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Entremes del juez de los diuorcios

Miguel de Cervantes Saavedra





  -fol. 220v-     —[5]→  
 

Sale el JUEZ, y otros dos con el, que son ESCRIUANO y PROCURADOR, y sientase en vna silla; salen el VEJETE y MARIANA, su muger.

 

MAR.  Aun bien que està ya el señor juez de los diuorcios sentado en la silla de su audiencia. Desta vez tengo de quedar dentro o fuera; desta vegada tengo de quedar libre de pedido y alcauala, como el gauilan.

VEJ.  Por amor de Dios, Mariana, que no almodonees1 tanto tu negocio. Habla passo, por la passion que Dios passò. Mira que tienes atronada a toda la vezindad con tus gritos; y, pues tienes delante al señor juez, con menos vozes le puedes informar de tu justicia.

IUEZ.  ¿Que pendencia traeys, buena gente?

MAR.  Señor, ¡diuorcio, diuorcio y mas diuorcio, y otras mil vezes diuorcio!

IUEZ.  ¿De quien, o por que, señora?

MAR.  ¿De quien? Deste viejo que està presente.

IUEZ.  ¿Por qué?

  —6→  

MAR.  Porque no puedo sufrir sus impertinencias, ni estar contino atenta a curar todas sus enfermedades, que son sin número; y no me criaron a mi mis padres para ser hospitalera ni enfermera. Muy buen dote lleué al poder desta espuerta de huessos, que me tiene consumidos los dias de la vida; quando entrè en su poder, me relumbraua la cara como vn espejo, y agora la tengo con vna vara de frisa2 encima. Vuessa merced, señor juez, me descase, si no quiere que me ahorque. Mire, mire los surcos que tengo por este rostro, de las lagrimas que derramo cada dia por verme casada con esta anotomia3.

IUEZ.  No lloreys, señora; baxad la voz y enjugad las lagrimas, que yo os hare justicia.

MAR.  Dexeme vuessa merced llorar, que con esto descanso. En los reynos y en las republicas bien ordenadas,   -fol. 221r-   auia de ser limitado el tiempo de los matrimonios, y de tres en tres años se auian de deshazer o confirmarse de nueuo, como cosas de arrendamiento4; y no que ayan de durar toda la vida, con perpetuo dolor de entrambas partes.

IUEZ.  Si esse arbitrio se pudiera o deuiera poner en pratica, y por dineros, ya se huuiera hecho. Pero especificad mas,   —7→   señora, las ocasiones que os mueuen a pedir diuorcio.

MAR.  El iuierno de mi marido y la primauera de mi edad; el quitarme el sueño por leuantarme a media noche a calentar paños y saquillos de saluado para ponerle en la hijada; el ponerle hora aquesto, hora aquella ligadura, ¡que ligado le vea yo a vn palo por justicia!; el cuydado que tengo de ponerle de noche alta [la] cabecera de la cama, xaraues lenitiuos, porque no se ahogue del pecho; y el estar obligada a sufrirle el mal olor de la boca5, que le guele mal a tres tiros de arcabuz.

ESC.  Deue de ser de alguna muela podrida.

VEJ.  No puede ser, porque ¡lleue el diablo la muela ni diente que tengo en toda ella!

PRO.  Pues ley ay que dize, segun he oydo dezir, que por sólo el mal olor de la boca se puede desc[as]ar la muger del marido, y el marido de la muger.

VEJ.  En verdad, señores, que el mal aliento que ella dize que tengo, no se engendra de mis podridas muelas, pues no las tengo, ni menos procede de mi estomago, que està sanissimo, sino dessa mala intencion de su pecho. Mal conocen vuessas mercedes a esta señora; pues a fe que, si la conociessen,   —8→   que la ayunarian o la santiguarian6. Veynte y dos años ha que viuo con ella martyr, sin auer sido jamas confessor de sus insolencias, de sus vozes y de sus fantasias, y ya va para dos años que cada dia me va dando bayuenes y empujones hazia la sepultura, a cuyas vozes me tiene medio sordo, y, a puro reñir, sin juyzio. Si me cura, como ella dize, curame a regañadientes, auiendo de ser suaue la mano y la condicion del medico. En resolucion, señores: yo soy el que muero en su poder, y ella es la que viue en el mio, porque es señora con mero mixto imperio7 de la hazienda que tengo.

MAR.  ¿Hazienda vuestra? ¿Y que hazienda teneys vos que no la ayais ganado con la que lleuastes en mi dote? Y son mios la mitad de los bienes gananciales, mal que os pese, y dellos y de la dote, si me muriesse agora, no os dexaria valor de vn marauedi, porque veays el amor que os tengo8.

  -fol. 221v-  

IUEZ.  Dezid, señor: quando entrastes en poder de vuestra muger, ¿no entrastes gallardo, sano y bien acondicionado?

VEJ.  Ya he dicho que ha veinte y dos años que entrè en su poder como quien entra en el de vn comitre calabres9 a remar en galeras de por fuerça; y entrè   —9→   tan sano, que podia dezir y hazer, como quien juega a las pintas10.

MAR.  ¡Cedacico nueuo, tres dias en estaca!11.

IUEZ.  Callad, callad nora en tal12 muger de bien, y andad con Dios, que yo no hallo causa para descasaros; y pues comistes las maduras, gustad de las duras: que no està obligado ningun marido a tener13 la velocidad y corrida del tiempo, que no passe por su puerta y por sus dias; y descontad los malos que aora os da con los buenos que os dio quando pudo. Y no repliqueis mas palabra.

VEJ.  Si fuesse possible, recebiria gran merced que vuessa merced me la hiziesse de despenarme, alçandome esta carceleria; porque, dexandome assi, auiendo ya llegado a este rompimiento, serà de nueuo entregarme al verdugo que me martyrize. Y si no, hagamos vna cosa: encierrese ella en vn monesterio, y yo en otro; partamos la hazienda, y desta suerte podremos viuir en paz y en seruicio de Dios lo que nos queda de la vida.

MAR.  ¡Malos años! ¡Bonica soi yo para estar encerrada! No sino llegaos a la niña, que es amiga de redes, de tornos, rexas y escuchas. Encerraos vos, que lo podreys lleuar y sufrir, que, ni teneis   —10→   ojos con que ver, ni oydos con que oyr, ni pies con que andar, ni mano con que tocar; que yo, que estoy sana y con todos mis cinco sentidos cabales y viuos, quiero vsar dellos a la descubierta, y no por bruxula14, como quinola dudosa15.

ESC.  ¡Libre es la muger!

PRO.  Y prudente el marido; pero no puede mas.

IUEZ.  Pues yo no puedo hazer este diuorcio, quia nullam inuenio causam.

 

(Entra vn SOLDADO bien adereçado, y su muger, DOÑA GUIOMAR.)

 

D.ª GUI.  ¡Bendito sea Dios, que se me ha cumplido el desseo que tenia de verme ante la presencia de vuessa merced, a quien suplico quan encarecidamente puedo sea seruido de descasarme deste.

IUEZ.  ¿Que cosa es deste? ¿No tiene otro nombre? Bien fuera que dixerades siquiera deste hombre.

D.ª GUI.  Si el fuera hombre, no procurara yo descasarme.

IUEZ.  ¿Pues que es?

  -fol. 222r-  

D.ª GUI.  Vn leño.

SOL.  ¡Por Dios, que he de ser leño en callar y en sufrir! Quiza, con no defenderme ni contradezir a esta muger, el juez se inclinará a condenarme, y, pensando   —11→   que me castiga, me sacará de cautiuerio, como si por milagro se librasse vn cautiuo de las mazmorras de Tetuan.

PRO.  Hablad mas comedido, señora, y relatad vuestro negocio sin improperios de vuestro marido; que el señor juez de los diuorcios, que está delante, mirará rectamente por vuestra justicia.

D.ª GUI.  ¿Pues no quieren vuessas mercedes que llame leño a vna estatua que no tiene mas acciones que vn madero?

MAR.  Esta y yo nos quexamos, sin duda, de vn mismo agrauio.

D.ª GUI.  Digo, en fin, señor mio, que a mi me casaron con este hombre, ya que quiere vuessa merced que assi lo llame; pero no es este hombre con quien yo me casè.

IUEZ.  ¿Cómo es esso, que no os entiendo?

D.ª GUI.  Quiero dezir que pense que me casaua con vn hombre moliente y corriente16, y a pocos días hallè que me auia casado con vn leño, como tengo dicho; porque el no sabe qual es su mano derecha, ni busca medios ni traças para grangear vn real con que ayude a sustentar su casa y familia. Las mañanas se le passan en oyr missa y en estarse en la puerta de Guadalajara17 murmurando, sabiendo nueuas, diziendo y escuchando mentiras; y las tardes,   —12→   y aun las mañanas tambien, se va de en casa en casa de juego, y alli sirue de número a los mirones, que, segun he oydo dezir, es vn genero de gente a quien aborrecen en todo estremo los gariteros. A las dos de la tarde viene a comer, sin que le ayan dado vn real de barato18, porque ya no se vsa el darlo. Bueluese a yr, buelue a media noche, cena si lo halla, y si no, santiguase, bosteza y acuestase, y en toda la noche no sossiega, dando bueltas. Preguntole que tiene; respondeme que està haziendo vn soneto en la memoria para vn amigo que se le ha pedido; y da en ser poeta, como si fuesse oficio con quien no estuuiesse vinculada la necessidad del mundo19.

SOL.  Mi señora doña Guiomar, en todo quanto ha dicho, no ha salido de los límites de la razon; y, si yo no la tuuiera en lo que hago, como ella la tiene en lo que dize, ya auia yo de auer procurado algun fauor de palillos20 de aqui o de alli, y procurar verme, como se ven otros hombrezitos aguditos y bulliciosos, con vna vara en   -fol. 222v-   las manos, y sobre vna mula de alquiler pequeña, seca y maliciosa, sin moço de mulas que le acompañe, porque las tales mulas nunca se alquilan sino a faltas, y quando estan de nones21,   —13→   sus alforgitas a las ancas, en la vna vn cuello y vna camisa, y en la otra su medio queso y su pan y su bota, sin añadir a los vestidos que trae de rua22, para hazellos de camino, sino vnas polaynas y vna sola espuela; y con vna comission, y aun comezon, en el seno, sale por essa Puente Toledana raspahilando23, a pesar de las malas mañas de la harona, y, a cabo de pocos dias, embia a su casa algun pernil de tozino y algunas varas de lienço crudo, en fin, de aquellas cosas que valen baratas en los lugares del distrito de su comission, y con esto sustenta su casa como el pecador mejor puede. Pero yo, que, ni tengo oficio, [ni beneficio], no se que hazerme, porque no ay señor que quiera seruirse de mi, porque soy casado; assi que me será forçoso suplicar a vuessa merced, señor juez, pues ya por pobres son tan enfadosos los hidalgos, y mi muger lo pide, que nos diuida y aparte.

D.ª GUI.  Y ay mas en esto, señor juez: que, como yo veo que mi marido es tan para poco, y que padece necessidad, muerome por remedialle; pero no puedo, porque, en resolucion, soy muger de bien, y no tengo de hazer vileza.

SOL.  Por esto sólo merecia ser querida esta muger; pero, debaxo deste pundonor   —14→   tiene encubierta la mas mala condicion de la tierra. Pide zelos sin causa, grita sin porque, presume sin hazienda, y, como me ve pobre, no me estima en el bayle del rey Perico24. Y es lo peor, señor juez, que quiere que, a trueco, de la fidelidad que me guarda, le sufra y dissimule millares de millares de impertinencias y desabrimientos que tiene.

D.ª GUI.  ¡Pues no! ¿Y por que no me aueys vos de guardar a mi decoro y respeto, siendo tan buena como soy?

SOL.  Oyd, señora doña Guiomar. Aqui, delante destos señores, os quiero dezir esto: ¿porque me hazeis cargo de que sois buena, estando vos obligada a serlo, por ser de tan buenos padres nacida, por ser christiana, y por lo que deueys a vos misma?25. Bueno es que quieran las mugeres que las respeten sus maridos porque son castas y honestas, como si en sólo esto consistiesse de todo en todo su perfeccion, y no echan de ver los desaguaderos por donde desaguan la fineza de otras mil   -fol. 223r-   virtudes que les faltan. ¿Que se me da a mi que seays casta con vos misma, puesto que se me da mucho, si os descuydais de que lo sea vuestra criada, y si andays siempre rostrituerta, enojada, zelosa, pensatiua, manirrota,   —15→   dormilona, perezosa, pendenciera, gruñidora, con otras insolencias deste jaez, que bastan a consumir las vidas de dozientos maridos? Pero, con todo esto, digo, señor juez, que ninguna cosa destas tiene mi señora doña Guiomar, y confiesso que yo soy el leño, el inhabil, el dexado y el perezoso, y que, por ley de buen gouierno, aunque no sea por otra cosa, està vuessa merced obligado a descasarnos: que desde aqui digo que no tengo ninguna cosa que alegar contra lo que mi muger ha dicho, y que doy el pleito por concluso, y holgarè de ser condenado.

D.ª GUI.  ¿Que ay que alegar contra lo que tengo dicho? Que no me days de comer a mi ni a vuestra criada; y monta que [no] son muchas, sino vna, y aun essa sietemesina, que no come por vn grillo26.

ESC.  Sossieguense, que vienen nueuos demandantes.

 

(Entra vno vestido a lo medico, y es CIRUJANO, y Aldonça de Minjaca, su muger.)

 

CIR.  Por quatro causas bien bastantes vengo a pedir a vuessa merced, señor juez, haga diuorcio entre mi y la señora doña Aldonça de Minjaca, mi muger, que està presente.

  —16→  

IUEZ.  ¡Resoluto venis! Dezid las quatro causas.

CIR.  La primera, porque no la puedo ver mas que a todos los diablos; la segunda, por lo que ella se sabe; la tercera, por lo que yo me callo; la quarta, porque no me lleuen los demonios, quando desta vida vaya, si he de durar en su compañia hasta mi muerte.

PRO.  ¡Bastantissimamente ha prouado su intencion!

MIN.  Señor juez, vuessa merced me oyga, y aduierta que, si mi marido pide por quatro causas diuorcio, yo le pido por quatrocientas27. La primera, porque, cada vez que le veo, hago cuenta que veo al mismo Luzifer; la segunda, porque fuy engañada quando con el me casé, porque el dixo que era medico de pulso, y remanecio cirujano28 y hombre que haze ligaduras y cura otras enfermedades, que va dezir desto a medico, la mitad del justo precio; la tercera, porque tiene zelos del sol que me toca; la quarta, que, como no le puedo ver, querria estar   -fol. 223v-   apartada del dos millones de leguas...

ESC.  ¿Quien diablos acertará a concertar estos reloxes, estando las ruedas tan desconcertadas?

MIN.  La quinta...

IUEZ.  Señora, señora, si pensays dezir aqui   —17→   todas las quatrozientas causas, yo no estoy para escuchallas, ni ay lugar para ello. Vuestro negocio se recibe a prueua, y andad con Dios, que ay otros negocios que despachar.

CIR.  ¿Que mas prueuas, sino que yo no quiero morir con ella, ni ella gusta de viuir conmigo?

IUEZ.  Si esso bastasse para descasarse los casados, infinitissimos sacudirian de sus ombros el yugo del matrimonio.

 

(Entra vno vestido de GANAPAN, con su caperuza quarteada.)

 

GAN.  Señor juez, ganapan soy, no lo niego, pero christiano viejo29, y hombre de bien a las derechas; y, si no fuesse que alguna vez me tomo del vino, o el me toma a mi, que es lo mas cierto, ya huuiera sido prioste en la cofradia de los hermanos de la carga. Pero, dexando esto aparte, porque ay mucho que dezir en ello, quiero que sepa el señor joez que, estando vna vez muy enfermo de los vaguidos de Baco, prometi de casarme con vna muger errada. Bolui en mi, sanè, y cumpli la promessa, y caséme con vna muger que saquè de pecado; pusela a ser plazera30; ha salido tan soberuia y de tan mala condicion, que nadie llega a su tabla con quien no riña, hora sobre el peso   —18→   falto, hora sobre que le llegan a la fruta, y a dos por tres les da con vna pesa en la cabeça o adonde topa, y los deshonra hasta la quarta generacion, sin tener hora de paz con todas sus vezinas ya parleras31; y yo tengo de tener todo el dia la espada mas lista que vn sacabuche para defendella, y no ganamos para pagar penas de pesos no maduros ni de condenaciones de pendencias. Querria, si vuessa merced fuesse seruido, o que me apartasse della, o, por lo menos, le mudasse la condicion acelerada que tiene en otra mas reportada y mas blanda; y prometole a vuessa merced de descargalle de valde todo el carbon que comprare este verano: que puedo mucho con los hermanos mercaderes de la costilla.

CIR.32  Ya conozco yo a la muger deste buen hombre, y es tan mala como mi Aldonça: que no   -fol. 224r-   lo puedo mas encarecer.

IUEZ.  Mirad, señores: aunque algunos de los que aqui estays aueis dado algunas causas que traen aparejada sentencia de diuorcio, con todo esso, es menester que conste por escrito y que lo digan testigos, y assi, a todos os recibo a prueua... Pero ¿que es esto? ¿Musica y guitarras en mi audiencia? ¡Nouedad grande es esta!

  —19→  
 

(Entran dos MUSICOS.)

 

MUS.  Señor juez, aquellos dos casados tan desauenidos que vuessa merced concerto, reduxo y apaziguò el otro dia, estan esperando a vuessa merced con vna gran fiesta en su casa, y por nosotros le embia[n] a suplicar sea seruido de hallarse en ella y honrallos.

IUEZ.  Esso hare yo de muy buena gana; y pluguiesse a Dios que todos los presentes se apaziguassen como ellos.

PRO.  Dessa manera moririamos de hambre los escriuanos y procuradores desta Audiencia. Que no, no, sino todo el mundo ponga demandas de diuorcios: que, al cabo, al cabo, los mas se quedan como se estauan, y nosotros auemos gozado del fruto de sus pendencias y necedades.

MUS.  Pues en verdad que desde aqui hemos de ir regozijando la fiesta.

 

(Cantan los MUSICOS.)

 
«Entre casados de honor,
quando ay pleyto descubierto,
mas vale el peor concierto
que no el diuorcio mejor33.
Donde no ciega el engaño
simple en que algunos estan,
las riñas de por San Iuan
son paz para todo el año34.
—20→
Resucita alli el honor,
y el gusto, que estaua muerto,
donde vale el peor concierto
mas que el diuorcio mejor.
Aunque la rabia de zelos
es tan fuerte y rigurosa,
si los pide vna hermosa,
no son zelos, sino cielos.
Tiene esta opinion amor,
que es el sabio mas experto:
que vale el peor concierto
mas que el diuorcio mejor


 
 
FIN DESTE ENTREMES.
 
 



 
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