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ArribaAbajoA su hermana

(INÉDITA)

Santa Elena marzo 2 de 1892.

Mi querida hermana María Magdalena de Pazis:

Desde mi última no ha ocurrido novedad notable por acá; yo sigo bien, aunque con lentitud, pues todavía no se me quita el desvelo que me molesta bastante y la total falta de las funciones corporales. Sin lavativas o purgantes, no hay esperanza. Sin embargo repito que me siento mejor, pues ya no hay náuseas, sino que de cuando en cuando tengo cierto ardor en el estómago, que debe ser efecto de alguna antigua irritación, a la cual no puedo ocurrir por ahora. Mientras que hay la debilidad del estómago debo estar privado de frescos, que es a lo que estoy acostumbrado por toda la vida.

Esto del ardor en el vientre es sólo por la noche, pues los días los paso con bastante serenidad sin sentir ninguna novedad.

Todas las tardes monto a caballo, o de no salgo a pie con las niñas y doy un paseo bastante largo. Por las mañanas he dejado de salir muchas veces porque regularmente amanece garuando. Estas garúas después de tres aguaceros grandes que ha habido, dicen que es bastante para que haya pasto, y las gentes están contentas con esto; pues habiendo pasado cinco años de esterilidad   —139→   y sequedad absoluta, lo poco que llueve ahora les parece un invierno, cuyo milagro me lo atribuyen a mí. Por esta parte ya verás que adelanto mucho por acá, pues yo sólo vine bueno, y ya me tienes santo y muy milagroso, más que San Antonio, más que Santa Elena que han estado sordos hasta ahora. Pero apenas he aparecido yo, todo está húmedo, menos mi barriga. Con nosotros los santos sucede lo mismo que con los médicos de vuestro mundo, que no se curan a sí mismos. La causa debe ser que a nosotros los santos nos da vergüenza de emplear nuestra poderosa intercesión en favor de nosotros mismos, habiendo tantos males y miserias en la tierra que merecen más atención que los males de uno solo, por santo que sea.

También hay otros enfermos a los cuales no alcanza mi virtud; así les convendrá, y quién sabe si será para mejor. Dolores ha tenido un fuerte dolor de cabeza y no he podido sanarla sino después de dos días de padecimiento. Rosita también queda con uno de los fuertes dolores de cabeza de que padece siempre, y todavía no vale mi intercesión. Virginia ha estado constipada; pero ya está casi buena. José Joaquín siempre bueno, montando todos los días en su burro y escribiendo muy bien.

Memorias a mi compadre, a Ignacio, Chepita y familia, a Ana y Petita, y tú recibe el corazón de

tu amante hermano

J. JOAQUÍN.

María Magdalena de Pazis.

(Archivo del señor Luis Noboa Icaza)



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ArribaAbajoA su hermana

(INÉDITA)

Santa Elena, marzo 11-1842.

Mi muy querida hermana y comadre María Magdalena de Pazis:

Ahora dos días te escribí; no ha ocurrido novedad, sino el aumento del deseo de recibir noticias de casa, pues hoy hace 21 días que no tenemos cartas.

Por la de Chepita verás el estado de mi salud. Memorias de todas. Dolores sigue engordando. Como ha llovido, ya tenemos dos lecherías, que son siete vacas.

Allá van esas planas de J. Joaquín; guárdalas para hacer una colección.

Y adiós. Tu amante hermano.

J. JOAQUÍN.

Memorias a Petiana, Antonio y Miguel. ¿Cómo está mi compadre?

(Archivo de la familia Pino Icaza)



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ArribaAbajoA su hermana

(INÉDITA)

Santa Elena, marzo 14-842.

Mi muy querida hermana María Magdalena de Pazis:

Te escribo siempre que hay ocasión; con que no se quejen cuando no reciban cartas, porque es señal o de que se han extraviado o de que no hemos podido escribir. Aquí hemos tenido dos días al general Orbegoso con tres edecanes y dos asistentes. Enfermo como estaba y de cuidado, tuvo la gracia de venir a hacerme una visita, caminando cerca de una legua desde el puerto al pueblo. En estos días me aventuré a hacer algunos excesitos en la mesa, saliendo de mi sopita y mi arrocito, y me ha ido muy bien.

Estas últimas noches he dormido más que otras veces, y el estómago ha estado muy tranquilo. La sequedad sigue, y sin lavativas o purgantes, cuerpo glorioso.

Te devuelvo la carta de Gertrudis; veo que ya no es posible que parezca la encomienda en que se le devolvió la peluca grande, así lo que le puede decir es que mande una igual a la que acaba de venir (para Juan Francisco) pero que el pelo no sea tan negro sino oscuro y con bastantes canas, el pelo bastante crespo.

Rosita está mejor en estos días, Virginia buena, y José Joaquín; todas te saludan y a todas. Adiós.

Tu amantísimo hermano

J. JOAQUÍN.

Manda expresiones de mi parte a la señora Lamar, Angelita, y a todas las señoras que tienen cuidado de preguntar por mí, especialmente a aquéllas que saben que son mis más amigas, Rocafuertes, Urbinas, etc., etc.

(Archivo del señor Luis Noboa Icaza)



  —142→  

ArribaAbajoA su hermana

(INÉDITA)

Santa Elena, marzo 22-842.

Mi muy querida hermana María Magdalena:

Sigo en mi mejoría con lentitud. En estos últimos días he tenido por la noche un cierto ardor en el vientre, que no me había dado en muchos días.

Mucho provecho me hace la untura de Chepita Lamar; de ella había de ser. Mándole de mi parte gracias y memorias.

Se nos ha ocurrido como pensamiento volante, pasar a Chanduy; pero son muchas las dificultades que se presentan, y quedará en pensamiento.

Aquí la semana santa está muy concurrida; han venido todas las gentes dedos sitios vecinos a ver las procesiones y a cumplir con la Iglesia. Hasta ahora hemos imitado todos su ejemplo en la primera parte; algunos en la segunda, y probablemente todos hasta la Pascua. Han parado las aguas, y la hierba que había salido se está secando.

Rosita ha seguido con su molesta alternativa. Dolores está tan gorda con la Paiteña. Encarnación, Virginia y J. Joaquín están buenos y saludan a todas, y yo con la mayor ternura.

Tu amante hermano.

Memorias a mi compadre, a Manuelita y a todas y Ana y Petita.

-María Magdalena-

(Archivo de la familia Pino Icaza)



  —143→  

ArribaAbajoA su hermana y a su cuñado

(INÉDITA)

Santa Elena, marzo 26-1842.

Mis queridos hermanos, Magdalena y Francisco Javier:

Después de la que escribí ahora cuatro días, no ha ocurrido novedad en mi lenta convalecencia. Veremos si las píldoras que recetó Daste hacen el milagro de ablandar este pedernal de mi barriga, que a nada quiere ceder.

A Magdalena le digo, que no me gustan sus cartas largas; no quiero más que veinte renglones. Después de la incomodidad con que escribe, eso puede hacerle daño a la vista, y yo quedo siempre con ese cuidado más.

Como ni estas aguas, ni este temperamento hacen efecto ni en Rosita ni en mí, estamos pensando en pasar a Chanduy, a probar los baños que allí son extremadamente cómodos; pero quizás no tendrá efecto, porque se presentan mil dificultades.

Ayer y hoy Viernes y Sábado Santo he ayunado a pan y agua de arroz, tomando tres veces al día una tacita y una rosquita. Apelo a este régimen cuando se me pasan cuatro, cinco o seis días sin función natural, de donde me provienen ardores en el estómago y desvelas. Así me va regularmente; y ya estoy desengañado que mi   —144→   mal está en mi constitución natural, y que en todas partes será lo mismo. Así no sientan, en caso de que nos volvamos pronto. No por eso digo que nos volveremos: no pensamos en eso; pero si sucediese, nada de nuevo me había de acontecer.

Cuando digo que ayuno a pan y agua de arroz, no crean ustedes que es con frecuencia, sino de cuando en cuando y siempre me ha ido bien.

Con motivo de la Semana Santa han concurrido de todos los sitios vecinos, y creo que en las procesiones se habrán juntado como tres mil almas. Aquí las procesiones son muy lucidas, porque todos llevamos velas encendidas y hace un efecto muy agradable.

Conozco mucho a Domingo Cordero y aun es mi amigo. Como está tan desgraciado con esa hacienda, temo que no se verifique el proyecto de acomodarse conmigo. Quizás tendrá algún compromiso en Baba, del cual no podrá desprenderse. En fin, no adelantemos ideas desagradables, que bastante me inquietan con motivo de esa hacienda que era mi única esperanza.

Mucho siento que Ana y Miguel estén indispuestos; celebraré que se hayan restablecido.

Y adiós. Memorias a todas de todas, y adiós otra vez.

Tu amante hermano

J. JOAQUÍN.

A mi compadre le digo que no engorde más, y que me preste un poco a mí, que bien lo necesito. La untura me asienta muy bien.

-Para Magdalena y Paredes-

(Archivo de la familia Pino Icaza)



  —145→  

ArribaAbajoA Manuel José Encarnación Icaza y Silva

(INÉDITA)

Isla de Santa Elena, marzo 26 (1842)

Mi querido hermano y compadre Manuel:

Temerario eres con temeridad. Me acusas de que no te escribo, después que has visto con tus ojos las memorias descomunales, y las mensajes prolijos y frecuentes que he dirigido al Congreso del cual eres miembro nato, y sobre nato electo explícitamente.

Sigo en mi convalecencia muy lentamente. No es extraño que el amigo Orbegoso escribiese que ya estaba yo bueno, pues en esos dos días estuve muy aliviado, tranquilo, y seguramente estaría también con la cara y el humor con que las gentes amables reciben a sus huéspedes amigos. Lo cierto es que la rebeldía del estómago es siempre la misma, y que si me descuido, al cuarto o quinto día siento ardores y fatigas, mal partos, y entuertos molestos pero continuos.

Me dices que Pepa está indispuesta y enfermosa. Todos lo han sentido mucho en casa, menos yo; y lejos de sentirlo me he alegrado mucho, pues me ha dado esta prueba más de cariño y simpatía. Desazón, ansias, fatigas, náuseas, hinchazón de pies (bueno, bueno) inflación del vientre, (mejor que mejor). Vaya, que no sé cómo pagar tanta fineza.

  —146→  

Dije en mis anteriores que había empezado a llover; todas estas gentes se pusieron muy contentas, y decían que era un milagro patente que yo había hecho. Y yo lo creo de muy buena fe. Ya usted verá que no es cosa de chanza esto de mi glorificación. Ríanse ustedes cuanto quieran, como se han reído, según me dijo el devoto Orbegoso, a quien por su fe lo tengo casi bueno en Monte Cristi. ¡Cosa admirable! Apenas subió a esta casa, apenas me tocó, se sintió mejor. Continuó en su fe, continué en mis favores; y hoy está casi sano, glorificando mi nombre y mi poder.

Me dices en tus cartas que parezco reñido contigo. Pues ¿no lo he de estar? Reírse de las cosas santas, cerrar los ojos a la luz, no reconocer los portentos que obro... ¡Ah, hombre de poca fe, conviértete; ahora es el tiempo saludable y de reconciliación! Nosotros los santos somos vengativos; pero de cuando en cuando nos volvemos humanos. Vamos, hijo, que estoy en la estación de las gracias, vamos, un «pequé», y quedarás perdonado.

Volviendo al milagro de las lluvias, que es todo uno, pues las plegarias a todos mis co-santos no han sido eficaces en cinco años continuos, no faltará quien quiera interpretarlo y desconocerlo. Dirás que, aun suponiendo que yo fuese el santo patrón de los estíticos, ¿qué tienen que ver las lluvias con la estitiquez? ¡Ah, ciegos; ah, miserables! ¿No veis que esta tierra estaba estítica? Luego estaba bajo mi jurisdicción. Pero replicarás: es verdad que la tierra estaba seca, pero la humedad no le ha venido de sí misma; es una causa extraña la que la ha humedecido, una causa accidental, que sobrevino por casualidad. Pensamientos de incrédulos, blasfemias de impíos, sofismas de filósofos... Venid acá, miserables. ¿No veis el resultado, no palpáis el portento? Pues ¿qué más queréis? ¿Por qué pretendéis penetrar arcanos que están lejos de vuestra esfera e investigar los medios misteriosos que empleamos las Potestades superiores? Ved y adorad. Y si no veis, creed. Y si no creyereis, el diablo sea con vosotros. Yo sigo en la posesión de mi beatitud.

  —147→  

Mucho más tenía que decir sobre este punto; pero falta el tiempo; este correo es muy pesado, en el siguiente daré otra lección sobre los milagros que es más abundante que la anterior. Ahora sólo añadiré que en castigo de esas incredulidades he suspendido las aguas, y se han disipado todas las esperanzas de un buen invierno. Los soles son tan ardientes que están quemando la hierba que yo hice brotar. Sólo he dejado los cerros y algunos campos verdes, para alegrar mis paseos. No hay esperanza de chacras en esta población, sólo han venido ocho o diez vacas, cuya leche nos arranchamos los santos y los pecadores.

No creo que Daste adelante mucho; pues no creo el Gobierno del Perú procede de buena fe. Mandó a León10 a entretener, mientras pendía el éxito de Gamarra, para que no fuese distraído por esta parte. Después de la derrota de Ingaví, nuevo entretenimiento para que el Ecuador no se aprovechase de las circunstancias. Ahora propondrá nuevas dilatorias mientras negocia por medio de su embajada de cuatro pies, con Balivián; a quien cederá cuanto quiera, y aun le incitará a una alianza para ocurrir al norte que le parecerá más tempestuoso, o cuyas tempestades le parecerán más difíciles de disipar. Es tan extraordinariamente complicada la situación del Perú, que ni nosotros los santos podemos prever claro el porvenir. ¡Cuántos elementos contrarios fermentando en un solo vaso! La Fuente, Torrico, Vidal, Vivanco, Menéndez, Ballivián... y en el exterior Flores, Rocafuerte, la fragata Chile, y la estación inglesa. Una revolución militar sería la corona de ese caos...

Adiós. Memorias muy afectuosas a Pepita, Ignacita, Rosarito, a mis lindas sobrinitas, a Vicente, a Pancho, Juan y a los polluelos; un cariño particular a Josefina.

Y adiós que me instan,

tu amante hermano,

J. JOAQUÍN.

  —148→  

Memorias a Rosa y a García. Escógeme un par de chalecos de los que haya traído Millán, uno negro oscuro como el vestido y estilo de los diplomáticos, otro modesto como para mí.

Supuesto que en cerca de tres meses ni Rosita, ni yo, convalecemos aquí. Pensamos pasar a Chanduy, pero nada hay resuelto. El baño allí es muy cómodo y cercano.

No he tomado ni tomaré el agua de copé; ya estaba yo en lo mismo que me dices; y creo que es la peor barbarie alquitranarse las entrañas.

(Archivo de la familia Pino Icaza)



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ArribaAbajoA Manuel José Encarnación Icaza y Silva11

(INÉDITA)

Isla de Santa Elena, abril 21, 842.

Mi querido sobrino, hermano, compadre, amigo y dueño de sus intereses:

Cuando me vuelve la fatiguita, es ligera y de poco tiempo; después paso tres y cuatro días bueno y sano. De consiguiente, con toda verdad puedo decir que estoy mejor. Estoy flaco y hace días que tengo la voz débil y cerrada; pero no siento ninguna afección al pecho. Tengo algún apetito cuando llegan las horas de comer, y la digestión   —150→   no es mala siempre; pero absolutamente tenga natural efusión de excretos. He observado que cuando, pasados algunos días de cerrada el punto, consigo el pasaporte, ese día tengo precisamente mi fatiga. No entiendo la causa de esto.

Por fin sucedió lo que temí siempre; que Cordero no admitiese la dirección y participación de la Virginia. Ahora está encargado tata Matías, y es regular que haga de las suyas; por lo tanto, quisiera estar por allá para hacer alguna cosa o para contener desbaratos, o para vigilar sobre los trabajos. El tata cuando se mete en su almacén, no se acuerda de nada, y todo lo abandona: el que quiere trabajar, trabaja; el que quiere robar, roba; el que quiere dormir, duerme; el que quiere irse pasear, se va. Con este conocimiento, con estos pensamientos, considere usted si tendré el ánimo tranquilo, y si, con esta continua inquietud, podré convalecer.

Es cosa muy notable que allí no haya noticias de Lima, en un tiempo en que todo el Perú debe estar ardiendo de grandes novedades. Yo nada espero de las negociaciones, ya porque son bien conocidas las ideas de aquel Gobierno de darse tiempo cuando se halla embarazado por otra parte, ya por la conocida disposición de nuestro Bernardo y toda la comparsa, que harán todo lo posible por no tener ocioso su valor. Lo cierto es que para nosotros es tan perjudicial la paz como la guerra.

No sé qué decir sobre el nuevo Colegio de niñas: Las niñas deben ser enseñadas por mujeres; y no sé si la señora Merino, (excelente, muy buena) podrá desempeñar un encargo que requiere no sólo conocimientos positivos, de lo que ha de enseñar, sino también práctica y conocimiento del método de enseñanza, prescindiendo de la paciencia y de la constancia que es indispensable, y que son cosas que no se aprenden, y si se aprenden, es después de muchos años de ejercicio. El maestro Espinosa podrá ser muy bueno; pero tiene de malo el estar persuadido de que es hombre de mucha importancia y de que lo sabe todo.

  —151→  

Mucho celebro que Isabel María esté dedicada a la música y el francés. Dile de mi parte que he tenido mucho gusto con esta noticia, y que le encargo mucho que se aplique mucho a la música. Ésta es una, casi la primera, de las gracias de una señorita. Siempre hay lugar para aprender geografía, aritmética, francés, etc.; pero no siempre hay lugar para la música; pues cuando pasan los primeros años, y se van endureciendo los huesos, se encuentra más dificultad. Y adiós. Memorias muy afectuosas a Isabelín (ni de sus ojos, ni de tu pierna me dices nada), a Isabelina, Rosina, Lola, Pepín y Cuco.

Establecida ya la carrera de vapores, es regular que tengamos más frecuentes noticias de los parisienses... ¿Qué haremos de ellos cuando vengan?... Adiós, pues.

Tu amante hermano

J. JOAQUÍN.

Memorias de Rosita, Virginia y Dolores.

Esta tarde sale el general Orbegoso con Radiche que tocó aquí antenoche. Ha estado dos días con nosotros y se vuelve de Montecristi de repente, y para no volver más. Es regular que algunos avisos del Perú le hagan irse acercando.

El señor Sicouret que residía en esta plaza con la especulación de la barba, salió hoy en la Eve. Si lo vieres, tenlo en cumplida estima, porque aquí nos ha acompañado y servido bastante, y estamos muy reconocidos a sus atenciones. Jugaba su fusilito nocturno, y se ha hecho querer por sus modales. Sentimos su ausencia.

(Archivo de la familia Pino Icaza)



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ArribaAbajoA su hermana y a su cuñado

(INÉDITA)

Chanduy, mayo 13-(1842).

Mis queridos hermanos Magdalena y Francisco Javier:

En los 10 días que estoy en este pueblo he sentido una notable mejoría. Bueno será tentar los baños; me daré uno mañana; si me va bien seguiré con ellos.

Creo que nada me ha asentado tanto como la leche terciada, y ya verán ustedes que este remedio lo puedo tomar en todas partes; y así, ya estoy empezando a pensar en resolverme a preparar mi salida, no sé si para el Morro, o para la Corte que es lo mismo.

Aquí nos han dejado con la curiosidad de qué nombre tiene el nuevo Chepito, y quiénes fueron la pata de gallina.

Memorias a todas, todas y a toditos. Ya vienen por la carta.

Celebraré que todos estén buenos. Adiós.

Tu amante hermano:

J. JOAQUÍN.

(Archivo del señor Luis Noboa Icaza)



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ArribaAbajoA don Andrés Bello

Santa Elena, mayo 24 de 1842.

Mi querido compadre y más querido amigo Andrés:

En este punto de la costa, que bien merece su ominoso nombre, he venido a convalecer de una enfermedad inconvalecible; pues tiene su principia en mi constitución física, que sólo podrá variar con la disolución. Mi estitiquez es imponderable; y cuando me olvido del clister o de los purgantes, me estoy largos días como cuerpo glorioso. Bajo ningún cielo, sobre ningún suelo, ni ningún clima, he experimentado variación...: Post equitem sedet atra cura.

En este momento, me han dicho que ha llegado a este puerto, distante de esta población cerca de una legua, un buque, a tomar un poco de carga, que está ya preparada; aprovecho, pues, estos instantes para saludar a usted, a mi estimada comadre y a toda la familia, y a mi Andrés.

No se olvide usted tanto de mí..., esto es, de escribirme, pues por lo que hace a otra cosa; vivo muy persuadido de que estoy siempre en su memoria y en su corazón, como usted en el mío.

En mi anterior, le pedí a usted unos libritos, y no parecen. Pedí al amigo Egaña las obras de su padre, excepto El chileno, que poseo, y no parecen; pero de este buen Egaña, ni libros ni memorias.

No me dan tiempo para más. Adiós, pues, mi querido y muy pensado amigo Andrés.

J. JOAQUÍN OLMEDO.

El ejemplar del Derecho público que usted me mandó, me lo quitaron; otro que adquirí casualmente, tuve que regalarlo; aquí no encuentro como reponerlo.

(Vida de don Andrés Bello por Miguel Luis Amunátegui, pp. 293-294).



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ArribaAbajoA su hermana

(INÉDITA)

Virginia, octubre 1-(1842).

Mi querida hermanita y comadre:

Desde que vine pensaba volver con José y Rosita, pero no ha sido posible. Por acá no he tenido novedad; pero no estaré contento hasta que pueda acomodar bien en esta casa regular la familia, los libros y las palomas.

Acabo de saber que Chepita está mejor de una nueva fluxión de los ojos.

El otro día recibirías un cajón vacío de Chepita Maruri, me encargó que te hiciera entregar allá ocho pesos. Y yo me olvidé de este encargo, pero le dije que lo había hecho, mintiendo como se ve; pero ya estoy absuelto porque estoy arrepentido. Tú sí que me echaste una muy gorda sobre el pago del flete de la canoa, y no mereces absolución.

Con Rosita te mando doce pesos; los ocho para el encargo de Chepita y los cuatro para que José Antonio o Miguel paguen al hierbatero.

Ya son las nueve del día y estoy esperando a Rosita. Si salen tarde harán un viaje muy pesado y no llegarán mañana en caso de haber naves.

Ya mi compadre habrá vuelto de su ínsula; dale memorias y a todos los muchachos empezando desde la vieja santa Isabel hasta Pitis. Ítem a Magdalena y Carmencita y a la señora Manuelita. Y adiós, hasta luego. Tu muy amante hermano

J. JOSÉ.

Váyanse breve a Guave, que ya Anica estará desesperada por ese paseo. Si se van pronto les haré una visita la semana que entra.

-Para Magdalena-

(Archivo de la familia Pino Icaza)



  —155→  

ArribaAbajoA una amiga

(INÉDITA)

Mi querida comadre y amiga:

Las desgracias de mi familia han seguido, como usted sabe, y lo que aumenta nuestro pesar es no saber cuándo terminarán. Por huir el peligro de la ciudad, hace como año y medio que estoy por los campos, sufriendo lo que no es decible, especialmente en las estaciones de invierno, por ver si salvo a mis hijos que hasta ahora se han mantenido sanos, gracias a Dios, lo mismo que su compadre, aunque a éste no le han faltado achaques de otra especie.

Yo agradezco mucha la parte que usted toma en mis pesares, y ésta es una nueva prueba del afecto y amistad que usted me profesa, de que estoy muy persuadido, como usted debe estarlo de la que le profesamos todos los de esta su casa.

Celebro mucho que usted esté contenta con su permanencia en esta ciudad que tantas satisfacciones proporciona, y más a usted que las merece tanto.

Mis afectuosas expresiones a mi apreciado ahijado el señor General, y muchos cariños a mi ahijadita a quien contemplo muy graciosa.

José saluda a usted y yo me ofrezco a ustedes como su más

afectuoso amigo y compadre.

Me he venido a esta hacienda por estar más cerca de la ciudad.

(Archivo de la familia Pino Icaza)



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ArribaAbajoA Francisco de Paula Icaza y Silva

(INÉDITA)

Babahoyo, mayo 6, 844.

Mi querido hermano y sobrino F. de Paula:

Cuando vino Vera últimamente por los toros, no quiso llevarlos porque dijo que faltaba uno de los que él había señalado. Esta demora podía traer otros inconvenientes con la venida de Caamaño y con el feliz arribo del Comandante Pareja que se ha aparecido con dos facultades extraordinarias; en esta virtud no tuve embarazo de dar orden de tu parte para que los toros se le entregasen al mayordomo de Boca Baba, nuestro pariente Salavarría, el cual debía situarlos allí y tenerlos a tu disposición o para que Vera procediese según tus instrucciones. Puse las condiciones de que se entregasen los escogidos por Vera, y que si faltaba alguno se repusiese a satisfacción de Salavarría, el cual me ha asegurado que el ganado separado es bastante bueno.

Medina, mayordomo de la Elvira, que es formal como pocos, dice que la contrata ha sido por toros de 3 a 3 ½ años. Vera quería de 5 a 6; y parece que lo insultó llamándolo el pícaro Negro Medina. Esto entorpeció la entrega, y como preveo nuevas dificultades en un negocio que ya ha sufrido tantas, tomé el partido que llevo indicado. Si tienes que hacer algún reclamo, no he creído   —157→   que empeores de condición porque los toros estén en Boca de Baba, y más habiendo yo procedido ya sin orden expresa, y sin saber todas las condiciones de la contrata, como he tenido cuidado de hacer entender a todos, para dejar expedito tu derecho.

Las facultades extraordinarias del nuevo Plenipotenciario tienen por objeto arreglar los asuntos de la Elvira, sin permitir que se haga ninguna alteración después de su arribo; y que se oirá después a los que tuviesen que hacer algún reclamo; 2.º, mandar alguna gente para llenar las bajas de las tropas situadas en esta parte de la Sierra, poniendo a sus órdenes a todas las autoridades militares de los pueblos del tránsito, y debiendo pedir a esa Gobernación cuantos recursos necesitare.

El repeso de sales va con lentitud: apenas se pesan 5000 arrobas al día. El dinerillo que había hasta el último del mes pasado, se ha entregado al señor Francisco Boloña. De entonces acá nada se ha vendido sino al menudea. Todavía no vienen serranos; el pueblo está solo.

Ahora entiende en todo nuestro Cordero, pero no se resuelve a hacerse cargo de todo el manejo mecánico para en adelante, porque dice que la Virginia necesita de su presencia real y continua. En su falta pienso valerme de Francisco Ferrusola que es bastante expedito en este despacho, y que tiene acreditada su hombría de bien; su buen genio y moderación me es bien conocida. Vamos viendo cómo sale esto: pienso darle un sobresueldo regular, hacerlo general en jefe, y quedarme de supremo director de la guerra.

De que se concluya la actual operación del peso, pasaré a la ciudad a ponerme a la disposición de ustedes.

Y adiós. Memorias a mi señora Gobernadora y prole. Soy de usted,

FRANCISCO DE SALES.

  —158→  

Subdirección Universal de sales, estudios y caminos.

Usía.

Hago a usted Vuestra Señoría la subsiguiente consulta, que merece atención. Es notorio que mi ilustre antecesor por su genio amable y carácter militar no recibía sales sino pesadas muy largo; y como se están entregando al fiel, es muy regular que al fin resulte un sobrante muy considerable, aun después de hechas las deducciones legales. Quaeritur12: este sobrante ¿a quién pertenecerá? Al anterior colector, no, porque ni debió, ni pudo introducir más sal que la que se le mandaba. A los dueños de las salinas, no; a los conductores, no, porque unos y otros han sido satisfechos y pagados de lo que entregaron. Al Gobierno, no, porque no las ha comprado. Luego deberán declararse como contrabando. Y yo, desde ahora para entonces, denuncio tal contrabando como un depósito clandestino de efecto prohibido y descubierto por mí. Si usted Vuestra Señoría aprobase este feliz pensamiento, tendrá mi señora Gobernadora algunos terrones gruesos para el salero de su mesa, cuya indicación hago porque he sabido que ese efecto no se encuentra en todo Guayaquil, y que su Señoría está muy deseosa y antojada de semejante condimento.

En estos cuatro días no ha caído plata que mandarte; para recompensar esta falta, te mando el encargo de que le des a Rosita 80 pesos y 20 a Dolores y Ana.

Manda al correo por mis cartas, y devuélvelas en el mismo correo en tu cajita.

Sobre mi mesa dejé un borradorcito de la pequeña circular que debe dirigir la señora Presidenta o la Directora a las madres de familia para que remitan sus niñas el día que se reabra la escuela. Virginia te dará dicho borrador.

Ya Oramas está muy restablecido.

(Archivo de la familia Pino Icaza)



  —159→  

ArribaAbajoA Francisco de Paula Icaza y Silva

(INÉDITA)

Babahoyo, mayo 9 (844)

Mi querido sobrino Francisco:

Luego que llegó el Coronel dio órdenes para que nada se innovase. Medina el mayordomo no entendió el discurso, pidió explicaciones, y entonces Su Señoría le dijo que quería decir que todo en ese predio rústico permaneciese in statu quo. Medina, desde que oyó el latín, quedó perfectamente instruido de lo que debía hacer. En este estado para recaudar los toros se le presentó a dicha Señoría el libro de cuentas del finado Boloña, en que consta que esta venta ha sido hecha muchos meses ha; y entonces con esa benevolencia y magnanimidad que le caracteriza, dijo su Señoría que tenía por Vuestra Señoría mucha consideración y respeto, y que al momento se hiciese la entrega.

Como Francisco Hilario no procedió con la prudencia que le caracteriza, hubo dimes y diretes, y no quiso recibir los animales; con perdón de Vuestra Señoría. Como la estrella de este negocio ha sido mala, temí que siguiese su maligna influencia, e hice llamar al pariente Salavarría para que se lo llevase con elección. Pero yo procediendo con el tino que me caracteriza, e iluminado por el señor Capitán Boloña, me aboqué con el Anselmo Zambrano, hombre de bien a las derechas, y le dimos la comisión   —160→   de ir a dar un vistazo a los referidos animales... mejorando lo presente. Fue, vio, volvió y con esa ingenuidad, que le caracteriza, nos dijo que la partida era buena y que él la compraría de buena gana. Asunto concluido.

Para el servicio

Aquí me he encontrado con dos romanas, lo que me hace sospechar que ha habido una para recibir, y otra para vender. A los dos días de peso, conseguí que se comparasen, y de la comparación resultó que hay una diferencia de 3 a 4 libras entre las dos; con la circunstancia de que me estaban entregando en la romana larga, es decir, en aquella que manifiesta 25 libras cuando no hay de peso más que 21. Reclamé de esta diferencia; pero el Capitán Boloña quiere que se siga como se empezó, diciendo que yo nunca saldré perjudicado, entregando y vendiendo como recibo. He contestado que ésa no es razón porque no puedo a sabiendas perjudicar a los pobres compradores ni desquitarme con ellos, lo que sería un robo manifiesto; que luego que se acabe el repeso, haré contrastar fielmente la romana de venta, y que será una injusticia quitar a otros lo que me quitan a mí. Como este repeso va con mucha lentitud (pues en 6 días sólo se han pesado 30000 arrobas) he consentido que siga la operación en la misma romana infiel con ánimo de reclamar a su tiempo, especialmente cuando consta que el finado Boloña recibió en la otra romana corta, es decir, en aquélla que manifiesta 21 libras solamente cuando el peso es de 25. Anda pensando en el remedio, porque el perjuicio es de mucha consideración. Podrá haber 8 pesadas; si en cada una me dan 4 libras de menos, ¿a dónde vamos a parar? El perjuicio será de 1280 pesos o más, pues todos saben cuánto se pierde en las ventas por menor.

Todavía no entran serranos, y aquí nada se vende por ahora más que lo que compran para Sabaneta; sin embargo estoy habilitando a Robles para los gastos.

  —161→  

Celebro que ya José María esté fuera de la peste. No sé si por este acontecimiento habrá ido Rosita a la ciudad, o si más acobardada se quedará la pobre más tiempo metida en el campo, sufriendo todas las incomodidades que trae consigo una vida semejante.

Memorias a Isabel, y a todas las demás, incluso el parisién.

Y adiós.

Tu amante hermano

J. JOAQUÍN.



Mayo 11.

Como el doctor Alonso Vargas que vino a curar a Gramas ha retardado hasta hoy su salida tengo lugar a reformar, no borrar el artículo anterior sobre el servicio. Ayer mandé a la Virginia por las pesas de la balanza, con el fin de contrastar las romanas: resultaron buenas con corta diferencia, habiendo hecho untar de aceite una de ellas por dos días. Pero para conseguir esta igualdad fue preciso quitar un tropiezo que retardaba y adormecía uno de los fieles. Quede, pues, reformado y no borrado el citado artículo.

Como probablemente no se hará cargo del mecanismo de esta importante administración el señor Cordero, se me ha hecho indispensable sustituirle a Ferrusola. Éste gana 30 pesos, yo le aumento 20 para que se haga cargo de todo el despacho. Él se ha ocupado en esto algún tiempo, es inteligente y honrado, y sobre todo muy moderado. Es regular que el aumento del sueldo le haga parecer más saludable este temperamento. Espero, pues, que usted se desentienda de su renuncia, pues ya usted ve que han variado las circunstancias. Mientras que usted resuelve, reservo guardada la admisión que he recibido   —162→   de la citada renuncia, esperando que Vuestra Señoría allanará todas las dificultades.

La señora Carmen Franco de Mazo me ha escrito interesándose por su esposo para la escuela de Niñas, y yo me intereso con Vuestra Señoría, para que ponga el mayor empeño e interés en hacer lo que convenga.

(Archivo de la familia Pino Icaza)





  —163→  

ArribaAbajoA Francisco de Paula Icaza y Silva

(INÉDITA)

Babahoyo, mayo 13 (1844)

Querido sobrino y hermano Francisco:

Ya sabrás que se realizó la entrega de los otros toros. Nuestro pariente Salavarría no te ha contestado porque su amanuense está enfermo, y a él le tiembla la mano. Pero está muy contento de hallarse en comunicación directa con los señores Gobernadores.

Los testamentarios de mi ilustre predecesor me parecen muy moderados en la 1.ª parte de su solicitud. Ya verás: la boca es libre y conforme piden el 7 por ciento de merma en toda la masa, bien pudieron haber pedido el 14. ¿Qué perdían en eso? Lo único que parece muy extraño es la 2.ª parte: que se le abone a la nueva colecturía el 1 por ciento... Vuestra Señoría, que es teólogo, calificará esta proposición como corresponde; si es piarum aurium offensiva13, si es herética, o sabrosa de herejía... Y si las luces de Vuestra Señoría no alcanzan a tanto, puede formar un pequeño concilio, con primo Pancho Crespo, el canonista Fajardo y otros que no miento porque no hay tiempo. No será inútil que los Padres del Concilio   —164→   sepan que estoy informado que la merma de la sal en estos últimos tiempos es mucho mayor que antes, y que se puede computar de 5 a 6 por ciento. Las sales de antes, como la de Ibáñez y Luzarraga, mermaban muy poco porque eran escogidas y compradas por Ramos y Cordero (como ha dicho éste) bien cuajadas, amontonadas de un año para otro, el color preciso, todo a satisfacción de los compradores; pero ahora sólo viene sal de cualquier clase, blanca o blanquisca... la que en punto de merma... ríos, que era como mermaba nuestra carísima Doña Tomasita Santoyo. En fin, veremos en lo que quedamos.

Ahora que el pueblo está desierto, me informan los subalternos que nada se vende, sino miserias al menudeo. Sin embargo, como algo se vende en Sabaneta y tenía reunidos más de 900 pesos, pensaba mandarlos por el correo; pero el Comandante Robles ha pedido ya 250 pesos, y se han hecho otros gastitos; de manera que no quiero faltarles a Vuestras Señorías al respeto mandándoles una friolera. Haz conversación de esto con Benítez para que no extrañe mi silencio.

Y adiós.

Afectísimo tío y hermano

J. J.

Memorias a todas, todas. Con mucho cuidado quedo con la noticia de los estragos que hace la peste nuevamente.

Ya que la Fortuna está empeñada en acumular sobre mi cabeza todos los empleos, cargos, encargos, funciones, puestos y honores, admitiré la asesoría en la causa de Briones; además no puedo resistir al empeño de mi señora la Gobernadora. Ojalá si has visto los autos, que me apuntes algunos fundamentos para hacerle la gracia posible, o me indicases la ley que le condena, para examinar   —165→   las circunstancias que puedan favorecerle, o me dijeres la ley que pueda absolverle. En la biblioteca de esta Universidad no he encontrado libros de jurisprudencia.

Señor Gobernador Francisco P. de Icaza.

Guayaquil.

(Archivo de la familia Pino Icaza)



  —166→  

ArribaAbajoA Francisco de Paula Icaza y Silva

(INÉDITA)

Babahoyo, mayo 17-844.

Mi querido sobrino:

El señor Viver, dador de ésta, es mi amigo. Recomiendo en la parte posible su persona y su causa pendiente, a cuyo efecto le dirá usted algunas expresiones consolaticias.

Ayer por la tarde me han entregado el proceso contra Briones remitido desde el 8. Celebro que haya tanto lugar para favorecerle. Me dices que el Fiscal te ha dicho que no tiene más delito que el haber jugado; y entonces ¿cómo le condena según el artículo 237 del Código penal, y además con las costas?

El anterior Fiscal (Campos) le condenó según el mismo artículo, y por equidad no le aplicó el 232, en que me parece que se trata de la friolera de presidio. Necesito con urgencia ver esos dos artículos, es decir el 232 y el 237, y a sí mándemelos usted por la posta, aunque sea en partida de registro.

Una sentencia definitiva es preciso fundarla; dese usted, pues, mucha prisa, pues deseo que salga bien el ahijado de mi señora Gobernadora.

  —167→  

Es imposible que no haya tenido yo cartas y papeles en los dos últimos correos; y precisamente por casualidad son los únicos que me importaban. Procura indagar por otras cartas y papeles, y que vengan en la caja gubernativa.

Celebro dos veces el restablecimiento de Lola, por haberlo sabido sin tener noticia anterior de su enfermedad, y porque ya queda vacunada de la peste. Y adiós.

Amantísimo sobrino

J. J.

Al niñito gracioso, que ya sé que me ha olvidado: yo iré para allá, y me las pagará todas.

Ya Cordero peleó con don Francisco, el cual se volverá a la ciudad mañana o pasado. Yo soy el que sufra en todos estos accidentes; y ya no sé qué hacer.

Me olvidaba decirte que procures indagar por mis cartas y papeles de los dos últimos correos que me interesan.

Sólo hay pesadas 60000 arrobas; puede acabarse dentro de 6 días.

Señor Gobernador Francisco de Icaza.

Guayaquil.

(Archivo de la familia Pino Icaza)



  —168→  

ArribaAbajoA Francisco de Paula Icaza y Silva

(INÉDITA)

Babahoyo, mayo 20 - (1844).

Mi querido sobrino y hermano:

Como en toda esta semana quedará concluido el repeso de las sales, parece que en este correo, Robles pide la falúa para el domingo 26; yo también quisiera ir a dar un salto y presentarme al jefe, pero si la falúa saliese de aquí el 27, no podré ir porque quisiera llevar la cuenta del mes, y ésta no puede cerrarse sino al fin del mes.

Todo quedaría compuesto con que hubiese un pretexto para que la falucha no viniese en el día señalado, sino 2, 3, 4 días después. Digo esto porque aquí no se presentan embarcaciones que bajen, sino tal cual, y ésa tan cargada y recargada que no puede convenir a la alta dignidad de un colector.

He hecho a usted mil recomendaciones y no sé el éxito de ninguna, para institutor de la escuela de niños, para Vista de la aduana, para... es decir, que aquí estoy trabajando para aliviar el repeso de las atenciones de Vuestra Señoría.

He visto la oracioncita fúnebre en loor de su ilustre antecesor, por casualidad, pues usted no cuida de mandarme   —169→   papiros públicos indígenas o extranjeros, como tenían de uso y costumbre sus ilustres antecesores. Ahora que toco este punto, repito que es imposible que no haya tenido yo cartas y papeles en 3 correos consecutivos, circunstancia que me fuera indiferente en cualquiera otra ocasión, pero no ahora en que hace 20 días que espero una contestación sobre punto interesante. Manda, demanda, redemanda, busca, rebusca otras cartas, y que vengan ahora en la caja gubernamental. Su Señoría el Coronel14 se ha portado con aquella benignidad que le caracteriza, pero sus ede-canes15 han hecho algunas de las suyas, como Su Señoría el Coronel Guineo Barandica, Lavarcé, etc. Lo he estado y estaré a la mira16 sobre los peones de Ribarbalom, con quienes no se han metido más que una vez.

Por Caracol y Ventanas ha venido la noticia del triunfo completo de Vivanco; particípalo al señor Cónsul del Perú.

Y adiós. Memorias a Isabel y prole.

Tu amante hermano

J. J.

Vengan los artículos pedidos del Código penal para despachar a Briones.

Señor Francisco de Icaza.- Gobernador de la Provincia.- Guayaquil.

(Archivo de la familia Pino Icaza)



  —170→  

ArribaAbajoA Francisco de Paula Icaza y Silva

(INÉDITA)

Sábado 27.

Mi querido compadre y sobrino:

No he vuelto por allá, porque no ha habido proporción; pero lo he deseado mucho, pues en esas pocas horas de la Saiva estuve más contento de lo que he estado en muchos meses. Todavía no he ido a la ciudad; pero debo ir el lunes o martes para hacer una visita a mis libros, y arreglar algunas cuentecitas, y también para empezar a disponer un viajecito a la hacienda que aseguro a usted realmente me causa susto y horror desde ahora el considerar que voy a ver ruinas. Pero es preciso.

Haré el proyecto de borrador que usted me pide, y allá lo añadirá, sustraerá, multiplicará y dividirá usted como le plazca.

Manda por ésas cuatro letras cuando quieras; memorias a Isabel y a todas las ánimas benditas. Por acá no hay mayor novedad; deseando sólo ver a ustedes y adiós.

Tu amante hermano

J. J.

(Archivo de la familia Pino Icaza)



  —171→  

ArribaAbajoA la señora de Jijón de Flores

(INÉDITA)

Mi Señora María de las Mercedes Jijón de Flores.

Guayaquil, julio 25-1845.

Mi querida comadre, y más querida amiga:

Antes de ahora he pensado escribir a usted, pero al tomar la pluma, no he sabido qué decirle. Hoy me ha sucedido lo mismo, y aún peor; así concluiré, diciendo a usted que, arrastrado por el torrente de esta revolución, jamás se ha separado usted de mi imaginación, que he contemplado siempre sus pesares y su ingrata situación; que diera cuanto soy por consolarla; que desea ardientemente acreditarle, no con palabras sólo, como hasta aquí, la pasión de amistad que le profeso; y que conservó y conservaré esta amistad con la misma sinceridad que siempre, pero con mayor ternura.

J. J. OLMEDO.

(Manuscrito hológrafo. Archivo Jijón y Caamaño)



  —172→  

ArribaAbajoA Francisco de Paula Icaza y Silva

(INÉDITA)

Cuenca, septiembre 20-845.

Mi querido sobrino y amigo:

Llegamos a los cuatro días de viaje, dos de los cuales fueron de navegación.

Te contemplo sumamente molesto y disgustado con la pretensión de nuestro en Jefe. No te puedo ponderar lo que nos estrechó en el vapor con este empeño, interponiendo todos sus servicios, y renunciando sus generalatos, etc., etc.

Nos resistimos como era debido, alegando todas las razones que hay contra tan enorme sinrazón. En fin, nos dejó sosegar diciéndonos que se entendería contigo, y que sacaría un informe favorable. Le dije que tú mismo habías dado dos veces informes muy contrarios y muy fundados, y que no te expusiera a un estrecho que te sería desagradable.

No sé lo que habrá habido; pues no me has escrito en este correo, como lo esperaba.

Adiós. Memorias a Isabel y y y...

Tu amante hermano

J. JOAQUÍN.

Al cerrar conozco que no hay tiempo para recibir la carta que quizás me estarás escribiendo en este mismo día. Mi error ha provenido de haber confundido el correo de ésa con el de Quito, que ha llegado hoy.

Memorias otra vez.

Señor Francisco Icaza.

Gobernador de Guayaquil.

(Archivo de la familia Pino Icaza)



  —173→  

ArribaAbajoA Francisco de Paula Icaza y Silva

(INÉDITA)

Cuenca, septiembre 27-845.

Mi querido sobrino y amigo:

Ayer cuando recibí tu carta, hablé con estos Señores sobre tu renuncia, y no manifestaron mayor oposición; pero hoy al ponerse al despacho han propuesto dos o tres soluciones a cada argumento de tu proposición.

1º.: Enfermedad, caída. Respuesta: Que para tus enfermedades está pronto el Corregidor, quien suplirá en los casos comunes; y en los asuntos arduos usted dispondrá lo que convenga. Respuesta 2.ª: Que ya se cumple el plazo en que debe Santisteban dejar la casa, y que te puedes pasar a ella, bien para despachar, bien para vivir, si te acomodase. Y de ambos modos, no tenías que bajar ni subir escaleras.

2.º: Falta de recursos. Respondeo17. Pero antes de entrar en materia quiero vindicarme con usted porque yo fui el que más procuré conquistar a usted para que admitiera la Gobernación. No quise que se hiciera con usted lo que en tres ocasiones semejantes hicieron conmigo   —174→   Cordero, Roca y González, que me dejaron las arcas no sólo vacías, sino empeñadas. Para evitar este mal me informé del estado de las ventas, y de los recursos con que podía contar el nuevo Gobernador. Resultó que Benítez dio buenas esperanzas, pues, licenciada la tropa, poco se emplearía en las raciones diarias, para las cuales no faltaría, como no había faltado hasta entonces. Ítem se contaba con lo que podrían dar todas las colecturías de esa ciudad y foráneas. Ítem con la de Babahoyo; pues aunque estaba afecta al pago del señor Luzarraga, éste me había prometido que aguardaría algún tiempo, con tal que no lo olvidasen. Mi objeto era que Luzarraga esperase dos o tres meses, lo que lejos de perjudicarle, le aprovechaba pues ganaba su 2 por ciento, y yo creía que, siendo estos meses los más pingües de Babahoyo (pues en mi tiempo ha dado un solo mes hasta 18000 pesos), no se podía usted ver en muchos ahogos. Bien sabía que había acreedores ejecutivos e importunos, pero también sabía que había una orden de no pagar a ningún acreedor de créditos anteriores; y que sólo debían ser efectivos los que debían pagarse en aduana con derechos que se adeudasen. Los otros grandes créditos de Luzarraga y Compañía tienen sus plazos, y los del primero hasta un año. En fin yo no pensé, como debes creerlo, en ponerte en tormento y angustias. A pesar de todo, yo he estado porque se admita tu renuncia; pero estos Señores me han encargado que te persuada a permanecer algún tiempo más. Y este tiempo lo he entendido sólo hasta el próximo correo.

Si la Convención hace lo que quieren algunos diputados por mis insinuaciones, esto es admitir la rosca de Ambato, y reformar algunos artículos solamente, creo que será muy próxima la elección de Presidente, y entonces veremos lo que sale.

Con nada te he considerado más molesto que con la extraña pretensión de Elizalde para su hermano Matías. No concibo cómo el interés personal haga cegar a las gentes hasta ese extremo.

  —175→  

Mucho más molesto estarás con la pretendida autorización de la Comandancia general para obrar por sí discrecionalmente. Esta autorización no es cierta, y la que se le dio antes se limitaba a los arreglos militares, de que abusó extendiéndola a promociones; y debía cesar con la guerra. Pero ¿qué quiere usted?, estos hombres se tenían por necesarios, y era preciso consentir en ciertos abusos, y yo el primero he consentido en muchas irregularidades, porque sólo he tenido por fin el que haya orden interior, y que en la ciudad no haya habido inquietud y desórdenes.

Mucho he sentido la inmerecida ocurrencia con Daste. Ésta ha sido un abuso de autoridad y un atropellamiento escandaloso con una persona tan estimada en ese pueblo. Sepa usted que, con motivo de que en el Departamento de Quito se tramaba no sé qué enredo para unirse a las tropas de Nueva Granada, se dispuso, por propuesta de aquel Gobernador, que fuesen expulsados los que, faltando a los tratados, hiciesen cualquier tentativa opuesta al nuevo orden de cosas. Daste no estaba comprendido en esta disposición, y la prueba es que tenía su pasaporte limpio. La orden que tenía Elizalde era que los expulsados de Quito pasasen inmediatamente fuera de la República, pero no los que tenían su pasaporte. Así repito ha sido un a gran tropelía la que ha cometido ese señor en Jefe. Yo bien sé que si se le reconviniera, diría que la orden era general, y que pusiera su honor y su cabeza, como acostumbra, pero YO digo que no.

Para contener de algún modo otros excesos se ha dado un decreto, sólo por él, y que también se dirige a esa Gobernación, suspendiendo toda autorización extraordinaria, por limitada que sea la amplitud, que se haya concedido a cualquier autoridad por las circunstancias. No estoy bueno; la anterior noche fue tan mala que la creí mortal, pues 20 horas consecutivas de fatiga, vuelcos y ansias no son seguramente síntomas de vida. Hoy estoy muy aliviado; pero lo que temo es que me dé algún cólico de aire, pues el viento que arrojo es interminable.   —176→   No digas nada de esto en casa, pues les escriba en otro sentido, y me tendrán por mentiroso.

Y adiós, que no puedo más. Memorias a Isabel y y y y...

Tu amante compadre y amigo

JOAQUÍN.

(Archivo de la familia Pino Icaza)



  —177→  

ArribaAbajoA Francisco de Paula Icaza y Silva

(INÉDITA)

Señor Gobernador Francisco de Paula de Icaza.

Cuenca, octubre 4-845.

Mi querido sobrino:

Hoy era el primer día que amanecí sin tener una atención urgentísima, y creí que ya empezaba a tener algún descanso, pues instalada la Gran Convención ayer, y presentados los mensajes, dichas las arengas, etc., etc., no pensé que ocurriesen nuevas molestias. Muy contento pensé escribir muy largo a mi casa y a Vuestra Señoría, tanto que perdí toda la mañana antes del almuerzo, en arreglar papeles y cartas que tenía al rededor de mí y que podían arreglarse mañana, cuando de repente viene un mensaje de la Secretaría de la Grande, pidiéndome las arengas pronunciadas en la instalación. Yo no las tenía escritas, y en recordarlas y escribirlas se fue mucho tiempo. Luego llegaron a cumplimentarnos tres Señores recién venidos, luego dos diputados de Quito, luego el Ministro Granadino, bello sujeto; luego mensaje de la Grande prorrogando la autoridad del Provisorio hasta la venida del Antecristo... En fin, sólo hay tiempo para farfullar esta carta en la que neciamente he perdido la cuarta parte en un prólogo inútil.

Celebro que hayas salido del empeño sobre Matatías, pero siento que nos expongamos a que la Convención restablezca ese destino innecesario; pero aquí se trabajará algo para que no sea incluido en la ley de Hacienda.

  —178→  

No sé cómo habrá recibido Su Excelencia el decreto quitándole toda autorización y conteniéndole en su esfera. Ese decreto se expidió para que no te molestase tanto, y por eso se te comunicó a ti también, sin embargo de que no tenías ninguna cosa extraordinaria.

Aquí ha venido el venerable general Memet-Alí con una comisión del otro. Excelentísimo a la Grande. La misión es misteriosa; pero se ruje que uno de los encargos es restituir a la Grande el bastón de General en Jefe. Algunas tropas trae este embeleco; pues él debía devolver ese bastón a quien se lo dio... Lo que usted dice. Aquí viene la oportunidad de que se le concedan a él y a todos los demás chiguaguas los sueldos desde 834; para lo cual no bastará el millón que usted computa.

Usted no haga caso de las órdenes de pago, o, no habiendo plata, responda usted que el que dio la orden, mande los medios.

Rocafuerte escribe de Lima que se han mandado ensayar las barras de plata cobriza; presume que darán 15000 pesos, que entregará a la casa corresponsal de míster Cox.

Ayer dio el Gobierno provisorio en honor de la Grande unas once soberbias, desde las 3 hasta las 7. Los Señores muy contentos, y casi todos se pusieron alegres. Hubo un millón de brindis, en que se lucieron el señor Obispo que, cuando toma la palabra, no la suelta ni a tres tirones, y el hablante, señor Urbina, que es muy elocuente. Entre los brindis hubo uno en loor del señor Gobernador de Guayaquil haciendo un paralelo con su espantoso antecesor.

Hoy he sabido que ha llegado el señor coronel Cunículo. Nadie sabe la causa de su feliz venida. Pero ya se trasluce que vendrá a engrosar las filas de los pretendientes de sueldos desde el año 34.

(Archivo de la familia Pino Icaza)



  —179→  

ArribaAbajoA Francisco de Paula Icaza y Silva

(INÉDITA)

Cuenca, octubre 11-845.

Mi querido Francisco de Paula:

Estoy mejor y casi bueno: Me he reído de tu consejo de abstenerme de las golosinitas. Aquí en esta estación no las hay; y aunque las hubiera, hace dos años que tengo para toda comida, repugnancia. Nada hay ahora que pudiera hacerme pecar, ni albaricos, ni chirimoyas, ni peras, ni nada más que malas naranjas y pepi.

Es regular que las internas te ayuden algo. Si las sales no dan 18, darán poco menos, si te haces una regla general de pagar primero las raciones, la guarnición, y después todos por iguales partes a lo que alcance, nadie te inculpará, antes te aplaudirán. A las importunas de nuestro General reclamaciones, puedes sostenerte firme a lo que alcance, sin temer nada, pues aquí no cesa de hacernos protestas de que mantendrá el orden a toda costa, que se contentará con lo que haya, etc. De suerte que sus impertinencias serán sólo por ver lo que saca.

Usted esté seguro de que se le aprobarán todas las medidas que usted tome para sacar recursos, porque también nosotros estamos seguros de que usted procederá con la discreción, tino y buena fe, que son características.

  —180→  

Por lo que hace a las órdenes que usted reciba, cúmplalas usted religiosamente habiendo con qué. Vengan todos los apuntamientos e indicaciones que te parezcan convenientes. Los Honorables están muy complacientes con Nuestras Excelencias.

Me admiro cómo hayas podido pagar a la señora María Llona 850 pesos. Me ha escrito, y le contestaré en el siguiente, diciéndole que te estamos muy agradecidos por el pago que le has podido hacer, prefiriéndola a cosas más urgentes.

Mucho pensamos en los oficiales de esa guarnición; vamos poco a poco. Memorias a todos, desde Isabel hasta Lola.

Tu amante sobrino

J. J.

Moncayo me ha dado las especiales memorias de mi Rosa María. Pancho y Martín que me escriban cualquier cosa. A Chepita, Rosita, Dolores y Anita que no me olvido de ellas. A los hermanos José Ignacio, Manuel, mil cosas: que me escriban, que en pudiendo yo les contestaré.

De oficio recibirás Mensajes, actas, periódicos.

(Archivo de la familia Pino Icaza)



  —181→  

ArribaAbajoA Francisco de Paula Icaza y Silva

(INÉDITA)

Cuenca, octubre 18-845.

Mi querido sobrino:

A galope. El proyecto del empréstito no ha parecido mal: Venga, pues, la propuesta en forma, y para ahorrar tiempo, que venga vista y examinada de una vez por la Junta de Hacienda, e informada por la Gobernación.

Sobre arreglo de la Contaduría mayor todavía estamos pensando... para hacer lo peor. El Re-sucho Campos pretende con empeños la administración de rentas unidas de Quito; así no cuente usted con él para Guayaquil.

Sobre el desarrollo de la Compañía de bomberos, es preciso que usted se tenga firme, y haga que la Comandancia general cumpla con lo dispuesto, haciendo que exclusivamente sirvan las bombas los de la maestranza destinados a ese servicio.

De nadie te podrás valer para reformar un poco ese batallón (esto es para ponerlo en un pie, que no inspire tanta desconfianza), mejor que del mismo Comandante-General, que lejos de ser amigo del Coronel de aquel cuerpo, no lo traga bien, y siempre que se ofrece habla   —182→   mal de él. Buscando la ocasión puedes tentar el vado, hacer insinuaciones remotas, y verás que nuestro General no necesita muchas plumas.

Celebro mucho que en tu reinado, se haya celebrado tanto el 9 de octubre.

La Convención no hace mucho todavía. Las comisiones están preparando los trabajos.

No más. Adiós.

Tu amante sobrino

J. J.

Memorias a Isabel y prosapia. Moncayo ha venido sumamente agradecido y encantado con la familia.

Ya te he dicho que ahora no es tiempo de nada, ni peras, ni albaricos, ni nada. Sin embargo, he juntado algunas cajas de una en una, que remito a la familia siendo dos destinadas a Vuestra Señoría que dispensará la cortedad. A Pancho Cano muchas cosas, y a Martín porque, aunque también son de la prosapia, quiero hacer una memoria particular después de Isabelina y de mi Rosa María. A la señora Llona le contesto diciéndole que te hago la mayor recomendación para que le atiendas. Si se realiza el empréstito espere usted que se lo coman las moscas.

(Archivo de la familia Pino Icaza)



  —183→  

ArribaAbajoA Francisco de Paula Icaza y Silva

(INÉDITA)

Cuenca, octubre 25-845.

Mi querido hermano Francisco:

Entre los innumerables papeles de que estoy rodeado, se me ha traspapelado tu carta del 18, que no ha un cuarta de hora que la tenía por delante. Contestaré, pues, según lo que me vaya acordando de su contenido.

Antes de todo, te diré que veas la carta de Manuel, en la que le digo algo de la situación de estos negocios convencionales; pues estoy fatigadillo, y no puedo repetir relaciones, curiosas unas e insignificantes otras.

No creas que nos olvidamos del miserable estado de ese erario; pero como esa guarnición debía reducirse lo más posible, creí que las pocas entradas bastarían, estirándolas un poco. Creí que las internas internasen algo, creí que las sales diesen algo considerable, pues estos meses de septiembre a diciembre han sido siempre pingües; las cuales sales aunque están cautivas, pero Luzarraga se desentiende porque corre el interesillo. Usted créame por su vida, que si yo consentí en el nombramiento de Gobernador, fue en la persuasión de que no tenía grandes ahogos. Las internas hasta mediados de septiembre nos dieron algo, y creí que hasta el fin del mes, darían más. Así en los estados de ese mes aparece   —184→   la partida de 19000. Las sales creí que dieran un algo considerable; si no ha sido así, será porque en la Sierra habría grandes acopios de la sal extraída en tiempo de la guerra; pero confío que en los meses subsiguientes fructificarán, pues no es posible que los serranos dejen de hacer rancho para el invierno.

En este correo se autoriza a usted para que permita a los fiadores del Gobierno (para pagar a Luzarraga la cantidad que proporcionó al general Flores) que hagan su descuento en la aduana, y paguen directamente a Luzarraga los mil pesos de su fianza. Operación que, aunque estreche las entradas, le dejará a usted la satisfacción de haber librado al erario insensiblemente de esa carga.

Usted tiene razón de quejarse, pero no nos inculpe mucho, porque hemos tenido buenas intenciones. Creí que, disminuida la guarnición, darían algún desahogo las sales de Babahoyo, las de la ciudad y demás colecturías de los pueblos, las internas, los empréstitos y sus rezagos, el cacadito, y los restos libres de la aduana, etc. Es verdad que todo esto es nada para las 10 a 20 tarascas que lo sofocarán continuamente; pero, métase usted a gato bravo, vaya siempre al despacho con sus dos muletas, y tomando una en cada mano, empiece a dar palo de ciego y disperse esa maldita caterva. Si los Generales y Jefes le dijesen a usted que no responden de la seguridad pública, ríase usted porque ésa es y ha sido siempre su cantinela perpetua. Usted dé cuando tenga; y cuando no, deje usted que hagan y digan lo que quieran, y que tengan paciencia como la tiene usted

Vamos a lo más importante. Dices que tome algún interesillo en tu solicitud sobre el cumplimiento de la orden del Gobierno anterior para pagarte lo que se te debe.

Antes de todo te diré que yo no tomo interesillo en tus cosas, sino un verdadero interés como si fuesen mías. Con este empeño traté el asunto con Roca solo, a quien siempre he observado muy dispuesto a tu favor. Resultó de la conferencia que había mil inconvenientes para esa   —185→   gracia. Juan Aguirre antes de venir nosotros solicitó que le admitieran una cantidad de dinero y otra igual en papeles, tanto de los últimos empréstitos, como de sus ajustamientos. Roca y yo estábamos resueltos a admitir la propuesta, pero el tío D.18 se opuso con una gran tenacidad, y se le negó. Entonces se acordó que se admitieran esas proposiciones con dos condiciones: 1.ª, que se diese igual cantidad en dinero, y otra igual en papeles; 2.ª, que estos papeles habían de ser precisamente de la deuda posterior al 6 de marzo. Así se han negado las solicitudes de varios comerciantes en Guayaquil, y las de Durán y López Escobar.

Después te escribiré más con el general Villamil que saldrá dentro de 3 días.

Sobre las lápidas he hecho diligencias. Me dicen que cuestan mucho trabajo sacarlas, labrarlas y traerlas del cerro, y como sólo se traen y trabajan cuando las piden, y esto es muy raro, es difícil encontrar artesanos, y artesanos con los instrumentos necesarios. La cosa es difícil; pero como no es imposible, haré el esfuerzo posible para conseguirlas. Dime de qué tamaño deben ser, pues esto es esencial. Se grabará la inscripción... pero no con estas lágrimas, pues sobre la piedra insensible se secarían muy pronto.

Adiós. Memorias a todas.

Tu amante hermano

J. J.

(Archivo de la familia Pino Icaza)



  —186→  

ArribaAbajoA Francisco de Paula Icaza y Silva

(INÉDITA)

Cuenca, noviembre 1º-845.

Mi querido sobrino Francisco:

No puedo contestar a todos los puntos de tu última carta: mala noche pasada, fatiguita presente y aprensión futura de que continúe. Sin embargo, los remedios que me han hecho me han aprovechado mucho.

Te han cambiado la terna; pero debes disculparlos. Ya sabes que el general Antonio se empeñó fuertemente por la comandancia de resguardo para Matías. Éste era un escándalo mayor que el de ahora. No consentimos; él se sintió mucho, porque deseaba eso más que los Generalatos. A pesar de su resentimiento se insinuó ahora para la plaza de vista, y no pareció posible hacerle otro desaire...

Y adiós. Memorias a todas.

Tu amante hermano

J. J.

A Rocafuerte se le mandaron antes de venirnos las letras de retiro, para que usase de ellas, si le convenía.

  —187→  

Ya va a empezar la discusión de la Constitución; concluirá antes de un mes. La presidencia será del que dé pasos más largos. Tío no te descuida. De todos modos, nos veremos a principios de diciembre. Ya que escasean tanto los recursos, para que respires un poco ojalá que le proporcionaras a Luzarraga la pensión mensual de nuestra comadre de Quito.

Si te ve la señora Llona, hazme el favor de decirle que te la he recomendado mucho.

La Convención no ha aprobado los tratados de la Virginia. Los hermanos están muy bravos, y es probable que dejen a todos los militares del pasado Gobierno en la calle. Muy bravos están.

No escribas tan menudo, ni tan de prisa: muchas palabras no te entiendo y da la casualidad que son las más precisas.

(Archivo de la familia Pino Icaza)



  —188→  

ArribaAbajoA Francisco de Paula Icaza y Silva

(INÉDITA)

Señor Francisco dé Icaza.

Cuenca, noviembre 8-845.

Mi querido sobrino y amigo:

Hace algunos días que estoy bastante molesto con mi enemigo interior; y en este instante no lo estoy poco. Contestaré después tu interesante carta encargándote que siempre que me escribas procures hacerlo más despacio y en letra grande e inteligible, porque da la casualidad que regularmente lo que no entiendo ni con el anteojo mayor, es lo que se necesita para entender la frase. ¿Dónde estará Meye para mandar por él?

No te dije que era imposible conseguir la piedra de jaspe para las lápidas que quieres; sólo te he dicho que era muy dificultoso porque ya nadie trabaja en esto. Sin embargo, me han prometido no las piedras, sino el hombre con quien puedo tratar. Quedo impuesto de la extensión de cada una. Si cuando yo haya salido (6 de diciembre) no me las hubiesen traído las dejaré bien recomendadas y pagadas. Allá se pondrán las inscripciones.

  —189→  

Sobre el proyecto del empréstito creí que según las buenas disposiciones en que estaban los señores se resolvería el asunto pronto y favorablemente; pero Tiitito preopinó que era preciso saber el monto de la deuda que iba a pagarse con el empréstito y la parte que ganaba interés. Yo dije que esos datos no eran tan necesarios; que se podía adoptar el proyecto y pedir cuantos datos fuesen necesarios, tanto más que no era posible que el empréstito se realizase en un día, ni en su totalidad, etc. Vuelve, pues, el proyecto buscando esas noticias.

No puedo más. Adiós, hasta después. Memorias a todas. Adiós.

Tu amante hermano

J. JOAQUÍN.

La Convención ha mudado el pabellón; ha adoptado el de la República, azul y blanco. El escudo contiene el sol en su eclíptica con los cuatro signos celestes que corresponden a los meses memorables marzo, abril, mayo, junio. Más abajo el Chimborazo, de donde nace un río, y en este río un vapor llevando por mástil un caduceo, símbolo del comercio.

(Archivo de la familia Pino Icaza)



  —190→  

ArribaAbajoA Francisco de Paula Icaza y Silva

(INÉDITA)

Cuenca, noviembre 15-845.

Señor don Francisco de Icaza.

Mi querido sobrino Francisco:

Han seguido mis molestias, y como sólo tengo descanso con estar en absoluto reposo de cuerpo y alma, he permanecido algunos días en cama; pero como ni como ni duermo, es imposible mi restablecimiento. Agustín Icaza iba destinado a Quito; ha querido quedarse para asistirme (y lo hace de primor), y para llevarme. Si el tiempo estuviera bueno, saldría la semana que entra; pero está lloviendo mucho, el camino está intransitable, y es preciso esperar a que cesen las aguas y a que subsigan algunos días de verano. Entre tanto veremos lo que Dios dispone.

Nada tiene usted que decirme sobre nuestro golpe maestro. Contemple usted los empeños y esfuerzos del Generalísimo para la comandancia de resguardo, las quejas, los resentimientos, las indirectas... naturales en quien cree que nada se le debe negar, porque todo es suyo, habiéndolo ganado con su sangre, etc., etc. El agraciado me ha escrito haciendo mil protestas de llevar debidamente sus obligaciones, sujetándose a tus mandatos. Le he contestado   —191→   dándole muchos y duros consejos. Quisiera que se aprovechara usted de estas primeras disposiciones, y que se arreglaran las cosas de manera que todas sus operaciones se hicieran delante de otros, y acostumbrarlo a que nada haga solo.

Sobre decretos de la Convención nada me diga usted, ni nada bueno espere usted. Exceptuando ocho o diez miembros, todos los demás son paralíticos o podridos. Hoy habrá gran bulla y tormenta, pues los eclesiásticos no quieren admitir la ley de patronato, ni quieren que los obispos y dignidades y canónigos sean nombrados por el Presidente, sino directa y exclusivamente por el Papa... Ayer se enfureció el obispo Bruten19 por el desacato con que en un artículo se mezclaba a los Generales y Coroneles con los Ilustrísimos Obispos y Dignidades, y dijo que éste era el mayor desprecio que podían hacer los filósofos y los impíos a la religión. Nada bueno saldrá llevando las cosas hasta este extremo.

Puede ser que la ley de Hacienda sea regular. El batallón Libertadores está sentenciado a salir para la sierra.

Y adiós, que ya no puedo más. Memorias a todas, desde Isabel 1.ª y 2.ª hasta Lela. Especialmente a Lola porque no la he mentado en mis anteriores, lo mismo que a Pepe y Antonio.

Tu amante sobrino

J. JOAQUÍN.

Yo conozco bien a Regalado; pero no sé qué hacer con él. En casa cada Señor tiene dos asistentes, a más de su criado. Yo tengo uno y el chileno que traje, que sirve muy bien. Hay tanta gente en casa que es una confusión. Mis sirvientes duermen en el mismo cuarto que yo. Contemple usted tres familias en una sola casa.   —192→   Yo vivo muy molesto por mal acomodado. Si llega hoy Regalado se encontrará con don Alonso y el Pablo que vienen a hacerme frecuentes visitas. Veremos lo que sale; pero no entiendo cómo se viene el Carlos, siendo guarda de esa Aduana. Tú me propusiste (aunque tarde) de que lo trajera conmigo. Si lo traigo, no hubiera hecho sino aumentar las imponderables molestias del camino. Contemple usted haber dispuesto el santo Director venir en pompa, todo el Gobierno con sus edecanes y asistentes, toda la secretaría con oficiales, sirvientes, etc., tres o cuatro agregados, y otros tantos; todo junto con la carga, de suerte que nadie se entendía. Los ranchos apenas bastan para cuatro, uno encima de otro; qué comer no había más que los bizcochos casuales de los viajantes y algunas papas, y carne seca que había en el rancho, etc., etc., etc... síguete por ahí.

Queda nombrado Isidro Icaza de Cónsul en Panamá, no sé si irá el despacho en este correo. Tampoco sé si tiene algún emolumento ese consulado. Ojalá que lo tenga. Pero en todo caso la ley de presupuesto decidirá la duda.

Siempre me he olvidado del encargo del señor Coronel Bodero de saludarte muy afectuosamente y a Isabel. Muchas veces, y yo le respondo que ustedes se las contestan muy finas. Lo que supongo será verdad.

(Archivo de la familia Pino Icaza)



  —193→  

ArribaAbajoA Francisco de Paula Icaza y Silva

(INÉDITA)

Cuenca, noviembre 22-845.

Mi querido sobrino Francisco:

Muy buena ha estado la letra de tu última carta; parece que has hecho algunas planas para prepararte. Así me gusta, porque yo no sé qué le ha sucedido a los anteojos qué se me van empañando.

Yo permanezco en mi gran flaqueza y debilidad. Si salgo de mi arrocito y hago el disparate de tomar un alón de pollo, siento indigestión y fatiga. Sigue el insomnio, en términos que, si duermo hora y media o dos, me doy por muy contento. No he dejado la magnesia: es lo único que me aplaca estas palpitaciones y fatigas. Hombre al agua.

Para que te impongan algo del estado de estas cosas, te incluyo abierta la carta para Luzarraga, que le mandarás cerrada con lacre. No tengo tiempo ni sosiego para escribirte separadamente esos asuntos tan desagradables. Sobre tu renuncia, por aceptada; pues dentro de doce o quince días desaparecerá esta decoración, y usted y yo perderemos esta mamada de nuestro gobierno y volveremos a nuestras ollas de Egipto.

Con algún trabajo he conseguido ya una piedra gruesa de jaspe para las dos lápidas, partiéndola en dos iguales en esta figura símbolo. No son muy blancas, pues   —194→   tienen algunas sombras. No me he parado en esto, pues dentro de pocos días las habían de empañar las sombras del tiempo y de la muerte. No es posible encontrar mármol; pero el lapidario me promete que saldrá lo mismo que mármol. Ya le he hecho una inscripción para que empiece a grabarla. Parecerá algo larga contra el estilo lapidario; pero nada he podido quitar, y me parece una culpable omisión no haber puesto, todo lo que quisiera decir.

Y adiós. Memorias a todos.

Tu amante hermano

J. JOAQUÍN.

Antes de acabar el acápite anterior recibo la extraordinaria del 18. Parte se contesta con lo que digo en esta ocasión; parte, con decir que nos ocurrieron (tan naturales son) los dos medios que propones. Sobre el cambio con Flores, te diré que esos pérfidos responderán al punto que sí: salen de apuro, quedamos comprometidos nosotros; después pasando el tiempo, vuelve Flores, lo admiten, y ya ni el Ecuador estará preparado, ni sabremos cuál es la suerte y paradero de Obando.

También han dicho que el caso es desigual; pues Flores no está acusado y juzgado por sus tribunales, como el otro por los suyos; y que por tanto no está comprendido en el artículo de los tratados.

La presente situación crea que obligará a estos Señores a apresurarse a aprobar el empréstito. Entre tanto usted que tiene a su cargo esa provincia está autorizado para usar de cuantos recursos crea necesarios.

La Convención nos ha señalado sueldo. Si puedes darle algo a Rosita, le vendrá muy bien.

(Archivo de la familia Pino Icaza)



  —195→  

ArribaAbajoA Francisco de Paula Icaza y Silva

(INÉDITA)

Señor Francisco P. de Icaza.

Cuenca, noviembre 29-845.

Mi querido sobrino y amigo:

La aparición repentina de José Antonio no fue muy agradable. Celebro que todos los de la familia estén con la salud que yo no tengo. Don Santiago está muy gracioso, dice que viene a llevarme en sus hombros, y que si el camino estuviese malo echará pie a tierra, se quitará las sandalias, se remangará el calzón, y me sacará sano y salvo.

Yo no puedo salir mañana ni ocho días después; pues el gran brote de la barriga, con motivo de la untura cáustica que me hicieron, me tiene casi sin movimiento, ni en este estado debo emprender un viaje por páramos y tambos (donde los hay) húmedos, desiertos, asquerosos, y más vitandos que el suelo a cielo raso, aunque uno se emparame.

Otro motivo que me detiene es que hoy se concluirá la Constitución, o el lunes 1 de diciembre; sería muy intempestiva mi salida, cuando dicen que estoy mejor. Después seguirá la sangrienta campaña de la elección de Presidente.

Yo hasta ahora he estado tranquilo, viendo los toros de lejos, pues estas gangas son para los que hacen diligencias: yo me había puesto fuera de combate con tenerme pasivamente, cediendo el campo a los valientes contendores. Pero ha llegado Rocafuerte, y se ha variado todo el teatro, pues viene encaprichado en presentarme   —196→   y sostenerme como candidato. Todo se ha trastornado; ha habido ya conferencias y ocurrencias desagradables con el primer postor, y yo me veo metido en la contradanza sin saber leer ni escribir. Estos esfuerzos de Rocafuerte serán inútiles porque ya es tarde: los partidos estaban formados, y ahora se pondrán firmes y obstinados, pues Rocafuerte no sabe proceder sino diciendo verdades amargas. Yo sentiré que haga algún escándalo, y más el que yo sea la causa ocasional. Adelante.

En el laberinto en que te hallas, no puedo darte mayor consuelo que decirte que dentro de ocho días tendremos presidentes nuevos, nuevos Vicepresidentes y nuevos Gobernadores. Dios los haga a todos unos santos, y a usted le abone en el libro grande de cuenta, esta partida de tres meses de continuas fatigas y disgustos. Amén.

Si entre tanto le mandan a usted mandar contingentes y pagar letras, conteste usted que obedecerá puntualmente, si en el mismo instantito le presentaren recursos.

Mucho temo que la elección se prolongue mucho tiempo, pues se necesitan las 2/3 de los votos. Los diputados son 41. Roca tiene 19 ó 20 que se mantendrán firmes en la desesperación de no ganar. Los del bando opuesto harán lo mismo, y nunca habrá elección. No sé el partido que tomará en ese caso la sabiduría del augusto.

Y adiós. Cada movimiento del cuerpo o de la mano es una punzada en las irritaciones de mi pobre barriga. Y adiós. Mil y mil memorias.

Tu amante sobrino

J. JOAQUÍN.

Ha venido el doctorcito Arcía, y en unión del otro que yo tenía me están poniendo como... un Hércules. Dile a José que en todos los correos le he mandado impresos.

(Archivo de la familia Pino Icaza)



  —197→  

ArribaAbajoA Francisco de Paula Icaza y Silva

(INÉDITA)

Cuenca, diciembre 6-845.

Mi querido sobrino Francisco:

No es cierto que yo me haya desentendido de los continuos clamores que hace usted sobre la falta de dinero y de recursos. Aquí me afano cuanto puedo, para que si quiera no dispongan de los tristes fondos de esa tesorería; pero nada he conseguido, y el empréstito que usted propuso y que se habría conseguido al principio, sufrió aquí en el despacho discusiones, observaciones y dificultades, especialmente por parte de nuestro tío Didi20. Mi esperanza siempre ha sido que pronto saldrá usted de ese atolladero. Creí que desde ahora quince días estuviese usted fuera; pero los hermanos han movido tantas cuestioncillas tan inútiles como embarazosas que la conclusión de la Constitución no ha sido hasta ahora tres días.

Tres días ha que están en sesión permanente para elegir Presidente, y todavía no pueden convenirse en los 2/3 de los votos que se necesitan para la elección. Rocafuerte que vino a sacarme de mi retiro y de mi abstracción, llegó tarde, cuando ya el partido de Roca estaba formado sin oposición alguna, y cuando estaba firme apoyado   —198→   en las promesas que, según dicen, le han hecho desde el principio. Yo no sé qué partido tomará la Convención, seguramente será un disparate extravagante e inconstitucional: ya van 70 votaciones, y como no hay la mayoría requerida, siguen y seguirán quién sabe hasta cuándo, pues los dos partidos están obstinados. Y tanto que ya el Obispo tiene los pies hinchados con los tres días y las tres noche; y permanece firme. En las primeras 15 votaciones éste votó por mí con voto firmado; y pareciéndole ya tarde, se cambió; pero se ha emperrado porque luego salió un papelito en que dicen que lo acaban. No lo he visto. Yo siento verme metido en esto sin cooperación de mi parte; pero no puedo evitarlo. Quien sabe en qué parará esto. Hablaremos con extensión, cuando nos veamos que será pronto, pues el miércoles 10, o el 12, pienso salir con nuestro tío Didi.

Convendrá que usted nos mande la falúa para el sábado 13, en que podemos estar en Naranjal. Esto está resuelto, pero no sabemos qué motivo o incidente ocurrirá entre tanto por parte de la Convención, pues algunos diputados han sido de parecer que se suspenda la elección hasta el próximo congreso constitucional, y que entre tanto continúe el Gobierno provisoria. Esto no tendrá efecto, porque yo alegaré que la Convención no puede elegir un Gobierno inconstitucional, y tal lo sería; porque, aunque la Constitución no rige todavía por no estar promulgada, esta razón servirá respecto del pueblo, pero no respecto de la Convención que ya la sancionó, la firmó y la juró.

El motivo que ha dado Pedro José para hacerle salir de Quito, usted puede adivinarlo sin que se lo digan, conociendo el carácter de las gentes del interior. Nos han acabado a chismes y enredos, y eso de parte de gentes formales; todo se ha reducido a confabulaciones de Pedro José con los Jenízaros, y a correspondencias con los de Pasto, etc., etc., etc.

Nos pareció que a su misma tranquilidad convenía el separarse a Ambato o Riobamba por unos meses. Compañeros en estos enredos eran Valdivieso, Pérez Muñoz,   —199→   etc., y se tomó una providencia general, porque los funcionarios eran de la frase trillada de que no responden de la seguridad del país. Sin embargo, como el Obispo de Quito y el Cabildo nos dirigieron una representación pidiendo por Muñoz, accedimos a ella, extendiéndola a todos los demás, aunque no estaban comprendidos en la representación.

Repito lo que te dije en mi anterior. Usted pague lo que pueda; cubra las letras si tiene con qué. Usted mande los contingentes, si le proporcionan recursos; de no, hacerse desentendido. Sobre todo, dentro de pocos días se verá usted libre de esta carga. El señor general Urbina ha trabajado mucho por Roca, y desde el principio está nombrado Gobernador de esa plaza.

Y adiós, mi querido sobrino, hasta luego. Memorias y memorias. Adiós.

Tu amante hermano

J. JOAQUÍN.

(Archivo de la familia Pino Icaza)



  —200→  

ArribaAbajoA Francisco de Paula Icaza y Silva

(INÉDITA)

Cuenca, diciembre 9-845.

Mi querido Francisco:

Después de cuatro días y cuatro noches de borrasca se verificó la elección de Presidente en Fray V. R.21 El obispo estuvo por otro en 20 votaciones continuas, porque decía que así se lo aconsejaba la conciencia; pero ésta le aconsejó a las oraciones, cuando no había comido su Ilustrísima que votase por otro y así se formó una mayoría insuperable. Luego salieron papelejos contra su Ilustrísima que lo enfermaron, le hincharon la pierna derecha, de suerte que tardó mucho en llegar a su casa, y no pudo hacer colación hasta las once de la noche. A pesar de su retiro, no había en e otro partido mayoría suficiente, y los que pensaban en mí no querían ceder; así se habrían estado meses enteros, pues estaban obstinados. Yo les mandé decir que ya era bastante, que cediesen; que su voto sería inútil, porque yo no podía servir por mi notoria enfermedad, etc., etc., etc. Pero nada bastaba, y me contestaban que no se sostenían firmes por mí, sino por la patria. ¿Qué significarán estos nombres, patria, libertad, derechos del pueblo, convención, etc.?

La elección se hacía en la catedral; por la noche dizque era un páramo, y los pobres Diputados han sufrido grandes molestias, pero al fin el héroe Vallejo claudicó, y a las 90 votaciones desertó y los dejó burlados; porque uno solo faltaba a los contrarios para su número. De este modo Vallejo ha hecho al Presidente de la República y al Vicepresidente Merino, y al Presidente del Congreso, Rocafuerte. Vaya, es el hombre de la Nación.

Rocafuerte, Moncayo, Ascásubi, Gómez de la Torre, Merino, Gorro y toda la diputación de Guayaquil, aun el mismo Vallejo antes de su apostasía, me han hecho tanto honor que vale más que la Presidencia, y aunque yo estoy muy contento con quedar libre, les estoy muy agradecido.

Han hablado, perorado, bramado contra Fray Vicente, y éste estaba muy abatido. Creo que cuanto se ha dicho contra él le ha hecho tal impresión que probablemente tendremos un Presidente complaciente y moderado, a lo menos por un año.

Mañana salgo con tío Didi a Surrucucho, jueves a Nabospamba, viernes a Baba, sábado a Naranjal a las 2 de la tarde. Domingo o lunes, nos daremos un abrazo.

Adiós.

Tu amante hermano

J. JOAQUÍN.

Mil memorias.

Antier te escribí: hoy fluctúa esa Gobernación entre Urbina y nuestro tío22.

Señor Francisco de Paula Icaza.

Gobernador de Guayaquil.

(Archivo de la familia Pino Icaza)



  —202→  

ArribaAbajoA Francisco de Paula Icaza y Silva

(INÉDITA)

Paita, enero 23-846.

Mi querido sobrino Francisco:

Veinte días ha que no tengo de ustedes la menor noticia; de aquí han salido muchos buquecitos, y de allá no ha venido ni uno solo. Yo sigo bien cuando esta corriente el ventrículo; pero cuando se pasan cuatro o cinco días de retención, vuelven las consabidas molestias con toda su comitiva. Sin embargo, puedo decir que estoy mejor, pues siento más apetito y duermo algo más. Este mal está en los huesos; éste ha sido el resultado de aquellos graciosos colicotes de que hará Vuestra Señoría memoria. Y si así hemos pasado tantos años, ¿por qué no hemos de pasar del mismo modo lo poco que nos resta?

Estoy con el cuidado de no saber si el señor Landa ha escrito y remitido las dos lápidas, que debieron estar concluidas a principios del presente mes. También tengo cuidado de su conducción en esta estación, pues una caída, un golpe puede hacerlas pedazos.

Esto es una miseria; pero dicen que en los días que van a venir puede ser peor, porque entran las lluvias y los calores. Yo no duraré mucho por acá, porque para estar lo mismo, mejor es estar en casa.

  —203→  

No ocurre nada de particular, y aquí estamos en tinieblas de la Convención, y de todo el mundo.

Adiós. Memorias a Isa y prole.

Adiós.

Tu afectísimo sobrino

J. JOAQUÍN.

Señor Francisco de P. de Icaza.

Gobernador de Guayaquil.

(Archivo de la familia Pino Icaza)



  —204→  

ArribaAbajoA su hijo

(INÉDITA)

Paita, febrero 8-846.

Mi querido hijo y amiguito J. Joaquín:

Mucho he sentido no haber presenciado tus últimos exámenes; estoy seguro de que habrás salido bien, porque tú sabías regularmente todo lo que yo te preguntaba desde que volví de Cuenca. Ahora debes empeñarte en no olvidar nada, pues cuando yo vuelva me has de dar razón de todo. El mérito no está en saber mucho, sino en saber bien lo poco que se sabe.

Te repito lo que te he dicho varias veces, y es que yo me daré por muy contento siempre que cada día aprendas alguna cosa; aunque no sea más que una, no se ha perdido tiempo en tu edad. Yo quisiera que todas las noches, antes de tener sueño, te preguntaras a ti mismo: ¿hoy qué he aprendido de nuevo? Unas veces te responderás: «-Hoy he aprendido la demostración de la regla de interés». Otras veces te responderás que has aprendido la significación de tal nombre o de tal verbo y cómo hace el pretérito y supino... En fin, alguna cosa; por eso te acordarás que cuando al volver del colegio te sientas conmigo, siempre te pregunto lo que has aprendido en el día; y yo hago eso para que te acuerdes algo de lo que has estudiado en el día.

  —205→  

Yo soy viejo y regularmente hago lo mismo, y cuando no me acuerdo de la cosa nueva que he aprendido en el día, me levanto y procuro aprender alguna otra cosa o recordar algo olvidado. No olvides este consejo.

Espero que me escribirás una carta muy larga sobre tus exámenes, y que me dirás quiénes asistieron, quiénes examinaron, qué te preguntaron en aritmética, en latín, en francés y en geografía, y también lo que respondiste. No digo por esto que me escribas todo el examen, bastará que me digas una sola pregunta de cada tratado y una sola respuesta. Yo, cuando era niño, así lo hacía con mi padre, no sólo del examen, sino de la lección que había dado el día en que escribía; yo no escribía toda la lección, sino solamente la parte en que estaba. Por ejemplo, le decía: «-Hoy di de lección el verbo volo, vis, velle, que significa querer y es verbo irregular; y la explicación fue sobre las raíces de los tiempos que son tres: presente, pretérito y supino». Mucho gusto tenía mi padre con esta correspondencia, y como era amigo del doctor Marcos, me hacía algunas preguntas que yo le contestaba como podía. Esto era cuando yo estaba en Quito de 9 años. Después pasé a Lima y me olvidé de dar cuenta de mi estudio; entonces mi padre me reconvino, diciéndome que, cuando era niño, me portaba mejor, y que siempre estaba deseando que llegase el correo de Quito, porque mi correspondencia le gustaba más que la de su abogado, aun cuando le anunciaba que los pleitos estaban en buen estado.

Tuve, pues, que volver a darle noticia de lo que estudiaba; y como ya estaba grandecito y sabía un poco más, le hablaba con más extensión, y lo que más le gustaba era los problemas de astronomía, de aritmética y álgebra; y yo le decía: «-Hoy he resuelto este problema, tal y tal, y lo resolví de esta manera». Muchas veces me proponía argumentos que le indicaba el doctor Marcos y le gustaban mucho mis respuestas. Esto duró hasta cuando yo estudiaba leyes.

No te olvides del encargo que te hice de leer algo todos los días. Cuando salí para Cuenca te encargué que   —206→   leyeses la historia de América, y que aun aprendieses algo de memoria, pues es pequeño el compendio que te he dado. Y no tuviste tiempo para cumplir con mi encargo. Ahora te dije que sin dejar ese compendio, que es muy importante, te contrajeses a la historia de Robinson, pues te gustaba tanto; y que cuando lo concluyeses volvieses a empezarla, y la leyeses tres veces, porque poco aprovecha una sola lectura, pues luego se olvida lo que se ha leído ligeramente, pero cuando se repite la lectura de un libro se fijan más las ideas y agrada mucho más. Haz la prueba con Robinson. También te encargo que no leas sólo con los ojos, pues así no se imprime bien la lectura, es preciso leer en alta voz, no gritando, sino como si se estuviera conversando.

Aquí estuvo el hijo de Espantoso, y le pregunté sobre los exámenes y me dijo que tú lo habías hecho muy bien; lo que no era nuevo para mí, pero me gustó que me lo repitiera.

Ahora es preciso que no olvides lo que has aprendido, y uno de los medios para no olvidar es que el Director disponga que todos los que se examinen repasen a los más atrasados, y los dispongan para el mismo examen que acaban de dar los más adelantados.

Esto es por lo que hace al estudio; por lo que hace a las otras cosas que te he recomendado no te olvides de ninguna. No debes hablar muy alto. No debes reír mucho y nunca jamás a carcajadas. Ya sabes que per multum risum cognoscitur stultus23. Por otra parte, todo hombre debe disimular y corregir los defectillos con que ha nacido; y si cuando uno se ríe enseña los dientes y las encías (lo cual desfigura mucho la cara) es preciso contenerse y procurar no reírse nunca ni mucho ni muy alto. La sonrisa es siempre muy graciosa aun en los hombres. Acuérdate también de no meter los pies para adentro al caminar, porque es cosa muy fea y quita todo el aire al cuerpo.

  —207→  

No quiero tocar ahora el punto crítico sobre el modo de comer que es la señal precisa para conocer la buena educación que se ha recibido, y de pertenecer a una clase decente de la sociedad. En otra hablaremos sobre este punto tan esencial; por ahora, ya estoy cansado y el papel se acaba.

Memorias al señor Maldonado y al señor Iturralde, dándoles gracias por el interés que toman en tu adelantamiento.

Y adiós, mi querido J. Joaquín. Adiós.

Tu amante papá:

J. JOAQUÍN.

(Archivo del señor Luis Noboa Icaza)



  —208→  

ArribaAbajoA su hijo

(INÉDITA)

Paita, marzo 13-846.

Mi muy querido J. Joaquín:

Mucho gusto he tenido con la relación que me haces de tu examen. Habiendo asistido Iturralde y Gutiérrez, no pudieron faltar examinadores.

Has respondido bien a las preguntas que te hicieron, ahora lo que quiero es que no olvides lo que has aprendido para lo cual es bueno que se destine un día de la semana para un repaso.

No quisiera que pasaras todavía de verbos: conjugar y más conjugar. Quien conjuga bien sabe la gramática latina. Todo lo demás es fácil. Este método usé yo con Ramón, desde que conjugó como quien reza el Padrenuestro, ya pudo traducir el Fedro, las selectas en varios lugares ya de historia sagrada, ya de Cicerón. Repito que quien conjuga bien, ya sabe gramática.

Por lo que hace al francés quiero precisamente que todos los días conjugues los dos auxiliares être y avoir. Todos los días en todos sus tiempos y en su orden. Es indecible lo que se adelanta cuando se sabe bien esos dos verbos. Mucho me he afanado con todos los maestros que han ido a casa para que observen ese método y no lo   —209→   pude conseguir. Misses Marie me decía que todos los días les hacía repetir dos o más tiempos salteados. Eso no lo aprobaba yo, porque es preciso, no sólo saber los tiempos, sino también el orden en que están. Por eso quiero que to do el verbo entero repitas todos los días, tanto el uno como el otro, y cuando los sepas dormido, ya puedes decir que sabes francés.

Mucho gusto tengo en que sigas estudiando Álgebra. No quisiera que fuese con mucha extensión, porque lo preciso basta por ahora y porque deseo que empieces geometría que te ha de gustar mucho. Sin embargo, las principales operaciones algebraicas son muy necesarias y facilitan la resolución de los problemas más difíciles.

En los 15 días de asueto debiste haber leído segunda vez a Robinson para seguir con la historia de América, que es lo que interesa más.

Expresiones y gracias a los señores Maldonado e Iturralde; cuando visites a las niñas, a Chepita, Isabel, Rosita, Chepita Gainza, Mercedes y las niñas, y a todos y cada uno de tus primos salúdalos de mi parte con mucho cariño; para ti el corazón de tu amante papá.

PAPÁ.

JOSÉ.

A Manuelita, Carmencita, Chepita Maruri, muchas memorias.

También a Eusebia, Clara, y demás muchachas de casa.

Para José Joaquín 2º.

(Archivo del señor Luis Noboa Icaza)



  —210→  

ArribaAbajoA Francisco de Paula Icaza y Silva

(INÉDITA)

Lima, mayo 28-846.

Mi querido sobrino Francisco:

Como hace un mes de tu última, 30 del pasado, y tampoco he recibido carta de nadie, permanezco en el cuidado por la recaída de Isabel, ni sé cuál ha sido el resultado de su viaje a la Puná. Deseo con ansia las muchas que todos me habrán escrito en tanto tiempo, ya con dirección a Paita, y aun a Lima directamente.

Esto está muy diferente de lo que le conocimos. Pero todos los adelantamientos me parecen exteriores y superficiales, casas transformadas y elegantísimamente amuebladas, tiendas brillantes, y las dos principales calles, que conoces, queriendo remedar las de París; pero las calles, que es lo principal, están intransitables, el empedrado es peor que el de Cuenca; el camino del Callao cada día empeora, en términos que, si no es por los compañeros, hubiera preferido venir a pie. Cada paso es un tropiezo, un salto, un vaivén, un peligro.

Estoy mejor de mi mal principal, a virtud de unas píldoras, cuya base principal es el fierro. No puedo escribir, porque hace tres o cuatro días me ha caído una fluxión grande en los ojos, que es la enfermedad del día, y me mortifica bastante especialmente cuando fijo la vista para leer o escribir. Pero esto es una bagatela que sanará con pañitos calientes.

No sé si habrás recibido las alcantarillas, que dejé encargadas al dependiente de Boulanger, don José Ugarte,   —211→   que las fuese recogiendo y te las remitiese con candela, lo mismo que los dos panes de azúcar. Sentiré que no haya tenido efecto el encargo, pues quizá se necesitaría ese vegetal para la emigración a la Puná.

¿Cómo está esta maldita guerra con la Nueva Granada? Aquí hay mucha buena disposición de auxiliar al Ecuador: buena y efectiva, aunque no la creo desinteresada.

La comisión puede salir antes de un mes. El Presidente me ha dicho que espera el buque de guerra que estaba de estación en Arica. Conveniente será que yo vaya en su compañía y que vaya solo: no hay necesidad de que venga ningún compañero. El Ecuador ha cumplido con nombrar dos grandes próceres (¡hola!, «¿semos o no semos?»). Si uno no puede concurrir, no importa: la intención ya está conocida. De ese modo se ahorran gastos, y la mitad de la gratificación de los embajadores, aunque en verdad, la parte ahorrada debía acrecer al que trabaja el doble.

Quisiera escribirte una resma de papel para pintarte la transformación política, moral y material de esta casa en que estoy alojado. Aprovecharé la primera ocasión, porque esta historia es muy curiosa. Un sobrinito patisucio de nuestro Caro Pescadi es hoy el heredero de un Tagle, el sucesor de tantos marqueses de Torre-Tagle que siempre mataron, ¡¡y con infanta casaron!!

En fin, tenga usted paciencia: la relación será curiosa. Y adiós, que no puedo más. Deseo que ya Isabela esté restablecida. Mil memorias a todos y a cada una y a cada uno.

Muy amante sobrino y hermano,

J. JOAQUÍN.

Señor Francisco de Icaza.

Administrador de aduana de Guayaquil.

(Archivo de la familia Pino Icaza)



  —212→  

ArribaAbajoA Francisco de Paula Icaza y Silva

(INÉDITA)

Puná, junio 3.

Mi querido hermano y compadre don Francisco:

Nada ha adelantado Rosita, y en estos días ha estado tan descompuesta como siempre; ha estado tres o cuatro días en cama; ayer se levantó pero tan delicada que el menor aire le hace daño, el temperamento está muy destemplado y húmedo; por esto y por su catarro no ha podido bañarse ni una sola vez. Sólo pensamos en salir de aquí; y en la primera ocasión iremos a cualquier parte.

Yo también estuve un día malucón, con mucho catarro y dolor corporal; pero, carne de perro, tomé mi té con limón y estoy bueno. Ramón está hecho una espina, que da lástima. Petita, Virginia y Quin, buenos y deseando ver a todos. Este último está como un loro hablando y marchando todo el día; siempre tendremos un coronel chinto, a pesar de que siempre le estoy diciendo a la jú, no; dominu vobicu, sí.

A Isabel y al hormiguero memorias, memorias, especialmente al Panchín.

Y adiós.

Tu amante compadre

J. J.

Ustedes están repletos de novedades y no nos echan un eructo por acá. Parece que Daste ha venido a componerlo todo. Sea norabuena. ¿Si se acordarán de ustedes?

Esa carta para Martín me interesa vaya pronto.

(Archivo de la familia Pino Icaza)



  —213→  

ArribaAbajoA su hijo

(INÉDITA)

Lima, junio 20-846.

Mi querido hijo J. Joaquín, amiguito de mi corazón:

Las noticias que me dan de que estás muy aplicado y aprovechando en el estudio me son tan agradables, que esto sólo pudiera darme algún consuelo en el disgusto de no verlos, y en los últimos pesares de la familia; y aun crea que estas buenas noticias han contribuido a restablecerme más que los remedios de los médicos. Sigue, pues, del mismo modo, si me quieres ver contento y en buena salud.

Dentro de pocos días darás tu examen de álgebra, latín y francés; está muy bien, y siento mucho no estar allí para tener un gusto mayor del que tuve cuando diste tu primer examen, porque ahora ya son estudios de más importancia.

Ahora año y medio te pregunté desde la Virginia cuántas tejas entrarían en el techo de la casa nueva según los datos que te expuse, y no me respondiste. Ahora 3 meses te pregunté desde Paita cuántas píldoras había tomado en 9 meses empezando por 3 el primer día, 5 el segundo, 7 el tercero, etc., y no me respondiste. Ahora que ya estudias álgebra y que sabes resolver problemas   —214→   de primer grado te propongo el siguiente y no te olvidarás de contestarme:

x + y = aa = 12
x - y = bb = 12

¿Cuál es el valor de x y el valor de y?

También el mayor gusto de que adelantes en el latín. Si lo aprendes bien, tú no puedes imaginarte cuánto placer te preparas en el curso de la vida leyendo a Cicerón, a Horacio y a Virgilio. Todo esto lo encontrarás entre mis libros cuando yo me muera, y te acordarás de lo que acabo de decirte. Cuando yo vaya, procuraré ejercitarte en la traducción, que ya debes haber empezado por las selectas o por las fábulas de Fedro. Aplícate, pues, mucho, si no por ti, por mí; pues cuando yo esté más viejo (que será muy pronto) y se me acorte la vista, si tú no me lees, pasaré muy tristes los pocos días de mi vida, pues ya la lectura se me ha hecho tan necesaria como él alimento.

Celebro que hayas leído el descubrimiento de América. Dices que vas a leer los Huérfanos de la aldea; y no me parece bien esta lectura, pues con ella nada aprenderás, ni castellano. Mejor, es que leas el compendio de la historia de Grecia y de Roma, que encontrarás en el 2.º estante entrando por la puerta cerca de la escalera. Esto te instruirá mucho, pues estos conocimientos son necesarios. Sobre todo te encargo que te apliques al francés, pues es un idioma sin el cual ya no se puede vivir en la sociedad; además de que en francés están todos los libros de ciencias y de literatura y es preciso entenderlo bien, si se quiere saber algo.

Después de estos encargos te recomiendo mucho lo que te he dicho siempre sobre el modo de andar, sobre no meter las puntas de los pies, sobre comer con despacio y aseo, y sobre no reírte mucho: per multum risum cognoscitur stultus24.

  —215→  

Después hablaremos más. Adiós mi querido hijito, mucho te extraño: Si hubieras venido conmigo, habrías conocido esto, y no habrías perdido tiempo. Adiós.

Tu amante papá

J. JOAQUÍN.

Para José Joaquín.

(Archivó del señor Luis Noboa Icaza)



  —216→  

ArribaAbajoA Francisco de Paula Icaza y Silva, por la muerte de Chabelita Paredes

(10 de mayo de 1846)


(INÉDITA)

Lima, junio 16-846.

¿Cómo has tenido valor para escribirme, mi querido hermano Francisco? Esto mismo me prueba toda la profundidad de tu pesar, y que todavía estaba tu razón enajenada. Esto es lo que sucede siempre; y yo ya he hecho la experiencia varias veces. Cuando acontece una gran desgracia como ésta, quedamos fatuos, dementes por un beneficio de la Providencia; y al principio nos parece que es una ilusión, una mentira lo que nos pasa; pero después, cuando se va disipando el letargo, y vamos conociendo que es verdad nuestra desgracia, entonces es que vamos sintiendo todo el peso, y si no nos agobia del todo, es porque ya nos tenía preparados la ilusión anterior. ¿Qué hemos de hacer? El cielo parece que está muy irritado, mucho, contra nuestra pobre familia. ¿Qué haremos pues? Procurar cada día ser más humildes y vivir de modo que algún día se tenga alguna misericordia con nosotros.

Yo no puedo ponderarte, hermano de mi corazón, el dolor que siento. Cuando yo considero que no podía ir a tu casa sin enternecerme, al ver que tú eras tan feliz con ella, y ella contigo, y que ustedes parecían acabados de casarse, siento una opresión en el corazón, como ésta que me impide escribir más. Pobre Pancho.

Tu amante hermano

J. JOAQUÍN.

Señor Francisco de Icaza.

(Archivo de la familia Pino Icaza)



  —217→  

ArribaAbajoA su hijo

(INÉDITA)

Lima, julio 20-846.

Mi querido hijito y amiguito J. Joaquín:

Mucho gusto me has dado con las noticias sobre tus estudios, y conozco que estás muy adelantado; así después de mis saludos, darás al señor Maldonado muchas gracias en mi nombre y también al señor Iturralde.

Los problemas que me incluyes están bien resueltos, y como ya ha pasado un mes, es regular que ya resuelvas ecuaciones de 2.º grado y así te mando el siguiente:

x + y = aa = 14
xz = bb = 48

Sobre el francés te repito que quiero que todos los días repitas los dos verbos auxiliares être y avoir; todos, todos los días en todos sus tiempos y en el orden regular.

Sobre el latín te diré que quiero que cada día conjugues en todos sus tiempos y modos un verbo y especialmente un verbo irregular. Quien sabe conjugar bien, ya puede decir que sabe gramática.

Ya estás haciendo oraciones; ya debes traducir fábulas de Fedro y las selectas. Ponme en castellano este pasaje de Cicerón que fue el primer orador romano, así como Demóstenes lo fue entre los griegos:

Nihil tam aptum est ad ius conditionemque naturae quam imperium, sine quo nec domus ulla, nec civitas, nec gens, nec hominum universum genus stare potest... Ut enim Magistratibus leges, ita populo praesunt Magistratus.

Danda est omnibus pueris alique remissio.

Libertas nullo venditur auro.



  —218→  

Tradúceme también estos versos franceses:


Tu trouveras ici de l'air, des fruits, de l'ombre,
Assez, pour achever en paix le petit nombre
Des jours que Dieu nous laisse à passer loin de lui...
Mon fils: le dernier jour ensemble nous prendra,
Et pour monter à Dieu, ma voix te benira.



No te olvides de seguir leyendo la historia griega y después la romana.

Por la carta de tu mamá sabrás que he estado bien enfermo; ya estoy mucho mejor y casi bueno. Antes estuve en el pueblo de los Chorrillos y me fue muy bien. Vine, recaí, y por eso dentro de tres días vuelvo a pasar allá unas dos semanas. Ese pueblo en otra estación es muy concurrido; ahora solamente han quedado unas pocas familias, y por esa razón me agrada ahora más. El pueblo está a la orilla del mar; yo vivo en un rancho muy bueno que me ha brindado el General La Fuente, marido de la señora Mercedes Subiras, guayaquileña, que manda muchas memorias a toda la familia. El rancho tiene una galería al mar, como la de tu colegio; cuando estoy en ella me incito a estudiar alguna cosa.

Y adiós, amigo, que ya esto un poco cansado; escogí de intento un papel pequeño para escribir poco, y la pluma se ha ido deslizando sin sentirlo.

Adiós otra vez.

Tu amante papá

J. J.

Tu tío Rocafuerte con las señoras Calderón saldrá para allá dentro de 20 días. Ojalá yo pudiera irme también, porque ya no puedo vivir lejos de mi familia.

(Archivo del señor Luis Noboa Icaza)



  —219→  

ArribaAbajoA Francisco de Paula Icaza y Silva

(INÉDITA)

Lima, julio 20-846.

Mi muy querido hermano Francisco:

Después de mi último ataque he quedado muy aliviado, como me sucede siempre. Estuve en el Chorrillo unos 12 días, y me fue muy bien; luego que volví me asaltó mi enemigo. Ahora pienso volver y pasar, si es posible, dos semanas y no más, porque ya se está preparando la salida del buque de guerra que debe llevar, a Paita, la comisión de las cenizas. Desde ahora hasta que se concluya la expedición, pasarán dos meses, y entonces pensaré volver a casa. Allí quisiera meterme en un rincón sin salir a ninguna parte, puesto que ya no tengo ninguna casa de mis parientes a donde pueda ir o a donde yo quiera ir.- En fin, será lo que Dios disponga.

Dile a mi hijo Panchín que recibí su última de 30 del pasado, y que saliendo este barco hoy, alcanza muy bien allí la salida del vapor que será el 1 del mes que entra, y que espero que allí me contesté la que le escribí últimamente mandándome precisamente la inscripción elegida entre las dos que remití, o una 3.ª, a no ser que hayan preferido el que allá mismo se esculpa en la lápida,   —220→   pues Rodríguez graba con tanta o más perfección que los de aquí, según lo que he visto.

Y adiós, mi querido hermano; Él te consuele y a tus pobres hijitos. Mil cariños a todas. Adiós.

Tu amante hermano

J. JOAQUÍN.

Francisco Icaza.

(Archivo del señor Luis Noboa Icaza)



  —221→  

ArribaAbajoA su hijo

A J. J. Olmedo, junior.

Lima, agosto 12-846.

Mi querido hijo y amiguito J. J.:

Siempre que sé que has dado algún examen se me aumenta el pesar de ausencia, pero me consuelo al saber que has salido bien, respondiendo con acierto a todo lo qué te han preguntado, como lo conozco por las respuestas que me pones en tus cartitas, y así te encargo que lo hagas siempre, pues tengo mucho gusto leyéndolas.

Las traducciones de los latines que te mandé están regulares, y sólo tienen algunas equivocaciones que voy a corregir.

El texto que puse dice: Nihil tam aptum est ad ius conditionem que naturae quam imperium. Tú traduces: «Nada es tan apto para el derecho y la condición de la naturaleza que el poder». Esto es muy literal y poco correcto; debiste decir: «Nada es tan conforme al derecho y condición de la naturaleza, como el poder».

También hay otro error en tu traducción; tú dices: «tan apto para el derecho... que el poder». No, el adverbio tan no rige que, sino como. No se dice «este navío es tan grande que un templo» ; sino se dice: «tan grande como un templo».

  —222→  

Otro error. El texto dice: «sine quo nec domos ulla, nec civitas, nec gens, nec hominum universum genus stare potest» . Tú traduces: «sino donde ni casa alguna ni ciudad, ni gentes, ni la universidad de los hombres puede estar», esto no es correcto. Debiste decir: «sin el cual poder o imperio no puede subsistir ninguna familia, ni ciudad, ni nación, ni el género humano».

Traducir el sine quo, sino donde es, no sólo un error latino, sino castellano, pues no se entiende lo que quiere decir... El sine no es sino, es sin; el quo no es adverbio, sino relativo de imperium.

Estos errores no son más que errores gramaticales; pero es un absurdo muy grande, es una blasfemia política el fin de la traducción. El texto dice: «Ut enim Magistratibus leges ita populo praesunt Magistratus». Tú traduces: «porque los Magistrados presiden a las leyes; y así el pueblo preside a los Magistrados». Todo lo contrario. Debiste decir: «Así como las leyes son superiores a los Magistrados, así los Magistrados son superiores al pueblo». El Ut enim, rigiendo ita no significa porque, sino así como. Estos errores han provenido de que no te has fijado bien en los casos de los sustantivos Magistratibus y populo.

Vamos a otra traducción. El texto dice: «libertas nullo venditur aura», tú traduces: «sin ningún dinero se vende la libertad». Debiste decir: «por ningún oro se vende la libertad». Quiero decir que la libertad es tan apreciable y vale tanto que no hay dinero con que se pueda comprar. Pon también cuidado en la ortografía: vender no se escribe con b. Te encargo que siempre escribas la conjunción i, con i latina.

Todo lo demás está regular y acredita que estás algo adelantado. Te repito que todos los días conjugues los dos auxiliares être y avoir en todos sus tiempos.

Me pides los autores latinos: allá van; y te los mando con tu tío Rocafuerte. Pero este encargo me da a   —223→   conocer, que cuando estás en casa, jamás te acercas a mis libros; si lo hicieras, habrías encontrado a Fedro, a Cicerón, a César, a Salustio, a Cornelio Nepote, a Tito Livio, a Virgilio, Horacio, Ovidio, Terencio, en fin, a todos los autores del Siglo de Oro. Pero allá va lo que me pides en tres tomos. Como no te has acercado a mis libros, ni a registrarlos ni limpiarlos, es regular que estén llenos de polvo y de polilla: lo que me será muy sensible, pues los quiero mucho.

Tú me dices que te mande esos libros de haya.- Mala ortografía: dos errores en una sola palabra.- haya se escribe allá.- Sólo se escribe haya cuando es tiempo del verbo haber, no cuando es adverbio.

Hoy sale Rocafuerte con su familia y yo me quedo con envidia. No puedo ponderarte lo que deseo darte un abrazo. Y adiós.

Tu amante papá

J. J. senior.

Te encargo que en un domingo hagas una visita en mi nombre al señor Obispo, y a cada una de las casas de nuestra familia.

Memorias al señor Maldonado y al señor Iturralde. Memorias a Eusebia y a las muchachas.

(Archivo del señor Luis Noboa Icaza)