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El villano, en su rincón

Comedia famosa

Lope de Vega


[Nota preliminar: Edición a cargo de Guillermo Serés. Grupo de investigación PROLOPE. Proyecto TC/12.]



 
LISARDA,   labradora.
BELISA y COSTANZA.
OTÓN,   caballero.
FINARDO.
MARÍN,   lacayo.
JUAN LABRADOR.
FELICIANO.
EL REY DE FRANCIA.
LA INFANTA,   su hermana.
FILETO y BRUNO,   labradores.
SALVANO y TIRSO,   labradores.
UN ALCAIDE.





ArribaAbajoActo I

 

Salen LISARDA, labradora, en hábito de dama, y BELISA, prima suya, y detrás OTÓN, caballero, y FINARDO, amigo suyo, y MARÍN, lacayo.

 
BELISA
   ¿Desto gustas?
LISARDA
Desto gusto.
BELISA
¡Qué notable inclinación!
OTÓN
Casadas pienso que son.
FINARDO
No te resulte disgusto,
   que en el hábito parecen5
gente noble y principal.
OTÓN
Talle y habla es celestial,
juntos matan y enloquecen;
   mas si el ánimo faltara
¿qué ocasión no se perdiera?10
LISARDA
Si bien no me pareciera,
ninguna joya tomara,
   que lo mayor para mí
es el buen talle del hombre.
BELISA
Por mi fe que es gentilhombre.15
FINARDO
¿Volverás a hablarla?
OTÓN
Sí.
LISARDA
   ¡Con qué estilo tan galán
tantas joyas me compró!
BELISA
Habla bajo, porque yo
pienso, Lisarda, que van20
   siguiendo nuestras pisadas.
LISARDA
Eso me ha dado temor.
BELISA
Vuelve muy aprisa amor
por las prendas empeñadas.
LISARDA
   Todo lo que éste me ha dado25
de opinión he de perder,
si agora viene a saber
la calidad de mi estado;
   mas podrelo remediar
con darle una prenda yo30
que valga más.
BELISA
Eso no.
OTÓN
Quiero, Finardo, llegar.
   A mucha descortesía,
hermosa dama, tendréis,
y apostaré que estaréis35
descontenta de la mía,
   porque sirviéndoos vengo
y que una vez vuelvo hablaros.
LISARDA
Yo me holgara de obligaros,
por el peligro que tengo,40
   señor, a que me dejéis
cierto de que en el lugar
donde hoy me vistes llegar
muchas veces me veréis.
   Y para satisfación45
de que no os digo mentira
-porque no sabe quien mira
las más veces la intención-,
   esta sortija tomad.
OTÓN
Por prenda vuestra la acepto50
y no seguiros prometo,
si no es con la voluntad.
   No os espante el ver que siga,
pues el alma me lleváis,
ni el ver, pues ya me dejáis,55
que esto tan aprisa os diga,
   que sabe el cielo que es fuerza
y que no he podido más.
LISARDA
El noble que ama jamás
hizo a lo que quiso fuerza.60
   Esto espero yo de vos,
pues vuestra nobleza es llana,
que aquí me veréis mañana.
Y quedaos con Dios.
OTÓN
A Dios.
LISARDA
   Yo os juro que, si os agrado,65
que de vos lo voy también,
y que, procediendo bien,
os doy amor por cuidado.
OTÓN
   Yo no pasaré de aquí,
satisfecho que os veré.70
LISARDA
Pues yo de aquí pasaré,
si vos me obligáis ansí.
OTÓN
   Digo que vais en buen hora.
LISARDA
Satisfecha voy de vos.
OTÓN
Id con Dios.
LISARDA
Quedad con Dios.
75
 

(Vanse ellas.)

 
FINARDO
¿Qué tenemos?
OTÓN
Que es señora
   de gran calidad, sin duda.
FINARDO
Lindamente os ha engañado.
OTÓN
Yo me doy por bien pagado
con que eternamente acuda80
   donde dice que vendrá.
FINARDO
¿Qué te parece, Marín,
deste tu señor?
MARÍN
Que en fin
tras sus antojos se va.
   ¿Qué bestia le hubiera dado85
tantas joyas a mujer
sin coche, silla o traer
sólo un escudero al lado?
OTÓN
   No la pensaba seguir...
La palabra me tomó...90
Pero perdone, que yo
os tengo de ver mentir,
   y me habéis de confesar,
que soy más cuerdo, aunque poco.
Parte por gusto de un loco,95
Marín, hasta verla entrar
   en la casa donde vive.
¿Qué miras? Vela siguiendo.
MARÍN
Voy tras ella, porque entiendo
que ya Finardo apercibe100
   la vaya que te ha de dar.
OTÓN
No hará, por vida de Otón,
que yo sé que es ocasión
para podella envidiar.
FINARDO
   Fingís estar engañado105
porque no os tenga por necio.
OTÓN
Para mí no tiene precio,
Finardo, un término honrado.
FINARDO
   ¿Término honrado es tomar
más de trecientos escudos110
de joyas de oro?
OTÓN
A los mudos
haréis, porfiando, hablar.
   No os lo pensaba decir.
¿Conocéis piedras?
FINARDO
Muy bien.
OTÓN
¿Puede ser que a un hombre den115
la que puede competir
   con una estrella del cielo?
Mujer es de poco honor.
FINARDO
Ésta tiene gran valor.
OTÓN
Que son señoras recelo.120
FINARDO
   Piedra es ésta que me admira.
OTÓN
Es un gentil dïamante.
FINARDO
Pero la luz no os espante,
porque mil veces se mira
    tan bien labrado un cristal,125
que aun engaña a quien lo entiende.
OTÓN
Ya vuestro temor me ofende:
todo lo juzgáis a mal.
FINARDO
    Hay seis o siete maneras
de mujeres pescadoras130
que andan, Otón, a estas horas
por estas verdes riberas.
    Una sale con rigor
que no se ha de destapar,
porque, en viéndola, no hay dar135
una blanca de valor.
    Ésta, fïada en el pico,
dos melindres y un enfado,
y algo de un ojo rasgado
que encubre nariz y hocico,140
    pesca de sólo su anzuelo
camarones, pececillos,
guantes, tocas y abanillos
del boquirrubio mozuelo.
    Otra sale con su manto145
como barba hasta la cinta,
que por lo casto se pinta
de lo que aborrece tanto.
   Pesca un barbo boquiabierto,
destos que andan a casarse,150
que piensan que han de toparse
con un tesoro encubierto.
   Lleva arracadas y cruces.
Otra sale a lo bizarro,
tercia el manto con desgarro155
y anda el rostro entre dos luces.
   Ésta viene más fïada
en la cara bien compuesta,
descubierta a la respuesta,
y, cuando pide, tapada, 160
   pesca un delfín a caballo,
que se apea a no lo ser.
Cuerdo digo al mercader
que sabe bien castigallo,
   y quédalo por la pena.165
Otra veréis cuyo fin
es dar un nuevo chapín
que aquella mañana estrena.
   Acuden a la virilla
de plata resplandeciente170
mil peces de toda gente.
Ella salta, danza y brilla;
   pesca medias y otras cosas;
dice que vive, a diez hombres,
en calles de treinta nombres.175
Otras hay más cautelosas,
   destas de coche prestado:
pescan un señor seguro,
llevan diamante, oro puro,
que se cobra ejecutado. 180
    Hay a la noche bujías,
pastilla, esclavilla y salva;
y vase acostar al alba,
después de seis gracias frías
    y un poquito de almohada. 185
Otras hay que andan al vuelo:
no ponen cebo al anzuelo
ni van reparando en nada,
    porque son red barredera
de los altos y los bajos.190
Éstas pescan renacuajos,
mariscando la ribera,
    porque llevan avellanas,
duraznos, melocotones,
huevos, sardinas, melones,195
besugos, peras, manzanas
   y zarandajas ansí.
Déstas ya habréis escogido
lo que vuestra dama ha sido,
que yo lo sé para mí.200
OTÓN
   Paréceme discreción
de apretante cortesano.
¡Qué enfadoso estáis!
FINARDO
Es llano,
diciéndoos verdad, Otón.
 

(Sale MARÍN.)

 
MARÍN
   ¡Ea! ¡Albricias!
OTÓN
¿Cómo ansí?
205
MARÍN
¡Linda cosa!
OTÓN
¿De qué modo?
MARÍN
¡Oh, bien empleado todo
cuanto se lleva de aquí!
OTÓN
   ¿Es acaso gran señora?
MARÍN
No, pero muy gran bellaca,210
pues con invenciones saca.
Y se va riyendo agora.
FINARDO
   «Riyendo se va un arroyo,
sus guijas parecen dientes».
OTÓN
¿Hacéis burla?
FINARDO
No le cuentes
215
si era fregona de poyo
   o damisela de aquellas
de guadamecí en invierno,
sino ríñele lo tierno
con que se muere por ellas220
   y el crédito que les da
a sus vidrios engastados.
MARÍN
Pienso dejaros helados
si os lo cuento.
OTÓN
Acaba ya.
MARÍN
   Seguí este diablo o mujer225
casi hasta el fin de París,
que pensé que a San Dionís
iba, por dicha, a comer.
   Llegó la tal a un mesón,
entró en él y a un aposento230
se fue derecha al momento...
Forjo una linda invención
   y entro al descuido a saber
de cierto español correo.
Miro al aposento y veo235
desnudarse la mujer
   y vestirse poco a poco
de labradora y, después,
salir con ella otros tres.
FINARDO
¡Para engañar a otro loco!240
MARÍN
   No, por Dios; mas un villano
un carro sacó al instante;
ella, poniendo delante
del rostro con blanca mano
   un velo sutil, subió245
y, en una alfombra sentada,
la primavera esmaltada
por abril me pareció.
   Bien puede ser que si vieras
en el traje la mujer 250
que tuvieras más que hacer
porque hasta el lugar te fueras.
   Iba un villanillo a pie
y preguntele quién era,
y dijo desta manera:255
«¿Que lo pregunta? ¿Él no ve
   que es hija de mi señor,
Juan Labrador?» «Es gallarda»,
dije. «¿Dónde vive? Aguarda».
Y respondiome: «En Belflor,260
   ese lugar del camino
del bosque en que caza el Rey».
FINARDO
Villana es a toda ley,
que en traje de dama vino
   a burlar en la ciudad265
un moscatel como vos.
OTÓN
¿Juan Labrador?
MARÍN
Sí, por Dios.
OTÓN
¡Qué extraña temeridad!
   Pues ¿cómo una labradora
este diamante me dio?270
FINARDO
Porque, si es vidrio, os burló.
OTÓN
Eso sabremos agora.
   Camina a la platería.
Sea dama o labradora,
no es tan hermosa la aurora275
cuando abre la puerta al día.
FINARDO
   ¿Que es tan hermosa, Marín?
MARÍN
No hay cosa que más lo sea.
Haz cuenta que en una aldea
se ha humanado un serafín. 280
 

(Vanse. Salen JUAN LABRADOR, villano viejo, FILETO, BRUNO y SALVANO, labradores.)

 
JUAN
   Creo que os he de reñir
con las hoces en las manos.
Salid acá, cortesanos.
FILETO
¿Ya escopienzas a reñir?
   Pero donaire has tenido,285
pues cortesanos nos llamas
pensando que nos infamas
con ese honrado apellido.
JUAN
   Fileto, el nombre villano,
del que en la villa vivía290
se dijo, cual se diría
de la corte el cortesano.
   El cortesano recibe
por afrenta aqueste nombre,
siendo villano aquel hombre295
bueno, que en la villa vive.
   Yo, pues nos llama villanos
el cortesano a nosotros,
también os llamo a vosotros,
por afrenta, cortesanos.300
FILETO
   Señor, ha dicho muy bien.
JUAN
¡Ea, pues, alto, al trabajo,
y pues yo mi cuello abajo,
bájenle todos también!
   ¿Cuántos salieron a arar?305
SALVANO
Veinte mozos, diez con bueyes
y diez con mulas.
JUAN
¿Qué reyes
no me pueden envidiar?
   Ve tú, Salvano, a la viña
de la ermita con tu carro.310
SALVANO
Como ha llovido y es barro
lo más de aquella campiña,
   otra mula llevaré.
JUAN
Lleva cuatro, Dios loado,
que tantos pares me ha dado,315
pues aun contarlos no sé.
   ¡Ea!, tú, Bruno, a la cuesta
donde vendimia Costanza.
BRUNO
Yo voy.
JUAN
Tú, Fileto, alcanza
la más blanca y limpia cesta,320
   y de unas uvas doradas
que se vengan a los ojos
y estén sus racimos rojos
por las mañanas heladas,
   descubriendo con el sol325
el puro color del oro,
la llena y lleva a Peloro,
nuestro vecino y doctor.
FILETO
   Manda a Gila que me dé
un paño de manos bueno,330
labrado o de randas lleno,
y en somo le posaré.
JUAN
   ¿No eres más necio? ¿No sabes
que a peligro el paño está
de que se te quede allá?335
FILETO
Entre personas muy graves
   platos y paños se vuelven.
JUAN
[..................................]
[..................................]
[..................................]340
   Los pámpanos, de manera
unos en otros asidos,
con clavellinas tejidos,
que vayan cayendo afuera;
   que juntas hojas y flores345
parecen, si están lozanos,
sus hojas paños de manos
y los claveles labores.
FILETO
   Voy y la pondré de suerte
que al Rey se pueda llevar.350
JUAN
Aquí te quiero aguardar.
FILETO
Al momento vuelvo a verte.
JUAN
   Gracias, inmenso cielo,
a tu bondad divina,
no tanto por los bienes que me has dado,355
pues todo aqueste suelo
y esta sierra vecina
cubren mis trigos, viñas y ganado,
ni por haber colmado
    de casi blanco aceite360
destas olivas bajas,
a treinta y más tinajas,
donde nadan los quesos por deleite,
sin las que de henchir faltas
de olivas más ancianas y más altas.365
    No porque mis colmenas
de nidos pequeñuelos
de tantas avecillas adornadas,
de blanca miel rellenas,
que al reírse los cielos370
convierten destas flores matizadas;
ni porque estén cargadas
de montes de oro en trigo
las eras que a las trojes
sin tempestad recoges,375
de quien tú, que lo das, eres testigo,
si soy tu mayordomo,
que mientras más adquiero, menos como;
    no porque los lagares,
con las azules uvas380
rebosen por los bordes a la tierra;
ni porque tantos pares
de bien labradas cubas
puedan bastar a lo que otubre encierra;
no porque aquella sierra385
cubra el ganado mío,
que allá parecen peñas;
ni porque con mis señas,
bebiendo de manera agota el río,
que en el tiempo que bebe,390
a pie enjuto el pastor a pasar se atreve;
   las gracias más colmadas
te doy, porque me has dado
contento en el estado que me has puesto.
[..................................]395
[..................................]
[..................................]
Parezco un hombre opuesto
al cortesano, triste
por honras y ambiciones,400
que de tantas pasiones
el corazón y el pensamiento viste,
porque yo, sin cuidado
de honor, con mis iguales vivo honrado.
   Nací en aquesta aldea,405
dos leguas de la corte,
y no he visto la corte en sesenta años,
ni plega a Dios la vea,
aunque el vivir me importe
por casos de fortuna tan extraños.410
Estos mismos castaños
que nacieron conmigo
no he pasado en mi vida,
porque si la comida
y la casa del hombre dulce abrigo415
adonde nace tiene,
¿qué busca? ¿Adónde va? ¿Adónde viene?
   Ríome del soldado,
que, como si tuviese
mil piernas y mil brazos, va a perdellos;420
el otro, desdichado,
que como si no hubiese
bastante tierra, asiendo los cabellos
a la Fortuna, y dellos
colgado el pensamiento,425
las libres mares ara
y aun en el mar no para,
que presume también beber el viento.
¡Ay, Dios, qué gran locura
buscar el hombre incierta sepultura!430
 

(Sale FELICIANO, su hijo, de labrador.)

 
FELICIANO
   Ansí Dios te dé placer,
padre mío y mi señor,
que me hagas un favor.
JUAN
Muchos te quisiera hacer.
FELICIANO
Pues ven, por tu vida, a ver435
al Rey, que muy cerca pasa
del umbral de nuestra casa,
que va a cazar a su monte.
Tu capa y sombrero ponte
que el sol en vendimia abrasa.440
   Ven a ver las damas bellas
que acompañan a su hermana,
que sale como Dïana
entre planetas y estrellas.
Con ella compiten ellas445
y ella con el sol divino.
Ven, porque todo el camino
se cubre de más señores
que tienen los campos flores
y fruta aquel verde pino.450
    Ven a ver cuán envidioso
está el sol de los caballos,
porque quisiera roballos
para su carro famoso.
   Verás tanto paje hermoso455
que el pecho tierno atraviesa
con banda blanca francesa,
opuesta al rojo español,
ir como rayos del sol
por esa arboleda espesa.460
    ¡Ea, padre!, que esta vez
no has de ser tan aldeano;
da, por tu vida, de mano
a tanta selvatiquez.
   Alegra ya tu vejez,465
hinca la rodilla en tierra
al Rey, que con tanta guerra
te mantiene en paz.
JUAN
No más,
que pesadumbre me das.
La boca, inorante, cierra.470
   ¿Qué es ver al Rey? ¿Estás loco?
¿De qué le importa al villano
ver al señor soberano,
que todo lo tiene en poco?
Los últimos pasos toco475
de mi vida, y no le vi
desde el día en que nací;
pues ¿tengo de verle ya,
cuando acabándose está?
Más quiero morirme ansí.480
   Yo he sido rey, Feliciano,
en mi pequeño rincón;
reyes los que viven son
del trabajo de su mano.
Rey es quien con pecho sano485
descansa sin ver al Rey,
obedeciendo su ley
como al que es Dios en la tierra,
pues que, del poder que encierra,
sé que es su mismo virrey.490
    Yo adoro al Rey, mas si yo
nací en un monte, ¿a qué efeto
veré al Rey, hombre perfeto,
que Dios singular crió?
El cura nos predicó495
que dos ángeles tenía
que le guardan noche y día,
y que esta fue su opinión,
sin la mucha guarnición
de su armada infantería.500
   Yo propuse, Feliciano,
de no ver al Rey jamás,
pues de la tierra en que estás
yo tengo el cetro en la mano.
Si el Rey al pobre villano505
que ves prestados pidiese
cien mil escudos, si hubiese
grande que así los prestase
-¿qué es prestase?, presentase-,
que en un cordel me pusiese.510
    Daré al Rey toda mi hacienda,
hasta la oveja y el buey;
mas yo no he de ver al Rey,
mientras desto no se ofenda.
¿Hame de dar encomienda515
ni plaza de consejero?
Servirle y no verle quiero,
porque al sol no le miramos
y con él nos alumbramos,
pues tal al Rey considero.520
   No se deja el sol mirar,
que es su rostro un fuego eterno.
Rey del campo que gobierno
me soléis todos llamar;
el ave que hago matar,525
sábele allá de otro modo,
ni el vino oloroso todo,
[..................................]
[..................................]
[..................................]530
[..................................]
[..................................]
[..................................]
[..................................]
[..................................]535
antes le falta haber sido
él mismo que le ha cogido
para que le sepa más,
que en las viñas donde estás
lo que he sembrado he bebido.540
   Los coches pienso que son
estos que vienen sonando.
Ya me escondo, imaginando
su trápala y confusión.
¡Ay, mi divino rincón,545
donde soy rey de mis pajas!
Dura ambición, ¿qué trabajas
haciendo al aire edificios,
pues los más altos oficios
no llevan más de mortajas?550
 

(Vase.)

 
FELICIANO
    ¿Qué bárbaro produjeron
las montañas del Caucaso,
qué abarimo, qué circaso
sus ocultos montes vieron,
a qué león leche dieron555
las albanesas leonas,
ni en todas las cinco zonas
vio el sol por fuegos o yelos,
corriendo sus paralelos,
sus círculos y coronas? 560
    ¿Hay semejante rigor?
¿Hay tan grande villanía?
¡De ver al Rey se desvía,
y al que es supremo señor!
 

(Sale LISARDA, en hábito de labradora, y BELISA.)

 
LISARDA
¡De qué famosa labor565
iba bordada la saya!
BELISA
No presumo yo que haya
en el sur perlas más bellas.
LISARDA
Allá envían a cogellas
a la más remota playa.570
BELISA
   Hermosa la infanta iba.
LISARDA
Cuando no fuera quien es,
su hermosura era interés
que en más alto reino estriba.
BELISA
Pensé que era, así yo viva,575
uno de aquellos señores
el que allá te dijo amores
cuando fuiste disfrazada.
LISARDA
Pues no estuviste engañada;
yo lo estuve en sus favores.580
BELISA
   Mira que está aquí tu hermano.
LISARDA
Feliciano...
FELICIANO
Mi Lisarda...
LISARDA
¿Viste la corte gallarda?
FELICIANO
Vi nuestro Rey soberano.
LISARDA
¿Y no viste, Feliciano,585
tantas damas, tal belleza?
FELICIANO
Admirome su grandeza
de suerte, que a toda furia
vine a llamar quien injuria
la misma Naturaleza.590
   Rogué a mi padre que fuese
a ver al Rey.
LISARDA
Necedad.
¿Tan extraña novedad
querías que por ti hiciese?
Antes que Juan se moviese595
de su umbrar a ver al Rey,
rompería el aire un buey,
porque, desde que nació,
el no ver al Rey juró,
después de guardar su ley.600
FELICIANO
   ¿Es posible que nacimos
deste monstruo?
LISARDA
No lo sé.
FELICIANO
Si es nuestro padre ¿por qué
tan diferentes salimos?
   Yo muero por ver la corte605
y andar en honrado traje;
cánsame este villanaje,
aunque a darle gusto importe.
   Cuando me puedo escapar,
voy a París con vestido610
tan cortesano y pulido,
que el Rey me puede mirar.
   Escucho sus caballeros,
su grandeza me alborota;
al juego de la pelota615
voy apostar mis dineros,
   ya que no puedo jugar
-a lo menos no me atrevo,
porque sé bien que si pruebo
conmigo se ha de enojar-.620
   Si en las justas y torneos
puedo disfrazado entrar,
allá procuro llegar,
y si no, con los deseos.
   No sé cómo me engendró.625
LISARDA
Pues ¿qué te diré de mí?
Jamás a la corte fui
que allá pareciese yo.
   Mi ropa, basquiña y manto,
guante y dorado chapín,630
puede mirallo el Delfín.
FELICIANO
De su rudeza me espanto.
   Yo voy a la iglesia, hermana,
porque oí decir que oiría
misa el Rey en ella.
LISARDA
Haría
635
nuestra aldea cortesana.
   Y aun allí podría ser
que nuestro padre le viese,
aunque verle no quisiese,
pues nunca le quiere ver.640
FELICIANO
    No hayas miedo, porque está,
desde que al Rey ha sentido,
o encerrado o escondido.
LISARDA
Pues ¿a misa no saldrá?
FELICIANO
    Perderala por no ver645
la corte, el Rey ni las damas.
LISARDA
¿Y bárbaro no le llamas?
FELICIANO
Ni aun hombre mereció ser.
   Voyme, porque para mí
nunca amanece tal día.650
 

(Vase.)

 
LISARDA
¿Qué dirás, Belisa mía,
de lo que ha pasado aquí?
BELISA
   Digo que, como la gente
del lugar toda entrará
a ver al Rey, si allí está,655
puedes muy honestamente
   verle y ver, si está con él,
al que las joyas te dio.
LISARDA
Digo que le he visto yo,
Belisa, y muy cerca dél.660
BELISA
   ¡Cosa que fuese señor
de importancia!
LISARDA
No quisiera
que tan grande señor fuera
como imposible mi amor.
   Pero vamos a saber665
lo que hizo la Fortuna,
que quien nació sin ninguna,
¿de qué la puede temer?
   Mas tenga este desengaño
mi padre, Juan Labrador,670
que no lo ha de ser mi amor
sin hacer a mi honor daño.
   Yo no nací, mi Belisa,
para labrador por dueño;
para mi su estilo es sueño675
y su condición es risa.
   Yo me tengo de casar,
por mi gusto y por mi mano,
con un hombre cortesano
y no en mi proprio lugar.680
BELISA
   ¿No me llevarás contigo?
LISARDA
Conmigo te llevaré.
Para corte me crïé;
su estilo y leyes bendigo.
BELISA
   Vamos, y deja el aldea.685
LISARDA
¡Ay, si hablase aquel señor!
BELISA
No es imposible tu amor,
como título no sea.
LISARDA
   Puédele mi padre dar
de dote cien mil ducados.690
BELISA
Ducados hacen ducados;
con duque te has de casar.
 

(Sale el REY DE FRANCIA con acompañamiento, la INFANTA, FINARDO, OTÓN y MARÍN.)

 
REY
¿Habeislo preguntado?
OTÓN
Ya se viste,
que no fue poca dicha, porque es tarde.
INFANTA
La iglesia me contenta, aunque es antigua,695
y los altares tienen, para aldea,
mejores ornamentos que la corte.
OTÓN
Pienso que en ella vive un hombre rico,
que debe de tener este cuidado.
 

(Salen FILETO, BRUNO, SALVANO, villanos.)

 
REY
   ¿Qué piedra es ésta escrita, que sostiene700
este pilar?
INFANTA
Será alguna memoria.
¿Eso a leer se pone Vuestra Alteza?
FILETO
Pisa quedito, Bruno, no te sientan.
BRUNO
Pues ¿fuera yo más quedo sobre huevos?
SALVANO
¿Éste es el Rey?
FILETO
Aquel mancebo rojo.
705
SALVANO
¡Válgame Dios! ¿Los reyes tienen barbas?
FILETO
Pues ¿cómo piensas tú que son los reyes?
SALVANO
Yo he visto en un jardín pintado al César,
a Tito, a Vespasiano y a Trajano;
pero estaban rapados como frailes.710
BRUNO
Ésos eran coléricos, que apenas
sufrían sus bigotes, y de enfado
se dejaban rapar barba y cabeza.
INFANTA
¿De qué se está riyendo Vuestra Alteza?
REY
¿No quieres que me ría, si he leído715
la cosa más notable en esta piedra
que está en el mundo escrita, ni se ha oído?
INFANTA
Pues no se espante deso Vuestra Alteza,
que en los sepulcros hay notables cosas.
OTÓN
Estando yo en España y en Italia720
he visto algunos de memoria dignos.
REY
Plutarco hace mención, y por testigo
pone a Heródoto, del sepulcro insigne
que en la puerta mayor de Babilonia
hizo la gran Semíramis de Nino,725
convidando a tomar de sus dineros
al rey que dellos fuese codicioso.
Abriole Dario, rey de Persia, y dentro
halló sola una piedra que decía:
«Si no fueras avaro y ambicioso,730
no vieras las cenizas de los muertos».
OTÓN
De Herodes cuenta la codicia misma
Josefo, historiador de tanto crédito:
abrió, pensando hallar ricos tesoros,
del gran David y Salomón las urnas.735
INFANTA
Notables fueron en antiguos tiempos
de la bárbara Egipto los pirámides.
OTÓN
En Lusitania, en una piedra había
escritas estas letras: «Gundisalvo
yace debajo aquesta losa fría;740
boca abajo mandó que le enterrasen,
porque da tan apriesa vuelta el mundo,
que quedará muy presto boca arriba,
y así quiso excusarse del trabajo».
REY
¡Notable!
INFANTA
No se ha visto semejante.
745
REY
Éste merece letras en diamante.
INFANTA
¿Cómo dicen, señor?
REY
De aquesta suerte,
aunque le falta el año de la muerte:
   «Yace aquí Juan Labrador,
que nunca sirvió a señor750
ni vio la corte ni al Rey
ni temió ni dio temor;
[..................................]
   no tuvo necesidad
ni estuvo herido ni preso,755
ni en muchos años de edad
vio en su casa mal suceso,
envidia ni enfermedad».
INFANTA
   ¿No dice cuándo murió?
REY
No escribe el año ni el mes.760
INFANTA
Por ventura es vivo.
REY
Yo
diera un notable interés
porque viviera.
INFANTA
Yo no.
REY
   Yo sí, para conocer
un hombre tan peregrino.765
OTÓN
Presto lo podrás saber.
 

(Sale LISARDA y BELISA.)

 
LISARDA
A misa dicen que vino.
BELISA
Mas ¿si acertase a saber
   aquel tu desasosiego?
LISARDA
No dudes de que aqui está.770
BELISA
Si lo está, verasle luego.
LISARDA
No lo dudo, porque habrá
la luz de su mismo fuego.
OTÓN
   Aquí hay muchos labradores
de los que vienen a verte;775
si es tu gusto, no lo ignores.
REY
De lo que le tengo advierte
alguno de los mejores.
OTÓN
   Hola, amigos, el Rey hablaros quiere.
¿Cuál es de todos de mejor juïcio? 780
BRUNO
Yo ha poco que era el más discreto; agora
no sé en lo que ha topado, no soy tanto.
FILETO
Aquí Salvano sabe más que Bruno,
y yo suelo saber más que Salvano,
porque sé de las misas lo que es quiries 785
y canto por la noche el Tanto negro;
pero pienso, señor, que me turbase...
OTÓN
¿Cómo turbar? ¿No veis cuán apacible,
cuán humano es el Rey? Que los leones
son graves con los graves animales,790
y humildes con los tiernos corderillos.
No temáis porque el Rey hablaros quiere.
FILETO
Yo voy en su grandeza confïado.
OTÓN
Aquí viene, señor, el más discreto
de aquestos labradores y villanos. 795
FILETO
Hablando con perdón, yo soy discreto.
REY
¿Sois muy discreto vos?
FILETO
Notablemente;
he jugado a la chuca y a los bolos;
yo pinto con almagre ricos mayos
la noche de San Juan y de San Pedro, 800
y pongo «Juana, Antona y Menga, vítor».
REY
¿Quién es Juan Labrador aquí?
FILETO
Es mi amo;
que por darme a comer ansí le llamo.
REY
¿Que vive?
FILETO
Sí, señor.
REY
Pues ¿cómo tiene
puesta su piedra aquí de sepultura?805
FILETO
Porque dice que es loco el que edifica
casa para la vida de cien años,
aunque muy pocos pasan de sesenta,
y no lo hace para tantos cuantos
ha de estar en la casa de la muerte. 810
REY
¿Es muy sabio?
FILETO
Después de mí, no hay hombre
que sepa tanto en toda aquesta aldea.
REY
Ansí falta en las letras mes y año.
FILETO
Pondránsele en muriendo.
REY
¿Tiene hijos?
FILETO
Dos tiene agora, un macho y una macha815
más bella que una rosa alejandrina
cuando rompe el botón y por su extremo
desplega algunas hojas y otras coge.
REY
¿Es rico?
FILETO
Es espantosa su riqueza.
Tiene de su labor más de cien hombres,820
ochenta bueyes y cincuenta mulas.
REY
¿Qué viste?
FILETO
Paño tosco.
REY
¿En qué come?
FILETO
En barro muy grosero.
REY
¿Por qué causa?
FILETO
Porque es el más humilde de los hombres.
REY
¿Tiene mucho dinero?
FILETO
Como paja.
825
REY
¿Cómo trae sus hijos?
FILETO
En su traje,
a honor y devoción de su linaje.
REY
¿Es avariento?
FILETO
No, porque a los pobres
reparte la más parte de su hacienda.
REY
¿Por qué dice que al Rey jamás ha visto?830
FILETO
Porque él dice, y lo creo, que es honrado,
que es rey en su rincón y que sus padres
no le vieron tampoco, y le sirvieron,
amaron, respetaron y temieron;
y que él le teme y ama y le respeta, 835
y no le quiere ver, sino serville,
amalle, obedecelle y respetalle,
y a su tiempo dineros emprestalle.
REY
Si le envío a llamar, ¿no querrá verme?
FILETO
Está escondido agora, que las veces 840
que pasas a cazar por esta aldea
se esconde, que no hay hombre que le vea.
REY
¡Que viva un hombre aquí tan poderoso...!
¡Dichoso el que da leyes a su casa
y en sus umbrales tan contento pasa!845
FILETO
Si quieres ver, señor, una serrana
hermosa como el sol, que es hija suya,
haz que se acerque la de la patena,
que se precia de ser muy cortesana.
REY
Llámala, Otón.
OTÓN
Aquí os llegad, señora.
850
LISARDA
   ¿Qué manda Su Reverencia?
MARÍN
(Señor, ¿no es ésta la dama
de París?
OTÓN
El Rey la llama.
Ten silencio.
MARÍN
Y tú, paciencia.)
REY
   ¿Sois hija deste buen viejo855
que llaman Juan Labrador?
LISARDA
Yo soy su hija, señor,
y aunque tosca, fui su espejo.
REY
   (Hermana, por vida mía,
que en la moza reparéis.)860
INFANTA
Muy buena traza tenéis.
LISARDA
Donde está Tu Infantería,
   ¿qué traza puedo tener?
INFANTA
¡Infantería! ¡Oh, qué gracia!
LISARDA
¿Cuál fuera mayor desgracia,865
si igualdad pudiera haber?
   ¿Decir vos que yo tenía
traza sin ser edificio,
o yo, pues es vuestro oficio,
llamaros infantería? 870
   El llamar a un rey alteza,
que lo llaman a una torre,
aunque es lenguaje que corre,
no es propiedad ni pureza.
   Si el señor es señoría,875
y al excelente le dan
excelencia, bien dirán
a una infanta infantería.
REY
    No me parece muy lerda,
y el talle es todo donaire.880
LISARDA
Como nos da tanto el aire,
no es mucho que el don se pierda.
REY
   ¿Cómo os llamáis?
LISARDA
Lisarda,
con perdón de sus mercedes.
FINARDO
(Bien desengañarte puedes,885
que la otra era gallarda
   y ésta es tosca por extremo.
OTÓN
Pienso que finge, Finardo.)
REY
El talle es, por Dios, gallardo.
INFANTA
Que os lleva los ojos temo.890
   Vamos, hermano, de aquí.
REY
Vamos, que Juan Labrador
ha de servir a señor,
y ver Rey y todo en mí.
 

(Vase el REY y INFANTA.)

 
OTÓN
   ¿Queréis oír dos palabras?895
LISARDA
Como no pasen de dos,
y otras dos daré en respuesta.
OTÓN
¡Extremada condición!
Pues sea ¿«sabéis», la una,
será la otra «quién soy»?900
LISARDA
Escuchadme las dos mías,
hidalgo, que os guarde Dios:
la una es la «reverencia»,
y la otra será: «no».
OTÓN
Replico que habéis mentido.905
LISARDA
Replico que mentís vos.
OTÓN
Que en París os vi, respondo,
y que esa mano me dio
este diamante.
LISARDA
Es verdad;
pero no será razón910
que os hable entre tanta gente,
porque son de la labor
de la hacienda de mi padre,
y perderé mi opinión.
Fuera deso, yo soy hija,915
ya lo veis, de un labrador,
y vos seréis duque o conde.
OTÓN
Soy mariscal, soy Otón,
de la cámara del Rey;
pero nos iguala amor.920
LISARDA
Un olmo tiene esta aldea,
adonde de noche, al son
de tamboril y guitarras,
las mozas de Miraflor
bailan por aquellos días:925
aquí hablaremos los dos,
como vengáis disfrazado.
OTÓN
Hareisme un grande favor.
BELISA
Mira que te están mirando.
LISARDA
¡Ay, Belisa!, que ya voy.930
OTÓN
El corazón me lleváis.
LISARDA
Y aquí os dejo el corazón.
BRUNO
Luego, aquí estos palaciegos
habran las mozas de amor.
FILETO
Son diablos, con sus razones935
derribaran a Sansón.
Señora, vamos de aquí,
porque tenemos temor
que, si viene Feliciano,
puede ser que haya cuestión.940
LISARDA
Id delante, que ya vamos.
MARÍN
Un guante caer se dejó.
FINARDO
¡Qué discreta!
MARÍN
¡Qué bellaca!
 

(Vanse ellas y los villanos.)

 
FINARDO
No en balde el Rey la miró:
es mozo y ella gallarda.945
No es de escardillo ni hoz
el guante desta doncella.
OTÓN
No es sino caja en que amor
guarda las flechas que tira.
MARÍN
¡Qué mala comparación!950
Porque habiendo de ser nieve
los dedos que aquí guardó,
las flechas de amor son fuego
y vienen a ser carbón.
OTÓN
Por lo que abrasan me agradan.955
Pero el Rey no me agradó,
que no sé qué se decía.
FINARDO
Yo le entendí.
OTÓN
Pues yo no.
FINARDO
Dijo que había de hacer
que aqueste Juan Labrador 960
viese Rey, señor sirviese.
OTÓN
Vamos, porque pienso yo
que ha de ser dificultoso.
FINARDO
¡A un rey de tanto valor,
que tiemblan sus flores de oro965
el scita, el turco feroz!
OTÓN
¡Qué mal, Finardo, conoces,
si nunca te sucedió,
llegar de noche mojado
o a la siesta con el sol970
o perdido por un monte,
si de lejos te llamó
el fuego de los pastores
o de los perros el son,
después que de voces ronco 975
te dieron alguna voz,
y entraste en pobre cabaña
que tiene por guardasol
robles bañados en humo,
que pasa el viento veloz, 980
y haber de sacar las migas
y el cándido naterón
y sin manteles en mesa,
cuchillo ni pan de flor,
sino sentado en el suelo985
sobre algún pardo vellón,
rodeado de mastines
que están mirando al pastor,
lo que se estima y se ensancha
el villano en su rincón!990

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