—165→
Llegan los araucanos a tres leguas de la Imperial con grueso
ejército: no ha efeto su intención por permisión
divina. Dan vuelta a sus tierras, adonde les vino nueva que
los españoles estaban en el asiento de Penco reedificando
la ciudad de la Concepción; vienen sobre los españoles,
y hubo entre ellos una recia batalla.
Si los hombres no ven milagros tantos | |||
como se vieron en la edad pasada, | |||
es causa haber agora pocos santos, | |||
y estar la ley cristiana autorizada: | |||
y así de cualquier cosa hacen espantos | 5 | ||
que sobre el natural uso es obrada; | |||
y no sólo al Autor no dan creencia, | |||
mas ponen en su crédito dolencia. | |||
Que si al enfermo quiere Dios sanarle, | |||
por su costumbre y tiempo convalece: | 10 | ||
si al bajo miserable levantarle, | |||
por modos ordinarios le engrandece, | |||
si al soberbio hinchado derribarle, | |||
por naturales términos se ofrece: | |||
de suerte que las cosas de esta vida | 15 | ||
van por su natural curso y medida. | |||
—166→ | |||
Por do vemos que Dios quiere y procura | |||
hacer su voluntad naturalmente, | |||
sirviendo de instrumento la Natura, | |||
sobre la cual él solo es el potente; | 20 | ||
y así los que creyeron por fe pura | |||
merecen más que si palpablemente | |||
viesen lo que, después de ya visible, | |||
sacarlos de que fue sería imposible. | |||
En contar una cosa estoy dudoso, | 25 | ||
que soy de poner dudas enemigo, | |||
y es un extraño caso milagroso, | |||
que fue todo un ejército testigo: | |||
aunque yo soy en esto escrupuloso, | |||
por lo que dello arriba, Señor, digo, | 30 | ||
no dejaré en efeto de contarlo, | |||
pues los indios no dejan de afirmarlo. | |||
Y manifiesto vemos hoy en día | |||
que, porque la Ley sacra se extendiese, | |||
nuestro Dios los milagros permitía | 35 | ||
y que el natural orden se excediese: | |||
presumirse podrá por esta vía | |||
que, para que a la fe se redujese | |||
la bárbara costumbre y ciega gente, | |||
usase de milagros claramente. | 40 | ||
Ya dije que el ejército araucano | |||
de la Imperial tres leguas se alojaba, | |||
en un dispuesto asiento y campo llano | |||
y que Caupolicán determinaba | |||
entrar el pueblo con armada mano: | 45 | ||
también como el castigo dilataba | |||
Dios a su pueblo ingrato y sin emienda, | |||
usando de clemencia y larga rienda. | |||
—167→ | |||
Estaba la Imperial desbastecida | |||
de armas, de munición y vitualla; | 50 | ||
bien que la gente della era escogida, | |||
pero muy poca para dar batalla; | |||
fuera por los cimientos destruïda, | |||
cualquier fuerza bastara a arruinalla; | |||
y persona de dentro no escapara | 55 | ||
si a vista el pueblo bárbaro llegara. | |||
Cuando el campo de allí quería mudarse, | |||
que ya la trompa a caminar tocaba, | |||
súbito comenzó el aire a turbarse, | |||
y de prodigios triste se espesaba: | 60 | ||
nubes con nubes vienen a cerrarse, | |||
turbulento rumor se levantaba; | |||
que con airados ímpetus violentos | |||
mostraban su furor los cuatro vientos. | |||
Agua recia, granizo, piedra espesa | 65 | ||
las intricadas nubes despedían: | |||
rayos, truenos, relámpagos a priesa | |||
rompen los cielos y la tierra abrían: | |||
hacen los vientos ásperos represa, | |||
que en su entera violencia competían: | 70 | ||
cuanto topa arrebata el torbellino, | |||
alzándolo en furioso remolino. | |||
Un miedo igual a todos atormenta: | |||
no hay corazón, no hay ánimo así entero | |||
que en tanta confusión, furia y tormenta | 75 | ||
no temblase, aunque más fuese de acero. | |||
En esto Eponamón se les presenta | |||
en forma de un dragón horrible y fiero, | |||
con enroscada cola, envuelto en fuego, | |||
y en ronca y torpe voz les habló luego, | 80 | ||
—168→ | |||
diciéndoles: que apriesa caminasen | |||
sobre el pueblo español amedrentado; | |||
que por cualquiera banda que llegasen | |||
con gran facilidad sería tomado; | |||
y que al cuchillo y fuego la entregasen | 85 | ||
sin dejar hombre a vida y muro alzado. | |||
Esto dicho, que todos lo entendieron, | |||
en humo se deshizo, y no lo vieron. | |||
Al punto los confusos elementos | |||
fueron sus movimientos aplacando, | 90 | ||
y los desenfrenados cuatro vientos | |||
se van a sus cavernas retirando: | |||
las nubes se retraen a sus asientos, | |||
el cielo y claro sol desocupando: | |||
sólo el miedo en el pecho más osado | 95 | ||
no dejó su lugar desocupado. | |||
La tempestad cesada, el raso cielo | |||
vistió el húmido campo de alegría; | |||
cuando con claro y presuroso vuelo | |||
en una nube una mujer venía | 100 | ||
cubierta de un hermoso y limpio velo, | |||
con tanto resplandor, que al mediodía | |||
la claridad del sol delante della | |||
es la que cerca dél tiene una estrella. | |||
Desterrando el temor la faz sagrada | 105 | ||
a todos confortó con su venida: | |||
venía de un viejo cano acompañada, | |||
al parecer de grave y santa vida: | |||
con una blanda voz y delicada | |||
les dice: «¿Adónde andáis gente perdida? | 110 | ||
Volved, volved el paso a vuestra tierra, | |||
no vais a la Imperial a mover guerra. | |||
—169→ | |||
»Que Dios quiere ayudar a sus cristianos | |||
y darles sobre vos mando y potencia; | |||
pues ingratos, rebeldes e inhumanos | 115 | ||
así le habéis negado la obediencia: | |||
mirad, no vais allá, porque en sus manos | |||
pondrá Dios el cuchillo y la sentencia.» | |||
Diciendo esto, y dejando el bajo suelo, | |||
por el aire espacioso subió al cielo. | 120 | ||
Los araucanos la visión gloriosa | |||
de aquel velo blanquísimo cubierta | |||
siguen con vista fija y codiciosa, | |||
casi sin alentar la boca abierta: | |||
ya que despareció fue extraña cosa | 125 | ||
que, como quien atónito despierta, | |||
los unos a los otros se miraban | |||
y ninguna palabra se hablaban. | |||
Todos de un corazón y pensamiento, | |||
sin esperar mandato ni otro ruego, | 130 | ||
como si solo aquel fuera su intento, | |||
el camino de Arauco toman luego; | |||
Van sin orden, ligeros como el viento, | |||
paréceles que de un sensible fuego | |||
por detrás las espaldas se encendían, | 135 | ||
y así con mayor ímpetu corrían. | |||
Heme, Señor, de muchos informado, | |||
para no lo escribir confusamente: | |||
a veintitrés de abril, que hoy es mediado, | |||
hará cuatro años cierta y justamente | 140 | ||
que el caso milagroso aquí contado | |||
aconteció, presente tanta gente, | |||
el año de quinientos y cincuenta | |||
y cuatro sobre mil por cierta cuenta. | |||
—170→ | |||
Ya la verdad en suma declarada, | 145 | ||
según que de los bárbaros se sabe, | |||
y no de fingimientos adornada, | |||
que es cosa que en materia tal no cabe; | |||
tienen ellos por cosa averiguada | |||
(que no es en prueba desto poco grave) | 150 | ||
que por esta visión hubo en dos años | |||
hambres, dolencias, muertes y otros daños. | |||
Que la mar, reprimiendo sus vapores, | |||
faltó la agua y vertientes de la sierra, | |||
talando el sol en tierna edad las flores, | 155 | ||
ayudado del fuego de la guerra: | |||
como creció la seca y las calores, | |||
por falta de humidad la árida tierra | |||
rompió banco y alzose con los frutos | |||
dejando de acudir con sus tributos. | 160 | ||
Causó que una maldad se introdujese | |||
en el distrito y término araucano, | |||
y fue que carne humana se comiese, | |||
(¡inorme introdución, caso inhumano!) | |||
y en parricidio error se convirtiese | 165 | ||
el hermano en sustancia del hermano: | |||
tal madre hubo, que al hijo muy querido | |||
al vientre le volvió do había salido. | |||
Digo, pues, que los bárbaros llegando | |||
al valle de Purén, paterno suelo, | 170 | ||
las armas por entonces arrimando, | |||
dieron lugar al tempestuoso cielo. | |||
En este tiempo, en estas partes, cuando | |||
el encogido invierno con su hielo | |||
del todo apoderándose en la tierra | 175 | ||
pone punto al discurso de la guerra. | |||
—171→ | |||
Espárcese y derrámase la gente, | |||
dejan el campo y buscan los poblados, | |||
cesa el fiero ejercicio comúnmente, | |||
la tierra cubren húmidos nublados. | 180 | ||
Mas cuando enciende a Escorpio el sol ardiente | |||
y la frígida nieve los collados | |||
sacuden de sus cimas levantadas | |||
ya de la nueva yerba coronadas, | |||
en este tiempo el bullicioso Marte | 185 | ||
saca su carro con horrible estruendo, | |||
y ardiendo en ira belicosa parte | |||
por el dispuesto Arauco discurriendo: | |||
hace temblar la tierra a cada parte, | |||
los ferrados caballos impeliendo, | 190 | ||
y en la diestra el sangriento hierro agudo | |||
bate con la siniestra el fuerte escudo. | |||
Luego a furor movidos los guerreros | |||
toman las armas, dejan el reposo; | |||
acuden los remotos forasteros | 195 | ||
al cebo de la guerra codicioso: | |||
de los hierros renuevan los aceros; | |||
templan la cuerda al arco vigoroso; | |||
el peso de las mazas acrecientan, | |||
y el duro fresno de las astas tientan. | 200 | ||
La gente andaba ya desta manera, | |||
con el son de las armas y bullicio, | |||
que codiciosa comenzar espera | |||
el deseado bélico ejercicio: | |||
juntáronse a la usada borrachera | 205 | ||
(orden antigua y detestable vicio) | |||
la más ilustre gente y señalada | |||
a dar difinición en la jornada. | |||
—172→ | |||
Tratando en general concilio estaban | |||
del bien y aumentación de aquel estado, | 210 | ||
cuando cuatro soldados arribaban | |||
con triste muestra y paso apresurado, | |||
haciéndoles saber cómo ya andaban | |||
en el sitio de Penco arruïnado | |||
cantidad de españoles trabajando, | 215 | ||
un grueso y fuerte muro levantando; | |||
diciéndoles: «Venimos, oh guerreros, | |||
de parte de los pueblos comarcanos | |||
con facultad bastante a prometeros, | |||
si desterráis de nuevo a los cristianos | 220 | ||
que pagarán con suma de dineros | |||
el trabajo y labor de vuestras manos; | |||
y no habiendo el efeto deseado, | |||
la tercia parte hayáis de lo asentado. | |||
»Viendo el poco reparo y resistencia | 225 | ||
que sin vuestro favor todos tenemos, | |||
les dimos llanamente la obediencia | |||
que en el tiempo infelice dar solemos. | |||
No fue por opresión, no fue violencia; | |||
pues, aunque desdichados, entendemos | 230 | ||
cuán breve es el sospiro de la muerte, | |||
que pone fin y límite a la suerte: | |||
»mas, porque estando Arauco tan vecino, | |||
y fija en su favor la instable rueda, | |||
la paz nos pareció mejor camino | 235 | ||
para que remediar todo se pueda; | |||
ya que lo estrague el áspero destino, | |||
tiempo para morir después nos queda; | |||
pues no estarán los brazos tan cansados | |||
que no puedan abrir nuestros costados. | 240 | ||
—173→ | |||
»Y pues os es patente y manifiesta | |||
la embajada y gran priesa que traemos, | |||
en ella hora tratada, que la respuesta | |||
con la resolución esperaremos: | |||
brevedad os pedimos, que con ésta | 245 | ||
podrá ser que sin riesgo derribemos | |||
la soberbia española y confianza, | |||
antes que les dé esfuerzo la tardanza.» | |||
No se puede decir el gran contento | |||
que les dio a los caciques la embajada: | 250 | ||
de todos desde allí en el pensamiento, | |||
antes que se acabase fue acetada: | |||
pero tuvieron freno y sufrimiento, | |||
que la primera voz estaba dada | |||
al hijo de Leocán, que, consultado, | 255 | ||
así responde en nombre del senado: | |||
«Estamos con razón maravillados | |||
de lo que en este caso hemos oído, | |||
¿y es verdad que hay cristianos tan osados | |||
que quieren con nosotros más ruïdo? | 260 | ||
Sus, Sus, que estos varones esforzados | |||
acetan la promesa y el partido: | |||
no dando entero fin a la jornada, | |||
del trabajo no quieren llevar nada. | |||
»Bien os podéis volver luego con esto, | 265 | ||
que sin duda en efeto lo pondremos, | |||
y sobre los cristianos, lo más presto | |||
que se pueda dar orden, llegaremos; | |||
donde se mostrará bien manifiesto | |||
lo poco en que nosotros los tenemos; | 270 | ||
pero habéis de advertir con sabio modo | |||
que aviso se nos dé siempre de todo.» | |||
—174→ | |||
Muy alegres los cuatro se partieron | |||
por llevar tal respuesta; y caminando | |||
en breve a sus señores se volvieron, | 275 | ||
que estaban por momentos aguardando: | |||
y visto el buen despacho que trujeron, | |||
el contento y traición disimulando, | |||
sufrían con discreción las vejaciones | |||
encubriendo las falsas intenciones. | 280 | ||
Domésticos se muestran en el trato; | |||
nadie toma la causa y la defiende, | |||
conociendo que el medio más barato | |||
del araucano ejército depende; | |||
y con doble y solícito contrato | 285 | ||
la esperada venganza se pretende | |||
debajo de humildad y gran secreto, | |||
para que su intención viniese a efeto. | |||
De nuestra gente y pueblo destrozado | |||
gran descuido en hablar he yo tenido; | 290 | ||
mas como es en el mundo acostumbrado | |||
desamparar la parte del vencido, | |||
así yo tras el bando afortunado | |||
he llevado camino tan seguido; | |||
y si aquí la ocasión no me avisara | 295 | ||
jamás pienso que della me acordara. | |||
Conté de la ciudad la despoblada | |||
y de sus ciudadanos el camino; | |||
púselos en el fin de la jornada, | |||
do forzoso dejarlos me convino: | 300 | ||
pues volviendo a la historia comenzada | |||
y al duro proceder de su destino, | |||
estuvieron el tiempo en Santiägo | |||
que yo de ellos mención aquí no hago. | |||
—175→ | |||
Retirados allí, se reformaron | 305 | ||
de todo el aparato conveniente, | |||
donde por los más votos acordaron | |||
reedificar a Penco nuevamente. | |||
Con gran trabajo y gasto levantaron | |||
pequeña copia y número de gente: | 310 | ||
afirmar la ocasión desto no puedo, | |||
si fue la poca paga o mucho miedo. | |||
Al yermo Penco herboso habían llegado; | |||
y un sitio, que en mitad del pueblo había, | |||
le tenían de tapión fortificado, | 315 | ||
que en recogido cuadro le ceñía, | |||
de dos fuertes bastiones abrigado, | |||
que cada uno dos frentes descubría; | |||
y a cada frente asiste una bombarda | |||
que con maciza bala el paso guarda. | 320 | ||
La gente comarcana, con fingida | |||
muestra, la paz malvada aseguraba, | |||
esperando la ayuda prometida | |||
que a cencerros tapados caminaba; | |||
pero no fue secreta esta partida, | 325 | ||
pues entre los cristianos se trataba | |||
que el valiente Lautaro había pasado | |||
las lomas con ejército formado. | |||
Suénase que Purén allí venía, | |||
Tomé, Pillolco, Angol y Cayeguano; | 330 | ||
Tucapel, que con orgullo y bizarría | |||
no le igualaba bárbaro araucano, | |||
Ongolmo, Lemolemo y Lebopía, | |||
Caniomangue, Elicura, Mareguano, | |||
Cayocupil, Lincoya, Lepomande, | 335 | ||
Chilcano, Leucotón y Mareande. | |||
—176→ | |||
Todos estos varones señalados | |||
fueron para esta guerra apercebidos, | |||
con otros dos mil pláticos soldados | |||
en el copioso ejército escogidos. | 340 | ||
Venían de fuertes petos arreados, | |||
gruesas picas de hierros muy fornidos, | |||
ferradas mazas, hachas aceradas, | |||
armas arrojadizas y enastadas. | |||
Desta manera el escuadrón camina | 345 | ||
en la callada noche y sombra escura, | |||
debajo del gobierno y disciplina | |||
del cuidoso Lautaro, que procura | |||
llegar cuando la estrella matutina | |||
alegra el mustio campo y la verdura; | 350 | ||
antes que por aviso y doble trato | |||
de su venida hubiese algún recato. | |||
Pero los españoles, de un amigo | |||
bárbaro que con ellos contrataba, | |||
saben cómo el ejército enemigo | 355 | ||
con riguroso intento se acercaba: | |||
pues avisados desto, como digo, | |||
y de cuanto en secreto se trataba, | |||
al trance se aparejan y batalla, | |||
requiriendo los fosos y muralla. | 360 | ||
Era caudillo y capitán de España | |||
el noble montañés Juan de Alvarado, | |||
hombre sagaz, solícito y de maña, | |||
de gran esfuerzo y discreción dotado; | |||
el cual con orden y presteza extraña, | 365 | ||
del presente peligro recatado, | |||
sazón no pierde, tiempo y coyuntura, | |||
antes las prevenciones apresura. | |||
—177→ | |||
Que al punto, apercebidos los soldados, | |||
en su lugar cada uno dellos puesto, | 370 | ||
manda a nueve guerreros más cursados | |||
que salgan a correr la tierra presto: | |||
y en la cerrada noche confiados | |||
llegan al campo bárbaro, y en esto | |||
del callado escuadrón fueron sentidos, | 375 | ||
levantando terribles alaridos. | |||
La grita, el sobresalto, los rumores, | |||
el súbito alboroto de la guerra, | |||
las sonorosas trompas y atambores | |||
hacen gemir y estremecer la tierra: | 380 | ||
en esto los astutos corredores, | |||
atravesando una pequeña sierra, | |||
toman la vuelta por más corta vía, | |||
dando aviso a la amiga compañía. | |||
Juan de Alvarado con ingenio y arte | 385 | ||
de la fuerza lo flaco fortifica, | |||
y en lo más necesario, allí reparte | |||
gente del arcabuz y de la pica: | |||
proveído recaudo en toda parte, | |||
a recibir al araucano pica | 390 | ||
con la ligera escuadra de caballo, | |||
por no mostrar temor en esperallo. | |||
La nueva claridad del día siguiente | |||
sobre el claro horizonte se mostraba, | |||
y el sol por el dorado y fresco Oriente | 395 | ||
de rojo ya las nubes coloraba; | |||
a tal hora Alvarado con su gente | |||
del prevenido fuerte se alejaba | |||
en busca de la escuadra lautarina, | |||
que a más andar también se le avecina. | 400 | ||
—178→ | |||
Los nuestros media legua aún no se habían | |||
de aquel su muro lejos alongado, | |||
cuando al calar de un monte descubrían | |||
el araucano ejército ordenado. | |||
Allí las limpias armas relucían | 405 | ||
más que el claro cristal del sol tocado, | |||
cubiertas de altas plumas las celadas, | |||
verdes, azules, blancas, encarnadas. | |||
¿Quién pintaros podrá el contento, cuando | |||
sienten los araucanos el ruïdo, | 410 | ||
que, las diestras en alto levantando, | |||
pusieron en el cielo un alarido? | |||
Mil instrumentos bárbaros tocando | |||
con grande orgullo y paso más tendido | |||
se vienen acercando a los de España, | 415 | ||
sonando en torno toda la campaña. | |||
Quieren los españoles responderlos | |||
con el horrible son de armada mano: | |||
calan el monte a fin de acometerlos, | |||
teniendo por mejor el sitio llano: | 420 | ||
bajas las lanzas vienen a romperlos; | |||
pero la osada muestra salió en vano, | |||
que los bárbaros ya diciplinados | |||
del todo se cerraron apiñados. | |||
Tan espesas las picas derribaron | 425 | ||
con pie y con rostro firme hacia delante, | |||
que no sólo el encuentro repararon, | |||
pero a desbaratarlos fue bastante: | |||
los nuestros sin romper se retiraron, | |||
y ellos gloriosos con furor pujante, | 430 | ||
por dar remate al venturoso lance, | |||
siguen con pies ligeros el alcance. | |||
—179→ | |||
Apretándolos iban reciamente, | |||
los nuestros resistiendo y peleando, | |||
hasta el estrecho paso de una puente, | 435 | ||
que allí Lautaro, al cuerno aliento dando, | |||
el araucano ejército obediente | |||
se va al son conocido reparando; | |||
del fuerte tanto trecho esto sería | |||
cuanto tira un cañón de puntería. | 440 | ||
Detúvose Lautaro, con intento | |||
de esperar al caliente medio día, | |||
porque de la mañana el fresco viento | |||
los caballos y gente alentaría: | |||
reforma su escuadrón, haciendo asiento | 445 | ||
a vista de los nuestros, que a porfía | |||
se habían al sitio fuerte recogido, | |||
teniendo por mejor aquel partido. | |||
Cuando el sol en el medio cielo estaba | |||
no declinando a parte un solo punto, | 450 | ||
y la aguda chicharra se entonaba | |||
con un desapacible contrapunto, | |||
el astuto Lautaro levantaba | |||
su campo en escuadrón cerrado y junto, | |||
con grande estruendo y paso concertado, | 455 | ||
hacia el sitio español fortificado. | |||
Con audacia, desdén y confianza | |||
Lautaro contra el fuerte caminaba: | |||
síguele atrás la gente en ordenanza, | |||
y él con gracioso término arrastraba | 460 | ||
una larga, ñudosa y gruesa lanza, | |||
que airoso poco a poco la terciaba, | |||
y tanto por el cuento la blandía, | |||
que juntar los extremos parecía. | |||
—180→ | |||
Los pocos españoles salen fuera, | 465 | ||
que encerrados no quieren esperallos; | |||
de arcabuces delante una hilera, | |||
otra de picas luego, y los caballos | |||
a los lados: y así desta manera | |||
con fiera muestra vienen a buscallos: | 470 | ||
llegados a do ya podían herirse | |||
los unos a los otros dejan irse. | |||
Y de rencor intrínseco aguijados | |||
los movidos ejércitos venían: | |||
suenan los arcabuces asestados, | 475 | ||
del humo, fuego y polvo se cubrían: | |||
los corvos arcos con vigor flechados | |||
gran número de tiros despedían: | |||
vuelan nubadas de armas enastadas | |||
por los valientes brazos arrojadas. | 480 | ||
Cuales contrarias aguas a toparse | |||
van con rauda corriente sonorosa, | |||
que, resistiendo al tiempo del mezclarse, | |||
aquélla más violenta y poderosa | |||
a la menos pujante sin pararse | 485 | ||
volverla contra el curso es cierta cosa: | |||
así a nuestro escuadrón forzosamente | |||
le arrebató la bárbara corriente. | |||
No pudiendo sufrir la fuerza brava | |||
del número de gente y movimiento, | 490 | ||
al español el bárbaro llevaba | |||
como a liviana paja el recio viento. | |||
Entran sin orden, que ya rota andaba, | |||
todos mezclados en el fuerte asiento, | |||
y dentro del cuadrado y ancho muro | 495 | ||
comienzan pie con pie un combate duro. | |||
—181→ | |||
Algunos españoles castigados | |||
recogerse en la fuerza no quisieron, | |||
que eran de corazones congojados | |||
y de verse en estrecho rehuyeron: | 500 | ||
quieren el campo abierto, y por los lados | |||
del turbado montón se dividieron; | |||
pero los de más ser, con mano osada | |||
procuran amparar la plaza entrada. | |||
Allí quieren morir o defenderse: | 505 | ||
la carrera más larga otros tomaron, | |||
que acordaron con tiempo guarecerse: | |||
otros a la marina se llegaron | |||
metiéndose en un barco, sin poderse | |||
sufrir, las corvas áncoras alzaron; | 510 | ||
satisfaciendo al miedo y bajo intento, | |||
las velas con presteza dan al viento. | |||
Quien en llegar es algo perezoso, | |||
viendo levar el áncora a la nave, | |||
no duda en arrojarse al mar furioso, | 515 | ||
teniendo aquel morir por menos grave. | |||
Quién antes no nadaba, de medroso | |||
las olas rompe agora y nadar sabe: | |||
mirad, pues, el temor a qué ha llegado, | |||
que viene a ser de miedo el hombre osado. | 520 | ||
Los que están en la fuerza retraídos, | |||
como buenos guerreros se defienden; | |||
muertos quieren quedar y no vencidos, | |||
que ya sólo un honrado fin pretenden: | |||
y con tal presupuesto embravecidos, | 525 | ||
sin esperanza de vivir ofenden, | |||
haciendo en los contrarios tal estrago | |||
que la plaza de sangre era ya lago. | |||
—182→ | |||
Lautaro, gente y armas contrastando, | |||
en la fuerza el primero entrado había, | 530 | ||
y muerto a dos soldados en entrando | |||
que en suerte le cupieron aquel día. | |||
Lincoya iba hiriendo y derribando: | |||
mas ¿quién podrá decir la bravería | |||
de Tucapel, que el cielo acometiera, | 535 | ||
si hallara algún camino o escalera? | |||
No entró el fuerte por puerta ni por puente, | |||
antes con desenvuelto y diestro salto, | |||
libre el foso saltó ligeramente, | |||
y estaba en un momento en lo más alto: | 540 | ||
no le pudo seguir por allí gente, | |||
él solo de aquel lado dio el asalto; | |||
mas, como si de mil fuera guardado, | |||
se arroja luego en medio del cercado. | |||
Apenas puso el pie firme en la plaza, | 545 | ||
cuando el furioso bárbaro esgrimiendo | |||
la ejercitada, dura y gruesa maza, | |||
iba los enemigos esparciendo: | |||
no vale malla fina ni coraza; | |||
y las celadas fuertes, no pudiendo | 550 | ||
sufrir los recios golpes que bajaban, | |||
machucando los sesos se abollaban. | |||
Unos deja tullidos y contrechos, | |||
otros para en su vida lastimados, | |||
a quién hunde el pescuezo por los pechos, | 555 | ||
a quién rompe los lomos y costados | |||
cual si fueran de blanda cera hechos: | |||
magulla, muele y deja derrengados, | |||
y en el mayor peligro osadamente | |||
se arroja sin temor de armas y gente. | 560 | ||
—183→ | |||
Contra Ortiz revolvió con muestra airada, | |||
que había muerto a Torquín, mozo animoso, | |||
la maza alta, y la vista en él clavada, | |||
rompe por el tropel de armas furioso: | |||
no sé cuál fue la espada señalada | 565 | ||
ni aquel brazo pujante y provechoso, | |||
que el mástil cercenó del araucano | |||
y dos dedos con él de la una mano. | |||
Con el encendimiento que llevaba | |||
no sintió la herida de repente; | 570 | ||
mas cuando el brazo y golpe descargaba, | |||
que los dedos y maza faltar siente, | |||
herida tigre hircana no es tan brava, | |||
ni acosado león tan impaciente | |||
como el indio, que lleno de postema, | 575 | ||
del cielo, infierno, tierra y mar blasfema. | |||
Sobre las puntas de los pies estriba, | |||
y en ellas la persona más levanta: | |||
el brazo cuanto puede atrás derriba, | |||
y el trozo impele con violencia tanta | 580 | ||
que a Ortiz, que alta la espada sobre él iba. | |||
La celada y los cascos le quebranta, | |||
y del grave dolor desvanecido | |||
dio en el suelo de manos sin sentido. | |||
El bárbaro, con esto no vengado, | 585 | ||
viene sobre él con furia acelerada, | |||
y con la diestra, aún no medrosa, airado, | |||
a Ortiz arrebató la aguda espada; | |||
alzándole la cota por un lado, | |||
le atravesó de la una a la otra ijada, | 590 | ||
y la alma del corpóreo alojamiento | |||
hizo el duro y forzoso apartamiento. | |||
—184→ | |||
La espada a la siniestra el indio trueca, | |||
sintiéndose tullido de la diestra, | |||
y del golpe primero otro derrueca, | 595 | ||
que también en herir era maestra: | |||
como suele segar la paja seca | |||
el presto segador con mano diestra, | |||
así aquel Tucapel con fuerza brava | |||
brazos, piernas y cuello cercenaba. | 600 | ||
Dejándose guiar por do la ira | |||
le llevaba furioso, discurriendo, | |||
unos hiere, maltrata, otros retira, | |||
la espesa selva de astas deshaciendo: | |||
acaso al Padre Lobo un golpe tira, | 605 | ||
que contra cuatro estaba combatiendo; | |||
el cual sin ver el fin de aquella guerra | |||
dio el alma a Dios y el cuerpo dio a la tierra. | |||
El grave Leucotón, no menos fuerte, | |||
con el valor que el cielo le concede, | 610 | ||
hiere, aturde, derriba y da la muerte, | |||
que nadie en fuerza y ánimo le excede: | |||
no sé cómo a escribirlo todo acierte, | |||
que mi cansada mano ya no puede | |||
por tanta confusión llevar la pluma, | 615 | ||
y así reduce mucho a breve suma. | |||
También Angol, soberbio y esforzado, | |||
su corvo y gran cuchillo en torno esgrime, | |||
hiere al joven Diego Oro, y del pesado | |||
golpe en la dura tierra el cuerpo imprime: | 620 | ||
pero en esta sazón Juan de Alvarado, | |||
la furia de una punta le reprime, | |||
que al tiempo que el furioso alfange alzaba | |||
por debajo del brazo le calaba. | |||
—185→ | |||
No halló defensa la enemiga espada; | 625 | ||
lanzándose por parte descubierta, | |||
derecho al corazón hizo la entrada, | |||
abriendo una sangrienta y ancha puerta | |||
la cara antes del joven colorada | |||
se vio de amarillez mustia cubierta; | 630 | ||
descoyuntole el brazo un mortal hielo, | |||
batiendo el cuerpo helado el duro suelo. | |||
El corpulento mozo Mareguano, | |||
que airado a todas partes discurría, | |||
llegó al tiempo que Angol por diestra mano | 635 | ||
al riguroso hierro se rendía: | |||
era su íntimo amigo y primo hermano, | |||
de estrecho trato antiguo y compañía; | |||
«pues fue siempre en la vida igual la suerte, | |||
quiero, dijo, también que sea en la muerte.» | 640 | ||
Y contra el matador con repentina | |||
rabia, que el pecho y venas le abrasaba, | |||
un macizo y fornido tronco empina | |||
y con fuerza sobre él lo derribaba; | |||
mas temiendo del golpe la ruïna | 645 | ||
Alvarado, que el ojo alerto estaba, | |||
saca presto el caballo apercebido, | |||
y en el suelo el troncón quedó metido. | |||
Chilcán, Ongolmo, Cayeguán de un lado, | |||
Lepomande y Purén en compañía, | 650 | ||
habían así a los nuestros apretado, | |||
que ganaron gran crédito aquel día: | |||
Tomé, Cayocupín y el esforzado | |||
Pillolco, Caniomangue y Lebopía, | |||
Mareande, Elicura y Lemolemo | 655 | ||
de su valor mostraron el extremo. | |||
—186→ | |||
En esto un rumor súbito se siente | |||
que los cóncavos cielos atronaba, | |||
y era que la vitoria abiertamente | |||
por el bárbaro infiel se declaraba: | 660 | ||
ya la española destrozada gente | |||
al camino de Itata enderezaba, | |||
desamparando el suelo desdichado, | |||
de sangre y enemigos ocupado. | |||
Del todo a toda furia comenzando | 665 | ||
iban los españoles la huïda, | |||
siempre más el temor apresurando | |||
con agudas espuelas la corrida; | |||
sigue el alcance y valos aquejando | |||
la bárbara canalla embravecida, | 670 | ||
envuelta en una espesa polvareda, | |||
matando al que por flojo atrás se queda. | |||
Alvarado con ánimo y cordura | |||
los anima y esfuerza, y no aprovecha; | |||
que la turbada gente en tal rotura | 675 | ||
huye la muerte y plaza tan estrecha: | |||
cuál encamina al monte, y cuál procura | |||
de Mapochó la senda más derecha, | |||
y cuál y cuál constante todavía, | |||
animoso con Átropos porfía. | 680 | ||
Estos, honrosa muerte deseando, | |||
despreciaban la vida deshonrada, | |||
aquel forzoso punto dilatando | |||
con raro esfuerzo y valerosa espada: | |||
presto quedó la plaza sin un bando, | 685 | ||
de almas vacía y de cuerpos ocupada, | |||
que animosos los pocos que quedaban | |||
a las armas y muerte se entregaban. | |||
—187→ | |||
Unos por los costados caen abiertos; | |||
otros de parte a parte atravesados; | 690 | ||
otros, que de su sangre están cubiertos, | |||
se rinden a la muerte desangrados: | |||
al fin, todos quedaron allí muertos, | |||
del riguroso hierro apedazados. | |||
Vamos tras los que aguijan los caballos, | 695 | ||
que no haremos poco en alcanzallos. | |||
Quién por camino incierto, quién por senda | |||
áspera, peligrosa y desusada, | |||
bate al caballo y dale suelta rienda, | |||
que el miedo es grande y grande la jornada: | 700 | ||
el bárbaro escuadrón con grita horrenda | |||
por sierra, monte, llano y por cañada | |||
las espaldas les iba calentando, | |||
hiriendo, dando muerte y derribando. | |||
Había de la comarca concurrido | 705 | ||
gente armada por uno y otro lado, | |||
que a la mira imparcial había asistido | |||
hasta ver el derecho declarado: | |||
en esto alzando un súbito alarido, | |||
con el orgullo a vencedores dado, | 710 | ||
baja las armas, hasta allí neutrales, | |||
en daño de las señas imperiales. | |||
Salen en codicioso seguimiento | |||
de la española gente, que corría | |||
con furia y ligereza más que el viento. | 715 | ||
Sin hacerse uno a otro compañía: | |||
la mucha turbación y desatiento, | |||
que a los nuestros el miedo les ponía, | |||
los lleva sin caminos, esparcidos | |||
por sierras, valles, montes, por ejidos. | 720 | ||
—188→ | |||
Los que tienen caballos más ligeros | |||
¡oh cuán de corazón son envidiados! | |||
¡Qué poco se conocen compañeros | |||
de largo tiempo y amistad tratados! | |||
No aprovechan promesas de dineros, | 725 | ||
ni de bienes allí representados: | |||
Tanto el miedo ocupado los había | |||
que lugar la codicia aún no tenía; | |||
antes, los intereses despreciando, | |||
se muestran allí poco codiciosos, | 730 | ||
tras las ricas celadas arrojando | |||
petos de fina plata embarazosos: | |||
y así de las promesas no curando; | |||
jugaban los talones presurosos: | |||
sólo las alas de Ícaro quisieran, | 735 | ||
aunque pasando el mar se derritieran. | |||
Juan y Hernando Alvarados la jornada | |||
con el valiente Ibarra apresuraban, | |||
animando la gente desmayada, | |||
mas no por esto el paso moderaban: | 740 | ||
abren por la carrera embarazada, | |||
que ligeros caballos gobernaban, | |||
y aunque con viva espuela los batían, | |||
alargarse de un indio no podían. | |||
Delante largo trecho de la gente, | 745 | ||
a los tres les da caza y atormenta | |||
un espaldudo bárbaro valiente, | |||
Rengo llamado, mozo de gran cuenta: | |||
éste solo los sigue osadamente | |||
y a voces con palabras los afrenta; | 750 | ||
y los aprieta y corre a campo raso, | |||
sin poderle ganar un solo paso. | |||
—189→ | |||
«¡Jo!, ¡jo! (les va gritando) espera!, espera!» | |||
Que más en castellano no sabía; | |||
pero en su natural lengua primera | 755 | ||
atrevidas injurias les decía. | |||
Tres leguas los corrió desta manera, | |||
que jamás de las colas se partía | |||
por mucho que aguijasen los rocines, | |||
llamándolos infames y ruïnes. | 760 | ||
Llevaba una arma en alto levantada, | |||
que no hay quien su fación y forma diga: | |||
era una gruesa haya mal labrada, | |||
de la grandeza y peso de una viga, | |||
de metal la cabeza barreada: | 765 | ||
y esgrímela el garzón sin más fatiga | |||
que el presto esgrimidor suelto y liviano | |||
juega el fácil bastón con diestra mano. | |||
Si alguna vez con el troncón pesado | |||
los caballos el bárbaro alcanzaba, | 770 | ||
era de fuerza el golpe tan cargado | |||
que casi derrengados los dejaba; | |||
así cada caballo escarmentado | |||
sin espuelas el curso apresuraba, | |||
que jamás fue baqueta en la corrida | 775 | ||
como el bastón del bárbaro temida. | |||
Aunque gran trecho aquel follón se aleja | |||
del seguro montón y amigo bando, | |||
no por esto la dura empresa deja, | |||
antes más los persigue y va afrentando: | 780 | ||
con prestos pies y maza los aqueja, | |||
la nación española profazando | |||
en lenguaje araucano, que entendían | |||
los tres, que a más correr dél se desvían. | |||
—190→ | |||
Veinte veces revuelven los cristianos, | 785 | ||
dando sobre él con súbita presteza; | |||
a todos tres les da llenas las manos | |||
con su diabólica arma y ligereza: | |||
entretanto llegaban los ufanos | |||
indios en el alcance sin pereza, | 790 | ||
y volviendo los tres a su carrera | |||
el bárbaro y bastón sobre ellos era. | |||
No por áspero monte ni agria cuesta | |||
afloja el curso y animoso brío; | |||
antes cual correr suele sobre apuesta | 795 | ||
tras las fieras el Puelche en desafío, | |||
los corre, aflige, aprieta y los molesta; | |||
y a diez millas de alcance, por do un río | |||
el camino atraviesa al mar corriendo, | |||
se fue en la húmida orilla deteniendo. | 800 | ||
El bárbaro escuadrón parado había; | |||
solo el contumaz Rengo porfiando, | |||
desistir de la empresa no quería, | |||
aunque no ve persona de su bando: | |||
los tres lasos cristianos a porfía | 805 | ||
iban el ancho vado atravesando, | |||
cuando Rengo cargó de una pesada | |||
piedra la presta honda dél usada. | |||
El tronco en el suelo húmido fijado, | |||
rodea el brazo dos veces, despidiendo | 810 | ||
el tosco y gran guijarro así arrojado, | |||
que el monte retumbó del sordo estruendo; | |||
las ninfas por lo más sesgo del vado, | |||
las cristalinas aguas revolviendo, | |||
sus doradas cabezas levantaron | 815 | ||
y a ver el caso atentas se pararon. | |||
—191→ | |||
El importuno bárbaro no cesa | |||
ni afloja de la empresa que pretende; | |||
antes con silbos, grita y piedra espesa, | |||
la agua a más de la cinta, los ofende; | 820 | ||
y dándoles en esto mucho priesa, | |||
el beber los caballos les defiende, | |||
diciendo: «¡Sus, salid, salid afuera, | |||
que yo os manterné campo en la ribera!» | |||
Viendo Alvarado a Rengo así orgulloso, | 825 | ||
de la soberbia tema ya impaciente, | |||
dice a los dos: «¡Oh caso vergonzoso, | |||
que a tres nos siga un indio solamente | |||
y triunfe de nosotros vitorioso! | |||
No es bien que de españoles tal se cuente: | 830 | ||
volvamos, y de aquí jamás pasemos | |||
si primero morir no le hacemos.» | |||
Así dijo, y las riendas revolviendo, | |||
segunda vez el vado atravesaban; | |||
de morir o matarle proponiendo, | 835 | ||
los caballos cansados aguijaban; | |||
en esto el araucano, conociendo | |||
la cólera y furor con que tornaban, | |||
olvidando la maza y presupuesto, | |||
las voladoras plantas mueve presto. | 840 | ||
Una larga carrera por la arena | |||
los tres a toda furia le siguieron, | |||
aunque en balde tomaron esta pena, | |||
que el indio más corrió que ellos corrieron: | |||
faltos, no de intención, pero de lena, | 845 | ||
de cansados las riendas recogieron; | |||
y en un áspero sitio y peligroso | |||
les hizo rostro el bárbaro animoso. | |||
—192→ | |||
Por espaldas tomó una gran quebrada, | |||
revolviendo a los tres con osadía, | 850 | ||
y a falta de la maza acostumbrada, | |||
a menudo la honda sacudía: | |||
de allí con mofa, silbos y pedrada, | |||
sin poderle ofender, los ofendía, | |||
por ser aquel lugar despeñadero, | 855 | ||
y más que ellos el bárbaro ligero. | |||
Visto Alvarado serle así excusado | |||
el fin de lo que tanto deseaba, | |||
dejando libre al bárbaro esforzado, | |||
que bien de mala gana se quedaba, | 860 | ||
pasa otra vez el ya seguro vado, | |||
y al usado camino se tornaba, | |||
triste en ver que Fortuna por tal modo | |||
se le mostraba adversa y dura en todo. | |||
Había dejado el campo lautarino | 865 | ||
de seguir el alcance grande rato; | |||
iban los españoles sin camino, | |||
como ovejas que van fuera de hato. | |||
De no seguirlos más me determino, | |||
que por lo que adelante dellos trato, | 870 | ||
dejarlos por agora me es forzado | |||
donde otras veces ya los he dejado. | |||
Con la gente araucana quiero andarme, | |||
dichosa a la sazón y afortunada; | |||
y, como se acostumbra, desviarme | 875 | ||
de la parte vencida y desdichada: | |||
por donde tantos van quiero guiarme, | |||
siguiendo la carrera tan usada, | |||
pues la costumbre y tiempo me convence, | |||
y todo el mundo es ya ¡viva quien vence! | 880 | ||
—193→ | |||
¡Cuán usado es huir los abatidos | |||
y seguir los soberbios levantados, | |||
de la instable Fortuna favoridos | |||
para sólo después ser derribados! | |||
Al cabo destos favores, reducidos | 885 | ||
a su valor, son bienes emprestados | |||
que habemos de pagar con siete tanto, | |||
como claro nos muestra el nuevo canto. |