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El animal de Hungría

Lope de Vega



[Indicaciones de paginación en nota.1]



Hablan en ella las personas siguientes.
 

 
TEODOSIA,   reina.
FAUSTINA.
LAURO.
EL REY DE HUNGRÍA.
UN MONTERO.
FULGENCIO,   español.
ARFINDO,   español.
PLÁCIDO,   español.
FELIPE.
SELVAGIO.
LLORENTE.
BARTOLO.
BENITO.
PABLOS.
EL REY DE INGALATERRA.
PASCUAL.
ROSAURA.
VELARDO.
TIRSO.
RISELO.
SILVANA.2
UN ALCALDE.
FENICIO.
UN EMBAJADOR DE BARCELONA.
LIDIO,   paje.
CELIO,   paje.
EL ALMIRANTE DE HUNGRÍA.
UN JUSTICIA.
UN ESCRIBANO.
EL PRÍNCIPE DE ESCOCIA.
[BARBERO.]
[PREGONERO.]
[FABIO.]
[ALCAIDE.]
[CRIADO.]
[ESCUDERO,   del rey de Ingalaterra.]





ArribaAbajoActo I

 

Sale TEODOSIA, vestida de pieles, y LAURO, tras ella, con un venablo.

 
TEODOSIA
Valedme ligeros pies
que otras veces me habéis dado
la vida con interés
del fin con que la he guardado,
que no porque vida es.5
LAURO
¡Detente, monstruo espantoso!
TEODOSIA
¡Oh, mancebo generoso!,
—fol. 130v→
¿no te da, el verme, temor?
LAURO
Es el natural valor
más que el temor poderoso:10
soy noble, aunque humilde miras
mi traje.
TEODOSIA
¿A qué empresa aspiras?
LAURO
A matarte o a prenderte.

 (Descubre el rostro, apartando los cabellos.) 

TEODOSIA
¿Matarasme desta suerte?
LAURO
¡Santo Dios!
TEODOSIA
¿De qué te admiras?
15
LAURO
De ver tu rara belleza.
¿Es posible que ha crïado
la varia naturaleza,
en este monte nevado,
tal rostro en tanta fiereza?20
Tú, de quien los labradores
huyeron por tantos años:
más que para dar temores
eras para hacerte engaños
y para decirte amores.25
Dame de ti misma nuevas
si es bien que este amor me debas;
que, en lo exterior que se mira,
o eres la hermosa Filira
o aquella sfinge de Tebas:30
¿es posible que has robado
tanto pan, tanto ganado?
TEODOSIA
Mi sustento procuré.
LAURO
Temor de villanos fue...
TEODOSIA
Solo temor me ha guardado.35
LAURO
Cuando con alas te viera,
pensara que eras harpía:
cielo en rostro, en cuerpo fiera,
y, en las armas y osadía,
con Hércules compitiera.40
Y si te viera en la mar,
pensara que eras sirena
para cantar y encantar.
TEODOSIA
Lo que mi desdicha ordena,
no pudo el tiempo escusar.45
Bien sé que no has de dejarme,
pues te atreviste a seguirme
y, siguiéndome, mirarme;
y ansí, quiero apercebirme
a obligarte y declararme.50
LAURO
Hablas a mi pensamiento.
TEODOSIA
Estame, mancebo, atento.
LAURO
No solo yo lo estaré:
pero cuanto aquí se ve;
hasta las aves y el viento.55
TEODOSIA
Yo soy la reina Teodosia,
mujer, ¡que nunca lo fuera!,
de Primislao, rey de Hungría.
LAURO
Señora, ¿tú eres la Reina?
TEODOSIA
Detente, por Dios, mancebo,60
hasta que mi historia sepas;
que aunque es pública en el mundo,
quiero que de mí la entiendas.
Recién casada y venida
a Hungría, de Ingalaterra,65
sentí soledad notable
de mi tierra en tierra ajena.
Rogué al Rey que me trujese
una hermana más pequeña,
con licencia de mi padre,70
por consolarme con ella.
Partió el Rey, trujo a Faustina,
y, por el camino, ciega
del valor de Primislao,
a envidiar mi bien comienza.75
Llegó a Hungría y mi alegría
hizo a su venida fiestas,
aunque ella en su corazón
hacía a mi muerte exequias.
Entristeciose conmigo80
cuanto me alegré con ella;
de su tristeza en mi casa
echaba culpa a la ausencia.
Creció la envidia y los celos
hasta que, cayendo enferma,85
mi esposo la visitaba,
—fol. 131r→
que era la salud más cierta.
Finalmente cierto día
le dijo que, en mi primera
edad, amé al rey de Escocia,90
y que estaba descontenta
de tenerle por marido;
para lo cual, por mil letras,
le persuadía viniese
con dos personas secretas95
donde, para que me hablase,
le daría entrada y puerta,
de noche, por un jardín;
y que si con gente inglesa
y suya venir quisiese,100
le daría la cabeza
de Primislao, mi marido,
como de Scila se cuenta.
Creyolo el Rey, que era fácil,
y porque vio contrahechas105
algunas cartas, o acaso
porque ya adoraba en ella,
avisando a dos crïados
de confïanza, a estas sierras
me trujeron para echarme110
a las más feroces bestias.
Juntaron muchas y, en fin,
me dejaron en las presas
de sus dientes, una noche,
y entre sus uñas sangrientas.115
Volvieron a Primislao
diciéndole que era muerta.
Pero mirando los cielos
mi desdicha y mi inocencia,
permitieron que, a mis pies120
mansos y humildes, las fieras
me halagasen y me diesen
consuelo entre tantas penas.
Cobré aliento y con algunas
me fui, mancebo, a sus cuevas,125
donde por sus propias manos
comí el fruto destas selvas.
Pasados algunos meses,
las pieles de las ovejas,
cabras y otros animales,130
de mil que trujeron muertas,
curé al sol, y hice vestidos
con que bajé de la sierra
a ver gente y buscar pan
por las humildes aldeas.135
Los pastores, que no habían
visto una fiera tan nueva,
dieron en hüir de mí;
aunque, en las verdes riberas
deste arroyuelo que lava140
los troncos desta alameda,
cogí un villano una tarde,
de quien supe, aunque por fuerza,
que se casó con mi hermana
el Rey: perdona que vengan145
lágrimas a interrumpir
las palabras a la lengua.
LAURO
Con justa causa tus ojos,
como mar de tantas penas,
en el nácar de sus niñas150
crían tan hermosas perlas.
Pero prosigue tu historia...
TEODOSIA
Parió Faustina contenta
dos o tres veces, y todos
sus hijos dicen que llegan155
a cumplir un año el día
que me echaron a las fieras,
y que no pasan de allí;
y espero que también sea
en esta ocasión; que dicen160
que el parto de un hijo espera
porque está pronosticado.
LAURO
No llores; que si te dejas
llevar, señora, del llanto
a tan profunda tristeza,165
vendrás a acabar la vida
antes que venganza veas
de una hermana tan crüel;
—fol. 131v→
que tan injustas ofensas
deben de cansar el cielo,170
cuyas divinas orejas
sin duda están a tus voces
en esta ocasión abiertas,
pues permitió que saliese,
en tal ocasión como esta,175
a caza por estos montes;
y que bastasen las fuerzas
de mi valor a seguirte,
pues no hay hombre en esta tierra
que de la cueva en que vives180
ose acercarse una legua:
suplícote que a mi casa,
no lejos desta alameda,
vengas a vivir conmigo;
que, si por vivir secreta185
en estos oscuros montes
sin humano trato albergas,
mejor podrás en mi casa,
donde solamente quedan
crïados míos que labran190
estos campos y estas huertas.
Estoy recién heredado
de mis padres, que Dios tenga:
podré servirte con joyas
y con vestidos de seda;195
descansarás de los años
que entre esas pieles te acuestas,
bebiendo salobres aguas,
comiendo silvestres yerbas.
¿Qué respondes?
TEODOSIA
Que mi suerte,
200
que a tanto mal me condena,
descubrirá presto al Rey
y aquella tirana reina
que vive esta vida triste;
y aunque me está bien perderla,205
por no perder lo esperado,
permíteme que la tenga,
donde ya por las costumbres
no siento tanto las penas,
y dame, pues eres noble,210
palabra y fe verdadera
que no dirás a ninguno
que soy Teodosia.
LAURO
No creas
que seré tan inhumano:
sólo te pido licencia215
para verte y regalarte.
TEODOSIA
Podrás venir a mi cueva
cuando quisieres; mas mira,
hidalgo, que solo vengas.
Y dime tu nombre.
LAURO
Lauro.
220
TEODOSIA
Y es muy justo que lo seas
para que, de tantos rayos,
segura la vida tenga
a la sombra de tus hojas.
LAURO
Gente parece que suena:225
echa por aqueste arroyo
y yo por estas acequias.
TEODOSIA
Los cielos te guarden, Lauro.
LAURO
Teodosia, el cielo te vuelva
a tu marido a tus brazos,230
tu corona a tu cabeza.
TEODOSIA
Quien deja a Dios sus venganzas,
tales esperanzas tenga;
que nunca sucede bien
a quien vengarse desea.235
 

(Éntrense; y salen SELVAGIO y BARTOLO, alcaldes, LLORENTE y BENITO: todos villanos.)

 
SELVAGIO
Siéntense todos primero
que el concejo se proponga.
BARTOLO
Alto los asientos ponga,
por orden, el pregonero;
y no entiendan en la Corte240
que nos ganan en saber
concejo y cabildo hacer
para lo que al pueblo importa.
SELVAGIO
Siéntese, Llorente, aquí.
LLORENTE
Téngolo a mucho favor.245
  —fol. 132r→  
SELVAGIO
Demás de ser regidor,
podéis estar junto a mí,
porque os tengo voluntad.
BARTOLO
Benito, sentaos también.
BENITO
Donde quiera estaré bien:250
el concejo escomenzad.
SELVAGIO
Primeramente querría
que un médico se trujese,
y salario se le diese;
que no es bien que cada día255
vayan con los orinales
las mujeres a la Corte;
que más se paga de porte
que acá costaran los males.
Y como el pulso no va260
en la orina (y todo es nada
porque toda alborotada
es fuerza que llegue allá)
querría que aquí viviese
y cara a cara curase,265
y que el pueblo se animase
a que salario se diese;
porque es sin ver el doliente
el pretendelle curar
lo mismo que sentenciar270
en ausencia un delincuente.
BARTOLO
Tiene Selvagio razón:
médico se busque luego
LLORENTE
Lo mismo os ruego.
BENITO
Y yo os ruego
que no pongáis dilación:275
que es el médico, aunque diga
el pueblo de su virtud,
alcalde de la salud
que sus delitos castiga.
BARTOLO
También a mí me parece280
que haya en aqueste lugar
un maestro de danzar;
que por momentos se ofrece
con las danzas ocasión.
LLORENTE
A fe que en lo cierto dais;285
y pues de danzas tratáis,
y con tanta devoción
celebráis el santo día
de Dios, ¿qué fiestas tenéis?
SELVAGIO
Los autos; que ya sabéis290
que es la mayor alegría.
BENITO
¿Quién los compone?
SELVAGIO
El barbero,
que ha sido medio escolar.
LLORENTE
¡Váyanle luego a llamar!
BARTOLO
Idlo a llamar, pregonero.295
SELVAGIO
Después que se hacen las fiestas
de Dios con tal devoción,
mejores los años son.
BENITO
Pues háganse buenas estas;
que yo quiero de mi parte300
ayudar al gasto bien.
 

(Entra el BARBERO.)

 
BARBERO
¿Los regidores también?
PREGONERO
Todos me mandan llamarte.
BARTOLO
Dios guarde a vuesas mercedes.
BENITO
¡Oh, Pablos, albéitar nuestro,305
que por acertado y diestro
sangrar al Gran Turco puedes!,
¿cómo va de las sangrías
de las ninfas del Parnaso?
BARBERO
Trabajo en sangrarlos paso;310
que no hay vena los más días.
SELVAGIO
¿Cómo de los autos va?
BARBERO
Yo no los hago.
SELVAGIO
¿Por qué?
BARBERO
Porque no hacellos juré,
y lo voy cumpliendo ya.315
Si queréis historia humana
de la dama y el galán
que peregrinando van
por senda segura y llana:
yo lo haré. Pero otra cosa320
que, por ser alta y sutil,
ponga en confusión a mil:
hoy cesa en verso y en prosa;
y aun las humanas, muy presto,
—fol. 132v→
también las pienso dejar,325
por no me ver censurar
ni ser a nadie molesto.
Yo fui primero inventor
de la Comedia en Hungría;
que las que primero había330
eran sin gracia y primor.
Y tras haber enseñado
el estilo que hoy se ve,
y corregido el que fue,
de Vega me he vuelto en Prado;335
que cuando vengo a tener
fruto de mil escritores,
hay mil que dejan las flores
y andan buscando alcacer.
Es fuerte cosa que intente340
dar gusto a toda el aldea,
y que un inorante sea
curioso y impertinente.
No quiero tener oficio
que a muchos ha de agradar345
pudiéndome yo ocupar
en más seguro ejercicio;
que hay hombre que piensa aquí,
y más si entiende un soneto,
que no puede ser discreto,350
y no dice mal de mí.
Comprar quiero unos antojos
para mirar a lo sabio,
torciendo a lo falso el labio
y encapotando los ojos.355
A los que merced me han hecho
yo los sabré celebrar
dándoles justo lugar
en el papel y en el pecho.
A los demás que no agrada360
mi intención, les digo, en suma,
que quiero colgar la pluma
como otros cuelgan la espada.
SELVAGIO
¡Pardiez que tiene razón!
Siempre la patria es ingrata.365
BARTOLO
Un tigre a sus hijos trata
con más piedad y afición.
LLORENTE
Por muchos que os quieren bien,
perdonad con pecho igual
algunos que dicen mal370
y querranos bien también.
A las costumbres del mundo
no tratéis de dar consejo,
que ha muchos años que es viejo.
BARBERO
Saben las musas que fundo375
en agradar mi intención
a los sabios y discretos.
BARTOLO
¿Quereisme hacer mil sonetos?
BARBERO
¿Mil?
BARTOLO
Escuchad la razón:
al Rey los quiero envïar.380
BARBERO
Hay allá otros mejores;
y a tan pobres labradores
nunca los dejan entrar.
Pero yo los quiero hacer.
BARTOLO
¿Y cuándo?
BARBERO
Dentro de un hora.
385
LLORENTE
¿Un hora?
BARBERO
Y menos, y agora.
BENITO
Callad, que no puede ser;
que a muchos oigo decir
que los que componen, sudan,
gruñen, gimen y trasudan390
como quien quiere parir.
Y que, empezando un soneto
por Navidad, fin le dan
la víspera de San Juan,
y que no sale perfeto.395
BARBERO
Fáltales el natural
que da cielo a quien él quiere.
PASCUAL

 (Dentro.) 

Aunque el concejo se altere
he de entrar.
PREGONERO.
¡Teneos, Pascual!
 

(Entra PASCUAL, villano.)

 
PASCUAL
No hay que tener.
SELVAGIO
¿Quién es?
PASCUAL
Yo,
400
—fol. 133r→
que os traigo una buena nueva
para que albricias me deba
todo el lugar.
SELVAGIO
Eso no;
que yo las haré pagar,
porque debellas es ley405
de ingratos.
PASCUAL
¡Hoy viene el Rey
a nuestro monte a cazar!
Y pienso que, hoy también,
que aunque tan preñada estaba,
Faustina le acompañaba.410
SELVAGIO
Mal fuego la queme, amén;
que por ella dieron muerte
a la Reina sin razón.
PASCUAL
Gozad la buena ocasión:
habladle y haced de suerte415
que maten este animal,
pues traen tantos monteros,
perros y lebreles fieros,
y cesará tanto mal
como padece el aldea420
y toda la serranía.
BENITO
Ayer Lorenza venía,
que ya sabéis que no es fea,
con una carga de pan,
y al camino le salió:425
huyó y el pan le dejó.
Volvió a la tarde Silván
y anduvo todo el camino,
y aun el pollino no halló:
que todo el pan se comió,430
costal, albarda y pollino.
BARTOLO
No es cosa para sufrir:
háblese al Rey.
BENITO
¿Quién irá?
SELVAGIO
¿Viene cerca?
PASCUAL
Cerca está.
SELVAGIO
Pues los dos podemos ir,435
aunque yo temo turbarme.
LLORENTE
¿Y qué importa que os turbéis?
BARBERO
Bien será que lo penséis.
SELVAGIO
Con vós quiero aconsejarme,
que sois hombre que ha estudiado.440
BARBERO
Vamos, que por el camino
os diré lo que imagino:
ni largo que cause enfado
ni breve que no se entienda.
BARTOLO
Hoy muere aqueste animal.445
BENITO
Por velle en este arenal
tendido, daré mi hacienda.
 

(Éntrense; y salgan, con mucho acompañamiento, por un palenque, algunos cazadores con perros de traílla y otros con aves; y detrás, en un sillón, FAUSTINA, y el REY DE HUNGRÍA a caballo. Apéanse en el teatro.)

 
MONTERO
Aquí, con dulce y agradable acento,
bastante a deshacer todos los daños
del cansancio y calor, refresca el viento450
una fuente que hiciera mil engaños
a la hermosura loca de Narciso,
y guarnécenla enebros y castaños.
FAUSTINA
Es todo aqueste prado un paraíso
donde parece que naturaleza455
mostrar su mano artificiosa quiso.
  —fol. 133v→  
REY
DE HUNGRÍA
Antes que de la sierra la aspereza
subas, mi bien, en esta verde falda
descansa; y honre el prado tu belleza.
Mira cómo le sirve de guirnalda460
nieve escarchada como plata pura
y se baña los pies en esmeralda.
Mira por esa parte la espesura
de mil sombrosas hayas, y estas fuentes
que espejos quieren ser de tu hermosura.465
Y cómo tantas aves diferentes
repiten en unísona armonía
del dulce amor los tiernos accidentes.
Y que, envidiosos de su melodía,
cantan las aguas y responde el valle470
con los ecos que aprende todo el día.
Mira esta verde y deleitosa calle
de álamos negros; y, este prado, mira,
donde apenas hay flor que no se halle:
aquí divino olor el lirio espira,475
el jacinto oriental y la azucena,
con granos de oro que la vista admira;
la estrella mar y la violeta amena,
con el jazmín y la purpúrea rosa
teñida en sangre de su misma vena.480
Descansa, pues, aquí, querida esposa,
porque subas mejor la inculta sierra
en cayendo la siesta calurosa.
FAUSTINA
Ningún regalo ni contento encierra
toda aquesta hermosura que te iguale;485
ni todos los tesoros de la tierra.
Sin el contento del amor no vale
el sitio ameno, el prado ni la fuente,
que en rayos de cristal del monte sale,
un átomo de bien. Pero presente490
con que se goza todo el bien se aumenta.
REY
DE HUNGRÍA
Tu vida el cielo, mi Faustina, aumente;
que a mí ninguna cosa me contenta
lejos de tu hermosura, en cuyos ojos
el cuerpo vive, el alma se alimenta,495
la guerra es paz y gloria los enojos.
  —fol. 134r→  
 

(Salen los alcaldes, SELVAGIO y BARTOLO, y LLORENTE con ellos.)

 
SELVAGIO
Llegad con mucho cuidado.
BARTOLO
¿Traeislo bien aprendido?
SELVAGIO
Muy bien lo traigo estodiado,
mas todo se me ha caído500
en habiendo al Rey mirado.
REY
DE HUNGRÍA
¿Qué gente es esa?
MONTERO
Señor,
labradores del aldea.
SELVAGIO
¿Hasnos de oír, por favor?
REY
DE HUNGRÍA
Pues ese tu nombre sea.505
FAUSTINA

 [Aparte.] 

No lo merece mejor.
SELVAGIO
¿Hasnos de ayudar ahora
para matar una fiera
que nuesos campos devora?
¿Hasnos también, porque quiera,510
de dar tu favor, señora?
Es un animal que anida
en este monte; tan fuerte
que nos roba la comida,
y, como le des la muerte,515
darasnos señor, la vida.
Y si guerra hacer esperas:
llevarasnos donde quieras
y a servirte obligarasnos.
REY
DE HUNGRÍA

 ([Aparte.] 

Todo este lugar es asnos520
y todo este monte fieras.)
Días ha que se decía
que deste monte en lo espeso
aqueste animal había.
BARTOLO
Ya su retrato anda impreso525
y se cantan cada día
las coplas de sus traiciones.
REY
DE HUNGRÍA
¿Por qué en tantas ocasiones
no le salís a matar?
BARTOLO
Está muy pobre el lugar530
de rocines y lanzones.
Y esta bestia no es de aquellas
que no se saben guardar;
que es como vós, no como ellas,
pues sabe correr y hablar,535
y aun sabe forzar doncellas.
REY
DE HUNGRÍA
¿Doncellas?
BARTOLO
Si no es que el miedo
las ha obligado a mentir,
más de seis decirte puedo.
REY
DE HUNGRÍA
¿Qué forma tiene?
SELVAGIO
En decir
540
su forma, temblando quedo.
Él es como una persona,
poco más a menos.
REY
DE HUNGRÍA
Bien
su simplicidad le abona.
¿Y hablara también?
BARTOLO
También.
545
REY
DE HUNGRÍA
¿Es fuerte?
BARTOLO
A nadie perdona.
Tiene el rostro hacia adelante,
las espaldas hacia atrás
y el cuerpo como un gigante.
REY
DE HUNGRÍA
Calla, que ocasión darás550
a que la Reina se espante.
FAUSTINA
No me da la fiera espanto,
sino el sol y algún dolor.
MONTERO
No es fresco este prado tanto
como aquel bosque, señor.555
FAUSTINA
¡Ay, cielo piadoso y santo!
¡Que no sé qué siento en mí!
REY
DE HUNGRÍA
Si el bosque es mejor lugar:
mejor, mi Faustina, allí,
podrás la siesta pasar.560
SELVAGIO
Echad, señor, por aquí,
que yo sé bien la espesura,
hasta el pie de las montañas:
veréis con cuánta hermosura,
entre lirios y espadañas,565
un arroyuelo murmura.
Veréis zarzas intricadas
donde las vides colgadas
hacen lazos de mil modos.
REY
DE HUNGRÍA
Vayan a alojarse todos570
por las sombras enramadas
mientras descansa mi esposa;
y, en cayendo el sol ardiente
desta siesta calurosa,
acudirán a la fuente575
—fol. 134v→
de aquesta arboleda hermosa.
Iremos a ver si, acaso,
hallamos este animal...
FAUSTINA
Notables dolores paso...
REY
DE HUNGRÍA
... Que no se ha de ir si es igual,580
en las alas, al Pegaso.
 

(Éntrense, y quede allí el labrador LLORENTE.)

 
LLORENTE
Ya por el bosque se van
a buscar el arroyuelo
en cuya orilla podrán
pasar el sol; que, en el cielo,585
altos, sus rayos, están.
Aunque mucho mejor fuera
que alguno dél te pasara,
¡oh, tirana, injusta y fiera,
más que la que el monte ampara590
y asombra nuestra ribera!;
que esta, en fin, es animal
que baja a buscar sustento,
y tú mujer desigual
de cuyo tirano intento595
nos resulta tanto mal:
hiciste matar la hermosa
Teodosia, del Rey esposa,
santa, honesta y adorada
de Hungría, y tu hermana amada,600
solo en ser mártir dichosa.
Voces dan, mas es que allí
va corriendo un jabalí;
y ya el Rey y sus monteros
le van siguiendo ligeros.605
Mas, ¡cielos!, ¡quién viene aquí!:
¿no es aqueste el animal
espanto de toda Hungría?
 

(Entra TEODOSIA.)

 
TEODOSIA
¡Detente!
LLORENTE
¡Hay desdicha igual!
TEODOSIA
No temas, hombre, confía;610
que no vengo a hacerte mal.
LLORENTE
¡Ay, señor, por Dios le ruego
que tenga piedad de mí!

 [Aparte.] 

¡Los ojos tiene de fuego!
TEODOSIA
¡Escúchame y vuelve en ti!615
LLORENTE
¿Dejarame volver luego?
TEODOSIA
En oyéndome te irás.
LLORENTE
¿Qué es lo que quiere?
TEODOSIA
No más
de saber qué gente es esta.
LLORENTE
Pienso que de la respuesta620
conmigo te enojarás.
TEODOSIA
¿Yo?, ¿por qué?
LLORENTE
Sepa que son
el Rey y aquella tirana
que fue de Teodosia hermana,
que quiere hacerle Anteón625
en figura de Dïana;
que de este monte han venido
villanos que le han contado
lo que ha robado y comido,
y darle muerte han jurado.630
TEODOSIA
Otra vez lo han pretendido;
no es aquesta la primera.
LLORENTE
En verdad que no es tan fiera
como en la villa decían.
TEODOSIA
Fiera soy, pues que me envían635
a que entre ellas viva y muera.
LLORENTE
Escóndase por su vida;
mire que matarla quieren...
TEODOSIA
Del cielo estoy defendida.
LLORENTE
Temo que al pasar la esperen640
por esta margen florida.
Y después que la miré,
sin temor me aficioné
a su cara, que es tan bella
que de la tarde la estrella645
no es tan hermosa, a la fe.
¿Dónde vive? Y llevarele
algún regalo de pan
y vino que la consuele.
TEODOSIA
Casa los montes me dan,650
la tierra alojarme suele.
—fol. 135r→
Vete en buen hora, y no cuentes
a ninguno que me has visto.
LLORENTE
No solamente a las gentes;
mas verá que me resisto655
a estos olmos y a estas fuentes.
¡Dios le libre de traidores!
TEODOSIA
Aun la sangre no es leal.
LLORENTE
Campos, aguas, plantas, flores,
el que llamáis animal,660
merece ser dios de amores.
 

(Vase el labrador.)

 
TEODOSIA
   Asperísimas sierras que en altura
sois ícaros del sol, pues a su llama
ambiciosa la tierra os encarama
para que deis asalto a su hermosura;665
   las blancas alas de la nieve pura
derrite y como plumas las derrama
en este prado, a sus arroyos cama,
y en aquella laguna, sepoltura:
   años he sido vuestra humana fiera;670
yo pienso que en mi muerte se declaran
los mismos que intentaron la primera;
   mas, aunque cielo y suelo en vós me amparan,
¡qué fuera de los tristes si no hubiera
muerte en que todas las desdichas paran!675
 

(Sale FAUSTINA con un niño en los brazos.)

 
FAUSTINA
¿Quién con tanta soledad
ha tenido tal suceso?
Pero no fuera por eso
mayor mi infelicidad;
que alguna oculta deidad680
a este monte me ha traído,
donde, habiendo el Rey seguido
un jabalí, me dejó
donde solamente yo
todo mi remedio he sido;685
que apenas decir oí
de aqueste animal, ¡oh, rayo
de Hungría!, cuando un desmayo
en el corazón sentí
tan mortal que me caí690
en las yerbas de aquel prado;
donde, habiendo despertado,
hallé en juncos y espadañas
el fruto de mis entrañas,
como traidor, desdichado.695
Envolvile como pude,
y del miedo de una voz
que dijo que aquel feroz
animal al agua acude,
para que no me le mude700
de mi vientre al suyo fiero,
buscar a mi esposo quiero:
voces no me atrevo a dar,
porque sería llamar
al cruel monstruo primero.705
TEODOSIA

 ([Aparte.] 

Esta es mi enemiga hermana;
Faustina es esta, ¡ay de mí!
¿Es posible que te vi
en este monte, inhumana?
Mas tengo por cosa llana710
—fol. 135v→
que el cielo te trujo aquí
porque me vengue de ti
y de tu sangre no goces
el fruto, pues desconoces
la que tuviste de mí.715
No te trujo en vano el cielo
a la aspereza en que vivo;
que, aunque traidora, recibo
con verte en mi mal consuelo.
Que me conozca recelo:720
quiero encubrirme la cara
con el cabello.) Repara
en que me tienes aquí.
FAUSTINA
¡Cielos!, ¡la vida perdí!
¡Rey, señor, nadie me ampara!725
TEODOSIA
Desmayose de mirarme
o el cielo a entender le dio
que la vida pretendió
con reino y honor quitarme.
¡Qué buen tiempo de vengarme730
si en mi nobleza cupiera!
Pero si me han hecho fiera:
fiereza podré tener.
Pero no, que soy mujer
y he de ser lo que antes era:735
solo será mi venganza,
pues el cielo lo ha querido,
quitarle este mal nacido
fruto en que está su esperanza;
no ha de ser todo bonanza.740
Fiera, crüel, homicida,
no le quitaré la vida;
mas quitarele a tus ojos
para templar los enojos
de que me siento ofendida:745
harele fiera conmigo
lo que durare la mía,
para tener compañía
y en mi pena algún testigo;
no lo verás más contigo,750
ni los cielos más te den;
a quien ruego que también
saquen de ser animal
quien padece tanto mal
y se ha visto en tanto bien.755

 (Tome la criatura.) 

Gente suena, bien será
subirme ese monte arriba;
que mi cueva, en peña viva,
segura del Rey está.
Ya dan voces.
MONTERO

 (Dentro.) 

¡Por acá!;
760
que no está la Reina aquí.
TEODOSIA
¡Cielos, valedme!
 

(Éntrese TEODOSIA.)

 
REY
DE HUNGRÍA
¡Ay de mí!
¡Corred el monte, vasallos!
MONTERO
¡No pueden subir caballos!
REY
DE HUNGRÍA
¡Toda mi gloria perdí!765
 

(Salga el REY y su gente.)

 
MONTERO
¿Bulto es aquel o me engaño?
REY
DE HUNGRÍA
Si es ella, sin duda es muerta.
MONTERO
Ella es.
REY
DE HUNGRÍA
Mi bien, despierta,
si no es que en verte me engaño;
mira que tu rostro baño770
en lágrimas amorosas.
FAUSTINA
¿Quién es?
REY
DE HUNGRÍA
Deidades piadosas:
dadle aliento, dadle vida.
¿Es desmayo o es herida?
MONTERO
Yo pienso que entrambas cosas.775
REY
DE HUNGRÍA
¡Mi Faustina!
FAUSTINA
¡Señor mío!
REY
DE HUNGRÍA
¿Qué tienes?
FAUSTINA
Un grande mal:
aquel feroz animal...
REY
DE HUNGRÍA

 [Aparte.] 

Dejalla fue desvarío.
FAUSTINA
... vino atravesando el río780
—fol. 136r→
y se me puso delante
con la altura de un gigante;
y el fruto de mis entrañas
se ha llevado a las montañas
de aqueste segundo atlante;785
que luego que te partiste
salió a ver la luz del cielo;
mas puede darte consuelo
que es mujer.
REY
DE HUNGRÍA
¡Ay de mí, triste!
Cielo airado, ¿en qué consiste790
que no se logren jamás?
Pero, pues con vida estás,
tratemos de tu reparo.
FAUSTINA

 [Aparte.] 

De temor no le declaro
que aquesto merezco y más...795
REY
DE HUNGRÍA
Cazadores y monteros:
¡mi hija lleva una fiera!
Si acaso la ha muerto: muera.
Seguidla todos ligeros:
yo prometo a los primeros800
que la vieren o mataren
todo aquello que alcanzaren
a ver desde el mismo puesto.
MONTERO
Tú verás su muerte presto.
REY
DE HUNGRÍA
Los cielos tu vida amparen.805
Anímate, esposa mía:
muestra agora tu valor.
FAUSTINA
Es tanto el grave dolor
que la vida desconfía.
REY
DE HUNGRÍA
Toda mortal alegría810
viene a parar en tristeza:
al que la estraña fiereza
del monstruo pueda vencer,
hoy le prometo poner
mi corona en la cabeza.815
 

(Váyanse; y entren con ruido de desembarcación tres caballeros, PLÁCIDO, FULGENCIO, ARFINDO, y traigan un NIÑO de pocos años consigo.)

 
PLÁCIDO

 (Dentro.) 

¡A costa el barco, a costa!
FULGENCIO
No permitas
que salga a tierra algún piloto, Arfindo.
ARFINDO
¡Quédense todos en la nave!
PLÁCIDO
¡Ténganse!
Que ninguno ha de ver la tierra.
FULGENCIO
¡A costa!
 

(Salgan.)

 
ARFINDO
¿Qué isla es esta?
PLÁCIDO
Si verdad te digo,
820
ni sé si es tierra firme ni si es isla.
FULGENCIO
Pues estamos de España tan distantes,
¿qué nos importa?
ARFINDO
De importancia fuera
saber dónde quedaba este inocente.
FULGENCIO
Si ha de ser pasto de las fieras y aves825
deste desierto, poco importa, Arfindo:
trátese de dejarle y quiera el cielo
que este grave delito nos perdone.
ARFINDO
Yo hago lo que el Conde me ha mandado.
El Conde es mi señor; su hija ha sido830
culpada, inobediente y atrevida,
en casarse, Fulgencio, de secreto.
—fol. 136v→
Puesto que se casó con primo suyo,
yo pienso que a los dos dará la muerte,
pues a este niño y nieto suyo intenta835
dársela tan estraña, o por lo menos
alejalle de España y Barcelona,
donde jamás se entienda que es su nieto,
si acaso le guardare la fortuna,
cosa que es imposible en este monte.840
PLÁCIDO
No hay imposible a lo que Dios ordena,
ni fortuna ni hado ni suceso;
que todo pende, vive y se conserva
de su divina voluntad.
ARFINDO
El Conde
fue, en aquesto, más bárbaro que padre.845
¿De qué sirvió prender a su sobrino,
siendo segundo hijo de tal príncipe
como es el rey de Nápoles?
FULGENCIO
El día
que vence a la piedad, al deudo y sangre
el agravio que obliga a la venganza:850
no tiene la razón su justo imperio;
pareciole, y decía que si fuera
el delito de un mes, o un año, estaba
más de su parte la piedad; mas viendo
que ha tantos años que el agravio dura,855
cuantos tiene este niño que traemos:
ellos quiere que mueran en prisiones
y el niño en tierra estraña.
PLÁCIDO
Yo sospecho
que es bien estraña tierra en la que estamos:
áspero monte y elevada tierra,860
río pequeño, arroyos delicados,
sombrosas hayas y robustos robles,
castaños acopados, altos pinos,
cipreses tristes y intricadas zarzas
se descubren aquí sin senda alguna.865
Ea, Felipe, aquí esperad un poco;
que queremos cazar por este monte
algún venado o jabalí que pueda
darnos sustento en nuestra nave en tanto
que vamos a la patria: Barcelona.870
NIÑO
¿Para qué queréis que espere?
¿No es mejor ir con vosotros?
ARFINDO
Vamos muy lejos nosotros,
y ir solo Plácido quiere.
—fol. 137r→
Vós, mi bien, os cansaréis:875
mejor es que en este prado,
porque no os canséis, sentado,
que volvamos, esperéis.
Jugad aquí con las flores
que aqueste arroyo guarnecen880
mirando cómo os parecen
en la frescura y colores.
Sentaos en estas gamarzas,
coged lirios amarillos,
tirad a los pajarillos885
piedras por aquellas zarzas.
Y si viéredes, mis ojos,
que tardamos, bien podéis
dormiros.
NIÑO
No me engañéis,
que es doblarme los enojos.890
Decidme, amigos, verdad:
si os vais y el abuelo mío
quiere, con rigor impío,
matarme en tal soledad;
mejor es el desengaño895
o mejor que me matéis,
porque allá le aseguréis
los recelos de su daño;
que mientras más presto muera,
más presto a Dios pediré900
venganza.
FULGENCIO
¡Ay cielos! No sé
qué león, qué tigre, fiera
hiciera tanta crueldad;
los ojos me baña el llanto.
ARFINDO
Mientras reparares tanto905
en su inocencia y piedad,
no has de tener corazón
para que pongas el gusto
del Conde, justo o injusto,
en debida ejecución.910
FULGENCIO
Felipe, quedaos aquí
y, si merendar queréis,
en este lienzo hallaréis
lo que para vós pedí;
que es todo dulce y muy bueno.915
NIÑO
¿Con ellos no fuera yo?
ARFINDO
¿Y si os cansáis?
NIÑO
Antes no.
ARFINDO
Sí haréis, que está el monte lleno
de peñascos y de asperezas:
¡quedaos con Dios, Dios os guarde!920
NIÑO
Miren que no vuelvan tarde...
FULGENCIO

 [Aparte.] 

Podrá con estas ternezas
enternecer un diamante.
ARFINDO
Vamos, señores, de aquí.
 

(Váyanse.)

 
NIÑO
¡Qué bueno quedo, ay de mí,925
en soledad semejante!
Que se van estos sospecho
y me dejan a morir,
pues lloraban al partir
con enternecido pecho.930
Quiero sobre aquesta peña
subirme y mirar el mar.
 

(Súbese el NIÑO en una peña.)

 
 

(Salen LAURO y LLORENTE y BENITO.)

 
LLORENTE
Del que la pudiere hallar
no será dicha pequeña.
LAURO
No hayas miedo, porque es grande935
deste monte la aspereza,
aunque toda su riqueza
a los cazadores mande.
¡Oh cuánto me pesaría
que la Reina fuese hallada!940
Aunque pienso que vengada
de Faustina moriría
sólo en haberle quitado
lo que dicen que parió.
NIÑO
¿Qué miro, mísero yo,945
pues nací tan desdichado?
Ya se han entrado en la mar,
y desde el barco en la nave,
el viento corre süave,
—fol. 137v→
las velas he visto izar.950
Traza ha sido de mi abuelo,
pues a mis padres prendió:
¿qué haré, desdichado yo,
solo en este monte?
LAURO
¡Ay, cielo!
¿No escuchas una voz tierna955
quejarse entre estos enebros?
BENITO
¿Si es ave y dice requiebros
al sol que el mundo gobierna?
NIÑO
¿Qué haré yo, triste de mí,
en tierra estraña?
LLORENTE
Esta fuente
960
parece que tristemente
murmura y se queja ansí.
LAURO
No es ave ni es fuente, no;
voz humana me parece:
¿no veis cómo el llanto crece?965
NIÑO
¿Qué culpa he tenido yo
de la ofensa de mi abuelo?
¡Ay Dios! Entre estos jarales
oigo algunos animales.
¡Piedad, piedad, justo cielo,970
que me vienen a comer!
LAURO
Quedo, que ya he visto yo
quién se queja.
BENITO
Pues yo no.
LAURO
¿Cómo no acabáis de ver
un niño, en aquella peña,975
que está llorando?
BENITO
¡Es verdad!
LLORENTE
Las piedras mueve a piedad.
BENITO
Ricos vestidos enseña.
LAURO
Niño que Dios guarde: ¡baja
y dinos qué mal te aqueja!980
NIÑO
¡Ay, señores, no me maten,
que vengo de estrañas tierras!
LAURO
Español habla, ¡por Dios!
LLORENTE
Tú puede ser que le entiendas,
que has ido a España.
LAURO
Yo sí:
985
tres años estuve en ella.
¡Deciende niño, deciende!;
¡baja del monte, no temas!
NIÑO
¿Son cristianos?
LAURO
¿No lo ves
en el traje y en las señas?990
NIÑO
¿Que no son moros?
LAURO
¡No, amores!
NIÑO
¿Haranme mal?
LAURO
¡No lo creas!
NIÑO
¡Pues ya bajo!
LAURO
Estraño caso:
¿qué es esto que el cielo ordena?995
NIÑO
Señores, no me hagan mal.
LAURO
¿Cómo has venido a esta sierra
en traje y lengua español?
NIÑO
Sepa, señor...
LAURO
Dilo.
NIÑO
Sepa
que el conde de Barcelona1000
tiene una hija y que, della,
soy hijo, y de un caballero,
hijo de un rey de una tierra
que está más allá del mar.
No fue casado con ella,1005
y mi abuelo, que lo supo,
a mi madre tiene presa;
y a mí me mandó traer
en una nave, a que fuera
lejos de España arrojado1010
en alguna isla o selva,
por no ensangrentar las manos
en una cosa tan tierna.
¿Qué tierra es aquesta?
LAURO
Hungría.
NIÑO
Dígame: ¿matan en ella1015
a los niños que su abuelo
quiere muy mal?
LAURO
¡Qué inocencia!
No, mi señor; no, mis ojos:
antes comida, merienda,
juegos, vestidos, regalos,1020
cama, casa, almuerzo y cena;
yo os llevaré donde estéis
como con la madre vuestra;
que un nieto de un rey merece
que como a quien es le tengan;1025
podrá ser que Dios permita
que alguna vez se arrepienta
el conde de Barcelona,
y que os busque, estime y quiera
para señor de su estado.1030
NIÑO
Ruegue a Dios que verdad sea;
que yo le daré mil cosas.
—fol. 138r→
¿Está su casa aquí cerca?
LAURO
Detrás de aquestos peñascos.
NIÑO
¿Y tiene niños en ella?1035
LAURO
Uno como vós, mi bien.
NIÑO
¿Y ha mucho que anda a la escuela?
LAURO
No, mi rey; que de mi casa
está la villa una legua.
NIÑO
Yo le enseñaré a leer.1040
LAURO
Aunque le importen las letras,
mejor es que le deis armas,
pues los reyes honran dellas
los hidalgos que los sirven.
NIÑO
Es cuando los reyes reinan,1045
que no cuando desterrados
van por las tierras ajenas.
LAURO
¡Qué divina discreción!
LLORENTE
¿Qué te dice? Que su lengua
no le entendemos nosotros.1050
LAURO
Cosas estrañas y nuevas
que algún día las sabréis.
Vamos, mi bien, porque os vea
la que ya tendréis por madre
hasta que gocéis la vuestra.1055
NIÑO
Como a mi señora y tía
la serviré.
LAURO
El cielo quiera
que Nápoles y Aragón
os coronen la cabeza.
¿Qué nombre tenéis?
NIÑO
Felipe.
1060
LAURO
Gran valor el nombre muestra.
Si sois como el macedonio
y otro Alejandro os hereda,
seréis señores del mundo.
¿Qué es aquesto?
NIÑO
La merienda
1065
que me dejaron los hombres
que ya por el mar navegan.
LAURO
Acá le tendréis mejor:
salid, mi bien, de la selva;
que Dios que os trujo a mi casa1070
os hará rey en la vuestra.

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