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[39]

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Sección segunda



     Un autre genre qui a un long avenir est la poésie appelée poésie intime, qui se révèle le plus souvent par l'èpitre. Dans les sociétés vieillies, toutes les passions qui ont des généralités pour objet s'usent, et l'homme se réfugie dans le foyer domestique, il s'enveloppe de cette vie cachée; il a vu le néant de tout, il sourit de dédain aux grandes choses qui firent noblement battre le coeur de ces ancètres. Ce qu'il demande, lui, c'est du repos, une famille qui voie avec lui les jour passer lentement, et qui le console de l'amertume des choses publiques.

Duqueanel, HIST. DES LETTRES, CHAP. H.



[41]

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Sed de oro

                                        Hoy tengo un humor que rabio.
Y sin embargo eso es bueno;
La risa vaga en mi labio,
     buen Octavio.
Está mi rostro sereno, 5       
este es achaque muy mio.
     Hay quien sabe,
sin que yo de ello me alabe,
que estoy peor cuando río,
que cuando me muestro grave. 10
 
     Soy de fatal condición
mi risa tiene busilis:
rara vez del corazón
     su intención
procedió, si de la bilis. 15
Es carácter: cada cual, [42]
     bien arguyo,
ha nacido con el suyo;
este es el mío, cabal,
y aquí la estancia concluyo. 20
 
     Si envidioso, si egoísta,
es el mundo en que me encuentro;
si no hay alma que resista
     a la vista
que nos ofrece por dentro, 25
�tengo de hacer de Verónica
     yo por él?
No me cuadra este papel;
sufra mi risa sardónica,
y de mi pluma la hiel. 30
 
     En el hombre ha muerto ya
aquel noble pundonor
que vida inmortal le da:
     Eso va
de cada día peor, 35
ofuscado por su brillo,
     en mal hora,
tan solo un ídolo adora:
a ese metal amarillo,
que es la caja de Pandora. 40 [43]
 
     El interés, la avaricia,
la ambición desordenada,
a todas las clases vicia:
     �qué delicia!
Virtud y saber son nada. 45
�Oro mil dichas procura ,�
     �Qué contienda!
Grita el hombre, voz horrenda,
el mundo se me figura
de negros una merienda. 50
 
     �Oro quiero�, con violencia
Clamaba ayer tarde Antonio;
No me importa, y mi conciencia,
     �Qué impudencia!
Que se la lleve el demonio. 55
�Y cuánto Antonio en el mundo!
     Causa enojos
ver cómo siembran despojos
Uno, dos... mil... me confundo;
Prefiero cerrar los ojos. 60
 
     Y el mundo sigue en su giro
Y �dónde va de este modo?
El alma exhaló un suspiro;
     No me admiro,
pues soy hombre antes que todo. 65 [44]
En vano oculto el pesar...
     Es decir,
que yo me he de reprimir;
que es de estúpidos llorar,
cuando se debe reír. 70
 
     Miremos y sonriamos:
�Está el mundo linda cosa!
�Y eso que en distintos ramos
     progresamos
de una manera asombrosa! 75
La mujer indiferente
     hoy aviva...
Mas vale que no le escriba:
también ella se resiente
de la marcha progresiva. 80
 
     Pretende obtener la palma:
temiendo que mil abismos
abra una pasión al alma,
     con gran calma
está trazando guarismos. 85
Mujer sé yo de la Bética,
     (Y me muele
que la sangre se revele),
que sabe más aritmética
que Arago y que Mangiamele. 90 [45]
 
     �Y cuántas así, mal haya!
Una, dos, tres, cuatro, cinco...
Eso ya pasa de raya:
     Ea, vaya,
ceda en contarlas mi ahínco. 95
�Ellas también! �un suspiro?
     �Qué bobada!
Si a mi no me importa nada:
todo impasible lo miro;
soltemos la carcajada. 100




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El primer beso de amor

                                                            My first kiss of love.
          (Lord Byron)
                                        Dulce es para el rey el trono,
si en poder nadie le iguala;
pero es más dulce, es mejor
que la corte y que su gala,
el primer beso de amor. 5       
 
     Muy dulce es para un poeta,
si en presencia de su dama
un pueblo entero le aclama
con entusiasta fervor; [46]
pero es más dulce, es mejor 10
que estos aplausos y fama,
el primer beso de amor.
 
     Es muy dulce por la tarde,
de una cristalina fuente
ver la límpida corriente, 15
oír su blando rumor;
pero es más dulce, es mejor,
imprimir en blanca frente
el primer beso de amor.
 
     Dulce es el roast-beef también, 20
y el champagne y el malvasía,
y bailar en una orgía
de una mesa en derredor;
pero es más dulce, es mejor
que todo, por vida mía, 25
el primer beso de amor.
 
     �Qué? murmura el moralista:
déjese ya de bobadas;
de este mundo es lo mejor,
y volveré a las andadas, 30
el primer beso de amor. [47]




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Paráfrasis

                                                            El gato escaldado el agua fría huye.
              (REFRÁN)
                                     La enredadora María
a mi gato, por capricho,
escaldóle cierto día,
y desde entonces el bicho
huye hasta del agua fría. 5       
 
     Jugóme también usted
una pasada, �qué gresca!
Dios le pague tal merced:
ahora, aunque tienda la red,
�cuánto ya que no me pesca? 10
 
     Cuando veo cada día
que va mi gato exhalado
huyendo del agua fría,
el no escarmentar sería
de muy necio o porfiado. 15 [48]




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El Mundo

                                        Todo este inmenso gentío,
que de placeres sediento
bulle y gira en torno mío,
a la muerte lento, lento,
camina en su desvarío. 5       
 
     La turba siguiendo va
por un áspero camino...
El de la vida será,
muere uno aquí, y otro allá,
que es tal del hombre el destino. 10
 
     De acerbos dolores presa,
cayendo van en la huesa;
y los que siguen en pos,
con momentánea sorpresa
le dan su postrer adiós. 15
 
     Y ante el cadáver procuran
fingir macilenta faz
y un leve acento fugaz;
luego hipócritas, murmuran:
Descansa, descansa en paz. 20 [49]
 
     �Quien exhalare un gemido
por los muertos �cómo yerra!
Es fuerza darlo al olvido.
Descanse en paz el que ha sido.
Descanse en paz en la tierra.� 25
 
     Y va siguiendo el gentío,
y de placeres sediento,
en su loco desvarío,
como las aguas del río
va a la muerte lento, lento. 30
 
     La tierna solicitud
�No veis de aquella pareja
por entre multitud?
�No es cierto que se refleja
en sus frentes la virtud? 35
 
     Del bullicio de la gente
Ninguno de ellos se cura,
y suspiran juntamente.
y es su pasión tan ardiente,
que más que amor es locura. 40
 
     -Invencible poderío
y mágica inclinación
a ti me arrastran, bien mío, [50]
Tuyo, tuyo es mi albedrío,
es tuyo mi corazón. 45
 
     Fue un tiempo, hermosa, en que yo
admiré naturaleza:
�Ay! que aquel tiempo pasó.
�Por qué, María, ya no
me sorprende su belleza? 50
 
      Hubo un tiempo en que busqué
mi ventura en la amistad;
si por dicha la encontré,
María, dime �por qué
huyó tal felicidad? 55
 
     Sí el estudio para mí
era un ídolo en el mundo,
�por qué lo aborrezco así?
�por qué ese tedio profundo?
�por qué no soy como fui? 60
 
     Porque en ti tan solo pienso,
que en balde resisto ahora
la fuerza fascinadora
de ese amor voraz, inmenso,
que mis entrañas devora. 65 [51]
 
     -�Cuánto te adoro, mi amante!
Y despreciando constante
a ese gentío que zumba,
te adoraré delirante,
aun más allá de la tumba. 70
 
     -Mi vida y mis bienes doy,
María, por poseerte...
-Para siempre tuya soy.
-Mía serás desde hoy
hasta después de la muerte. 75
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
 
     La turba en tanto seguía
por el áspero camino,
y sin cesar cada día
(tal es del hombre el destino)
de uno en pos otro moría. 80
 
     La venturosa pareja
entre dulces ilusiones
sigue a la turba y se aleja:
ni un solo pesar aqueja
empero sus corazones. 85
     �Por qué se apiña enredor
de un hombre la multitud? [52]
�Quién muere? �Causa dolor!
Muere el amante en la flor
de lozana juventud. 90
 
     �Do está María?-A su lado.
Y él lamentando su suerte
exclamaba: �en polvo inerte
verásme pronto tornado...
que siento llegar la muerte.� 95
 
     ��Mujer! escucha, querida,
al voto que hiciste, di,
�serás fiel, María? -Sí.
-�Ay! la muerte tan temida
ya es mas dulce para mí.� 100
 
     -Nunca podrá tu memoria
borrarse del pecho, no:
-�Lo juras? -Lo juro yo.
-Adiós... abierta la gloria...
�No me olvides! -Y espiró. 105
 
     �Y quién será la doncella,
la reina de aquella orgía,
tan fastuosa, tan bella?
�Oh! �quién es, quién es aquella?
María; �cielos! María. 110 [53]
 
     �Y el juramento que hiciste
en qué amor le prometiste
a tu amante, desdichada!!!
-Quien ama a un ser que no existe
su afecto pone en la nada. 115
 
     -�Frágil mujer! �ni un gemido
por él, que la losa encierra?
-No; justo es darle al olvido.
Descanse en paz el que ha sido,
descanse en paz en la tierra. 120




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El amor interesado

A mal tiempo buena cara

                                                  ROMÁN
�Por qué me tratas ahora,
Elena, con tal rigor?
Tantas protestas de amor
di, �qué se hicieron, traidora?
Mas si propicia te enmiendas, 5       
todo lo echaré en olvido.
 
               ELENA
Bien, Román, mas �cómo ha sido [54]
que has perdido tus haciendas?
 
               ROMÁN
El agua con fiero encono...
Mas no importa, �vive Dios! 10
Si nos queremos los dos,
nada del mundo ambiciono.
 
               ELENA
Además allá en Burdeos
tienes gruesas sumas.
 
               ROMÁN
                                   No, 15
que mi banquero quebró.
 
               ELENA
Bien así, fuera rodeos.
 
               ROMÁN
�Y a qué tanto interrogar?
Yo no sé; pero sospecho.
 
               ELENA
Y tus buques �qué se han hecho? 20
�Se los engulló la mar?
Pues aprende aquel refrán: [55]
A mal tiempo buena cara
(Ah, si supieras, Román,
qué negra se te prepara). 25
�Román mío!
 
               ROMÁN
                      �Mi ventura!
Con tal de que a ti te cuadre,
voy al punto por el cura.
 
               ELENA
�Ay! que no quiere mi madre... 30
 
               ROMÁN
�Elena!
 
               ELENA
            Por Dios, Román,
si retrocedo ante el ara,
no olvides aquel refrán:
A mal tiempo buena cara. 35




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Apólogo

A...

                                     El levante ya amenaza,
sordo, sordo el mar se agita... [56]
�Oh! �Cala de Dios maldita!...
Marineros, �plaza! �plaza!
un marinero así grita. 5      
 
     El cable soltadlo... va.
Ya el furor del mar no temo;
remeros, venid acá...
�Al remo todos, al remo!
�La vela! -Bien. -Basta ya. 10
 
     Aunque el rumbo sea incierto
no te arredres, vuela, vuela
sobre el mar, mi barquichuela...
Y de ese maldito puerto
huyamos a toda vela. 15
 
     Cuando el velamen arría
y entra en puerto, �ay del que fía
en la constancia del mar!
Hoy duerme, y al otro día,
�qué descubre al despertar? 20
 
     El indiscreto piloto,
a la luz del sol que brilla,
hundido descubre y roto
su bajel, que el fiero Noto
lanzara contra la orilla. 25 [57]
 
     Aunque el rumbo sea incierto,
no te arredres, vuela, vuela
sobre el mar, mi barquichuela.
-Al fin del maldito puerto
salimos a toda vela. 30




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Epitafio

                                      Aquí yace Juan de Mata
el dómine, �triste suerte!
Al fin le pilló la muerte,
aunque el pobre en su corbata
trataba de hacerse fuerte. 5       
 
     Enseñó latinidad,
fue marido, padre, abuelo,
si el cielo es una verdad,
Juan de Mata está en el cielo
por toda una eternidad. 10
 
     Sus discípulos después
de haberle muerto a disgustos
renunciando al interés
costearon (fueron justos)
esta lápida que ves. 15 [58]




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Letrilla

                                         Geroma, aquella muchacha,
tan traviesa y vivaracha,
antes de ayer se ha casado,
y Mister Pale (4) fue padrino:
          me imagino, 5       
que hay aquí gato encerrado.
 
     Regalos de gran valor,
le ha hecho el embajador,
que, por supuesto, ha aceptado.
A quien le dan, que recoja; 10
           me se antoja
que hay aquí gato encerrado.
 
     Bonita es la desposada,
él un Excelencia, �nada!
y el marido confinado. 15
Buen fregado, �vive Cristo!
          No, yo insisto,
que hay aquí gato encerrado.
 
     Siempre de día, de noche,
veréis en la puerta el coche: 20
anda muy desocupado, [59]
anque no es de mi incumbencia,
          su Excelencia:
aquí hay gato encerrado.
 
     Para rezar el rosario 25
no se reúnen, �canario!
Y pues se están lado a lado
por tanto tiempo los dos,
          �voto a Dios!
que hay aquí gato encerrado. 30
 
     Él dice: Voy ver Keroma,
para aprender el idioma.
�El idioma! �Condenado!
Buen idioma busca usted:
     No; yo sé, 35
que hay aquí gato encerrado.




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Letrilla

                                        Imposible es un convenio
entre los dos; -nada, no;
que si usted tiene mal genio
peor genio tengo yo.
Un partido tomaré 5       
          que es preciso, [60]
señora, con su permiso;
señora, a los pies de usted.
 
     Yo adoraba a una mujer
bella, amante y muy discreta 10
�cómo pude yo querer
a una excéntrica coqueta?
Sin embargo... eso encontré:
          Mucho siento...
Pero ha llegado el momento: 15
señora, a los pies de usted.
 
     Jugar conmigo tranquila
creyó usted, �Jesús qué encanto!
Ni en mi tierra eso se estila,
ni yo de nadie lo aguanto. 20
Es mal genio, ya lo sé:
          eso quiero;
voy a buscar mi sombrero:
señora, a los pies de usted.
 
     Y advierta usted a mi partida, 25
aunque no le importe nada,
que resolución tomada
es resolución seguida.
De mi sistema no haré
          vano alarde; 30 [61]
que se va haciendo muy tarde:
señora, a los pies de usted.




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Letrilla

                                        No, no hay miedo alguno
de que yo me asuste;
siga usted su empeño:
usted es muy dueño
de hacer lo que guste. 5       
Hablar es en vano:
beso a usted la mano.
 
     �Que yo soy coqueta!
Lo seré en efecto;
pero, bien me fundo, 10
�quién en este mundo
no tiene un defecto?
Usted es muy vano:
beso a usted la mano.
 
     Empero de usted 15
la mente se ofusca,
y yo no lo quiero.
Allí está el sombrero
que tanto usted busca, [62]
encima del piano: 20
beso a usted la mano.
 
     Si usted es altivo,
de altiva presumo:
es bien que le advierta,
que allí está la puerta, 25
-Adiós, la del humo...
Va usted muy ufano:
beso a usted la mano.




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Epigrama

                                    Un cierto día con desdén
le dijo Conchita a Carlos:
��Besos!... No me gusta darlos.�
Le gusta que se los den.




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Epigrama

                                      Con una linda casada,       
con la esposa de Zenón,
de siete meses preñada,
bailé a la desesperada
cierto día el cotillón. 5 [63]
 
     Vino Zenón azorado
al verme en tales oficios,
y le dije: �no hay cuidado;
si destruyo lo empezado,
pago daños y perjuicios.� 10




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Epigrama

                                        Un día en una tertulia,
o en una soirée, cantó
la preciosísima Julia
de Beatrice el rondó.
Eso era en Francia, y Andrés 5       
Gaspar, asturiano topo,
le quiso echar un piropo
a la muchacha, en francés.
     �Canard? -Canario�, y Gaspar
murmuró, y a la cantora 10
le dijo con voz sonora:
Vous chantez comme un canard.




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Epigrama

                                      Bailando con Inesita
sin más ni más le di un beso [64]
y se enojó con exceso
y me llamó descortés.
Al verla tan afligida 5       
y humedecidos los ojos,
le dije: ��Bah! fuera enojos,
devuélveme el beso, Inés.�




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Fábula

                                        Un arquero tiró al blanco.
�Por qué no has ido derecha?
Dijo el arquero a la flecha,
jurando por Belcebú.
     Y la flecha: �a mí me acusas? 5       
Injusto de más has sido:
pues tú mal me has dirigido,
la culpa la tienes tú.




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Amor

                                        Veinte y dos años va a hacer
que contra mi suerte lidio,
          �qué fastidio!
y no la puedo vencer. [65]
Por un día de placer, 5       
          salvo error,
me tocan mil de tormento:
cuidado, que es mucho cuento;
es mucho cuento, señor.
 
     De ese estado tan ruin 10
se deriva sin remedio
          ese tedio
que en inglés se llama spleen.
Con pérfido inicuo fin
          va en mi pos; 15
y es horrible de este modo
por su prisma verlo todo,
sin tener los veinte y dos.
 
     Sonriamos: Lelia quiso
adorarme a todo trance; 20
          yo en tal lance
me quedé corno indeciso.
Hice la prueba, preciso,
          del crisol:
me interrogué... mas ni el eco; 25
mi corazón se hizo el sueco,
y esto que es buen español.
 
     Todo el diablo lo enmaraña: [66]
vi otra mujer... y mi pecho
          satisfecho 30
palpitó con fuerza extraña:
�si el deseo no me engaña,
          dije yo,
si con mi amor no me ofusco.
Esta es la mujer que, busco.� 35
A decirlo, y se acabó.
 
     ��Hermosa! la quiero a usted
poco en decirlo se gasta;
          mas... no basta,
si usted me niega su fe; 40
�se me otorga? -Yo no sé,
          por la cruz,
que el asunto no es tan fútil:
dar tiempo al tiempo es muy útil,
que el tiempo aclara y da luz.� 45
 
     A pensar y a no ser loco,
si tengo en cuenta mi genio,
          un convenio
con esta va a durar poco.
�Olvido! tu influjo invoco, 50
          y a vivir.
Dijo el alma: -en la batalla,
si el corazón sufre y calla,
callar debes tú y sufrir. [67]
 
     Espera; pues si el presente 55
Se muestra triste y oscuro,
          de seguro
se mudará felizmente:
rosas el alma presiente.-
          �Son abrojos! 60
Ya hace un año, suerte impía,
y hoy... peor que el primer día
en que la vieron mis ojos.
 
     Es verdad que me ama, empero,
hay un temor; no, no alcanza 65
          la esperanza
un porvenir lisonjero.
Hierve mi sangre, �y espero?
          �Qué baldón!
�Y mi energía?... No existe, 70
nada a esa mujer resiste:
misterios del corazón.
 
     Ayer... silencio... mi oído...
Nada oyó... �quién la condena?
          Esta escena 75
que yazga en eterno olvido.
�No me adora? �Qué más pido? [68]
          Si me halaga
esta idea venturosa,
�por qué como mariposa 80
mi mente incierta divaga?
 
     Encantadora mujer,
Amarte �ay Dios! imagino
          que es mi sino,
y no se puede vencer; 85
por un día de placer
          resistir
mil de amarguras y duelo:
es mi suerte, no hay consuelo,
amarte mucho y sufrir. 90 [69]




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Anacreconte

A don José España

                                                                                                  
[chaíroite loipòn hemîn héroes; he lýre gàr mónous érotas aídei]

(OD. I)

                                       Se propuso Anacreonte,
sin duda en aciago día,
cantar los trabajos de Hércules
y a los valientes Atridas.
Cogió su lira, y al punto 5       
quitóle el polvo de encima;
fue a tocar, y vio que estaba
dada al demonio la lira,
pues al pulsarla, �perversa!
Amor, amor, respondía. 10
-�Eso va mal, dijo el viejo,
no me agrada esta salida:
mudemos cuerdas.� �Inútil!
Endemoniada la lira,
al pulsarla nuevamente, 15
Amor, amor, respondía.
Irritado Anacreonte
tiróse de las patillas. [70]
Dijo [chaírote] a los héroes,
enmudeciendo en seguida. 20
 
     �A qué viene tanta historia?
Dirás tú, por vida mía.
Ten un poco de paciencia,
que es una virtud magnífica.
 
     Pensé yo escribir de amor 25
las inefables delicias;
mas hoy, en extremo indócil.
No corre mi pluma pícara.
Con la pluma me sucede
lo que al otro con la lira: 30
no obedece mis mandatos.
�Válgame santa Virginia!
En lugar de amor, ha escrito
la palabra tontería!
     Sigamos a Anacreonte: 35
las circunstancias obligan;
y ya que me está vedado
tirarme de las patillas
(pues no las tengo), el
no me abandona en la liza. 40
, Cupido y Venus:
mañana será otro día. [71]




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La felicidad mundana

I

En medio del campo.-Ofelia y Octavio

 
                                        -Ha aumentado la fatiga
de tu rostro el arrebol:
si nada el calor mitiga,
busquemos la sombra amiga
contra los rayos del sol.

5

      
 
     Tan violenta claridad
deslumbra... tus ojos cierra:
en mi te apoya. -Es verdad.
-�Oh cuánta felicidad,
ser yo tu guía en la tierra!

10

 
     Jamás gozar pretendí
tan inefable ventura:
�tú ves por mis ojos? -Sí.
-Un árbol descubro allí;
Ofelia, el paso apresura.

15

 
     Jadea mi perro: cuánta
es la fuerza de su instinto
ni aun la cabeza levanta; [72]
con premura se adelanta
de la sombra hacia el recinto.

20

 
II
A la sombra de un árbol
 
                                    -�Este ambiente perfumado
no te halaga? Cejijunta,
�en qué piensas? -En mi amado.
-Oye, siéntate a mi lado:

25

Di, �me quieres? -�Qué pregunta!
 
     -�Ah! no extrañes si yo tanto
te importuno: esto conviene
para acallar mi quebranto
cada vez mayor encanto

30

el de tus labios tiene.
 
     -�Por qué tan raros antojos?
Con tus recelos, Octavio,
en mí despiertas enojos;
si puede mentir el labio,

35

no pueden mentir los ojos;
 
     que espejo del alma son
en que fielmente se pinta,
haciéndonos traición, [73]
la más ligera pasión,

40

con clara señal, distinta.
 
     -Mi vano temor desecho:
�tus brazos! -Octavio, quita.
-Al fin gozoso te estrecho.
�Palpita, Ofelia, tu pecho?

45

-Como tu pecho, palpita.
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
 
III
 
                                    �Oh! mujer angelical;
sin amor es un desierto
la vida para el mortal,
un fatigoso arenal

50

de opacas sombras cubierto.
 
     Amor es luz, yo lo sé.
-Desde mi infancia anhelante
dicha mayor codicié;
benigna mi suerte fue,

55

pues la gozo en este instante.
     -Sí, Ofelia; insensato el hombre
por las riquezas delira.
-Por la amistad �vano nombre! [74]
-Menos amor, no te asombre, 60
todo en el mundo es mentira.
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
 
IV
                                        -�Qué dulce amable sosiego!
�Cómo resbala la brisa
sobre mi frente de fuego!
�Ah! prolonga esta sonrisa,

65

Ofelia, yo te lo ruego.
 
     Todo aquí respira amor
de estos robles a la sombra:
oye, escucha el ruiseñor;
mira, mira cuánta flor

70

sobre la tupida alfombra.
 
     -El canto no interrumpido
de la cigarra, el oído
adormece: �qué indolencia!
Me agrada su impertinencia.

75

�Ofelia! -�Octavio querido!
 
     -De gozo mi alma suspira.
Di, �qué es la gloria del nombre
a que ansioso el hombre aspira?
Menos amor, para el hombre [75]

80

todo en el mundo es mentira.
. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . .
 
V
 
                                        -�Ah Dios mío! -�Qué te aqueja,
Ofelia? -�Amor! �torpe yerro!
-�Quién de mis brazos te aleja?
�Qué dices? -Octavio, deja;

85

vuelve tu vista hacia el perro.
 
     -Escarba... �un cráneo!... Sí: advierte
que haciendo befa nos mira...
fue cual la nuestra su suerte.
-�Ah! Ofelia, todo es mentira...

90

-Sí, Octavio, menos la muerte.





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La novedad

                                        Hay una diosa en la tierra
(cuidado que no lo abulto)
a quien todos rinden culto.
          Vil deidad,
más seductora que Armida, 5       
a quien el vulgo apellida.
(Nouveauté) la Novedad. [76]
 
     Por esa diosa perversa
que va de extremos a extremos,
nos vemos como nos vemos: 10
          Bien lo sé;
y no es un mero capricho:
que es verdad lo que yo he dicho,
y verdad que probaré.
 
     Por de pronto, el culto ciego 15
que el hombre necio le presta,
�cuántos tesoros le cuesta!
          �Causa horror!
y esto, poco significa,
cuando hay quien le sacrifica 20
hasta la vida, el honor.
 
     De veras parece chanza,
y no lo es, voto a Cristo:
voy a narrar lo que he visto
          yo por mí, 25
con una cachaza insigne;
y el mundo que se resigne,
porque al fin... más vale así.
 
     Gastó Fermina en dos años
en novedades su dote: 30
tocóle después el lote [77]
          al buen Juan,
que en seis más �pobre, qué asedio!
vio perdido sin remedio
todo el fruto de su afán. 35
 
     Juan murió de sentimiento.
Lloró Fermina: era justo;
mas, en medio del disgusto
          y ansiedad,
por la muerte del marido, 40
iba diciendo: �he tenido
una grande novedad.�
 
     Primera parte. -Otra sigue
mucho más grave, más seria:
me toca hablar de Quiteria: 45
          �Ah qué infiel!
Gran pesadumbre me abruma
sin yo quererlo, mi pluma
está rasgando el papel.
 
     Pintar el cuadro renuncio: 50
es tan negro, que me espanto.
Además, �yo qué adelanto?
          Es verdad.
Musa de rubias guedejas,
ea, no frunzas las cejas, 55 [78]
que siga la novedad.
 
     Casóse Antonio con Rita
de su amor en testimonio,
y a los seis meses Antonio,
          �qué entremés! 60
Por la novedad impía
como un tonto se reía,
retozando con Inés.
 
     Al ídolo multiforme
le venera, según veo, 65
el que llaman sexo feo
          también, sí,
nunca la verdad oculto:
también yo le rindo culto,
frágil soy, hombre nací. 70




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Las tres edades

A Irene



Infancia

                                      Hay una edad inocente,
de vaga inmensa ventura,
que se pinta en nuestra frente, [79]
como en plácida corriente
la luz de los cielos, pura. 5       
 
     En esta edad venturosa,
objeto es de nuestro amor
una simple mariposa,
que va alegre y bulliciosa
volando de flor en flor. 10
 
     En esta edad de inocencia
extraña a celo y falsía,
se descubre la influencia
de la sabia Providencia,
que ocultamente nos guía. 15




Adolescencia

                                         Mas �ay! de un año otro viene:
es ley eterna; traidoras
las horas ruedan, Irene,
que no hay fuerza que refrene
la sucesión de las horas. 5       
 
     Y el alma sufre, divaga,
un vacío aterrador
siente, una tristeza vaga: [80]
ya cual antes no le halaga
ni mariposa ni flor. 10
 
     De un torpe sueño despierta,
y llena de fe suspira,
y se abalanza inexperta
en pos de una dicha incierta
quizá ilusión o mentira. 15
 
     Vende el hombre su sosiego
por mil ricas ilusiones,
y atiza en tanto �qué ciego!
en sus entrañas el fuego,
que llaman de las pasiones. 20
 
     Quiere amor, quiere algo en suma:
a sus instintos violento
se abandona, no le abruma,
y viene y va cual la pluma,
que vuela a impulso de un viento. 25
 
     Ídolos crea entusiasta,
con desvelo los adora:
la ambición fascinadora,
la gloria... �Delirios! basta.
Este es el hombre, señora. 30 [81]
 
     En esta edad, se diría
que cambia el hombre de esencia,
y que en su nueva existencia
rompe el lazo, que le unía
a la sabia Providencia. 35




Virilidad

                                      Mil desengaños prepara
el tiempo. Ya el hombre toca,
que su esperanza fue loca,
los ídolos que adorara
con propia mano derroca. 5       
 
     Amor, ambición, placer,
quimeras son: bien me fundo.
�Qué queda? Un duelo profundo:
y luego, Irene:... tener
conocimiento del mundo. 10




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Guerra

                                          Voy a entrar a sangre y fuego,
el asunto desde luego
          Es muy lindo.
Aun cuando me quede solo, [82]
aunque me abandone Apolo, 5       
de seguro no me rindo:
mi pensamiento no inmolo.
 
     �Contra quién va la tronada?
Contra esa turba menguada,
          que se emperra 10
con sobra de pretensiones,
llorando sus ilusiones.
Está de Dios: guerra, guerra
a los poetas llorones.
 
     �Soy mordaz? La culpa es suya: 15
Y si hay quien quiera, que arguya.
          Entre tanto,
sin respetar pareceres,
los zurraré, �que si quieres!
diciendo, que en su quebranto 20
no son hombres, son mujeres.
 
     �Perdí la ilusión hermosa.�
-Todo es humo, cualquier cosa.
          �Por escrito
�lloraré, y este hemisferio 25
�que se conmueva� -�Es muy serio!
�Por qué no irá este maldito
a llorar al cementerio? [83]
 
     Y al fin, si fuera efectivo
este dolor, aun concibo 30
          de algún modo
la expansión: siempre me admira;
pero me enciendo de ira
al saber que es farsa todo,
convención, pura mentira. 35
 
     Lloran a troche y a moche
por la tarde, por la noche,
          y me agrada.
�Qué grande cosa se enreda?
Nada que contarse pueda, 40
nada les sucede, nada,
que a todos no nos suceda.
 
     Se quejan de los desprecios
de sus coquetas �qué necios!
          Luego a plaza 45
nos sacan sus ilusiones,
y a llorar, y no hay razones.
�Maldiga Dios esa raza
de insoportables llorones! [84]




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A mi padre

                                        Lejos de la muchedumbre,
a quien una ley eterna
ha señalado el camino
de su afanosa existencia;
lejos del horrible cuadro 5       
de repugnantes miserias,
que constantemente el mundo
a nuestra vista presenta,
está mas tranquila el alma,
la mente está mas serena. 10
Aquí no asoma a mis labios
aquella risa tremenda
con que el pesar se disfraza
con dolorosa licencia.
 
     Hoy mi musa inexorable 15
a nuevos sones se presta;
que es muy dulce el sentimiento
que el alma mía enajena.
Hoy, padre, a ti me dirijo,
pues la gratitud me alienta. 20
�Oh! pueda el cielo clemente
darte la dicha que anhelas,
ya que es tan breve la estancia [85]
del hombre sobre la tierra.
�Ojalá corran tranquilos 25
tus días; la paz benéfica,
la grata envidiable calma,
siempre a tu lado se vean!
Y si quisiese la suerte,
que instable nos representan, 30
lanzar sobre ti mil males
moviéndote cruda guerra,
antes... que caigan mil veces
sobre mi joven cabeza.

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