagosa, como la mayor parte del pueblo, por desidia de sus habitantes. En uno de sus lados está la iglesia; es de adobe, y cubierta de teja, está muy maltratada: su capacidad, regular para la población, y medianamente adornada. Alrededor de la plaza hay algunas pequeñas casas o ranchos, techadas de paja las más, otras están en sus inmediaciones sin orden esparcidas, y muchas por el campo con sus haciendas y huertas, en que hay buenos alfalfares, y produce cuanto quieren sembrar por la proporción del riego; bien que en partes son expuestas a inundaciones; también hay muchos árboles frutales, principalmente higueras, a cuya cosecha está atenida la mayor parte del pueblo, que, aunque es de indios reales, se compone más de mestizos, mulatos y españoles, que de estos naturales, y son más dedicados al trajín de la arriería que a la agricultura, por estar en el   —37→   paso preciso a Cochabamba, Chuquisaca y otras partes, lo que les presenta mucha proporción para el tráfico de granos y harinas, con las paradas de molinos que hay en sus inmediaciones, pertenecientes a los españoles.

159. El temperamento es demasiado cálido y húmedo, y aunque sano en el pueblo, en las inmediaciones del río se contrae la terciana o chuccho en tiempo de aguas. Abundan muchos mosquitos, vinchucas y otros insectos bien molestos, y bastantes ranas, murciélagos y pulgas.

160. El agua no es buena, y los comestibles escasos y caros: muchas veces no suelen hallarse; sólo el pan es abundante y de buena calidad.

161. Tiene dos anexos, llamados Charamoco y Ucuchi, y una viceparroquia nombrada Sicaya, tres leguas de distancia del curato, y doce de la capital. En ella poseen los indios del pueblo de Toledo muchas y muy buenas tierras: su situación, en una quebrada espaciosa por donde va el camino para la ciudad de la Plata. Su temperamento excelente, lo que le hace ser de los parajes más sanos de la provincia: las aguas exquisitas, y las más de las tierras de superior calidad. La iglesia aun es mejor que la de Capinota, porque el actual cura la ha reedificado y adornado con decencia. Lo más de la población es de españoles y mestizos, y poseen algunas paradas de molinos.

162. El curato se compone de 217 españoles, 649 mestizos, 331 cholos, 135 mulatos, 2.432 indios y 5 negros, cuyo total compone 5.127 almas.

163. El cura goza el sínodo de 859 pesos 3 reales, y hecha igual rebaja, le queda líquido 816 pesos 3 reales, y con las obvenciones, se le regula un año con otro 3.500 pesos. Los tributos que pagan los indios a S. M. importan 3.167 pesos 4½ reales al año.




ArribaAbajoCurato de Caraza

164. El pueblo de Caraza está situado casi en el medio del valle de este nombre, cinco leguas de la capital, y cuatro del antecedente, al pie de una barranca bien profunda, por la que corre el

  —38→   río de Caraza, cuya agua es escasa, turbia y salitrosa. Lo dócil de aquel terreno va causando con las lluvias y avenidas unos derrumbes en la misma orilla del pueblo, que debe temerse su ruina, si no se ocurre con tiempo a repararle; lo que es muy difícil por lo costoso, y desidia de sus vecinos. El agua que beben la traen de unos manantiales que hay un cuarto de legua de distancia; es buena.

165. El temperamento es seco, y ardiente; su principal subsistencia consiste en la agricultura, por la buena calidad de sus terrenos; bien que los indios comercian mucho con el carbón y leña, del que proveen la capital.

166. Las casas de este pueblo son pocas, pero están con algún orden: a excepción de la del cura, que es de dos altos y puede competir con las mejores de la capital, son unos ranchos como en los demás pueblos referidos; la plaza es grande, en uno de sus ángulos está la iglesia, que es muy capaz y aseada; su construcción de adobe y teja.

167. A distancia de media milla de este pueblo hay una hacienda y casería perteneciente al convento de San Agustín de Cochabamba; que es una pequeña población. Tiene un anexo, llamado Marcavi.

1-68. El curato se compone de 346 españoles, 1.529 mestizos, 278 mulatos, 2.971 indios y 3 negros, cuyo total es de 5.127 almas.

169. El cura tiene de sínodo 507 pesos 6½ reales, y hecho igual descuento, le queda líquido 482 pesos 3½ reales, y con lo obvencional se le regula 3.500 pesos al año. De tributos pagan los indios a S. M. 3.090 pesos 5 reales al año.

170. El pósito de granos de este curato tiene de fondo 233 fanegas 2 viches: las 212 fanegas 1½ viches de trigo, y las 70 fanegas y medio viche de maíz. El total de almas de que se compone este partido es de 22.174.




ArribaAbajoPartido o subdelegación de Clisa

171. Linda por el N con el de Sacaba: por el S con el gobierno de Potosí, cuya división es el Río Grande: por el E con el   —39→   partido de Mizque: por el O con el de Arque, el distrito de la capital y el partido de Sacaba.

172. Corren por él el río de Punata, al que se le une el que baja de Toco, llamado de Clisa, y las quebradas de Tarata; bien que una de estas está seca la mayor parte del año. Estas aguas forman el río de la Angostura o de Tamborada, que en tiempo de lluvias es muy rápido y de algún caudal.

173. Este partido comprende el valle de su nombre, que es el mayor de todos los de esta provincia: tiene en su extensión nueve leguas E a O, y en partes tres de ancho, lo demás es terreno elevado, principalmente al E, N y S, y a las inmediaciones del Río Grande, quebrado y montuoso.

174. Su temperamento, en el valle, frutos, vientos y enfermedades, como en Cochabamba: sus aguas son más delgadas. En los altos es frígido, según la elevación de ellos. Cuadrúpedos, volátiles, insectos y reptiles se encuentran los mismos que en los antecedentes. En las orillas del Río Grande, se padece mucha terciana en tiempo de lluvias.

175. El terreno es fértil, y produce en los altos, trigo, papas, ocas, y en el valle y algunas quebradas, trigo, cebada y maíz con abundancia, y cuanto se quiere sembrar: bien que mucha parte de los terrenos no tiene riego, sólo al E y N del valle, y aun en el centro, lo sacan del río de Punata.

176. Los pastos son muy buenos y de mucho engorde, principalmente en el medio del valle, y aun en todo él por los muchos bañados y salitrales. Mantiene un crecido número de ganado lanar, algún caballar y vacuno.

177. Este partido está dividido en cuatro curatos; que son, Tarata, el Paredón, Punata y Araní.




ArribaAbajoCurato de Tarata

178. Este pueblo y parroquia es el de mayor extensión de todos los del partido. Dista de la capital seis leguas de camino: está situado en uno de los extremos del valle de Clisa, que hace suave   —40→   una loma entre dos quebradas, la una llaman de Tarata, y la otra Seca, por estar así la mayor parte del año. La plaza es cuadrada, sus calles están sin orden, y las casas son regulares; hay algunas de dos altos. La iglesia está en uno de los frentes de la plaza; es de mucha capacidad, toda de piedra en forma de crucero: tiene su media naranja. Los altares no se hallan con los adornos correspondientes. La hizo de nuevo el Ilmo. Señor Obispo del Tucumán, en tiempo que fue cura y vicario de esta doctrina.

179. Por su promoción y vacante de este curato, se dividió en dos, erigiendo otro en la viceparroquia de Santiago del Paredón, del que se tratará en su lugar: tiene tres anexos; que son, Clisa, Toco y Harpita.

180. Sus vecinos viven de la agricultura, y algunos de unas fábricas de jabón y pólvora, que proporcionan aquellos parajes; y otros de temidos de lienzo de algodón que llaman tocuyo: si bien hay mucha ociosidad por lo poblado que se halla este curato, y no tener en que ocuparse tanto brazo ocioso. En sus inmediaciones hay algunas huertecitas de árboles frutales y hortalizas para el abasto del pueblo, lo demás del distrito son terrenos para sembrar maíces y trigos de excelente calidad, que ocupan infinidad de haciendas, las que parecen pequeñas poblaciones. El todo de la de este curato se compone de 3.971 españoles, 4.156 mestizos: 775 mulatos, y 6.924 indios forasteros sin tierras, cuyo total compone 15.826 almas. El cura goza de sínodo predial 239 pesos, de la primicia 2.000 pesos, y con lo obvencional se le regula de renta anual de 6 a 7.000 pesos. Contribuyen a S. M. en el real ramo de tributos los indios 9.813 pesos 6 reales al año.

131. El pósito de granos tiene de fondo 546 fanegas 2½ viches de trigo, y de maíz 144.




ArribaAbajo Pueblo y Curato de Santiago del Paredón

182. Este curato era viceparroquia del de Tarata, y se dividió en el año pasado de 1790: dista de la capital 11 leguas, y 5 de aquel. Su situación es en un llano espacioso circundado de diferentes lomas: el agua exquisita; los terrenos son temporales o de secano, muy fértiles en las cosechas de trigo, cebada y papas, que acostumbran sembrar: tiene muchas haciendas de españoles, y algunas estancias donde   —41→   se cría mucho ganado. Las casas; son unos ranchos cubiertos de paja, algunas hay techadas de teja: las calles están a cordel; la plaza es grande y cuadrada; en uno de sus frentes está la iglesia, es muy reducida, y no capaz al mucho número de almas que comprende el curato; y para que no se queden sin misa, ha hecho el actual cura una tribuna en el frente, con lo que desde la plaza pueden oírla. Tiene una viceparroquia, que antiguamente era capilla, llamada Isata, que comprende diferentes rancherías de mestizos o indios arrenderos y agregados, sin método ni orden. Se compone todo él de 567 españoles, 1.628 mestizos, 491 mulatos, y 3.116 indios forasteros sin tierras, cuyo total asciende a 5.802 almas. El cura no goza de sínodo real como el antecedente; con el predial, la primicia y el obvencional ascenderá su renta a 3.000 pesos. Los tributos que pagan los indios de este curato a S. M. están comprendidos, en el antecedente, porque no se había dividido cuando se hizo la matrícula.




ArribaAbajoCurato de Punata

183. El pueblo y parroquia de Punata dista del antecedente cinco leguas, y diez de la capital. Su situación es a un lado del valle y a la inmediación del río de Punata, en un plan bastante llano pero en sus inmediaciones en tiempo de aguas. Sus casas son como en Tarata, y lo mismo la iglesia, con la diferencia de estar muy alhajada y sus altares bien adornados. Goza de mucho riego, por lo que las cosechas de trigo y maíz son más seguras que en Tarata, aunque en años abundantes de lluvias suelen perderse: tiene muchas huertas de exquisitas frutas y buenas hortalizas. Todo su distrito está poblado de haciendas, aun en mayor número que en Tarata. Su población se compone de 1.332 españoles, 4.350 mestizos, 612 mulatos, 3.411 indios forasteros sin tierras, y 27 negros, cuyo total es de 9.732 almas. El cura tiene de renta con la primicia, sínodo predial y el obvencional al año de 5 a 6.000 pesos. Contribuyen a S. M. los indios, por razón de tributos, 3.590 pesos 5 reales, y tiene de fondo el pósito de granos 107 fanegas de trigo, y 226 de maíz.




ArribaAbajo Curato de Arani

184. Este curato, que fue viceparroquia de Punata, se dividió   —42→   en el año de 1780. Está situado al E del valle, en un terreno muy llano, poco más de una legua del antecedente, y once de la capital, todas de camino muy bueno: aunque en tiempo de aguas es interceptado en algunas ocasiones por el río de Punata, y las inundaciones que causan las avenidas.

185. Sus calles están a cordel: sus casas, a excepción de dos que hay de un solo alto de poca capacidad, las más, unos reducidos ranchos como en los antecedentes: la plaza es grande y cuadrada, y en una de sus frentes está la iglesia, que es algo mayor que las de los otros curatos, tiene una torre bastante elevada; sus altares están muy adornados con mucha marquería de plata. En el mayor se venera una imagen de María Santísima con el título de Nuestra Señora de la Bella, a quien toda la provincia, y sus inmediatas tienen particular devoción, y vienen muchas gentes en romería a cumplir sus promesas. El día 24 de agosto se celebra una fiesta solemne en culto de esta sagrada efigie, la que atrae innumerable concurso de gentes, y con este motivo se hace feria de géneros de Castilla y de la tierra; y con las limosnas que contribuyen los fieles, tiene la fábrica una dotación rica, y el cura un obvencional de mucho interés: con este la primicia y el sínodo predial ascenderá de 3.000 a 4.000 pesos.

186. Su temperamento es húmedo; las aguas son exquisitas, y está bien provisto de víveres. Sus terrenos y haciendas como en Punata. Una legua de distancia, en la hacienda llamada Collpa, propia de los padres de San Agustín, hay un convento de esta religión; se ignora si está fundado con facultad real: no mantiene más que un religioso, y sirve a los Señores Obispos para castigar los clérigos que cometen algún delito, donde los mandan a hacer ejercicios. Tiene una viceparroquia llamada Tiraque, en distancia de cuatro leguas, situada al pie de la Cordillera, camino a la nueva reducción de Yuracarees. Su temperamento es frío, si bien producen los terrenos trigo, cebada y papas en abundancia. La iglesia es reducida y muy maltratada las casas, unos malos ranchos de adobe cubiertas con paja.

187. El todo de la población de este curato se compone de 803 españoles, 2.058 mestizos, 488 mulatos, 2.904 indios y 3 negros, cuyo total suma 6.256 almas. De tributos contribuyen a S. M. los indios 3.209 pesos 3 reales. El todo de la población del partido es de 37.616 almas.



  —43→  

ArribaAbajoPartido de Mizque

188. Este partido comprende todo el distrito del antiguo corregimiento de Mizque. Linda por el N con tierras habitadas de indios bárbaros de nación Yuracarees: por el S con el Río Grande, que lo divide de la provincia de la Plata: por el E con el partido del Valle-grande, y por el O con el de Clisa.

189. Los ríos más principales que corren por este partido, son el de Tintin, Guecontoy, Tugma, Hulloxchama, Ituchi, Chalguani, Oloy, Novillero o Chinguri: a más de estos hay otros menores, como son el de Macotela, Laybato, Yunguillas, Molinero, y otros pequeños arroyos y quebradas de poca consideración. Todos estos, menos Chinguirí y Molinero, forman el Río Grande de Mizque, que corre por medio de este partido, tomando el nombre de diferentes haciendas que hay en sus inmediaciones.

190. Este, y parte de los que forman el partido, abunda de dorados, dentones, sábalos, bagres, zurubís, y otros varios pescados, así grandes como chicos.

191. El terreno es muy quebrado, con muchos cerros que forman algunos valles: y quebradas hacia el centro todo lo demás son terrenos elevados, que llaman Punas: por la banda del N tiene la cordillera de Cocapata, que es real.

192. Los campos están poblados de árboles, principalmente en algunos valles, quebradas y cerros poco elevados, y con cedros, ceibas, tipas, quinaquina, bien conocido por la resina que produce semejante al incienso de que se hace uso en los templos, y demás perfumes o sahumerios tan introducidos en el Perú, laurel, soto, vilca, charis, molles, quiñi, tarco, sextache, y otros varios árboles y arbustos. La corteza del soto y vilca la usan los naturales para curtir cueros. Las maderas son de poca consideración, así por su calidad, como por su tamaño, y sólo pueden servir para fábricas de casas. De frutas se crían duraznos, higos, tunas de varias calidades, paltas, guayabas, granadillas, cidras, limones, naranjas agrias, tal cual árbol de dulces, y manzanares; pero todo muy escaso.

193. En las serranías hay vetas de metales de plata, bronce, yeso y liga, que sirve para el beneficio de la primera por fundición.

  —44→  

194. En los bosques: tigres, onzas, gatos monteses, leopardos, que llaman leones, osos de dos calidades, hormiguero, y de los comunes, zorros, venados y otros animales chicos. Volátiles: pabas, cotorras, teruteros, bandurrias, perdices, palomas, torcazas, tórtolas, gavilanes, sacres, halcones, caranchos, todos de rapiña, y muchos y muy diferentes pájaros chicos. En las lagunas patos de varios tamaños: guallatas, gallinetas y otras muy parecidas a estas, que llaman choanquiras, muchos chorlitos, pariguanas, o el ave que tiene su pico de hechura de espátula, otra algo parecida a esta en el color y tamaño, que los del país llaman flamencos, y domésticos como en las demás partes.

195. Reptiles: víboras, culebras, lagartijas y lagartos; infinitos insectos muy molestos en los ríos y quebradas ardientes, principalmente en las inmediaciones del Río Grande; y son, apasancas, que es una araña muy grande, otra chica, que llaman micomico y alacranes: estos tres últimos y las víboras son de un veneno muy activo: vinchucas, tábanos, mosquitos, mariguis, niguas, sapos, y muchísimos murciélagos, que se mantienen con la sangre de las bestias, a quienes le sacan insensiblemente, y aun de las gentes si los cogen durmiendo. Apenas hay río, quebrada y valles, en cuyas inmediaciones no se experimenten tercianas y tabardillos, muchas veces complicadas estas dos enfermedades, y calenturas ardientes que son en todo el tiempo del año, pero regularmente son más comunes en la estación de aguas. Los altos son de buen temperamento y muy sanos.

196. La población de este partido es bien corta, y se compone de españoles, mestizos, zambos e indios. Entre los españoles hay como diez de posibles, los demás de esta clase tienen algunas haciendas cortas, y las más abandonadas cargadas de censos. Los mestizos y zambos, que debieran emplearse en el beneficio de los terrenos, pasan una vida ociosa, contentándose con hacer una corta cosecha, que apenas les alcanza para su manutención, y el excesivo vicio de la chicha.

197. Son bastante robustos los que habitan en terreno sano, mas los que viven en los parajes de terciana, son débiles, de mala contextura, con un color macilento, y muchos con la imperfección del coto. Otros nacen contrahechos, sordos, mudos y enanos, que denominan opas, por ser incapaces de sacramentos.

193. La población de los indios es corta, y se divide en originarios y forasteros sin tierras, que llamados de la fertilidad de sus   —45→   terrenos, se pasan de otras provincias, especialmente del valle de Clisa, en mucho número; y los más perecen con la terciana, a excepción de los que se establecen en los altos.

199. Este partido presenta las mayores proporciones para que fuese el más rico de la provincia, y aun de las inmediatas, por la fertilidad de sus terrenos para trigo, cebada, maíz, vinos, etc., por la abundancia de buenos pastos y aguadas a la cría de ganado, y por estar situado en paraje donde puede expender con comodidad sus frutos en las provincias de la Plata y Potosí a precios más ventajosos: pero la desidia de sus vecinos es tal, que ninguno otro se reconoce más pobre en toda ella. En tiempo antiguo, que se dedicaron a la industria de la agricultura, floreció en tales términos, que sólo los frutos de sus viñas era un renglón de donde sacaban crecidísimos intereses. Da buen testimonio de esta verdad la ruina de las haciendas, cuyos vestigios están denotando su mucha opulencia. La de Perereta producía 12 a 13.000 botijas de vino, y apenas en el día da cinco o seis: sus terrenos, poblados de bosque, sirven de estancias para cría y engorde de ganados.

200. Se compone este partido de seis curatos, que son Mizque, Pocona, Totora, Tintin, Ayquile y Pasorapa.




ArribaAbajoCiudad de Mizque

201. Dista 33 leguas de la capital del gobierno: su situación es en un valle muy ardiente, ameno y delicioso; sus calles están a cordel, desempedradas y llenas de maleza por su despoblación. Hay muchas casas de buenas portadas, grande capacidad, con dos altos y balconaje, pero las más arruinadas. La plaza es cuadrada; en uno de sus ángulos está la casa capitular y cárcel, que se reedificó de nuevo el año pasado de 1788: es cómoda, decente y capaz.

202. El temperamento es muy ardiente y enfermo; se experimenta en tiempo de lluvias terciana, tabardillos y calenturas malignas de que mueren muchas gentes, y hasta es la causa de no poder aumentarse su vecindario.

203. No hay noticia cierta acerca de su primera fundación; esta parece fue con la denominación de la villa de Salinas, río Pisuerga, que es un arroyo que baja por sus inmediaciones, y el año   —46→   de 1603 se formalizó, con la solemnidad debida, por D. Francisco de Alfaro, Fiscal que fue de Real Audiencia de la Plata, en virtud de comisión del Sr. D. Luis de Velazco, virrey del Perú. No se encuentra documento ni razón alguna por donde se venga en conocimiento si a esta villa se le dio después el título de ciudad que hoy usa, y varió el nombre: sólo tiene una anticuada posesión de uno y otro en las escrituras y demás instrumentos públicos de tiempo inmemorial.

204. El Cabildo se compone de solos los dos alcaldes y cuando a principios de cada año pasan a hacer las elecciones de oficios concejiles, eligen tres vecinos, habilitándolos de regidores para sólo la votación, en virtud de real provisión, librada por la Real Audiencia de Charcas. Entre los pocos papeles que mantienen en el archivo, sólo consta haber tenido los oficios de alférez real, alguacil mayor, depositario general, alcalde provincial, fiel ejecutor y escribano, y se ignora que regimientos haya rasos, pues sólo trata de los preeminentes. En el día sólo está en uso el del escribano de Cabildo.

205. Tiene, de caudales de propios, entre ejidos y solares, 195 pesos 2 reales.

206. Sin embargo de ser población de españoles, hay indios originarios denominados Chues, de cuya casta sólo han quedado trece tributarios, y poseen, por bienes de esta comunidad, diferentes terrenos, y unas salinas situadas en el valle de Chisa; los cuales, después de formado el reglamento y creada la junta que los administra, con arreglo a la real Ordenanza de intendentes, ha producido 398 pesos 3 reales.

207. La iglesia parroquial está en uno de los frentes de la plaza: es antigua, y está amenazando ruina; sus paredes son de adobe y piedra, cubierta de teja; su capacidad regular; su decencia, lo mismo. En el curato ha habido variedad; unas veces ha tenido dos curas rectores, otra uno, y últimamente, en el año pasado de 1790, se redujo a un solo curato, por el Reverendo e Ilmo. Sr. Obispo, D. Alejandro José Ochoa, con acuerdo del Vice-Patrón. Tiene dos viceparroquias; la una denominada San Sebastián en la misma ciudad, y la otra en la hacienda de la Aguada, dos leguas de distancia. Goza de sínodo real 187 pesos, 1 real, y de predial 48, y con las capellanías y obvencional se le regula a más de 2.000 pesos.

208. Esta ciudad tiene tres conventos, y un hospital al cargo   —47→   de los padres de San Juan de Dios; a saber, Santo Domingo, San Francisco y San Agustín.

209. El de Santo Domingo se ignora el año de su fundación, y si fue con facultad real y sólo por una capellanía o patronato, que fundó D. Juan de Paredes, vecino de dicha ciudad, en el año pasado de 1603 en favor de dicho convento, consta que en aquel año ya lo había, y en ella denomina de prior a Fray Cristóbal de Torrejón, y de conventuales a Fray Gerónimo de Najera y a Fray Pedro Liaño. El edificio está muy deteriorado, incómodo, e indecentísimas las celdas. La iglesia se halla con algún aseo, y más decente que las de los otros conventos: sólo tiene dos religiosos, y sus rentas ascienden a 775 pesos7.

210. El de San Francisco se fundó en 30 de agosto del año de 1561, con licencia del Sr. Dr. Barrios del Consejo de S. M. y Oidor decano de la real Audiencia de la Plata, con la advocación de Nuestra Señora de los Ángeles, la que se halla refrendada por el Exmo. Sr. D. Martín Manríquez, virrey del Perú, en virtud de especial cédula librada por S. M. para estas fundaciones: así parece resulta de dicha refrendación; su fecha 3 de febrero de 15628.

211. El número de religiosos se supone ser ocho, pero lo cierto es, que lo más del año ni aun dos viven en la ciudad. El edificio está casi arruinado, particularmente la iglesia, la que se hundió el año pasado de 1788, y aun permanece en esta infeliz situación. Sus rentas ascienden a 700 pesos al año.

212. El de San Agustín se ignora el año de su fundación, y si fue con facultad real. Tiene 300 pesos de renta sobre arriendos y censos de tierras. Sólo hay en él un religioso; y el Prior continuamente está fuera, quien tiene la llave del archivo, por lo que no se ha podido conseguir la razón que se solicita9.

213. El edificio es conforme en todo a los otros dos; la iglesia, aunque desmantelada, tiene mediana decencia.

  —48→  

214. El hospital de San Juan de Dios se fundó por el capitán D. Juan de Montenegro, y se ignora en que año, y por su muerte se, puso al cuidado de un mayordomo secular, y por la mala cuenta que este dio, a representación del Cabildo, se puso al de los padres de San Juan de Dios, en virtud de providencia del Exmo. Señor Marqués de Manzera, virrey de Lima, de 20 de marzo de 1643.10 Goza de renta 4.926 pesos 4 reales al año, por un quinquenio que ha formado la contaduría de esta provincia, del noveno y medio de los diezmos de todo el obispado de Santa Cruz; otras fincas en haciendas y censos, y lo obvencional de limosnas, fiestas y entierros.

215. Tiene cinco religiosos con el hermano mayor. La casa convento, dos salas muy capaces con 25 camas para los enfermos. La iglesia es proporcionada y medianamente decente.

216. La población de esta ciudad y su distrito se compone de 643 españoles, 825 mestizos, 672 mulatos y 891 indios, cuyo total asciende a 3.063 almas. Contribuyen de tributo los indios a S. M. 1.381 pesos 1½ reales al año.




ArribaAbajoCurato de Pocona

217. Dista de la ciudad de Mizque trece leguas, y de la capital del gobierno, veinticuatro: es pueblo de indios reales; su fundación muy antigua, y hasta el año de 1757 estuvo a cargo de los religiosos de la orden de San Francisco, donde tenían su convento. Por algunos documentos y uniforme tradición, parece tuvo el título de ciudad, cosa extraña en pueblo real de indios. Puede, tal vez, que primero se hubiese situado en sus inmediaciones alguna población de españoles con título de ciudad, y cuando vino D. Francisco de Alfaro a formalizar la de Mizque la hubiese reunido con esta, y perdiese la denominación de la villa de Salinas, tomando el que se le atribuye tener, Pocona. La falta de formalidad en conservar los documentos de estas poblaciones, atrae una total ignorancia para rastrear sus antigüedades.

218. Está situado en un pequeño vallecito en las inmediaciones de unas serranías bien elevadas, que llaman los altos de Pocona, al lado del río de su mismo nombre. No tiene orden en la población; aunque   —49→   otra calle está recta. La plaza es mediana; las casas son las más unos ranchos de adobe y barro, cubiertas de paja, algunas lo están de teja, y sólo la del cura es cómoda y de buena capacidad. Está contigua, pared por medio, a la iglesia: esta es de suficiente extensión y decencia para lo que ofrece el pueblo.

219. El temperamento es el más benigno y sano de todo el partido: las aguas son excelentes, y también los comestibles.

220. Las tierras de este valle son muchas de riego, producen trigo y maíz en abundancia: hay algunas huertas con árboles frutales, donde siembran alfalfares y hortalizas. En los altos buenas estancias para ganado, particularmente lanar, las cuales poseen los indios, y en ellas siembran cebada, papas, ocas y quinua, que se da bien.

221. En tiempo antiguo tenían unas haciendas de cocales, en el Yunga que llaman de San Mateo, a distancia de 8 leguas por la parte del N de la Cordillera real, y pagaban el tributo con sus frutos las cuales fueron destruidas por los indios bárbaros de nación Yuracarees, que habitan en aquellos montuosos terrenos, con el pueblo de su primera fundación, que estaba una legua distante del actual, en una llanura llamada Copi. En el día se hallan muy domesticados estos bárbaros: salen a comerciar en los pueblos inmediatos con dientes de caimán, peines, y otras frioleras, a cambio de agujas, sal y abalorios; y también se ocupan en trabajar en los cocales de algunos españoles de Ayquile y Mizque, que han vuelto a fomentar en el mismo paraje, con la paga de estos efectos, de que les resulta mucha utilidad a los hacendados. Están adictos a nuestra sagrada religión, pues hace algunos años han pedido sacerdote con el intento de reducirse a nuestra Santa Fe. Se ha ofrecido a esta santa empresa el Dr. D. Joaquín de Velasco, sacristán mayor de la iglesia catedral de Santa Cruz de la Sierra, cediendo sus rentas y patrimonio para los gastos de las reducciones que se hagan y fomento de ellas: comprometiéndose a servir de misionero en compañía del P. Fray Tomás del Sacramento Anaya, religioso recoleto de la Orden de mi Padre San Francisco de Asís. También su hermano D. Pedro ha ofrecido abrir el camino a su costa, y los vecinos del partido del Valle-grande han contribuido, con 535 reses vacunas, con cuyos auxilios no se duda del buen éxito de tan loable empresa.

222. El vecindario de este curato se compone más de cholos, mestizos y zambos que de indios, y son los que tienen las mejores casas, y aun cultivan los mejores terrenos, en cuyo ejercicio se ocupan; y de la arriería.

  —50→  

223. En los altos de Pocona, a distancia de seis leguas, hay una viceparroquia denominada Vacas, que es una reducida población toda de indios: en ella, y estancias de aquel paraje, viven los más de estos naturales, por la comodidad que presentan sus terrenos para la cría de ganado, y tal vez por huir de las otras castas que han ocupado su pueblo. El temperamento es frigidísimo, y el aire raro por su elevación; inmediato al pueblo hay una laguna de dos leguas de largo, que llaman Parcococha.

224. La población de este curato es de 423 españoles: 578 mestizos, 116 mulatos, y 2.092 indios, entre forasteros y originarios, cuyo total suma 3.209 almas.

225. El cura goza el sínodo real de 1.250 pesos, y con el obvencional pasará de 3.000 de renta al año. Los bienes de comunidad al año rinden 297 pesos 2 reales. No hay dinero sobrante en arcas por el mal arreglo de ellos; pero ahora que acaba de hacerse el reparto de sus terrenos y justiprecio de los sitios que ocupan en el pueblo las otras castas, se hace juicio rendirán al año más de 500 pesos. Los tributos con que contribuyen a S. M. en cada uno los indios, importan 2.840 pesos 4½ reales.




ArribaAbajoPueblo y curato de Totora

226. Dista del antecedente cinco leguas, y de la capital de la provincia veintinueve. Es pueblo de indios real sólo en el nombre, porque están reducidos al corto número de siete, y toda la población se compone de españoles y otras castas, como abajo se explicará. Su situación es en medio de unas barrancas o terreno cortado, desigual, próximo a la cordillera de Cocapata. Las casas son reducidas y de poca comodidad, a excepción de una o dos que tienen altos; las calles muy estrechas y de mal piso. La plaza es de bastante extensión: en un costado de ella está la iglesia, que se ha hecho de nuevo, es muy reducida: de una sola nave, si bien decente y aseada.

227. El temperamento es frío por la elevación del terreno, y proximidad a la Cordillera, y en los meses de junio y julio se experimentan muchas heladas. El agua mala; el aire raro y desapacible. Sus naturales son robustos por la sanidad de aquel clima: no tienen más industria que la labranza, y arriería para conducir harinas y papas a los partidos del Valle-grande y Santa Cruz, donde comercian con estos comestibles.

  —51→  

228. En distancia de diez leguas de camino tiene una viceparroquia inmediata al río Chalguani, de quien toma este nombre, situada entre serranías, que hace una quebrada espaciosa, y de excelente terreno. La población es corta, y todos sus vecinos muy pobres; las casas son unos ranchos infelices. El temperamento es de los más enfermos de toda la provincia, sumamente cálido; en tiempo de lluvias se padece mucha terciana, complicada con tabardillo y calenturas malignas. El agua es muy mala, y bebiéndola continuadamente hace criar unos grandes cotos en la garganta, de que pocos se libertan. En esta viceparroquia hay una grande hacienda que fue de las misiones de Moxos, y poseían los jesuitas; la que se vendió por la junta provincial de temporalidades de la ciudad de la Plata, a D. León de Velasco, vecino de Cochabamba. Tiene un excelente edificio de viviendas altas y bajas, con patios y traspatios y cuantas oficinas se necesitan para el beneficio y custodia de los vinos, que se cosechan de una gran viña que hay en sus inmediaciones, y para los esclavos que la cultivan. La capilla que tiene es de lo más primoroso de toda la provincia en su decencia y aseo, y no carece la casa de cuantas comodidades pueden apetecerse: en tiempo de los jesuitas rendía muchos intereses, y desde que entró en poder de Velasco se ha ido perdiendo y arruinando; y según va, sólo quedarán los vestigios y monumentos que recuerden su grandeza.

229. La población de este curato se compone de 600 españoles, 1.454 mestizos, 483 mulatos; y 1.110 indios, entre forasteros y originarios, cuyo total es 3.652 almas. El cura tiene de sínodo real 64 pesos real, y con el obvencional se le regula de renta al año 3.000 pesos.

230. Los bienes de comunidad, desde que se formó el reglamento, y corre su administración a cargo de la Junta, rinden al año 250 pesos, y hay existentes en arcas 323 pesos 1½ reales. El ramo de tributos importa al año 2.546 pesos 1 real.




ArribaAbajoPueblo de Tintin

231. Dista del antecedente trece leguas de camino; de la capital del gobierno veintiséis, y de la del partido tres. Su situación es a la banda del E del río de Tintin, de donde tomó su nombre, que corre por sus inmediaciones en una llanura. El temperamento es muy ardiente: el agua mala, y en tiempo de lluvias se padece terciana, aunque no con tanto rigor como en Mizque y Chalguani. Las calles están a cordel: las casas   —52→   son unos malos ranchos techados de paja, y algunas de tejas. La iglesia es nueva, de una extensión regular y proporcionada al pueblo; sus paredes de adobe, y techada de teja: está decente y aseada.

232. Este curato tiene cinco anexos; que son, Mulo, Siquimira, Pocotaica, Quioma y Molinero, y una capilla rural en la hacienda de Vilavila. Todos ellos son unas reducidas poblaciones de indios y mestizos que viven en infelices ranchos: el más inmediato al curato es en distancia de seis leguas. El de Quioma lo está doce; aquí hay un mineral de plata que se saca por fundición: las vetas son permanentes, y hace muchos años que se trabaja en ellas; pero la pobreza de aquellas gentes para seguir un laboreo formal, su desidia y haraganería, y lo que es más, lo cruel del temperamento en el excesivo calor, mala agua y continuas enfermedades de terciana y tabardillo que no deja hombre a vida, hace que no llegue a prosperar como pudiera la ley y calidad de los metales. A más de estas minas hay otras muchas vetas en el distrito de este curato, que no merecen el abandono de ellas.

233. La subsistencia de sus vecinos pende de la agricultura y cría de ganado vacuno y lanar.

234. El cura goza, entre sínodo real y predial, y con el obvencional al año, 3.500 pesos de renta.

235. El vecindario se compone de 807 españoles, 930 mestizos, 400 mulatos y 2.261 indios forasteros sin tierras, cuyo total es 4.398 almas. El ramo de tributos que pagan los indios es de 4.211 pesos 6 reales al año.




ArribaAbajoCurato de Ayquile

236. Dista del antecedente doce leguas de camino, treinta y cinco de la capital del gobierno, y nueve de la del partido. Fue pueblo de indios reales, y en el día ha quedado extinguida totalmente esta casta, de modo que sólo se satisface, por razón de tributos, a S. M. 220 pesos al año, como si estuviesen existentes los que deben pagarle, y salen de los bienes de comunidad, que, como abajo se dirá, se han destinado para propios. Su fundación fue en el año de 1661 por los religiosos de San Francisco. Su situación es en un terreno llano, que hace un valle muy extenso y delicioso, denominado de Ayquile. Sus calles están a cordel, desiguales, unas   —53→   muy anchas y otras muy angostas. La plaza es cuadrada y reducida: las casas son de adobe, cubiertas con teja y algunas otras de paja. La iglesia se hundió en el año pasado de 1779, a causa de un fuerte terremoto, y está provisionalmente sirviendo una reducida capilla en lo interior del pueblo, mientras se concluye la que está por obra, que se halla sacada de cimientos, y sus paredes de dos varas de alto; cuya fábrica es de cal y piedra, y según su extensión y buena planta, será la más sólida, hermosa y grande de todo el partido.

237. El temperamento, aunque cálido, es sano: el agua es escasa y no buena; se proveen de unos arroyos que corren por las inmediaciones del pueblo, los cuales en tiempo de seca se agotan mucho, bien que en uno de sus cantos hay unos manantiales de donde pudiera traerse a lo interior del pueblo, con lo que quedaba abundantemente provisto,

238. El paraje de esta población presenta las mayores ventajas a sus vecinos para su fomento y prosperidad, por estar en la garganta y paso preciso a la capital de la Plata, Cochabamba y ciudad de Santa Cruz de la Sierra, donde expenden sus frutos con estimación; particularmente en la provincia de la Plata, proveyéndola de harinas y ganado vacuno al abasto de aquella ciudad. Los terrenos son excelentes para su cría y para trigo y maíz, que se da con mucha abundancia; pero la gente es muy desidiosa, y esta es la causa de no gozar de la opulencia que pudieran sacar. Los comestibles están muy abundantes y a precios moderados.

239. Por ser pueblo de numerosa vecindad de españoles, se crearon dos alcaldes ordinarios, con arreglo a lo dispuesto por el artículo 8º de la Ordenanza de intendentes, en el año pasado de 1786.

240. El curato tiene una viceparroquia denominada Chinguri, cinco leguas de distancia, en un vallecito de este nombre, muy ameno y delicioso, aunque sumamente cálido y perseguido de la terciana en tiempo de lluvias. Su población es reducida; no tiene más que una sola calle bien larga. Las casas son unos miserables ranchos de paja: la iglesia es pequeñita y desaseada; también tiene un anexo, llamado Laybato, que es una grande hacienda que poseen españoles.

241. La población de todo el curato se compone de 347 españoles, 930 mestizos, 341 mulatos y 1.414 indios forasteros, cuyo total suma 3.032 almas.

242. El cura goza de sínodo real 250 pesos, y con el obvencional, se le regula al año 4.000 pesos de renta.

  —54→  

243. Los bienes de comunidad de los indios originarios de este pueblo se han destinado a propios, hasta que otra cosa determine, la Junta Superior de real hacienda de Buenos Aires rinden al año 102 pesos 2 reales, y hay sobrantes en arcas 1.138 pesos 4½ reales. El ramo de tributos importa 2.058 pesos 3 reales al año.




ArribaAbajoCurato de Pasorapa

244. Dista del antecedente doce leguas de camino, de la capital del gobierno cuarenta y siete, y de la del partido veinte: su situación es al pie de un cerro y falda de un mediano valle, poblado lo más de árboles; por su inmediación corre un pequeño arroyo que baja de las quebradas de dicho cerro, de muy buena agua, aunque en tiempos de seca escasea. El temperamento es sano; la población se reduce a unos infelices ranchos de paja, sin método ni orden.

245. Antiguamente estaba la parroquia en el pueblo de Omereque, distante doce leguas de este, situado en el valle de su nombre; y por su cruel temperamento, que es el más enfermo de todo el partido, se mudó a Pasorapa, quedando de su viceparroquia. Los terrenos de aquel valle son fertilísimos: en él hubo, y en las inmediaciones del río de Mizque, unas grandes haciendas de viñas, de las que no han quedado otra cosa que los vestigios: su población es en todo igual a la de Pasorapa. La mayor parte de los vecinos son forasteros, que hostigados de la necesidad, se vienen buscando su mejor pasar en la fertilidad de aquellos terrenos, y por lo regular acaban su vida, víctimas de las enfermedades que presenta.

246. Tiene un anexo en los altos de Quinori, llamado de este nombre, en distancia de quince leguas de camino: la capilla es reducida, y la población no pasara de 100 almas: el temperamento es sano, y el agua buena.

247. Este curato es el de mayor extensión del partido, y el menos poblado: sus vecinos subsisten de la agricultura y cría de ganado. El todo de la población se compone de 142 españoles, 885 mestizos, 232 mulatos y 263 indios forasteros sin tierras, cuyo total es el de 1.522 almas, y el de todo el partido de 18.876.

248. No tiene sínodo real ni predial, y se le regula que de obvencional rendirá al año de 1.500 a 2.000 pesos. Los tributos que pagan a S. M. los indios importan al año 447 pesos 2 reales.



  —55→  

ArribaAbajoPartido del Valle-grande

249. Este partido correspondía al antiguo gobierno de Santa Cruz, antes de la creación de intendencias, donde los gobernadores ponían sus tenientes en los tres valles y pueblos de que se compone. Linda por el N con el partido de Santa Cruz y tierras habitadas de indios bárbaros de nación Yuracarees; por el S con el Río Grande, que lo divide de la provincia de la Plata; por el E con el expresado partido de Santa Cruz, y por el O con el de Mizque.

250. Corren por él, el río de Chilon formado del Oconi, o Comarapa y el de Pulquina, los que se unen al de Mizque y juntos siguen hasta el Río Grande: el de Pampa-grande, que se forma del de la Ramada, Quirusillas, Santiago, el Potrero y los Negritos; todos ellos llevan muy poca agua; el de Achiras, que lo hacen los derrames de los altos de Samaypata; las quebradas del Fuerte, el Coloradillo, el de la Coca, el río Bermejo y el de Piojeras, y todos ellos forman el Piray grande: el del Pescado, Mosquera, Tuilo, y Puraypaní son regulares, y desaguan en el Río Grande. Este, el de Mosquera y el de Mizque abundan de pescado, y es sábalo, dorado, y zurubís grandes y pequeños de buen gusto.

251. El terreno en la mayor parte es de serranía, que forma algunos valles y quebradas muy espaciosas, por las que corren muchos de los ríos expresados de que toman su nombre: entre las cuales le atraviesa una cordillera, que llaman de San Pedrillo, no muy elevada, y separándose de la principal en los altos de Cocapata, sigue casi por medio de este partido hasta terminar sobre el río de Mizque, muy próximo a las juntas de este con el Río Grande: otra menos elevada pasa por la banda del O e inmediación de la ciudad del Valle-grande, siguiendo por Pucará hasta el mismo río.

252. Los campos están poblados de monte en todos los valles y quebradas, y mucha parte de las serranías, principalmente las del N y E; los árboles son tipas, de que se saca la sangre de drago; algarrobos semejantes a los de España, su semilla la comen los naturales, y la corteza se aprovecha para tinte, cuyo color es como la cáscara de almendra, y curtir pieles; soto, madera de mucha consistencia, su color morado; quebracho o lanza, conocido por ambos nombres, semejante al jacarandá, su fruta es como la del algarrobo; junco, semejante a este pero más chico, su madera es de color blanca y muy fuerte; cachacacha, madera también blanca, y bastante fuerte; sauces, ceibos, xoroches, que dan una fruta del   —56→   tamaño de la berenjena, y dentro una pelusa muy blanca de poca o ninguna hebra; magueys, madera floja y delgada, y otras varias diversidades. Frutas silvestres: tunas especiales, algunas semejantes a las de España; guapurú, y muchas alcaparras: también se cría la granilla, que llaman maxno.

253. En los montes y serranías, principalmente las del N, S y E hay tigres, onzas, gatos monteses, leopardos, que los del país llaman leones, esos, de dos calidades, una de ellos hormigueros, antas, venados, jabalíes, zorros, y otros varios animales cuadrúpedos grandes y chicos, como son conejos de la tierra, que vulgarmente se llaman cuches. De volátiles: muchas pavas, algo semejantes a las domésticas, a excepción de su tamaño y color, que es como el de una gallina negra, innumerables loros y cotorras de varios tamaños y diversos colores, palomas torcazas o del monte, tórtolas, perdices chicas y grandes, teruterus, que los del país llaman leuqueleuques, algo semejantes a los de las campañas de Buenos Aires, gavilanes, buitres, halcones de dos calidades, caranchos y gallinazos. De reptiles: lagartos de varios tamaños, muchas y muy diversas víboras, de un veneno muy activo, infinitos insectos, como son moscas, que causan gusamera, muchísimos mosquitos, tábanos, jejenes, rinchucas, mariguis y niguas, todos muy molestos por su picada, sapos de buen tamaño, muchos alacranes, apasancaos, y unas arañas chicas, llamadas micomico: la picada de estos tres es un veneno muy activo.

254. Los vientos más conocidos que se experimentan de continua, son el N y el S: el primero es ardiente, el S frío, y las más de las veces con niebla muy densa y garúa, la que suele durar ocho días: es bastante nociva, principalmente en las sementeras, que las seca y llena de polvillo y gorgojo, y aun a los granos los aniquila.

255. El temperamento es ardiente cuando reina el N, principalmente en los valles y quebradas, por ser el terreno arenoso y de muchos blanquiscales en que reverbera el sol; sin embargo, en las meses de junio y julio suelen experimentarse muchas heladas.

256. Las enfermedades más temibles, y que se experimentan todos los años, son tercianas: estas se contraen en tiempo de aguas en las quebradas y valles más ardientes sólo con transitar por ellos, y en muchas partes complicadas con tabardillo, sin que falte este y las calenturas pútridas y muertes repentinas.

257.Aunque este partido abunda de tantos ríos, sus terrenos no pueden aprovecharse del beneficio del riego, por la corta cantidad, de agua que llevan, la profundidad de sus cajas, y lo fragoso del terreno, que sólo   —57→   sirve para estancias de cría y engorde de ganados, principalmente vacuno, que es el que más abunda.

258. El terreno es fértil en las quebradas y valles, donde produce maíz, mucho ají, que es la cosecha más considerable que tienen, cebada y tabaco; este lo siembran solamente los obligados para abastecer la real renta de esta provincia, Potosí, la Paz y Puno; maní y caña dulce. En algunos parajes de los altos se da el trigo, cuya cosecha es tan escasa que aun no les alcanza para el surtimiento del partido; no obstante que por lo general no comen pan de trigo, y sólo se sustentan con maíz y charque o tasajo de carne de vaca, a excepción de algunos otros sujetos de mediana conveniencia. El tener toda su atención en la cría del ganado, que es el principal nervio de su comercio y subsistencia, y en la cosecha de ají y tabaco, de donde sacan unos regulares intereses, es la causa de no dedicarse a fomentar la siembra de trigo: muchos terrenos son adaptados para su cultivo, y podrían sacar no poca utilidad con proveer a Santa Cruz con sus harinas, cuando hay algunos molinos en este partido, y presenta en muchos parajes proporción para construir otros muchos. La desidia y natural pereza de sus vecinos les hace continuar en el ocio que siempre han mantenido, contentándose con unos renglones que a poca aplicación disfrutan. Ellos son la única moneda con que por lo regular comercian con los géneros de Castilla y de la tierra, que introducen los mercaderes para hacerse de ganado, perdiendo de sui valor, y de que no sacan pocas utilidades con recargar sus géneros; por lo que vienen a ser unos mercenarios de estos comerciantes, pudiendo por sí mismos expender sus frutos y sacar las utilidades que aquellos se llevan. No hay partido que ofrezca mejores proporciones para su prosperidad, ni más abandonado y perdido por la rusticidad de sus gentes.

259. Los diferentes vestigios y ruinas que se encuentran, denotan las poblaciones que había en la antigüedad de indios gentiles, los cuales se han retirado en las serranías inmediatas, donde al presente, habitan.

260. La conquista y población de estos valles no puede rastrearse como y en que tiempo fue, por no haber documento que dé razón en los archivos ni parroquias de aquel partido: sólo hay una tradición vulgar que los primeros pobladores fueron conocidos con la denominación de los Caballeros Pardos. Si es así, tal vez se formarían estas poblaciones de esclavos huidos de las muchas haciendas que los españoles poseían en el antiguo corregimiento, hoy partido de Mizque, por librarse de la fatiga e intemperie de aquellos crueles parajes bien que no tiene más fundamento que una pura presunción.

  —58→  

261. En este partido usan el mismo traje que en los otros, de que va hecha descripción, e idioma sólo el castellano y no el quichua, que es el dominante en toda la provincia. Generalmente son fuertes y robustos, y buenos soldados por su obediencia, fidelidad e inclinación que tienen al servicio de las armas, y sufridores de trabajos: lo que han acreditado en las expediciones contra indios de nación chiriguanas y portugueses, que han servido en muchas de ellas a sus propias expensas. Los que son aptos para el manejo del arma, se hallan alistados en las milicias de aquel partido.

262. El todo de él se compone de tres valles y pueblos; que son, el de la ciudad de Jesús del Valle-grande, el de Chilon y el de Samaypata.




ArribaAbajoCiudad de Jesús del Valle-grande

263. Dista de la de Cochabamba ochenta leguas de camino; se halla situada, en los 18 grados 22 minutos de latitud, y 50 grados 30 minutos de longitud, respecto al Pico de Tenerife, a la parte del E de la Cordillera, de que arriba se hace mención, en un valle muy espacioso y sin riego, por lo que carece de cultivo. Sus pastos son muy escasos, y apenas alcanzan para mantener algún corto número de ganado lanar; tiene muchos salitrales, y algunas reducidas huertas de árboles frutales de corta consideración, donde se siembra la poca hortaliza que se consume en el pueblo.

264. Este es reducido, y con mal orden en sus calles: sólo tiene dos rectas, las demás no guardan método. Las casas son de adobe crudo, techadas con teja, y en uno de los frentes de la plaza hay dos de altos, balconaje y buena capacidad; la cual es cuadrada, y de bastante extensión; en el otro está la iglesia; es en forma de crucero, proporcionada al vecindario del curato, decente, pero lóbrega. El agua es escasa, y no buena; se proveen de una quebrada, que está en las inmediaciones del pueblo por la parte del O, y trae su origen de la serranía contigua; en tiempo de seca tienen que internarse en alguna distancia para alcanzarla.

265. El temperamento es muy variable, declina más en frío que en calor, particularmente cuando corre el viento sur. Las enfermedades más continuas son tabardillos.

  —59→  

266. No hay curato de mayor extensión: en toda la provincia por partes pasa de treinta leguas de camino donde tienen que ir a administrar los Santos Sacramentos el Cura o su ayudante. Todo este vasto distrito está poblado de estancias con mucho ganado, y las más son unas cortas rancherías donde viven los dueños, sirvientes de ellos, y algunos otros arrimados. Los más gozan de valles, en cuyos terrenos hacen los plantíos de tabacales, maíz, etc.; muchas carecen de aguadas permanentes, y en tiempo de secas tiene el ganado que ir a los ríos más cercanos a beber, de que se sigue más mortandad que de la falta de pastos, porque el ramoneo de los árboles les aprovecha tanto como aquellos.

267. Este curato tiene dos viceparroquias: Pampa-grande y Pucará; aquella, en distancia de quince leguas de camino, es una reducida población de infelices ranchos de palizada y barro, cubiertos con paja. La capilla es reducida y medianamente decente. El temperamento sumamente cálido y de mucha terciana. La de Pucará está en distancia de diez leguas; en la población y capilla no tiene diferencia a la de Pampa-grande: su situación es en una ladera del cerro el más elevado del partido, que llaman de Pucará. El temperamento es frío, y muy sano. El cura no goza de sínodo real ni predial, y se le regula en lo obvencional de sus derechos parroquiales, 4.000 pesos al año.

263. El todo de la población de este curato se compone de 2.995 españoles, 1.918 mestizos, 3.215 mulatos, 217 indios y 28 negros, que hacen 8.427 almas. Los tributos que pagan los indios al año importan 382 pesos 4 reales.




ArribaAbajoPueblo y Curato de Chilon

269. Dista del antecedente treinta leguas de camino, y de la capital de la provincia cincuenta. Está situado al NO de un valle de mucha extensión, en las inmediaciones del río Chilon: su temperamento es muy ardiente y enfermizo; casi todo el año se padece la terciana, y las más complicadas con tabardillo. El vecindario se surte del agua del río, que es sumamente gruesa y mala, y de donde tal vez les provienen sus enfermedades. El pueblo se reduce a unos ranchos de palizada y barro; algunas otras casas son de adobe crudo, cubiertas con teja. Las calles no guardan orden, ni hay plaza. La iglesia se está haciendo de nuevo: es de sola una nave muy larga, sin crucero ni media naranja: sus paredes de adobe crudo, están concluidas, y enmaderándolas para cubrirla de teja; provisionalmente sirve la antigua, que es un rancho indecentísimo.

  —60→  

270. Lo más de este valle es de riego; sus terrenos son fertilísimos. En él siembran maíz, y mucho ají, que es el principal renglón de su subsistencia; tiene igual comercio que el antecedente en la cría de ganado, y algunos españoles poseen muchas estancias en su distrito donde habitan de continuo.

271. Este curato tiene una viceparroquia en distancia de ocho leguas de camino, llamada Comarapa: en su fundación fue la parroquia, y a solicitud de los hacendados de Chilon se mudó a este pueblo, porque se obligaron a contribuirle al cura con el sínodo anual de 1.250 pesos. Las muchas haciendas de viñas y cañaverales, que en aquellos tiempos poseían en este extenso, y fertilísimo valle, les franqueaban facultades a esta obligación. El tiempo todo lo ha arruinado, sólo han quedado los vestigios de ellas, y el curato permanece en este pueblo sin gozar de dicho sínodo.

272. La situación de Comarapa está a la inmediación del río de su nombre por la parte del E; se reduce a poco más de treinta ranchos de palizada y barro, cubiertos de paja. La capilla se está haciendo de nuevo, y tiene bastante extensión. El temperamento es muy saludable, sus terrenos producen trigo, cebada, ají y papas, con tanta escasez que no tienen para la provisión del año: la desidia y haraganería de sus vecinos, como se ha dicho, es la causa de sus miserias.

273. El cura tendrá de renta anual, en solo el obvencional, que es lo único que disfruta, de 2.500 a 3.000 pesos. El todo del curato se compone de 1.488 españoles, 1.480 mestizos, 352 mulatos, 50 indios y 6 negros, que hacen 3.766 almas. Los tributos que pagan los indios importan 390 pesos 4 reales al año.




ArribaAbajoPueblo y Curato de Samaypata

274. Dista del antecedente veintitrés leguas, de la capital de la provincia setenta y ocho, y de la del partido dieciocho: está situado en un pequeño vallecito circundado de cerros, que lo abrigan por todas partes. La población no guarda orden ni método: se compone de unos ranchos de palizada y barro, techados, con paja, esparcidos por el campo muchos de ellos: hay alguna casa de adobe cubierta de teja. La plaza es buena, pero apenas se halla cercada con estas miserables casas. La iglesia está en uno de sus ángulos: es muy capaz y aseada, tiene pocos adornos por la pobreza de la fábrica.

  —61→  

275. El temperamento de este pueblo es sano, y el mejor de todo el partido; los vientos no son molestos, el que más reina es el sur, que por lo regular corre frío. El agua que generalmente usan, viene de unas barrancas inmediatas al pueblo: es muy mala, la tienen superior a poca distancia, y la pereza les priva de este beneficio.

276. Los frutos del curato son lo mismo que los otros, aunque con más escasez; pero muchos de sus vecinos se aplican a la arriería por ser paso preciso para la ciudad de Santa Cruz, de que sacan alguna utilidad.

277. Este curato tiene una viceparroquia, en una quebrada que llaman Quirucillas, en distancia de siete leguas, y se reduce a algunos miserables ranchos. La capilla es muy pequeña y pobre. El temperamento muy ardiente, el agua salitrosa, y se experimentan tercianas y tabardillos, particularmente en tiempo de lluvias. El cura no tiene sínodo real ni predial, y se le regula de renta al año, en lo obvencional, poco más de 1.000 pesos.

278. El todo de la población del curato se compone de 641 españoles, 841 mestizos, 352 mulatos, 50 indios y 6 negros, que hacen 2.430 almas. El ramo de tributos que pagan los indios importa al año 82 pesos 4 reales. El total de almas de todo este partido es de 14.623.




ArribaAbajoPartido de Santa Cruz de la Sierra

279. Linda por el N con la provincia de Moxos; por el S con el partido del Valle-grande, en los altos de la Cordillera hasta el Río Grande, cuyo rumbo sigue al Parapití o río Condorillo, que por esta parte divide la provincia de la Plata; por el E con este río, que se cree sea el de San Miguel de Chiquitos, hasta las juntas en el Río Grande; y por el O con la serranía y tierras habitadas de indios de nación Yuracarees.

280. Los ríos que corren por este partido son, el Río Grande, el Piray, Don Jorge, Guandá, Palometas, Suratú, Perdiz, Palacios, Asubí y Zapacani, con otros arroyos de poca consideración: algunos de ellos abundan de diversas calidades de pescados grandes y pequeños, entre los cuales hay muchos de gusto delicado, y varios anfibios. En tiempo de avenidas se extienden mucho las inundaciones de esos ríos, principalmente el de Palometas. Los más caudalosos son el Río Grande y el Piray: aquel se navega para las misiones de Moxos, desde el puerto de Paylas; y este en   —62→   tiempo de lluvias se hace intransitable. Los demás son de poco caudal.

281. Lagunas, entre chicas y grandes, tiene siete, las cuales jamás se secan. Las más grandes, de tres cuadras de largo y una de ancho: sus nombres son, Urobo, Mesa, Salsipuedes, Conchas, la Aguilera y el Totoral; en ellas se crían unos lagartos de dos varas de largo a modo de sierpes. De pescado: dentones, bagres y anguilas, mucha porción de conchas grandes y chicas, que sirven de cucharas a la gente pobre, y de caracoles, capiguaras, que es una especie de lobo marino. De aves anfibias: patos de cuatro calidades, tapacaraes, ave muy parecida en el color; tamaño y aspecto, al pavo real: su bramido se oye un cuarto de legua; gallaretas, caraus, garzas de tres especies, moradas con el pico en forma de cuchara, blancas y cenicientas con el pico redondo y largo: batos, ave mayor que el pato real, sus piernas largas y coloradas, la pluma del cuerpo negra y blanca, el pecho todo blanco, y el pescuezo sin pluma, de linos finos colores negro y encarnado, el pico triangular negro y de una cuarta de largo, con el cual pesca dentro del agua con particular tino y ligereza.

282. Los campos son unas dilatadas campañas de mucha llanura, bien que en algunos parajes hay unas cortas barrancas o bajíos. Las ciénegas y pantanos en tiempo de lluvias, en sitios donde no tiene salida el agua, son tales, que se hacen enteramente intransitables; particularmente en las llanadas de Jores, que son muy dilatadas.

283. Están poblados a trechos de varias islas de árboles y bosque, principalmente en las inmediaciones de los ríos: todo lo que ciñe la sierra son tomas muy bajas, con grande y espeso monte de que está circundado lo más del partido: tiene excelentes maderas de diversas calidades, entre las que más se aventajan son, el quiche, su color colorado, de tanta consistencia, que aunque esté dentro del agua jamás se pudre: su altura dieciocho varas, su grosor dos brazas: el toco, su altura ocho varas, y tres brazas de grueso; el cachacacha, su altura diez varas, y dos brazos de grueso; el tocomosí, su color morado bajo; el mora, de color de caña; el curupau, negro y colorado; cedros de dos calidades; tagibo de tres, una amarillo, otra colorado, y otra de color de canela, con listas de morado y caña; el mocomoco, morado, con otras muchas menos conocidas. Estas son las útiles para las casas y trapiches de azúcar, y demás usos necesarios, por su solidez y consistencia: que sin embargo de ser el clima muy cálido y húmedo, se preservan sin notarles corrupción alguna; muchas de ellas, por su grosor y altura, pudieran servir para la construcción de embarcaciones mayores. Algunas dan muy buenas resinas, que sirven para   —63→   11 sahumerios en las iglesias, y de que también usan mucho las mujeres en todo el alto Perú.

284. De árboles frutales, sólo se crían naranjos y limones dulces y agrios, aquellos en mucha abundancia, y las naranjas dulces son de las más exquisitas del Perú. Frutas de Castilla no se da, aunque a mí me parece hay parajes donde pudieran plantar algunos árboles de duraznos, manzanas y otros más comunes; pero aquellas gentes son tan desidiosas, que por no cuidar de su beneficio abandonarían cualquiera comida regalada: ellos se acomodan, y aun tienen en más sus frutas silvestres, las cuales se crían en abundancia; y son, el guapuru, redondo y negro, del porte de una aceituna chica, su gusto agridulce, es fresco y cordial; el taruma, negro redondo, dulce, y de fastidioso olor; el aguay, la papaya, la guayaba, el coquino, el guahira, el marayau, el ocoro, sirve para sorbete; el guapomo, el quitachú, la ambaiba, el bisla, pacobilla, el piton, el achachairu, y luxmas. Muchas de estas frutas comen los españoles, otras sólo la usan los indios; las piñas son excelentes, las que se crían, y lo mismo los plátanos.

285. En los montes, campañas y bosques, se crían muchos tigres, y causan considerable daño en los ganados de toda especie, no obstante de perseguirlos con perros, flecha, bala y lanza, haciendo buenas matanzas en que se ocupan los hombres de más valor, destreza y espíritu, y suelen resultar algunas desgracias: el borochi, figura de un potro en tamaño, cola y clin, la cara como la del perro, hace mucho daño en las yeguas, y es muy difícil de coger por su gran velocidad; son raros los que se encuentran: el león de pelo colorado, facciones de tigre, hace mucho daño en ovejas, potros y terneros; cuando sale a la campaña lo cogen con perros, lazos, o lo matan con escopeta o flecha; onzas, leopardos, antas, vinas muy parecidas a la cacerba, gatos monteses, zorros, osos de dos layas, hormigueros, y como los que se crían en la Europa, infinidad de monos de varios tamaños; jabalíes, periquitos ligeros, corsos, venados, gamas, y otras muchas diversidades de cuadrúpedos.

286. De volátiles: pavas de monte, de tres calidades, las unas de pluma blanca y negra, el macho todo negro, el pico amarillo, y en la cabeza un hermoso penacho colorado, que le hace vistoso; las otras con la pluma negra, la punta de la cola blanca, con una perilla colgando en el pescuezo, y se llaman de campanilla, y las otras denominadas guaracas, de color pardo, que abunda en los montes, el tamaño poco más que una gallina; la carne de todas ellas es regalada; perdices de cuatro especies; el ave que llama carpintero, su tamaño como el de una paloma, la pluma negra, pico, piernas y cabeza, con un hermoso penacho todo   —64→   colorado; tiene la particularidad de horadar el árbol de más consistencia con el pico, para hacer en él su nido, donde cría sus polluelos libres de sus enemigos; el ruido que hace cuando trabaja con los golpes del pico, se oye casi en la distancia de dos cuadras. Parece en lo natural imposible que pueda en una madera tan fuerte causar tales efectos un instrumento tan débil con el corto impulso del vigor de esta ave, lo que hace presumir se auxilie de alguna yerba que tenga la virtud de ablandar la dureza del árbol; pues al hombre de mayores fuerzas le da mucho que hacer para cortarlo con buena hacha. Hay otras especies de este pájaro más chico, su pluma negra, el pecho y cabeza amarillo y el pico negro; este se ejercita en serrar palos delgados y cavar hormigueros. El chopo-coro, del tamaño de un tordo, su pluma colorada, hace el nido muy largo, colgado de una rama, tejido y surtido de espinas para librar a sus hijuelos de los enemigos. Dos especies de tordos, la una blancos con alguna otra pinta negra, y la otra todo negro, ambos de un delicado canto; su tamaño como el de una pequeña, tórtola: tienen la precaución, para defender sus hijuelos, de rodear el nido una porción de ellos, cuando recelan enemigos, y a picotazos los defienden. El filutilu, de igual tamaño al tordo, su color atabacado; fabrica su nido en la rama de cualquier árbol, de barro tan fuerte que no lo deshacen los más recios aguaceros; la figura es ovalada, su tamaño poco mayor que la copa de un sombrero, con sala y aposento, la entrada es una angosta puerta caracoleada. El buitre, algo menor que los de España, causa mucho daño en el ganado vacuno: cuando una vaca está de parto, espían a que nazca, el becerrito, e inmediatamente la rodean varios de ellas, y arrastrando una ala, la torean los unos y los otros, luego que la madre arremete a defender su hijo, se arrojan a él y lo sacan los ojos y lengua, consiguiendo asegurar la presa. Mas esto sólo acontece en las primerizas, pues ya experimentadas meten al hijo debajo de sí, y por más que intenten capearla no hacen caso, y así, se aburren y las dejan. El tucán, del tamaño de una perdiz, la pluma del cuerpo muy negra, los pies colorados, el pecho y toda la parte del pescuezo encarnado, amarillo, blanco y azul bajo, ojos grandes negros, con su círculo blanco y medio amarillo, el pico triangular de cuatro pulgadas de grueso, encarnado de un geme de largo; se mantiene robando los hijuelos a las demás aves. Estas son las que se conocen más particulares, de las demás especies abunda como en los otros partidos de la provincia.

287. De reptiles: culebras de diversos tamaños y especies; unas que llaman boye, su largo cuatro varas, y de diámetro algo más de una; la piel blanca y negra, se atrae con el aliento cualquier animal o pájaro de poco tamaño, que esté en su inmediación, hasta tragárselo; otras con dos cabezas en el extremo del cuerpo; este tiene una   —65→   tercia de largo, y dos pulgadas de grueso: viven en el centro de la tierra, y de repente rompen aun dentro de las casas, y con mucha sutileza se prenden en las partes desnudas del cuerpo del hombre que encuentran, o de cualquier animal, y le van chupando insensiblemente la sangre. Cuando las sienten y quieren arrancarles, no pueden conseguirlo, a menos que no las corten por mitad; y otras de las comunes que se crían en España.

288. Víboras de diferentes tamaños y especies: la actividad del veneno en las unas es más pronto, en otras es más tardo, hay en tanta abundancia que las casas no están libres, y se necesita mucho cuidado para precaverse de ellas. Muchas diferencias de lagartos y lagartijas, mulitas y quirquinchos, como en las pampas de Buenos Aires; y últimamente toda especie de reptiles que se crían en país cálido y húmedo cual es Santa Cruz.

289. Insectos son tantos y tan diversos, que el querer hacer una reducida descripción de ellos, sería ocupar mucho papel. Me ceñiré lo más singular para no hacer interminable este informe.

290. Venenosos alacranes, topies, tureres y burros: este es un gusano de cuatro pulgadas de largo, toda la barriga llena de pies, como puntas de alfiler, cuando pasa por alguna parte del cuerpo humano ocasiona tan fuerte dolor, que si no se quitara a las veinticuatro horas, desesperaría al paciente: arañas y apasancas.

291. Diversidad de polillas, que causan mucho daño en la ropa, papeles y aun en los comestibles del pan, queso y bizcocho: tres especies de luciérnagas, las dos de vuelo, que se divisan a larga distancia, y hacen una luz hermosísima, y la otra como las que se crían en España: niguas, garrapatas y polvorines, infinidad de ellos; lo mismo de moscas, mosquitos y jejenes, particularmente en los montes e inmediaciones de los ríos, cuyos tránsitos son tan penosos, que no dan la más leve tregua al descanso, ni aun en la noche permiten reconciliar el sueño: cucarachas, corochopopos, vinchucas, sapos, ranas, infinidad de mariposas, de diferentes tamaños y colores; muchos murciélagos, que causan daño al ganado, y aun a la gente sino se precaven; cuatro clases de avispas, y cuatro castas de hormigas: unas que llaman sepes, y causan mucho daño en la hortaliza, árboles y todo sembrado, otras conocidas con el nombre de cazadoras, porque de noche avanzan a una casa con suma presteza y en infinito número, y al momento consumen cuantos grillos y demás insectos encuentran, de modo que la dejan limpia de ellos: pero si se emplean en baúl de ropa, lo destruyen;   —66→   bien que pocas veces se experimentan estos avances; otras que llaman turiros, las cuales forman en el campo unos altos de vara y media de tierra, con tanta consistencia que necesitan barreta para deshacerles, lo mismo suelen hacer en las cumbreras de las casas con la tierra que acarrean del suelo; de modo que si no se tuviera cuidado de derribarlo con tiempo, se exponía el techo a arruinarse, otras que llaman de palo santo, porque sólo habitan en el corazón de un árbol de este nombre; su altura, el que más, no llega a seis varas: son tan bravas, que su picada ocasiona un cruel ardor, y muchas veces da calentura al paciente; y otras llamadas chototas, que hacen mucho, daño al azúcar, harina y demás comestibles.

292. Los campos o pampas son dilatadísimos: poseen en ellos los Cruceños estancias de seis a siete y más leguas de extensión, con buenas aguadas y excelentes pastos, donde mantienen sus ganados. El vacuno abunda en mucho más número que los otros, y es uno de los renglones principales de su subsistencia: los otros son caballar, mular, lanar, cabrío y de cerda. En muchas de estas estancias hacen sus plantíos de cañaverales, y por lo regular viven lo más del año sus dueños y familias en ellas. De pocos años a esta parte se ha experimentado, que los terrenos más fértiles y ventajosos para los plantíos de cara son donde se cría el monte, o bosque más espeso; de tal suerte, que aun después de trece años de corte, sigue el cañaveral con más fertilidad y sazón: lo que no acaece en la campaña, que a los tres o cuatro años tienen que volver a hacerlos de nuevo, y la caña no crece, ni aun la mitad, que en los otros parajes. Este descubrimiento se le debe a unos negros que desertaron de los dominios de los portugueses, y desde entonces han dejado los chacos de la campaña y se han ido al monte, donde fomentan el cultivo de la caña; en términos, que la cosecha de azúcar excede en más de tres partes a los años anteriores. También son terrenos más fértiles para el arroz, maíz, yuca, batatas o camotes, calabazas y habichuelas, que son los frutos de aquel partido. Las haciendas que hacen para la siembra de ellos, llaman chacos: las casas son unos ranchos de mucha capacidad, donde tienen las oficinas para el beneficio y custodia del azúcar, con los trapiches necesarios a la cosecha de la caña. Estos son de madera tirados por bueyes: les cuesta muy poco, como que tienen el material a la mano y el ganado en abundancia.

293. Ninguno de aquellos vecinos tiene propiedad en las tierras que labran, ni en las estancias para los ganados, pues no ha llegado el caso de hacer el repartimiento que previenen las leyes, las poseen bajo un dominio precario, que les dura mientras que mantienen   —67→   ganado, y labran los chacos, faltando esto, entra el primero que tiene proporción al ocuparlas, de tan mal principio dimana el que la ciudad de Santa Cruz, en cerca de tres siglos que lleva de su fundación, no haya prosperado como las demás del Perú: porque, el no poder disponer de las tierras en muerte o en vida, les hace no esmerarse en el adelanto y cultivo de ellas, y sólo se contentan con lo necesario para el día. Aunque algunos así lo conocen, están tan imbuidos en la observancia de sus figurados privilegios, que nada puede sacarlos de este error.

294. El temperamento, como llevo dicho, es cálido y húmedo; no es enfermo como generalmente se piensa, antes me parece más sano que Cochabamba. Las enfermedades que suelen experimentarse son la terciana, que llevan del pueblo de Chilon los transeúntes, tabardillos, costados y mucho gálico, pero no causan mayores estragos: la viruela sarampión si es en aquellos parajes azote de la humanidad cuando se experimenta, aunque esto se ve muy pocas veces.

295. Los vientos más frecuentes son N y S: el primero es cálido y húmedo; causa grande bochorno y sudan mucho los cuerpos, el segundo es menos continuo, y cuando más corre en los meses de junio, julio y agosto, en algunas ocasiones viene tan frío, que se siente aun con más exceso que en lo rigoroso de las Punas: el coger los poros abiertos, y pasar de un extremo al otro, le hace muy sensible. Están muchos en el concepto de ser dañoso a la salud, pero sino se templara la atmósfera y disipara los efluvios de las humedades que atrae el sol con los efectos de este viento, se harían inhabitables aquellos parajes.

296. Este partido se compone de la ciudad de Santa Cruz, o de San Lorenzo de la Barranca, de las Misiones o pueblos de San Juan Bautista, de Porongo, Santa Rosa, los Santos Desposorios de Buena-vista, y la nueva reducción de San Carlos; las antiguas y nuevas reducciones de la Cordillera de indios de nación Chiriguanas, al cargo de los Padres de Propaganda del colegio de Tarija, y pueblos de indios infieles, hasta el río Parapiti, de que tengo hecho una prolija descripción en el informe que con fecha de 15 de enero de 1788 dirigí a la Real Audiencia de Charcas, a S. M., por la vía reservada del Ministerio de Gracia y Justicia de Indias, y a ese Superior Gobierno, en resulta de la visita que hice de ellas, a que me remito: y por si acaso se ha extraviado en alguna de estas superioridades, acompaño un ejemplar como parte esencial al plan que me he propuesto en el presente informe.

  —68→  


ArribaAbajoCiudad de San Lorenzo de la Barranca

297. Dista del pueblo de Samaypata treinta y dos leguas de muy mal camino, y ciento y diez de la capital del gobierno. Acerca de su fundación las noticias más verídicas son, que el año de 1557 salió el Adelantado Nuño de Chaves de la Asumpción del Paraguay con 300 españoles, por disposición de D. Domingo Martínez de Irala, Gobernador de aquella provincia, a descubrir la tierra, río arriba, en el paraje denominado Jarayes, y hacer una población en el sitio que encontrasen más adaptado. Se internaron más de 150 leguas al oeste, hasta dar con los indios de nación Chiquita, donde fundó una ciudad con el nombre de Santa Cruz de la Sierra; parte de sus compañeros permanecieron en ella, y otros se volvieron al Paraguay, a pretexto de no ser la voluntad del gobernador se poblara en aquel paraje. Fueron recibidos de los indios con agrado, por haberles ganado la voluntad con su buen trato; de tal modo, que consiguieron repartirlos en encomiendas, con el corto tributo de un ovillo de hilo de algodón, en reconocimiento del vasallaje. Así permanecieron por algún tiempo, hasta, que abusando los españoles de la docilidad de los indios, intentaron sujetarlos y oprimirlos, con quitarles los hijos para su servicio. Se amotinaron, matando algunos españoles, en cuya obstinación siguieron alzándose con los de nación Chiriguanas: por cuyo motivo el virrey del Perú, Marqués de Cañete, usando de las facultades que le concedió S. M, en dos reales cédulas de 30 de diciembre de 1588 y 20 de marzo de 1590, mandó se hiciera la población de la Barranca, en la mitad del camino de Santa Cruz de la Sierra y la provincia de los Charcas; así para seguridad de la Cordillera de los indios Chiriguanas, como para la entrada a la dicha ciudad de Santa Cruz de la Sierra: dando orden a D. Lorenzo Suárez de Figueroa, gobernador de dicha provincia de Santa Cruz, para que viese los medios y forma de hacer la población, el cual, con algunos capitanes y gente, pasó a los llanos de Grigotá, y pareciéndole era el sitio más conveniente, trató con el capitán Gonzalo Solís Holguin, que hiciese en él un pueblo con el nombre de San Lorenzo de la Frontera. Y al efecto pactaron e hicieron ciertas capitulaciones, las que mandaron a dicho Señor virrey, para que las confirmase y aprobase; y con presencia de todo, libró despacho en 2 de octubre de 1592, dando poder y facultad a dicho capitán Holguin para que pudiese fundar en los llanos de Grigotá una ciudad, a quien nombrase y llamase, Noble Ciudad de San Lorenzo de la Frontera, con jurisdicción civil y criminal de mero   —69→   y mixto imperio; señalándole por término lo que en el día tiene. Que le fuese facultativo nombrar por la primera vez el Cabildo y oficiales, quedando en lo sucesivo a este la elección de oficios concejiles. Que el repartimiento de solares, casas y tierras lo hiciera el expresado D. Lorenzo Suárez de Figueroa, como Gobernador de la Provincia. Concedió la merced al Cabildo para propios de la mayordomía, correduría, pregonería, el oficio de verdugo, y los de procuradores que en ella hubiese; el oficio y vara de alguacil mayor, la escribanía de cabildo, y una escribanía pública, para que los pudiese vender o arrendar. Dio poder al Gobernador Suárez para que señalase baldíos, égidos, pastos y abrevaderos, bastantes al común de los vecinos; y en parte cómodas tierras para chacras, estancias, y cuadras para huertas, con destino a los propios del Cabildo; y para que pudiese encomendar los indios, con tal que a los tres años habían de sacar confirmación de S. M. o del superior gobierno. Cometió a los gobernadores la facultad de hacer entradas y correrías a los muchos infieles, cuando mejor les pareciera; y por el trabajo, costo, riesgos y peligros de los pobladores en sustentar la ciudad, les concedió la merced de que por el tiempo de diez años no tributasen sus indios yanaconas de la misma ciudad, chacras y demás partes que fuesen visitado, ni que a los dueños de ellas se le pudiese imponer tributo ni repartimiento en manera alguna; últimamente les concede otros privilegios, de los comunes en toda población; pero ninguno de ellos de los que se figuran los vecinos de Santa Cruz; como estar libres de pagar el real derecho de alcabala, no usar de papel sellado (bien que en aquel tiempo no se había introducido en los dominios católicos), y ser comunes a todos los terrenos.

298. A estas se reducen las decantadas mercedes y privilegios con que han introducido los vecinos de Santa Cruz unos abusos perjudiciales al Rey, a los infelices indios y a ellos mismos: al Rey, en negarle el real derecho de alcabala, y haber resistido que los indios pagasen el tributo debido a su protección y soberanía, hasta el año pasado de 1787 que hice la visita en aquel partido; y por auto de 20 de agosto mandé, se pusiesen a tributo, en la matrícula de la revista que se estaba haciendo, los indios, que con denominación de piezas sueltas tenían esclavizados, declarándoles la libertad que recomiendan las leyes, y a ellos mismos con el fanatismo de no permitir el reparto de tierras, ni la composición de las que poseen, con S. M., según se lleva explicado.

299. La situación de esta ciudad es en los 17 grados 24 minutos de latitud, y 49 grados 41 minutos 30 segundos de longitud,   —70→   al occidente del Pico de Tenerife, en un terreno llano, una legua por el E del río Piray, y a distancia de cuatro cuadras por la parte del O de una cañada, por donde corre un pequeño arroyo, que llaman el Pari, de cuya agua se proveen: el cual escasea tanto en tiempo de seca que se necesita hacer pauros, o pozos, para recoger la que filtra aquel arenal, con lo cual remedian la necesidad, bien que hay otras lagunas en las inmediaciones, que aunque no beben de su agua, les sirve para los demás usos de las casas. Sin embargo de haber tanta abundancia de ganado caballar y mular, no se valen de este auxilio para la conducción del agua; las pobres mujeres soportan este diario trabajo, cargando los cántaros en la cabeza, de que se siguen no pocos desórdenes por dar pábulo a la libertad de la juventud.

300. Rodea la ciudad un pequeño y claro monte, que tienen que rozarlo de tres en tres años; para lo que se convoca el vecindario, cuya diligencia es tan precisa, como que, de no hacerlo así, se haría inhabitable.

301. Las calles principales son once, sin forma, ni orden en el arreglo de sus infelices ranchos, los que están dispersos, particularmente en los cantos o arrabales: estos son de palizada y barro, cubiertos de una palma, que llaman motacú. Las casas principales se hallan en el centro de la ciudad: sus paredes son de adobe, unas cubiertas con teja, otras con una especie de canal de tres varas de largo y una cuarta de ancho, que labran de la madera de la palma, y estando en sazón dura hasta doce y más años; pero todas ellas son reducidas, sin comodidad, ni los resguardos necesarios al resistir la intemperie,

302. La plaza es de mucha extensión y cuadrada: en uno de sus frentes está la iglesia catedral, muy reducida e indecente. Las casas, habitación del gobernador, y en la actualidad del subdelegado, las capitulares y la cárcel, todas ellas guardan el mismo, método; y, para decirlo de una vez, la población de la ciudad de Santa Cruz está en sus principios. En las casas reales se mantiene diariamente una guardia de una compañía de aquellas milicias, con su capitán, oficiales sargentos y cabos, las que alternan semanalmente: bien que por lo regular está incompleta, y las más veces aun no llega a ocho hombres. Esto se ha observado desde la fundación de la ciudad, como que estaba al cuidado para contener a los indios fronterizos de cualesquier rebato: y aunque ha cesado la causa, es muy útil para el auxilio y respeto de la justicia. El Subdelegado tiene jurisdicción en sólo las dos causas de guerra y hacienda, según el tenor del artículo   —71→   73 de la real Ordenanza de intendentes, por ser pueblo de españoles.

303. Se omite hacer relación del Cabildo eclesiástico, sus rentas, la de la mitra y colegio seminario, por cuanto con fecha de 4 de febrero del año pasado de 1778, tengo informado a esa Superioridad extensamente sobre estos particulares, con motivo de la solicitud del Reverendo Obispo de Santa Cruz, D. Alejandro José de Ochoa, acerca de que se trasladase la silla episcopal a esta ciudad de Cochabamba, al que me remito: y por si hubiere padecido algún extravío, acompaño un ejemplar, por lo esencial que es para el plan que me he propuesto en el presente.

304. A más de la iglesia catedral, tiene Santa Cruz una ermita, que llaman de la Misericordia, donde se entierra la gente pobre; y el convento de la Merced: este es reducido, y se está hundiendo. La iglesia tiene una regular capacidad, está aseada y decente. Su fundación fue cuando la de la ciudad: sus rentas se reducen a lo que produce una corta chacra que posee en distancia de una legua, que no da para hostias; y las limosnas que juntan de los fieles, lo que no alcanza a mantener en vida común ni aun a dos religiosos. Esto motiva la libertad de los pocos que hay, pues como les falta lo necesario no puede sujetárseles a clausura. Con motivo de la real cédula de 14 de diciembre de 1786, en que manda S. M. la reunión de los conventos, cuyas rentas no basten a mantener el número de ocho religiosos, se le asignaron en la apariencia, de las del Cuzco, 800 pesos para contener los efectos de tan bien premeditada resolución. Conociendo yo el intento, informé al real y supremo Consejo de las Indias, con fecha de 7 de enero del año pasado de 1788, manifestando lo útil de este convento en Santa Cruz, y que solamente podría subsistir, reuniendo a él los de la villa de Oruro y la Laguna, que de nada sirven a estos pueblos; con cuyas rentas se mantendrían con desahogo los ocho religiosos en Santa Cruz, y aunque por este supremo, tribunal, según se me informó, se tomó providencia, cometiendo este negocio a la Real Audiencia de Charcas, no sé los motivos que habrán mediado a suspenderla. Lo cierto es, que no pueden mirarse sin compasión la desdicha, desorden y abandono de aquella casa.

305. El Cabildo secular se compone de dos alcaldes ordinarios, cuatro veinte y cuatrias rasas, y cuatro preeminentes; que son, alcalde provincial, alguacil mayor, alférez real y fiel ejecutor, y una escribanía de cabildo, en el día sólo están en uso dos veinte y cuatrias rasas, la de alférez real y fiel ejecutor. El síndico procurador general   —72→   se elige cada año, como los alcaldes ordinarios y de la hermandad. El protector de naturales se nombra por el Señor Fiscal, protector general de la Real Audiencia de Charcas. El hospital, que debía estar en esta ciudad como cabeza del obispado, se fundó en Mizque, según se lleva dicho en su lugar, y la falta de tan preciso auxilio es de consideración con respecto a lo numeroso de aquel vecindario, y no tener recurso sus pobres en las enfermedades.

306. El traje que usan las mujeres es de unas enaguas blancas, que llaman fustan, largas hasta los pies, bordadas de colores o listas de encajes, la camisa con unas mangas, puños y vueltas disformes de largo y ancho, cerradas por el cuello, y bordados los pechos con sobrepuestos de oro, plata o seda de colores, muy guarnecidas de encajes; los puños de brocato o cinta de tisú, de holán o clarín muy fino; de modo que algunas son tan costosas que pasarán de 80 ó 100 pesos. El cabello lo llevan en dos trenzas partidas por medio, en que emplean cinco varas de cinta ancha de seda o tisú para liarlas de arriba abajo, y quedan unidas ambas a la cinta, que dejan pendiente, del largor de una vara, este es el traje más común. En días de gala, o si tienen que recibir alguna visita de mucho cumplimiento, usan de unos guardapiés como los de España, de terciopelo encarnado, azul o verde, tisú brocato u otras telas de seda, a los que ponen guarnición de galón de oro o plata alrededor por tres partes, con el adorno de rosarios o cadenas de oro, gargantillas de perlas o corales. El zapato es de cordobán negro, y poco lo usan dentro de casa. El traje de iglesia nada se diferencia del de España. La gente común gasta polleras de sempiterna12 azul y verde, y mantilla blanca; y por lo regular andan descalzas. El traje de los hombres es igual a los de las demás provincias del Perú: son de buena estatura y robustez, muy sufridores de trabajos, inclinados al manejo del arma, fieles y leales vasallos del Rey, obedientes a cuanto se les manda por sus superiores, en todo el Perú no se encontrarán mejores soldados. Las expediciones contra portugueses, indios Chiriguanas y de la pasada rebelión, dan buen testimonio de esta verdad. Las mujeres regularmente son bien parecidas, afables, obsequiosas o idólatras de su tierra, y lo mismo los hombres.

307. Las indias usan de una camisa larga hasta los pies, de lienzo de algodón sin mangas, que llaman tipoe, la que se ajustan por la cintura con una faja de cuatro dedos de ancho de lana de colores, y una mantilla negra de algodón; algunas otras la llevan de bayeta de Castilla, encarnada o de otro color.

  —73→  

308. No acostumbran estos naturales otro idioma que el castellano, de que pudieran tomar ejemplo en los demás pueblos de la Sierra para sacarlos de la costumbre bárbara del nativo, y no hacerse los españoles en esta parte de la calidad de los indios.

309. La parroquia de esta ciudad tiene dos curas rectores, a los cuales con la primicia y el obvencional se le regula al año de renta a cada uno 2.000 pesos y dos viceparroquias, llamadas de Portachuelo y Paurito: aquella en distancia de doce leguas, y esta de seis. En cada una mantienen un ayudante, con el salario de 200 pesos, cargados en los cuatro novenos beneficiales de toda la gruesa decimal del obispado.

310. También tiene dos capillas rurales, la una en el paraje llamado la Enconada, distante siete leguas de la ciudad, sin más renta ni emolumentos, que la contribución graciosa de los hacendados inmediatos, por tener el auxilio de la misa para sí y sus sirvientes; y la otra en la hacienda que llaman de Payla, once leguas de distancia, posesión que fue de los extinguidos jesuitas, y hoy corre por cuenta de las misiones de Moxos: en ella se mantiene un capellán con el salario de 200 pesos, pagados de lo que reditúa la hacienda.

311. La población de todo el curato se compone de 4.303 españoles, 1.376 mestizos, 2.638 cholos, 2.111 indios; y 150 negros, entre esclavos y libres, de los que desertan de los dominios de Portugal, cuyo total suma 10.672 almas. El ramo de tributos que pagan los indios importa al año 2.940 pesos.