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ArribaActo V


Escena I

 

THAMAR por la puerta de Jerusalén. El coro que está en la escena desde el fin del acto cuarto.

 
THAMAR
¡Ah! Felices vosotras, cuyo gozo
a Dios alaba con festivo acento,
en tanto que yo gimo abandonada
en mi angustia cruel del universo:
todos huyen de mí, mi afrenta en vano 5
de mi hermano Absalón fió mi pecho;
él, reprimiendo su primer impulso,
de Achitofel se entrega a los consejos,
y este infiel ofreciéndome venganza
ha burlado mi ultraje; ellos huyeron 10
de mi vista, a David se presentaron...
¿Se habrán reconciliado a mi despecho
con el traidor Amnón? ¿Será posible
que mi venganza desvanezca el cielo?
¿Será que Thamar baje hasta el sepulcro, 15
cubierta de su horrible vilipendio,
sin que lave su oprobio con la sangre
del hombre entre los hombres más perverso?
No... no será: busquemos a mi padre;
como monarca debe a mis lamentos 20
atender, y vengarme su justicia.


Escena II

 

DICHOS, ACHITOFEL por la tienda de DAVID.

 
ACHITOFEL
¿Adónde vais, señora? Deteneos.
THAMAR
Aparta, no me impida tu cautela
que el Rey atienda mi doliente ruego.
ACHITOFEL
¡Vos hablar a David! ¡Qué es lo que escucho! 25
¿Podré saber, Thamar, para qué efecto?
THAMAR
Para que su poder a Amnón castigue.
ACHITOFEL
Y vos ¿podéis pensar que justiciero
proceda contra un hijo que idolatra?
THAMAR
¿Y tú puedes creer que su desprecio 30
sufra Thamar, sin que a vengarlo aspire?
ACHITOFEL
Que vuestro honor recuperéis espero,
sin hablar a David.
THAMAR
¿Cómo pudiera?
ACHITOFEL
Con esperar la sucesión del tiempo.
THAMAR
Es muy tardo su giro para un triste. 35
ACHITOFEL
Será para vengaros muy ligero.
THAMAR
Mas mi hermano Absalón...
ACHITOFEL
Él me ha ordenado
que os hiciera partir con gran secreto
hoy de Jerusalén.
THAMAR
¡Partir! ¿Y adónde?
ACHITOFEL
A Gesur, donde reina vuestro abuelo. 40
THAMAR
¡Yo sin honor de aquí me ausentaría!
¡Y lo ordena Absalón!... ¿Cómo en el reino
de su madre Thamar se presentara,
arrastrando afligida el vituperio,
que se extiende a sus regios ascendientes? 45
Nunca, nunca será.


Escena III

 

DICHOS, DAVID por la puerta de su pabellón.

 
DAVID
Thamar. ¿qué es esto?
¡Tú, perturbando el público alborozo,
a la vista de todos mis guerreros
te presentas llorosa?
THAMAR
¡Oh Rey!, justicia.
DAVID
Retiraos.
 

(El coro y ACHITOFEL se van.)

 
Hija calma tu despecho;
50
tu padre te lo ruega.
THAMAR
No os imploro
sino como monarca justiciero.
Mirad de mis adornos el desorden;
atended mi dolor y mis lamentos,
y recordad que vos de mis ultrajes 55
sois la causa. Cumplir vuestro precepto,
me cuesta haber pendido la ventura
que fundaba en mi honor. ¡Ah!, ya no espero,
como hija de David, que de mi sangre
proceda el Salvador del universo. 60
He sufrido después de la violencia
el más atroz e infame menosprecio;
Amnón me ha confundido en la ignominia;
contra Amnón sin cesar clamaré al cielo.
En vano mis caricias fraternales, 65
mi cuidado inocente. mi desvelo
clamaron por su alivio; él alevoso
hallaba en mi asistencia y mis afectos
nuevo incentivo a su culpable llama...
Triunfó... y la posesión hizo en su pecho 70
nacer el odio..., ¡ah bárbaro! Mis iras
y mi dolor aumenta este recuerdo.
Él de su habitación mandó arrojarme
con infamia y oprobio por sus siervos,
y obedecido al punto... ¡Oh desgraciada... 75
¡Oh mísera Thamar!.. Señor, no puedo
la serie proseguir de mis ultrajes:
Thamar sufrir no puede el vilipendio,
sin que David su injuria participe:
pensad que mis agravios son los vuestros; 80
si no queréis vengarlos como padre,
vuestra justicia como rey espero.
DAVID
¿Y contra quién la invocas? ¡Oh hija mía!
Contra tu misma sangre. ¡Y qué! Un momento
en que Amnón, de su amor arrebatado, 85
cometió el crimen, ¿puede de tu pecho
excitar el rencor y la venganza?
Recuerda que es tu hermano, que mi pueblo
su futuro esplendor en él espera;
Amnón nació para regir el cetro 90
de Judá, y hasta ahora sus virtudes
gracia encontraron ante Dios eterno:
lo aman las tribus, y gozosas cuentan
el bien que su mano recibieron;
y el castigo cruel de su delito 95
contra mí sublevara los hebreos.
THAMAR
Pues qué, ¿quedará impune...
DAVID
¡Ah!, no: bastante
lo atormenta su atroz remordimiento.
Thamar no ha presenciado, cual su padre,
su desesperación: si tú en mi seno 100
llorar lo hubieses visto arrepentido,
no fuera la venganza tu deseo.
Y ¿cuál es en la tierra el varón justo
que nunca delinquió? ¿Quién en el centro
de la felicidad y la grandeza 105
no ha ofendido al Señor? Mira el ejemplo
de la debilidad de los mortales
aún en tu anciano padre: sí, yo ciego
por un fatal amor fui delincuente;
y plegue a Dios que mi dolor inmenso 110
baste a expiar mi abominable culpa.
THAMAR
Pero vos no ultrajáis de vuestro yerro
la causa: Betsabet a vuestro lado
vive, y disfruta los honores regios.
DAVID
¡Ah!, tal vez eso agrava mi pecado. 115
THAMAR
¿Qué es lo que proferís? ¿Hasta qué extremo
la defensa de Amnón os alucina?
¡Vos comparáis su crimen con el vuestro!
¿Habéis hollado vos las santas leyes
de la naturaleza? Y, ¿qué el perverso 120
que las ha profanado, impunemente
subirá sobre el trono de su pueblo?
Si llora arrepentido, ¿qué le importa
a mi honor ese llanto? ¿Acaso puedo
con sus lágrimas restaurarlo? 125
No: jamás. ¡Oh David! Mi vituperio
se ha de lavar con sangre; sí: yo imploro
la ley que ordena expire en los tormentos
el hombre incestuoso: Amnón lo ha sido.
DAVID
Amnón es hijo mío, es mi heredero. 130
THAMAR
Otros hijos tenéis más virtuosos,
más dignos de la púrpura y el cetro:
y en fin, es en favor del delincuente
defensa inútil el amor paterno.
Dios manda castigarlo; sí: acordaos 135
de que Abraham humilde obedeciendo
a la voz del Señor, contra su hijo,
aunque inocente, levantó el acero.
En él sacrificaba la esperanza
de su posteridad y su consuelo; 140
y vos, su descendiente, en la defensa
os obstináis de un hijo, que el severo
Espíritu de Dios ha reprobado,
y a quien condena el anatema eterno.
DAVID
Cesa, infeliz: ¿adónde tus rencores 145
te conducen? Thamar, quizá por ellos
execrable serás sobre la tierra,
merecerás la cólera del cielo.
¡Cómo de mi clemencia tu osadía
me acusa! ¡Cómo olvidas el respeto 150
que le debes a un padre y a un monarca!
Reconoce que encierras en tu pecho,
no el dolor de tu suerte desgraciada,
sino el odio que engendra el menosprecio.
THAMAR
Yo, señor...
DAVID
Calla.  (Viendo venir a JONADAB.)  Jonadab se acerca.
155


Escena IV

 

DICHOS, JONADAB por el foro.

 
JONADAB

 (A DAVID.)  

Decid ¿si en libertad hablaros puedo?
DAVID
Sí: Thamar no es estorbo, es hija mía.
Dame nuevas de Amnón.
THAMAR

 (Aparte.) 

¡Oh qué tormento!
JONADAB
Señor, con Absalón y sus hermanos
lo seguí, vuestras ordenes cumpliendo; 160
apenas a la granja vuestros hijos
llegaron, cuando Amnón, su abatimiento
ocultando, mostró su alma sensible
a los pobres pastores, repartiendo
los socorros que anhela el desvalido; 165
y después que sus dones recibieron,
noté resplandecía en sus semblantes
la admiración y gratitud a un tiempo.
En tanto que los cánticos sencillos
de su alborozo repetía el eco, 170
Amnón, de sus hermanos separado,
logró solo quedar por un momento
en el valle vecino; lo vi entonces
postrarse humilde sobre el prado ameno,
y advertí en sus acciones suplicantes, 175
que a Dios oraba con ferviente ruego.
Cuando Absalón llegó adonde él estaba
aún tenía sus brazos hacia el cielo
elevados; su hermano cariñoso
lo levanta, lo estrecha entre su seno 180
y enternecidos ambos demostraron
con su ternura el fraternal afecto.
Salomón y Adonias en su busca
gozosos llegan, y empezó el festejo,
anunciando el banquete los sencillos 185
cantos de los alegres ganaderos.
En tanto yo, a volver a vuestra vista
me apresuré, señor, porque el contento,
que os causará la unión de vuestros hijos,
colme los votos del amor paterno. 190
DAVID
¡Ah! Jonadab. mi gozo al suyo iguala;
y esta grata noticia, que tu celo
me anticipa, aumentando mi alborozo,
ahuyenta los temores de mi pecho.
Pero déjanos solos.
 

(Se va JONADAB.)

 


Escena V

 

THAMAR, DAVID.

 
DAVID
Hija mía,
195
¿por qué esa turbación?
THAMAR
Apenas creo
lo que acabo de oír. ¿Cómo mi hermano
Absalón contribuye al vituperio
de su sangre, y festeja a quien lo afrenta?
DAVID
¿Y cómo tu rencor llega al extremo 200
de que esta unión feliz de tus hermanos
aún a mi vista aumente tu despecho?
¿Así lo que produce mi alegría,
puede ser para ti mayor tormento?
¡Oh Thamar! No es la causa tu desdoro 205
de tu aflicción; es sólo el menosprecio
que has sufrido de Amnón, el que te inspira
de la venganza el criminal deseo.
Destierre, hija querida, para siempre
tu corazón tan execrable afecto, 210
y piensa que si Amnón te ha separado
de su vista después de sus excesos,
fue por odiar en ti la fatal causa
que su virtud postró: compadecerlo
debes, y perdonarle sus errores: 215
esta venganza es digna de tu pecho.
THAMAR
¿Y a qué fin? Vos lo habéis ya perdonado;
mi afrenta nada importa, pues su yerro
el amor lo causó; y el que debiera
castigar su maldad, sufrió primero 220
de esta pasión funesta los horrores,
y antes de ser él juez, ha sido el reo.
DAVID
Prosigue, hija cruel; no se detenga
tu osada lengua; sigan tus acentos
insultando las canas de tu padre. 225
THAMAR
Yo...
DAVID
Tu voz es ahora el instrumento
de la santa justicia; mi castigo
se cumpla en tus ultrajes. Dios eterno,
¿y no pudiera ser menos terrible
viniendo de otro labio mi desprecio? 230
Apenas de la unión entre mis hijos
me anuncias la ventura, cuando el eco
de una insensata, que a su padre ofende,
de dolor llena mi angustiado pecho.
THAMAR

 (Conmovida.) 

Padre mío...
DAVID

 (Sin atenderla.) 

Gran Dios, yo la perdono;
235
y pues la elige tu poder supremo
para que afrente mis cansados años,
no castigues, Señor, su desacierto.
Mi triste llanto tu piedad implora
en favor de Thamar; oye mi ruego; 240
ceda su corazón endurecido
a la clemencia, imite tus ejemplos;
su razón por el odio obscurecida
reconozca medrosa sus excesos;
tu poder la ilumine, porque vuelva 245
a entrar de la virtud en el sendero;
y hazla, o Dios, venturosa, ¡ah!, venturosa
más que su infeliz padre puede serlo.
THAMAR
No más, señor; no puede a vuestro llanto
resistirse Thamar; yo me avergüenzo 250
de haberos ultrajado.
DAVID
Si merece
mi hija castigo, yo sufrirlo quiero
por ella; la perdono.
THAMAR

 (Arrodillándose.) 

Padre mío,
postrada a vuestras plantas me arrepiento
de mi delirio; mi infelice suerte... 255
DAVID
Completad vuestra obra, Dios supremo;
hacedla que perdone.
THAMAR
¡Que perdone!
¿A quién?
DAVID
Al infeliz Amnón.
THAMAR

 (Levantándose.) 

No puedo.
Pero no insistir más en su castigo
para no atormentaros os prometo: 260
y sólo os pido, padre, que ocultando
mi existencia de todo el universo,
una caverna ignota a los mortales
sea mi asilo, y mi sepulcro a un tiempo.
DAVID
En ella tu rencor te acompañara, 265
y dispusiera tu suplicio eterno.
No: yo tendré una hija desgraciada,
pero no delincuente: a mis lamentos
ceda tu obstinación; huya por siempre
la funesta venganza de tu pecho. 270
THAMAR

 (Conmovida.) 

¡Ay de mí!
DAVID
¿Te enterneces? Si no bastan
mis sollozos, prevén mayor esfuerzo
para negar a un padre, a ti humillado,
 

(Queriendo arrodillarse, THAMAR se lo impide.)

 
la gracia de su hijo.
THAMAR
En vano intento
resistir.
DAVID
Hija mía, a Amnón perdona.
275
THAMAR
Yo lo perdono..., sí...
DAVID
Ven a mi seno.


Escena VI

 

DICHOS, ACHITOFEL por el foro.

 
ACHITOFEL
Los Príncipes, señor...
THAMAR

 (Queriendo retirarse.) 

¿Dónde me escondo?
DAVID

 (Yendo hacia el foro.) 

Mis brazos los esperan.
ACHITOFEL

  (Aparte a THAMAR.)  

Deteneos,
señora, ved a quien os ha ofendido.


Escena VII

 

DICHOS, AMNÓN herido, apoyado en hombros de ADONIAS y SALOMÓN, JOAB, coro de guerreros y doncellas.

 
DAVID
Amnón, ¡qué miro!, ¡traspasado el pecho! 280
¿Quién ha sido el traidor?
ADONIAS
Fue nuestro hermano,
el cruel Absalón.
DAVID
¡Qué escucho, cielos!
¡Mísero padre!
AMNÓN
Abridme vuestros brazos.
ADONIAS
Concédele, señor, este consuelo;
él clamó por morir a vuestra vista. 285
DAVID
¡Ah! Si fuera posible socorrerlo...
AMNÓN
No: es en vano. Expirar viendo a mi padre
es el único alivio que apetezco.
Asesinado en medio del banquete
por mi feroz hermano... mas su esfuerzo 290
no me rindió... fue sólo su perfidia...
Yo lo perdono... consiguió su intento,
porque Dios decretaba mi castigo.
JOAB
El suyo llegará. Venid, guerreros,
busquemos al traidor.
SALOMÓN
Ya será en vano.
295
Huyó Absalón al reino de su abuelo
después que cometió la alevosía.
AMNÓN
¡Oh padre mío...
THAMAR

 (Dejándose ver de AMNÓN.)  

Horror me causa verlo.
AMNÓN
¡Tú aquí, odiosa mujer! ¡Ah!, tu presencia
emponzoña mis últimos momentos... 300
Por ti he perdido la virtud... Aparta...
Padre, por mi perdón clamad al cielo...
Arrepentido..., víctima infelice...
de amor, de odio y de venganza muero.
 

(Expira.)