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ArribaJornada III

 

Galería del palacio.

 

Escena I

 

El REY, MARGARITA, IRENE, LUCIANO.

 
REY
Hija, quien previniese lo futuro,
Jamás errar pudiera sus acciones;
Yo erré por intentar lo más seguro.
MARGARITA
Siempre contradijeron mis razones
La prisión de Alejandro.
REY
¡Caso extraño!
5
No sé cómo evitar tan grave daño;
No sé qué pueda resolver, Luciano,
En tal aprieto; pues Tebandro viene,
Vencido ya el de Atenas y el tebano,
Y a vista de mi corte el campo tiene: 10
A entrambos los venció, que derrotados
Vinieron bajamente a sus estados.
No sé qué alivio busque a mi esperanza;
Que si mi injuria de Tebandro intenta
Vengarse en Alejandro, esta venganza 15
Le obligará a tomarla más sangrienta,
Si este es de los amigos que él decía,
¡Qué mal le despreció la ambición mía!
LUCIANO
Señor, no llama el daño cometido
La desesperación, sino la enmienda; 20
Ya que impensadamente ha sucedido,
A los remedios tu discurso atienda,
Si aquella injuria le movió a Tebandro,
Véncela en agasajos de Alejandro;
¿O te conviene o no para ser dueño 25
De Margarita?
REY
Pues ¿dudar se puede
Qué es lo más conveniente en este empeño?
LUCIANO
Pues, Señor, a gran mal gran bien sucede;
Oblígale, y porque esto no se ataje,
Lo que es prisión se vuelva en hospedaje; 30
Ofrécele a tu hija por esposa.
REY
Eso ha de ser, Luciano; que no ignoro
Que no hay otro remedio; pero es cosa
El rogarle no digna en mi decoro;
Pero, pues es forzoso atropellarlo, 35
El empeño en que estoy puede honestarlo.
Yo he de salir a la campaña luego
A resistirle con la poca gente
Que ha juntado el temor, que a sangre y fuego
Puede entrar en mi corte, y más decente 40
Parecerá esta acción en Margarita,
Pues ya mi amor el ruego solicita.
Tú, hija, lo has de hacer, y trocar luego,
Tomando el buen consejo de Luciano,
La prisión a hospedaje; mas el ruego, 45
De modo que el decoro ne se ultraje;
Aunque no fuera acción muy desmedida
Que ofrecieras tu mano por mi vida.
Yo salgo al campo pues; pero te advierto
Que siempre su persona esté guardada, 50
Aunque no esté en prisión, porque si acierto
A resistir a su furor la entrada
No solo he de negarle tu belleza,
Pero pondré a mis plantas su cabeza.

 (Vase.) 



Escena II

 

MARGARITA, IRENE, LUCIANO.

 
MARGARITA
Cielos, ya había logrado mi ventura 55
Cuanto pedir pudiera mi deseo;
Mas si Alejandro adora la hermosura
De mi prima, será vano mi empleo.
Luciano, ¿qué os parece que yo intente?
LUCIANO
Vos no podéis errar, siendo obediente. 60
MARGARITA
Pues si Alejandro ya a mi prima adora,
¿Queréis que yo a un desaire me aventure?
LUCIANO
Si es cierto que él os quiso, gran Señora,
De aquel amor es fuerza que algo dure;
Demás de que, a buscar ha de ir primero 65
Quien quiere.
MARGARITA
¿Quién os dice que yo quiero?
LUCIANO
No digo que le améis, ni os contradigo

  (Aparte. 

Pues lo ha de confesar, aunque le pese.)
Mas que queréis la conveniencia digo.
MARGARITA
Esa quiero, pues porque interese 70
Mi padre su sosiego y su corona,
Solicito obligada su persona.
LUCIANO
Pues si eso queréis dél, fuerza es hablarle,
Agasajarle y aun satisfacerle.
MARGARITA
Todo eso haré, Luciano; id a llamarle. 75
LUCIANO
Luego de la prisión voy a traerlo.
MARGARITA
Mas callad lo que pasa.
LUCIANO
Sí, Señora.

  (Aparte. 

En sus desprecios lo ha de ver ahora
Que no sólo ha de hallarla enamorada
Alejandro por mí sino rendida; 80
Pues cuanto más se viere despreciada,
Ha de estar de su amor más encendida.
A avisarle de todo voy primero.)
MARGARITA

 (Aparte. 

Entre temor y celos desespero.)
Luciano, ¿viene ya?
LUCIANO
Si aún no he salido
85
De aquí, ¿cómo queréis que haya venido?
MARGARITA
Pensé que ya veníais de buscarle.
LUCIANO

 (Aparte. 

Y ¿niega que es amor?) Voy a llamarle.

 (Vase.) 



Escena III

 

MARGARITA, IRENE.

 
MARGARITA
¿Qué es esto, amor? O yo no he aborrecido,
O no quiero, y si quiero, antes quería; 90
Pues si al tenerte yo no te sentía,
¿Dónde en mi pecho estabas escondido?
Si no estabas en él, ¿de qué ha nacido?
Cuando mi amante fino me asistía,
¿No era más digno de la pena mía, 95
Que hoy que trueca finezas por olvido?
¿En tu mano no estaba el bien que aprecias?
Pues ¿porqué le dejaste? Y si lo ignoras,
¿De que se quejan tus mudanzas necias?
Mas eres niño, y como niño adoras; 100
Que si una cosa tienes, la desprecias,
Y si la ves en otra mano lloras.
¿Viene ya Alejandro, llene?
IRENE
¿Tan presto?
MARGARITA
¿No tarda ya?
IRENE
Mucho cuidado te da; 105
Mas si en tu intento no viene,
¿Qué importa que venga aquí?
MARGARITA
¿Lo sabes?
IRENE
Lo he sospechado
Del pícaro del criado,
Que hace desprecio de mí, 110
Y pierdo mi entendimiento.
¿Venganza toma un bufón?
Pues ¿por qué de un picarón
He de tener sentimiento?
Que tus desprecios sintiese 115
Alejandro, es noble en fin;
Mas un pícaro tan ruin
Sólo sienta, aunque le pese,
Los palos que su señor
U otro le diere al reñir; 120
Y dellos no ha de sentir
La afrenta, sino el dolor.
MARGARITA
¿No es hombre?
IRENE
No a estos extremos.
Todos, aunque humildes, son
De una misma formación, 125
Todos de barro seremos;
Mas los nobles, sin cautelas,
Son de barro portugués,
Y el de los pícaros es
Barro de las covachuelas. 130


Escena IV

 

ALEJANDRO, LUCIANO, MOCLÍN. Dichas.

 
 

(Hablan aparte LUCIANO y ALEJANDRO.)

 
LUCIANO
Entra con esta atención.
ALEJANDRO
Tú, amigo, mi vida has sido,
De lo que tuve creído
Te pido humilde perdón.
LUCIANO
A esto ella misma te exhorta. 135
ALEJANDRO
Mil veces tus plantas beso.
LUCIANO
No te detengas en eso,
Sino advierte lo que importa,
Que está con mucha pasión.
MOCLÍN

 (Aparte a ALEJANDRO.) 

Ponte muy grave y derecho; 140
Atraviésale en el pecho
Todo un juez de comisión.
LUCIANO

 (A MARGARITA.) 

Ya está aquí Alejandro.
MARGARITA
¿Ha entrado?
¿Cómo no llega?
LUCIANO
No sé.
MOCLÍN
Ni se llegará.
MARGARITA
¿Por qué?
145
MOCLÍN
Es caballo escarmentado.
ALEJANDRO

 (Aparte.) 

Amor mi dicha celebre.
MARGARITA
¿No llegáis?
ALEJANDRO
Los pies me dad.
MARGARITA
Alzad.
MOCLÍN
¿Qué es eso? A un alzad
Se llega como al pesebre. 150
MARGARITA
Alejandro, con razón
Podéis estar ofendido
De la prisión impensada;
Mas por lograr el alivio
De ser yo vuestra abogada, 155
Pues a mi padre he pedido
Vuestra libertad, podéis
Tener por dicha el peligro.
Ya estáis libre, y por mi ruego.
ALEJANDRO
Mucho, Señora, lo estimo. 160
MOCLÍN

 (Aparte a ALEJANDRO.) 

No estimes nada, Señor,
Que va el intento perdido:
Sequedad y gravedad.
¡Quién traer pudiera, Dios mío,
Aquí un colegial mayor, 165
Que te enseñara el estilo!
MARGARITA
Mas de vos tengo una queja,
Y os llamo para advertiros
De que valéis más por vos
De lo que habéis presumido. 170
MOCLÍN
Concierto quiere, pues trata
De lo que vales.
ALEJANDRO
Si he sido
Causa yo de vuestro enojo,
Será yerro, no delito.
MARGARITA
Pues es delito y es yerro. 175
MOCLÍN
No es sino oro; esto va lindo.
MARGARITA
El haber vos concitado,
En estado tan tranquilo,
Las guerras que hace a mi reino
Hoy Tebandro, vuestro amigo, 180
Por no haber sido propuesto
A mi elección, siendo digno,
Es yerro y delito grave,
Porque o vos habéis querido
Vencerme desconfiado, 185
O mostraros vengativo.
Si vengativo, Alejandro,
Habéis errado el camino:
No vengan iras de Marte
Desdenes de Amor, que es niño. 190
Los desaires de las damas
Se vengan con el olvido,
Porque el sentimiento dellas
Es no llegar a sentirlos.
Yo supongo la vitoria; 195
Mas cuando me hayáis rendido,
Quedaréis más poderoso,
No más galán ni más digno.
Si el vencerme es ofenderme,
Cuando la hayáis conseguido 200
¿Os querrá por un agravio
Quien por un amor no os quiso?
El desaire del desdén
A la persona se os hizo;
Tomad venganza que os haga 205
Más galán, más no mal visto;
Porque si el vencerme engendra
Contra vos más odios míos,
Lo que os deja más vengado
Os hace más ofendido. 210
Y si por desconfiado
Usáis de aquesos motivos
Por conseguirme, Alejandro,
Poco os debe vuestro brío.
Vuestra gala, vuestro talle, 215
¿Necesitan de otro arbitrio
Para rendir voluntades?
Sin duda no os habéis visto.
Y si es vuestro parecer
Haberme mal parecido, 220
O en mí no es delito, o voz
Hacéis primero el delito.
¿Cómo puedo despicaros
Del agravio recibido,
Si vos mismo no alcanzáis 225
Lo que perdéis por vos mismo?
Vuestro brío despreciado
Es el que ha de conseguirlo;
Que si él por sí no lo alcanza,
Siempre él se queda ofendido. 230
No el decir que no me agrada
Os acobarde, que visto
Muchas veces, algún día
Le encuentra acaso el cariño.
Las cosas truecan estado, 235
Los ojos mudan estilo;
Que siempre es uno el que sale,
Y trae diferentes visos.
Porfiad, aunque canséis,
Y no penséis que es delito; 240
Que quien cansa enamorando,
Cansa con muchos alivios.
Porfiad pues, Alejandro;
No malogréis el principio;
Que a veces la obligación 245
Puede más que el albedrío.
Ya estáis libre, ya podéis
Proseguir vuestros cariños;
Que en daros esta licencia,
Harto, Alejandro, os he dicho. 250
MOCLÍN

 (Aparte a ALEJANDRO.) 

¡Qué dura empezó, y qué blanda
Ha acabado el exorcismo!
Tieso, que tieso, Señor;
Haz que no se te da un higo;
La verás como una breba. 255
ALEJANDRO
Señora, suspenso he oído
Vuestras discretas razones,
Mas sobre incierto principio;
Porque ni yo de Tebandro
Armas ni intento he movido, 260
Ni cuando yo de mi patria
Fomentara los motivos,
Si lo puedo hacer, lo hiciera
Por vengar vuestros desvíos;
Porque en mí para vengarlos, 265
Era menester sentirlos.
Por dos causas no los siento:
La primera, haber oído
Que os hago gusto en dejaros;
Pues si sé que en eso os sirvo, 270
¿Cómo pudiera, Señora,
Cuando estuviera muy fino,
De lo que es contento vuestro
Nacer sentimiento mío?
La segunda es que Matilde 275
Es el norte que yo sigo,
La luz con que ven mis ojos,
La estrella por quien me rijo.
Pues cuando yo, gran Señora,
Ni a vuestra hermosura aspiro 280
Ni vuestros desprecios siento,
¿Cómo pueden ser motivos
Ni el desdén ni la venganza
Del empeño que habéis dicho?
La misma razón lo allana: 285
En vos siempre hallé desvíos
Desaires, desabrimientos;
En ella siempre cariños,
Gustos, agradecimientos;
Aquello en vos es preciso, 290
Por ser fuerza de mi estrella;
Pues si este riesgo en vos miro,
Persuadíos, gran Señora,
Que no intento conseguiros;
Porque no puede creerse 295
De quien no esté sin sentido,
Que se empeñase en un riesgo
Por pretender un peligro.
Esta verdad suponiendo,
Ved en qué puedo serviros, 300
Que cuando mi libertad
No me lograra otro alivio
Mas que el de ver a Matilde,
En cuya ausencia no vivo,
Es deuda a que no pudiera 305
Medir paga el amor mío;
Porque es también sin medida
Lo que su belleza estimo.
MOCLÍN

 (Aparte.) 

¡Oh qué bien! Pesia a mi abuelo,
No habló mejor Tito Livio, 310
Y acabó en brava aceituna;
¡Qué cuesco tiene tan lindo!
MARGARITA
Alejandro, ¿de esa suerte,
Cuando os mostrabais tan fino
En mi asistencia, a mi prima 315
Amabais?
ALEJANDRO
Pues ¿de qué indicio
Lo presumes?
MARGARITA
No presumo,
Mas pregunto.
ALEJANDRO
Pues yo os pido
Licencia para no daros
Respuesta; porque si digo 320
Que sí, no es decoro vuestro,
Y si no, ando poco fino;
Y entre dos riesgos, Señora,
De dos decoros precisos,
Ni quiero faltar al vuestro 325
Ni he de desairar el mío.
MARGARITA

 (Aparte.) 

Válgame aquí mi grandeza
Para no hacer un delirio,
Que está reventando el pecho.
ALEJANDRO
Licencia, Señora, os pido 330
Para ir...
MARGARITA
¿Dónde queréis ir?
MOCLÍN
A matildar un poquito;
Que ha que, con esta prisión,
No matildamos, un siglo.
ALEJANDRO
¿Dónde puedo yo ir, Señora, 335
Sino al centro donde vivo?
MARGARITA
Ea, andad; que estáis muy necio;
Grosero y inadvertido,
Y atrevido en mi presencia,
Si del todo he de decirlo; 340
Idos pues.
ALEJANDRO
Guárdeos el cielo.

 (Vase.) 

MARGARITA
¡Qué presto que ha obedecido!
¡Pierdo el sentido!
MOCLÍN

 (Aparte.) 

Eso sí,
Pierda por ti los sentidos;
Que así se enseña a una ingrata 345
A saber cuántas son cinco.

 (Vase.) 

MARGARITA
Dejadme sola, Luciano.

  (Aparte. 

¡Qué mal mi enojo reprimo!)
LUCIANO
Ya obedezco a vuestra alteza.

  (Aparte. 

Eso sí, sienta su ardor; 350
Que hasta que confiese amor,
No ha de saber su fineza.)

 (Vase.) 

MARGARITA

 (A IRENE.) 

Tú también.
IRENE

 (Aparte.) 

Según se advierte,
Margarita un poquitito
Se ha calzado el zapatito, 355
Que diz que pide la muerte.

 (Vase.) 



Escena V

 

MARGARITA.

 
Ahora que mis enojos
No están para ser sufridos,
Del decoro reprimidos,
Hagan su oficio los ojos. 360
Llore el alma, que se obliga
A sentir tanto rigor,
Pues mi ingratitud amor
Tan justamente castiga;
Mas ¿qué es esto? ¿Yo humillada, 365
Yo llorosa, yo afligida,
Yo ultrajada, yo rendida?
Mas ¿qué he de hacer despreciada?
¡Ah mujeres! despreciando,
¡Qué mal los triunfos se adquieren! 370
Pues cuando los hombres quieren,
Vamos tras ellos llorando.
¿En qué se puede fiar
La que más presume ser,
Si cuando quiere vencer, 375
Se ha de valer del llorar?


Escena VI

 

MATILDE. MARGARITA.

 
MATILDE
Prima, de que hayáis dispuesto
La libertad merecida
De Alejandro, agradecida,
Te vengo a dar... Mas ¿qué es esto? 380
¿Tú llorosa? ¿Qué dolor
Tu entereza vencería?
MARGARITA
¡Ay Matilde! ¡Ay prima mía!
Que este es tormento de amor.
Y pues me han de condenar 385
Aunque niegue mi decoro,
Para excusar lo que lloro
Lo mejor es confesar.
Yo, que de Alejandro amada,
Con finezas asistida, 390
Le aborrecí de querida,
Le quiero de despreciada.
Presto te he dicho mi agravio;
Mas si es contra mi entereza,
No quiero, siendo bajeza, 395
Que se detenga en el labio.
No siento el ver que yo ame
Donde tantas han querido,
Sino el haberme rendido
A una pasión tan infame, 400
De estilo tan torpe y necio,
Que a su vil naturaleza
No la obliga una fineza,
Y se arrastra de un desprecio.
Pues de que villana ha sido, 405
Es argumento forzoso
Que se humilla al vitorioso
Y da golpe en el rendido.
No hallo, prima, la razón,
Ni jamás hallarla esperes, 410
En que fundan las mujeres
Esta necia condición.
Al que quiere despreciamos,
Al que nos deja queremos,
Nuestro bien aborrecemos, 415
Nuestra misma ofensa amamos.
Ni más finos ni mejor
Parecen los que se entregan
Al mar de amor; los que ruegan
Suelen librarse peor. 420
Sólo una razón lo esmalta,
Que la que olvida apetece,
No el desprecio que padece,
Sino el amor que la falta.
Esto lloro, pero no 425
Admires el que te cuente
Su pesar tan claramente
Una mujer como yo;
Que si el mal se ha de decir
A quien le pueda aliviar, 430
De llegártele a contar
Algo puedes inferir.
Yo, Matilde... Pero aquí
Me permite enternecer,
Pues llego a haber menester 435
Valerme, prima, de ti.
Ya tú puedes inferir
En qué puedes aliviarme;
Sé quién eres en quitarme
La vergüenza del pedir. 440
Yo estoy a este amor rendida,
De Alejandro despreciada,
De su desprecio injuriada,
Y de tenerle ofendida;
Tú favorecida estás, 445
Yo lloro lo que perdí,
El me desprecia por ti,
Piénsate tú lo demás.
MATILDE
Detente; que aunque en su vuelo
Llevó tus quejas el aire, 450
Pues has pasado el desaire,
No te has de ir sin el consuelo.
Yo, de tu desdén movida,
Me vi a Alejandro inclinada,
Mira si amé no obligada, 455
Cuanto amaré agradecida.
Yo, en fin, quiero; esta razón
Te propone mi lealtad,
No por la dificultad,
Sino por tu estimación; 460
Porque cuando yo a tu amor
No debiera esta fineza,
Lo hiciera por la llaneza
De decirme tu dolor;
Y si Alejandro me hiciera 465
El blasón de las mujeres,
Sabiendo que tú le quieres,
De su pecho no admitiera...
MARGARITA
Calla ese afecto fiel.
MATILDE
¿Por qué tu voz me detiene? 470
MARGARITA
Porque allí Alejandro viene,
Y eso es mejor para él.

 (Vase.) 



Escena VII

 

ALEJANDRO, MOCLÍN. MATILDE.

 
 

(Hablan aquellos aparte.)

 
ALEJANDRO
Ya el rigor no es de provecho
Si ella me quiere.
MOCLÍN
Señor,
Mira que has de helar su amor 475
Si la declaras tu pecho.
Tieso, Señor, si estos modos
La hacen venir a partido.
Señores, ayuda pido,
Porque esta es causa de todos. 480
No la digas que la quieres
Hasta que esté como un lodo;
Sepan los hombres del modo
Que se arrastran las mujeres.
Y si ha alguno que quiera, 485
Que tal al cielo no pido,
En queriendo ser querido,
Trátelas de esta manera.
Del mar mudable el ser tienen,
Y en sus ondas lo verán; 490
Corren tras los que se van,
Y huyen de los que se vienen.
ALEJANDRO
De ser ruin da testimonio
Quien habla mal dellas.
MOCLÍN
Quedo:
La agradecida, concedo; 495
Pero la ingrata, un demonio.
ALEJANDRO
¿No he hecho ya desprecios hartos
Hasta llegar a enojalla?
¿Qué he de hacer más?
MOCLÍN
Arrastralla.
ALEJANDRO
¿Y después?
MOCLÍN
Hacerla cuartos.
500
Señor, Matilde; abre el labio
Aquí para su alabanza.
ALEJANDRO
Bien dices: sea la venganza
Tanta como fue el agravio.
Matilde hermosa y divina, 505
Tras mi prisión os he hallado,
Como el sol tras el nublado.
MOCLÍN

 (Aparte a ALEJANDRO.) 

¡Qué entrada tan peregrina!
ALEJANDRO

 (Aparte a MOCLÍN.) 

¡Qué mal a fingir me aplico!
MOCLÍN
Bien por lo divina vas. 510
ALEJANDRO
No sé de divina más.
MOCLÍN
Pues dila algún villancico.
ALEJANDRO

 (A MATILDE.) 

Aunque es tan hermoso el ceño,
No os le merece mi fe.
MATILDE
Ya no es para mí.
ALEJANDRO
¿Por qué?
515
MATILDE
Porque tiene mayor dueño.
Alejandro, si ese amor
Fue de mi pecho admitido,
Fue viéndoos aborrecido,
Mas querido, no es favor; 520
Porque si a vuestra persona,
Queriéndola yo, empeñara,
Otro empeño os malograra,
Que os promete una corona.
Y si os lo ha de conseguir 525
El dejarme de querer,
Por poderlo agradecer,
No os le quiero yo admitir.
Porque aunque en vuestro amor gano,
Por él perdemos los dos, 530
Pues dejo de ser por vos
Agradecida a Luciano,
Pues sé que mal satisfecho
Mis finezas solicita;
Y ofendiendo a Margarita, 535
Hago yo ingrato a mi pecho.
Yo sé que es correspondido
Vuestro amor ya con vitoria;
Vuelva pues a la memoria
La que vive en vuestro olvido. 540
Esto está bien a los dos,
Y aunque yo os sienta perder,
Esta fineza he de hacer
Por mí, por ella y por vos.
Por ella, porque ya infiero 545
Que vuestros desprecios llora;
Por vos, porque en ella ahora
Una corona os adquiero;
Por mí, porque si este intento
Le estorba el tenerme amor, 550
Malograros este honor
No fuera agradecimiento.
Y así, os pido que amoroso
Volváis a vuestras pasiones,
Tanto por estas razones 555
Como porque ya es forzoso;
Pues si a lo que os está bien
No vais, Alejandro, luego,
A quien no obliga mi ruego,
Obligará mi desdén. 560

 (Vase.) 



Escena VIII

 

ALEJANDRO, MOCLÍN.

 
ALEJANDRO
¿Qué te parece?
MOCLÍN
Hazte grave;
La mina ardió, por quien soy.
ALEJANDRO
¿Qué dices, Moclín?
MOCLÍN
Que estoy
Más meloso que un jarabe.
ALEJANDRO
Cuando yo intento rendilla, 565
No es ésta mala señal.
MOCLÍN
¿Qué dices? Ya su pañal
Puede ser toldo en la villa.
ALEJANDRO
Más ¿qué instrumentos sonaron?
MOCLÍN
En la galería suena, 570
Que de música está llena,
Y hasta tu cuarto llegaron.
ALEJANDRO
Esperemos a que cante.
MOCLÍN
¿En musiquitas se emplean?
Señor, que te galantean; 575
Pide dulces al instante,
Componte, y harás hacienda.
Buenas van las Margaritas;
Mas, Señor, no me la admitas
Sin darte a saco una tienda: 580
Dé, o váyase noramala.
ALEJANDRO
¿Qué dices, loco?
MOCLÍN
Sí, hermano;
Que no has de darla una mano,
Si no te saca una gala.


Escena IX

 

MARGARITA. Dichos.

 
MARGARITA

 (Aparte desde la puerta.) 

Por aquesta galería, 585
Con color de divertirme,
Salgo a ver si puede oírme
Alejandro, y mi porfía
Es contra mí. ¡Que mi error
La despreciase! ¿Qué haré? 590
Mi padre a riesgo se ve,
Y el remedio es el amor
De Alejandro, ya olvidado,
Pues lo que ajusté no ignoro;
Mas no es su riesgo el que lloro, 595
Sino el que me haya dejado.
MÚSICA

 (Dentro.) 

En tanto que el amor dura,
Toda locura es fineza;
Luego que el olvido empieza,
Toda fineza es locura. 600
ALEJANDRO
Bien cantado y buen compás.
MOCLÍN
Bendito el que le crió.
¿Quién trae la música?
MARGARITA
Yo.
MOCLÍN
Decid que no canten más.
MARGARITA
Pues ¿porqué?
MOCLÍN
No me provoco
605
De musiquitas.
MARGARITA
¿No es buena?
MOCLÍN
Pero es mejor una cena.
MARGARITA
¿Y Alejandro?
MOCLÍN
Ni él tampoco.
MARGARITA
Según eso ¿os cansa el verme?
Alejandro, ¿tal tibieza? 610
¿Qué se hizo tanta fineza,
Tanto alabarme y quererme?
ALEJANDRO

 (Aparte.) 

¡Con qué contento la escucho!
MOCLÍN
¿Finezas? Está apurado;
Ni aun afecto le ha quedado. 615
MARGARITA
Pues ¿porqué?
MOCLÍN
Gastaba mucho.
ALEJANDRO

 (Aparte. 

¡Qué ocasión se me ha ofrecido
De vengarme!) ¿Os escuchaban
Los que la letra cantaban?
MARGARITA
¿Por qué?
ALEJANDRO
Porque han respondido
620
A la pregunta con ella.
MARGARITA
No la llegué a reparar.
ALEJANDRO
Pues volvédsela a escuchar,
Y os responderé por ella.
MÚSICA

 (Dentro.) 

En tanto que el amor dura, etc. 625
ALEJANDRO
Fino estuve y amoroso,
Señora, en vuestra asistencia;
Tratóme amor riguroso,
Pues faltó correspondencia
En un pecho generoso. 630
Dura y ingrata también
Amaba vuestra hermosura,
Y era amor o su desdén,
Que todo parece bien
En tanto que el amor dura. 635
Teníame vuestro olvido
Con tantos desprecios loco;
¿Quién con ellos cuerdo ha sido,
Cuando ha menester tan poco
Para perderse un sentido? 640
Las locuras que este ardor
Hacía en vuestra tibieza,
Juzgaba yo por favor,
Que al juicio de un firme amor
Toda locura es fineza. 645
Mas ya, Señora, al olvido
Con tanto extremo he llegado,
Que aquel amor encendido
Juzgo no sólo apagado,
Mas también aborrecido; 650
Porque en cesando el ardor,
Todo es olvido y tibieza,
Que, como está sin calor,
Se trueca en odio el amor
Luego que el olvido empieza. 655
Efecto es del sentimiento,
Porque viéndose extinguido
Aquel ardor tan violento,
No se contenta el olvido
Sin ser aborrecimiento. 660
Truécase la voluntad,
Pierde el precio la hermosura,
Y reinando la verdad,
Todo afecto es necedad,
Toda fineza es locura. 665
MOCLÍN
¡Qué glosa tan misteriosa
Para el derecho de amor!
No pudiera Parlador
Haber hecho mejor glosa.
MARGARITA

 (Aparte. 

¡Que esto escuche, y que no pueda 670
Dar mi dolor a los labios!
¡Oh, mal haya mi decoro,
Por quien me reprimo tanto!
¿Que leyes de honor son estas?
Por qué, si no ha derogado 675
La ley que obliga a sentirlo,
Da ley que obliga a callarlo?)
 

(Tocan dentro clarines.)

 
Mas ¿qué es esto?


Escena X

 

MATILDE. Dichos.

 
MATILDE
Margarita,
La ciudad ha alborotado
Del ejército la vista, 680
Que ya del triunfo marchando,
Hacia sus muros se acerca;
Y aunque aviso no ha llegado,
En el común alboroto
Que con general aplauso 685
Al viento en ecos repite,
Con que vienen los soldados,
Juzgan todos que el Rey viene
Vencedor ya de Tebandro.
MARGARITA

 (Aparte.) 

¡Cielos, notable ventura! 690
La fortuna me ha logrado
La ocasión de ver si puedo
Arrastrar así a Alejandro,
Y aunque a su desdén me muero;
He de fingir lo contrario. 695
ALEJANDRO
El parabién, gran Señora,
Os doy de triunfo tan alto.
MOCLÍN

 (Aparte.) 

Lleve el diablo quien tal diere.
MARGARITA
Muy bien podéis, Alejandro;
Pero entended de camino 700
Que haberos agasajado
No ha sido no aborreceros,
Sino el ver a riesgo tanto
Juntamente con el reino,
La vida de un padre anciano. 705
Para excusar su peligro
Solicité vuestro agrado;
Mas no habiéndoos menester
Para estorbar este daño,
Quien amoroso no os quiso, 710
No os ha de querer ingrato,
 

(Vase con MATILDE.)

 


Escena XI

 

ALEJANDRO, MOCLÍN.

 
ALEJANDRO
Oíd, esperad, Señora.
¡Ay de mí! todo lo he errado,
Moclín; yo quedo sin alma.
MOCLÍN
Señor, que me lleve el diablo 715
Donde Dios fuere servido,
Por si no acierto en jurarlo,
Si ella por ti no se muere,
Y si no va reventando;
Que esto ha sido contramina. 720
ALEJANDRO
¿Cómo es posible?


Escena XII

 

LUCIANO. Dichos.

 
LUCIANO
¿Alejandro?
ALEJANDRO
Amigo, yo estoy muriendo.
LUCIANO
Pues ¿de qué, cuando bizarro
Entra en la ciudad triunfante,
Vencedor del Rey, Tebandro, 725
A quien trae por prisionero?
Y el Rey, rendido, ha mandado
Que no lo cierren las puertas,
En tu clemencia fiado,
Que dándote a Margarita, 730
Tengan remedio sus daños.
ALEJANDRO
¿Qué dices, amigo mío?
Dame en albricias los brazos.
MOCLÍN
Jesús y qué bravo cuento;
Grasa se le ha vuelto el caldo. 735
ALEJANDRO
¿Cómo estará Margarita?
MOCLÍN
Eso veslo aquí pintado:
Como quien come un conejo,
Y sabe después que es gato.
ALEJANDRO
Salgámosle a recibir. 740
Sígueme, amigo Luciano.
LUCIANO
Pues ¿para qué intentas eso,
Si ya en la ciudad ha entrado,
Y la voz de las trompetas
Y los clarines al paso 745
Nos salen a dar indicio
De que llegan a palacio
Buscándole?
ALEJANDRO
Amor, albricias.
MOCLÍN
Señor, pues está en tu mano
La corona, no te cases, 750
Y déjala suspirando.
ALEJANDRO
Si es cierto que me aborrece,
Yo sabré vengar mi agravio.
LUCIANO
Ya entran en palacio todos.
VOCES

 (Dentro.) 

¡Viva el capitán Tebandro! 755


Escena XIII

 

TEBANDRO, soldados, uno de ellos con tres coronas en una fuente; el REY, prisionero; MARGARITA, MATILDE, IRENE. Dichos.

 
TEBANDRO
Sólo Alejandro viva, y esta gloria
Por suya la aclamad en mi vitoria.
ALEJANDRO
Dame los brazos, valeroso amigo.
TEBANDRO
Y en ellos el aplauso que consigo.
REY
Fortuna, ¡que me ultrajes deste modo! 760
MARGARITA

 (Aparte.) 

¿Qué es esto, cielos? Yo lo he errado todo
Pues en mi amor fingí aquella mudanza
Para que él haga justa su venganza.
TEBANDRO
Noble Alejandro, amigo generoso,
Si prometió mi brazo valeroso 765
Ofrecer a tus plantas las coronas
De este estado y de todas las personas
Que en tu amor competían, tu deseo
Ya te ha cumplido todo este trofeo.
Las coronas que ves son las rendidas 770
De Tebas y de Atenas, cuyas vidas
Libró cobarde fuga; y la tercera
Es la de Creta, cuyo rey rendido
Tienes en tu poder. Ya yo he cumplido
Lo que te prometí, mira tú ahora 775
De tu amor o tu olvido a quién prefieres,
Que tú puedes hacer lo que quisieres;
Porque sólo mi fe el blasón desea
De que el Poder de la amistad se vea.
REY
Alejandro, si al yerro cometido 780
De no haber sido vos el escogido,
Como vuestro poder lo merecía,
Doy por disculpa la ignorancia mía,
No pase ya, pues el valor lo alcanza,
De mi arrepentimiento la venganza; 785
Que si yo en ella ya poder tuviera
Con Margarita mi corona os diera.
ALEJANDRO
Ya que tengo en mi mano la corona,
Pues a vuestros desprecios no perdona,
Ya agravio tan injusto no hay olvido, 790
Ha de ser de quien la haya merecido.
TEBANDRO
¿A quién dan la corona tus intentos?
MOCLÍN
Désela a un fraile, y quítese de cuentos.
MARGARITA
Alejandro, antes que llegue
Tu resolución a más, 795
Pues ya es tuya la corona,
Por mi destino fatal,
Lo que calló mi decoro
Es forzoso confesar.
Yo, engañada de querida, 800
No presumía jamás
Que te adoraba mi pecho;
Pero viéndome olvidar,
Reconocí aquella llama
Que era en mi pecho un volcán, 805
Cubierto de aquella nieve.
Y porque veas que es verdad,
Da a quien quieras la corona,
Porque no puedas pensar
Que me obliga esa ambición; 810
Que si en tu pecho le das
Lugar al afecto mío,
Sin ella y con voluntad
La corona de tu amor
Es la que yo estimo más. 815
MOCLÍN
Confesó todo el delito,
No hay sino mandarla ahorcar.
ALEJANDRO
Sólo eso oír he querido
Para llegarme a vengar
De vuestro injusto desprecio; 820
Y porque sepan que hay
Quien supo vengar desdenes
Con su propia voluntad,
La venganza es haber hecho
Que me busquéis y queráis, 825
Y la corona, Señora,
Porque yo tomo no más
La venganza sin castigo,
A vuestras plantas está.
Y porque el fin mejor sea, 830
Luciano, la mano da
A Matilde, que te estima;
Y tú, mi hermosa deidad,
Llega a mis brazos dichosos,
Dulce fin en tanto mal. 835
MOCLÍN
Y Irene llegue a los míos,
Que con aquesto se harán
A un tiempo tres casamientos;
Y si os acertó a agradar
Esta pluma, fin dichoso 840
Con vuestro aplauso tendrá
La venganza sin castigo,
Y el Poder de la amistad.





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