Acto II |
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Salen
BALDOVINOS y
SEVILLA.
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BALDOVINOS | Partirme es fuerza, señora, | | pero el alma que os adora | | me volverá presto a veros, | | que el Príncipe me ha pedido | 5 | que a esta caza le acompañe. | |
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SEVILLA | Plega al cielo que no os dañe | | haber su ruego admitido. | |
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BALDOVINOS | ¿Qué me puede a mí dañar | | servir al Rey, si es forzoso? | 10 |
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SEVILLA | El sol, mi bien y mi esposo, | | y ser desierto el lugar. | | Alguna maldad recelo, | | no me atrevo a descubrilla. | |
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BALDOVINOS | Es el dejaros, Sevilla, | 15 | el mayor rigor del cielo. | | Vuestra ausencia es lo que temo, | | que habrá gran comodidad | | si está el sol en la mitad | | del uno y del otro estremo; | 20 | esto para la salud, | | que en el alma no hay consuelo, | | ausente de vós, mi cielo. | |
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SEVILLA | ¡Oh, temerosa inquietud!, | | no en balde el alma se altera | 25 | de aquesta triste jornada. | |
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BALDOVINOS | ¿Qué decís, esposa amada? | |
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SEVILLA | Que ir con vós, mi bien, quisiera. | | ¡Notable desdicha mía | | para aumento de mis daños, | 30 | que un deseo de seis años | | apenas os goce un día! | | Cuando pensé verme asida | | entre mil estrechos lazos, | | gozo vuestros dulces brazos | 35 | y lloro vuestra partida. | | Mejor fuera no admitirse | | dos que pretenden amarse, | | que entiendo que es el gozarse | | víspera de arrepentirse. | 40 | |
-fol. 148v-
| Si lo que llaman amor | | sin pensamiento rüin | | tiene el gozarse por fin, | | el no gozarse es mejor. | | ¡Ay, Baldovinos, mi bien, | 45 | deseo tan grande y justo | | murió con tan poco gusto! | |
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BALDOVINOS | Matadme y llorad también. | | Eso sí, enseñad los ojos | | a cualquiera niñería, | 50 | no haya más, señora mía, | | que me dais sin culpa enojos. | | Que no porque mi deseo | | mi casamiento amplió, | | sin fuerza al amor dejo, | 55 | como bien que ya poseo. | | Gozar mi gusto, no es justo | | que deshaga mi afición, | | porque en mí la posesión | | hace que desdoble el gusto; | 60 | que aunque entretiene también | | este gusto la esperanza, | | en el que este bien alcanza, | | siempre va creciendo el bien. | | Si el miedo conserva amor, | 65 | es bien tan perfeto y puro | | tener este bien seguro, | | que suele hacerle mayor. | | Y ansí, no se queda atrás | | amor cumplido el deseo, | 70 | que mientras más os poseo | | siempre os voy queriendo más. | | No agravies, señora mía, | | mi entendimiento y razón, | | con decir que mi afición | 75 | pudo acabarse en un día, | | que falta de entendimiento | | es gozar vuestra hermosura | | sin el alma, de quien dura | | eterno el merecimiento; | 80 | que si el cuerpo suele dar | | solo un bien que no entretiene, | | lo que es alma siempre tiene | | novedades que gozar. | |
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SEVILLA | ¿Para qué me encarecéis | 85 | lo que de ese amor sentís? | | Pues desta alma y de París, | | hoy ausentaros podéis, | | que en lo que es mi voluntad, | | mi bien, si ausentaros viera | 90 | desta casa, lo sintiera, | | cuanto más de la ciudad, | | que estos ojos enseñados | | al bien de vuestra presencia | | estarán, en vuestra ausencia, | 95 | en tinieblas sepultados. | | Mis suspiros siempre irán | | a vuestra alma de mi boca, | | y mis brazos como loca | | vuestra sombra abrazarán. | 100 | Y para aplacar después | | del pensamiento la guerra, | | besaré siempre esta tierra | | en que pusistes los pies. | |
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BALDOVINOS | Menos será menester, | 105 | querida señora mía, | | que podrá ser en un día | | ir a esta caza y volver. | | Del amor que me tenéis | | no me hagáis ostentación | 110 | que crecéis mi obligación | | pero mi amor no crecéis. | | Yo soy en esta partida | | de un amigo y rey forzado, | | a cada cual obligado | 115 | a ofrecelle sangre y vida. | | Y ansí me perdonaréis. | |
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SEVILLA | Mal os podéis escusar, | | porque vós no podéis dar | | aquello que no tenéis, | 120 | que vuestra vida algún día | | me llamó vuestro cuidado | | |
-fol. 149r-
| y ansí quedáis escusado | | de dar vós prenda que es mía. | | Mas pues palabra le distes, | 125 | razón es que la cumpláis | | y presto a alegrar volváis | | los ojos que veis tan tristes. | | ¿Daisme palabra, señor, | | de que presto volveréis? | 130 |
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BALDOVINOS | Fïanzas de mí tenéis, | | señora, en vuestro valor. | | Yo juro a esos ojos bellos, | | que es jurar a las estrellas | | del cielo, pues toman ellas | 135 | la luz que yo adoro en ellos, | | que en acabando la caza | | un punto no me detenga, | | si con rayos cuando venga | | el sol del cielo amenaza. | 140 | ¡Que vive Dios que me muero | | en apartarme de vós! | |
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SEVILLA | ¡Plega a Dios!, | | que con él bien que os espero. | |
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BALDOVINOS | Pues bien puedes abrazarme, | 145 | esposa mía. |
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BALDOVINOS | Llegando a esto, | | el detenerme es matarme. | |
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SEVILLA | Espera, mis ojos, ponte, | | si por ventura te agrada | 150 | ser de mis manos labrada, | | sola una aljuba de monte, | | que irás con ella mejor | | y llevarás prenda mía. | |
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BALDOVINOS | Iré con más bizarría | 155 | que el tebano cazador, | | que mejor de ti labrada | | parecerá por el suelo | | que el mozo Arcadio en el cielo | | con la piel de osa estrellada. | 160 |
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(Sale
MARCELO, criado.)
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SEVILLA | Traed | | la aljuba que ayer labraba, | | de la manera que estaba, | | y aquella banda de red. | |
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BALDOVINOS | ¿Que vaya bizarro quieres, | 165 | galán y favorecido? | |
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SEVILLA | Porque te acuerde el vestido | | del dueño de quien lo eres. | |
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BALDOVINOS | El alma es cosa más llana, | | y que yo iré más gallardo | 170 | que Céfalo con el dardo | | que le dio en premio Diana. | |
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(Meta la aljuba en una fuente.)
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MARCELO | Ya tienes la aljuba aquí. | |
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SEVILLA | Yo te la pondré, mi bien. | 175 |
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BALDOVINOS | Por la fe de caballero | | que es el aljuba estremada. | 180 |
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BALDOVINOS | Sí, que en todas mis empresas | | por mil causas se le doy. | | La primera, porque ver cruz, | 185 | y muestro que soy cristiano, | | que tomándola en la mano, | | desto y quien soy me da luz. | | Bésola porque es defensa | | de mi fe, rey y mi honor, | 190 | y que con ella en rigor | | nadie puede hacerme ofensa. | |
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SEVILLA | ¡Bravo estás por vida mía!, | | no me canso de mirarte, | | Dios te me guarde y te aparte | 195 | de traidora compañía. | | Quiérote dar mil abrazos. | |
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BALDOVINOS | Éntrate, amor, en buen hora. | |
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-fol. 149v-
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SEVILLA | ¡Pues dame otra vez tus brazos! | 200 |
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SEVILLA | Ya me voy, | | adiós, y guárdete el cielo. | |
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SEVILLA | Que vayas | 205 | por París de tal manera... | |
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BALDOVINOS | Iré, amores, de cualquiera | | manera, que por bien hayas. | |
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SEVILLA | Yo sé que a verte saldrán | | a la ventana mil damas, | 210 | no las mires si me amas, | | que vas bizarro y galán. | |
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BALDOVINOS | Pierde cuidado, señora, | | vete en paz. |
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SEVILLA | ¡Ay! No te engañen; | | los ángeles te acompañen. | 215 |
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BALDOVINOS | Y tú, de mí guarda agora. | | [(Aparte.)] | Marcelo, armarme conviene | | sin que lo entienda mi esposa. | |
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MARCELO | Si es jornada peligrosa | | que remedio en armas tiene, | 220 | lleva buena compañía. | |
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BALDOVINOS | Conmigo no más irás, | | pero ¿cómo sacarás | | mis armas, que es mediodía? | |
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MARCELO | Cubiertas las sacaré, | 225 | que estará a verte salir | | mi señora. |
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BALDOVINOS | ¿Podrás ir | | siguiendo el caballo a pie? | |
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MARCELO | Correré a una cerda asido. | |
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BALDOVINOS | Las espuelas me apareja; | 230 | Sevilla estará en la reja. | |
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BALDOVINOS | Caí | | y en el umbral tropecé. | |
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BALDOVINOS | No sé, | 235 | toda la banda rompí. | |
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BALDOVINOS | ¡Cayóseme la espada! | | ¡Jesús! ¿Qué es aquesto agora? | |
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MARCELO | ¡Por vida de mi señora, | | que dejes esta jornada!, | 240 | que ensillándote el caballo | | casi un lacayo mató, | | y un espejo se quebró | | solamente de mirallo; | | ahorcado hallé un azor | 245 | del alcándara hoy al alba, | | y un cuervo nos hizo salva | | sobre el mismo corredor; | | un perro dio anoche aullidos | | en esa puerta feroz, | 250 | que por no escuchar su voz | | me tapaba los oídos; | | riñeron tus escuderos | | y a la espada echaron mano. | |
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BALDOVINOS | No tengo por buen cristiano | 255 | hombre que mira en agüeros. | | Saca el bayo porque suba | | donde Sevilla me vea, | | que no habrá mal que lo sea | | con reliquias desta aljuba. | 260 |
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(Sale
CARDENIO, pastor.)
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CARDENIO | Sierras de Ardenia frías, | | por donde el Po discurre, y cuyo viento, | | con esperanzas mías, | | entretiene su fácil movimiento, | | no me mostréis las frentes | 265 | con la nieve que el sol convierte en fuentes, | | que de los celestiales | | |
-fol. 150r-
| ojos de Alcida, en quien tener desean | | fin dulce tantos males, | | haré que estos ausentes su luz vean | 270 | primero que el noviembre | | coja estas flores y su escarcha siembre. | | Envíanme despechos | | aquestas sierras, donde helarme veo | | la nieve de tus pechos; | 275 | es el invierno que sufrir deseo, | | allá quiero llevarme | | por ver si puedo entre su nieve hallarme. | | Vívase el rico Albano | | estas montañas de aspereza llenas, | 280 | llevando por la mano | | al dueño de sus glorias y sus penas, | | que con mi prenda cara | | la Libia más estéril habitara. | |
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(Salen dos cazadores,
RIFELO y
MONTUOSO.)
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MONTUOSO | Es el perro estremado | 285 | de linda casta y talle. |
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RIFELO | Estos braquetes, | | si con algún cuidado | | los enseñamos, dan lo que prometes. | |
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MONTUOSO | No como sin dar hueso | | al buen Melampo. |
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CARDENIO | Corte a la parra hojosa | | el pendiente racimo del sarmiento, | | Albano, y dé a su esposa, | | o esparza el vuelo del halcón al viento, | | y a la perdiz pintada | 295 | detenga el curso, de temor helada. | | Tire la echada liebre, | | que el cazador le enseñe, y si la acierta, | | su gente le celebre; | | cuelgue despojos a su antigua puerta, | 300 | la frente, el cuerno, el ramo | | de la cabra montés, del toro y gamo, | | que yo, mi Alcida cara, | | |
-fol. 150v-
| por cuyo amor tan justamente muero, | | por esa hermosa cara | 305 | dejar las sierras y el ganado quiero, | | porque sois más hermosa | | que el jazmín blanco y la encarnada rosa. | |
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MONTUOSO | ¡Ah, labrador amigo!, | | ¿hay aquí algunas bandas de perdices? | 310 |
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CARDENIO | ¡Ay el diablo! ¡Que os digo | | no piséis los sembrados! |
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CARDENIO | Que echéis por acá fuera, | | ¿no os sobra harto lugar por la lindera? | | ¡Dios que si la desato! | 315 |
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RIFELO | ¿Entre estas zarzas andan francolines? | | ¡Responde, mentecato!, | | y pues eres pastor no te amohínes. | |
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CARDENIO | Grullas | 320 | y algunas vivotardas, | | con cuervos que te saquen los dos ojos | | entre estas peñas pardas. | |
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RIFELO | Eso sí, ¡pesiatal!, y deja enojos; | | andaremos a ellas. | 325 |
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CARDENIO | Pues no sé dellas, | | aunque unos asisones | | pasaron por aquí habrá tres semanas. | |
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CARDENIO | Si preguntaran bestias más cercanas | 330 | y con menos molestias | | se las mostrara. |
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RIFELO | Pues a fe, que no ignora | | que del Marqués los cazadores somos. | |
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CARDENIO | Querría más agora | 335 | de un buen conejo los tostados lomos, | | y ¿dónde agora queda? | |
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MONTUOSO | A la sombra quedó desta arboleda, | | que al pie de aquella fuente | | merienda con algunos caballeros. | 340 |
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RIFELO | Mucha de cazadores y monteros, | | búhos, sacres, neblíes. | | |
-fol. 151r-
| azores, gerifaltes, baharíes, | | trecientos perros vienen. | 345 |
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CARDENIO | Y ¿dónde va con tanta perrería? | |
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RIFELO | Todos su oficio tienen, | | que es vuelo, caza, guerra y montería, | | hay lebreles polacos, | | galgos, ventores y sabuesos bracos, | 350 | pero él viene. |
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(Cuantos cazadores puedan salgan con perros y
aves, dos Caballeros,
TIMBRIO, y
LIBEO, y el
MARQUÉS DE MANTUA.)
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TIMBRIO | Esta tarde | | podrás correr el monte, que ya Febo | | menos furioso arde. | |
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MARQUÉS DE MANTUA | Bien lo hizo el gavilán para ser nuevo, | | mas pues el monte entramos | 355 | matemos si os parece un par de gamos. | | ¿Sabe alguien esta tierra? | |
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MONTUOSO | Aquí está un pastorcillo. |
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MARQUÉS DE MANTUA | Hola, buen hombre, | | ¿vives en esta sierra? | |
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MARQUÉS DE MANTUA | ¿Cúya es y cuál su nombre? | 360 |
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CARDENIO | Vuestra, señor, y vuestro | | cuanto por todo su horizonte os muestro. | | El Po baja este valle | | a dar al mar su censo eternamente, | | abriendo una gran calle | 365 | por la alda de ese monte su corriente. | |
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MARQUÉS DE MANTUA | Si aquí esta noche quedo, | | ¿dónde yo solo aposentarme puedo? | |
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CARDENIO | Mi mayoral Albano | | tiene una casa. |
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CARDENIO | Habrá por este llano | | seis leguas poco más. |
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CARDENIO | No hay más cerca poblado, | | mas por San Juan el campo es regalado; | | sobre esa verde juncia | 375 | olorosos junquillos y retamas, | | hasta que el alba anuncia | | el claro día, ofrece julio camas | | a todo caminante. |
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CARDENIO | De caza es abundante. | 380 | |
-fol. 151v-
| Hay jabalí cerdoso, | | el espín erizado, el suelto pardo, | | peludo lobo y oso, | | liebre medrosa y vil ciervo gallardo, | | la zorra mortecina, | 385 | toro salvaje y cabra montesina. | |
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LIBEO | Por esa cuesta arriba | | camina un ciervo. |
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TIMBRIO | Ya pasa aquella oliva, | | a cuyo pie denantes merendamos. | 390 |
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LIBEO | Mucho el espeso monte le socorre. | |
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CARDENIO | ¡Ah, locura del mundo! | | ¡Que tantas bestias van tras una bestia! | | ¿Tiene este error segundo? | 395 | Mas que su vanidad me da molestia, | | el caballero cace | | y el que es pastor su ganadillo abrace. | |
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(Vase, y salen
CARLOTO,
BALDOVINOS,
MARCELO y
CELIO, paje.)
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BALDOVINOS | Mucho habemos caminado, | | señor, en tan pocos días, | 400 | pero voy maravillado | | que aún más caminar porfías | | y siempre por despoblado; | | ya es larga aquesta aventura. | |
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CARLOTO | ([(Aparte.)] | Hoy será tu desventura.) | 405 | Digo, amigo Baldovinos, | | que el fin de tantos caminos | | mi buena dicha asegura. | | Ya estamos en el lugar | | donde sabrás mi intención; | 410 | atrás os podéis quedar, | | pajes, que en esta ocasión | | solos habemos de estar. | |
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MARCELO | ¡Oh, cielo, | 415 | cuánto me pesa el dejarte | | solo, señor, y en tal parte! | |
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(Vanse los criados.)
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CARLOTO | Direlo: | | sabrás, Baldovinos caro, | | paladín famoso y fuerte | 420 | como entre griegos Aquiles, | | caudillo de los franceses, | | que un amigo que yo tuve, | | haciendo guerra a infieles, | | fue cautivo de un rey moro | 425 | dos años y cuatro meses. | | Estando en esta prisión | | sirviendo en unos vergeles, | | por ser noble de hortelano, | | que este oficio lo fue siempre, | 430 | una hija del rey moro, | | viéndole entre unos laureles | | lamentar su desventura, | | creciendo el agua a una fuente | | se enamoró dél, y al padre | 435 | le supo engañar, de suerte | | que negoció su rescate, | | dejando el alma en rehenes | | a la partida de Francia. | | |
-fol. 152r-
| El cristiano le promete | 440 | ser su esposo y su marido, | | si ella cristiana se vuelve; | | tratado aquesto por cartas, | | el moro se lo consiente | | y a París su hija envía | 445 | con cuatrocientos jinetes. | | Yo la vi; que a Dios pluguiera | | no la viera por no verme | | tal, que al más deudo y amigo | | la debida fe le quiebre. | 450 | Bautizose y desposose, | | y creciendo mi acidente | | quise forzalla una noche, | | pero entró su esposo y fuese. | | Pedí consejo a un amigo | 455 | más discreto que valiente | | y díjome que matase | | al marido si pudiese. | | Tomé el consejo, aunque malo, | | como hombre que se resuelve | 460 | a tomar la purga amarga | | porque la salud se aumente. | | Salimos, pues, los dos juntos | | y vengo a dalle la muerte, | | aunque primero pretendo | 465 | que lo mejor me aconsejes. | |
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BALDOVINOS | Si no fuera, señor, quien eres, creo | | que ser esta mi historia imaginara, | | pero no cabe en ti tan mal deseo | | contra las leyes de amistad tan rara. | 470 | Eres rey, y en un rey caso tan feo | | mayor infamia de maldad dejara | | que de un Cómodo, un Nero, un Ecelino, | | y de no le ayudar me determino. | | Mal haya ese villano caballero, | 475 | que con su mal consejo te ha engañado. | | ¡Cielos, vendido estoy, sin duda hoy muero! | |
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CARLOTO | Quien me aconseja es hombre que ha estudiado; | | no me dijo de Cómodo y de Nero, | | sino de un rey David santo y sagrado, | 480 | que por gozar a Bersabé dos días | | mató en la guerra a su marido Urías. | |
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BALDOVINOS | ¿Y no te dijo que su mismo lecho | | bañó mil veces de su llanto, haciendo | | penitencia crüel? |
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CARLOTO | Pues esto hecho, | 485 | hacer la misma penitencia entiendo. | |
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BALDOVINOS | Urías no era amigo tan estrecho | | del rey, ni era su deudo. |
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CARLOTO | Yo pretendo | | saber si era su deudo, o igualalle. | |
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BALDOVINOS | Al santo en lo que es bueno has de imitalle, | 490 | luego imitar a Pablo será bueno | | |
-fol. 152v-
| cuando era matador de los cristianos | | o cuando de elección fue vaso lleno | | y dio su sangre a Dios atrás las manos. | | Mas a ese basilisco, a ese veneno | 495 | que dio a tu mal consejos inhumanos, | | ¿qué le movió? |
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CARLOTO | Que un deudo del marido | | un bofetón le dio. |
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BALDOVINOS | Galalón es ese, | | y yo, Príncipe, soy el engañado. | 500 | ¡Que tal consejo el magancés te diese! | | ¡Príncipe, vuelve en ti! |
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(Salen
GALALÓN y dos Caballeros todos tres embozados y
con lanzas.)
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GALALÓN | ¡Déjame que aquel pecho le atraviese! | |
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BALDOVINOS | ¡Oh, mozo mal aconsejado! | | ¿A tu deudo, a tu sangre, a Baldovinos? | 505 |
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CARLOTO | Amor nunca repara en desatinos. | |
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BALDOVINOS | ¡Oh, qué poco valéis, famosa espada! | |
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CARLOTO | ¡Basta, muerto es cierto! | |
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BALDOVINOS | Vuelve y darás al muerto gran lanzada. | |
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GALALÓN | De veinte y dos heridas queda muerto, | 510 | ansí mi afrenta quedará vengada. | |
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(Vanse.)
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BALDOVINOS | ¡Qué concierto | | de un rey para matar su sangre y primo! | | Yo me muero, sin duda que me animo. | | ¡Oh, mal Carloto! Cómodo segundo, | 515 | de Aurelio no, mas hijo de Faustina; | | de hoy más te llamarán monstruo del mundo | | por esta crüeldad que al cielo indina. | | Virgen, en quien mis esperanzas fundo, | | Virgen sin par nacida, Virgen dina | 520 | de ser madre de Dios, mirad que muero | | y la vida del alma en vós espero. | |
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(Sale
MARCELO.)
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MARCELO | A la bajada deste escuro valle, | | con un pedazo de asta a partes roto | | y con tres caballeros de buen talle, | 525 | corriendo he visto al príncipe Carloto; | | no me atreví de miedo a preguntalle | | |
-fol. 153r-
| por verle tanta sangre y alboroto. | | ¡Válame Dios! ¿Dó queda Baldovinos? | |
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BALDOVINOS | ¡Vuelve tus ojos claros y divinos! | 530 | ¡Ay, que muero, señora! |
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MARCELO | ¡Oh, cielo, en quien confío! | | Que esta sospecha ¿no es de quien me deja | | el cuerpo todo de calor vacío?, | | mas del alma este temor se aleja. | 535 | ¡Baldovinos, señor! ¡Ah, señor
mío! | | ¡Ah, mi señor! |
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BALDOVINOS | ¿Qué es esto, santo cielo? | |
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BALDOVINOS | Luego un confesor me llama. | 540 |
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BALDOVINOS | ¿Aún no eres ido? | | Quien ama el cuerpo, el alma aquí desama. | |
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MARCELO | Voy en mi propio llanto convertido, | | que el alma por los ojos se derrama. | | ¡Triste de mí, que han muerto al señor
mío! | 545 |
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BALDOVINOS | ¡Jesús, nombre piadoso, en vós
confío!, | | quiero sentarme aquí por animarme, | | aunque desmaya la mortal flaqueza, | | y al cielo que me escucha confesarme. | |
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(Sale el
MARQUÉS.)
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MARQUÉS DE MANTUA | ¡Oh, escuro monte de áspera maleza, | 550 | que el caballo viniese aquí a faltarme | | y se cerrase con tan gran tristeza, | | con tan fieros relámpagos y truenos | | la noche aborrecida de los buenos! | | ¡Oh, presuroso ciervo! ¡Oh, gente loca, | 555 | que tras el viento a más correr camina! | | ¿Adónde voy de en una en otra roca, | | de un risco en otro y de una en otra encina? | | Ya no sirve ponérmela en la boca, | | para llamar mi gente, la bocina, | 560 | y la del cielo apriesa centellea. | |
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MARQUÉS DE MANTUA | ¡Triste voz, mas lo que fuere sea! | |
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BALDOVINOS | Que ya de mi voz mortal | | no se ablanda cual solía | | tu pecho hermoso y leal. | 565 | ¿Dónde estás, señora mía, | | que no te duele mi mal? | | Cuando fueron nuestras vidas | | |
-fol. 153v-
| una sola, y un lugar | | el alma pudo ocupar, | 570 | de mis pequeñas heridas | | gran pasión solías tomar. | | Y de solas las señales | | te vi mil veces llorar | | lágrimas a sangre iguales; | 575 | agora de las mortales | | no tienes ningún pesar. | | Pero si de tanta herida | | no le vienes a mostrar | | por no poderme escuchar, | 580 | no te doy culpa, mi vida, | | que descanso con hablar. | |
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MARQUÉS DE MANTUA | ¡Oh, afligido corazón! | | De una voz estáis temblando, | | que tristes agüeros son. | 585 | Un hombre se está quejando, | | que no bramando un león. | | Salid, espada enseñada, | | a ser destas canas nobles | | valerosamente honrada. | 590 | Aquí, al pie de aquestos robles, | | suena esta voz lastimada. | | Aquí cerca he visto un bulto, | | con la noche dificulto | | ver lo que es. |
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MARQUÉS DE MANTUA | Aquí yace un caballero | | por algún traidor insulto. | |
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BALDOVINOS | Ya de nuestra eterna ausencia | | no te debo a ti culpar, | | que me hiciste resistencia; | 600 | yo te pedí la licencia | | para mi muerte buscar. | | Pues yo, señora, la hallé, | | ¿a quién la culpa daré? | | No a ti, que me lo estorbaste | 605 | y entre mis brazos lloraste | | cuando de ti me aparté. | | Ya, señora, no me esperes, | | aunque te lo prometí. | |
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MARQUÉS DE MANTUA | ¿Qué escucho, triste de mí? | 610 | ¡Que no conozco quién eres | | y el alma dice que sí! | |
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BALDOVINOS | Si viviendo me quisiste, | | muriendo lo has de mostrar, | | no en estremos ni en llorar | 615 | el cuerpo difunto y triste, | | mas por el alma rogar. | | ¡Oh, mi primo Montesinos, | | deshecha es la compañía | | de los dos en este día! | 620 |
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MARQUÉS DE MANTUA | Mueve los robles y pinos, | | cuanto más el alma mía. | |
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BALDOVINOS | ¡Oh, buen paladín Roldán! | | ¡Oh, Durandarte el galán! | | ¡Oh, Reynaldos! ¡Oh, Oliveros! | 625 | ¿Cómo ignoráis, caballeros, | | que a traición muerto me han? | | ¡Oh, Emperador noble y fuerte!, | | ¿cómo vengarás mi muerte? | | ¡Oh, Carloto, que me has muerto | 630 | por traición y en un desierto! | |
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MARQUÉS DE MANTUA | Alma fatigada advierte, | | que sin duda este pesar | | que te mueve como a padre, | | bien te debe de tocar. | 635 |
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BALDOVINOS | ¡Oh, triste Reina, mi madre, | | Dios te quiera consolar! | | El espejo de tus ojos | | se quebró, ya mis deseos | | no te causarán enojos, | 640 | ni en las fiestas y torneos | | lamentarás mis despojos. | | Solíasme aconsejar, | | y en viéndome desa suerte, | | recelar algún pesar; | 645 | agora, triste en la muerte | | aun no me puedes hablar. | |
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MARQUÉS DE MANTUA | Ojos ya por edad larga, | | como antigua fuente enjutos; | | mar de pena tan amarga | 650 | |
-fol. 154r-
| merece grandes tributos; | | llorad, que el dolor se alarga, | | que este afecto natural | | pronostica un grande mal | | y una desdichada suerte. | 655 |
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BALDOVINOS | No me pesa de mi muerte, | | pues es cosa natural. | | Mas por morir inocente | | y en lugar donde jamás | | sabrá mi muerte la gente. | 660 | ¡Oh, buen Marqués! ¿Dónde estás?
| | ¡Quién te tuviera presente! | | ¡Qué nueva tan dolorosa | | de mi muerte y mi desdicha | | te dieran, a ser famosa! | 665 | Pero no saberla es dicha | | tuya y de mi triste esposa. | | Hicísteme tu heredero, | | mas ya que primero muero | | por fuerza habrás de heredarme. | 670 |
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MARQUÉS DE MANTUA | Hablarle quiero y llegarme. | | ¿Qué mal tenéis, caballero? | | ¿Son heridas o otro mal? | | Poned aquí la cabeza. | |
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BALDOVINOS | ¡Oh, mi crïado leal!, | 675 | aliviado has la tristeza | | de mi congoja mortal. | | ¿Tráesme acaso confesor? | |
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MARQUÉS DE MANTUA | Yo no soy vuestro crïado | | pero soy un cazador | 680 | que por este despoblado | | vine buscando un azor. | | Decidme el mal que tenéis. | |
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BALDOVINOS | Ya el mal con la vida lucha. | |
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MARQUÉS DE MANTUA | Habladme, no os desmayéis. | 685 |
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BALDOVINOS | ¡Oh, buen caballero, escucha! | |
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BALDOVINOS | Muchas mercedes, amigo, | | por el amor que me muestras. | | Mi mal es mortal, la causa | 690 | es de otro Abel la inocencia. | | Veinte y dos heridas tengo, | | cada cual mortal y fiera, | | y el mayor dolor que paso | | es morir en esta selva, | 695 | donde parece imposible | | que mi desdicha se sepa, | | porque me han muerto a traición | | unas manos y una lengua. | | La lengua con el consejo, | 700 | las manos con la soberbia; | | a lo demás que decís | | os quiero dar por respuesta | | que a mí llaman Baldovinos | | el Franco en la paz y guerra, | 705 | hijo soy del rey de Dacia, | | de Carlos deudo muy cerca, | | y uno de los doce pares | | que comen pan a su mesa. | | La reina doña Ermelina | 710 | fue mi madre, de quien era | | hermano el Marqués de Mantua | | que yo heredé y él me hereda. | | Sevilla fue mi mujer, | | hija del rey de Sansueña. | 715 | Carloto, Delfín de Francia | | me dio la muerte por ella. | | Si a París vais, caballero, | | llevad a Carlos nüeva, | | y si no a Mantua, que en Mantua | 720 | habrá quien os lo agradezca. | |
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MARQUÉS DE MANTUA | ¿Es aquesto verdad? ¿Son desatinos | | de la imaginación? Con este paño | | limpiarle quiero el rostro a Baldovinos. | | ¡De mi muerte y la tuya desengaño! | 725 | |
-fol. 154v-
| ¡Ay, ojos de otro Abel, de llorar dignos | | de un viejo Adán, cual yo, que de un estraño | | Caín tenéis las luces eclipsadas! | | ¡Ay, dulces prendas, por mí mal halladas! | | ¡Canas desventuradas que vivistes | 730 | para llegar a tanta desventura, | | salid, salid, que de mis ojos tristes, | | el agua os riega para dar blandura! | | ¡Quien mucho vive, como ya supistes, | | a mucho mal se obliga y aventura! | 735 | ¡Limpiad su sangre, canas desdichadas! | | ¡Ay, dulces prendas, por mi mal halladas! | |
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BALDOVINOS | ¿Quién sois, señor, que ansí
lloráis mi muerte? | |
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MARQUÉS DE MANTUA | Soy el Marqués de Mantua. |
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BALDOVINOS | ¡Oh, mi buen tío, | | déjame alzar el rostro para verte! | 740 |
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MARQUÉS DE MANTUA | Ya no me podrás ver, verás un río. | |
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BALDOVINOS | Dame esas manos, tenme desta suerte, | | tenme, tócame, abrázame. |
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MARQUÉS DE MANTUA | ¡Hijo mío!, | | ya de mis canas tanta parte baja | | sobre ti, que te sirven de mortaja. | 745 |
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BALDOVINOS | Ponme las manos sobre aquesta boca, | | que su olor me podrá dar nuevo aliento, | | y el alma, que ya sale si las toca, | | se volverá a vivir a su aposento. | | Esa mortaja, tío, sea más poca, | 750 | que ya en aquel llorado apartamiento | | me dio mi esposa en esta aljuba triste | | mortaja que mi muerto cuerpo viste. | | No llores por tu vida, háblame agora, | | que como hijo de leona muerto | 755 | vivo al bramido de tu voz sonora. | |
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MARQUÉS DE MANTUA | Ahogarte pienso en lágrimas cubierto; | | la romana costumbre se mejora, | | que de leña cubriendo el cuerpo yerto, | | por honra estrema le quemaban luego, | 760 | y aquí son canas y agua, leña y fuego. | |
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BALDOVINOS | Encomiéndoos, señor, mi amada esposa, | | que no poder hablarla es lo que siento, | | que aunque me quiso bien, es moza hermosa, | | y cenizas de muerto danse al viento. | 765 | ¡No la goce Carloto! |
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MARQUÉS DE MANTUA | ¡Oh, indigna cosa | | |
-fol. 155r-
| de un amoroso y noble pensamiento! | | Carloto morirá, que si en el suelo | | falta justicia, rayos tiene el cielo. | | Si oyera un muerto de mi estruendo bélico, | 770 | presto oyeras el son, mas de mi ánimo | | oirás la fama sobre el coro angélico, | | que no soy, aunque viejo, pusilánimo. | | Dame desde tu asiento favor célico | | para que supla el corazón magnánimo | 775 | las fuerzas del espíritu decrépito, | | entre las armas y el confuso estrépito. | |
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(Salen el
ERMITAÑO y
MARCELO.)
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MARQUÉS DE MANTUA | Ya el buen confesor llegó. | 780 |
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BALDOVINOS | Bien muere el que en Dios acaba; | | ya muero contento yo. | | Padre, ¡ah, padre! |
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BALDOVINOS | Dadme lugar, señor tío, | | y oídme vós. |
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ERMITAÑO | ¡Brava fe, cristiano brío! | |
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ERMITAÑO | (Dele un crucifijo.) | Tomad, señor, en las manos | | este Dios hombre que al cielo | 790 | subió los hombres humanos | | por su pasión desde el suelo. | | Aquesta cruz fue la escala | | de Jacob, y este, más puro | | que el ángel pues no le iguala, | 795 | hizo el camino seguro. | |
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MARQUÉS DE MANTUA | ¡Cómo en la cruz se regala! | |
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ERMITAÑO | Esta escala es confianza | | de su sangre y su pasión, | 800 | que por darnos esperanza | | subió por ella un ladrón. | | Decid con ternura aquí | | vuestras culpas. |
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MARQUÉS DE MANTUA | ¿Qué sabes desto, Marcelo? | 805 |
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MARCELO | Oye, señor, y direlo | | mientras se confiesa. |
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MARCELO | Estando dentro en París, | | de Carlos famosa Corte, | | don Carloto a Baldovinos | 810 | envió a llamar una noche. | | Hablaron en gran secreto | | y al tiempo que el sol se pone | | en el ocaso cubierto | | de nubes y de arreboles | 815 | se armaron de todas armas, | | espaldar y peto doble, | | manoplas y guarda brazos, | | escarcelas y quijotes. | | Con espadas de a caballo | 820 | y caballos españoles, | | con riendas y sillas de ante, | | y acerados los arzones, | | salieron por San Francisco | | entre las diez y las once | 825 | llenos de malos agüeros | | y no buenas intenciones. | | Cantaban funestos búhos | | de San Dionís en las torres, | | y los caballos, sin causa, | 830 | daban relinchos y coces. | | |
-fol. 155v-
| Cayósele una loriga | | a Baldovinos entonces, | | sin verlo, porque llevaba | | puesta una aljuba de monte. | 835 | Al salir de la ciudad, | | junto a la puerta de Londres, | | desatinado el caballo | | dio con la frente en un poste. | | Salimos, al fin, mostrando | 840 | de sucesos tan inormes | | alegres los rostros tristes | | y falsos los corazones. | | Caminamos quince días, | | no perezosos ni torpes, | 845 | hasta que ayer allegamos | | a la entrada deste bosque. | | Carloto llevaba un paje, | | pienso que era Celio el nombre, | | Baldovinos a mí sol, | 850 | solo, desarmado y pobre. | | Hicieron que me quedase, | | dejelos ir y pesome, | | que ya el alma se temía | | del autor destas traiciones. | 855 | Estando rendido al sueño | | sentí pasar unos hombres, | | el uno sobre una yegua, | | y los dos en dos frisones. | | El cuarto, que era Carloto, | 860 | lleno de sangre y disforme, | | conocile por las armas, | | harto más que el dueño, nobles. | | Busqué luego a Baldovinos | | y al eco de tristes voces | 865 | le vi tendido en la yerba, | | entre estos pinos y robles. | | Fui a llamar un confesor | | por el peligro que corre | | el alma en esta jornada. | 870 | Dios a una ermita inclinome; | | hallé en ella un hombre santo | | y, como ves, sacerdote; | | trájele y hallete aquí, | | para que su muerte llores. | 875 |
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MARQUÉS DE MANTUA | ¡Aquí el valor | | de quien eres muestra y mira! | |
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BALDOVINOS | A mi madre os encomiendo, | 880 | y a mi esposa consolalda, | | y a don Roldán y a don Alda | | diréis... |
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BALDOVINOS | Adiós, adiós mi buen tío, | | dadme vuestra bendición, | 885 | que el alma desta prisión... | |
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MARQUÉS DE MANTUA | Dios te bendiga, hijo mío. | | ¡Ay, padre, que me desmayo! | |
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ERMITAÑO | ¡Ánimo, señor! ¿Qué es esto? | |
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MARQUÉS DE MANTUA | ¡Sobre quien así te ha puesto | 890 | decienda del cielo un rayo! | |
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BALDOVINOS | Poned, mi bien, esa cruz. | | Tío, adiós; Marcelo, adiós; | | padre, adiós. |
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BALDOVINOS | Virgen, el alma os entrego; | | María, valedme agora; | | Jesús, divina señora. | |
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MARQUÉS DE MANTUA | Yo ciego, | | reviente mi corazón, | 900 | salga el alma dando aullidos, | | haciendo en esta ocasión | | todos los cinco sentidos, | | consonancia a mi pasión. | | Menos de morir se salva | 905 | el lirio que nace al alba | | que el roble caduco y viejo, | | quebrose, mozo, tu espejo | | y quedó mi barba y calva. | | ¡Pagarme, canas, tenéis | 910 | el haber vivido tanto! | |
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ERMITAÑO | Paso, señor. ¿Eso hacéis | | vós, señor, que sabéis tanto? | | |
-fol. 156r-
| ¿Tanto al Señor ofendéis? | |
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MARQUÉS DE MANTUA | Si muriera en una lid, | 915 | bien fuera, padre, razón, | | ¡pero a traición, a traición! | |
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ERMITAÑO | ¿No trajeron a David | | muerto a su hijo Absalón? | |
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ERMITAÑO | Sí, mas fue | 920 | con un valiente sufrir, | | no como el que en vós se vee. | |
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MARQUÉS DE MANTUA | Pues dejadme maldecir | | los montes de Gelboé. | |
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ERMITAÑO | ¿A Jacob no le trajeron | 925 | de Josef sangre y camisa, | | hermanos que le vendieron? | |
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MARQUÉS DE MANTUA | Pues ese ejemplo me avisa | | a hacer lo que ellos hicieron. | |
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ERMITAÑO | Di lo que Jacob decía. | 930 |
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MARQUÉS DE MANTUA | Digo que una vil serpiente | | me ha devorado este día | | aquel Josef inocente | | que es sangre del alma mía. | | ¡Oh, Abel, que mis ojos dignos | 935 | son de tu muerte crüel, | | pues llorar son desatinos! | | Josef, Absalón y Abel, | | hijo, sangre y Baldovinos, | | ¿qué tierra es esta? |
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ERMITAÑO | Es, señor, | 940 | la floresta sin ventura, | | nombre conforme al rigor; | | hasta Mantua esta espesura | | apenas tiene un pastor. | | Pero este cuerpo podremos | 945 | llevar a mi ermita. |
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ERMITAÑO | Desde allí le llevaremos | | a Milán. |
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ERMITAÑO | No hagáis, viejo noble, estremos. | |
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MARQUÉS DE MANTUA | No le llevo, porque junto | 950 | mi cuerpo al suyo difunto | | haré que caiga con él. | |
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ERMITAÑO | Pues, señor, desviaos dél | | si es que os desmayáis al punto. | |
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MARQUÉS DE MANTUA | Que yo te llevara creas, | 955 | honor de francesas lises, | | mas fueran hazañas feas, | | que eres mozo para Anquises | | y soy viejo para Eneas. | | Mas yo hago juramento | 960 | a los Evangelios cuatro, | | que de Dios hombre escribieron | | Juan y Lucas, Mateo y Marcos, | | de no comer a la mesa | | pan sobre manteles blancos, | 965 | dormir en cama desnudo | | ni entrar jamás en poblado, | | desnudar armas y luto, | | cortarme el cabello largo, | | desceñirme aquesta espada | 970 | ni salir jamás del campo, | | ora cubra el frío enero | | o los principios de marzo | | de nieve los altos montes, | | de escarcha los verdes llanos; | 975 | ora el abrasado julio | | despida del cielo rayos | | volviendo en seca ceniza | | las aristas de los prados, | | hasta vengar, Baldovinos, | 980 | la muerte que lloro tanto, | | o por justicia o por armas. | | Si falta justicia en Carlos | | doy esta palabra al cielo, | | a tu sangre, a tus abrazos, | 985 | a tu madre y a tu esposa, | | amigos, deudos, vasallos, | | y de no dar sepultura | | a tu cuerpo desdichado, | | hasta vengar en Caín | 990 | la sangre de Abel tan santo. | |
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