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1531

Comedia llamada Tesorina


47. Jaime de Huete. Comedia llamada Tesorina, hecha nuevamente por Jaime de Huete. Se incluyó esta obra en el índice de libros prohibidos por la Inquisición en el año de 1559. No hay otra noticia de ella ni de su autor.




1532


Auto

48. Ausias Izquierdo Zebrero. Lucero de nuestra salvación al despedimiento que hizo nuestro Señor Jesucristo de su bendita madre, pasos muy devotos y contemplativos estando en Betania. Por Ausias Izquierdo Zebrero: en Sevilla, por Fernando Maldonado, año de 1532. Figuras del auto. Hijo y madre, ángel con cartas de Adán, David, Moisen, Hieremias, Abrahán, Magdalena. El nombre de este autor hace sospechar que fuese catalán o valenciano. Jimeno, en su estimable obra de los Escritores del reino de Valencia, habla de un Ausias Izquierdo que publicó algunos opúsculos, y entro ellos una Representación o auto sacramental de un milagro de la Virgen del Rosario, impreso en Valencia, año de 1589. Sin embargo de la identidad del nombre y apellido, no es de creer que sea el mismo que dio a luz en 1532 el auto que se incluye en este catálogo, cuyo corto mérito quita el deseo de toda investigación acerca del autor que le compuso.




Auto

49. Gil Vicente. Auto hecho por Gil Vicente sobre los muy altos y muy dulces amores de Amadís de Gaula con la princesa Oriana, hija del rey Lisuarte.




Comedia Rubena

50. Comedia Rubena.




El templo de Apolo

51. El Templo de Apolo, tragicomedia.




Romería de agraviados

52. Romería de agraviados, comedia.




La Nao de amores

53. La Nao de amores, comedia.




Al parto de la reina

54. Al parto de la reina, tragicomedia.




La Fragua de amor

55. La Fragua de amor, tragicomedia.




La Floresta de engaños

56. La Floresta de engaños, comedia.

La primera de estas piezas se halla prohibida en el índice de la Inquisición de 1559: todas las que van citadas están escritas en castellano, a excepción de otras que compuso el mismo autor en portugués. No he visto la edición que hizo de todas ellas su hijo Luis Vicente en el año de 1557.






1534

Comedia llamada Orfea


57. Anónimo. Comedia llamada Orfea, dirigida al muy ilustre y magnífico señor Don Pedro de Arellano, conde de Aguilar. Este caballero fue uno de los que acompañaron a Carlos V en la expedición de Túnez. La comedia se prohibió por el santo oficio, y es una de las obras insertas en el índice que se ha citado ya.




1535

Comedia llamada Fidea


58. Francisco de las Navas. Comedia llamada Fidea, compuesta por Francisco de las Navas. No hay más noticia de esta comedia sino la de haberla incluido la inquisición en el mencionado índice.




1537

Farsa llamada Cornelia


59. Andrés Prado. Farsa llamada Cornelia, en la cual se introducen las personas siguientes: un pastor llamado Benito, y otro llamado Antón, y un rufián llamado Pandulfo, y una mujer llamada Cornelia, y un escudero su enamorado, donde hay cosas bien apacibles para oír: hecha por Andrés Prado, estudiante. Medina del Campo, por Juan Godinez de Millis, año de 1537. Nada se sabe de este autor: la farsa contiene algunas situaciones de bajo cómico, no mal sostenidas con las gracias del diálogo.




1539

Tragicomedia


60. Anónimo. Tragicomedia alegórica del paraíso y del infierno, moral representación del diverso camino que hacen las almas partiendo de esta presente vida, figurada por los dos navíos que aquí parecen: el uno del cielo, y el otro del infierno, cuya sutil invención y materia en el argumento de la obra se puede ver. Son interlocutores un ángel, un diablo, un hidalgo, un logrero, un inocente llamado Juan, un fraile, una moza llamada Floriana, un zapatero, una alcahueta, un judío, un corregidor, un abogado, un ahorcado por ladrón, cuatro caballeros que murieron en la guerra contra moros, el barquero Caron. Fue impresa en Burgos en casa de Juan de Junta, a veinte y cinco días del mes de enero, año de 1539. Estos personajes se van presentando sucesivamente para entrar en la barca del paraíso, pero sólo llegan a conseguirlo el bobo Juan y los cuatro caballeros: los demás, aunque altercan y lo resisten, van a parar a manos del diablo, que los embarca para el infierno: las situaciones son idénticas: no hay desenlace ni enredo. Con la introducción de tan diferentes clases de gentes se pintan no sin gracia las costumbres de aquella edad.

Esta obra es una imitación de la que escribió el portugués Gil Vicente por los años de 1519, y se representó delante de los reyes Don Manuel y doña Leonor, cuyo título es: Auto de moralidade composto per Gil Vicente, per contemplaçaon da serenissima y muyto catolica Reynha Donha Lionor nossa senhora, y representada per seu mandado a o poderoso Principe y muy alto Rey Don Manoel primeiro de Portugal deste nome. Una y otra composición existían pocos años ha en la escogida librería del marqués de Campo-Alange.




1540


Coloquio de Fenisa

61. Anónimo. Coloquio de Fenisa. Hablan en él Valerio, Marsilio, Silvio, Bobo, Fenisa. Fue impreso en Sevilla año de 1540. Esta obra escrita en verso con poca invención y ninguna elegancia no merece particular examen.




Coloquio

62. Anónimo. Coloquio. En las presentes coplas se trata como una hermosa doncella andando perdida por una montaña encontró un pastor, el cual vista su gentileza se enamoró de ella, y con sus pastoriles razones la requirió de amores, a cuya recuesta ella no quiso consentir, y después viene un salvaje a ellos, y todos tres se conciertan de ir a una ermita que allí cerca estaba a hacer oración a nuestra Señora. Vistas y examinadas, y con licencia impresas en Valladolid año de 1540. Ya se ve por lo que antecede que en esta obra no hay composición dramática: la pintura de los afectos y el estilo en que está escrita no carecen de mérito.






1541

Farsa llamada Custodia


63. Anónimo. Farsa llamada Custodia. Se halla prohibida en el citado índice de la inquisición. No hay otra noticia de ella ni del autor que la compuso.




1542

Farsa de los enamorados


61. Anónimo. Farsa de los enamorados. Se halla su título entre las obras prohibidas por el santo oficio en el índice mencionado.




1543

Farsa llamada Josefina


65. Anónimo. Farsa llamada Josefina. Prohibida igualmente en el mismo índice de la inquisición.




1544


Paso

66. Lope de Rueda. Paso en el cual se introducen tres personas: Luquitas, paje; Alameda, simple; Salcedo, amo. Luquitas y Alameda se han entretenido en comer buñuelos y pasteles: su amo Salcedo que los ha estado esperando mucho tiempo, les pide cuenta de aquella tardanza: Luquitas se disculpa echando mentiras, pero Alameda contradice con su simplicidad los artificios de su compañero, y sin querer los inutiliza. El amo persuadido de que ellos comen y se divierten con lo que a él le sisan, los castiga a entrambos. En prosa.




Comedia Eufemia

67. Comedia Eufemia. A esta comedia escrita en prosa y dividida en ocho escenas precede un corto prólogo. Leonardo, caballero joven, se despide de su hermana Eufemia deseoso de ver mundo y buscar fortuna: halla en Valencia a Valiano, príncipe ilustre y poderoso, que le recibe por secretario y le da toda su confianza. Leonardo le refiere las calidades de su hermana Eufemia, y Valiano enamorándose de oídas, determina hacerla venir a Valencia y casarse con ella: Paulo, criado antiguo de Valiano, envidioso de la privanza que disfruta Leonardo, parte en diligencia a donde Eufemia está; y siéndole imposible el verla por más que lo procura, logra únicamente que una criada le dé algunos cabellos de un lunar que tiene su señora en un hombro: con esto vuelve a Valencia y dice a Valiano que ha merecido los favores de la hermana de Leonardo, presentando como prueba de lo que asegura los cabellos del lunar: el príncipe irritado contra Leonardo le da pocos días para que se justifique, y al cabo de ellos si no lo hace se propone quitarle la vida: avisada Eufemia por su hermano de la acusación que se hace contra ella y del peligro en que él está, va a Valencia, confunde a impostor Paulo, a quien el príncipe manda llevar al suplicio que estaba preparado para Leonardo; hace poner a este en libertad, le restablece en su gracia, y se casa con Eufemia. Esta fábula, más interesante que verosímil, tiene unidad en la acción, no en el lugar ni en el tiempo. En los caracteres de Eufemia y Leonardo hay oportuna expresión de afectos, y locución pura y elegante: los de Vallejo, lacayo baladrón, Polo su compañero, Grimaldos, paje, Eulalia, negra, y Ana, gitana, abundan en chistes cómicos, y producen incidentes graciosos, aunque no necesarios a la integridad de la composición.






1545


Paso

68. Paso en el cual se introducen dos personas: Alameda, simple; Salcedo, amo. Alameda halla en el monte una máscara, se la enseña a su amo Salcedo, y éste por burlarse le dice que aquella es la cara de Diego Sánchez, un santero a quien había muerto y desollado pocos días antes unos ladrones: añade que la justicia anda en busca de los delincuentes, que si tropieza con ella es perdido, y que lo mejor será que se vaya a la ermita de San Antón y se haga santero: Alameda le deja la máscara y se va a la ermita: Salcedo, envuelto en una sábana con la máscara puesta, le llama en voz lamentable, y le hace creer que es el alma de Diego Sánchez le encarga que a media noche vaya a un arroya donde está su cuerpo insepulto y le lleve al cementerio de San Gil. Alameda lleno de miedo echa a correr, y el fingido muerto le sigue y le acosa por todas partes. Diálogo en prosa con buen estilo, animado y gracioso.




Comedia Armelina

69. Comedia Armelina. Pascual Crespo, herrero, tuvo en su juventud un hijo en una amiga suya, la cual se fue con un capitán a Hungría llevándose al niño: éste, muerta su madre y también el capitán (que le dejó heredero de sus bienes), fue criado por un caballero de aquella tierra llamado Viana, el cual tenía una hija pequeña llamada Florentina, a quien daba muy mal trato su madrastra; por lo cual un pariente suyo se la robó, hallándose embarcado con ella a vista de Cerdeña le asaltaron corsarios: la niña quedó cautiva; después la vendieron en Cartagena a un hermano de Pascual Crespo, y este por último la recibió en su casa dándole el nombre de Armelina. Crespo y su mujer viéndola ya en edad, tratan de casarla (aunque ella lo repugna) con el zapatero Diego de Córdoba. Llega en esto a aquella ciudad Viana acompañado de Justo su hijo adoptivo, y habiéndole asegurado un griego que allí encontraría a su hija Florentina, no omite diligencia para conseguirlo. Consulta con Muley Bucar, moro granadino, grande hechicero, el cual hace un conjuro espantoso, invoca a Medea, y sale en efecto Medea de los infiernos para decirle que la niña que se busca está en aquella ciudad: entre tanto Justo enamorado de Armelina ronda su casa: ella apurada por Crespo y su mujer, que tratan de reducirla a que se case con el zapatero, se va desesperada a las orillas del mar con resolución de tirarse al agua desde un alto peñasco: al ir a ejecutarlo sale el dios Neptuno y lo estorba: llévala a su casa, y allí delante de todos les hace saber que Justo es hijo del herrero Crespo, y Armelina es la Florentina hija de Viana que con tanto empeño se busca: conciértase la boda de Florentina y Justo: Neptuno en calidad de padrino se entra con ellos a celebrarla. Por este extracto se echará de ver lo complicado, romancesco e inverosímil de esta fábula, en la cual apenas puede alabarse otra cosa que el buen lenguaje y la viveza del diálogo. Puede citarse como la primera pieza de magia que se conoce en nuestro teatro: está escrita en prosa y se divide en seis escenas.






1546


Paso

70. Paso en el cual se introducen, las personas siguientes: Lucio, doctor médico; Martín de Villalba, simple; Bárbara, su mujer; Jerónimo, estudiante. Martín de Villalba es objeto de las burlas de su mujer, que tiene en casa con nombre de primo al estudiante de quien está enamorada: se finge enferma, y el pobre Martín va y viene a casa del médico, le regala pollos para tenerlo grato, y se bebe todas las purgas que aquél receta a su mujer, porque ésta le asegura que lo aprovecharán infinito si él se las toma. Por último la mujer se va de casa acompañada del estudiante, diciendo a Martín que va a cumplir unas novenas: le encarga que ayune a pan y agua en tanto que vuelve, y él promete cumplirlo, aviniéndose a que el médico siga curándole para que ella se restablezca enteramente. Argumento cómico, buena prosa, perniciosa moral.




Paso

71. Paso en el cual se introducen las personas siguientes: Caminante, licenciado Jáquima, bachiller Brazuelos. El caminante se halla sin dinero, y no teniendo conocimientos en la ciudad, le ocurre buscar al licenciado Jáquima, para el cual trae una carta: éste que vive en compañía del bachiller Brazuelos, recibe muy bien al caminante y le convida a comer: quedan solos el bachiller y el licenciado, y como éste no tiene un cuarto para obsequiar al huésped, pide al otro que le preste lo necesario para salir de aquel empeño, pero Brazuelos, que se halla en el mismo caso, nada puede darle. Sin embargo para salir del apuro con menos afrenta discurre que el licenciado se oculte entre la manta de la cama cuando el huésped venga, y que él le dirá que de orden del arzobispo ha tenido que salir de la ciudad a toda prisa con el encargo de publicar unas bulas: acordado esto, llama el caminante: el licenciado se esconde y tapa con la manta, y admirado el huésped de no hallarle en casa, le dice el bachiller que sí está, pero que ha sido tanta la vergüenza que ha tenido de hallarse sin dinero para darle de comer, que se ha metido debajo de la manta, y diciendo esto tira de ella y se le descubre: salta el licenciado de la cama lleno de enojo contra el bachiller, resulta una quimera muy acalorada entre los dos, y el caminante viendo que allí no hay disposición de comida, se aburre, los deja riñendo y se va. Prosa ligera y fácil: la malicia del bachiller produce buen efecto cómico.






1547


Paso

72. Paso en que se introducen las personas siguientes: Honciguera, ladrón; Panarizo, ladrón; Mendrugo, simple. Panarizo y Honciguera esperan a Mendrugo que lleva una cazuela de comida a la cárcel en donde está presa su mujer: le salen al paso, le meten en conversación, y entre otras cosas le hablan de la tierra de Jauja, abundantísima y feliz sobre todo lo descubierto: Mendrugo quiere saber las maravillas que le anuncian de ella: le hacen sentar en el suelo, y empiezan a referirle los ríos de leche, los puentes de mantequillas, los árboles cuyos troncos son de tocino, la miel, los pasteles, las aves y viandas exquisitas que se hallan preparadas y de balde en aquel delicioso país: Mendrugo los oye absorto, y ellos aprovechándose de su aturdimiento arrebatan la cazuela y desaparecen. Ficción sencillísima, en prosa.




Paso

73. Paso en cl cual se introducen las personas siguientes: Brezano, hidalgo; Cebadon, simple; Samadel, ladrón. Brezano da quince reales a su criado Cebadon para que se los lleve al casero: Samadel se hace encontradizo con el criado, y sabiendo la comisión que lleva, finge que es el casero mismo: recibe los quince reales, y le da por carta de pago una carta particular que lleva consigo: vuelve Cebadon a ver a su amo, y por el contenido de la carta y las señas que da el mozo del fingido casero, conocen uno y otro el engaño que les ha hecho: van en busca del ladrón, le encuentran en la calle, riñen, y Cebadon y su amo corren tras él. En prosa, buen diálogo.






1548


Comedia llamada Locusta

74. Juan de Malara. Comedia llamada Locusta. Se ignora el argumento de esta comedia.




Paso

75. Lope de Rueda. Paso en el cual se introducen las personas siguientes: Torrubio. simple viejo; Agueda de Toruégano, su mujer; Mencigüela, su hija; Aloja, vecino. Torrubio viene del campo con una carga de leña: Águeda su mujer le pregunta si ha plantado el renuevo de olivo que él llevó: él dice que sí, y ella supone que dentro de seis o siete años ya llevará cuatro o cinco hanegas de aceitunas, y cortando de él otros renuevos podrá plantarse un olivar: ella cogerá las aceitunas, el marido las llevará en el asilo a la plaza, y Mencigüela las venderá: aquí empieza lo más agitado de la acción, porque Águeda no quiere que la chica venda el celemín de aceitunas en menos de dos reales, y su marido dice que bastará venderlas a catorce o quince dineros: Mencigüela recibe órdenes contrarias de su padre y de su madre, y a cada uno de ellos promete hacer lo que le mandan: esta docilidad le perjudica mucho porque sólo sirve de excitar la cólera de entrambos, que la castigan alternativamente: sale al ruido Aloja su vecino; pregunta la causa de aquella desazón, y viendo que todo ello es sobre fijar el precio a que han de venderse las aceitunas que deben nacer de allí a treinta años, procura ponerlos en paz y concluir aquella ridícula contienda. Motivo cómico muy gracioso sostenido con un buen diálogo en prosa.






1549

Farsa del Sordo


76. Farsa del Sordo. Esta pieza escrita en verso, atribuida a Lope de Rueda, no tiene mérito particular.




1550

Comedia Medora


77. Comedia Medora. Introito. La comedia está escrita en prosa y distribuida en seis escenas: la acción se supone en Valencia. Acario tuvo una hija y un hijo en extremo parecidos el uno al otro: siendo muy chicos los dos, una gitana robó al niño, dejando uno suyo en su lugar que murió de allí a poco tiempo: crió Acario a su hija llamada Angélica, y llegando a edad juvenil se enamoró de ella Casandro, mancebo acomodado de aquella ciudad: la gitana vuelve a Valencia trayendo consigo a Medoro vestido de mujer: resultan frecuentes equivocaciones nacidas de la semejanza de Medoro y Angélica hasta que la gitana descubre la verdad, refiere el hurto que hizo del niño, pide perdón y fácilmente se le concede, verificándose el casamiento de Casandro con Angélica. Esta fábula, en que Lope repitió lo que ya había puesto en otra (y no ciertamente para mejorarlo), se entorpece y confunde con episodios inútiles, y carece de verosimilitud. Los amores del viejo Acario con Estela, los disfraces que se pone, los palos que recibe, la salida de Barbarina su mujer, que se va en camisa a media noche al cementerio a buscar tierra de siete muertos, y otras impertinencias de esta clase son incidentes de farsa grosera y trivial. Las baladronadas de Gargullo y el chasco que te da la gitana no carecen de gracia cómica: el diálogo en general es animado y fácil.




1551


Coloquio de Camila

78. Coloquio de Camila. Introito. Sigue el coloquio en prosa sin división de actos ni de escenas. La acción parece que se supone en las cercanías de Valencia: Socrato perdió un hijo pequeño que tenía, y poco después halló en su puerta una niña de pecho, a quien crió con nombre de Camila, hasta que llegando a edad de diecisiete años, trató de casarla con el barbero Maese Alonso, viudo y viejo: Camila, enamorada del pastor Quiral, repugna el matrimonio que se le propone, y viéndose hostigada de las instancias de Socrato se huye de casa, se va al monte, y en él quiere quitarse la vida, pero la Fortuna se le aparece y le promete su protección: sospéchase que Quiral haya sacado de su casa a Camila, y él desesperado de haberla perdido, viendo que le piden cuenta de ella, dice que en efecto la ha robado y después la ha muerto: en consecuencia de esta declaración tratan de ahorcarle: la Fortuna encargándose de desenredar esta maraña lleva consigo a Camila, y hace saber a los interesados en ello que aquella niña criada por Socrato es Galatea, hija del barbero Maese Alonso: declara también como Socrato es Anastasio, natural de Rosellón, el cual mudando de residencia tuvo por conveniente mudar de nombre, y por último dice también que el pastor Quiral es el hijo de Socrato, a quien halló pendiente de las mantillas en un árbol un hostalero del Coll de Balaguer: esto sabido sale Quiral de la cárcel y le casan con Camila. Tal es el embrollo que sirve de acción de esta pieza. La confusión que resulta de la discorde unión de tan opuestos caracteres y personajes es extravagante en demasía: el lenguaje siempre es bueno: el estilo muy desigual, a veces propio del bajo cómico, y a veces cuando quiere ser culto degenera en pedantesco, cadencioso, lleno de perífrasis y trasposiciones violentas.




Comedia

79. Juan de Rodrigo Alonso. Comedia hecha por Juan de Rodrigo Alonso (que por otro nombre es llamado de Pedrosa),vecino de la ciudad de Segovia, en la cual por interlocución de diversas personas en metro se declara la historia de santa Susana a la letra, cual en la prosecución claramente parecerá: hecha a loor de Dios nuestro Señor: año de 1551. Son interlocutores de la presente obra los de suso contenidos: santa Susana, sus doncellas Orisia y Patricia, su padre Elquías, su madre, Joaquín su marido, dos criados suyos, voz popular, los dos únicos viejos, sus dos ministros, los substitutos Elifaz y Manasés, Daniel, carcelero, pregonero. Esta comedia escrita en redondillas (en la cual no hizo más el autor que poner en diálogo lo que refiere la historia) tiene sin embargo interés dramático, situaciones y afectos, enredo, solución y moralidad. El ejemplar que tuve presente existe en la Biblioteca Real de París. En la de Madrid hay otro.




Coloquio

80. Lope de Rueda. Coloquio. Se ignora si estaba escrito en prosa o verso: los interlocutores son dos pastores, dos pastoras y el Amor. Lorenzo Gracián, en su tratado de la Agudeza o Arte de ingenio, recomendó el artificio dramático de este coloquio diciendo: «Comenzó el prodigioso Lope de Rueda, a quien llamó el jurado de Córdoba Juan Rufo inimitable varón con verdad; tuvo excelentes invenciones: sea bastante prueba aquella en que introduce cuatro amantes encontrados, dos pastores y dos pastoras, apasionados entre sí con tal arte que ninguno correspondía a quien le amaba: pidieron al Amor en premio de haberle desatado un árbol, a que le habían amarrado la Virtud y la Sabiduría, que les trueque las voluntades y haga el Amor que ame cada uno a quien le ama; y cuando parece que se desempeña, entonces se enreda más la traza, porque pregunta Amor qué voluntades quiere que violente y mude, las de los hombres o las de las pastoras, que se concierten entre sí, aquí entra la más ingeniosa disputa, dando razones ellos y ellas por parte de cada sexo, que es una muy ingeniosa invención».






1552


Coloquio

81. Coloquio en verso. Nada se sabe acerca del argumento y personajes de este coloquio, citado por Cervantes en la comedia de Los Baños de Argel, donde incluyó el fragmento que sigue.

    Si el recontento que trayo
venido tan de rondón,
no me lo abraza el zurrón,
¿Cuáles nesgas pondré al sayo,
o qué ensanches al jubón?
Y si al contarlo Extremeño,
con un donaire risueño
ayer me miró Constanza,
¿Qué turba habrá ya ó mudanza
que no la pase por sueño?
Esparcios, las mis corderas,
por las dehesas y prados,
mordey sabrosos bocados;
no temáis las venideras
noches de nubros airados,
antes os anday esentas
brincando de recontentas,
no os aflija el ser mordidas
de las lobas deshambridas,
tragantonas, mal contentas;
y al dar de los vellocinos
venid siempre no ronceras
rumiando por las laderas
a jornaleros vecinos
o al corte de sus tijeras,
que el sin medida contento
cual no abarca el pensamiento
os librará de lesión,
si al dar el branco vellón
barruntáis el bien que siento.
¿Mas quién es este cuitado
que asoma acá entelerido
cabizbajo, atordecido,
barba y cabello erizado,
desairado y mal erguido?





Coloquio deTimbria

82. Coloquio de Timbria, Introito. Este coloquio no tiene división de actos ni de escenas: está escrito en prosa: su fábula es en extremo complicada y absurda, y el empeño de referirla causaría fastidio al lector, no instrucción ni deleite.






1553


Comedia de Peregrino y de Ginebra

83. Anónimo. Comedia de Peregrino y de Ginebra. Se halla entre las obras prohibidas del citado índice de inquisición. Probablemente el autor de esta comedia redujo en ella a acción dramática el argumento de una novela que se había publicado en el año de 1548 con este título: Libro de los honestos amores de Peregrino y Ginebra, fecho por Hernando Díaz.




Comedia

84. Francisco de Avendaño. Comedia nuevamente compuesta por Francisco de Avendaño, muy sentida y graciosa, en la cual se introducen las personas siguientes: la Fortuna, un caballero quejoso de ella llamado Muerto, otro caballero herido de amor llamado Floriseo, una doncella llamada Blancaflor, dos pastores, el uno llamado Salaver y el otro Pedrucio, un page llamado Listino: dirigida al muy noble y valentísimo señor Don Juan Pacheco, capitán general de la gente del ilustrísimo señor marques de Villena, año de 1553, sin lugar de impresion.

En el introito que lo precede se alaba el autor de ser esta la primera pieza de teatro escrita en tres jornadas. Virués, Cervantes y Artieda, que florecieron muchos años después, creyeron ser inventores de esta novedad.

La obra citada está escrita en coplas de pie quebrado.






1554

Comedia Pródiga


85. Luis de Miranda. Comedia Pródiga. Dirigida al muy magnífico señor Juan de Villalba, de la cibdad de Plasencia, compuesta y moralizada por Luis de Miranda, placentino, en la cual se contiene (demás de su agradable y dulce estilo) muchas sentencias y avisos muy necesarios para mancebos que tan por el mundo, mostrando los engaños y burlas que están encubiertos en fingidos amigos, malas mujeres y traidores sirvientes. Impresa en Sevilla en casa de Martín de Montesdoca: acabose a diez días de diciembre año de 1554. En unas coplas que se hallan al fin de la obra dice el autor que después de haber servido algunos meses en la milicia se había hecho clérigo, y esto es lo único que se sabe acerca de él. La comedia está escrita en redondillas, y se divide en siete actos cortos. Acto primero. Publicase a son de tambor una recluta de gente para la guerra: Pródigo, deseoso de salir de la sujeción doméstica, resuelve seguir la milicia en calidad de caballero aventurero: pide a su padre Ladan la legítima que le corresponde: el padre lo repugna mucho, pero al fin cediendo a sus instancias le entrega dos mil ducados en oro y tres mil en una letra de cambio, le da muy buenos consejos, le despide y le deja ir acompañado de Felisero, criado de toda su confianza: júntanse en el camino con Silvan y Orisento, soldados viciosos y estafadores: llevan a Pródigo a una venta cerca de Sevilla: él paga por todos, se aficiona de una moza llamada Sirguera, y con ella y los demás prosigue su viaje. Acto segundo. Llegan a un pueblo donde hay feria: gasta Pródigo mil ducados en cadenas y medallas que regala a Silvan y Orisento su criado Felisero quiere irle a la mano, pero él no hace caso y se va con la moza; Olivenza, rufián baladrón y cobarde con quien ella vivía, la anda buscando: Alfenisa y Grimana, mujeres públicas, le dan noticia de que está en poder de Pródigo: conciertan Olivenza, Silvan y Orisento lo que ha de hacerse para quitar a Pródigo la gorra guarnecida y el rico joyel de oro que lleva al cuello: luego que viene, sale Olivenza con la espada desnuda pidiendo la moza a los soldados haciendo grandes amenazas: ellos embisten con él, Pródigo se mete en medio para apaciguarlos, y en la fingida quimera le atropellan, le tiran al suelo, le hieren en la cara, le quitan el joyel y la gorra, y todos desaparecen: la madre de las mozas viéndole tan mal parado le recoge en su casa. Acto tercero. Un alguacil lleva preso a Pródigo como también a Grimana y su madre para que en la cárcel declaren lo que ha sucedido: Felisero va a verse con su amo, habla después con el alguacil y el carcelero, y a fuerza de gratificaciones consigue que suelten a Pródigo y a las dos mujeres: los dos mil ducados en oro se consumieron enteramente, y Pródigo encarga a su criado que vaya a cobrar la letra de cambio: estando en la prisión había visto en unas ventanas de enfrente a una hermosa doncella de la cual quedó enamorado: luego que se ve libre y solo, se pasea delante de la casa: ve salir de ella a una criada llamada Florina, de la cual se informa acerca del nombre y circunstancias de aquella dama: Florina le dice que sería muy conveniente que diese una alborada a su señora, y él promete hacerlo así en la mañana próxima: llega Felisero y le cuenta que los pajes que había recibido se han escapado, y que los soldados sus amigos se le han llevado los caballos, el sayo y la capa: le da el dinero de la letra; y él lleno de esperanzas amorosas olvida sus pérdidas, y solo piensa en la música que ha de dar a su dama. Acto cuarto. Dada la música, proporciona Florina que Pródigo pueda ver a su señora Alcanda escondido en la huerta, de lo cual resulta el siguiente diálogo:

PRÓDIGO
¿Hora dónde me pornia
para ver si ser pudiese
lo que hace o respondiese
mi señora aqueste dia?
Aquí me pongo en parada
por estar mejor alerta.
ALCANDA
Florina, cierra esa puerta.
FLORINA
Señora, ya está cerrada.
PRÓDIGO
¡Oh mi remedio y mi amada!
Tras sus pisadas me voy
por ver lo que por mi hoy
hace ó dice su criada.
FLORINA
¿Qué te pareció, señora,
del cantar de esta mañana?
ALCANDA
Tan bien, que de buena gana
le escucharía hasta agora.
FLORINA
¿Parécete que do mora
tal virtud que habrá verdad?
Pues sabe que en la ciudad
solo a ti, señora, adora.
Esto téngolo entendido
(aunque no pensé decillo)
en que ayer me dio este anillo,
y una saya ha prometido.
ALCANDA
¿Aquesto me has escondido?
Muestra el anillo, veremos.
Vos ni yo no le tendremos,
vuelva allá donde ha venido.
Y otra vez de esta manera
con nuevas no me vengáis,
si malas pascuas hayáis,
Doña sucia y hechicera.
¡Mira si yo soy ramera
de extraños y forasteros,
o si me faltan dineros
para que precie a un cualquiera!
FLORINA
No pensé que la enojara:
perdóneme tu merced.
ALCANA
¡Gentil pensar! Entended.
¿Pensábais que me holgara?
FLORINA
A lo menos que burlara
de velle así enamorado.
ALCANA
¿Y por qué, si tú le has dado
a sus hablas buena cara?
¡Mal pecado! Ya le habrás
dado cuenta de quien soy,
de lo que hago y a do voy
y de todo lo demás.
FLORINA
Por cierto, nunca jamas
a él ni a nadie tal di.
ALCANA
Hora quítate de ahí:
no hablemos en esto mas.
PRÓDIGO
Ya yo me maravillaba
de suerte tan favorable.
¡Oh mi ventura mudable!
¡Y cuán engañado estaba!


Felisero aconseja a Pródigo que desista de aquella solicitud; pero Florina, a pesar de todo lo ocurrido, anima su esperanza, y le dice que no haría mal en valerse de la mediación de una vieja alcahueta que vive allí cerca: Pródigo, después de regalar a Florina, va a verse con Briana (que así se llama la alcahueta), la cual en fuerza de las dádivas que recibe, se pone en camino para favorecer los amores de Pródigo. Acto quinto. Felisero vista la perdición inevitable de su amo, y no atreviéndose a volver a casa de Ladan, se ya con resolución de hacerse ermitaño: Alcanda hace echar a la Briana de su casa a palos y golpes que le dan sus criados: Lizan y Cerbero, rufianes, amigos de la vieja, la encuentran en la calle y la llevan a su casa, en donde Pródigo la estaba esperando: refiérele el mal éxito de su mensaje, y se lamenta de que los criados de Alcanda le han quitado todo el dinero que tenía: Pródigo para consolarla la socorre con doblada cantidad, y a instancias de la Briana recibe en su servicio a Lizan y Cerbero: va con ellos a rondar la calle de Alcanda y sigue este diálogo:

PRÓDIGO
Venid conmigo los dos:
lleguemos aquí, veamos;
a propio tiempo llegamos.
Labrando está me parece,
dejadme ver qué se ofrece.
LIZAN
Al propósito topamos.
ALCANDA
¿Do vas, negro? Ven acá,
ve y llama a aquel caballero
que parece forastero;
veremos qué nos dirá,
que por ventura vendrá
de Flandes, do está mi padre
que todo el mal de mi madre
es por no saber do está.
NEGRO
Allégate acá, señor,
que te llama mi señora.
PRÓDIGO
No vengamos en mal hora,
mas la Muerte me es favor.
NEGRO
Entra dentro al corredor,
que hora se pone a labrar.
ALCANDA
¿Osado sois de aquí entrar,
deci, don perro traidor?
¿Paréceos bien enviarme
una rapaza indiscreta,
y una pública alcahueta,
que eran para disfamarme?
¿Había yo de fiarme
a humo muerto en cualquiera?
PRÓDIGO
Quien tal ha hecho que muera
no quiero más disculparme.
ALCANDA
Diréis no haber conocido
por no ser de la ciudad;
Mas donde hay sagacidad,
todo en un hora es sabido.
Otro aviso he yo tenido
algo más disimulado,
que a la muchacha he mesado
y a la vieja he sacudido.
Sabe Dios cuanto pesar
que me quedaba por vos.
Mirá si debéis a Dios
con tal esclava topar.
PRÓDIGO
Imagen para adorar
he yo, señora, topado.
ALCANA
No, sino sierva, mi amado.
Dejemos hora el hablar,
y esta noche con la escala
vuelve, señor, muy secreto;
que sin falta te prometo
de te esperar en la sala,
porque la puerta es tan mala
que rechina que es espanto.
Hora ve, descansa en tanto,
Dios nuestro Señor te vala.
PRÓDIGO
¿Es posible que soy yo
quien tanto bien ha alcanzado?
¡Oh yo bienaventurado
mas que cuanto Dios crió!
Quien no se determinó
no sabe lo que ha perdido,
que más que fortuna ha sido
el que nunca la temió.


Vuelve Pródigo a casa de la Briana, le cuenta todo lo que le acaba de suceder, y ella dice:

    Al diablo yo las doy
aquestas muy desdeñosas,
que estas son las más mañosas:
Jesú, fuera de mi estoy.
Entra agora allá, señor,
dirás estas maravillas
a aquellas mozas bobillas
porque sepan qué es amor,
y sepan qué es dar dolor,
y después a manos llenas
concediendo tras las penas
el descanso y el favor.
Hora yo estoy espantada
de ver la sagacidad,
la malicia y la maldad
de esta edad desventurada.
¡Que una muchacha encerrada
tuviese tales rodeos!
Mira quien vio sus meneos,
y la vio tan enfadada.
Maldito el que es menester
bienquerencias ni terceras,
que ellas tienen sus maneras
con que se dan a entender:
todas saben no querer,
mas no todas defensarse;
y todas saben negarse,
pero pocas fuertes ser.
Rapazas que aún a limpiarse
no saben ni son criadas,
las veréis ya requebradas
a las ventanas pararse,
de los que pasan burlarse
con sus risitas y señas;
y no son tan duras peñas
que vio vengan a quebrarse.


La Briana concierta con Lizan y Cerbero que a la noche cuando vaya Pródigo a ver a Alcanda le hagan caer de la escala al subir o bajar por ella, y aprovechando la acción le roben cuanto tiene para repartirlo entre los tres. Acto sexto. Pródigo, disfrazado con un mal vestido que te ha dado la Briana (para quitarte el suyo), va a la cita acompañado de sus nuevos servidores: ponen la escala. y entra Pródigo por una ventana al cuarto de Alcanda: después de un diálogo en que Cerbero y Lizan tratan de la bellaquería que tienen resuelta, sale Pródigo, y al bajar por la escala te dejan caer al suelo, le quitan el bolsón del dinero disimuladamente, y le conducen a casa de Briana; fingen que van a buscar a un cirujano y desaparecen para no volver: Pródigo, quejándose de su caída y echando de ver que aquellos pícaros le han quitado el dinero, pide a la Briana que le disponga una cama; pero ella, que ya nada tiene que esperar, le echa de su casa y le deja en la calle, solo, a media noche, lloviendo, desfallecido, sin un cuarto, y lleno de dolores en todo su cuerpo: ve a un caballero que va a entrar en su casa; le pide limosna, y el caballero manda que le den un pan: de allí se encamina al hospital, y no le quieren recibir: vuelve a buscar al caballero, ruégale encarecidamente que le admita por criado de su casa y queda recibido para guardar los puercos. Acto séptimo. Pródigo, reducido a la mayor miseria, se pone en camino para volver a casa de su padre: halla una ermita y en ella a su criado Felisero, que está haciendo vida solitaria, el cual le confirma en su resolución y le acompaña hasta que llegan a casa de Ladan: Pródigo se echa a sus pies, le pide perdón, y el padre amoroso todo lo olvida al verle tan arrepentido: le hace poner ricas vestiduras y manda que se hagan fiestas y alegrías en celebridad de haber recobrado un hijo por quien había derramado tantas lágrimas.

Está muy bien desempeñado el fin moral de esta fábula, que es sin duda una de las mejores del antiguo teatro español, bien pintados los caracteres, bien escritas algunas de sus escenas: las situaciones se suceden unas a otras, aunque no con particular artificio dramático, siempre con verosimilitud y rapidez. La duración del suceso es indeterminada: el lugar de la escena varía continuamente, y no pudiera sin mucha violencia ponerse ahora en el teatro, pero en el tiempo en que esta pieza se compuso, la imaginación de los espectadores todo lo suplía. Existe en la Biblioteca Real de París.




1555


Milite glorioso

86. Anónimo. Comedia de Plauto intitulada: Milite glorioso, traducida en lengua castellana. Amberes, 1555.




Menecmos

87. Comedia de Plauto intitulada: Menecmos, traducida en lengua castellana. Amberes, 1555. En estas dos traducciones merecen alabanza el lenguaje y el estilo. Véanse los dos siguientes trozos sacados de la primera.

«No estás bien en los negocios, porque en la mala mujer y en el enemigo todo cuanto se gasta es perdido; pero con el huésped y con el amigo ganancia es lo que se gasta, y tengo por buena dicha topar con huéspedes de mi condición a quien reciba en mi casa: come y huelga y bebe conmigo, y alégrate de mi compañía: libre te es mi casa y yo también soy libre, quiero gozar de mi con libertad, porque por la misericordia de los dioses y por las riquezas que me concedieron, pude muchas veces casarme con alguna de muchas mujeres que se me ofrecieron de muy buena casta y con mucho dote; pero no quise meter en mi casa una gruñidora con quien perdiese mi libertad...

»Como tengo muchos parientes, no me hacen falta los hijos: agora vivo a mi voluntad y dichosamente siguiendo lo que se me antoja: cuando me muriere, dejaré mis bienes a mis deudos que los partan entre sí: ellos comen conmigo, curan de mi salud, vienen a ver qué hago, si mando alguna cosa: antes que amanezca ya están en mi cámara: pregúntanme si he dormido bien aquella noche, téngolos en lugar de hijos: envíanme presentes y regalos: si hacen sacrificios, dan de ellos mayor parte a mí que a sí: sácanme de mi casa, llévanme a las suyas a comer y cenar: aquel se tiene por mas desdichado que me envió menos: ellos debaten entre sí con sus presentes yo callo y recíbolos: desean mis bienes, pero entre tanto consérvanlos y acreciéntanlos con los suyos».

Si en la traducción de estas comedias se advierte a las veces error de inteligencia en algunos pasajes, omisiones en otros, expresiones que pertenecen a varias personas en boca de una sola, debe considerarse cuáles serían los ejemplares latinos que pudo tener presentes el traductor. Ya se ha dicho en otra ocasión cuán viciadas fueron las ediciones de Plauto durante el siglo XVI. Ignórase hasta ahora quién fue el traductor de estas dos piezas, y solo se infiere por la dedicatoria que hace de ellas al secretario Gonzalo Pérez, que se hallaba en Lila empleado en la Real Hacienda.






1556


Tragedia de Abslon

88. Juan de Malara. Tragedia de Absalon. No hay otra noticia de esta pieza que la que dio su mismo autor en la obra intitulada Filosofía vulgar, donde dice que había compuesto una tragedia de Absalon.




Paso

89. Lope de Rueda. Paso. Introdúcense en él Sigüenza, lacayo; Sebastiana, mundana; Estepa, lacayo. Sebastiana cuenta a Sigüenza una riña que ha tenido con otra moza, amiga de Estepa, diciéndole entre otras cosas que habló muy mal de él llamándole ladrón desorejado: Sigüenza se enfada sobremanera, refiere un caso de honra en que se vio precisado a deshacerse de las orejas para defenderse de sus contrarios: amenaza a todo el mundo y promete vengar con estrago espantoso las ofensas que a su amiga y a él les han hecho: sale Estepa, insulta a Sigüenza y a Sebastiana, y exige que Sigüenza se desdiga de cuanto ha dicho: Sigüenza lo hace diciendo que estaba borracho y que mintió como un tacaño: Estepa añade que se ponga de rodillas y se deje dar por mano de Sebastiana tres pasagonzalos en las narices: luego que esto se hace, Estepa le toma la espada y se ya con la moza. Gracioso diálogo en prosa, buena imitación de caracteres y costumbres.




Paso

90. Paso. Introdúcense en él las personas siguientes: Dalagon; Pancorbo, simple; Periquillo, paje; Peiruton, gascón; Guillelmillo, paje. Dalagon echa de menos una caja de turrones de Alicante que tenía sobre el escritorio: llama con separación a sus criados y les pregunta quién se los ha comido: ninguno le da razón y se acusan recíprocamente: el amo se enfada y les va dando de palos uno a uno: después de esto se acuerda Guillelmillo el paje de que su amo se los pidió y los guardó en el escritorio: Dalagon reconoce que es cierto lo que el paje dice, y para contentar a sus criados les promete repartir entre ellos todos los turrones: consultan los criados entre sí, y determinan portarse con el amo generosamente no tomando los turrones que les ofrece, y restituyéndole con puntualidad los palos que les dio: así lo hacen, y Dalagon experimenta bien a su despecho el desinterés de sus criados recibiendo una gran paliza que le dan entre todos. Tiene agudeza la solución de esta pequeña fábula: está escrita en prosa.




Comedia de los Engaños

91. Comedia de los Engaños. Está escrita en prosa y dividida en diez escenas. Virginio, ciudadano romano, tuvo un hijo y una hija gemelos; perdió al hijo en la confusión del saqueo de Roma en el año de 1527, y se fue con su hija Lelia a vivir a Módena; allí se enamoró de ella un mancebo llamado Lauro, pero después se aficionó de Clavela, hija de Gerardo: Lelia (a la cual había dejado su padre en un convento mientras él iba a Roma a recuperar alguna parte de sus bienes) ofendida de la ingratitud de Lauro se sale del convento, y vestida de hombre entra a servir de paje a su amante con el designio de introducir desconfianza entre él y Clavela: vuelve Virginio de Roma, halla que su hija no parece: llegan a este tiempo a Módena un joven romano llamado Fabricio con su maestro, y un criado: este Fabricio es precisamente el hijo que Virginio perdió y lloraba por muerto, tan semejante a su hermana Lelia, que de esta circunstancia resultan frecuentes engaños, confusión y disturbios, hasta que llega a declararse quién es Fabricio, y quién el fingido paje de Lauro, resultando los casamientos de Lauro con Lelia y de Fabricio con Clavela. Esta comedia, en que se hallan algunas felices imitaciones de Plauto, es muy artificiosa e interesante, aunque en sus incidentes no hay toda aquella verosimilitud que pide el teatro. Siguió Lope en la composición de esta fábula una de las novelas de Bandello, que se habían impreso en Luca en el año de 1554, alterando los nombres de personajes y ciudades según le pareció conveniente: en lo demás imitó mucho el original italiano. Está escrito con buen lenguaje, y entre las partes episódicas es muy gracioso el papel de la negra Guiomar, criado de Clavela.




Coloquio llamado Prenda de amor

92. Coloquio llamado Prenda de amor. Personas: Menandro, pastor; Simon, pastor, Cilenia, pastora. Altercan Menandro y Simón sobre cuál de ellos ha sido mas favorecido de Cilenia, la cual ha dado a Simón uno de sus zarcillos, y a Menandro una sortija; viene Clienia apacentando su ganado, y ambos le ruegan que declare a cuál de ellos ha entendido favorecer más: ella rehúsa declararse y se va, dejando en manos de Simón su retrato con esta letra:

    Mira y verás
en mi cuanto tú querrás.


y en las de Menandro un corazón pintado con un mote alrededor que dice:

    Ya no tengo mas que dar,
pues le doy el corazón.


Cada uno de ellos imagina por la dádiva y la letra que le acompaña ser el mas venturoso, y con esta lisonjera presunción ambos quedan contentos y amigos. Está escrito en quintillas.






1558


Paso

93. Paso. Introdúcense en él las personas siguientes: Madrigalejo, lacayo ladrón; Molina, lacayo; un alguacil, un paje. Madrigalejo se entretiene con Molina refiriéndole algunos trabajos que ha pasado con la justicia: viene en su busca un alguacil a instancias de un paje a quien Madrigalejo había hurtado un libro de devociones: les hace varias preguntas y descubre un lío de ropa que ocultaba Molina por encargo de Madrigalejo: los hace atar a entrambos y los lleva a la cárcel prometiéndoles que saldrán muy pronto de allí para las galeras. Diálogo en prosa.

Lope de Rueda, natural de Sevilla, fue batidor de oro: cediendo al impulso que le inclinaba al teatro, se hizo actor y autor, y formando una pequeña compañía corrió las provincias y principales ciudades de España. En Sevilla, Córdoba, Granada, Valencia, Toledo, Madrid, Segovia y Valladolid representó con extraordinario aplauso del público sus mismas obras. Todas las hizo imprimir después de su muerte su amigo Juan de Timoneda. Se ha perdido la edición de sus Coloquios en verso, que en aquel tiempo se estimaron como lo mejor que salió de su pluma, y sólo ha quedado el de las Prendas de amor. Las cuatro Comedias, los dos Coloquios, los diez Pasos (todo en prosa) y el Coloquio en verso, se publicaron en Valencia por el citado Timoneda en los años de 1567 y 1570. Parte de estas obras se imprimieron en Sevilla y en Logroño. Floreció Lope de Rueda desde los años de 1544 en que empezó a darse a conocer, hasta el de 1560, en que probablemente murió. En el de 1558 representó en Madrid y en Segovia, y en aquel año le vieron sin duda en la corte Miguel de Cervantes y Antonio Pérez, haciendo ambos mención de haber sido testigos de su habilidad y de sus aplausos. Murió en Córdoba, y el cabildo de aquella catedral le hizo enterrar en la nave principal de ella entre los dos coros: honor concedido a un cómico, y en aquel tiempo, que manifiesta cuánta fue la estimación que hicieron de él sus contemporáneos; pero la posteridad más injusta ha dejado perecer y olvidar el depósito de sus cenizas, que ocupan ya desconocido y común sepulcro.




Farsa llamada Rosiela

94. Anónimo. Farsa llamada Rosiela, nuevamente compuesta, en la que se introducen las personas siguientes: Palomeo, padre de Floriseo, Rosiela, dama; Floriseo, galán; Justina, criada; Cambano, padre de Benito, bobo; Pinamarte, criado de Palomeo; Marigreja y Pablos Gil. Cuenca, 1558.

Amores, diálogos pastoriles, gracias del bobo, niños robados en la cuna, reconocimientos y otros incidentes romancescos muy usados por los dramáticos de aquel tiempo. La versificación es bastante buena.






1559


Comedia de los Menecmos

95. Juan de Timoneda. Comedia de los Menecmos, puesta en gracioso estilo y elegantes sentencias. Valencia, 1559. Timoneda tradujo libremente en prosa esta comedia de Plauto: suprimió con inteligencia dos personajes poco necesarios, varió el prólogo, quitó los soliloquios inútiles de Peniculo en el primer acto, y en el tercero el de Menecmos, casado en el cuarto, y el de Mesenio en el quinto. Dio muy oportunamente mayor extensión a algunas escenas, a otras más naturalidad, mejoró el desenlace y conservó en toda la pieza la gracia y ligereza cómica del autor latino. Precede a la comedia un prólogo en que hablan el dios Cupido y tres pastores.




Comedia llamada Cornelia

96. Comedia llamada Cornelia: es muy sentida, graciosa y regocijada. Valencia, 1559. Esta comedia, por el gusto de las que entonces se admiraban en Italia, tiene algunas situaciones imitadas de El Nigromante de Ariosto. Está escrita en prosa con muy buen lenguaje, el diálogo es rápido y natural, abunda en chistes cómicos no siempre decentes, pero en las costumbres libres de aquella edad hallaban aplauso. La exposición de esta pieza es muy defectuosa, y sin el prólogo separado que le precede nada se sabría de los antecedentes que motivan la fábula. Poseía un ejemplar impreso de estas dos comedias Don Ramón Cabrera, individuo de la Real Academia española.






1560


Paso

97. Anónimo. Paso. Interlocutores: Monserrate, simple; Coladilla, paje; Valverde, doctor; Jumilla, mujer; alguacil Porqueron. La escena es en Valencia. Coladilla, sabiendo que va a venir una mujer de Rusafa a consultar a su atrio el médico sobre una dolencia que padece su madre, persuade a Monserrate su compañero a que se vista las ropas del doctor que aun está durmiendo y finja ser el mismo, a fin de recibir dos reales y un bollo que sabe que traerá la mujer: viene ésta, y Monserrate sentado, y Coladilla detrás que le va dictando lo que ha de decir, le preguntan sobre la enfermedad de su madre, y Monserrate le prescribe los remedios, equivocando con disparates cuanto Coladilla, le dice al oído. La mujer da los dos reales y el bollo, y Monserrate la hace llevar una redoma de bebida blanca que estaba debajo de la cama de la médica, encargándola que se la haga beber a la enferma: se va la mujer, viene el doctor Valverde, y hallando a Monserrate vestido con sus ropas se enfada y riñe: vuelve la mujer acompañada de un alguacil lamentándose de que por haber dado a su madre un poco de lo que contenía la redoma acaba de espirar. La supuesta bebida era una disolución de solimán con que se lavaba la médica: el alguacil se lleva a la cárcel a los criados del doctor y al doctor con ellos. Diálogo en prosa.




Paso de los Ladrones

98. Paso de los Ladrones, en el cual se introducen las personas siguientes: Cazorla, viejo ladrón; Buitrago, ladrón nuevo; Salinas, ladrón nuevo; Joan de Buenalma, simple. Está escrito en prosa: parece que se quiere figurar la escena en Valencia: Salinas y Buitrago se recomiendan a Cazorla para que les instruya en el oficio de que son principiantes: Cazorla les da varios consejos sobre lo que deberán practicar si llegan a caer en manos de la justicia para salir menos mal de los interrogatorios, de los careos y del potro: les refiere varios ardides de que ha usado durante su larga carrera, y les da alguna noticia de la nomenclatura germanesca usada entre los de su ejercicio: sale Joan de Buenalma con una cesta de huevos, traman conversación con él Buitrago y Salinas: éste le desafía a saltar a pie juntillas, y como Joan de Buenalma le desprecia y dice que en conciencia no puede apostar con él por la conocida ventaja que le lleva, disponen que salte con los pies y los brazos atados: él se aviene a ello, y al ir a dar el salto, ve que Salinas se escapa llevándose el dinero apostado: Buitrago, a quien dio a guardar el capote, se va en seguimiento del otro: Cazorla con la cesta de los huevos echa a correr detrás de los dos, y Joan de Buenalma se queda atado de brazos y pies, sin dinero, sin capote y sin cesta. El juego de teatro suple en esta pieza la falta de acción.




Paso

99. Paso: introdúcense en él las personas siguientes: Gutiérrez de Santibañez, lacayo mozo; Inesa López, fregona; Rodrigo del Toro, simple; Salmerón, amo. Está escrito en prosa. Gutiérrez, a quien Rodrigo del Toro tiene encargado que le busque una novia, concierta con Inesa hacerle una borla, y viéndole venir con un plato de confitura que lleva a unas monjas, Gutiérrez le dice (enseñándole a Inesa) que aquella es la novia que ha encontrado más a propósito para él: Rodrigo conviene desde luego en casarse con ella, y a falta de colación para celebrar el contrato, Gutiérrez le propone que puede suplir el plato de confitura, dando después a su amo cualquiera disculpa de haberle perdido; y esto dicho, se lleva Gutiérrez el plato, Inesa enamora a Rodrigo, y él lleno de empacho, solo acierta a decir simplezas: estando en esto, viene Gutiérrez disfrazado de mujer, reconviene a Rodrigo de que la deja por otra olvidando las obligaciones que le debe: Rodrigo se embrolla con las voces y altercaciones de las dos: sale su amo, averigua el caso y trata de oír a entrambas, para decidir cual tiene razón: por último determina que debe casarse con la disfrazada: Rodrigo fastidiado de una y otra no quiere ser marido de ninguna: toma el bastón de su amo, embiste con ellas y desenlaza a palos la fábula.

Timoneda publicó los tres pasos precedentes en una colección que intituló Registro de representantes.




Comedia llamada Tolomea

100. Alonso de la Vega. Comedia llamada Tolomea. Argumento. En la ciudad de Alejandría, muy magníficos auditores, había dos mercaderes, el uno llamado Cosme Alejandrino, y el otro Marco César: el Marco César tenia un hijo, y Cosme Alejandrino un hijo y una hija dicha Argentina: estos dos hijos fueron criados por una ama, la cual adrede los trastrocó, que dio a cada cual padre el que no era su hijo, y fueron llamados los dos por un nombre dichos Tolomeos: semejáronse tanto en estatura y gesto, que cualquiera que los veía tomaba el uno por el otro: allegándose a edad de casarse, el Marco César, pensando que era su hijo el que tenía, trató casamiento para que casase con Argentina, hija de Cosme Alejandrino, y por ser forzado de ir a Florencia diéronse los viejos tan solamente las manos: Tolomeo, hijo de Marco César, que estaba en casa de Cosme Alejandrino, habíase ya juntado con Argentina y la tenia preñada: ella de pensar que de su hermano (no lo siendo) se había empreñado, y que de otra parte el casamiento estaba efectuado con Tolomeo de Marco César, no sabía qué medio se tomase. Al fin (si están vuestras mercedes atentos) verán como pare, y en cuantos infortunios se ve el pobre niño, y de qué arte y suerte se viene a descubrir cuyo hijo es cada uno, con lo demás que la comedia pretende representar delante tan agradecidos señores. Y queden con Dios. Esta comedia es por extremo desatinada: son interlocutores en ella un nigromante, un endriago, el dios Febo, el dios Cupido, Orfeo, Medea y un diablo: la escena es en Alejandría y en los montes de Armenia: el tiempo ilimitado: la acción inverosímil, indecente, confundida con episodios inconexos: el lenguaje y estilo nada tienen que disculpe sus faltas. Está escrita en prosa y distribuida en ocho escenas.






1561


Comedia

101. Juan de Malara. Comedia (se ignora el título) en elogio de la villa de Utrera.

Juan de Malara, maestro de humanidades en Sevilla su patria, escribió entre varias obras que le dieron estimación la Filosofía vulgar, que contiene mil refranes glosados, un poema en octavas intitulado Hércules, otro en verso suelto dividido en doce libros que intituló Psique, y otro del martirio de santa Justa y Rufina en versos latinos y castellanos. Él mismo da noticia en su obra de la Filosofía vulgar de haber compuesto una tragedia de Absalon, y una comedia intitulada Locusta, que se representó en las escuelas de Salamanca en el año de 1548, de las cuales se ha hecho ya mención en este catálogo. En cuanto a la presente comedia, no hay otra indicación de ella que la que dio Rodrigo Caro en las Antigüedades de la villa de Utrera, diciendo que en el año de 1561 se representó en Utrera una comedia en verso del maestro Juan de Malara, que tal vez fue la primera que se escribió en verso en España (en lo cual se equivocó), y que principiaba así:

Villa de Utrera, noble y venturosa.


No se sabe si ésta y las demás piezas dramáticas de Malara llegaron a imprimirse. Juan de la Cueva su compatriota le llama Menandro bético, y dice que compuso mil tragedias, y mereció mucha alabanza por haber alterado el uso antiguo conformándose con el nuevo: expresiones que reducidas a su justo valor quieren decir que Malara compuso muchas piezas dramáticas poco arregladas a los principios del buen gusto y muy aplaudidas en su tiempo. No hay otra noticia de este autor: la época en que dio sus obras al teatro debió ser desde el año de 1548 hasta el de 1570 con poca diferencia.




Danza

102. Pedro Suárez de Robles. Danza del santísimo nacimiento de nuestro Señor Jesucristo, al modo pastoril, compuesta por Pedro Suárez de Robles, clérigo de evangelio, natural de Ledesma. Son interlocutores un ángel y ocho pastores; el primero se llama Antón, el segundo Rebanado, el tercero Pascual, el cuarto Toral, el quinto Pellejón, el sexto Pelayo, el séptimo Rebollo, el octavo Tereso, san José y nuestra Señora, y el niño Jesús (este no habla) y otros cuatro ángeles que estarán con cuatro ciriales junto al nacimiento, y a su tiempo cantarán un villancico. Impreso en Madrid año de 1561. Nada se sabe de este autor. La composición citada es muy curiosa por cuanto en ella se ve la disposición de estos dramas sagrados, cuyo uso duró tantos años en las Iglesias de España. Al empezar la obra se explica la situación y movimientos de los personajes en esta forma: «Han de salir los pastores en dos hileras repartidos; delante de ellos el que tañe el salterio o tamborino: al son irán danzando hasta en medio de la iglesia, y allí harán algunos lazos, y tras de los pastores irán los ángeles con los ciriales, y si hubiere aparejo ocho ángeles que llevan el palio del Santísimo Sacramento, y debajo irá nuestra Señora, y san José, y llegarán hasta las gradas del altar mayor, y allí estará una cuna a modo de pesebre, y allí pondrán al niño Jesús, y de rodillas nuestra señora y san José puestas las manos como contemplando; los ángeles repartidos a un lado y a otro, y mirando hacia el niño, y estando de esta manera acabarán los pastores de danzar: y luego saldrá un ángel al púlpito y dirá lo siguiente... y los pastores oyendo la voz mostrarán espantarse mirando para arriba a una y otra parte». El orden con que está dispuesto el diálogo, la danza y música es éste. Anuncia el ángel el nacimiento de Jesucristo a los pastores y desaparece: los ángeles del nacimiento cantan un villancico en alabanza del hijo de Dios: oyen los pastores aquella música y determinan ir a adora; al recién nacido, y se van danzando a donde está el pesebre: sigue después un villancico entre los ángeles y los pastores: llegan éstos, y san José les da la bienvenida: cada uno de ellos dice un par de copias, ofrece su presente al niño, y danza: san José agradece sus dones: la Virgen ruega a su hijo que favorezca a aquellos pastores, y ella por su parte les promete ampararlos y ser abogada suya. Concluye la fiesta con otro villancico en que cantan y bailan los ángeles y los pastores, alternando las coplas con este estribillo:

Acá en Belén nace nuestro Dios:
Nace de María para bien de nos.