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El mejor amigo el Rey

Agustín Moreto



PERSONAJES
 

 
EL CONDE ENRIQUE.
EL PRÍNCIPE ALEJANDRO.
PORCIA.
LELIO,   criado.
DON PEDRO,   rey de Sicilia.
CARLOS.
LAURA.
FILIPO.
MACARRÓN,   criado.
FLORA,   criada.
Músicos.
Guardas.
Acompañamiento.
 

La escena es en Sicilia.

 




ArribaAbajoJornada I

 

Habitación de ENRIQUE en el palacio del REY.

 

Escena I

 

El PRÍNCIPE ALEJANDRO, FILIPO.

 
ALEJANDRO
¿Esto se puede sufrir?
¿Yo he de venir a esperar
a quien pudiera estimar
que yo le quisiera oír?
¡Vive Dios...!
FILIPO
No se publique
5
tu enojo aquí.
ALEJANDRO
¿Por qué no?
¿No soy el príncipe yo
de Otranto?
FILIPO
Sí, pero Enrique
es hoy en Sicilia rey;
que don Pedro, nuestro dueño, 10
ha tomado por empeño
hacer de su gusto ley.
Mientras a su arbitrio estamos,
el publicarlo condeno;
este secreto es veneno 15
que como el áspid guardamos.
ALEJANDRO
¿Secreto hombres como yo?
Eso el humilde debiera,
que con la industria pudiera
lo que el cielo le negó. 20
Mas cuando por tiranía
esta corona eminente
la miro en ajena frente,
arrancada de la mía;
cuando por lo que me abona 25
el reino, pudiera yo,
ya que la primera no,
ser su segunda persona,
¿tú, Filipo, a mis enojos
pones tan débil preceto? 30
¿Cómo ha de guardar secreto
quien ve un agravio a los ojos?
Mis injurias, mis agravios,
de Enrique en oposición
las publica la razón, 35
aunque las callen los labios.
Pues no mostrar sentimiento
de verle a mi preferido,
fuera (aun en rostro fingido)
mengua del entendimiento; 40
porque de una ofensa herido
de desprecio semejante,
quien no trae muerto el semblante,
no tiene vivo el sentido.
FILIPO
Alejandro, yo no siento 45
que vuestra ofensa olvidéis;
mas si mostrarla queréis,
malograréis nuestro intento.
Nápoles os favorece
(que hoy a Sicilia hace guerra); 50
su rey Roberto en su tierra
el desempeño os ofrece.
Dejad llegar la ocasión,
que en ella el secreto vale,
y mirad que el Conde sale; 55
fingid, y tened razón.


Escena II

 

El CONDE ENRIQUE, vistiéndose; CARLOS, MACARRÓN y LELIO le asisten; MÚSICOS delante. Dichos.

 
MÚSICOS
A los azotes del aire
gemía el cristal de Tormes,
saltando de plata rica
un penacho en cada azote. 60
ENRIQUE
Buena es la letra.
MACARRÓN
Bizarra.
ENRIQUE
¿De quién es?
CARLOS
Tiene su autor
hermoso, claro primor
en las que hace a la guitarra.
ENRIQUE
Elegancia es que se case, 65
cuando contraria se mira,
la dulzura de la lira
con lo crespo de la frase.
LELIO
Otros precian la humildad.
MACARRÓN
¿Humildad para el laúd? 70
Mejor es para virtud
de fraile lego.
ENRIQUE
Cantad.
MÚSICOS
Al sol, escaso de luces,
atrevido se le opone
el aliento de las nubes 75
a empañar sus resplandores.
ENRIQUE
La capa.
CARLOS
Mucho, Señor,
madrugas, para acostarte
tan tarde.
ENRIQUE
Debe admirarte,
y aun mi cuidado es mayor. 80
 

(CARLOS y FILIPO van a tomar la capa para dársela a ENRIQUE.)

 
¡La capa! Quedo; ¿qué es eso?
¿Qué intentan vueseñorías?
¿No ven que esas cortesías
son ultraje con exceso?

 (A MACARRÓN.)  

Llegad vos.
FILIPO
Todos debemos
85
serviros.
ENRIQUE
A esa atención
tengo yo la obligación.
 

(Hablan aparte ENRIQUE y MACARRÓN.)

 
MACARRÓN
¡Oh qué cansados extremos
de adulación insufrible!
ENRIQUE
Si por amigos se dan, 90
¿cómo se conocerán?
MACARRÓN
Señor, eso es imposible.
ENRIQUE
Filipo y Carlos sospecho
que me asisten con fineza;
si es doble, es mucha agudeza 95
querer penetrar su pecho.
MACARRÓN
A Carlos fíale cuanto
tienes, a Filipo no.
ENRIQUE
¿Por qué Carlos te agradó?
MACARRÓN
Porque no te alaba tanto. 100
ENRIQUE
Pues ¿eso puede cansarte?
MACARRÓN
Sí, Señor; que día y noche
alabar a troche y moche
malo y bueno, es agraviarte;
que el que a toda acción ajena 105
con una alabanza iguala,
no hace buena la que es mala,
y pone en duda la buena.
De que me diga me pico,
el que a caballo me vio, 110
que estoy tan airoso yo
cuando voy en un borrico.
Cuanto haces, aplauso halla;
cuanto hablas, todo es felice;
y cuando callas nos dice: 115
«¡Qué lindamente que calla!».
Si ayunas, dice: «¡Qué justo!».
Cuando comes: «¡Qué limpieza!».
Y al verte beber cerveza,
dijo un día: «¡Lindo gusto!». 120
A todo está tan agudo
como si llevara sueldo,
y te saluda un regüeldo,
como si fuera estornudo.
ENRIQUE
Entre estas dudas navego. 125
Si hay quien quiera hablarme ahí,
mira.
FILIPO
Alejandro está aquí.
ENRIQUE
¿El Príncipe? Que entre luego.
ALEJANDRO
Aunque lo disimuléis,
verme es breve diligencia. 130
ENRIQUE
No he entendido a vuecelencia.
ALEJANDRO
Bien entenderme podéis.
ENRIQUE
Suplico a vueseñorías
nos den licencia...
CARLOS
Obediencia
será en mí; que no licencia. 135
FILIPO
Por mí decirlo podías.
 

(Vanse CARLOS, FILIPO, MACARRÓN, LELIO y los MÚSICOS.)

 


Escena III

 

ENRIQUE, ALEJANDRO.

 
ENRIQUE

 (Aparte.) 

De la soberbia ambición
deste hombre vivo ofendido;
estimo haberse ofrecido
de hablarle a espacio ocasión. 140
 

(Siéntanse los dos.)

 
Pues solos hemos quedado,
y habéis venido a tal hora,
habladme claro; que ignora
ese estilo mi cuidado.
ALEJANDRO
Eso es querer vuecelencia 145
divertir mi pretensión;
la que tengo yo, es razón
de que el Rey me dé licencia
de volverme a mis estados,
que de la guerra oprimidos, 150
de su dueño no asistidos,
están muy desamparados.
Y así, vengo, como es ley,
a hablaros; que en lo tocante
tengo por más importante 155
veros a vos que no al Rey.
ENRIQUE
Señor Príncipe, no creo
que ignoraréis mi nobleza.
ALEJANDRO
Es de la primer grandeza,
de Sicilia su trofeo. 160
ENRIQUE
Asentada esa opinión,
sabed que el mundo pregona
que soy yo por mi persona
más que por ese blasón;
y que tras alguna hazaña 165
me dio respeto entre sabios,
el primer bozo en los labios
que me nació en la campaña.
Donde, sin que a un escalón
mi sangre supliese el plazo, 170
ciñó el puño de mi brazo
desde la pica al bastón.
Cuando en sosegadas horas
juegan otros sus hazañas,
iban por arduas montañas 175
mis escuadras vencedoras.
Cuando otro de amante queja
buscaba el tierno suspiro,
pasaba el aire de un tiro
quemándome la guedeja. 180
Al sol entre escarcha helada
vi (al Mongibelo marchando)
nacer y morir rozando
las plumas de mi celada;
y en la noche, al valor grata, 185
la escarcha por interés,
los perfiles de mi arnés
bordaba flores de plata;
y entre este afán valeroso,
digno aún de vuestras memorias, 190
di yo a mi rey más vitorias
que quejas el envidioso;
y de todas las campañas
traer pudo mi bizarría
escrita con sangre mía 195
la copia de mis hazañas.
Todo esto os he referido,
por si acaso en la afición
del Rey me buscáis razón
para ser favorecido; 200
no por mérito a este honor,
mas porque sepáis que es llano,
que tengo honrada la mano
con que recibo el favor;
que la gracia pretendida 205
de un rey, en humana fe
se llama gracia porque
no puede ser merecida.
Y siendo gracia este honor,
de gracia le da a quien quiere; 210
y a quien quiera que le diere,
le hace capaz del favor:
porque si de merecella
nadie es digno, aunque blasone,
a cualquiera en quien la pone, 215
le da el mérito con ella.
Siendo así, ¿por qué razón
os habéis vos de ofender
de que yo llegue a tener
por su gusto este blasón? 220
Pues vos mismo por injusto
tuvierais, y aun por traición,
separada la ambición,
no lograrle al Rey el gusto.
¿Sois vos dueño de envidiallo, 225
y aborrecerlo por ley,
y no puede serlo el Rey
de querer bien a un vasallo?
Señor Príncipe, dejada

 (Levántase.)  

esta cuestión, entended 230
que a poder esta merced
merecerse por la espada,
sin el favor que me dio
mi rey, si así se adquiriera,
della con vos y cualquiera, 235
tuviera el mérito yo.
Y en cuanto a la pretensión
que tenéis, deciros quiero
que en todo el Rey es primero
y si contra esta atención, 240
de algún loco barbarismo
se atreve la hipocresía,
castigaré su osadía;
sí, por vida del Rey mismo.
Háblale pues, si quisiere, 245
vuecelencia, siendo así,
que si él le remite a mí,
yo haré lo que conviniere.

 (Vase.)  



Escena IV

 

ALEJANDRO; luego, MACARRÓN.

 
ALEJANDRO
¿Esto oigo y puedo escuchallo?
No me ofende tu persona, 250
sino el Rey, que le ocasiona
este desaire a un vasallo.
Mas ¿no me da la ocasión
el desempeño más cierto?
Pondrá en Sicilia Roberto 255
de Nápoles el blasón.
MACARRÓN

 (Para sí, al salir.)  

Ya Filipo acompañando
iba al Conde, mi señor,
que es muy su acompañador.
ALEJANDRO

 (Aparte.)  

Pues me lo está aconsejando, 260
irá a lograr mi osadía
lo que la ocasión le ofrece.

 (Vase.)  



Escena V

 

MACARRÓN; después, FLORA, con manto, y LELIO.

 
MACARRÓN
El Alejandro parece
que va con Alejandría.
Mas Lelio y Flora ¿no son 265
los que vienen por allí?
¿Qué lo dudo, pesia a mí?
Toco a bufa y a ficción.
 

(Salen FLORA y LELIO.)

 
LELIO
¿Por qué allí le has de esperar?
FLORA
Importa mucho el aviso 270
que le traigo, y es preciso.
LELIO
Pues no le puedes errar.
MACARRÓN
Con Lelio no, que le estampo
en mi lición por maestro;
pues es tan docto cabestro, 275
que hará un encierro en el campo.
LELIO
¿Tú, Macarrón, dices eso,
sastre de la humanidad?
FLORA
Ventaja tiene, es verdad,
que es alcahuete con queso. 280
MACARRÓN
Y digo, ¿es esa faltilla
cosa que no me releva
para que el alma se atreva
a las prendas de Florilla?
LELIO
Pues de alcahuete la maña 285
¿ha de dar mérito en mí?
MACARRÓN
Pues digo, Flora, ¿yo en ti
pretendo alguna ermitaña?
LELIO
Pues oye...
FLORA

 (A LELIO.)  

Calla, pobrete;
que lo has hecho deshonor. 290
¿Tiene qué dar un señor
puesto como el de alcahuete?
Entre dos enamorados,
si el que zurce es advertido,
pueden hacerse un vestido 295
sin que él lleve los recados;
y sin trabajo, si infieres
la poca costa que ten,
facer que se queiran ben
os homes com as mulheres. 300
MACARRÓN
¡Ah pícara redomada!
LELIO
El Conde viene; cuidado.
FLORA
Pues si viene acompañado,
llegaré disimulada.


Escena VI

 

ENRIQUE, CARLOS, FILIPO. Dichos.

 
 

(Tápase FLORA.)

 
FILIPO
No ha hecho cosa vuecelencia 305
jamás de mayor primor.
MACARRÓN

 (Aparte.)  

Ya escampa el adulador.
CARLOS
Perdóname esta licencia,
Señor; que soy de opinión
que disimularlo fuera 310
más conveniente, y te diera
a tiempo más ocasión.
ENRIQUE
Nada reserva mi pecho
a dos tan fieles amigos;
de todo seréis testigos, 315
mas ya, Carlos, está hecho.
FLORA
Señor.
ENRIQUE
¿Qué pedís?
FLORA
Que quieras
socorrer como conviene
a una viuda que tiene
a su marido en galeras. 320
MACARRÓN
Extremado pasatiempo.
ENRIQUE
No entiendo vuestro dolor.
Pues ¿es muerto?
FLORA
No, Señor;
mas morirá andando el tiempo.
ENRIQUE
Pues ¿por qué os llamáis viuda? 325
FLORA
Si en esto disgusto os doy,
casada seré desde hoy.
MACARRÓN
Señor, que es Flora.
FLORA
Sin duda.
ENRIQUE
Bien te puedes destapar;
que a Filipo y Carlos fío 330
lo interior del pecho mío,
y nadie puede extrañar
que dé, entre tanto cuidado,
lugar a un amor honesto,
habiendo de ser tan presto 335
preciso elegir estado.
FLORA
Pues, Señor, con mucho espacio
puedes lograr la ocasión,
porque Laura y Porcia son
hoy de visita en palacio, 340
y ya tardan en llegar.
ENRIQUE
Pagarte quiero la nueva;
esta sortija te lleva.
FLORA
Véatela yo llevar
en una justa.

  (Aparte.) 

Esto es medra.
345
Y ¿esta es sana?
ENRIQUE
¿No se ve?
FLORA
No es eso fácil.
ENRIQUE
¿Por qué?
FLORA
Suelen tener mal de piedra.
ENRIQUE
¿Vienen juntas?
FLORA
No, Señor.
ENRIQUE
Que mi amoroso desvelo 350
lleguen a entender recelo,
porque procura mi amor,
entre las dos repartido,
saber de su inclinación
de cuál con más afición 355
es mi amor correspondido;
y sabiéndolo, elegir
la que quiere más de veras.
FLORA
Si tú, Señor, me creyeras,
yo lo pudiera decir. 360
Porcia es rica y ambiciosa,
y tú valido, Señor;
yo no siento que es amor
querer dulces la golosa.
Porque aunque hay muchos galanes, 365
no el preferirte te enoje;
que quien es boba no escoge
higos entre mazapanes.
Laura es pobre, y no se induce
a valer de tu tesoro; 370
eso tengo yo por oro,
que aquello es lo que reluce.
ENRIQUE
De que Porcia me pidiera,
y Laura no, en un amor
tan noble y de tanto honor, 375
¿qué indicio sacar pudiera?
FLORA
Tu juicio a mi labio mide,
que hablas con quien bien lo infiere;
cuando pide la que quiere,
sólo quiere lo que pide. 380
Mas Porcia viene.
ENRIQUE
Es verdad.
Que os retiraseis quisiera
donde vuestra amistad viera
lo que no mi ceguedad;
que el errar una elección 385
de amor está en contingencia
y he de hacer una experiencia
que os dé al discurso ocasión.
CARLOS
A lo oscuro deste paso
los dos estamos atentos. 390
FLORA
Yo haré mis fingimientos;
haz tú que llegas acaso.
 

(Retíranse ENRIQUE, CARLOS, FILIPO, LELIO y MACARRÓN.)

 


Escena VII

 

PORCIA. FLORA; ENRIQUE, CARLOS, FILIPO, LELIO y MACARRÓN, ocultos.

 
PORCIA

 (Al salir.)  

Mira si llega mi prima,
y decidla que la espero,
FLORA
Bellísima Porcia.
PORCIA
Flora,
395
¿acá estás?
FLORA
¡Bueno por cierto!
¿Has de venir tú a palacio,
sin que yo venga siguiendo
tus pasos, aunque no sea
más que por cogerle al suelo, 400
cuando le pisa tu planta,
las flores que van naciendo,
para ponerme hecha un mayo,
aunque salgas por enero?
PORCIA
Buena estás.
FLORA
No estoy.
PORCIA
¿Por qué?
405
FLORA
Tengo de cuidado un dedo.
PORCIA
¿Dedo? ¿Qué te ha sucedido?
FLORA
Me le ha dado un corrimiento,
que parece que es carbunco.
MACARRÓN

 (Al paño.)  

La Florilla es de los cielos. 410
CARLOS

 (Aparte, donde está oculto.)  

¡Cielos! ¿Se engañan mis ojos?
Porcia (a quien adoro) veo
solicitada de Enrique;
pues amor salga del pecho,
pueda más que yo mi amigo. 415
PORCIA
¿Has visto a Enrique?
FLORA
¡Eso es bueno!
¿No hay más que ver a un privado?
ENRIQUE

 (Saliendo.)  

Quien llega tan a buen tiempo
que oye su nombre en los labios
de vueseñoría, es cierto 420
que puede de su memoria
tener fe.
PORCIA
Puede a lo menos
saber que no está olvidado;
mas también de sus empleos
puede hacer, si son indignos, 425
de que en la dama el acuerdo
sea enojo o sea cariño.
ENRIQUE
Si hiciera merecimiento
(caso que pudiera haberse,
que antes de todo le niego) 430
la fineza del que adora,
pudiera yo estar muy cierto
de que es buena esta memoria;
pero entenderlo no puedo,
porque aunque sirva y adore, 435
deuda es, no merecimiento;
y así, bellísima Laura,
digo, Porcia...
PORCIA
Es mayor yerro:
si el labio hace lo que manda
la memoria, no es bien hecho 440
que le corrija el cuidado.
Seguid, Enrique, su efecto,
y no usurpe Porcia a Laura
(que está tan en vos) el tiempo.
ENRIQUE
¿Yerros de acaso os enojan? 445
PORCIA
Antes me advierten los yerros.
ENRIQUE
Permitid que a desmentirlos
vaya.
PORCIA
Ya es más desacierto;
que os está viendo mi prima,
y la enojaréis con eso. 450

 (Vase.) 



Escena VIII

 

LAURA, con manto caído. ENRIQUE, FLORA; CARLOS, FILIPO, MACARRÓN y LELIO, ocultos.

 
LAURA

 (Aparte viendo salir a PORCIA.)  

¡Válgame el cielo, qué miro!
FLORA

 (Aparte.)  

Jesús, perdido va el cuento.
Mas ¿que se ponen las primas
como negras?
ENRIQUE

 (Aparte.)  

El empeño
ha malogrado mi industria; 455
mas apurarlo pretendo,
por saber cuál es amor.
FILIPO

 (Aparte, donde está oculto.)  

Cielos, ¿no es Laura a quien veo
solicitada de Enrique?
Ya en mi daño hay más empeños. 460
Disimularlo conviene,
que hay nuevo riesgo en mis celos.
ENRIQUE
Permita vueseñoría
que yo la vaya sirviendo.
LAURA
Si es cumplimiento, Señor, 465
ya sé que vuestros empeños
no os dan lugar a ser fino
con más señas que el deseo
de lograr las bizarrías
que caben en vuestro pecho. 470
Éstas mi humildad estima
con tanto agradecimiento,
que os aseguro que es todo
cuanto cabe en el precepto
con que ciñe mi decoro 475
la atención a mi respeto.
Con que esas en vos no falten
contenta voy.

 (Aparte.) 

No me atrevo
a dar queja de lo que
he visto, aunque estoy muriendo. 480
Quedaos pues, y no os estorbe
mi agasajo los empleos
de vuestras obligaciones,
que ofrecido le agradezco.
FLORA

 (Aparte.)  

Miren lo que hace el ser pobre. 485
ENRIQUE
No excuso el iros sirviendo.
LAURA
Y ¿por precepto?
ENRIQUE
Es castigo,
más forzoso obedecerlo.
Guárdeos, Porcia, digo Laura...
LAURA
Enrique, guárdeos el cielo. 490
ENRIQUE
Aún no he reparado yo,
bella Porcia, en tanto empeño.
LAURA
Si Porcia no soy, Enrique,
sabed que soy a lo menos
quien más que Porcia os estima; 495
y si a mi agradecimiento
le dais afectos fingidos,
básteme por desempeño,
siendo vos el conde Enrique,
la deuda que en los dos dejo. 500

 (Aparte.) 

Ventura fue como mía
la fe que creí en su pecho.

 (Vase.)  



Escena IX

 

ENRIQUE, FLORA; CARLOS; FILIPO, MACARRÓN y LELIO, que salen.

 
FLORA

 (Aparte.)  

¿Ven aquí lo que es ser pobre;
que aun celos pide a remiendos?
ENRIQUE
Filipo, Carlos, amigos, 505
¿lo habéis escuchado atentos?
FILIPO
Yo con toda mi atención.
CARLOS

 (Aparte.)  

Yo con todo el sentimiento.
ENRIQUE
Ya es hora de ver al Rey;
mientras llegamos, os ruego 510
me digáis (pues habéis visto
en entrambas el efecto
que hizo mi industria) de cuál
la fineza pagar debo.
MACARRÓN
Señor, no tomes mas voto 515
que el mío, que es el más cierto:
Laura quiere más.
ENRIQUE
¿Por qué?
MACARRÓN
Porque es más bella.
ENRIQUE
Pues, necio,
¿quiere más la más hermosa?
MACARRÓN
Sí, Señor; que la que es menos, 520
¿qué importa que yo la quiera,
si ella quiere a mi dinero?
FLORA
No es la razón esa. Laura
quiere más, pues tuvo celos
con miedo, que es propio amor 525
de pobre; que esto es lo mesmo
que pasa cuando prestado
van dos a pedir dinero,
uno con necesidad,
y otro por algún suceso. 530
sin ella, el que no la tiene,
llega y pide con despejos:
«Présteme usted veinte escudos»;
de modo que no da tiempo
a decir más de «Aquí están». 535
El pobre llega diciendo:
«Señor, yo os vengo a pedir,
porque estoy con un aprieto
muy grande (que yo seré
muy puntual en volverlos), 540
cien reales que he menester»;
y mientras dijo todo esto,
el otro pensó la excusa;
con que se vuelve sin ello.
FILIPO
Enrique.

 (Aparte.) 

Finja mi voz
545
porque no entienda mi pecho,
yo digo que Porcia os ama.
CARLOS
Pues (aunque contra mi afecto
fuera, dijera lo mismo)
que más ama Laura entiendo. 550
ENRIQUE
Pues yo sigo la opinión
de Filipo, porque celos
no tuvo Laura.
MACARRÓN

 (Aparte a ENRIQUE.)  

Por Cristo,
que aunque sea lo más cierto,
porque él lo dijo es mentira. 555
ENRIQUE
Mas ya al cuarto del Rey llego;
quedaos hasta hora de audiencia.
CARLOS
Sin vos no estoy en mi centro.
FILIPO
Pues esperando os estamos.
ENRIQUE
Adiós.
 

(Vanse CARLOS y FILIPO; los demás entran por una puerta y salen por otra.)

 


Escena X

 

Cámara del REY.

 
 

ENRIQUE, FLORA MACARRÓN, LELIO.

 
FLORA
Señor.
ENRIQUE
Vete presto,
560
que ya pienso que el Rey sale,
y veme después.
FLORA
Harelo;
que habiendo sortija en él,
seré entre cuatro estafermo.
¡Ah, picarones, venid! 565
LELIO
Yo voy.
MACARRÓN
Y yo como un trueno.
LELIO
A mí me llaman.
MACARRÓN
Y a mí.
FLORA

 (Aparte.)  

Mucho me agradan los celos.
LELIO

 (A FLORA.)  

¿No he de ir yo?
FLORA
Sí.
MACARRÓN
Y ¿ego?
FLORA
Quoque.
MACARRÓN
¿Velo usía, señor Lelio? 570
LELIO

 (A FLORA.)  

Pues ¿qué quieres de los dos?
FLORA
Hitos, huevos y torreznos.1
 

(Vase con MACARRÓN y LELIO.)

 


Escena XI

 

El REY, que sale leyendo un papel; acompañamiento. ENRIQUE.

 
ENRIQUE

 (Aparte.)  

Con semblante airado el Rey
viene una carta leyendo.
REY
¡Oh pecho humano, de traición vestido, 575
de nadie conocido!

  (A los que le siguen.) 

Dejadme solo. ¿Cómo ser podría
descubierta tu aleve hipocresía?
 

(Vase el acompañamiento.)

 
ENRIQUE
Señor, ¿vos enojado?
REY
Enrique, amigo, en verte me he templado 580
que es tu amistad espejo a mis enojos.
ENRIQUE
La esclavitud se ofende,
con que os miran mis ojos,
del nombre de amistad que no pretende.
La amistad, gran Señor, es entre iguales, 585
que aun siendo simpatía,
gozar favores tales,
gracia, Señor, es tuya, y dicha mía.
REY
Supuesto que amistad la nuestra sea,
hablarte a espacio quiero; 590
dame una silla, que el dolor severo
de la gota me aflige, y antes lea
la carta tu atención que hoy ha llegado.
ENRIQUE
Beso tus pies.
REY
Advierte su cuidado.
ENRIQUE
 (Lee.)  

«Cada día tengo nuevos avisos de los confidentes de Nápoles, del riesgo a que están estos puertos, por trato que se presume de los vasallos de vuestra alteza, para cuyo efecto son las disposiciones de la armada que Roberto, su rey, previene. Las facciones antecedentes acreditan estas sospechas. Doy cuenta a vuestra alteza, para que en esto ponga la atención necesaria. Guarde Dios la persona de vuestra alteza, como sus vasallos hemos menester. Mesina. El conde Juan de Claramonte».

REY
¿Qué dices deste aviso? 595
¿Presumes tú en algunos este caso?
ENRIQUE
Confieso que indeciso
en esto, mi discurso duda el paso,
porque un leal deseo
no sabe presumir caso tan feo. 600
REY
¿Sabes tú quién se dé por ofendido
de ti y de mí?
ENRIQUE
En algunos principales
lo conozco; mas yo los he tenido
por descontentos, no por desleales.
REY
¿Quién son esos?
ENRIQUE
El príncipe de Otranto
605
y algunos deudos suyos.
REY
De aquesos no me espanto;
que siempre fueron enemigos tuyos.
ENRIQUE
Otros mi pecho ignora.
REY
Pues, Enrique, mi amigo, escucha ahora2 610
por muerte del rey, mi padre,
Fadrique (que otra diadema
logra en paz), me dio Sicilia
la prevenida obediencia,
desvaneciendo la injusta 615
pretensión, con su fineza,
de mi tío el rey Roberto;
que de Nápoles inquieta
debió a tu valor mi frente
el laurel que la venera. 620
Mas, prosiguiendo Roberto
sus malogradas empresas
(aunque nunca averiguadas),
presumidas diferencias
de vasallos poderosos 625
han sido las que conservan
esta llama escandalosa,
que apagada en mi defensa,
con oculto ardor renace
de las cenizas que quedan. 630
Ninguno de mis vasallos
da más causa a mi sospecha
que Alejandro, por la antigua
pretensión que el reino hereda.
Mas siendo así que esto todo 635
es indicio, y que no pueda
nuestra atenta vigilancia
llegar a darle más fuerza,
tu amistad, de mí ayudada
con la industria, ha de ser piedra 640
en que toque los quilates
della con nuestra sospecha.
Pedro soy yo, que a Sicilia
rijo en legítima herencia,
cuando en Portugal, Castilla 645
y Aragón tres Pedros reinan,
a cuya justicia, a cuya
rectitud, a cuya entereza
la firmeza de los polos
sin estruendo titubea. 650
Yo, que soy el cuarto en ellos
hasta ahora, haré que sea
en el número mi fama,
por mi industria, la primera.
A ti te basta mi gracia; 655
y asentada en la firmeza
de mi favor esta basa,
puesto que Alejandro sea
de quien con más causa temes
el daño que se recela, 660
por si acaso le ocasiona
de mis favores la fuerza,
le he de hacer tantos, que pasen
de su deseo. Y si alienta
su enojo la envidia tuya, 665
siendo tus triunfos su ofensa,
con desaires aparentes
he de ultrajar tus finezas
de suerte, que satisfaga
su ambición y su soberbia 670
(para ver si su atención
las deslealtades enmienda
que presume nuestra duda),
sus agravios y sus medras.
Veamos si hace mi agasajo 675
de una injuria una fineza;
y mi favor, como suele
el diestro artífice, sea
el pilar con que afianza
en la pared mal dispuesta 680
la amenazada ruina
del edificio que tiembla.
Y si acaso nuestra duda
fuere vana, y su fe cierta,
se ha de seguir deste intento 685
que tú, publicando quejas,
ocasiones que te busquen
(como hombre de tantas prendas,
y en la guerra tan capaz)
los que hacer mal te desean; 690
que aunque obren con más recato,
cuando ofendido te crean,
así cual dos instrumentos3
templados a una cadencia,
al herir el uno, el otro 695
con el mismo acento suena,
si tú te muestras templado
al tenor de sus cautelas,
cuando se toque tu labio,
aunque más recato tengan, 700
será preciso que suene
al acento de su queja.
Demás desto, al mismo tiempo,
con amistad más atenta,
yo, como interior amigo, 705
veré quién te lisonjea,
quién te estima, quién te engaña;
y si hacer tu amor intenta
buena elección en tu esposa,
sabrás quién ama de veras, 710
quién halaga tu fortuna
y quién te adula por ella.
Y dándonos con secreto
lugar a estas conferencias,
los dos aseguraremos 715
nuestra parte, porque tenga
en los dos el mundo ejemplo
de los trofeos que espera
de la industria y la amistad,
la unión que el ingenio intenta. 720
ENRIQUE
A tus pies, Señor, rendido,
te doy gracias de que sea
en tu elección mi humildad
asunto de tal empresa.
REY
Enrique, amigo, ya es hora 725
de venir a su asistencia
Alejandro y los demás.
Con disposición secreta
te daré el modo de verme.
Vete, y a aprender comienza 730
quejas de agravios fingidos.
ENRIQUE
Señor, ¿sabré yo aprenderlas,
cuando tenerlas no puedo?
REY
Enrique, sí, como sepas
que porque agravio las finja, 735
las estudia la fineza.
Vete; que vienen.
ENRIQUE
Yo voy
a obedecer; mas quisiera
que te enojes con templanza;
que, aun fingido, me amedrenta. 740
REY
Antes será con exceso;
pues cuando airado me veas,
si es mucho, la sinrazón
te dirá que no es de veras.
ENRIQUE
Logre el cielo tu deseo. 745

 (Vase.) 



Escena XII

 

ALEJANDRO, FILIPO, CARLOS. El REY.

 
ALEJANDRO
Ya es hora, Señor, de audiencia.
REY
Alejandro, hoy no he de darla.
ALEJANDRO
Pues ¿qué novedad es esta?
REY
Despertar yo de un letargo.
Cuando a verme Enrique venga, 750
Alejandro, no permitas
que pase de aquella puerta,
mi camarero mayor.
ALEJANDRO
Mi humildad tus plantas besa.
REY

 (A CARLOS.)  

Luego le pide la llave... 755
FILIPO

 (Aparte.)  

Cielos, ¡qué rara extrañeza!
REY
Carlos, canciller del reino.
CARLOS
Señor, ¿cómo darme intentas
el honor que Enrique tiene?
REY
Pan que ya no lo tenga. 760
CARLOS
El corazón se me ha helado.
REY
Filipo, sea acción vuestra,
pues capitán de mi guarda
os nombro, que la asistencia
quitéis a Enrique en mi casa, 765
y luego se salga della.
FILIPO
Tus pies, por tantos honores,
humilde mi labio besa.
REY
Alzad, conde de Belflor.
FILIPO
Tu edad la del fénix sea. 770
ALEJANDRO
Dar los títulos de Enrique
castigo es que arguye ofensa.
REY
Alejandro, ejecutad
lo que mi labio os ordena.

 (Vase.)  



Escena XIII

 

ALEJANDRO, FILIPO, CARLOS.

 
FILIPO
Cielos, ¿de qué habrá nacido 775
tan impensada extrañeza?
ALEJANDRO

 (Aparte a FILIPO.)  

Filipo, para lograr
las disposiciones nuestras
con seguridad más fácil...

 (Baja la voz.)  

CARLOS
Turbado y sin mí me deja 780
tan desusada mudanza.
¡Ah, fortuna! ¿quién desea
las prosperidades tuyas?


Escena XIV

 

ENRIQUE, MACARRÓN; luego, el REY. Dichos.

 
MACARRÓN
Señor, la ocasión no pierdas;
que ya pienso que se ven. 785
ENRIQUE
Asistir al Rey es fuerza;
de aquesta puerta no pases.
ALEJANDRO
Ni vos podéis pasar de ella.
Atrás volved.
ENRIQUE
¿Quién lo dice?
MACARRÓN
¿Está este hombre loco, o sueña? 790
ALEJANDRO
El camarero mayor
lo manda.
MACARRÓN
Por Santa Tecla,
que este hombre ha perdido el juicio.
ENRIQUE
Pues ¿no lo soy yo?
ALEJANDRO
Lo erais;
pero, dándome esa llave, 795
sabréis lo que soy yo.
MACARRÓN
¡Buena!
¡La llave pido! Por Cristo,
que la ha cogido maestra.
FILIPO
Y que hoy salgáis de palacio
también mi labio os ordena. 800
ENRIQUE
¿Quién?
FILIPO
El conde de Belflor.
ENRIQUE
¿Yo no lo soy?
MACARRÓN
¡Otra es esta!
FILIPO
Y el capitán de la guarda,
que soy yo.
CARLOS
Enrique, paciencia.
MACARRÓN
Esto es de la misma cuba. 805
Señores, ¿en qué despensa
hay licor tan generoso,
que esto pone en las cabezas?
ENRIQUE
Pues ¿quién os lo manda?
REY

 (Sale.)  

Yo.
ENRIQUE
Si lo manda vuestra alteza, 810
en mí (aun para ultrajes míos)
es lisonja la obediencia.
Tomad la llave, Alejandro.
Mas saber, Señor, quisiera
mi inocencia por qué causa... 815
REY
Enrique, por culpas vuestras,
salid luego de palacio;
no vuestra osada presencia
me empeñe más, repitiendo
la memoria de la ofensa. 820
MACARRÓN

 (Aparte.)  

Ved aquí un tapiz cabal.
Las figuras son aquestas,
y mi amo la caída.
ENRIQUE
Yo he servido a vuestra alteza
con la lealtad y decoro 825
que se debe a su asistencia.
Y si alguna envidia ingrata
alevosamente intenta
deslucir blasones míos,
más claros que las estrellas, 830
viven los cielos eternos,
que con razón en defensa
de mi honra, a todo riesgo
darán mis alientos muestras;
y de vos abajo...
REY
Basta.
835
ENRIQUE

 (Aparte.)  

Yo aquí no finjo la queja;
porque, aunque estoy prevenido,
de un rey la airada presencia,
aún fingiendo, asombra tanto,
que lo he sentido de veras. 840
REY
Venid, Alejandro amigo,
pues ya mi gracia os alienta,
almirante de Sicilia.
ALEJANDRO
Vivas edades eternas.
REY
Venid, conde de Belflor. 845
MACARRÓN

 (Aparte.)  

Della del berro lo sea.
REY
Y vos también, Canciller.
ENRIQUE
¿Con mis honores los premias?
MACARRÓN

 (Aparte a ENRIQUE.)  

Ya, Señor, no queda cardo,
quitadas aquellas pencas. 850
REY
Esto es premiar castigando.
CARLOS
Yo suplico a vuestra alteza
me dé licencia, Señor,
de no acetar, en ofensa
de Enrique, honor que fue suyo. 855
REY
¿Por qué?
CARLOS
Por la amistad nuestra.
Fue la mitad de mi pecho;
y cuando él tu gracia pierda,
a mí, como parte suya,
fuerza es que parte me quepa 860
del castigo, y no del premio.
REY

 (Aparte.)  

Ya comienza la experiencia.
Yo premiaré esa lealtad.
ENRIQUE

 (Aparte.)  

Ya hallé un amigo de veras.
MACARRÓN

 (Aparte.)  

¡Oh, Carlos, del mejor Carlos 865
primo hermano! Yo te vea
con más narices que el Santo.
REY
Pues advertid, cuando os premia
mi favor, cómo castiga
mi justicia sus ofensas. 870

 (Vase.) 

ALEJANDRO
Nuestra lealtad favoreces.

 (Aparte.) 

Mejor diré mi cautela.

 (Vase.)  

ENRIQUE
¡Filipo!
FILIPO
Vueseñoría
desocupe el cuarto, y sea
antes que vaya una escuadra 875
a hacer esta diligencia.

 (Vase.)  



Escena XV

 

CARLOS, ENRIQUE, MACARRÓN.

 
ENRIQUE
No es poco la señoría;
que más bajarme pudiera.
MACARRÓN
A ponerte en la merced,
te debiera reverencia, 880
tratándote como fraile.
CARLOS
¡Enrique!
ENRIQUE

 (Aparte.)  

Fingir es fuerza.
CARLOS
¿Qué es esto?
ENRIQUE
Una ingratitud,
una tiranía ciega
de un rey injusto, que así 885
mis nobles servicios premia.
Ven, Carlos; que voy sin mí
de ver que el Rey me desprecia.



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