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José Enrique Rodó: la genealogía y el contexto familiar1

Gustavo San Román



Para Liam y Óscar, líos de genealogistas futuros;

y esta segunda edición, a la memoria de Belén Castro Morales.





La meta en lo que sigue es reconocer y repasar la bibliografía existente sobre las raíces familiares de José Enrique Rodó (Montevideo, 1871-Palermo, Sicilia, 1917); corregir algunos datos erróneos que han circulado; establecer, mediante la confrontación con registros eclesiásticos y civiles de España y Uruguay, información sobre los antepasados del escritor que permita crear un árbol genealógico hasta sus bisabuelos (y con mención escueta de los tatarabuelos); reflexionar, desde estos datos y otros documentos, sobre la situación social de sus ascendientes y en general proponer una imagen más detallada del fondo familiar del que proviene el escritor.






Nacimiento y niñez

Existen dos biografías principales de Rodó. La primera es del escritor y poeta Víctor Pérez Petit, contemporáneo, amigo íntimo y colega del ensayista en el trabajo de dirección de la Revista Nacional de Literatura y Ciencias Sociales (1894-97). Este libro, que fue pronta y sentida reacción a la muerte del compañero, salió en 1918 y se reeditó dos décadas más tarde con el agregado de un prólogo, tres nuevos capítulos y una bibliografía. Al comienzo del capítulo dedicado a los albores del escritor, Pérez Petit ofrece estos datos básicos de su vida y raíces familiares:

«José Enrique Rodó nació en Montevideo el día 15 de julio de 1872. Fueron sus padres don José Rodó, español, oriundo de Cataluña, radicado en el Uruguay desde años atrás, y doña Rosario Piñeyro y Llamas, de una patricia y acomodada familia del país. El matrimonio, que asentó su hogar en la casa ubicada en la calle de los Treinta y Tres, casi esquina a la de Buenos Aires (hoy señalada con el número 1287), tuvo siete hijos: José, el mayor, muerto de tifus, como nuestro malogrado escritor, a los veintiún años, en una casa-quinta, propiedad también de sus padres, del camino Larrañaga (la misma que luego fue propiedad del general César Díaz) [...]; Alfredo, el segundo [...]; Eduardo, Rosario, Isabel, Julia y el menor José Enrique -a quien se dio este nombre en memoria de su primer hermano fallecido y por haber nacido el día de San Enrique y [San] Camilo»2.



Este párrafo contiene algunas imprecisiones. La primera corresponde al año de nacimiento de Rodó, que debió ser 1871. Este biógrafo no es el único en creer que se trataba de un año más tarde. Igualmente lo declara, por ejemplo, José M. Fernández Saldaña en su diccionario de biografías uruguayas de 1945, y hasta cae en la equivocación Rodó mismo en algunas semblanzas propias, como la que hizo alrededor de 1910 para las entradas que le atañen en la Biblioteca internacional de obras famosas, de la que fue editor3. Aunque el error fue enmendado definitivamente en una nota puntual del estudioso norteamericano William Berrien en la década del 30, en la que se remite al libro de bautismos de la Iglesia Matriz de Montevideo, el dato fallido continúa desperdigándose por internet hasta nuestros días y hasta llegó a colarse en la contraportada de una edición de un libro de Rodó apoyada por la Sociedad Rodoniana de Montevideo4. Por otro lado, tiene razón Pérez Petit al señalar los orígenes religiosos de los nombres de pila de Rodó, que correspondería a ese día o a los anteriores5. En cuanto al primer nombre del futuro escritor, también tiene sentido lo que dice Pérez Petit, y se podría agregar que el reiterar el apelativo en el primer varón nacido luego de la muerte del primogénito, tuvo la función de mantener la usanza de la herencia del nombre paterno. Por la misma razón, la primera hija mujer de la familia se llamó María del Rosario, como la madre.

Imagen 1

Figura 1: Acta de bautismo de José Enrique Rodó
(Montevideo, 15 julio 1871)

«Rodó, José Enrique Camilo. En cinco de Octubre del año mil ochocientos setenta y uno: el Presbítero Don Andrés Torrielli, con licencia del infrascrito Cura Rector de esta Iglesia Matriz de Montevideo, bautizó solemnemente en ella a José Enrique Camilo, que nació el quince de Julio del presente año, hijo legítimo de José Rodó, español, y Rosario Piñeiro oriental: abuelos paternos, Antonio y María Janier [sic]: abuelos maternos, Nicolas Piñeiro, y Manuela Llamas: fueron padrinos, Cristobal Rodó, e Isabel Rodó, a quienes instruyó. Por verdad lo firmo. Inocencio M. Yeregui. [En el borde:] Nota: Enmdo = oriental. Vale. Véase el L. 9 f 93 de matrimonio. Yeregui».



Imagen 2

Figura 2: José Enrique Rodó a los cuatro años
(en Archivo Rodó, Biblioteca Nacional, Montevideo)

Otras imprecisiones en el párrafo citado de Pérez Petit, que surgen de la confrontación de documentos, se refieren a los hermanos de José Enrique, y afectan la edad de muerte del primer José (segundo nombre Marcos, fallecido a los diecisiete y no a los veintiún años -error que reitera Emir Rodríguez Monegal en la Introducción a su edición de las obras completas de Rodó)6; el número de vástagos (fueron ocho y no siete: falta la cuarta, que también murió joven); y el orden de los nacimientos, que correctamente es así: Rosario, José Marcos, Isabel, María Bartolomé (fallecida a los quince), Alfredo, Julia, Eduardo y José Enrique. Es de notar que cuando nació Rodó sus padres José y Rosario tenían respectivamente cincuenta y ocho y cuarenta y dos años (había una diferencia de quince años y medio entre los cónyuges).

Imagen 3

Figura 3: Hermanos Rodó Piñeiro hacia 1876.
De izquierda a derecha: Julia, Isabel, José Enrique, Alfredo, Rosario y Eduardo;
faltan los fallecidos José Marcos y María Bartolomé (Archivo Rodó)

La segunda biografía, por un autor que comparte uno de los apellidos del anterior, Eugenio Petit Muñoz, es la más exhaustiva que tenemos sobre la vida temprana de Rodó. Aunque algo engorrosa de lectura, por cierta deambulatoria distribución del material y por sus largas y complejas oraciones tanto en el texto principal como en las notas a final de capítulo, se trata de una obra cuidadosamente documentada por un docente e investigador universitario, que por lo tanto complementa la tarea del gran amigo del biografiado. Petit Muñoz examina el asunto del año de nacimiento de Rodó, presenta la transcripción del libro de bautismos de la Iglesia Matriz de Montevideo con la fecha verdadera, y da información sobre otras correcciones anteriores7. Tanto Petit Muñoz como otro estudioso y editor de Rodó, José Pedro Segundo, sugieren que los orígenes del error se remontan a la inscripción del niño en el colegio Elbio Fernández a cargo de su primo Luis Eduardo Piñeiro, en que aparece como menor por un año8.

Dos aspectos biográficos son dignos de mención antes de pasar a estudiar los antepasados de Rodó. Uno es que el linaje Rodó de la familia en Uruguay se agotó con su propia generación, pues ni el escritor ni sus hermanos, todos solteros, dejaron descendencia. El otro aspecto concierne a los tres domicilios de la familia Rodó donde vivió el escritor, todos en la Ciudad Vieja de Montevideo.




Las casas de los Rodó

Cuando nació José Enrique la familia vivía en una casa de la calle Treinta y Tres casi Buenos Aires, que requiere un comentario, a la luz de las versiones aparentemente contradictorias que tenemos.

El primer asunto a resolver concierne la numeración de la vivienda, tanto en la época del nacimiento, en que reinaba una nomenclatura establecida por Andrés Lamas durante la Defensa de Montevideo, como la que le correspondería en la actualidad9. La cifra original, según Petit Muñoz, era 199 (61); y según el gran estudioso del archivo de Rodó en la Biblioteca Nacional, Roberto Ibáñez, era 21910; a ello volveremos más adelante. Los dos críticos además dan un número diferente para la dirección actual: Petit Muñoz dice 1289; por su parte, Ibáñez declara que es el 1287, versión que a su vez comparte con dos autores que le precedieron, Pérez Petit (53), y la maestra Juana María Salvá, en su libro sobre Rodó para los escolares11.

Otra zona de ambigüedad afecta la relación entre el edificio actual y el original: Ibáñez sostiene que la casa que hoy ocupa el predio no es la que conoció Rodó, pues «fue demolida años más tarde», sino una diferente que la reemplazó después de mudarse la familia (y que «ni por su materia ni por su forma guarda relación alguna con la anterior», 3 87); por su parte, Petit Muñoz dice que los cambios fueron más bien superficiales («el peso de la agrisada ornamentación 'art nouveau' con que desde hace años está desfigurada su fachada obliga a la imaginación a hacer esfuerzos para limpiarla de relieves adventicios y representarse su primitiva sencillez», 61), y en el apéndice del libro incluye una foto y menciona que de los cinco vanos de las ventanas y puertas que existen hoy en el padrón, solo los primeros cuatro, mirando desde la derecha, o sea, desde el norte hacia el mar, corresponden a la casa original (311). Como este último crítico se funda en los comentarios de los hermanos de Rodó (75, n. 28; 129, n. 90), parecería sensato inclinarse por su versión: la misma casa, pero con cambios de fachada.

En 2018 la casa, que en la foto del libro de Petit Muñoz parecía estar en buen orden, se encuentra en ruinas, con las aperturas inferiores tapiadas con bloques y resguardada toda ella con vallas de metal para prevenir accidentes. En la planta baja hay ventanas en los primeros dos vanos inferiores (vistos desde el lado de Buenos Aires, mirando hacia el sur) y puertas en los siguientes dos, y otra ventana en el quinto. Junto a la segunda de las puertas, el cuarto vano, se encuentra actualmente el número 1287; quizás, entonces, la puerta contigua, en el vano tercero (siempre mirando desde el norte), correspondería al 1289 mencionado por Petit Muñoz. Una fuente útil para continuar la investigación es el «Inventario del patrimonio arquitectónico y urbanístico de la Ciudad Vieja», sitio de internet de la Intendencia de Montevideo.

Allí se encuentra una página dedicada a este inmueble, identificado como la casa de Rodó, que contiene la siguiente descripción:

«Edificio de fines del siglo XIX, aparentemente compuesto por construcciones de distintas épocas. Se desarrolla en dos niveles. En su fachada, de rica y singular ornamentación, se distinguen elementos de líneas Art Nouveau, principalmente en las chambranas y dinteles de los vanos. Forma parte de un tramo de alto valor arquitectónico y urbano. Actualmente se encuentra desocupado, tapiado y en mal estado de conservación. Es MHN [Monumento Histórico Nacional] desde 1976»12.



La primera oración sugiere que la casa no está exactamente igual que cuando nació Rodó, sino que ha padecido cambios, como notaba Petit Muñoz; pero el hecho de que haya sido designada como casa de Rodó indica que la versión fulminante de Ibáñez no fue aceptada. La página incluye fotografías correspondientes a tres inventarios, de 2010, 2000 y 1983; la de este último muestra que alrededor de la puerta que ocupaba el tercer vano había una serie de leyendas y placas: en el lado izquierdo mirando de frente, una placa de bronce ilegible en la foto, sobre un letrero que dice: «ESCUELA NACIONAL DE PERIODISMO»; a la derecha, otra placa de bronce que tampoco puede descifrarse, más el letrero: «BIBLIOTECA RAÚL MONTERO BUSTAMANTE», referencia a un prestigioso e influyente personaje de la cultura nacional en la primera mitad del siglo XX. Sobre el dintel, en letras de bronce, dice: «CASA NATAL DE JOSÉ E. RODÓ», y más arriba todavía, «ASOCIACIÓN INTERNACIONAL» con el resto del letrero tapado por el soporte del balcón del piso superior. A la derecha de la puerta, en cifras de bronce, está el número de la casa, que parece ser «1289». Ninguna de estas trazas sobrevive hoy en día. Petit Muñoz brinda los datos que no se pueden descifrar en la foto. La placa de la izquierda dice «Aquí nació / José E. Rodó / Cumbre del pensamiento americano / Asociación Internacional de Prensa»; y la de la derecha, redundantemente: «En esta solariega casa / Nació el Maestro de la Juventud / José Enrique Rodó / Insigne hijo del Uruguay / Asociación Internacional de Prensa/ Fundada en 1906 por el autor de Ariel / 1871-15 de julio-1961» (75, n. 27).

Estos datos apuntarían, aunque de manera algo precaria dadas las circunstancias anotadas, a que en el edificio hubo dos viviendas, una de ellas con el número 1289, según la foto de 1983; y la otra, a la izquierda, en dirección al sur, con el número 1287 que todavía queda, aunque no es claro cuál llevaría a qué planta y si las dos puertas son las mismas de la época de Rodó. Según la información que la familia pasó a Petit Muñoz, el padre de Rodó alquiló una «casa de altos» (61): o sea, la planta superior de este edificio, con, quizás, la puerta de entrada que modernamente llevó el número 1289. El dueño del edificio era Bartolomé Nicolás Piñeiro, padre de la futura esposa de José que pasará a vivir a la misma casa (64; 67), sobre quienes volveremos. La parte de abajo del edificio, posiblemente con la puerta número 1287, es donde José tenía su estudio de procurador, y donde más tarde lo acompañó su hermano Cristóbal, llegado en 1847, quien además se asentó allí para vivir (66-67).

Hasta aquí la cuestión de la numeración actual y su estatus no pasible de definición conclusiva; queda la de la numeración antigua, sobre la que también difieren Petit Muñoz (que como vimos dice 199) y Roberto Ibáñez (para quien es 219). Según una lista de correspondencias entre las dos nomenclaturas custodiada en el archivo de la Intendencia de Montevideo, ninguna de estas versiones es correcta, pues el número que correspondería al 1287 actual sería uno equidistante de los sugeridos por estos críticos: el 209; y para 1289, el 207. Estas equivalencias son consistentes con el cambio de dirección que trajo la nueva ley, según la cual se incrementó la numeración moderna de tres a cuatro dígitos, y se alteró su rumbo, que antes bajaba hacia el mar y ahora sube de sur a norte.

Imagen 4

Figura 4: Estado actual de la casa de la calle Treinta y Tres en que nació Rodó

Petit Muñoz informa que, al tocar tiempos difíciles por pérdidas en especulaciones bursátiles de José Rodó, la familia debió mudarse en 1879 a una vivienda que era propiedad del hermano de Rosario, José Domingo Piñeiro, político y comerciante (88; 93). El nuevo hogar era una casa de altos en la calle Pérez Castellano, n.º 120 según la antigua nomenclatura. En el artículo citado sobre la primera vivienda, dice Ibáñez que la familia Rodó se mudó en 1897, pero esto es un error, quizás de transcripción. La fecha sugerida por Petit Muñoz debe de ser la correcta, y tenemos documentos con la nueva dirección por esas fechas, como ser una citación del niño periodista Rodó en uno de los periódicos que dirigía en el colegio Elbio Fernández, El Pampero. En un número fechado 3 de octubre de 1883, se convoca a una reunión de la Sociedad Estudiantes, «que tendrá lugar el Domingo 7 del corriente en el domicilio del Sr. Rodó, Pérez Castellanos [sic: en plural] 120»13.

Imagen 5

Figura 5: Fragmento del diario juvenil, El Pampero,
con convocatoria a reunión en la segunda casa de la familia Rodó

También tenemos en el Archivo una descripción manuscrita, sin fecha y preparada por un constructor, de cómo se hará la parte alta de la casa, siguiendo el modelo de la parte baja del edificio14. Dice Petit Muñoz que José Domingo Piñeiro pasó más adelante a vivir a la planta baja, ahora contigua, y que murió el día 5 de marzo de 1900, pocos días después de salir la primera edición de Ariel (166); esta información queda confirmada por una invitación al entierro al otro día, donde se da como dirección de la casa mortuoria el número 120A de la misma calle. De acuerdo con el mencionado archivo de la Intendencia de Montevideo, el antiguo n.º 120 de Pérez Castellano corresponde al 1368 actual; y el 120A al 136615.

Imagen 6

Figura 6: Segunda casa de la familia Rodó. Calle Pérez Castellano 120, hoy 1368 (puerta izquierda);
la casa contigua, hoy 1366 y antes 120A, fue la del tío José Domingo Piñeiro.
Ubicación basada en lista de correspondencias entre numeraciones
antigua y moderna, en la Intendencia de Montevideo

José Rodó padre, antes de la crisis que lo llevó a mudarse a esta segunda casa, veraneaba en casas quinta, según averiguó Petit Muñoz: primero en una de la calle Daymán (que lleva hoy el nombre de Julio Herrera y Obes), en el barrio centro; luego, a medias con un pariente, adquirió la casa solariega que había pertenecido al General César Díaz en Camino Larrañaga (la que según Pérez Petit sería de Díaz más tarde), donde contrajo José Marcos el tifus que lo llevaría a la tumba; y por fin, en la que hizo construir en Santa Lucía, departamento de Canelones, cuando José Enrique era niño, y que tuvo que vender en el tiempo de la mudanza a Pérez Castellano (Petit Muñoz, 70-71; 80-89). Esta última residencia es hoy Centro Cultural y Museo.

Imagen 7

Figura 7: Casa quinta de la familia Rodó en Santa Lucía,
Departamento de Canelones, donde pasaron los veranos entre 1871 y 1879

Poco tiempo después, los Rodó se mudaron a la última casa en que vivió José Enrique, hasta su viaje a Europa en julio de 1916, del que no retornará. La dirección era Cerrito 102, en una casa que fue demolida, junto con el resto de la manzana. En ese espacio se construyó la sede central del Banco de la República Oriental del Uruguay, que lleva el número 357. Allí se encuentra hoy una placa que reza así: «El Banco de la Republica / recuerda que en este sitio / se levantaba la casa en / que vivió 1900-1916 / José Enrique Rodó / y en la que escribió / varias de sus obras. / Montevideo, mayo de 1940».

Los hermanos de Rodó volvieron a mudarse por lo menos dos veces. La primera, a una casa de la calle Sarandí de la ciudad vieja, cuyo número preciso es otra vez ambiguo. Petit Muñoz dice (dos veces) que era el 318 (73; 275, n. 239), pero tenemos documentos donde la cifra es 420: los certificados de defunción de Eduardo (30/5/1930), María del Rosario (26/11/1933) y Alfredo (3/12/1936) así lo declaran; y en un ejemplar del primer número de la revista Proteo (título de clara inspiración rodoniana), de diciembre de 1921, custodiado en el Archivo Rodó, aparece en letra manuscrita el nombre y la dirección de Eduardo Rodó como Sarandí 42016. Puede que se hayan mudado dentro de la misma calle en algún momento; en el número 318 hay hoy un edificio moderno que parece ser un depósito; en el 420 hay una casa antigua de apartamentos. La segunda (o tercera) y definitiva dirección de la familia surge de los certificados de defunción de Isabel (27/9/1940) y de María Julia (22/12/1943), quienes se habían mudado unas cuadras al barrio centro de la ciudad, a una casa en la calle Yi (hoy Carlos Quijano), n.º 1174. La vivienda sigue hoy en pie y pertenece a la asociación de talleres mecánicos de automóviles, que también ocupa el moderno edificio contiguo. En ese domicilio se extinguió la línea de los Rodó en Uruguay. Pasemos ahora a rastrear los antepasados del escritor.

Imagen 8

Figura 8: Última casa de la familia Rodó, Yi 1174,
donde vivieron las hermanas Isabel y Julia, fallecidas en 1940 y 1943




El lado catalán

A partir de información recabada de un documento familiar y de entrevistas con los hermanos, sobre todo Alfredo, el detallado trabajo de Petit Muñoz avanza considerablemente sobre la biografía anterior en cuanto a la genealogía del escritor. Según un cuaderno de anotaciones proveniente de la rama chilena de la familia que pudo conseguir el historiador, José Rodó Janer era descendiente de los Rodó de Terrassa, hoy una respetable ciudad provinciana que se encuentra a treinta kilómetros al norte de Barcelona, y de los Janer de Olesa de Montserrat, situada a quince kilómetros al oeste de Terrassa. El nombre Janer es castellanización del catalán Gener, y en las fuentes hay alguna variación entre ellos, aunque en Uruguay se manejó siempre la forma castellana. El cuaderno dice que el padre de José era Antonio Rodó Martínez, nacido en 1794 y dueño de una fábrica de textiles, industria con fuerte tradición en esa ciudad (la fuente agrega un «de» entre los apellidos que no aparece en los registros eclesiásticos catalanes, donde en su lugar, y de acuerdo con el uso tradicional local, a menudo aparece una «i»); también brinda esta fuente familiar datos sobre la abuela y los tíos de Rodó (62, 75 n. 27; 305-306).

El cotejo de esta información con los registros de la Catedral de Terrassa y del Arxiu Parroquial de Olesa de Montserrat confirma su exactitud en general, aunque faltan en Terrassa algunos libros parroquiales que fueron destruidos durante los varios asaltos que sufrió la Catedral -guerras napoleónicas, carlistas y la Guerra Civil. En los casos en que la información de Petit Muñoz se pudo confrontar con los libros de actas existentes, solo surgieron leves errores: Maria (sin acento en catalán) [Francisca Josepha] Rodó nació el 11 de octubre de 1816 y Pablo [Pau Salvador Rafel] el 23 del mismo mes de 1818, en vez del mes de diciembre que les asigna a ambos el cuaderno familiar; y el Juan Bautista que aparece en las anotaciones que da Petit Muñoz era Juan Jaime José [Joan Jaume i Joseph] según el acta de bautismo. (Los nombres aparecen en catalán en el original y así se mencionan en el árbol que incluimos al final; se hará lo mismo con otros nombres surgidos de registros eclesiásticos.)

En cuanto a José Rodó Janer, fue bautizado con los tres nombres de pila de la tradición catalana: el primero, correspondiente a su padrino y abuelo paterno (Joseph); el segundo, el de su abuelo materno (Pau; si hubiera sido niña, habría llevado el de su abuela); y el tercero (Isidro), el del cura encargado de la ceremonia. El apellido materno que aparece en el acta es Gener, en catalán. Por cierto, como aprendió el mismo escritor durante su viaje a Barcelona, su apellido se pronuncia casi «Rudó» en catalán (Obras completas, 1486; 1250). Aunque no lo menciona, quizás tuvo oportunidad de saber también que en esa lengua la palabra significa «redondo»; en cuanto a Janer/Gener, el significado es «enero».

Imagen 9

Figura 9: Acta de bautismo de José Rodó Gener
(Terrassa, Cataluña, 14 marzo 1813)

«Rodó y Gener, Home. Als quinse días del mes de mars del any mil huit Cents, y treze; en las fonts Baptismals de la Iglesia Colegiata y Parroquial de St. Esperit, y St. Pere de la Vila de Tarrassa Bisbat de Barna. fou batejat (nat del día antes) per lo R.v. P. Ysidro Maza, Relig. Franciscano, ab llicencia del R.v. Diaconis de dita Colegiata, Joseph, Pau, Ysidro; fill legitim, y natural de Anton Rodó, fabricante de paños, y de Maria Gener, cons. naturals de la Vila de Oleza; foren Padrins, Joseph Rodo, yMadrona Simon, Vda. de Pau Gèner»17.



Otras pesquisas permiten afirmar que el apellido Rodó tiene una dilatada presencia en Terrassa, que continúa hasta hoy: una busca en la guía telefónica en junio de 2012 dio como resultado veintidós nombres. En una historia de la villa se menciona una lista de jefes de familia de 1407 en la que aparece el apellido, y también un documento del año 1308 que prueba que un Bernat Rodó tenía propiedades junto a una de las murallas de la ciudad18. La misma fuente cita una nota de un Agustí Rodó quien, en su capacidad de «síndic» de la ciudad, se dirige al alcalde para denunciar que uno de los portales que había sido reparado recientemente se encontraba otra vez abierto:

«I encara en el Llibre del Clavari, del 1544, es consignen quantitats per a reparar les portes i per a fer una clau per al Portal de la Creu, i en el del 1546 Pere Badrines, mestre d'obres, adoba "lo peu de la Creu del Portal qui va a la Font-vella". Aleshores per circumstàncies que desconeixem, transitòriament es tapià el Portal de la Creu, la qual cosa motivà que uns vilatans l'enderroquessin i que el síndic Agustí Rodó digués al batlle:

"Mosell batlle: jo-us denuncie com vuy dimecres que comptam XVII de febrer del present any [1546] he trobat lo Portal de la Creu de la present vila tot ubert, lo qual stave paredat de pedre y morter per manament del Iltre. Sor. Loctinent General de Cathalunya"» (153)19.



El puesto de Agustín Rodó, indicado por la palabra «síndic» en catalán, correspondería a lo que en el Diccionario de la Real Academia Española es «procurador síndico general» o «procurador síndico personero», cuyas acepciones respectivas son: «En los ayuntamientos o concejos, encargado de promover los intereses de los pueblos, defender sus derechos y quejarse de los agravios que se les hacían»; y «procurador que se nombraba por elección en los pueblos, y principalmente en aquellos en que el oficio de procurador síndico general era perpetuo o vitalicio». En cualquiera de los casos, la función era representar los intereses de los habitantes de la villa, lo que explica su apelación al alcalde. Estas menciones del apellido en la historia medieval de Terrassa sugieren que por lo menos algunos Rodó tuvieron una buena posición social y económica en la comunidad.

La tradición de trabajo para la colectividad se reitera en la familia cercana de Rodó. El cuaderno familiar que cita Petit Muñoz registra que Antonio Rodó Martínez, además de su profesión en la industria textil -que las actas de bautismo de sus hijos confirman, pues aparece regularmente como «fabricante de paños»- tuvo cargos en la administración municipal de la ciudad: «En 1876 [sic: por 1816, como se dice en la p. 63] tenía una fábrica de paños de su propiedad hasta 1845 que tomó la Administración [...] de Propiedades y Derechos del Estado (Distrito de Terrassa)» (306). También sabemos que un Antonio Rodó Martínez fue alcalde de la villa en el año 1822, según una lista de esos puestos a partir de 1800 que está publicada en la página web del municipio; a menos que se tratara de un perfecto tocayo, la elección al puesto del joven de 28 años demuestra la iniciativa personal y el prestigio en la comunidad del abuelo de Rodó20.

La misma lista incluye otros nombres del mismo apellido que quizás fueran sus parientes cercanos. El que le sigue en el tiempo es Cristóbal Rodó, sin segundo apellido, que fue alcalde en 1825. Hay alguna posibilidad de que este fuera hermano de Antonio Rodó Martínez, pues uno de ese nombre aparece en el cuaderno de la familia en Petit Muñoz (305). Si así fuera, la situación es interesante porque la esposa de este Cristóbal Rodó Martínez, Rosa Rovira, figura como la madrina en el acta de bautismo de Cristóbal Rodó Janer, el hermano de José que lo siguió en su traslado a Montevideo más tarde, en 1847 (ídem); pero el padrino no fue el marido de Rosa, sino otro tocayo y pariente de él, y también de nombre Cristóbal Rodó, pero con un nuevo segundo apellido: Vendrell (Terrassa, 5-278). Como vemos, la comunidad era pequeña, los nombres y apellidos recurrentes, y las familias relacionadas.

Un posible tercer familiar, Josep Rodó i Martínez, que ocupó el puesto de alcalde desde setiembre de 1843 a junio de 1844, debe también de haber sido hermano menor de Antonio, dada la identidad de ambos apellidos. Quizás lo fuese asimismo un Jaume Rodó, jefe de la ciudad desde octubre de 1848 a marzo de 1849, quien pudo haber inspirado el nombre de alguno de los dos hijos de Antonio que lo llevan como segundo de pila (aunque no fue padrino de ninguno de ellos; ese papel fue para ambos de un José: apellidado Rodó Amat el de Joan Jaume; y su hermano mayor y pionero de emigración a Uruguay, donde lo seguiría el ahijado, para Joaquín Jaume).

El puesto de alcalde implica inevitablemente una participación en la política local. Si a ello sumamos el hecho, según el cuaderno familiar, de que Antonio Rodó Martínez tuvo algún conflicto con las autoridades («sufrió dos confinaciones o destierros en las guerras civiles y destronamientos que pasó España a mitad del siglo pasado»), que Petit Muñoz postula como efecto de su oposición al proyecto de instalación de un Colegio Escolapio en Terrassa (306; 63), este abuelo de Rodó surge como personaje liberal en el contexto de la época.

Su hijo José Rodó Janer continuaría esa tradición ideológica en Montevideo al asociarse con los Colorados uruguayos y Unitarios argentinos que conocería en la ciudad, habiendo llegado en medio de la Guerra Grande: arribó el 16 de julio de 1842, según consultas hechas por Petit en el Consulado español (64), siete meses exactos antes del comienzo del Sitio Grande. (Antes de este destino, y siempre según el cuaderno familiar transcripto por Petit, había estado en Cuba casi un año; sus hermanos Cristóbal, Joaquín y Pablo hicieron el mismo periplo pocos años después [306]). José se estableció como procurador y se ganó el respeto de la clase alta montevideana, a la que sirvió y entre la que hizo amistades, como demuestran algunos vínculos significativos: compañero de billar del poeta nacional Francisco Acuña de Figueroa, quien lo menciona en uno de sus versos («Rodó a caballo montó / como un Don Quijote andante. / Tropezó su rocinante / y rodó al suelo Rodó»)21; amigo del pintor Juan Manuel Blanes, a quien encargó un retrato de sus padres, hecho a partir de daguerrotipos de cada uno, que se custodia en el Museo Histórico Nacional y es poco conocido (ver Figura 9; el Museo tiene también un retrato de la madre sola); y de Florencio Varela, el escritor, periodista y político argentino, quien le regaló un busto suyo que hoy se conserva en la Biblioteca Nacional; entre sus clientes estuvieron Andrés Lamas y Manuel Herrera y Obes, dos de los hombres más poderosos e influyentes de la época (Petit Muñoz, 65-69). Entre los documentos que nos han quedado de la actividad de José Rodó como procurador hay un poder general para Andrés Lamas22.

Imagen 10

Figura 10: «Antonio Rodó y María Janer»,
óleo sobre tela de Juan Manuel Blanes
(Museo Histórico Nacional, Montevideo, sin fecha)

De los otros hermanos de José que lo acompañaron a Montevideo, sabemos bastante sobre Cristóbal, de quien Petit Muñoz informa se dedicó a los negocios inmobiliarios, asentado en un escritorio contiguo al del hermano mayor (66), y de cuya actividad en este rubro tenemos documentos en los archivos rodonianos. Señal de su intimidad con José y su familia es que haya sido padrino de bautismo de José Enrique, de quien en general fue apoyo constante hasta su muerte en 1893 (Petit Muñoz, passim). De Joaquín y Pablo no sabemos casi nada. Pasaron algún tiempo en Montevideo pero luego tomaron otros caminos: el primero no hacia Argentina, como dice el cuaderno familiar que transcribe Petit Muñoz (306), o por lo menos no definitivamente, sino hacia el interior de Uruguay, donde sería tutor de niños en estancias; el segundo sí cruzó a la otra banda del Río de la Plata, donde la familia le perdió el rastro (70; 306).

Sobre Joaquín, el ahijado de su hermano mayor, tenemos una carta en el Archivo Rodó de la Biblioteca Nacional a la que se refiere Petit Muñoz (75, n. 34). Es de un Theodosio N. Leal y está dirigida a Eduardo Rodó Piñeiro y fechada en Arapey Chico (al norte del departamento de Salto) el 25 de julio de 1909. En ella da cuenta el corresponsal de que Joaquín Rodó falleció el 15 de enero de 1907 en una estancia donde había estado trabajando de tutor («institutris» [sic]) de una niña de familia vecina. Luego de tiempos relativamente prósperos, el tío de Rodó había caído en la pobreza y falleció faltándole menos de tres meses para cumplir los ochenta años. Dada su importancia documental, conviene transcribirla; se han mantenido los errores estilísticos del original, que para nada afectan la comunicación del patetismo de los últimos días de Joaquín Rodó Janer.

«Arapey Chico, julio 25-1909

Señor Don Eduardo Rodó

Montevideo



Mui Señor y atto

Acuso en mi poder su mui atta de fecha 20 del actual la que [ilegible] contestar.

Don Joaquim Rodó fallecio el 15 de Enero de 1907 en la Estancia que yo hera arrendatario en dicha fecha, hoi la ocupa el dueño Pedro Pintos en Sarandí de Cuaró que no puede dar informes viridico sobre lo que desea Ud. Don Joaquin hera institutris de una hija de un individo, que vivía en dicho campo, llamado Remualdo Ogeda, me manifestó que ganava un peso por mes por dicho empleo, se haviendo disgustado con la muchachita por la mala criacion, me ablo un dia, que como las abitaciones del Establecimiento; eran demaciado para el Capataz y la mujer, que le sediera para pasar dos meses a tomar unos baños que le quedava mui bien por se encontrar algo enfermo; pero yo que sé, que la mayor parte de la enfermedad eran 79 carnavales, me é compadecido del Estado, y le sedí, por los dos meses, y pasó 14 meses mas hasta el dia de su fallecimiento, que se dio asi, de mañana fue atras de un corral de Piedra, y a la ora de almuerso, ya pasada lo fueron a buscar y lo allaron muerto, se dio parte a las autoridad hasta que concurrieron ellas, se demoró las 24, o mas oras, y como el tiempo era caloroso apenas se tuvo tiempo de hacer el cajon y velarlo despues de enterrado. Capital no dejó nada que alcanzase a cinco riales. Lindero a esa fraccion de campo esta don Estevan Cigaran hombre serio y de probabilidad cliente de la casa de el Señor Taranco y Cia en esa que Ud. puede obtener informes. Don Jose Honorio Cruz en igual condiciones. Don Rodó á tenido largos rato de conbersaciones porque cuando yo hiva a mis que haceres en aquella era conberzar con el ya fuese en Esquila o otro labores de nuestra vida.

El me manifestó que havia sido comerciante y que alcansó a una oposicion elevada y que el socio del lo embromó, dejandolo al estado de ruina en la mayor desgracia, y me pedia varias veses que el dia que falleciese que hiciera el bien de no tener trabajos con el, tirarlo a una laguna serca de la Estancia que demaciado yo le estava aciendo, yo me dolia el corazon porque tengo muchos hijos y no sabiendo hasta que punto puede llegar la suerte en esta vida me quedaba aburrido [por abatido?] por ver el estado de pobresa y dezanimo de un hombre, que segun sus palabras desia la pura verdad.

En la calle Andes No. 174 esta un Señor Juan Domingo Lanza que á tenido transacion en poca escala conmigo y puede decirle algo de mi proseder.

Dejando contestada su carta me es grato saludar de Ud. Atto y Affo. S. S.

Theodosio N. Leal



Pos D. Tambien en la calle Daiman ahi No. 22 esta otro Señor Federico R. Fernandez que puede decirle algo al Sr. Lanza. Vale»23.



Mientras que el padre de José Rodó Janer parece haber tenido una situación económica relativamente cómoda, sus propios padres -los bisabuelos paternos de José Enrique- fueron, por lo menos a la hora de casarse, más bien pobres. No tenemos acta de bautismo ni de defunción para ellos, pues se trata de libros perdidos de la Catedral de Terrassa, pero sabemos que se llamaban Joseph Rodó y Francesca Martínez y que se casaron en Terrassa el 30 de julio de 1793, porque su boda aparece en un Libro de «Esponsalles» (en la Catedral) y en un Índice de Licencias Matrimoniales (en el Arxiu Diocesà), ambos en Barcelona. En los dos casos se registra la profesión de Joseph en la industria textil. En el índice del Archivo Diocesano aparece como «fabricante de paños», término que se usará también para su hijo Antonio en las actas de bautismo de sus descendientes; pero en el registro de la Catedral está como parayre, término catalán que dio origen al castellano «pelaire», cuya acepción en el DRAE es «encargado de preparar la lana que ha de tejerse». Este relativamente modesto oficio, sumado al hecho de que según el registro citado los esposos pagaron al casarse uno de los más bajos honorarios que se abonaban al obispo, «ocho sueldos», los hace bastante pobres. Un «sueldo», según el DRAE, es «igual a la vigésima parte de la libra respectiva», y la escala de pagos a la Iglesia iba desde los más pobres, que nada abonaban y se casaban «por el amor de Dios», hasta los reyes, duques y otros altos nobles y señores, que contribuían veinticuatro libras, pasando por los mercaderes, en el rango intermedio, que pagaban una libra y doce sueldos. Joseph y Francesca entraron en el penúltimo de los ocho rangos que existían, y que incluye a los trabajadores a jornal24. Los hijos del matrimonio parecen haber gozado de una posición bastante mejor, por lo menos Antonio y sus posibles hermanos que lo siguieron en la dignidad de alcalde de Terrassa. Ello indicaría que los padres tuvieron algún éxito en su oficio y que dejaron algo para sus hijos, lo que ayudaría a explicar que Antonio, según el documento familiar transcripto por Petit Muñoz, fuese dueño de una fábrica de paños en 1816, a los veintidós años.

Siendo primogénito, José Rodó Janer heredó, ya en Montevideo, buena parte de los bienes de sus padres. La primera en morir fue su madre, María Madrona Janer, quien según copia del testamento fechado en su casa «en la calle mayor de la presente villa de Tarrasa a tres de febrero de mil ochocientos sesenta», cinco días antes de su muerte, dejó 500 libras catalanas para su segundo hijo, Antonio, y 300 para los otros varones, y «el entero usufructo de todos sus bienes y derechos» a su marido; el resto fue para el primer emigrante a Uruguay: «En todos sus demás bienes y derechos, muebles y sitios presentes y futuros, instituye heredero universal a sus libres voluntades, a su hijo primogénito D. José Rodó y Janer»25. Al morir Antonio Rodó Martínez quince años más tarde, en junio de 1885, dejó también su principal herencia para su primogénito, José Rodó Janer.

Por correspondencia existente en el Archivo Rodó sabemos que su segundo hijo, Antonio, que lo cuidó hasta último momento y ya tenía setenta años, falleció dos semanas más tarde (dato ausente en los registros de la Catedral de Terrassa, por pérdida del libro correspondiente). La carta también informa que su viuda y única hija se quedaron en una situación económica precaria y pide ayuda al heredero, a quien perciben desde allí como muy confortable: no haría esa petición, dice el albacea, «si la familia de U. no tuviera una posición brillante, como gracias a Dios disfruta»26. Es cierto que a estas alturas José Rodó Janer llevaba años gozando de los frutos de su respetable carrera como procurador entre los elementos cultos y poderosos de su tiempo, pero, como queda mencionado, hacia 1879 sus finanzas sufrieron un fuerte bajón. No sabemos cuál fue la respuesta de José, pero menos de un año más tarde le tocaría morir a él.

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Figura 11: Fotografía de José Rodó Janer
(Archivo Rodó)

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El padre del escritor falleció súbitamente el 5 de mayo de 1886, de un incidente cardiovascular en plena calle (Petit Muñoz, 134). Así lo anuncia un diario de esa tarde: «A las 12% de hoy pasando por la calle del Sarandí esquina Cerro [actual calle Bartolomé Mitre] el antiguo procurador D. José Rodó, cayó muerto repentinamente. Recogido el cuerpo por varios pasantes y vecinos fue conducido al Departamento policial y de allí a casa de la familia, sita en la calle Treinta y Tres. Lamentamos el triste acontecimiento»27.

A partir de entonces su viuda Rosario Piñeiro se preocupa de obtener los fondos de la herencia de su marido, que aunque no suman una fortuna, serán bienvenidos en un hogar afectado por la falta del jefe de familia. Un ejemplo de la documentación que tenemos sobre este asunto en el Archivo Rodó es un escrito firmado por Rosario el 25 de abril de 1889 en que se refiere a las propiedades rurales heredadas de la familia Rodó y Janer, y que representan, según declara, una «insignificancia» de dinero. La sucesión consiste en «terrenos de Viñas, etc., cuyo valor de venta asciende tan solo a doscientos quince duros más o menos». Estos inmuebles provienen de la familia de María Madrona Janer, pues los acompaña una declaración del secretario del Municipio de Olesa de Montserrat. El documento asegura que es poco el dinero heredado y apretada la situación de Rosario y su familia: «Por ese detalle verá V. S. cuán reducida es la fortuna fincada a la muerte de los abuelos de mis hijos. Presento este recaudo tan solo como un antecedente que comprueba para los que me conocen, la buena fe con que procedo. Deseo ahorrar el mayor número de gastos»28.

Si el lado terrassense de la familia de Rodó proviene de trabajadores textiles, la rama olesana era más bien de agricultores. El acta de bautismo de María Madrona Gener indica que su padre, Pau Gener y Matas, era pagès (labrador), probablemente de olivos, cultivo tradicional de esa zona. También eran labradores sus abuelos, tanto el paterno y tocayo de su padre, Pau Gener, como el abuelo materno, Joan Simon, padre de Ignes Madrona Simon. Con todo, hubo algún solapamiento de oficios: el padrino de María Madrona era teixidor de llana (tejedor de lana) y su madrina era esposa de un teijiner (arriero) -oficios que denotan rasgos de la incipiente industria textil de la región, de la que Terrassa será luego zona principal. La rama de Olesa, entonces, mayoritariamente agricultora y no de mucha fortuna, se une con la rama terrassense, de un nivel económico parecido, aunque la nueva pareja estará algo más cómoda. (Y a diferencia de los Rodó de Terrassa, parece que no han quedado muchos Janer o Gener en la zona de Montserrat hoy: solo surge una Janer, y ningún Gener, en la guía telefónica.)

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Figura 12: Acta de bautismo de María Madrona Gener
(Olesa de Montserrat, Cataluña, 17 marzo 1792)

«Maria Madrona Josepha Gener y Simon

Als divuit dias del Mes de Mars del Any milsetcentsnorantados en las Fonts Baptismals de la Parr[oqui]al Iglesia de Sa. Maria de Olesa de Mont. Bisbat de Barna. per mi infrascrit fou batejada Maria Madrona Josepa na. da lo dia antes filla llegma. y natural de Pau Gener Pagès, y de Madrona Gener y Simon Conjs. naturals y habitants de esta Parroquia. Foren Padrins Benet Simon teixidor de llana y Theresa Gener y Matas muller de Jacinto Gener trejiner tots de Olesa.

Ita est Fr. Josephus Padró Vicarius Curatus Olesia»29.



Las raíces gallegas de Rodó, por otra parte, parecen haber sido más pudientes.




El lado gallego

Como bien dice Pérez Petit en el sucinto párrafo citado antes, el reciente inmigrante catalán José Rodó Janer se casó en Montevideo con la nativa Rosario Piñeyro Llamas (la ortografía del primer apellido se alterna en los documentos entre Piñeyro y Piñeiro: más común la primera en los registros uruguayos, y la segunda, con «i», en los gallegos: aquí usaremos en general la i latina, a menos que se trate de cita, como en este caso que recordamos ahora). Petit Muñoz provee la fecha de la boda y la transcripción del acta de matrimonio en la Iglesia Matriz (307); José tenía casi treinta y seis años y su novia veinte. La familia de Rosario era, nos dicen ambos biógrafos, de solvencia y con considerable prestigio social: «patricia y acomodada» (53) para el primero y «gente de arraigo y principal en la ciudad desde los tiempos del coloniaje», para el autor más reciente (67).

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Figura 13: Fotografía de Rosario Piñeyro Llamas
(Archivo Rodó)

Por consultas con Alfredo Rodó, Petit Muñoz estableció que los antepasados de Rosario eran mezcla de gallegos y castellanos:

«Su ascendencia paterna era gallega: don Bartolomé Nicolás Piñeiro, perito en contabilidad, "balanceador", y hombre de negocios, había nacido en San Lorenzo de Doso, Obispado de Mondoñedo, y sus padres, Antonio Piñeiro y María Cipriana García, eran naturales de San Andrés de Villadonell [sic]. Doña Manuela Llamas de Piñeiro, nacida en Montevideo, venía, en cambio, de castellanos viejos: sus padres, Domingo Llamas e Isabel Herrero, eran ambos de Zamora».


(67)                


Como en general en la obra de Petit, estos datos resultan casi perfectamente exactos. Por lo pronto, son consistentes -aparte del pueblo de origen de Antonio Piñeiro, sobre el que retornaremos- con lo que dice el acta de bautismo de Rosario, según información proporcionada por Bartolomé Nicolás. Aparece allí que la niña era: «Nieta paterna de Antonio Piñeyro natural de la expresada Parroquia de S.n Lorenzo, y de María Cipriana García natural del lugar de Sn. Andréz de Villadonell en dicho Reyno, y materna de Domingo Llamas, é Isabel Herrero naturales de Zamora en Castilla la Vieja, según noticia dada por el Padre de la Criatura, de la que fueron Padrinos Dn.Juan Antonio Fernandez, y su esposa D.a Manuela Fernandez Cueto» (Iglesia Matriz, 19-27v.).

No sabemos las circunstancias de la emigración de Bartolomé Nicolás Piñeiro a Uruguay, pero parece haber sido por su cuenta y no, como pasó con la familia de su futura esposa, como parte de un proyecto poblacional organizado por las autoridades españolas. Tenemos de él una carta fechada en Montevideo el 30 de enero de 1823 en la que reclama una deuda de dinero prestado ($79) a un mariscal, Francisco Orduña, que ha fallecido pocos meses antes, lo que indicaría una buena posición económica de su parte30. Como hemos visto, Petit Muñoz informa que era casa de la familia Piñeiro la que alquilaba José Rodó Janer, aunque ambos futuros suegros ya habían muerto cuando llegó el joven catalán a Montevideo (67).

La confortable situación financiera del emigrante Bartolomé es coherente con la de otras generaciones de la familia. Los registros parroquiales de Mondoñedo confirman que, como le dijo Alfredo a Petit, Bartolomé nació en San Lorenzo de Doso, una aldea en el municipio de Narón, cerca de Ferrol, en la provincia gallega de A Coruña; del mismo lugar era oriundo su padre, Manuel Antonio, y no del pueblo vecino de San Andrés de Villadonelle (Viladonelle en gallego), en el municipio de Neda, de donde sí era su mujer [María] Cipriana García. Después del casamiento en San Andrés, el novio llevó a su esposa a vivir a su pueblo, San Lorenzo de Doso, y allí murieron ambos. O sea: hubo leve error de Alfredo Rodó, que los hacía a los dos de San Andrés. Los pueblos están a unos seis kilómetros de distancia en lo que es todavía hoy un remoto paraje rural.

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Figura 14: Estado actual de la antigua Iglesia de San Lorenzo de Doso, donde fue bautizado Manuel Antonio Piñeiro (1760-1825),
se celebraron los funerales de él y de su esposa Cipriana García (1754-1815), y fue bautizado Bartolomé Nicolás Piñeiro

El nombre María no aparece en su acta de bautismo, pero sí en las de su matrimonio y de muerte (donde falta Cipriana) y en la de bautismo de Bartolomé Nicolás. Sus padres, de San Andrés de Villadonelle, eran Esteban de Arnosa y Villar, y Nicolasa García de Orozco, apellidos que por sus combinaciones con «y» o «de» denotarían cierta alcurnia. En este sentido se diferencian de la tradición catalana, en que es normal acoplar los apellidos paterno y materno, y hasta los tradicionales tres nombres de pila, mediante «y» o, en catalán, «i». (El que Cipriana usase el apellido de su madre, García, y no el de su padre, Arnosa y Villar, denota una común práctica gallega de la época, reforzada en este caso por el hecho de que su padre era difunto en el momento de la boda).

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Figura 15: Iglesia de San Andrés de Villadonelle, donde fue bautizada Cipriana García (1754-1815)
y donde se casó, el 29 de abril de 1780, con Manuel Antonio Piñeiro (1760-1825)

Un rasgo tanto del probable prestigio social de la familia de Cipriana, como de su fervor religioso, que comparte con su cónyuge Manuel Antonio, es el hecho de que en sus respectivos testamentos solicitaran un número específico, y es de suponer por lo tanto extraordinario, de sacerdotes. Se trata de doce para el de Cipriana, y ocho para el de Manuel Antonio, en ambos casos acompañados del cura encargado de la parroquia, y con parecidas estipulaciones para otra ceremonia en el primer aniversario de la muerte. El que esta situación de prestigio tenía raíces familiares quedaría ilustrado por el caso del padre del consorte, Ignacio Piñeiro, casado con Theresa de Lago -otro concebible apellido de linaje-, ambos también de San Lorenzo de Doso. Es de notar que, en el entierro de Ignacio, ocurrido el 25 de febrero de 1802, y según sus instrucciones testamentarias registradas en el acta de óbito, oficiaron veinte sacerdotes. Los medios y el prestigio de Ignacio Piñeiro también le permitieron encargar otras cincuenta misas votivas y una ceremonia especial para el primer aniversario de su muerte. Luego de agregar que estuvo casado con Teresa (sic: sin hache esta vez) de Lago y que le sobreviven dos hijos legítimos, uno de ellos «Anto. casado con Cypriana Garcia», el cura declara que cobró («percivi de Derechos») un ferrado y medio de trigo y dinero, en reales, por dar las misas y hasta por (parecería) sacar el cuerpo del difunto de la casa.

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Figura 16: Acta de óbito de Ignacio Piñeiro (25 febrero 1802)

«Ygnacio Pineiro.

En el dia veinte y cinco del mes de Febrero del año de mil ochocientos y dos D. Josef Leon Teixeiro y M.te negro Cura Rector de las Paroquias de Pedroso y Doso Asisti a dar sepultura en la ma. de Doso al cadaver de Ygnacio Pineiro que murió el veinte y quatro de de dho. mes y año administrado de los sacramtos. necesarios a todo Catholico Christiano, hizo testamto. Judicial qe. pasó pr. delante el escno. de Numero de Sn. Saturnino pr. el qe. ordenó Asistiesen a su entiero veinte sacerdotes al entiero y otros Tantos A la honras yncluso el Senor Cura Asimo. mdo. un cavo [sic, por cabo] de año [= aniversario de muerte] de ocho sacerdotes y cinqta. misas votivas pr. un vez estuvo casado con teresa de Lago en la dha. [= dicha] de Doso de quien le quedaron pr. hixos Lexitimos Anto. casado con Cipriana Garcia y Maria casada con Anto. Fernez. vzos. [= vecinos] de la ma. [= mencionada] de Doso; percivi de Derechos un Ferado [= ferrado] y mo. [= medio] de trigo con siete cerillas = quarta. y qto. [=cuarenta y cuatro] rrs. [= reales?] Con obligan. de onze misas[,] diez rr. de las misas de Animas y cuerpo preste.[,] qto. rrs. de Saca de Casa[,] dos de Bendzon. de sepultura y una vela de una Cuarta. [?] y lo firmo dho. dia mes y año ut supra # Josef Leon Teixeiro y Montenegro».


Aunque algunos detalles de esta acta son difíciles de descifrar, queda claro que se trata de alguien con los medios económicos para solicitar un tratamiento especial de parte de la Iglesia.

La holgura económica y el estatus social de Ignacio Piñeiro se reiteraron en algunos descendientes montevideanos de Bartolomé, quienes tuvieron actuación destacada en la educación, la banca y la política uruguayas. Luis E. Piñeiro, el primo de Rodó que estuvo encargado de llevarlo al Colegio Elbio Fernández era, como nota Petit Muñoz, miembro de la Sociedad de Amigos de la Educación que había creado la institución (103); en otras fuentes aparece como integrante de la Comisión Directiva del Colegio y como Tesorero de la Sociedad31. Los méritos administrativos de Luis E. Piñeiro fueron reconocidos por el gobierno uruguayo al final de su carrera, cuando en 1917 (y seis días antes de la muerte en Palermo de su primo escritor) se le declaró «jubilado de la Nación» por servicios prestados al país como asesor de «indemnización de perjuicios de guerra» que siguieron a los últimos conflictos civiles de 1897 y 1904, y por otras tareas anteriores, incluida la de Contador-Tesorero de la Cámara de Representantes32.

El otro descendiente de Bartolomé que alcanzó notoriedad y respeto nacional fue su penúltimo hijo, el mencionado José Domingo Piñeiro (18261900), político colorado principista. En el Archivo tenemos una carta del jefe de policía de Maldonado, Honorio Fajardo, felicitando a José Domingo por haber sido electo senador por ese departamento en enero de 1870; por su parte, Petit Muñoz (70) informa que llegó a ocupar la presidencia de esa cámara durante el gobierno de José Ellauri (1873-75), convirtiéndose en efecto en vicepresidente de la República.

José Domingo fue también hombre de negocios y capitalista involucrado en varios proyectos. Junto con su hermano Manuel fue prestamista, y en el Archivo Rodó hay varios pagarés y recibos en este sentido, incluido uno de José Rodó Janer a su cuñado por $300, fechado 3 junio 1877 -que es además señal de la precaria situación en que se encontraba José dos años antes de mudarse de la casa de la calle Treinta y Tres, como vimos.

Otros documentos confirman las propiedades rurales de José Domingo en varios departamentos de Uruguay y hasta en provincias de Argentina. También indican su actividad financiera internacional, como ser uno de 3 setiembre 1855, del capitán de un barco que ha de llevar un paquete con 204 onzas de oro de parte de la firma Formoso y Piñeiro en Maldonado a otra de nombre Llamas (por lo tanto pariente por parte de madre), Medeiros y Cía. en Río de Janeiro33. (Esta conexión con Maldonado confirma además la continuidad de los vínculos familiares en esa zona, donde se habían casado Bartolomé Piñeiro y Manuela Llamas y donde terminó muriendo ella -como veremos en el siguiente apartado). Fue también José Domingo Piñeiro, de acuerdo con sus intereses agropecuarios, uno de los fundadores de la Asociación Rural del Uruguay (según carta de 3 octubre 1873 en el Archivo). Además, José Domingo y otros miembros de la familia estuvieron involucrados en la creación del Banco de Cobranzas, de cuyo directorio fue presidente el mencionado Luis E. Piñeiro, según un folleto en el Archivo Rodó; tenemos también una carta de José Domingo Piñeiro al presidente del directorio, fechada 9 de abril de 1891, saliendo como garantía del nuevo empleado, José Enrique Rodó (ver también Petit Muñoz, 143; 189-89, n. 121).

Piñeiro significa «pino» en gallego, y es de notar que sigue existiendo ese apellido de Rosario en la zona de sus antepasados paternos: en 2012 aparecían cuarenta y un Piñeiro en la guía de teléfonos en el área de Ferrol.




El lado castellano-leonés

Junto al cincuenta por ciento de fuente catalana que heredó de su padre, y el veinticinco por ciento de origen gallego venido del padre de su madre, Rodó también recibió otro cuarto de influencia castellano-leonesa por vía de su abuela materna. Recordemos, para empezar, que Alfredo Rodó informó a Petit Muñoz que Domingo Llamas e Isabel Herrero, padres de Rosario, eran ambos de Zamora, en la actual comunidad autónoma de Castilla y León. Se trata en los dos casos de pobladores de raíces humildes que se aprovecharon de la oferta de tierras en América que hacía por esos años el Virrey español en el Río de la Plata.

Una fuente importante de datos sobre este lado de la familia de Rodó es la obra de Juan Alejandro Apolant, el mayor genealogista del Uruguay, sobre los pobladores españoles destinados a Patagonia y que decidieron quedarse en la Banda Oriental a fines del siglo XVIII. Apolant cita los siguientes datos de Domingo Llamas, obtenidos a poco de su llegada a Montevideo el 8 de mayo de 1780:

«De 22 años; [...] pasó [...] a San Carlos [Maldonado]. Natl. del lugar de Villar de Órbigo en el obisp. de Astorga, h/l de Francisco Llamas y Micaela Ramos, c.m.en San Carlos el 30.6.1783 c. Isabel Herrero, h/l de los pobladores Manuel Herrero y Manuela de la Magdalena, natl. de Corrales en el obisp. de Zamora. F. en M'deo en 1796 a la edad de 40 años y su viuda volvió a c.m.c. el poblador Andrés Buela. [...] era de oficio herrero»34.


La fuente primaria de Apolant es una lista de nombres de pobladores que se encuentra en el Archivo General de la Nación de Montevideo, pero a esta información muy elemental agregó datos de documentos que se encuentran en archivos de Sevilla y Argentina (y que no hemos podido consultar). En esta ficha de Domingo Llamas, agrega la siguiente información sobre una de las hijas del matrimonio:

«[Su hija Manuela Luciana Llamas (n. 1787 en M'deo) c.m.c. Nicolás Piñeiro (natl. de Sta. María en Galicia) y la hija de ellos, Rosario Piñeiro c. m. en 1849 c. José Rodó (natl. de Cataluña, h/l de Antonio Rodó y María Sanet [sic]), quienes fueron los padres de José Enrique (Camilo) Rodó, n. el 15.7.1871 en M'deo.]».


Una confrontación con los registros parroquiales relevantes confirma, en general y con leves deslices, estos datos.

El año de muerte de Domingo Llamas es el correcto (1796), y también lo son los nombres de sus padres, según el registro de la Iglesia Matriz (donde dice que era «de edad de unos 40 años»), pero su acta de bautismo no aparece en los libros existentes (pero incompletos) en Hospital de Órbigo y en Astorga. La diócesis de Astorga incluye Villares de Órbigo, el lugar que la fuente de Apolant da equivocadamente en singular y que está situado entre León y Astorga, hoy en la región de Castilla y León. El dato aparece con leve falta ortográfica en el acta de nacimiento de su hija Manuela Luciana Llamas, donde dice que su padre Domingo es de «Villares de Orbiga» (ver más adelante), reino de León, designación esta última que se mantenía todavía en el siglo XVIII aunque la unión de este reino con el de Castilla databa desde la Edad Media35. El acta de matrimonio entre Domingo e Isabel Herrero (que tenían diecisiete años ella y alrededor de veintisiete él), registrada en San Carlos, confirma los nombres de los padres de los novios y da Villar de Órbigo nuevamente en singular; por otra parte, el acta de bautismo de la esposa, que se encuentra en el Archivo Histórico Diocesano de Zamora, confirma su origen en Corrales y el nombre de los padres que da Apolant.

Así que no estaba enteramente en lo cierto Alfredo Rodó cuando le afirmaba a Petit Muñoz que estos abuelos «eran ambos de Zamora»: aunque provienen los dos de la actual Castilla y León y en su momento del antiguo Reino de León, sus lugares de nacimiento están a unos ciento sesenta kilómetros de distancia: Domingo Llamas era de Villares de Órbigo, cerca de León, e Isabel de Corrales, esta vez sí cerca de Zamora, al sur, hacia Salamanca36.

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Figura 17: Acta de matrimonio de Domingo Llamas e Isabel Herrero
(San Carlos, Maldonado, 30 junio 1783)

«Domingo Llamas con Isabel Herrero. En treinta de Junio de mil siete cientos ochenta y tres, haviendose hecho en tres Domingos las tres conciliares moniciones sobre el Matrimonio que libremente como consta de la Justificación de Libertad, que reserbo archivada, intentaban contraer Domingo Llamas, natural de Villar de Orbigo en el Obispado de Astorga, hijo legítimo de Francisco Llamas, y de Micaela Ramos, naturales de Idem: c Isabel Herrero, natural del Lugar de Corrales, en el Obispado de Zamora, hija legítima de Manuel Herrero y de Manuela Magdalena, naturales de dho Lugar, y ambos contrayentes vecinos de esta Parroquia: y no habiendo resultado de las conciliares moniciones, que fueron el diez, y ocho, veinte, y cinco de Mayo, y primero de Junio presente, impedimento alguno, y estando habiles en la doctrina christiana, el Pe. Dn. Domingo Pereyra Telles Presbytero en ausencia del infra escrito Cura, y Vicario dela Parroquial Iglesia de esta Villa de Sn.Carlos, desposó por palabras de presente, in facie Ecclesia, segun forma de Nuestra Santa Madre Iglesia, a los dhos Domingo Llamas, y Isabel Herrero, contrayentes, haviendo oydo, advertido, y entendido sus mutuos consentimientos, de que fueron reciprocamente preguntados, siendo testigos Dn. Francisco Quevedo, Manuel Baquero, y Jose Lapido de esta vecindad. Y asimismo han recibido las solemnes bendiciones, en la misa Nupcial, en que comulgaron los contrayentes, y por verdad lo firmé - Manuel de Amenedo Montenegro».


Imagen 18

Figura 18: Iglesia de San Carlos Borromeo,
Departamento de Maldonado, Uruguay

La fuente de Apolant se equivoca, además de sobre el apellido de la madre de José Rodó Janer (dice Sanet), en cuanto al pueblo de origen de Nicolás Piñeiro -de quien no da el primer nombre, Bartolomé- al decir Santa María; pero provee información correcta sobre la hija y futura abuela de José Enrique, Manuela Luciana Llamas. Los datos que da Apolant son también fuente, junto con otros del archivo parroquial de San Carlos Borromeo, de la ficha sobre Domingo en una historia de la villa de San Carlos por la maestra local Brenda Pagola; allí se agregan los nombres de los compañeros de viaje del joven poblador y de su consorte Isabel, que dieron fe de la soltería de ambos, según requería el expediente matrimonial que se hacía en la época como requisito previo para la boda37.

Imagen 19

Figura 19: Acta de bautismo de Manuela Luciana Llamas
(Montevideo, 2 de marzo 1787)

«Manuela Luciana Llamas. L. En dos de marzo demil setesientos ochenta y siete, Yo Dn. Juan Josef Ortiz, Cura Vicario de esta Iglecia Matrix. baptisé solemnemente a Manuela Luciana hija lexitima de Domingo de Llamas, natural de Villares de Orbiga Reyno deLeon, y de Isabel herrero, Abuelos paterno Fran.co dellamas, y Micaela de Ramos, los paternos del Reyno deleón, y los Maternos decastilla la vieja obpo de Zamora, Manuel herrero y Manuela de Madgalena. fueron Padrinos Manuel herrero, y Manuela Madalena, a quienes adberti el parentesco, y la obligasion, siendo testigo Agustin Doncel. y por verdad. lo firmé. Juan Josef Ortiz»38.


Otras dos fichas en Apolant nos dan datos relevantes. La dedicada a los padres de Isabel indica que se llamaban Manuel Herrero, de treinta y siete años en 1780 y Manuela de la Magdalena, de cuarenta y tres (nombres que confirma la partida de bautismo de la niña) y que eran hijos, respectivamente, de Francisco Herrero y Teresa Ramos, y de Luis de la Magdalena y Catalina Enríquez, todos de Corrales en Zamora; que el oficio de Manuel Herrero era «labrador»; y que a poco de casarse Isabel con Domingo («probablemente a mediados de 1784»), la familia pasó a Montevideo donde se establecieron «en el pago del Miguelete», zona al norte de la ciudad (ficha 213, p. 294) (cerca del mismo río donde ochenta y cinco años más tarde contraería el tifus José Marcos Rodó, el primogénito de su nieta Rosario Piñeiro). La ficha que trata sobre la familia Buela informa que Andrés Buela, oriundo de Santa María de Dodro, Padrón, Galicia (al suroeste de Santiago de Compostela) se casó con la viuda Isabel Herrero: él tendría unos treinta y cuatro años, y ella acababa de cumplir los treinta y uno (ficha 486, p. 377; el acta de defunción de Isabel confirma que se había casado en segundas nupcias con Andrés Buela; el acta del nuevo matrimonio muestra que Isabel se volvió a casar casi exactamente un año después de enviudar.). Es interesante notar que la viuda castellano-leonesa de un castellano-leonés se haya vuelto a casar esta vez con un gallego, gentilicio del marido de su hija Manuela Luciana Llamas casi una década más tarde.

Una segunda fuente genealógica relevante para el árbol de Rodó es un artículo de Ricardo Goldaracena de 1992 en el que hay una ficha sobre Manuel Llamas, hijo de Domingo Llamas, y otra sobre Nicolás Piñeyro39. La primera informa que este hijo del matrimonio de Domingo e Isabel nació en San Carlos (o sea, antes del traslado de la familia a Montevideo) y recoge material ya citado de Apolant, aunque se equivoca al dar Asturias como el lugar donde se encuentra Villar [sic] de Órbigo. Goldaracena da dos datos interesantes. El primero, curioso, es que este Manuel Llamas se casó el 12 de enero de 1810 en Montevideo con una Piñeyro hija de gallego (de Santo Tomé de Piñeiro en la provincia de Pontevedra) -poco más de tres años después de que su hermana y tocaya Manuela Llamas se casara con otro Piñeyro en la misma ciudad. El segundo dato es que su homónimo y primogénito hijo se casó (en 1837) con Catalina, hermana del pintor Juan Manuel Blanes, lo que sin duda lo acercaría a José Rodó Janer y llevaría a una amistad de la que uno de sus frutos fue el retrato de sus padres. También informa Goldaracena que Isabel tuvo cuatro hijos (incluida Manuela [Luciana], que murió antes que la madre) con Domingo Llamas, y otros dos con Andrés Buela. Pero este trabajo no da la fecha exacta de muerte de Isabel -quizás porque su acta se encuentra en el libro de la parroquia montevideana de la Aguada, más raro, y no en los de la Iglesia Matriz-, sino el del testamento, que conlleva una diferencia de ocho meses.

En su ficha sobre Nicolás Piñeyro (sic), Goldaracena se refiere a un censo de 1814 custodiado en el Archivo General de la Nación y presenta el apellido con «y» y el de su mujer con «L» en lugar de «Ll» (Lamas), agregando un «sic» para este último; Manuela aparece como oriunda de Buenos Aires y las edades de los cónyuges, treinta y cinco y veinticinco, serían dos años menos que en la realidad (habiendo nacido, según las actas que tenemos, en 1781 y 1787). Consultado ese censo resulta que mientras que Manuela Lamas aparece allí como dice Goldaracena (con L; de «patria» en Buenos Aires; y de edad veinticinco años), el nombre de Piñeyro es Tomás y no Nicolás. Dadas estas diferencias, debemos concluir que se trata de otra gente y no de familiares, por lo menos directos, de Rodó40. En el resto de la ficha de Goldaracena se reitera el origen equivocado de Nicolás como Santa María, Galicia, igual que en Apolant, y también como en esta fuente, falta el Bartolomé; el apellido de María Janer aparece como Javier.

Sabemos que los abuelos maternos de Rodó se casaron en Montevideo, y también que Manuela (Luciana) Llamas falleció a los cuarenta y seis años, en San Carlos (cuando su hija Rosario tenía cuatro), la tierra donde se habían conocido sus padres. El acta de defunción dice, por error, que tenía cuarenta y cuatro años, y no menciona causa de muerte.

Imagen 20

Figura 20: Acta de defunción de Manuela [Luciana] Llamas
(San Carlos, Maldonado, 15 de julio 1833)

«Adulta D Manuela Llamas. Julio d 1833.

En diez y seis de julio del año de mil ochocientos treinta y tres, Yo, Cura Vicario de esta Iglecia de San Carlos sepulté en el Sementerio de esta parroquia el Cadaver de Da. Manuela Llamas, casada con D. Nicolas Piñeiro, Natural de Montevo Murió hayer, de edad de cuarenta, y cuatro añs y pr.verdad lo firmo. Dn. Franco D. Lopez».


Ignoramos por qué habría vuelto a la zona al final de sus días, pues su marido moriría en Montevideo tres años más tarde, y no aparecen en los registros de San Carlos hijos de Bartolomé Piñeiro en estos últimos años de su vida. Ambos consortes, Bartolomé y Manuela, fueron enterrados en Montevideo en el nicho 1416, primer cuerpo, del Cementerio Central.

Imagen 21

Figura 21: Lápida del nicho donde se sepultaron Manuela Luciana Llamas y Bartolomé Nicolás Piñeiro,
en el Cementerio Central de Montevideo

El expediente del nicho 1416 que se conserva en la sección Necrópolis de la Intendencia de Montevideo contiene el certificado de propiedad del sepulcro, firmado por el «Gefe Político y de Policía de la Capital», el respetado patriota Juan Benito Blanco. Está fechado el 20 de agosto de 1836, o sea al otro día de la muerte de Bartolomé Nicolás, y otorga la propiedad a sus herederos, quienes obviamente lo adquirieron para enterrar a su ascendiente en el nuevo cementerio, fundado el año anterior. Aunque no se encuentran registros en los cementerios ni en las intendencias de Montevideo y Maldonado sobre el traslado, es de suponer que Manuela habría quedado sepultada en San Carlos, Maldonado, hasta que fue unida a su cónyuge en el flamante nicho familiar. La consistencia en la letra de la leyenda de la lápida, mencionando a ambos difuntos, parece corroborar que fueron enterrados en fechas cercanas. La inscripción en la losa, que está tapada en parte por una maceta rectangular, dice: «AQUI DESCANSAN LOS RESTOS DE DA. MANUELA LLAMAS que falleció el 15 de julio del año 1833 y los de su esposo DN. BARTOLOME NICOLAS PIÑEIRO que murió el 19 de agosto del año 1936. SUS HIJOS LES DEDICAN ESTE MONUMENTO a su memoria».

No hay en el expediente del nicho más documentos hasta 1894, donde comienza una serie de ellos relacionados con solicitudes de reducciones y nuevas inhumaciones; continúan hasta 1974, con la muerte del descendiente Miguel Ángel Piñeiro, mencionado en nuestra nota 15, cuyos restos fueron repatriados desde los Estados Unidos. La única referencia a este nicho anterior a 1894 que hemos podido encontrar se encuentra en el Libro de titularidad o Registro de la propiedad del cementerio, también custodiado en la sección Necrópolis de la Intendencia de Montevideo; allí se le otorga, el 7 de enero de 1860, el derecho de uso del sepulcro a Nicolás Piñeiro, hijo de Bartolomé y Manuela.

Parece razonable pensar que Manuela Llamas había ido a visitar a parientes que le quedaban en Maldonado y allí le sobrevino la muerte; si así fue, se trata de curiosa y patética prefiguración del fin de su nieto José Enrique, también fallecido en una ciudad, Palermo, donde estaba de paso. Lo extraño del caso aumenta si tenemos en cuenta dos coincidencias de fechas con sus abuelos maternos: Rodó falleció un 1 de mayo, que es el día del cumpleaños de su abuelo Bartolomé Nicolás Piñeiro; y la fecha del deceso de la abuela, 15 de julio, es la del nacimiento del escritor, treinta y ocho años más tarde.

Es de interés notar, además, que quien registró el primer vástago de Manuela Luciana, Tomasa, nacida en 1808, fue una de las figuras intelectuales y políticas más meritorias de la historia nacional: Dámaso Antonio Larrañaga, a la sazón el Teniente de Cura en la Iglesia Matriz.

Imagen 22

Figura 22: Acta de bautismo de Tomasa Piñeiro Llamas, tía de Rodó (Montevideo, 7 marzo 1808),
registrada por Dámaso Antonio Larrañaga, primer vicario apostólico del Uruguay

«Tomasa Piñeiro

En siete de marzo de mil ochocs. ocho yo Sr Dn Damaso Antonio Larrañaga, Teniente de Cura de la Iglesia Matriz de esta Ciudad de Montevideo bautize solemnemte en ella á Tomasa Francca Josepha que nació hoy, hija lexitima de Bartolomé Nicolas Piñeiro, natural de Sn Lorenzo de Doso, Obispdo de Mondoñedo, y de Manuela [¿L.?] Llamas, natural de esta Ciudad -Abuelos paternos Antonio Piñeiro y Maria Cipriana Garcia: maternos Domingo Llamas e Isabel Herrero- Padrinos Franco de Soto y Barrera [¿?] y Josepha Llamas, a q. instrui; y por verdad lo firmé. Damaso Antonio Larrañaga».


Notamos antes que el apellido Piñeiro significaba «pino»; por su parte, el Llamas de la abuela materna de Rodó probablemente venga de la homónima palabra asturiana (y recordemos que el Reino de León asumió dominios del antiguo Reino de Asturias) que quiere decir «lodo, barro» (y que tiene su equivalente en el Lamas de origen gallego). Los dos apellidos son entonces coherentes con el ambiente rural del que surgieron las familias. Así lo es también el «Herrero» de Isabel, bisabuela materna del escritor, además apropiado al oficio de su consorte Domingo (como mencionaba la ficha de Apolant). Como los Piñeiro en Ferrol, también continúa hoy el apellido Llamas en Astorga, con cinco menciones en la guía de 2012; por otro lado, y según la misma fuente, ya no existen Herreros en la pequeña localidad de Corrales (con poco más de mil habitantes).

Esta rama castellano-leonesa de la familia de Rodó parece haber sido la de orígenes más humildes de las cuatro, tanto por esos oficios que declararon al llegar, como por la generalización que del grupo de pobladores del que formaban parte hace Apolant:

«Los que se alistaron en La Coruña y desembarcaron en Montevideo fueron, no sólo oficialmente "familias pobres", sino lo eran también en realidad. Una parte de los pobladores continuó siendo pobre en el Río de la Plata, aunque probablemente no estuvieron tan desamparados como en España [.]; en nuestra opinión, la mayoría de ellos llevó aquí una vida mejor que en la Península».


(163)                


La situación de los descendientes de Domingo Llamas en el país confirma esta tendencia general de que habla Apolant, pues sin duda lograron esa vida mejor que salieron a buscar, tanto él como hombre soltero, como la familia de su futura mujer, Isabel Herrero. Como ejemplo de ese avance en Uruguay, en la Colección Rodó del Museo Histórico Nacional hay un documento, fechado 28 abril 1875, confirmando que un Pedro Llamas, con seguridad pariente de Rosario, era corredor de comercio, una vez más rasgo de familiaridad con el ámbito de los negocios y de consecuente prestigio social41.




Otros documentos

Hay otros papeles relevantes a la genealogía de Rodó en los dos archivos de materiales donados por su familia que se custodian en Montevideo y a los que ya hemos hecho referencia: el Archivo Rodó de la Biblioteca Nacional y la Colección José Enrique Rodó del Museo Histórico Nacional, ubicada en la Casa de Lavalleja. En ambos hay certificados sobre la muerte del escritor y de los hermanos que fallecieron antes que él. Sobre el primero tenemos una partida de defunción en italiano de las autoridades de Palermo, y su traducción oficial, que declaran que tuvo lugar a las 10 de la mañana del día 1 de mayo de 191742. La noticia tardó dos días en llegar a Montevideo porque hubo confusión al principio sobre la nacionalidad de Rodó, pensándose que era argentino y por ello se contactó en primer lugar al cónsul de ese país. Cuando se estableció que era uruguayo, el Cónsul General en Italia avisó al cónsul en Nápoles, el escritor Álvaro Armando Vasseur, quien, autodefinido como de «orientación marxista» y poco amigo de su colega de letras («un burgués más», «idealista docente que nunca padeciera achaque de miseria»), declaró que estaba enfermo y pidió que se encargase otro del asunto. Lo hizo el cónsul Enrique José Rovira43.

Tenemos también certificados de defunción de los dos hermanos que fallecieron antes de nacer Rodó. En la Colección Rodó de Casa Lavalleja hay una partida de José Marcos de fecha 16 de setiembre de 1920 que cita el acta de «la Metropolitana de Montevideo, Basílica menor de la Inmaculada Concepción y de los Santos Apóstoles Felipe y Santiago», donde se declara que «José Rodó, oriental de diez y siete años hijo legítimo de Don José Rodó y de Doña Rosario Piñeiro» murió el 11 de febrero de 1869 (la edad es verdadera, pues había nacido el 25 de abril de 1851). En el Archivo de la Biblioteca Nacional hay recibos de gastos relacionados con su enfermedad, muerte y funeral. En cuanto a María (Bartolomé) Rodó, tenemos un certificado en Casa Lavalleja que dice que fue enterrada el 27 de mayo de 1871 a la edad de dieciséis años, lo que es un error pues había nacido el 24 de agosto de 1854 (Petit Muñoz da la edad correcta de quince, p. 71).

Por fin, cumple mencionar que en el Archivo hay dos documentos sobre la familia del escritor y avisar que ambos contienen errores. El primero es una serie de hojas manuscritas que contienen preguntas y respuestas de Rosario y sus hijas María del Rosario, Isabel y Julia (y dos amigas) sobre sus datos personales. Está escrito en lápiz y en la misma letra. Por los contenidos se puede establecer que el documento es de alrededor de 188944. La segunda fuente, sin fecha, consiste en dos hojas mecanografiadas que terminan con las iniciales R.I. (Roberto Ibáñez), y contienen las fechas de los padres de Rodó y sus hijos; la lista está incompleta y hay errores -debe de tratarse de un primer intento por parte del organizador del Archivo de establecer los datos básicos de la familia45.




El árbol genealógico de Rodó

A partir de las fuentes citadas y de la confrontación con los registros parroquiales o civiles que se han podido encontrar, podemos entonces levantar un casi completo árbol genealógico de Rodó que llega hasta sus bisabuelos (al que se le puede agregar los nombres de los tatarabuelos, surgidos de menciones en los documentos de sus descendientes). Antes de presentarlo, como conclusión del presente trabajo, conviene resumir la imagen familiar del escritor que hemos podido elaborar.

José Enrique Rodó fue producto típico de la inmigración que se asentaba en Uruguay en los siglos XVIII y XIX: su padre representó la primera generación y su madre la segunda. Sus raíces son todas españolas y provienen de tres zonas de la península: la mitad, por el lado de su padre, de Cataluña; el resto, y en partes iguales por línea materna, de Galicia por un lado y por el otro de lo que es hoy la comunidad autónoma de Castilla y León y que hasta principios del siglo XIX todavía se denominaba en parte (la zona de los Llamas) el Reino de León, aunque la unión política con Castilla databa ya de varios siglos.

Predomina en la familia ancestral del ensayista, como es natural para la época, la representación del mundo rural, con la excepción relativa de su padre, cuya línea Rodó (pero no la Janer) provenía de una villa con un grado superior al promedio de población e industrialización y que explicaría su buen nivel educativo. Los antepasados de Rodó fueron emigrantes de dos tipos. Su padre José Rodó y probablemente su abuelo gallego Nicolás Bartolomé Piñeiro vinieron por su cuenta y provenían de familias relativamente acomodadas. El padre trajo una buena formación letrada y supo asentarse en un ambiente culto y liberal, en el que logró fuerte aceptación y prestigio. Su hermano, Cristóbal Rodó Janer, consiguió también establecerse con éxito en el país. Al tercero de la familia que optó por quedarse, Joaquín, le tocó una vida más precaria, aunque más larga que la de sus hermanos; trabajó como tutor de niños en estancias y se encontraba empleado en una de ellas todavía cuando, casi octogenario, lo alcanzó la muerte. Los tres hermanos demuestran una cultura bastante mayor de la media, y en este sentido José Rodó Janer pudo proveer a sus hijos, y notablemente a José Enrique, a quien tuvo a los cincuenta y ocho años, de un ambiente intelectual favorable a sus inclinaciones naturales.

La familia Rodó Janer representaba, en Cataluña, una combinación típica de agricultores e incipientes industriales, consistente con la zona y los tiempos en que se formaron. Parece que hubo una evolución marcada entre la situación humilde del bisabuelo Rodó de José Enrique, que pagó la mínima contribución a la Iglesia al casarse, y la posición mejorada de su abuelo Antonio Rodó Martínez, industrial textil. Tanto él como algunos posibles parientes inmediatos de la rama familiar de Terrassa estuvieron involucrados en la política local, y llegaron a ser representantes de la comunidad. Quizás en este sentido continuaran una tradición ancestral de la familia, rastreable hasta el medioevo.

Por su parte, la madre de Rodó heredó una fuerte devoción a la iglesia por el lado de los Piñeiro, como surge en varios testamentos que dictaminaban requerimientos especiales para funerales. El hecho de que pudieran financiarlos, sumado a ciertos rasgos de sus apellidos, apuntaría a una estirpe de prestigio en la zona rural alrededor de la ciudad gallega de Ferrol. Bartolomé logró una transición feliz desde ese mundo rural al urbano del Montevideo que lo recibió en los albores de la nación, no mucho antes de 1806 en que se casó con Manuela Luciana Llamas. Los hijos del matrimonio parecen haber seguido los pasos del padre y explorado nuevos caminos, a juzgar por lo que sabemos de José Domingo y de su sobrino Luis Eduardo por lo menos, quienes lograron destacada actuación en los niveles más altos del comercio, la banca, la administración estatal, la educación y la política nacional.

El lado castellano-leonés de Rodó proviene una vez más de gente rural que vino a la Banda Oriental como parte de una colonia de pobladores y era con seguridad más humilde, según entiende el mayor historiador de esa camada de tempranos inmigrantes en masa a estas tierras. Domingo Llamas, su bisabuelo, era herrero; y Manuel Herrero, padre de su bisabuela Isabel, era labrador. Esta combinación de oficios hace eco de la familia de María Madrona Janer, la muchacha de Olesa de Montserrat, en la otra punta de España. Como Bartolomé, Domingo parece haberse adaptado bien a la vida capitalina, y haber inspirado respeto por el estudio y una buena disposición para los negocios en sus hijos, según se deduce de las menciones que hemos podido encontrar de hombres Llamas en estos campos. Por correspondencia de José Domingo Piñeiro y por el retorno último de Manuela, sabemos que miembros de la rama Llamas se quedaron un tiempo por lo menos en la zona de Maldonado (aunque hoy no quedan rastros del apellido en la guía telefónica).

Rodó provino entonces de una familia relativamente acomodada, como decían los dos Petit y han repetido otros críticos, aunque la situación personal de la familia inmediata del escritor se deterioró con la muerte de su padre. Sus antepasados en Uruguay fueron gente que vino a hacer la América, y por lo tanto trajo energía y ganas de mejorar su destino. Todos parecen haber trasladado consigo las semillas de una buena disposición para los negocios y desarrollaron algún interés, en algunos casos muy serio, por la política, que los inspiró a actuar en el medio que los acogió. Esta triple tradición familiar -cultura, comercio, política- se plasmó en el escritor, que la persiguió a su manera46. La función del presente trabajo ha sido la de evaluar y extender los conocimientos existentes sobre la genealogía de Rodó, con la finalidad de confeccionar un árbol con las cuatro primeras ramas de la familia. A él podemos pasar ahora, para terminar.




Árbol genealógico de José Enrique Rodó, según el sistema Ahnentafel47

  • 1. José Enrique Camilo Rodó Piñeiro, nacido en Montevideo, 15 julio 1871 (San Enrique; San Camilo); bautismo 5 octubre 1871 (Iglesia Matriz, 36-205); fallecido en Palermo, Sicilia, 1 mayo 1917, edad 45.

Padres:

  • 2. Joseph Pau Isidro Rodó i Gener (Terrassa, Cataluña, 14 marzo 1813 - Terrassa, 5-6; Montevideo, 5 mayo 1886, edad 73) contrajo matrimonio (Montevideo, 24 febrero 1849 - 9-93v.) con
  • 3. María del Rosario Piñeyro Llamas (Montevideo, 5 octubre 1828 - 19-27v.; Montevideo, 3 febrero 1920, edad 91).

Hijos: (nacidos y, menos José Enrique, muertos todos en Montevideo): María del Rosario Petrona Alejandrina (1849-1933, edad 84); José Marcos (1851-1869, edad 17); Modesta Isabel (1852-1940, edad 88); María Bartolomé (1854-1871, edad 15); Alfredo Wenceslao Simón (1862-1936, edad 74); María Julia Gregoria (1865-1943, edad 78); Eduardo (1867-1930, edad 62); José Enrique Camilo.

Abuelos paternos:

  • 4. Antonio Rodó i Martínez (Terrassa, Cataluña, 18 mayo 1794; Terrassa, 14 junio 1885, edad 91) c.m. (Terrassa, 1812) c.
  • 5. Maria Madrona Josepha Gener i Simon (Olesa de Montserrat, Cataluña, 17 marzo 1792 - APOM/SAC-4, B8-397v.; Terrassa, 8 febrero 1860 - 6-88, edad 67).

Hijos (nacidos y fallecidos en Terrassa si no se indica lo contrario): Joseph Pau Isidro (ver arriba); Antonio Pere Manuel (1814-1885); Maria Francisca Josepha (1816-1849); Pau Salvador Rafel (1818- Argentina, ¿?); Madrona Magdalena Josepha (1820-1856); Chrystofol Basili i Miquel (1823; Montevideo 1893); Joan Jaume i Joseph (1825-1847); Joaquim Jaume i Joan (1827-1907, Arapey Chico, Artigas-Salto, Uruguay).

Abuelos maternos:

  • 6. Bartolomé Nicolás Santiago Piñeiro (San Lorenzo de Doso, cerca de Ferrol, municipio de Narón, A Coruña, Galicia, 1 mayo 1781- Mondoñedo, 5-29v.; Montevideo, 19 agosto 1836 - 10-17v., edad 55) c.m. (Montevideo, 14 noviembre 1806 - 6-46v.) c.
  • 7. Manuela Luciana Llamas (Montevideo, baut. 2 marzo 1787 - 5-100; San Carlos, Maldonado, 15 julio 1833 - San Carlos, 2-35v., edad 46).

Hijos (nacidos todos en Montevideo): Tomasa Francisca Josepha (7 marzo 1808 - 11-35); Gerónima (21 julio 1809 - 11-170); Juan Luis Zeferino (25 agosto 1811 - 12-176); Manuela Segunda (1 junio 1813 - 13-280); Manuel de los Reyes (4 agosto 1815 - 14-134); Luis Celedonio (3 marzo 1816 - 14-238); Dolores Juana Severina (7 noviembre 1817 - 15-88-88v.); Carolina Manuela Basilia (14 junio 1819 - 16-6); Natividad Manuela (25 diciembre 1820 - 16-122); Nicolás Antonio Phelipe (23 agosto 1822 - 16-210v.); Luisa Emilia Andrea Avelina (10 noviembre 1823 - 17-89); María Juana de los Dolores (16 mayo 1825 - 17-299); José Domingo de la Cruz (ilegible; baut. 15 setiembre 1826 - 18-98v.); María del Rosario.

Bisabuelos paternos:

  • 8. Joseph Rodó (¿? - ¿?) c.m. (Terrassa, 30 julio 1793 - Barcelona: Catedral, 160185; Arxiu diocesà, 10-201) c.
  • 9. Francesca Martínez (¿? - ¿ ?).
  • 10. Pau Jaume Gervasi Janer y Matas (Olesa de Montserrat, 25 julio 1750 - SAC-3, B5-438; 18 setiembre 1800 - SAC-28, O8-188v., edad 50) c.m. (Olesa, 15 febrero 1778 - SAC-18, M3-414) c.
  • 11. Ignes Madrona Eularia Simon Ubach (Olesa, 13 febrero 1759 - SAC-3, B6-115; ¿?)48.

Bisabuelos maternos:

  • 12. Manuel Antonio Piñeiro (San Lorenzo de Doso, municipio de Narón, cerca de Ferrol, A Coruña, Galicia, 5 agosto 1760 - 4-76-76v.; San Lorenzo de Doso, 2 diciembre 1825 - 5-115, edad 65) c.m. (San Andrés de Villadonelle, municipio de Neda, cerca de Ferrol, 29 abril 1780 - 3-8) c.
  • 13. [María] Cipriana Bernarda García (San Andrés de Villadonelle, 5 octubre 1754 - 3-39v.-40; San Lorenzo de Doso, 14 octubre 1815 - 5-98v., edad 61).
  • 14. Domingo Llamas (Villares de Órbigo, cerca de León, hoy Castilla y León, ca. 1756; Montevideo, 10 febrero 1796 - 4-128, edad c. 40) c.m. (San Carlos, Maldonado, 30 June 1783 - 1-56v.) c.
  • 15. Isabel Herrero Magdalena (Corrales, cerca de Zamora, hoy Castilla y León, 2 febrero 1766 - 5-116r.; Montevideo, 14 febrero 1842 - Parroquia Sra. del Carmen, Aguada - 1-23, edad 76); al año de la muerte de Domingo, Isabel c.m. (13 febrero 1797 - 4-129) c. Andrés Buela.

Tatarabuelos paternos49:

  • 16 Antonio Rodó
  • 17 Eulalia [no figura apellido]
  • 18 Pere Martínez
  • 19 Theresa [no figura apellido]
  • 20 Pau Janer
  • 21 Francisca Janer i Matas50
  • 22 Pau Simon
  • 23 Ignes Simon i Ubach

Tatarabuelos maternos:

  • 24 Ignacio Piñeiro
  • 25 Theresa de Lago
  • 26 Esteban de Arnosa y Villar
  • 27 Nicolasa García de Orozco51
  • 28 Francisco Llamas
  • 29 Micaela Ramos
  • 30 Manuel Herrero
  • 31 Manuela Magdalena

Imagen 23

Figura 23: Árbol genealógico de José Enrique Rodó






Bibliografía y fuentes


Archivos eclesiásticos

  • Astorga, Castilla y León: Diócesis de Astorga (Presbítero Manuel González Rodríguez).
  • Barcelona: Arxiu Capitular de la Catedral (Dr. Josep Baucells); Arxiu diocesà.
  • Montevideo: Archidiócesis de Montevideo (Arch. Mónica Sarachu).
  • Mondoñedo: Archivo Diocesano del Obispado (Padre José María Fernández y Fernández).
  • Olesa de Montserrat, Catalunya: Arxiu Parroquial (Arch. Xavier Rota i Boada).
  • San Carlos, Maldonado, Uruguay: Iglesia San Carlos Borromeo, Maldonado (Sra. Elda Silva).
  • Terrassa, Catalunya: Bisbat de Terrassa, Parroquia del Sant Esperit (Sr. Antonio Princeps).
  • Zamora, Castilla y León: Archivo Histórico Diocesano de Zamora (Sr. José Carlos de Lera).



Bibliografía consultada

  • Acuña de Figueroa, Francisco. Obras completas. Montevideo: Dornaleche y Reyes, 1890.
  • Anales del Ateneo del Uruguay, Tomo 10, n.º 55 (marzo de 1886).
  • Apolant, Juan Alejandro. Operativo Patagonia. Historia de la mayor aportación masiva a la Banda Oriental, con la nómina completa, filiación y destino de las familias pobladoras. 2.ª edición, Montevideo: El Galeón, 1999.
  • Archivo General de la Nación. Montevideo.
  • Archivo Rodó. Biblioteca Nacional. Montevideo.
  • Arxiu municipal, Terrassa, Catalunya, <http://arxiumunicipal.terrassa.cat.>.
  • Berrien, William. «Nota sobre las fechas de Rodó», Revista Hispánica Moderna (Nueva York), Vol. III, 1936-37, 40-42.
  • Boletín Oficial del Estado, Madrid, n.º 174, Lunes 19 julio 2010.
  • Biblioteca Internacional de Obras Famosas. Londres y Buenos Aires: ca. 1910.
  • Cardús, S. Terrassa Medieval: Visió histórica. Terrassa: Patronat de la Fundació Soler i Palet y Ajuntament de Terrassa, 1960.
  • Colección José Enrique Rodó. Museo Histórico Nacional. Montevideo.
  • Diario de sesiones de la H. Cámara de Senadores de la República Oriental del Uruguay, Tomo CXI, 26 abril 1917.
  • Enciclopedia de Historia de España. Dir. Miguel Artola. Madrid: Alianza Editorial, 2007.
  • Enciclopedia Universal Ilustrada Europeo-Americana. Bilbao: Espasa, 1909-1930.
  • Fernández Saldaña, José M. Diccionario uruguayo de biografías. Montevideo: Amerindia/Linardi, 1945.
  • Goldaracena, Ricardo. «Antepasados de familias uruguayas (continuación)». Revista del Instituto de Estudios Genealógicos del Uruguay, n.º 15, 1992, 37-85.
  • Ibáñez, Roberto. «Respuesta a una consulta sobre casas vinculadas con los nombres de Rodó y Herrera y Reissig», en Fuentes (Montevideo: Instituto Nacional de Investigaciones y Archivos Literarios), n.º 1, agosto 1961, 387-88.
  • Lamas, Andrés. «Plan y antecedentes de la nomenclatura de las calles de Montevideo», en Escritos selectos del Doctor Andrés Lamas (Montevideo: Instituto Histórico y Geográfico del Uruguay, 1922), Tomo I, ed. Pablo Blanco Acevedo, 47-66.
  • Lista de Alcaldes de Terrassa, <http://arxiumunicipal.terrassa.cat/>.
  • New Catholic Encyclopedia, 2.ª ed. Detroit: Thomson Gale, 2003.
  • Padrón 4196 - Casa de J. E. Rodó, <http://inventariociudadvieja.montevideo.gub.uy/padrones/4196>.
  • Pagola, Brenda. «... Y ellos le dieron vida». San Carlos: fundadores y vecinos. Montevideo: Arca, 1998.
  • Penco, Wilfredo. José Enrique Rodó. Montevideo: Arca, 1978.
  • Pérez Petit, Víctor. Rodó: su vida, su obra, 2.ª ed. Montevideo: Claudio García y Cía.: ca. 1937.
  • Petit Muñoz, Eugenio. Infancia y juventud de José Enrique Rodó. Montevideo: Universidad de la República, 1974.
  • Registro nacional de leyes, decretos y otros documentos publicado por el Ministerio del Interior (Montevideo: Barreiro y Ramos, 1911).
  • Rodó, José Enrique. Escritos europeos, ed. Gustavo San Román. Montevideo: Biblioteca Artigas, 2017.
  • Rodó, José Enrique. Motivos de Proteo, prólogo de Helena Costábile de Amorim. Montevideo: Ministerio de Relaciones Exteriores/Universidad del Trabajo del Uruguay/Sociedad Rodoniana, 2009.
  • Rodó, José Enrique. Obras Completas, ed. Emir Rodríguez Monegal. 2.ª edición, Madrid: Aguilar, 1967.
  • Salvá, Juana María. Rodó para los escolares: epítome de su vida y breve glosa de sus ideas. Montevideo: Ombú, 1941.
  • San Román, Gustavo. A Companion to José Enrique Rodó. Woodbridge, Suffolk: Tamesis, 2018.
  • San Román, Gustavo. «Money, Culture and Enterprise in José Enrique Rodó», Modern Language Review, 140/1 (enero 2009), 83-105.
  • Segundo, José Pedro. Introducción a Obras Completas de José Enrique Rodó, Tomo I (Los escritos de «La Revista Nacional de Literatura y Ciencias Sociales» y Poesías dispersas). Montevideo: Ministerio de Instrucción Pública y Previsión Social y Barreiro y Ramos, 1945.
  • Vasseur, Álvaro Armando. Infancia y juventud. Montevideo: Arca, 1969.





Índice de ilustraciones

  • Figura 1: Acta de bautismo de José Enrique Rodó (Montevideo, 15 julio 1871).
  • Figura 2: José Enrique Rodó a los cuatro años (en Archivo Rodó, Biblioteca Nacional, Montevideo).
  • Figura 3: Hermanos Rodó Piñeiro hacia 1876: faltan los fallecidos José Marcos y María Bartolomé (Archivo Rodó).
  • Figura 4: Estado actual de la casa de la calle Treinta y Tres en que nació Rodó.
  • Figura 5: Fragmento del diario juvenil, El Pampero, con convocatoria a reunión en la segunda casa de la familia Rodó.
  • Figura 6: Segunda casa de la familia Rodó. Calle Pérez Castellano 120, hoy 1368 (puerta izquierda); la casa contigua, hoy 1366 y antes 120A, fue la del tío José Domingo Piñeiro.
  • Figura 7: Casa quinta de la familia Rodó en Santa Lucía, Departamento de Canelones, donde pasaron los veranos entre 1871 y 1879.
  • Figura 8: Última casa de la familia Rodó, Yi 1174, donde vivieron las hermanas Isabel y Julia, fallecidas en 1940 y 1943.
  • Figura 9: Acta de bautismo de José Rodó Gener (Terrassa, Cataluña, 14 marzo 1813).
  • Figura 10: «Antonio Rodó y María Janer», óleo sobre tela de Juan Manuel Blanes (Museo Histórico Nacional, Montevideo, sin fecha).
  • Figura 11: Fotografía de José Rodó Janer (Archivo Rodó).
  • Figura 12: Acta de bautismo de María Madrona Gener (Olesa de Montserrat, Cataluña, 17 marzo 1792).
  • Figura 13: Fotografía de Rosario Piñeyro Llamas (Archivo Rodó).
  • Figura 14: Estado actual de la antigua Iglesia de San Lorenzo de Doso, donde fue bautizado Manuel Antonio Piñeiro (1760-1825), se celebraron los funerales de él y de su esposa Cipriana García (1754-1815), y fue bautizado Bartolomé Nicolás Piñeiro.
  • Figura 15: Iglesia de San Andrés de Villadonelle, donde fue bautizada Cipriana García (1754-1815) y donde se casó, el 29 de abril de 1780, con Manuel Antonio Piñeiro (1760-1825).
  • Figura 16: Acta de óbito de Ignacio Piñeiro (25 febrero 1802).
  • Figura 17: Acta de matrimonio de Domingo Llamas e Isabel Herrero (San Carlos, Maldonado, 30 junio 1783).
  • Figura 18: Iglesia de San Carlos Borromeo, Departamento de Maldonado, Uruguay.
  • Figura 19: Acta de bautismo de Manuela Luciana Llamas (Montevideo, 2 de marzo 1787).
  • Figura 20: Acta de defunción de Manuela [Luciana] Llamas (San Carlos, Maldonado, 15 de julio 1833).
  • Figura 21: Lápida del nicho donde se sepultaron Manuela Luciana Llamas y Bartolomé Nicolás Piñeiro, en el Cementerio Central de Montevideo.
  • Figura 22: Acta de bautismo de Tomasa Piñeiro Llamas, tía de Rodó (Montevideo, 7 marzo 1808), registrada por Dámaso Antonio Larrañaga, primer vicario apostólico del Uruguay.
  • Figura 23: Árbol genealógico de José Enrique Rodó.



Agradecimientos

Esta investigación fue posible gracias a la ayuda en varios momentos del Arts and Humanities Research Council de Gran Bretaña, el Carnegie Trust for the Universities of Scotland, y Santander Universidades. Reconozco además y en particular la generosidad y apoyo de dos genealogistas amigos: José Monterroso Devesa, por variadas y recurrentes consultas en Montevideo y Galicia y por su ayuda en la transcripción del acta de defunción de Ignacio Piñeiro; y José María Rodó Figueras, representante actual del apellido en Terrassa y gran conocedor de su historia; también la mano con el catalán que otorgó Marta Simó; el recorrido en coche con Alberto y Anxo Prado por el Ferrol rural; y la destreza en informática de Natalia Biletska. Agradezco, además, la paciencia y profesionalismo de todos los encargados (mencionados entre paréntesis) de los archivos en cada una de las parroquias o diócesis que consulté en persona, por teléfono o por correo, en algunos casos repetidamente; reconozco especialmente a Mónica Sarachu y Xavier Rota i Boada. En la Intendencia de Montevideo, agradezco la ayuda de Denise Carrasco, Necrópolis, y Wilson Batalla, Unidad de Nomenclatura y Numeración. En los archivos rodonianos de Montevideo conté con la asistencia de Dora Borges en el Colegio y Liceo Elbio Fernández; los Directores sucesivos, Sr. Tomás de Mattos y Sr. Carlos Liscano, y los funcionarios de la Biblioteca Nacional, en especial Virginia Friedman; y los Directores, también sucesivos, Prof. Enrique Mena Segarra y Lic. Ariadna Islas, y funcionarios del Museo Histórico Nacional, concretamente Luis Rodríguez, Rosa Méndez y Jorge Lima en Casa de Lavalleja; Mirtha Cazet, Jorge Sierra y Ernesto Beretta en Casa de Rivera; y Carlos Alfaro en Casa de Giró. También recibí excelente servicio de parte de los funcionarios del Archivo General de la Nación.



 
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