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Indulgencia para todos

Manuel Eduardo de Gorostiza



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A Anarda

Por justificar la lisonjera opinión que merecí a usted luego que tuve la dicha de conocerla, he deseado que mi nombre saliese de la oscuridad a que le habían condenado mi natural indolencia y los sinsabores que acompañaron los primeros años de mi juventud. Si algún día llega aquél a ser pronunciado con aprecio por mis compatriotas, a usted sólo se le deberá; y por lo tanto, permítame usted ofrezca a sus pies este ensayo dramático, como muestra de lo que podré hacer, como prueba irrefragable de mi invariable amistad, de mi respeto, de mi admiración.

Madrid, agosto º de .

Manuel Eduardo de Gorostiza



PERSONAJES
 

 
DON FERMÍN DE PERALTA,   vecino de una villa de Navarra y padre de DOÑA TOMASA y de DON CARLOS.
DOÑA TOMASA.
DON CARLOS,   amigo de DON SEVERO DE MENDOZA.
DON SEVERO DE MENDOZA,   caballero vizcaíno, aunque con su familia establecida en Castilla, y tratando de casar con DOÑA TOMASA.
DON PEDRO ARISMENDI,   Alcalde Mayor del pueblo y amigo de DON FERMÍN.
COLASA,   criada de DOÑA TOMASA.
GASPAR,   criado de DON SEVERO.
 

La escena se figura en una villa pequeña de Navarra.

   

El teatro representa una sala de la casa de DON FERMÍN, adornada con decencia, pero con muebles algo antiguos. Estará blanqueada solamente, con alguno que otro cuadro, etcétera, y ésta tendrá dos puertas, una que conduce a la entrada de la casa, y será la del foro, y otra que conduce a las habitaciones de la familia.

   

La acción principia a las seis de la tarde, y da fin a las doce del día siguiente.

 



  —3→  

ArribaAbajoActo primero

imagen


Escena I

 

DON FERMÍN y DON CARLOS.

 
DON FERMÍN
¿Conque hoy llega?
DON CARLOS
Sí, señor,
hoy mismo, o miente la carta
que acabo de recibir
de don Jaime.
DON FERMÍN
Su tardanza
me empezaba a dar cuidado. 5
  —4→  
DON CARLOS
Pues a fe que no me daba
a mí ninguno.
DON FERMÍN
¿Y por qué?
DON CARLOS
Porque fuera una bobada.
En un camino, señor,
la menor cosa embaraza, 10
y detiene y descompone.
Además no encuentro tanta
la diferencia. Él nos dijo
que llegaría sin falta
el lunes y llega el martes. 15
DON FERMÍN
Ya se ve. Con la cachaza
que gastan los mozalbetes
ahora, nada importa, nada.
Lunes dijo, y llega martes;
lo mismo es.
DON CARLOS
La cuenta es clara.
20
De todos modos, un día
más o menos...
  —5→  
DON FERMÍN
Hombre, calla,
con Barrabás, y no digas
disparates. Que el que viaja
por interés o capricho 25
se engañe en su cuenta, vaya
con mil diablos; pero un novio
a quien espera la blanca
mano de una doncellita,
por fin y postre, ¿no es gaita 30
que se venga equivocando
a la primera jornada?
DON CARLOS
A veces...
DON FERMÍN
Nunca hay disculpa.
Ahora y siempre quien se casa
debe conocer al menos 35
el almanaque.
DON CARLOS
Tomasa
no juzgará ciertamente
a su novio con tan rara
severidad.
  —6→  
DON FERMÍN
Que lo juzgue
como quiera. Todo cambia, 40
y en todo hay moda. Por eso
no extrañaré que a tu hermana
le parezca una lindeza,
lo que en mis tiempos bastaba
para aguar más de mil bodas. 45
DON CARLOS
Ya tenemos en campaña
aquellos benditos tiempos.
DON FERMÍN
No, que no. Si fuera chanza...
Por mucho menos tu tía
doña Leonor de Peralta 50
y Quincoces dio a su novio
unas sendas calabazas,
sin mirar que era marqués,
y rico y tonto.
DON CARLOS
¡Ahí es nada
lo del ojo! Y diga usted 55
¿por qué hizo tal mojiganga
la buena doña Leonor?
  —7→  
DON FERMÍN
Yo lo diré, pues me hallaba
precisamente en la iglesia
cuando el caso. Todo estaba 60
preparado: el organista
en su puesto, las arañas
encendidas, los chiquillos
a la puerta, y las beatas
muy cerquita de la novia 65
para ver si se cortaba.
Sólo, en fin, faltaba el cura
parpa casarlos.
DON CARLOS
Pues falta
era.
DON FERMÍN
No tanta, que estuvo
la cosa más apurada 70
de lo que a ti te parece.
El sacristán era rana,
no niego, y aun el mejor
tabernero de Navarra,
según dijeron entonces; 75
pero él solo fue la causa
de todo; con las mejores
intenciones, las más malas
resultas que puede haber.
  —8→  
DON CARLOS
La intención siempre le salva. 80
DON FERMÍN
Sí; pero ¿a quién se le ocurre,
sin esperar a que salga
el cura y por abreviar
y pillar pronto las tarjas,
el decir a novio y novia 85
que las manos se tomaran?
Ya se ve, el pobre cuitado,
a fuerza de amor, estaba
como están todos los novios,
sin saber lo que les pasa, 90
ni lo que hacen, y por dar
la mano derecha, alarga
la zurda, y zas, mi marqués
equivoca la estocada.
DON CARLOS
¡Oiga, y qué lance!
DON FERMÍN
Tu tía
95
era muy buena. Una santa
casi, casi; pero en punto
a el honor muy delicada.
Así, o porque tuvo agüero,
o porque le diese rabia 100
—9→
al ver que todos riyeron
del marqués la borricada,
lo cierto es que una congoja
le dio allí mismo, tan larga,
que la tuvimos por muerta. 105
El doctor, que la enterraran
dispuso ya.
DON CARLOS
¿Y se enterró?
DON FERMÍN
No, porque como esperanzas
nos diera el sepulturero,
quisimos ver si acertaba, 110
y quiso Dios que acertase.
Pero ¡ay Carlos!, ¡qué mudanza!
Luego que tornó a la vida,
dijo que no se casaba,
y no se caso, no hay más, 115
que no se casó.
DON CARLOS
Pues basta
y sobra cuanto habéis dicho
para probar que se amaba
de otro modo en vuestros tiempos,
pero padre, está mi hermana 120
en un caso muy distinto
—10→
que su tía. Si el novio tarda,
ignoramos los motivos.
Dejad que llegue y la causa
sabremos.
DON FERMÍN
Lo que te digo
125
es, que entonces no escapara
tan ahína.
DON CARLOS
Señor, entonces
una mula se encojaba
con igual facilidad
que ahora. También en posadas 130
quedaban trasconejados
gorros, pelucas y batas.
Si una rueda se rompía,
si un zagal se emborrachaba,
como se rompen y aturcan 135
los presentes; si en España
no se andaba por los aires,
dígole a usted...
DON FERMÍN
Que me cansas
y me secas y fastidias:
basta ya por Dios. ¿Colasa? 140
  —11→  
COLASA
¿Señor?
 

 (Desde adentro.) 

DON CARLOS
Otras son las cosas
que a mí me asustan.
DON FERMÍN
¿Qué?
DON CARLOS
Nada.
DON FERMÍN
Vaya, dilo, no me vengas
ahora con medias palabras
a guisa de covachuelo. 145
DON CARLOS
Pues señor, no es la tardanza,
que es el genio de mi amigo
el que solo me acobarda:
su genio, su poco mundo,
su austeridad, su...
DON FERMÍN

 (Llamando.) 

¿Muchacha?
150
Esta maldita está sorda.

  —12→  

Escena II

 

COLASA y los dichos.

 
COLASA
¿Mande usted?
DON FERMÍN
¿Dónde te hallabas,
diablo, que siempre es preciso
desgañitarse?
COLASA
¡Caramba!
Después que estoy todo el día 155
hecha un azacán, regaña
usted.
DON FERMÍN
Mujer, no es reñir,
es preguntar dónde estabas.
y qué hacías.
COLASA
Limpiar el cuarto
del huésped, hacer la cama, 160
y tenerlo todo pronto
para cuando llegue.
  —13→  
DON FERMÍN
Brava
mozuela. Y dime ¿qué colcha
has puesto?
COLASA
¡Toma! La blanca
de damasco.
DON FERMÍN
Te confieso
165
que temí no le encajaras
la de filipichi.
COLASA
Bueno
hubiera sido.
DON FERMÍN
Y la toalla,
el espejo, la escobilla,
el jarro y la palangana, 170
¿está todo en su lugar?
COLASA
Todo está.
DON FERMÍN
Pues ahora, marcha,
y clávate en el balcón,
—14→
sin andar en garambainas,
ni muecas con el herrero 175
de enfrente; avisa, Colasa
en sonando campanillas.
COLASA
Para autorizar las casas
nunca hace falta una mona,
en tanto que haya criadas. 180
DON CARLOS
Ya está aquí nuestro don Pedro.
DON FERMÍN
¿Qué don Pedro o calabaza?
DON CARLOS
¡Toma! El Alcalde Mayor.


Escena III

 

DON PEDRO y dichos, menos COLASA.

 
DON FERMÍN
¡Jesús, qué milagro! Vaya,
no esperaba tan temprano 185
a usted.
DON PEDRO
Usted es la causa,
amigo.
  —15→  
DON FERMÍN
Pues me lo cuelgo
con gusto.
DON PEDRO
Anoche quedaba
usted con tal impaciencia
por su yerno, que...
DON FERMÍN
Mil gracias,
190
mas ya salí del cuidado.
DON PEDRO
¡Hola!
DON FERMÍN
Sí señor. La carta
que veis es de aquel don Jaime,
un hidalgo de Tafalla,
que antes fue torero...
DON PEDRO
¿Aquél
195
que vive en la misma plaza
entre el cura y la botica?
DON FERMÍN
El mismo que viste y calza.
  —16→  
DON PEDRO
¿Y qué dice el buen hidalgo?
DON FERMÍN
Dice que durmió en su casa 200
antes de anoche mi yerno,
y que hoy llegará sin falta
a la tardecita.
DON PEDRO
Sea,
pues que tanto se deseaba,
mil veces enhorabuena. 205
DON FERMÍN
Mucho, en verdad, me alegrara
si ya estuviese hecho todo;
porque a lo menos me ahorraba
de camorras.
DON PEDRO
¿Qué camorras?
en cosa ya tan tratada, 210
y que tanto os acomoda,
no se debe hablar palabra,
y dejar obrar al tiempo.
DON FERMÍN
Pues ahí verá usted. Acaba
ahora mismo el señor mío 215
—17→
de volver a las andadas,
y repetir cuanto dijo
anoche.
DON CARLOS
Si me dejara
usted hablar...
DON FERMÍN
¡Dios nos libre!
DON CARLOS
La ventura de mi hermana 220
la encuentro comprometida:
ella será desgraciada
sin duda. Siempre lo dije,
y lo diré mientras haya
remedio.
DON FERMÍN
¿Pues tú no fuiste,
225
hijo o demonio, la causa
de saber yo que existía
tal hombre? ¿No le alababas
a troche y moche? ¿Te acuerdas
cuando fui por ti a Vergara, 230
qué pesado y qué chinchoso
estuviste con las raras
prendas, y torna las prendas,
y el talento y la motriaca
—18→
de tu amigo, hasta obligarme 235
a que le viese y tratara?
Y entonces ¿de qué te admiras
si me gustó? ¿Por qué extrañas,
que no siendo un pelagatos
además, para Tomasa 240
le haya escogido? Su padre
que se casó en Salamanca,
siendo joven y estudiando
lo que allí enseñan, gastaba
coche, y era un caballero 245
quien yo traté en mi infancia,
y con quien siempre seguí
correspondencia por cartas.
DON CARLOS
Lo mismo que dije entonces,
repito ahora, y si palabra 250
me da usted de no enfadarse
explicaré lo que llama
en mí una contradicción.
DON PEDRO
Oigámosle.

 (A DON FERMÍN.)  

DON FERMÍN
¿Sí? Pues charla
cuanto quieras, hijo mío; 255
te concedo carta blanca.
  —19→  
DON PEDRO
Don Severo de Mendoza
es un hombre a quien la sabia
naturaleza ha tratado
con tal indulgencia y tanta 260
prodigalidad, que apenas
se encuentra entre las humanas
ciencias, una, no que ignore,
sino en que no sobresalga.
Su talento, aplicación 265
y lectura; su extremada
facilidad para cuanto
quiere aprender, y que allana
en su favor los escollos,
que a tantos detienen, causan 270
verdadera admiración.
Yo le conocí en Vergara,
en donde de Humanidades
la cátedra profesaba,
y en donde tuvo principio 275
la amistad que nos enlaza.
Su figura es agradable,
su corazón noble; se halla
en aquella edad preciosa
en que ya desarrolladas 280
nuestras facultades pueden
realizar sus esperanzas.
  —20→  
DON PEDRO
¿Qué edad tiene?
DON CARLOS
Treinta y cinco.
DON FERMÍN
Sí, sin lo que anduvo a gatas
el año de ochenta y cuatro... 285
DON CARLOS En
fin, una sola mancha
desluce cuadro tan bello,
y un defecto es el que se halla
en él.
DON FERMÍN
¿Y cuál?
DON CARLOS
No tener
ninguno.
DON FERMÍN
¡Miren qué tacha!
290
DON CARLOS
Aún más de lo que os parece,
que la propia desconfianza
es sólo quien nos inclina
a excusar ajenas faltas.
—21→
Tiene el hombre mil tiranos, 295
que le sujetan o arrastran,
que le empujan o detienen,
que le humillan o levantan
el interés, la opinión,
las pasiones exaltadas, 300
los encontrados deberes,
las distintas circunstancias
en que cada cual se encuentra,
son otras tantas borrascas
donde el piloto más diestro, 305
si no perece, naufraga.
Y bien, ¿cómo exigiremos
indulgencia y tolerancia
de quien jamás ha sufrido,
de quien ignora las varias 310
vicisitudes que afligen
nuestra existencia precaria?
Éste es el caso, señor,
del novio. Desde su infancia
fue conducido al colegio; 315
allí dio tanta esperanza,
sus progresos fueron tales,
que sus mismos camaradas,
y los profesores mismos
vencieron su desconfianza, 320
y le obligaron a que
se opusiese a la expresada
—22→
cátedra, en lugar de irse
con su padre a Salamanca,
como quiso: Hace, en efecto, 325
esta oposición, la gana,
y desde entonces gustoso
se dedica a la enseñanza
de aquellos que poco antes
sus iguales se juzgaban. 330
Sin embargo, en nada influye
esta rápida mudanza
para sus inclinaciones:
desde su estudio a las aulas,
desde su casa al colegio 335
su vida entretiene y pasa
sin más trato que sus libros;
ya que esta pasión le aislara
de suerte que desconoce
el suelo que pisa. Su alma 340
engañada, enardecida
por lecturas exaltadas,
otra existencia se crea
tan ficticia como vana.
Grecia y Roma es su universo; 345
las virtudes celebradas
de sus hijos, son las solas
que le admiran y le inflaman;
con él no hay medio: a su lado
no se disimula nada; 350
—23→
y merece su desprecio,
si no vive a la espartana
el que le quiere tratar.
DON FERMÍN
¿Y qué consecuencia sacas
de toda esa relación 355
de méritos?
DON CARLOS
Una y clara.
Que quien no conoce el mundo
sino por libros; quien trata
de encontrar en cada hombre
un Catón, mucho se engaña 360
a sí mismo, y mil pesares
para los demás prepara.
La perfección está lejos
de nosotros por desgracia;
y el que se juzga perfecto, 365
mal podrá sufrir las trabas
que el lazo social impone,
ni tolerar con cachaza
de una mujer los caprichos,
de un amigo la inconstancia, 370
de un hijo los devaneos,
o de un suegro la acendrada
impertinencia.
  —24→  
DON FERMÍN
Pues, mira,
pienso que esas alpargatas
que dices, no dejarían 375
de tener una manada
de chiquillos, como tiene
cualquiera que ahora se casa;
y no obstante...
DON CARLOS
Es que la historia
nos recuerda las hazañas; 380
pero no las peloteras,
que dentro de puertas pasan.
Tomasa, señor, es viva,
y en Madrid acostumbrada
al buen trato y diversiones; 385
no me parece muy ardua
empresa pronosticar
que no será afortunada,
teniendo siempre a su lado
un censor, que la eche en cara 390
hasta lo mismo que forma
la existencia de una dama.
Tal es mi opinión. Usted
hacer podrá de su capa
un sayo, nada me importa, 395
pues cumplí con la sagrada
obligación que tenía.
  —25→  
DON FERMÍN
Señor don Pedro de mi alma
¿no es verdad que cuanto dice
este mozo es una sarta 400
de desatinos?
DON PEDRO
No tal.
Las reflexiones que acaba
de manifestar don Carlos,
antes bien son muy sensatas.
DON FERMÍN
¿Qué dice usted?
DON PEDRO
Lo que digo:
405
Que no arriendo la ganancia
a Tomasita, si el novio
es tal cual nos le retrata
su hermano.
DON CARLOS
Nada pondero.
DON PEDRO
¿Y a Tomasita le agrada 410
ese carácter adusto?

 (A DON FERMÍN.) 

  —26→  
DON FERMÍN
No lo sé; pero apostara
a que sí; pues ella y todas
lo que quieren es casaca.
DON PEDRO
¿Se conocen?
DON FERMÍN
No se han visto
415
jamás.
DON PEDRO
Y la repugnancia
de su hermano ¿no la asusta?
DON FERMÍN
Como está bien educada,
nunca tuvo voluntad
propia.
DON PEDRO
O a manifestarla
420
no se atrevió nunca. Amigo,
vamos claros: la muchacha
puede que felice sea;
pero boda cimentada
sobre bases tan endebles, 425
promete cortas ventajas.
  —27→  
DON FERMÍN
Pero señor, ¿qué remedio
tiene el asunto? Avisada
ya la parentela, escrito
al tío sumiller, las galas 430
compradas, y en casa... vamos,
no es posible. Campanada
igual ni un negro la diera.
DON PEDRO
Tampoco se desbarata,
con esa facilidad 435
un lazo, en que interesadas
están dos nobles familias.
Así, pues, yo aconsejara
se ensayase solamente
un medio...
DON FERMÍN
¿Alguna demanda
440
ante el Vicario?
DON PEDRO
No es eso.
DON FERMÍN
Pues lo que es ir a la Sala
no me atrevo: lo confieso.
Tengo mi casa atrasada
de tal modo con la guerra... 445
—28→
Luego, ya ve usted, las cargas
que se pagan, el granizo
que sufrimos por marzo...
DON PEDRO
¡Anda!
ya escampa y llueven guijarros.
No, don Fermín, no se zanjan 450
tamañas dificultades
con pleitos, y aquél que trata
de componer un asunto
de familia sin jaranas
ni ruidos, nunca conviene 455
que empiece rompiendo lanzas.
DON FERMÍN
Pues eso quiere decir.
DON PEDRO
Ahora bien, yo me inclinara
a que inventásemos juntos
un buen ardid, que de chanza 460
tuviese el nombre, que fuese
una lección que enseñara
a ese filósofo grave,
que todos a igual distancia
están de la perfección, 465
y que...
  —29→  
DON FERMÍN
Ya estoy. Usted trata
de que caiga de su burro,
¿no es verdad?
DON PEDRO
Pues.
DON FERMÍN
Y de que abra
los ojos, y reconozca
que él es de la misma pasta 470
que su padre y que su madre;
¿no es así?
DON PEDRO
Cabal.
DON FERMÍN
Pues basta,
corre de mi cuenta.
DON PEDRO
¿Cómo?
DON FERMÍN
Lo dicho, dicho. Mañana
estará más blando el hombre 475
que una breva.
DON PEDRO
Pero...
  —30→  
DON FERMÍN
Nada:
fíese usted en mí. Se hará,
y usted me dará las gracias.
DON PEDRO
Pero, en fin, sepamos cómo.
DON FERMÍN
Mañana al romper el alba 480
tomo la mula, y me voy
al convento de las Claras.
Conozco allí al Capellán,
que es un piquito de plata
y todo un hombre, que estuvo 485
consultado por la Cámara
para una ración en Ceuta;
y a saber dónde se hallara
en el día, si él no la hubiera
renunciado; pero, vaya, 490
lo que él dice: Vale más
servir con mucha eficacia
media docena de madres,
que agradecen y que pagan,
que no meterse en cabildos. 495
DON PEDRO
Al grano, por Dios.
  —31→  
DON FERMÍN
Cachaza,
que no seré muy difuso.
Digo, que mi confianza
entera la deposito
en la prudencia, en la labia 500
de este docto sacerdote;
que lo traeremos a casa,
y en dos o tres encerronas
le pondrá como una malva.
DON PEDRO
¡Ay, don Fermín! ¡Y cuán poco 505
conoce usted nuestra humana
flaqueza! ¿Usted se figura
que se curan con palabras
los ridículos, los vicios
que la educación arraiga 510
en nosotros? ¿Usted piensa
que una obra cimentada
por el tiempo y la costumbre,
se destruye o desbarata
con retóricos discursos? 515
Pues no, amigo, usted se engaña.
El hombre es tan material,
que para que se persuada
de un error, es fuerza que antes
se enteren y satisfagan 520
los sentidos; que lo toque,
—32→
que lo vea, que la acerada
espuela del desengaño
sienta, y sufra.
DON FERMÍN
Conque ¿nada
aprovecha un buen talento? 525
DON PEDRO
¿Quién dice que no? Él acaba
la conversión, apreciando
las ventajas que se ganan,
y los riesgos que se evitan.
DON CARLOS
Es el cachetero.
DON FERMÍN
Calla.
530
DON PEDRO
Ejemplos y no sermones,
es mi receta.
DON FERMÍN
Pues caigan
más ejemplos sobre el novio,
que pelos quiere una calva
y amigos tiene un ministro. 535
  —33→  
DON PEDRO
¿Conque ustedes me dan amplias
facultades?
DON FERMÍN
Sí, señor.
DON PEDRO
Pues, amigos, oíd mi traza.
La escalera de la vida
está con jabón untada, 540
y el que baja más confiado,
si se descuida, resbala,
y da con su cuerpo en tierra
como los demás: Se trata,
me parece, de que el novio 545
dé también su costalada,
para que luego no riña
a los que en el suelo se hallan.
Pues bien, pongamos chinitas
de trecho en trecho; y si baja 550
él tropezará.
DON FERMÍN
Así sea;
pero temo que la trampa
llegue a conocer, la evite,
y después a carcajadas
se burle y mofe de todos. 555
  —34→  
DON PEDRO
No tal, que nadie se escapa
sin su chichón en la frente,
al menos.
DON FERMÍN
¿Y si pesada
le pareciese la burla,
y se picase?
DON PEDRO
Si alcanza
560
la medicina, no importa
que nuestro enfermo al tragarla
se queje un poco; que luego
sano, nos dará las gracias;
y si no alcanza, tampoco 565
importa un pito; pues clara
prueba será que su mal
no tiene cura.
DON FERMÍN
Pues nada
nos detenga.
DON PEDRO
Principiemos
por decirle que Tomasa 570
no está en casa; y el papel
de una joven desgraciada
—35→
y sensible, podrá entonces
representar la muchacha.
DON FERMÍN
¿Con qué fin?
DON PEDRO
Yo lo diré.
575


Escena IV

 

COLASA y dichos.

 
COLASA
Señor, señor.
DON FERMÍN
¡Qué embajada
será ésta!
COLASA
¡Toma! Que llegan
ya.
DON FERMÍN
¡Ay Dios!
COLASA
Ya están en la plaza.
  —36→  
DON FERMÍN
Pronto, pronto, la peluca,
dadme los guantes, la caña 580
y el sombrero.
DON PEDRO
¿Para qué?
DON FERMÍN
¿No es fuerza, pues, que yo salga
a recibirle?
DON PEDRO
Antes no.
Si hemos de efectuar la farsa
proyectada, deberemos 585
primero sus circunstancias
comprender, y repartir
los papeles.
DON FERMÍN
¿Dónde?
DON PEDRO
¡Brava
dificultad! En cualquiera
parte, aunque sea en la cuadra: 590
el caso es que nos juntemos.
  —37→  
COLASA

 (A DON FERMÍN.) 

Intendenta, comisaria,
¿no oye usted cómo vocea
el mayoral?
DON FERMÍN

 (A DON PEDRO.) 

¿Y la sala
que ocupaba el alojado, 595
será buena?
DON PEDRO
Soberana,
vamos a ella.
COLASA
¿Y yo qué digo
si se me pregunta?
DON FERMÍN
Nada;
que las mujeres no dicen
poco, cuando están calladas. 600
COLASA
¿Y he de callar siempre?
DON FERMÍN
Siempre.
  —38→  
DON PEDRO
Vamos.
DON CARLOS
Presto.
COLASA
A la ventana
me vuelvo, que quiero ver
si aprisa o despacio baja,
si entra con el pie derecho, 605
si estornuda o si se rasca;
pues son dignas de notarse
las menores circunstancias
en un hombre tan valiente,
como el guapo que se casa. 610



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