Selecciona una palabra y presiona la tecla d para obtener su definición.
Anterior Indice Siguiente




ArribaAbajoLas cárceles

Este poema es un ansia de libertad.

El tema es la cárcel, dividido en dos partes, es un poema en el que el discurso contiene momentos de delirio surrealistas, aunque cuando escribió estos poemas aún no había sido detenido, ya que lo fue por primera vez el 7 de mayo de 1939 en Portugal. En la primera estrofa nos dice que las cárceles como seres tenebrosos se arrastran por los juzgados en busca del hombre, de un pueblo, lo absorben y se lo tragan. En la siguiente estrofa del metal tiene sentimiento humanos, en llanto de la espada puesta sobre los jueces, la espada de la justicia burlada por los propios jueces, puede existir un paralelismo con Espadas como labios, (1932) de Aleixandre. Continúa con el llanto y el telar de lágrimas en las cárceles, las perdices roncas (roncas de cantar en épocas de celo que suele ser entre febrero y marzo). Se da contra las piedras la libertad (se da contra los muros de la cárcel). En la sexta estrofa interpreto que el hombre encarcelado cosecha plumas para ganar su libertad. En el siguiente las aguas del mar son la libertad, y destroza las alas que le han crecido y se las destroza como un rayo amarrado (metáfora de pájaro enjaulado) por escapar de las rejas de la ventana y se clava los dientes de dolor.

La segunda parte escribe que en la cárcel no se pelea por un buey desmayado muerto, sino por un caballo que ve pudrir sus crines, este caballo el un hombre que se pudre en la cárcel. Nos habla de la libertad con desencadenad el corazón del mundo, iguala las cárceles a las fieras con voraces cárceles / donde el sol retrocede, el sol retrocede cuando llega al ocaso y se tiñe de un rojo mortal. La libertad, la aprecia el hombre encarcelado, y el poeta se imagina dentro de la cárcel como si él mismo estuviera dentro, como si, se pudiera cumplir la condena otro. En la estrofa que empieza cierra la puerta... nos dice que por mucho que ata duro a ese hombre no podrán atar su alma, ya que el alma es de Dios. Sobre las cadenas y sus eslabones, hierro venenoso, (eslabones como nudos unidos a los nudos siguientes hasta agarrar la hombre al final atado). En la última estrofa, un hombre con la oreja aplicada (espera) a que las cárceles se abren al grito de ¡libertad!, las cárceles vuelan, son libres son las aves.

Ilustración 11. Las cárceles



Anterior Indice Siguiente