Escena
I
|
|
CABRERA y
ZURITA, que son dos
soldados de la guardia del REY, armados de picas. Un
hachón encendido, clavado en un hueco lateral del sepulcro;
ésta ha de ser la única luz.
|
ZURITA |
De estas cosas, ¿tú
qué piensas? |
|
|
|
CABRERA |
Yo pienso poco, Zurita. |
|
En estas cosas y en todas |
|
obedezco sin malicia |
|
ni repugnancia a quien manda, |
5 |
si manda en ley. Mi consigna |
|
cumplo como buen soldado; |
|
y que entre por Algeciras |
|
el moro, o que entre el
francés |
|
por el Coll de las Panizas, |
10 |
a mí poco se me
importa. |
|
Yo no dejo que alma viva |
|
entre, ni dejo que salga |
|
de esos huecos ni una hormiga |
|
sin aplastarla en las losas |
15 |
con el cuento de mi pica. |
|
Y lo demás que lo
arregle |
|
el rey, como es de justicia. |
|
Pero, aunque nada me importa |
|
de eso que tú dices,
mira |
20 |
que lo que es hoy no cambiara |
|
mi pobreza y villanía |
|
por toda la sangre noble |
|
del bastardo. |
|
|
ZURITA |
¡Mala víbora
|
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le muerda, que no ha de darle |
25 |
más veneno del que
cría |
|
el de Provenza en sus venas |
|
y por sus ojos destila! |
|
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|
CABRERA |
Dicen que el pobre escudero |
|
era mozo de valía. |
30 |
|
|
|
CABRERA |
¿Una mujer en la
intriga? |
|
Si era preciso. |
|
|
ZURITA |
Manfredo
|
|
hace tiempo perseguía |
|
a Juana; pero ella, honrada, |
35 |
¡porque es muy honrada!,
altiva |
|
le rechazó. |
|
|
CABRERA |
Si esa gente
|
|
que en la Provenza se anida |
|
fué siempre mala y
aviesa |
|
y tocada de herejía. |
40 |
Si esos trovadores traen |
|
con sus cántigas
malditas, |
|
la corrupción a esta
tierra |
|
y el vicio a nuestras
familias. |
|
Si eso lo tengo yo dicho. |
45 |
Pero escucha, yo creía, |
|
porque anoche lo dijeron, |
|
que la causa era distinta, |
|
que en ella nada hay de amor, |
|
sino infame alevosía. |
50 |
|
|
ZURITA |
¿Pues tú qué
sabes, Cabrera? |
|
|
|
CABRERA |
Lo que la gente allá
arriba |
|
murmuraba: que el bastardo |
|
es un traidor. |
|
|
|
CABRERA |
Que al rey de Francia
|
55 |
vendido está de por
vida. |
|
Que él fué quien
abrió el torreón |
|
aquella noche maldita. |
|
Y que como el escudero |
|
un mensaje de Castilla |
60 |
para el rey don Pedro trajo |
|
de importancia decisiva, |
|
quiso impedirle...,
¿comprendes?, |
|
que lo llevase. ¿Se
explica |
|
la cosa de esta manera? |
65 |
|
|
ZURITA |
Ya lo creo: a maravilla. |
|
Traidor, preciso. Pero esto |
|
a lo que dije no quita. |
|
|
|
CABRERA |
Habrán sido las dos
cosas. |
|
|
|
ZURITA |
Y si otras cien adivina |
70 |
de escuderos y de pajes, |
|
y de dueñas la malicia, |
|
siendo en contra del bastardo, |
|
ciertas son. |
|
|
|
ZURITA |
Pero yo digo algo más. |
75 |
A ser yo el rey, ¿qué
imaginas |
|
que hiciese? |
|
|
|
ZURITA |
En el tormento pondría |
|
dos personas: y a las
cuñas, |
|
y a las cuerdas, y de prisa. |
80 |
|
|
|
|
|
ZURITA |
Y ¿no adivinas
|
|
la otra quién es? |
|
|
|
|
|
ZURITA |
Más culpable es que
Manfredo; |
85 |
porque, dime, alma sencilla: |
|
¿no le bastaba mandar |
|
que, con una buena viga |
|
por ariete y diez jayanes |
|
en el golpe, hiciesen trizas |
90 |
la puerta para salvar |
|
de ese pobre hombre la vida? |
|
Pues ¿por qué no lo
hizo? |
|
|
CABRERA |
Dicen
|
|
que la puerta está
bendita. |
|
|
|
ZURITA |
Más bendito es un
cristiano |
95 |
que el bronce de alguna mina |
|
que del diablo fué
antesala |
|
y camino a sus guaridas. |
|
Te digo que la condesa |
|
del castigo no se libra |
100 |
de don Pedro, que es gran rey, |
|
y duro cual su loriga. |
|
|
|
CABRERA |
En eso no piensas mal. |
|
¡Y esta mañana
tenía |
|
una cara!... Levantóse |
105 |
con las luces matutinas; |
|
bajó con el de Argelez; |
|
mandóle abrir esta
cripta; |
|
puso dobles centinelas; |
|
subieron, oyeron misa |
110 |
él, la condesa y el
conde |
|
y el bastardo, en la capilla |
|
principal... En fin, los
cuatro |
|
preparáronse en la
guisa |
|
de gente que va a juzgar |
115 |
y busca la luz divina, |
|
o de gente que al morir |
|
de sus pecados se limpia. |
|
|
|
ZURITA |
Ello es que algo se prepara. |
|
¿En cuál de esas
galerías |
120 |
estará? |
(Separándose de su puesto y
mirando a uno de los lados con curiosidad.)
|
|
|
CABRERA |
¡Guay del curioso!
|
|
A tu puesto: es la consigna. |
|
|
|
ZURITA |
Yo en su caso, por dar fin |
|
de una vez a mi agonía, |
|
de cabeza voy derecho |
125 |
al pozo, y luego a la sima. |
|
|
|
|
|
CABRERA |
A tu puesto, que ya brillan |
|
de la escalera en el fondo |
|
luces que en la sombra
oscilan. |
130 |
|
|
ZURITA |
El rey..., que venga y que
juzgue. |
|
|
|
|
|
Escena
VI
|
|
DON JAIME,
BEATRIZ y MANFREDO; los dos últimos, por
el fondo, ya por la escalera, ya por el corredor en que la escalera
termina.
|
DON JAIME |
Cuando la negra barrera |
|
que separa vida y muerte |
305 |
traspase, cayendo inerte |
|
hacia dentro desde fuera, |
|
¿bajo qué forma
primera |
|
la verdad vendrá hacia
mí? |
|
Sepulcro, ¿qué
veré en ti |
310 |
que no lo sé y tengo
miedo? |
|
|
|
|
DON JAIME |
(Volviéndose.)
|
¡Beatriz!
¡Manfredo!
|
|
¡Vosotros!... |
|
|
BEATRIZ |
Nosotros, sí.
|
|
(Pausa. BEATRIZ, con angustia profunda, como
si aún viese lo que pinta y como buscando instintivamente
amparo en DON
JAIME.)
|
Las horas pasaban
rápidas |
|
y mi impaciencia era grande. |
315 |
Algo sucede, decía, |
|
cuando no regresa Jaime. |
|
Por la ventana miré, |
|
y en el patio hay un enjambre |
|
de escuderos y soldados |
320 |
y de fieros
almogávares. |
|
Todos hablan de Roger, |
|
y a veces miran audaces |
|
a mi ventana. De fijo |
|
murmuran cosas infames. |
325 |
Me dió espanto y fuime
adentro, |
|
cerrando bien los cristales, |
|
cuyos colores tomaban |
|
tinte cárdeno al
mirarme. |
|
El solitario salón |
330 |
más solitario
mostrábase |
|
que nunca, y aunque
llamé, |
|
fué en vano: no
acudió nadie. |
|
Sólo por la
galería, |
|
de cuando en cuando, algún
paje, |
335 |
como si huyese, cruzaba |
|
muy de prisa y sin mirarme, |
|
o algún soldado del
rey, |
|
su oscuro y feroz semblante |
|
mostraba un punto a la puerta |
340 |
entre curioso y cobarde, |
|
o algún pájaro
nocturno |
|
que el alba sorprendió
errante, |
|
chocaba ya atolondrado |
|
del balcón en los
cristales, |
345 |
pintando un monstruo con alas |
|
su sombra en los arquitrabes. |
|
Tuve miedo. |
(Abrazándose a DON JAIME.)
|
|
|
|
BEATRIZ |
Perdí el juicio, y a
llamarte |
|
me puse a gritos. |
|
|
MANFREDO |
Entonces
|
350 |
yo acudí, y a todo
trance |
|
quiso bajar al panteón; |
|
con lo cual, para librarla |
|
de impaciencia sin motivo |
|
y de temores sin base, |
355 |
a ser su guía
prestéme, |
|
y aunque a mi pesar, la traje. |
|
|
|
BEATRIZ |
(Aparte.)
|
Parece que es su destino |
|
a estas regiones guiarme. |
|
¡Bien venida!, si hallan
fin |
360 |
en sus sombras mis pesares. |
|
(En voz alta.)
|
¡Qué negro todo! |
|
|
DON JAIME |
Fué negro
|
|
antes de que tú
bajases: |
|
pero al verte, sus tinieblas |
|
se convierten en celajes. |
365 |
¡Vuelva el carmín a tu
rostro |
|
con tinta cálida y
suave, |
|
y al menos por una vez |
|
aquestos helados
mármoles |
|
comprendan lo que es la vida |
370 |
al ver tu hermoso semblante, |
|
y por sus cuerpos de piedra |
|
circule calor de sangre! |
|
|
|
MANFREDO |
(A BEATRIZ, que está en los brazos
de DON
JAIME.)
|
Tú eres la vida, bien
dice, |
|
y por ser tuya, es de Jaime; |
375 |
conque mal estáis los
dos |
|
entre losas sepulcrales. |
|
Idos arriba: a la luz. |
|
A mí entre sombras
dejadme, |
|
que yo soy de estas regiones, |
380 |
y aquí estoy con mis
iguales, |
|
como ese rey de Aragón |
|
dijo anoche al afrentarme. |
|
|
|
|
MANFREDO |
(Asomándose a una de las
galerías transversales de la izquierda.)
|
Mira, allí viene,
|
|
y a su lado a Juana trae, |
385 |
y los preceden a entrambos |
|
con hachas dos
almogávares. |
|
La justicia y la venganza |
|
juntas por la misma calle |
|
de sepulcros: buen camino |
390 |
tomaron para buscarme. |
|
Que vengan, que yo seré |
|
maldito, mas no cobarde; |
|
que vengan, que, aunque
bastarda, |
|
es de Argelez esta sangre, |
395 |
y quizá desde su lecho |
|
de muerte me ve mi padre. |
|
|
|
Escena
VIII
|
|
BEATRIZ, el
REY y MANFREDO.
|
REY |
Con sólo miraros creo |
440 |
lo que me dice el escrito, |
|
que la prueba del delito |
|
la lleva en el rostro el reo. |
|
|
|
MANFREDO |
Inútil prueba, a mi
ver, |
|
porque jamás he negado |
445 |
que esté mi hierro
manchado |
|
con la sangre de Roger. |
|
|
|
REY |
Escucha y el labio sella, |
|
que con la verdad arguyo: |
|
tu crimen no es sólo
tuyo; |
450 |
(Señalando a BEATRIZ.)
|
un cómplice tienes:
ella. |
|
|
|
|
|
MANFREDO |
(Con violencia y señalando
el pergamino.)
|
¡Miente el impostor
inmundo! |
|
|
|
REY |
¡Jamás miente un
moribundo!, |
|
ni miente el rey de
Aragón. |
455 |
Con su mano casi inerte, |
|
y con caracteres rojos, |
|
la causa de tus enojos |
|
y la historia de su muerte, |
|
en aqueste pergamino |
460 |
dejó escrito el
infeliz. |
|
|
|
MANFREDO |
(Con ansiedad.)
|
¿Y en él
habla...? |
|
|
REY |
De Beatriz,
|
|
y, además de su
asesino. |
|
(Acercándose al
hachón que está en el sepulcro, y leyendo.)
|
«Yo juro, y juro al
morir, |
|
ante esa santa capilla, |
465 |
decir la verdad sencilla |
|
en lo que voy a decir. |
|
Anteayer de madrugada |
|
bajé al salón,
según creo, |
|
a recoger del trofeo |
470 |
para mi viaje una espada. |
|
La estancia estaba desierta, |
|
la mañana estaba
oscura, |
|
rechinó una cerradura |
|
y a poco abrióse una
puerta. |
475 |
Alzó un doncel el
tapiz, |
|
pasó una dama el
dintel; |
|
era Manfredo el doncel |
|
y era la dama Beatriz. |
|
Se miran con embeleso |
480 |
y se despiden los dos, |
|
ahogando un último
adiós |
|
en un suspiro y un beso. |
|
Grito:
«¡Infames!», sin querer; |
|
viene a mí, después
luchamos, |
485 |
luchando al panteón
llegamos, |
|
y llego para caer. |
|
Él la puerta de metal |
|
empuja sobre su gonce, |
|
y da sepulcro de bronce |
490 |
a su secreto fatal. |
|
De este modo conseguir |
|
mi silencio imaginaba: |
|
si acertaba o no acertaba, |
|
que lo diga el porvenir. |
495 |
Yo la infamia de los dos, |
|
y su pena o su destino, |
|
dejo en este pergamino |
|
a la voluntad de Dios. |
|
Sea, pues, lo que ha de ser: |
500 |
yo muero como leal.» |
|
(Sin leer.)
|
Y acaba y dice al final: |
|
(Leyendo.)
|
«El escudero
Roger.» |
|
(Pausa. MANFREDO y
BEATRIZ quedan confundidos
y anonadados. El REY los
contempla frío y sereno.)
|
¿Es exacto lo que
aquí |
|
ese vasallo escribió? |
505 |
Responde, Manfredo. |
|
|
MANFREDO |
(Con enérgica
desesperación.)
|
No.
|
|
|
|
|
|
|
MANFREDO |
Que sólo el delirio
arranca. |
|
|
|
REY |
No tan firme, no tan franca. |
510 |
|
|
|
REY |
(A BEATRIZ.)
|
Que mucho arriesgas advierte. |
|
|
|
|
|
BEATRIZ |
Tanto, que busco la muerte. |
515 |
|
|
REY |
Quien deshonra su
blasón |
|
y deshonra al de Argelez; |
|
quien echó sobre su tez |
|
para siempre tal
borrón, |
|
si ha buscado por castigo |
520 |
la muerte en esta jornada, |
|
que la dé por
encontrada |
|
al encontrarse conmigo. |
|
|
|
MANFREDO |
Si alardes de justiciero |
|
queréis hacer, no me
opongo, |
525 |
y el cuello tranquilo pongo |
|
bajo el corte de ese acero. |
|
Pero es irritante yugo, |
|
más que justicia
severa, |
|
confundir de esa manera |
530 |
la víctima y el
verdugo. |
|
Yo terco la perseguí, |
|
yo en mi fuego la
inflamé, |
|
ocasiones preparé |
|
y por la fuerza vencí. |
535 |
Yo, don Pedro de
Aragón; |
|
yo, que triunfé de este
modo, |
|
lo merezco todo, todo; |
|
ella, sólo
compasión. |
|
|
|
BEATRIZ |
Cuando no perdí la vida |
540 |
es que falté a mi
deber; |
|
cuando me dejé vencer |
|
es que debí ser
vencida. |
|
Ya veis que todo me acusa, |
|
que yo misma me he juzgado, |
545 |
que no busco en mi pecado |
|
causa, pretexto ni excusa. |
|
Pero ya que de este modo |
|
mi vida yo misma os doy, |
|
por quien sois y por quien
soy, |
550 |
¡que Jaime lo ignore
todo! |
|
|
|
|
REY |
(Aparte, y
pensativo.)
|
Quizá lo mejor
sería. |
|
|
|
MANFREDO |
Y yo sólo
sufriría |
|
lo que sólo
merecí. |
555 |
|
|
BEATRIZ |
Si de ambos la culpa ha sido, |
|
de ambos el castigo sea. |
|
|
|
|
MANFREDO |
(Al REY, procurando
convencerle.)
|
¡Si ha mentido! ¡Si ha
mentido! |
|
|
|
BEATRIZ |
¿Tú solo? No. Yo
también. |
560 |
(Al REY, como suplicando.)
|
¿No es verdad? |
|
|
|
|
|
|
MANFREDO |
¡No, mi bien!
|
|
(En un arranque de pasión,
olvidándose del REY, acercándose a ella y
cogiéndole las manos.)
|
|
|
REY |
¿Tanto os amáis,
¡vive Dios!, |
|
que ni la misma agonía |
565 |
os ataja en tal porfía? |
|
¡Pues bien, moriréis
los dos! |
|
(Con terrible enojo.)
|
Nada sabrá el de
Argelez, |
|
limpia su honra
quedará, |
|
que venganza le dará |
570 |
su monarca como juez. |
|
Y libre veráse al fin, |
|
por justicia soberana, |
|
de una esposa cortesana |
|
y de un hermano Caín. |
575 |
|
|
|
BEATRIZ |
Gracias, ¡oh rey!;
|
|
cuanto deseaba me dais. |
|
|
|
MANFREDO |
¡La justicia
atropelláis! |
|
|
|
REY |
A igual delito, igual ley. |
|
|
|
Escena
IX
|
|
BEATRIZ,
MANFREDO, el REY y DON JAIME, cuatro pajes con hachones,
varios caballeros y escuderos. Todos por la puerta del
fondo.
|
REY |
Mas un rumor lejano se percibe |
580 |
cual si bajase gente la
escalera, |
|
haciéndola crujir el peso
grave |
|
y el choque rudo del arnés
de guerra. |
|
Ahí vienen, sí, con
Argelez al frente, |
|
(Acercándose al fondo.)
|
y entre rojas antorchas que
flamean. |
585 |
|
|
DON JAIME |
Justicia, ¡oh, rey!, a
demandaros vengo, |
|
aunque ya di comienzo por mi
cuenta |
|
a la que vos sin duda haréis
más tarde |
|
en esa maldecida soldadesca, |
|
y algunos que braveaban hace
poco |
590 |
en el patio las losas
ensangrientan. |
|
|
|
REY |
A punto vienes si justicia
pides, |
|
que estábamos los tres en
tal faena. |
|
¿Quiénes faltaron,
conde? |
|
|
DON JAIME |
Los soldados
|
|
a que con vos, señor, la
fortaleza |
595 |
hospedaje leal brindó
orgullosa. |
|
|
|
|
DON JAIME |
La airada lengua
|
|
de Juana, y de mis gentes las
patrañas, |
|
y la ruin condición de la
plebeya. |
|
|
|
REY |
En suma: ¿a qué
llegaron? |
|
|
DON JAIME |
¡A pedirme!...
|
600 |
¡Si no lo adivináis!
¡Si no hay quien pueda, |
|
ni la maldad llevando hasta el
delirio, |
|
ni alzando hasta lo absurdo la
insolencia, |
|
ni aun así, sospechar lo que
esos hombres |
|
pidieron...; no, que aullaron como
fieras! |
605 |
|
|
|
|
|
DON JAIME |
(Hace una señal afirmativa,
se detiene y al fin dice, acercándose al REY.)
|
¡Y la vida, señor, de
la condesa! |
|
¡De Beatriz!..., ¡de mi
esposa!... ¡Si yo al pronto |
|
ni pude comprender tanta
demencia! |
|
|
|
|
DON JAIME |
Ellos lo digan,
|
610 |
pues ellos recibieron la
respuesta. |
|
«¿Vidas queréis
-les dije-, miserables? |
|
Pues a cargo de aquéllas,
tomad ésta»; |
|
y arremetiendo a la canalla
imbécil, |
|
de tal modo sacié mi rabia
en ella.... |
615 |
que ya lo veis, señor, casi
tranquilo |
|
pude volver del rey a la
presencia. |
|
|
|
REY |
Que a la ley de hospedaje mis
soldados |
|
turbulentos faltaron, bien me
pesa, |
|
que aun pidiendo en justicia, quien
mal pide |
620 |
de su propia razón hace su
afrenta. |
|
|
|
DON JAIME |
¡Aun pidiendo en
justicia! |
(Pausa. Mira al REY con asombro; mira alternativamente
a BEATRIZ y a MANFREDO, que deben estar a su espalda
y derecha del actor, y queda, durante algunos momentos, como
extático.)
|
No comprendo
|
|
lo que queréis decir. |
|
|
REY |
Que una sentencia,
|
|
por crimen de traición a su
monarca, |
|
dictaba yo aquí dentro,
mientras fuera |
625 |
por reclamar castigo semejante |
|
acuchillabas a la guardia
regia. |
|
|
|
|
REY |
Sí: contra el
bastardo...
|
|
y otro cómplice
más. |
|
|
|
|
DON JAIME |
¡Contra Beatriz! ¡No es
cierto! ¡No es posible! |
630 |
¡Contra Beatriz, y vos!
¡Vana quimera! |
|
¡Yo solo soy su dueño!
Esa corona, |
|
todo vuestro poder, vuestra
grandeza, |
|
las glorias de Sicilia, las del
mundo, |
|
ante Beatriz, ¿qué
son? ¡Humo y pavesas! |
635 |
|
|
REY |
Que yo nunca he pecado de
sufrido, |
|
y que hablas con tu rey ten muy en
cuenta, |
|
y freno de respeto date prisa |
|
a poner a tus manos y a tu
lengua, |
|
si no quieres que ponga otro de
hierro |
640 |
que hace bajar al suelo las
cabezas. |
|
Roger por mi mensaje era
sagrado |
|
hasta llegar con él a mi
presencia. |
|
Sin embargo, Manfredo muerte
dióle, |
|
y Beatriz toleró tan grave
ofensa. |
645 |
Condesa de Argelez, perpetuo
encierro |
|
te enseñará con
sombras y tristezas |
|
que a la lealtad debida no se
falta |
|
(Con doble intención.)
|
mientras don Pedro de Argelez
gobierna. |
|
Bastardo de Argelez, saldremos
todos |
650 |
de esta mansión en que la
muerte impera: |
|
nosotros, a buscar la luz del
día; |
|
a entregar tú al verdugo la
cabeza. |
|
(A los caballeros,
señalando a BEATRIZ.)
|
Llevadla a Barcelona. |
(A MANFREDO.)
|
Tú, a la muerte.
|
|
(A DON JAIME.)
|
Y tú conmigo, a lo alto de
la sierra. |
655 |
|
|
DON JAIME |
(Con ira contenida, pero con
reposo y dignidad, y refiriéndose primero a BEATRIZ, luego, a MANFREDO.)
|
Ni a Barcelona irá mientras
yo exista |
|
y un hierro sostener mi mano
pueda, |
|
ni he de salir sin él, si el
firmamento |
|
encima de la torre se viniera, |
|
ni el conde de Argelez ha de
seguiros, |
660 |
monarca de Aragón, ni en paz
ni en guerra, |
|
(Golpeándose el pecho.)
|
varón aragonés, el
fuero escudo |
|
de libertad en la ocasión
extrema. |
|
Diránlo así de
desafiamiento |
|
cartas que provocó vuestra
fiereza. |
665 |
(Señalando a BEATRIZ y a MANFREDO.)
|
Y con ella y con él y con mi
gente |
|
pasaré de Castilla las
fronteras. |
|
Desnaturalizarme es mi
derecho, |
|
la ley me ampara de mi noble
tierra. |
|
Y a donde más sus glorias se
respeten |
670 |
mi espada llevo y llevo mi
bandera. |
|
|
|
REY |
Desnaturalizarte es tu
derecho, |
|
y nadie lo disputa ni lo
niega; |
|
por más que en esta vez el
fuero ampare |
|
torpes ingratitudes y
soberbias. |
675 |
Pero Beatriz, pero Manfredo,
conde, |
|
bajo mi ley están y
aquí se quedan. |
|
Traidores a su rey fueron
entrambos, |
|
y ha de cumplirse en ellos mi
sentencia. |
|
¡Hola! De esa mujer y de ese
hombre, |
680 |
sin más vacilación,
de grado o fuerza, |
|
afiáncense los cuerpos, y
tú, ingrato, |
|
vete, que yo te libro de
obediencia. |
|
|
|
|
(Los caballeros a quienes el REY se ha dirigido pretenden
apoderarse de BEATRIZ y de
MANFREDO; DON JAIME desnuda la espada; describe
con ella un terrible semicírculo, aleja a todos y
pónese delante de su esposa y de su hermano.)
|
DON JAIME |
Quien se acerque a los dos bueno es
que mire |
|
que a mi espada y a mí
también se acerca. |
685 |
|
|
|
DON JAIME |
Todo se acaba:
|
|
el honor, la lealtad... |
|
|
BEATRIZ |
(A MANFREDO, señalándole el
lado en que está el REY y como proponiéndole que
pasen.)
|
¡Allí!...
|
|
|
MANFREDO |
Pues sea.
|
|
Gracias, hermano. |
|
|
|
(Por la espalda de DON
JAIME pasa al grupo de caballeros y se
entrega.)
|
BEATRIZ |
Gracias, Jaime.
|
(Lo mismo que MANFREDO.)
|
¿Adónde,
|
|
insensatos, corréis? |
|
|
BEATRIZ |
(Ya desde la
izquierda.)
|
A donde llevan
|
|
a tu hermano, el deber, porque es
tu sangre; |
690 |
a mí, Jaime, tu amor y mi
conciencia. |
|
(Al REY.)
|
Tuyos somos, señor; que
Jaime salga. |
|
|
|
DON JAIME |
¿Sin vosotros?
¡Jamás! ¡Pensad que llegan |
|
olas de sangre al corazón
hirviente; |
|
olas de fuego a la abrasada
lengua; |
695 |
olas de sombra a mi cerebro
loco; |
|
olas de muerte a mi indomable
diestra! |
|
Y en esta tempestad de mis
pasiones, |
|
sobre el mar de mis aras
turbulentas, |
|
sólo flotan dos seres, dos
tan sólo: |
700 |
Manfredo..., ¡por hermano!
Ella..., ¡por ella! |
|
|
|
REY |
(Sin poderse
contener.)
|
Mal te está en defender con
tanto empeño... |
|
¡tu deshonra! |
|
|
|
(Movimiento de DON
JAIME, BEATRIZ y
MANFREDO.)
|
|
|
DON JAIME |
¿Por vileza tenéis
que de un hermano |
|
la vida con mi vida así
defienda? |
705 |
Bien se advierte, señor, que
el fratricidio |
|
¡es el primer florón
de tu diadema! |
|
|
|
REY |
(Arrojándose sobre
él.)
|
¡Miserable! |
|
|
DON JAIME |
¡Yo, no; quien en el
Cinca
|
|
hundió de
Fernán-Sánchez la cabeza! |
|
|
|
|
(El REY se
detiene; queda un momento como acobardado ante aquel recuerdo;
después, con acento sombrío y
reconcentrado.)
|
REY |
¡Mejor es eso que vivir sin
honra! |
710 |
|
|
|
|
|
(DON JAIME, que
está todavía con la espada desnuda, se arroja sobre
el REY; los caballeros que
rodean a éste se arrojan sobre Argelez; DON PEDRO los separa con ademán
soberbio y se acerca a él. DON JAIME se detiene.)
|
|
REY |
Por traidor a tu rey, más
que la muerte |
|
de merecer acabas. Toma, y
lean |
|
esos ojos, si pueden, estas
líneas |
|
y cieguen, lloren, salten de
vergüenza. |
715 |
|
|
|
(Le entrega el pergamino. Pausa. DON JAIME lo toma sin comprender nada
y mirando a todos con asombro; después se aproxima al
hachón que está clavado, desde que principió
el acto, en el sepulcro de su padre. BEATRIZ y MANFREDO se hunden, por decirlo
así, en la sombra, a espaldas de dicho sepulcro, pero de
manera que sean vistos por el público. El REY, a la derecha de DON JAIME.)
|
DON JAIME |
(A medida que
lee.)
|
¡Ah!... ¡No!...
¡Jesús!... |
(Suspende la lectura, se oprime
la cabeza entre las manos como para coordinar sus ideas. De pronto,
lanza un grito, como recordando la extraña escena de la
noche precedente, cuando se presentó de improviso a su
esposa y a su hermano.)
|
¡A mi llegada!...
¡Pronto!...
|
|
¡Beatriz! |
(Buscando por todas partes.)
|
|
|
REY |
Se oculta entre la sombra
espesa:
|
|
no acudirá a tu voz. |
(Al oído.)
|
|
|
DON JAIME |
(Vacila; mira al REY, mira a todas partes; al fin se
acerca a la tumba de su padre.)
|
¡Yo también
quiero
|
|
silencio!... ¡y soledad!...,
¡muerte! y ¡tinieblas! |
|
¡Acógeme en tu seno,
padre mío! |
720 |
¡Dame un beso de amor, uno
siquiera! |
|
¡Escultura que duermes,
junta, junta |
|
a mi afrentada faz tu faz de
piedra! |
|
(Cae sobre el sepulcro de su padre, abrazándose a la
escultura yacente y uniendo su rostro al de ella. Pausa. Toda esta
situación queda encomendada al actor y a su talento. Algo
hay que hacer aquí: el autor no lo sabe; la
inspiración del artista puede adivinarlo tan
sólo.)
|
Gracias, padre: me dió tu
helado mármol |
|
cuanto a poder pedir yo le
pidiera: |
725 |
el frío de la muerte. A tus
mejillas |
|
de las mías pasó toda
la afrenta. |
|
Mas yo te vengaré: me diste
calma; |
|
yo te daré
satisfacción completa. |
|
|
|
REY |
(Acercándose y en voz
baja.)
|
Te perdono, Argelez. |
|
|
DON JAIME |
(Lo mismo.)
|
Ya no es posible
|
730 |
ni perdonarme a mí, ni a
él ni a ella. |
|
(En voz alta.)
|
En vez de ese perdón, yo
necesito |
|
una gracia no más. |
|
|
|
DON JAIME |
Dejadme castigar a los
infames. |
|
Consentid que una vez el juez yo
sea... |
735 |
|
|
REY |
Mi autoridad te doy: lo que
dispongas |
|
se cumplirá. |
|
|
|
REY |
Por la eterna
|
|
memoria y por el alma de mi
padre. |
|
Que Dios, si falto, me lo tome en
cuenta. |
|
|
|
DON JAIME |
Gracias, señor. |
(Pausa. Inclinándose ante
el REY, como suplicando.)
|
Salid de este recinto.
|
740 |
(A los demás.)
|
Al monarca seguid. La doble
puerta |
|
a su cerco de bronce haced que
ajuste. |
|
|
|
|
|
|
DON JAIME |
(Con acento que el actor
sabrá cuál ha de ser.)
|
¡Con ella!
|
|
Y también con Manfredo. Ha
de cumplirse, |
|
y con creces, señor, vuestra
sentencia. |
745 |
|
|
REY |
¡La tuya! ¿Por
qué causa? |
|
|
DON JAIME |
Yo a la vida
|
|
del monarca atenté. Mi torpe
lengua |
|
a su corona osó. |
(En voz baja.)
|
Yo fui quien, loco,
|
|
por aquella mujer la fortaleza |
|
entregó al enemigo. |
(El REY le mira
con sorpresa.)
|
¿No os parece
|
750 |
que a mi crimen se ajusta bien mi
pena? |
|
Jurasteis por don Jaime, vuestro
padre. |
|
|
|
|
|
|
|
(Al acompañamiento, que comienza a salir muy
lentamente.)
|
|
REY |
Toma, conde.
|
|
(Se arrodilla y besa la mano del
REY.)
|
Aún es tiempo. |
|
|
DON JAIME |
Ya no. Vedlos: esperan.
|
755 |
(Señalando a BEATRIZ y a MANFREDO, que están en un
ángulo.)
|
|
|
REY |
¡Que Dios, cuando te juzgue
por tus faltas, |
|
tu amor y tu maldad reciba en
cuenta! |
|
|
|
|
(Sale también por el fondo. Se ve subir lentamente
por la escalera una masa de caballeros, pajes, luces y pendones. Es
la vida que sube y se ve como expresan los siguientes versos.
DON JAIME va en
último término. Siempre procurando ocultarse,
BEATRIZ y MANFREDO; la actitud de ambos queda
encomendada a los actores.)
|
DON JAIME |
Ya la luz, ya la vida, ya las
pompas |
|
del mundo, y sus honores y
grandezas; |
|
ya del arnés el fulgurante
brillo, |
760 |
ya el soberbio ondular de las
bandejas, |
|
ya todo huye de mí; ya lodo
sube |
|
de mi viejo castillo a las
almenas. |
|
¡Adiós, fantasmas de
ilusiones vanas, |
|
seres que allá
volvéis a la existencia, |
765 |
imágenes de luz y de
colores, |
|
tornad al sol; yo quedo en las
tinieblas! |
|
(Cerrando él mismo la puerta del fondo; se oye el
rechinar de los goznes y el choque metálico al encajar. Esto
es preciso, porque es de buen efecto. Queda el panteón
iluminado tan sólo por la antorcha del sepulcro; en un
rincón, BEATRIZ y
MANFREDO; en el centro,
DON JAIME.)
|
¡Cruje, puerta de bronce
negra valla |
|
que entre dos mundos el camino
cierras! |
|
No volverás a abrirte, que
tu llave |
770 |
a un abismo sin fin conmigo
rueda. |
|
(Arroja la llave en el pozo.
Pausa.)
|
¡Ya estamos en el seno de la
muerte, |
|
(A BEATRIZ y a MANFREDO, pero sin acercarse a ellos y
con acento terrible.)
|
caiga deshecha en polvo la
materia; |
|
almas, mostrad lo que en la vida
fuisteis: |
|
si espíritus, la luz; si
tierra, tierra! |
775 |
|
|
Escena
X
|
|
BEATRIZ,
DON JAIME y MANFREDO.
|
DON JAIME |
Para hacerme traición
habéis tenido |
|
no más que
rapidísimos momentos; |
|
para vengarme yo y
atormentaros |
|
tengo ante mí la eternidad
del tiempo. |
|
Acércate, Beatriz; ven a mis
brazos, |
780 |
(Le obedece BEATRIZ maquinalmente, pero con
lentitud.)
|
esposa de mi amor, luz de mi
cielo, |
|
la de la tersa frente
alabastrina, |
|
la del nevado y pudoroso seno. |
|
Ven a mí: más
aún. |
(Al fin la coge y la sujeta
fuertemente entre sus brazos.)
|
Quiere tu Jaime.
|
|
de esa antorcha contar a los
reflejos, |
785 |
sobre tu suave cutis nacarado, |
|
de tu amante feliz todos los
besos. |
|
(Le arroja la cabeza hacia atrás y le acerca la luz;
ella lucha por ocultar el rostro y por separarse de DON JAIME.)
|
¡No te separes, no: si no es
posible! |
|
¡Si siempre ya los tres hemos
de vernos |
|
unidos por los mismos
eslabones |
790 |
de infamia y de dolor en el
infierno! |
|
Habla, Beatriz, ¿por
qué fuiste traidora? |
|
¡Habla pronto! ¿Por
qué? ¿Por qué? |
|
|
BEATRIZ |
No puedo:
|
|
un nudo en la garganta... |
|
|
DON JAIME |
¡En la garganta,
|
|
en ella con mis manos debí
hacerlo |
795 |
la vez primera en que de amor ya
loco |
|
ceñí mis brazos a tu
blanco cuello! |
|
¡Beatriz! ¿No me
contestas? ¿Que no puedes? |
|
Pues descansa, respira, toma
aliento; |
|
si no quiero que mueras
todavía; |
800 |
si quiero oír tu voz, si
escuchar quiero |
|
cómo mientes, y finges, y me
acusas; |
|
descansa... Ya
hablarás... |
(La arroja a un lado, haciéndola pasar por delante
con extrema violencia, y llama con la mano a MANFREDO.)
|
Ven tú, Manfredo.
|
|
(MANFREDO, que ya
estaba muy cerca, se aproxima.)
|
Y en tanto que la sierpe sus
anillos |
|
prepara y que destila su
veneno, |
805 |
cuéntame tú de la
traición infame |
|
los lances mil, dulcísimos y
tiernos. |
|
¡Todo! ¡Todo!
¿Comprendes? Allá arriba |
|
mi deshonra saber y hundir mi
hierro |
|
en aquel corazón y en tu
garganta |
810 |
hubieran sido rápidos
momentos; |
|
pero aquí, ¿para
qué? Si estamos solos; |
|
si escapar no podéis; si ya
hemos muerto. |
|
¡Si éste es el solo
goce que me resta |
|
al bajar con vosotros al
averno! |
815 |
¡Habla, hermano!
¿También tú desfalleces |
|
como débil mujer o
niño enfermo? |
|
¡Como niño! ¡No
hay más! Es que recuerdas |
|
de nuestra infancia los alegres
juegos. |
|
(Señalando el sepulcro.)
|
El que ahora duerme allí, en
sus rodillas |
820 |
a los dos nos tomaba, y
algún cuento |
|
refería de moros o
gigantes |
|
del ancho hogar junto al rojizo
fuego. |
|
Con sus robustas manos
acercaba |
|
tu cabeza a la mía...
¡Así, Manfredo! |
825 |
(Hace lo que dice con feroz complacencia, juntando mucho su
cabeza a la de su hermano. BEATRIZ los contempla con
terror.)
|
Y en una sola, espléndida
madeja, |
|
tu cabello abarcaba y mi
cabello. |
|
Ahora escuchar le toca en ese
mármol, |
|
quizá le ha despertado
nuestro acento, |
|
y para oír mejor, hacia la
piedra |
830 |
arrastrándose van sus pobres
huesos. |
|
¡Háblale de tu infamia
y mi deshonra! |
|
¡Devuélvele a tu vez
cuento por cuento! |
|
Pero el tuyo ha de ser largo, muy
largo: |
|
¡que no acabe jamás!
Ya ves, el tiempo |
835 |
es como tu traición y mi
desdicha: |
|
¡inagotable, inconcebible,
eterno! |
|
|
|
MANFREDO |
Di pronto qué prefieres:
¿darme muerte |
|
o que me mate yo? Si lo
primero, |
|
toma y clava. |
(Presentándole el
puñal.)
|
Si acaso es lo segundo,
|
840 |
dilo, y yo mismo lo hundiré
en mi pecho. |
|
|
|
DON JAIME |
Junto a la de Roger, dijo el
monarca |
|
que abierta está una
fosa. |
|
|
|
DON JAIME |
Yo daré luz a tu camino,
hermano. |
|
(Arranca DON JAIME
la antorcha del sepulcro, viene al centro del escenario y la
levanta en alto; MANFREDO,
apretando el puñal contra su pecho, con la cabeza baja, pero
mirando hacia atrás como para ver a su hermano, se dirige a
una de las galerías laterales.)
|
¡Adiós, Caín!
No tuerzas tu sendero. |
845 |
|
|
MANFREDO |
¡Adiós! Si soy
Caín por mi delito, |
|
no lo soy por odiarte. |
|
|
|
(Con cierta ternura, y ya desde dentro.)
|
DON JAIME |
¡Adiós,
Manfredo!
|
|
(Se oye el ruido de un cuerpo que cae.)
|
¡Cuanto en el mundo
amé! |
(Después de mirar a BEATRIZ, que permanece
inmóvil en el centro, y también hacia el sitio en que
se supone que cayó MANFREDO.)
|
¡Luz, ya me sobras!
|
|
(Arroja la antorcha hacia la izquierda, se apaga y queda la
escena completamente a oscuras; da algunos pasos, se oprime la
cabeza con las manos; arranque de desesperación que el actor
interpretará.)
|
¡Y tú también
me sobras, pensamiento! |
|
|
|
|
(Se hiere en el pecho, da unos pasos vacilante y va a caer
junto al sepulcro. BEATRIZ
se acerca.)
|