 Acto II
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Salen cajas, soldados, bandera,
LEONARDO, General.
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LEONARDO | Para haber desembarcado | | nuestra vitoriosa armada, | | poco nos han celebrado. | |
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(Sale un
CAPITÁN.)
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CAPITÁN | Está la ciudad turbada | | y todo el vulgo alterado. | 5 |
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LEONARDO | ¿Qué puede haber sucedido? | |
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CAPITÁN | Si, por ventura, han venido, | | como a corte, falsas nuevas, | | o ya las envidias pruebas | | de haber Leonardo vencido. | 10 |
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LEONARDO | Cuando vencido volviera, | | roto, perdido y deshecho, | | menos alboroto hubiera, | | mayor mal, Cintio, sospecho | | alguna traición me espera. | 15 | No sé si paséis de aquí. | |
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CAPITÁN | Luego, ¿no quieres que entremos | | en la ciudad? |
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LEONARDO | Siempre fui | | de parecer que esperemos, | | cuando el mal se viene ansí. | 20 |
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(Salen dos ciudadanos.)
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CIUDADANO 1.º | Llega, y tomemos lugar | | donde todos lo veamos. | |
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LEONARDO | Haz esos hombres parar, | | Cintio, para que sepamos | | la ocasión antes de entrar. | 25 |
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CAPITÁN | Desta armada el general, | | si no os le ha dicho la fama. | |
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CIUDADANO 1.º | Tu nombre y bastón real | | toda esta ciudad aclama. | 30 | Pero, si valiente y sabio | | te celebra el mar remoto, | | muéstralo en aqueste agravio. | |
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LEONARDO | ¿Pues de qué es el alboroto? | |
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CIUDADANO 1.º | Degüellan al Conde Otavio. | 35 |
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LEONARDO | ¿Pues el Conde a mi traición? | |
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CIUDADANO 1.º | Ya con tu hermana se casa, | 40 | pero el Rey no da lugar, | | antes la mandó prender | | y la quiere castigar. | |
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LEONARDO | ¡Oh, como el fin del placer | | es principio del pesar! | 45 |
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CIUDADANO 1.º | Sus hijos tiene en prisión, | | con ser niños y ignorantes, | | desto que llama traición. | |
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LEONARDO | ¿Hay sucesos semejantes, | | pues los niños cuyos son? | 50 |
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CIUDADANO 1.º | Del Conde Otavio y tu hermana. | |
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LEONARDO | No fue vana mi sospecha, | | pero la guarda fue vana, | | que ningún muro aprovecha | | cuando es la mujer liviana. | 55 | Id con Dios. |
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LEONARDO | No en balde tuve recelo | | de que algún mal me aguardaba, | | o en balde el alma temblaba | | |
-fol. 223v-
| de pisar el patrio suelo. | 60 | Pero si conoce un ave | | del tiempo la variedad, | | y un delfín muestra que sabe | | de la mar la tempestad, | | y está avisando a la nave, | 65 | qué mucho que pronostique | | el alma de un hombre el daño, | | y por potencias aplique | | al temor el desengaño, | | y por venir le publique. | 70 | ¡Ay de mi ventura corta!, | | qué me importa haber vencido, | | ni volver vivo, ¿qué importa?, | | cuando soy tan mal venido | | que el deshonor me reporta. | 75 | ¡Ah, falsa hermana Teodora!, | | con mi enemigo, no más, | | no más gente vencedora, | | volved las cajas atrás, | | cese la trompa sonora, | 80 | vuelva a tragarnos la mar, | | no salgamos a la tierra, | | el bastón quiero arrojar, | | si una mujer infamar | | puede el honor de la guerra. | 85 | Tan larga infamia y secreta, | | hijos de Otavio en mi casa, | | la suya a mi sangre aceta, | | aún no creo lo que pasa, | | tanto el dolor me sujeta. | 90 | Bien muestra el Rey compasión | | de mi honor y calidad | | en castigar su traición. | |
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(Sale
FULGENCIO, padre de
OTAVIO.)
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FULGENCIO | Cuando sepa la verdad | | ayudará mi razón. | 95 | ¡Oh, generoso Leonardo!, | | que la noble frente adornas | | del árbol de las batallas, | | que tiene inmortales hojas. | | Nuevo, generoso Aquiles, | 100 | que a tu patria ingrata y loca | | ilustras con más trofeos | | que el Griego sacó de Troya. | | No te asombre mi presencia, | | si la fama te alborota, | 105 | que del hombre más airado | | merecen las canas honra. | | Habrante dicho que el Rey | | a mi hijo Otavio corta | | la cabeza por tu agravio, | 110 | y justa venganza toma. | | Tendrás enojo y es bien, | | que el agravio presto enoja, | | pero nunca los prudentes | | juzgan primero que oigan. | 115 | Oye, pues, aunque no sea | | porque a tu remedio importa, | | mas porque te habla un viejo, | | que tienen verdad de historia. | | El Rey de Sicilia, el Rey, | 120 | mozo al fin, que la edad moza | | admite mozos consejos, | | y a los deleites se arroja, | | puso en tu hermana los ojos, | | y porque tu honor le estorba, | 125 | a la conquista te envía | | de la gente sarda y corza, | | de suerte que fue el bastón | | coluna de tu deshonra, | | basa de su amor injusto, | 130 | nube del sol de tus glorias. | | Con esto, al Conde mi hijo, | | luego que tu armada azota | | la blanca espuma del mar | | y le obedecen las olas, | 135 | manda que a Teodora diga | | sus amorosas congojas. | | Otavio, al fin su marido, | | |
-fol. 224r-
| aunque enemigo le nombras, | | con lágrimas y palabras | 140 | dice el peligro a su esposa, | | ella concierta decirle, | | hablando a Ricardo a solas, | | que con Ricardo se casa, | | por ver si el Rey se reporta, | 145 | pero queriendo Ricardo | | con deslealtad afrentosa | | hacer de las burlas veras, | | y atreverse a su persona. | | Ella le desprecia y dice | 150 | que a Otavio, su esposo, adora. | | Ricardo lo cuenta al Rey, | | El Rey a Otavio aprisiona, | | haciéndome a mí firmar | | la sentencia rigurosa. | 155 | Leonardo, Otavio es mi hijo, | | no te espantes que me ponga | | delante del filo airado, | | padre soy, el nombre sobra. | | Por vuestros bandos, Otavio | 160 | no te ha dicho que interpongas | | tu autoridad con el Rey, | | y que le des a Teodora. | | Mal hizo, yo lo confieso, | | ya es hecho, aquí no perdonas | 165 | a Otavio, sino a tu hermana, | | y cuando con ella rompas, | | con tus dos sobrinos debes | | mostrar entrañas piadosas, | | pues la culpa de sus padres | 170 | en su inocencia se abona. | | ¿Qué fiero León de Albania, | | qué tigre, Hircana furiosa, | | no perdona la inocencia, | | cuando a sus pies se la arrojan? | 175 | Leonardo, cuando tu patria | | fuera la frígida zona, | | cuando en los montes nacieras, | | por donde sale el aurora, | | ¿no es posible que prefieras | 180 | esas manos generosas | | en dos niños inculpables, | | vasos de tu sangre propia? | | Por ellos mis blancas canas, | | a tus nobles pies se postran, | 185 | no por Teodora y Otavio, | | si el agravio te apasiona. | | Mas mira que el mejor padre, | | cuando el hijo humilde torna, | | hace fiestas al perdido, | 190 | alegre de que le cobra. | | Tus hermanos y mis hijos | | están en peligro agora, | | pide al Rey, pues eres parte, | | que su castigo interrompa. | 195 | Que Otavio será su esposo, | | y en haciéndose las bodas | | quedas con honra y sobrinos | | que celebren tus vitorias. | | Si Otavio fuera culpado, | 200 | no diera a Torcato Roma | | la gloria que a mí Sicilia, | | pero la verdad me consta. | | Volvamos los dos al Rey, | | que si el decreto deroga | 205 | será paz de nuestros bandos, | | y fin de nuestra discordia. | |
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LEONARDO | Bien creerás que habrá crecido | | mi agravio en tu relación, | | y que está, por el oído, | 210 | Fulgencio, tu información | | dando tormento al sentido. | | Bien creerás cuánto dolor | | dará mi perdido honor | | a quien como yo le adora, | 215 | y bien creerás que Teodora | | me habrá incitado a rigor. | | Bien creerás que se ha movido | | mi sangre a justa venganza, | | pues créeme que no ha sido | 220 | |
-fol. 224v-
| como el dolor que me alcanza | | de ver que el Rey me ha ofendido. | | De aquí más pena me viene | | y satisfación conviene, | | que la ofensa del señor | 225 | tiene todo aquel valor | | que la confianza tiene. | | A mí el bastón y el oficio | | de General, porque diese | | lugar a tan torpe vicio, | 230 | que por mí no mereciese | | deste cargo el ejercicio. | | Que voy en cuenta de aquellos | | que por mujeres o hermanas | | cubren diamantes sus cuellos, | 235 | y entre oficios y honras vanas, | | el vulgo murmura dellos. | | Tenedme, lengua, en los labios, | | que es la lealtad santa ley, | | y por consejo de sabios | 240 | no se han de atrever al Rey | | las quejas, ni los agravios. | | Si lo ha hecho, está en razón | | sufrirlo por justas leyes. | | Es mozo, los años son, | 245 | y el amor y la ambición | | dan mal consejo a los reyes. | | Vamos, amigo Fulgencio. | |
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FULGENCIO | De ningún fuerte romano | | tu prudencia diferencio. | 250 |
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LEONARDO | Pon en la boca la mano, | | que el mal se rinde al silencio. | |
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(Salen el
REY, y
TEODORA, y
RICARDO.)
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REY | ¿Para qué quieres entrar | | a malograr tu prudencia? | |
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TEODORA | Dame si quiera licencia | 255 | para que le pueda hablar. | |
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REY | En tu mano está, Teodora, | | que muera Otavio o que viva, | | tú de loca, tú de altiva | | le darás la muerte agora. | 260 | ¿Pierdes algo en que yo sea | | primer dueño de tu honor? | |
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TEODORA | Pues, ¿puedo yo hacer, señor, | | cosa más injusta y fea? | | Soy casada, como ves, | 265 | ¿no es ofensa de mi estado? | |
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REY | Otavio no se ha casado, | | la ofensa fuera después, | | cuando casado se vea, | | habrá pasado el agravio, | 270 | que no está a cuenta de Otavio, | | hasta que tu esposo2
sea. | | ¿Ves como es tema, Teodora, | | y no el honor que defiendes? | |
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TEODORA | En fin, ¿matarle pretendes? | 275 |
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TEODORA | ¿Qué razón | | das para matarle? |
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REY | Es llano | | el agravio de tu hermano. | |
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TEODORA | ¿Los casamientos lo son? | 280 |
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REY | No lo fuera si supiera | | Leonardo3
vuestra amistad, | | y diera su voluntad, | | porque entonces justo fuera. | | Esta es fuerza que te ha hecho, | 285 | Otavio. |
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OTAVIO | No ha sido tal, | | que no fuerza, ni hace mal | | a quien dan puertas y pecho. | | Cuando una mujer rendida | | da lugar a un hombre, aquello | 290 | no es fuerza. |
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REY | No puede hacello | | si hay término que lo impida. | |
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TEODORA | No lo ha impedido el tercero. | |
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REY | Fue porque no lo sabía | | y así, a la justicia mía | 295 | toca el agravio primero. | |
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TEODORA | No es justicia la que es parte. | |
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TEODORA | ¿Pues quién más?, | | y aun el todo, pues que das | | |
-fol. 225r-
| en que de Otavio me aparte. | 300 |
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TEODORA | Con pasión, ninguno es bueno. | |
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REY | Por su padre le condeno, | | que él lo ha firmado esta vez. | |
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TEODORA | La prisión, no la sentencia, | 305 | y si sentencia firmó, | | sería porque pensó | | que obligaba tu clemencia. | |
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REY | Muy cansada estás, Teodora, | | y más libre que casada. | 310 |
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TEODORA | De sufrirte estoy cansada. | |
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REY | Pensarás que me enamora | | ese ignorante desdén. | |
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TEODORA | Mal sabes mi pensamiento, | | porque tu aborrecimiento | 315 | voy conquistando también. | |
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(Sale
FULGENCIO.)
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FULGENCIO | Bien puede entrar un padre sin licencia, | | alegre de la vida de su hijo, | | a pedirte las manos. |
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REY | Bien te conozco, | 320 | que solo las razones desconozco. | |
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FULGENCIO | ¿Por qué das muerte a Otavio? |
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REY | Por la fuerza | | que ha hecho Otavio en casa de Leonardo, | | porque al partirse a sosegar las islas | | me encomendó su casa, y pues me sirve | 325 | su honor, Fulgencio, por mi cuenta corre. | |
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FULGENCIO | Dices muy bien, y como justo Príncipe; | | pero si el agraviado perdonase, | | ¿es bien que el ofensor le castigase? | |
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REY | Aunque perdone el ofendido, queda | 330 | del Rey la ofensa. |
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FULGENCIO | Siempre el Rey perdona. | | Que la parte ofendida esté contenta. | |
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FULGENCIO | Si yo le traigo, | | ¿perdonarás a Otavio y a Teodora? | |
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REY | Digo que los perdono desde agora. | 335 |
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(Sale
LEONARDO.)
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LEONARDO | Aquí, señor, me tienes | | a tu servicio. |
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REY | ¡Válganme los cielos!, | | ¿cómo dejaste la conquista? ¿Cómo | | la armada y el ejército? |
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LEONARDO | Volviendo | | con vitoria, con honra y con tu armada, | 340 | y esforzando en las islas los presidios. | |
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LEONARDO | Señor, tus pensamientos, | | |
-fol. 225v-
| en cosas diferentes ocupados, | | no miran en el tiempo, que ligero | | lleva su curso por los verdes años, | 345 | mezclado en blando sueño y dulce olvido. | | Y como me enviaste sin propósito | | de verme vitorioso en tu servicio, | | ayudome corrida la fortuna, | | que huye de quien ruega e importuna. | 350 |
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LEONARDO | Y te suplico | | me des a Otavio libre, que es mi hermano. | |
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LEONARDO | Al que es marido de Teodora, | | así puedo llamarle desde agora. | |
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LEONARDO | Yo le quiero | 355 | casar con tu licencia, y le perdono | | cualquier agravio de mi sangre y casa, | | porque no queda agravio si se casa. | |
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REY | Saquen a Otavio | | de la prisión, pero no doy licencia | 360 | que se case en la corte. |
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REY | Sea en cualquiera aldea de la costa, | | y advertid que no vuelvan a la corte, | | Leonardo, Otavio ni Fulgencia. |
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LEONARDO | Creo | | que te ha causado enojo mi vitoria, | 365 | pues la quieres premiar con tal destierro. | |
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REY | Buen soldado, | | ponelde por bastón la rueca al lado. | |
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FULGENCIO | Vamos, hijos, | | que siempre agradeciendo los agravios | 370 | logran su pretensión los hombres sabios. | |
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LEONARDO | No perdono | | infamias yo de Otavio, sino tuyas, | | pues por tener respeto al Rey |
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TEODORA | ¿Qué haces? | | ¿No ves que estos son lobos? |
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TEODORA | Pleito quieren buscar con los corderos. | |
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(Vanse los tres.)
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RICARDO | Tu prudencia y discreción | | pasó la humana medida. | |
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REY | No tuve en toda mi vida | | mayor desesperación. | 380 |
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RICARDO | A notable tiempo vino, | | ya se la dio por mujer. | |
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-fol. 226r-
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REY | Para poderme tener | | de hacer algún desatino | | y sosegar mi persona, | 385 | tomé el cetro por bordón | | y para ver mi razón, | | por espejo la corona. | |
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RICARDO | ¿Quiéreste destos vengar? | |
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REY | Si estos que ves se van fuera | 390 | de mi tierra, en la estranjera, | | me han de hacer algún pesar. | |
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RICARDO | No digo que los destierres, | | ni que ensangrientes la espada. | |
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REY | Hazlo sin decirme nada, | 395 | yerra por ti cuando yerres. | |
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(Vase el
REY.)
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RICARDO | Hermosa ingrata, yo juré que había, | | aunque te defendiesen tus desdenes | | y más rigor a más amor previenes, | | de vencer tu desdén con mi porfía. | 400 | Sobre las aras del amor, un día, | | viendo que con mis daños te entretienes, | | juré a mis males de seguir tus bienes, | | y ver el fin de la esperanza mía. | | Juré, ya voy cumpliendo el juramento, | 405 | mas de tus celos, que mi amor vencido | | y loco en tu desprecio el sufrimiento. | | Tú verás lo que puedo aborrecido, | | que obliga a un descortés atrevimiento, | | pagar tan largo amor con tanto olvido. | 410 |
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(Salen el
CAPITÁN CINTIO y
GUARDA.)
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CAPITÁN | Dos cosas, cuando salió, | | mandó el Rey, señor Ricardo. | |
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RICARDO | La que a mí me toca aguardo. | |
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CAPITÁN | Al alcaide le mandó | | diese a Otavio libertad, | 415 | que ya de la fortaleza | | sale a templar la tristeza | | de la confusa ciudad. | | El vulgo que le esperaba | | muerto le da el parabién | 420 | de la vida. |
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RICARDO | Hicieron bien, | | gran príncipe les faltaba. | |
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CAPITÁN | A mí luego me mandó | | lo que mandáis venga a ver | | con mi gente. |
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RICARDO | Hoy has de hacer, | 425 | Cintio, lo que hiciere yo, | | que cuanto el Rey te ha mandado, | | solo se resuelve en esto. | |
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CAPITÁN | A servirle estoy dispuesto, | | vós conocéis mi cuidado, | 430 |
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RICARDO | Cincuenta soldados junta | | con jacos y con pistolas. | |
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CAPITÁN | ¿Fuera curiosa pregunta | | querer saber para quién? | 435 |
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RICARDO | Allá, Cintio, lo sabrás, | | |
-fol. 226v-
| y no quieras saber más | | de que son para un desdén. | |
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(Salen el
CONDE OTAVIO, y
FULGENCIO, su padre, y caballeros de
acompañamiento.)
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OTAVIO | Vuélvanse todos, señores, | | ninguno pase de aquí, | 440 | no se queje el Rey de mí, | | si me hacéis tantos favores. | | No quiero darle sospecha. | |
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CABALLERO 2.º | Conde, a vuestra libertad | | hace fiesta la ciudad | 445 | de la verdad satisfecha. | | Y como nos ha pesado | | agora nos da placer, | | con justa razón, el ver | | la libertad que os han dado. | 450 |
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OTAVIO | Libertad con tal destierro, | | que hoy salgo de la ciudad, | | es esclava libertad, | | pues al fin lleva este yerro. | | Plega a Dios que no lo sea | 455 | esta sinrazón del Rey. | |
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FULGENCIO | Hijo, ya sabéis la ley, | | sin que de nuevo os la lea, | | a que nacéis obligado. | | Vuélvanse estos caballeros. | 460 |
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CABALLERO 2.º | A todos nos pesa el veros, | | Conde, en tan humilde estado. | | Plega al Cielo que os veamos, | | presto, al vuestro reducido. | |
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(Váyanse todos los que acompañaban,
con reverencias.)
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OTAVIO | Fortuna deshecha ha sido. | 465 |
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OTAVIO | ¿Qué esperamos? | | Que me dicen que Teodora | | va caminando hacia el mar. | |
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FULGENCIO | Yo la hice adelantar | | con Rosela y con Leonora, | 470 | para que estemos seguros | | si el Rey de intento mudase. | |
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OTAVIO | Justo fue que se alejase, | | padre y señor destos muros, | | porque no hay seguridad | 475 | en fe de ningún amante, | | que amor es tan inconstante, | | que hace sol con tempestad. | | ¿Leonardo dónde quedó? | |
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FULGENCIO | Fue a dar cuenta de la armada, | 480 | para que quede entregada | | a quien el Rey se la dio. | |
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OTAVIO | Como caballero ha hecho. | | Mucho le estoy obligado, | |
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FULGENCIO | Siempre estuve confiado | 485 | del gran valor de su pecho. | |
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OTAVIO | Qué buen premio del servicio | | que ha hecho en esta ocasión, | | pero fundose en traición, | | que es el más falso edificio. | 490 | Buenos vamos, desterrados | | a montes y a labradores, | | buenos quedan los traidores, | | agradecidos y honrados. | | Por decir estoy. |
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FULGENCIO | No digas, | 495 | hijo, cosa en deshonor | | de tu natural señor, | | que al Cielo a venganza obligas. | |
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OTAVIO | ¿Qué importa, pues está ausente, | | y todo mi bien me quita? | 500 |
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FULGENCIO | El Rey, como a Dios imita, | | donde quiera está presente. | | No se puede murmurar | | del que es supremo en valor, | | que el respeto del señor | 505 | asiste en todo lugar. | | Nunca me vi tan perdido | | que a la suprema cabeza | | se atreviese mi tristeza. | |
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OTAVIO | ¿Quién pondrá, padre, en olvido | 510 | tan notables sinrazones? | |
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-fol. 227r-
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OTAVIO | Quiero seguir tu opinión | | en tantas contradiciones. | | Quiero esforzarme a sufrir | 515 | y venerar la corona, | | que el callar y obrar abona, | | y infama solo el decir. | | Vamos, señor, desterrados, | | que donde te llevo a ti, | 520 | no es destierro para mí, | | tú consuelas mis cuidados, | | tú enriqueces mi pobreza, | | y entre fieras y montañas, | | mi soledad acompañas | 525 | de prudencia y fortaleza. | | Mis bienes llevo conmigo, | | como aquel sabio decía, | | pues los libros que traía | | no se han de igualar contigo. | 530 | Contigo llevo a Platón, | | y a Aristóteles también, | | pues tú aconsejas más bien, | | cuanto diferentes son | | las letras o la voz viva, | 535 | y fuera de ti, mi esposa, | | es compañía dichosa, | | y que en paz del alma estriba. | | Adiós, soberbios palacios | | del alto Rey de Sicilia, | 540 | dura ambiciosa familia | | que le ocupáis los espacios, | | tan parecidos a abejas, | | en los que tiene el panal, | | pues vivís de trato igual, | 545 | susurrando a las orejas. | | ¡Oh!, ¿cómo vivir podéis, | | pagando dulce tributo?, | | pero siempre dais el fruto, | | como las flores coméis. | 550 | Adiós, confusa ciudad, | | que yo voy a donde sea | | mi corte una tosca aldea, | | mi trato la soledad. | | Para siempre me despido | 555 | de vuestros altos lugares, | | vuestros gustos son pesares | | y vuestra memoria olvido. | | No más, para no ser menos, | | ni menos que sufrir más, | 560 | por no salir del compás | | en que se encierran los buenos. | |
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(Váyanse y salgan
TEODORA, con capotillo y sombrero,
ROSELA y
FABIO.)
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TEODORA | Tarda el Conde, estoy con pena, | | no he de pasar adelante. | |
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ROSELA | El salir, fuera importante, | 565 | de aquesta mojada arena, | | que al fin es playa del mar, | | vuelve al coche, por tu vida. | |
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FABIO | No hay cosa que más impida | | que el pararse al esperar. | 570 |
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TEODORA | Antes al revés sucede, | | que el que camina se aleja | | del bien que espera y que deja, | | pues alcanzalle no puede. | | Mejor fue parar aquí | 575 | para que me alcance Otavio, | | que el que desea no es sabio, | | si del bien se aleja ansí. | |
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FABIO | Que llegaras al aldea | | tuviera por acertado, | 580 | que ya el sol verse bañado | | en el ancho mar desea, | | y es la orilla peligrosa. | |
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TEODORA | ¿Si de una y otra atalaya | | está cubierta la playa, | 585 | de qué he de estar recelosa? | | ¡Ay!, si viniese mi bien... | |
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-fol. 227v-
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FABIO | Ya se apean, por llegar | | donde estás. |
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FABIO | No los deja aquesta peña | | con los caballos entrar. | |
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(Salen
OTAVIO y
FULGENCIO.)
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OTAVIO | ¿Cómo habéis aquí parado? | |
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TEODORA | Por no os dar tanto cuidado | | y perderle yo también. | | Con esto más presto os vi. | |
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FULGENCIO | Hija, dadme vuestros brazos, | 600 | si es que os han quedado abrazos | | destas vistas para mí. | |
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TEODORA | No he dado tantos a Otavio | | que no tenga para vós | | reservados estos dos. | 605 |
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FULGENCIO | ¿Dos no más? mucho me agravio. | |
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TEODORA | El uno es de obligación | | y el otro de amor, mas quedo | | cierta, que añadirles puedo | | mil ceros de mi afición, | 610 | con que destos dos se harán | | dos mil, y dos mil millones. | |
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FULGENCIO | Todos son de obligaciones. | |
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OTAVIO | ¿Y mis hijos dónde están? | |
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TEODORA | Luego, ¿vós no los traéis? | 615 |
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OTAVIO | Bien, por Dios, | | gran pesar dado me habéis. | |
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FULGENCIO | No os aflijáis, hijos míos, | | que yo volveré por ellos. | 620 | Para dos ángeles bellos, | | bien tendrán mis brazos bríos. | |
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OTAVIO | No señor, que os cansaréis. | |
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FULGENCIO | Hijo, queda con tu esposa. | |
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| (Vase.) |
OTAVIO | No es ya, cielos, justa cosa, | 625 | que en mi venganza paréis. | | ¡Oh patria!, que mal salí | | del fuego en que ya te veas, | | no fui en la piedad Eneas, | | en las desdichas lo fui. | 630 | Mi padre anciano saqué, | | aunque no en hombros piadosos | | de los muros generosos | | que en otro incendio dejé. | | Saqué mi esposa querida | 635 | de entre la furia de Marte, | | mas dejé la mayor parte | | de mi sangre y de mi vida. | | Hijos de mi corazón, | | no culpéis la piedad mía, | 640 | que pensé yo que os traía | | vuestra mayor afición. | | Mi padre os vuelve a buscar, | | hijos, con amor de abuelo, | | pero no permite el Cielo | 645 | que en duda os pueda esperar. | | Voy tras él, que ser podría | | que se los negase el Rey. | |
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(Vase
OTAVIO.)
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TEODORA | Otavio, Otavio, esa ley | | ni es amor, ni es cortesía. | 650 | Pues yo los dejé por vós, | | dejaldos, mi bien, por mí, | | no me dejéis sola aquí. | |
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ROSELA | Ya se van juntos los dos, | | no te canses en dar voces. | 655 |
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TEODORA | Fabio, corre tras Otavio. | |
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TEODORA | Y tú sigue a Fabio, | |
(Vase
FABIO.)
| si su ignorancia conoces. | | ¡Dile a mi bien que se vuelva! | |
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ROSELA | Voy, aunque temo que amor | 660 | a buscarlos con rigor | | su pensamiento resuelva. | |
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(Vase
ROSELA.)
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-fol. 228r-
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TEODORA | Peñascos altos [por] la mar batidos, | | de nubes coronadas las cabezas, | | donde se rompen en diversas piezas, | 665 | cristales espumosos resistidos. | | Constantes a sus rígidos bramidos, | | como mi corazón a sus tristezas, | | por lo que parecí a vuestras firmezas, | | prestad a mi dolor tiernos oídos. | 670 | Cual pena, si le cansa el resistirse, | | quiere trocar conmigo el ser que tiene, | | y de su fundamento desasirse. | | Mas ninguna querrá, ni le conviene, | | que no podrá sufrirle sin rendirse | 675 | el mar de llanto que a mis ojos viene. | |
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|
|
(Salen
RICARDO y el
CAPITÁN CINTIO, y soldados, todos de Turcos, con
pistolas y rebozos.
|
RICARDO | Cercalda, y si atrevido alguno llega | | a su defensa, muera. |
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|
CAPITÁN | Las manos al cordel, cristiana, entrega. | |
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TEODORA | No en balde mi temor pensaba en esto. | 680 |
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|
RICARDO | Los pies, las manos y la voz sosiega. | |
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|
TEODORA | En lo postrero del rigor, me ha puesto | | la mísera fortuna; ya ninguna | | puede ser para mí mayor fortuna. | |
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|
CAPITÁN | ¿Cómo veniste sola a la ribera | 685 | del mar, tan sospechoso de cosarios? | |
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|
TEODORA | Acompañada vine, aunque no fuera | | defensa en tanta copia de contrarios. | |
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RICARDO | ¿A nadie aguardas? ¿Nadie a ti te espera? | |
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|
TEODORA | No pienso que serán tan temerarios | 690 | los que pueden venir, llevadme a solas, | | o en mi pecho probad vuestras pistolas. | |
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|
RICARDO | Hola, subid por ese monte arriba. | |
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|
RICARDO | Entra en el monte, | | que luego irás al mar, si quedas viva. | 695 | tú apercibe una lancha Floramonte. | |
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TEODORA | Otavio, Otavio, ya que voy cautiva, | | ponte a mirar desde esas peñas, ponte | | desde esos riscos a mirar mi muerte. | | |
-fol. 228v-
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(Llévanla y salgan el
REY y
EVANDRO, caballero.
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REY | No he visto yo mayor atrevimiento, | | nunca mayor maldad. |
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EVANDRO | Traición ha sido | | que excede las industrias de los griegos. | | Yo fui, señor, con el traidor Leonardo, | | como mandaste a recebir la gente, | 705 | tomó una lancha, que a la orilla estaba, | | y déjandome en ella, entró en la nave, | | donde después de poco tiempo, vimos | | arrojar las banderas de tus armas | | a las saladas aguas, y en los árboles | 710 | alzar pendones de color de guerra, | | tocaron cajas y trompetas luego, | | y alargándose al mar dos o tres veces, | | las piezas principales dispararon, | | en fin se declaró por enemigo, | 715 | y con tu armada y con la misma gente | | que le cobró afición desta jornada, | | o será Coriolano desta Roma, | | o pirata del mar o, por ventura, | | querrá servir a príncipe estranjero. | 720 |
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|
REY | Con mis armas, Evandro, y con mi gente, | | con mis naves y fuerte artillería. | |
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|
EVANDRO | Venganza dicen que es, aunque es injusto | | de haber querido tú, que no lo creo, | | forzar su hermana y alejarle della, | 725 | para poder mejor. |
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REY | Diralo el vulgo, | | no prosigas en eso, que me ofendo. | | Leonardo fue traidor, no tiene escusa. | |
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(Sale un
CRIADO.)
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CRIADO | Aquí viene, señor, el Conde Otavio | | y Fulgencio, su padre. |
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OTAVIO | Antes de mi destierro, invicto Príncipe, | | quise besar tus manos con mi padre, | | por la merced que dellos recebimos, | | y suplicarte que cumplida sea. | | Mis hijos, dicen, que en prisiones tienes. | 735 | |
-fol. 229r-
| ¿Qué libertad me das, si me los quitas? | | no tengo libertad si no los llevo, | | pedilos al alcaide, y el responde | | que no me los dará sin tu licencia | | y, así, señor, los pido a tu clemencia. | 740 |
|
|
REY | ¿Sabéis cómo, con mi armada, | | Leonardo se levantó, | | y al ancho mar se volvió? | | ¿Sabéis que la infame espada | | contra su señor volvió? | 745 | ¿Sabéis que tendré razón | | detenellos en prisión, | | mientras que Leonardo huye, | | y a su Reino restituye | | las naves que suyas son? | 750 | Yo no quiero ser crüel, | | sino asegurarme dél. | | Los hijos os quiero dar, | | ¿pero quién ha de quedar | | o por ellos o por él? | 755 |
|
|
FULGENCIO | ¿Qué prenda, señor, querrás? | |
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|
FULGENCIO | Bien dices, piadoso estás | | hijo, volvereisos vós, | | que importáis a todos más. | 760 | Yo no puedo ser marido | | de vuestra esposa, ni padre | | de vuestros hijos, ya he sido | | vuestro, no hay medio que os cuadre, | | sino el que os tengo ofrecido. | 765 | Yo quedaré por resguardo, | | mientras que vuelve Leonardo, | | id vós con vuestra mujer, | | que todo será saber | | Leonardo, que yo le aguardo. | 770 | Él vendrá, que no querrá | | que pague un anciano viejo | | su cólera y mal consejo, | | que aunque está lejos, está | | su honor mirando en mi espejo. | 775 | A vuestros hijos llevad | | con mi buena bendición, | | y a vuestra esposa gozad, | | si es el bien la sucesión, | | la vuestra importa a mi edad. | 780 | ¡Ea!, ¿qué miráis ansí? | |
|
|
OTAVIO | ¿No queréis que me enternezca, | | que esto me digáis a mí, | | y que tan piedra os parezca, | | como algunas que hay aquí? | 785 | No padre, no quiera Dios, | | ya que mis desdichas pueden | | dividirnos a los dos, | | que mis hijos libres queden, | | y quedéis en prisión vós. | 790 | Id con mis hijos a ser | | su padre, y de mi mujer | | marido, que la mejora | | de esposo y padre a Teodora, | | y a ellos dará placer. | 795 | Yo quedaré, que es razón, | | mientras que vuelve Leonardo, | | que no es Alfonso el León, | | Rogerio, ni yo Bernardo, | | que lloro vuestra prisión. | 800 | Si la romana mujer | | los pechos daba a su padre, | | y por piedad vino a ser | | de su mismo padre madre, | | dándole preso a comer, | 805 | mejor su prisión tomara | | y a su padre libertara. | | Luego no será razón | | que vós quedéis en prisión, | | y yo en infamia tan clara. | 810 | |
-fol. 229v-
| Señor, a mi padre dad | | sus nietos, que desde aquí | | os rindo mi voluntad. | |
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|
REY | Si no hubiera sangre en mí, | | fuera notable amistad. | 815 | Más grande fuera el amor, | | aunque licencia le prestes, | | fama antigua a su valor, | | que de Pílades y Orestes, | | que de Polus y Castor. | 820 | Yo viendo tanta amistad, | | por no ser tercero aquí | | retiro la majestad, | | porque si lo juzgo ansí | | es contra mí la piedad. | 825 | Prender a un viejo no fuera | | lícito en parte que hubiera | | un mozo, ni un padre adonde | | un hijo, ni dar al Conde | | libres los hijos que espera. | 830 | Que el camino de cobrar | | un rebelde, que intentar | | pudo iguales desatinos, | | es tener a sus sobrinos | | en tan seguro lugar. | 835 | Tú con esto, desde agora | | serás solícito padre, | | y como madre Teodora, | | pues llorará como madre, | | presos los hijos que adora. | 840 | Sea pues resolución | | que hasta que Leonardo venga | | a darme satisfación | | tus hijos Evandro tenga, | | para resguardo, en prisión. | 845 | No quiero que con mi gente | | y naves sirva estranjero, | | que contra mí guerra intente. | |
|
|
|
REY | Esto quiero, | | y esto mando expresamente. | 850 |
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|
EVANDRO | No puedo | | replicar a sus enojos, | | que a más daño tengo miedo. | |
|
|
|
(Vanse el
REY y
EVANDRO.)
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OTAVIO | Bien pueden llorar mis ojos | | en las desdichas que quedo. | 855 | ¡Ay, hijos del alma mía!, | | cual tigre tras cazador, | | corrí con tanta porfía, | | que pudiera hacer mi amor | | mayor estrago este día. | 860 | Mas débeme de tener | | respeto, a mi Rey debido, | | triste que tengo de hacer, | | pues por los hijos he sido | | tan tirano a mi mujer. | 865 | Serelo agora con ellos | | por ella, y iré a buscalla, | | que quedo sin mí y sin ellos, | | ¿o podrá el amor dejalla | | de pura lástima dellos? | 870 | No podrá, que no es razón | | que ellos en esta prisión | | están seguros de daño, | | y ella no de algún engaño | | nacido desta traición. | 875 | Padre, la fortuna corre | | sin rienda, tus caros nietos | | están en aquesta torre, | | de tu causa son efetos, | | tú los anima, y socorre. | 880 | No te me quites de aquí | | mientras que voy por mi esposa. | |
|
|
FULGENCIO | ¿Volveré a hablar al Rey? |
|
|
|
FULGENCIO | Tú en viéndola te desposa, | | mira que te importa ansí. | 885 | No ponga por objeción | | el Rey que no estás casado, | | ni piense que es dilación | | el no hacerlo tu cuñado, | | |
-fol. 230r-
| para tratarte traición. | 890 | Yo voy al Rey y seré | | piedra de la torre, Otavio, | | que a su puerta firme esté. | |
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|
OTAVIO | Represéntale mi agravio, | | di que mis hijos te dé. | 895 |
|
|
FULGENCIO | Él lo hará, que es generoso, | | viendo mis canas y viendo | | mi llanto, que riguroso | | irá por ellos corriendo, | | hasta su pecho piadoso. | 900 | Ve tú, que importa que estéis | | juntos. |
|
|
|
|
OTAVIO | ¡Ay, hijos!, no os espantéis | | que os deje por vuestra madre. | 905 |
|
|
|
(Váyanse, y salgan cinco o seis villanos,
BATO,
FLORO,
RISELO,
TIBURCIO.)
|
BATO | Pues que digo que los vi, | | non tenéis que replicar. | |
|
|
FLORO | ¿Y tan cerca del lugar | | has vido los moros? |
|
|
BATO | Sí. | | No están lejos deste valle, | 910 | dar quieren sobre el aldea. | |
|
|
RISELO | Non quiera Dios que tal sea, | | ponerle fuego y quemalle. | |
|
|
|
BATO | Muchos son, | | pero como el puebro acuda, | 915 | a pura piedra menuda | | se irán con la maldición. | |
|
|
|
BATO | Son armas de cerca y solas, | | y para contra pistolas, | 920 | a gran peligro nos pones. | | No ha hecho el hombre defensa | | como la piedra en la honda. | |
|
|
RISELO | El gigante te responda, | | a cuya estatura inmensa | 925 | el pastorcillo David | | dio con un canto en el suelo. | | Coged piedras, que recelo | | que no están lejos. |
|
|
|
BATO | Voto a mí, que son aquellos | 930 | que bajan del encinar. | |
|
|
|
FLORO | Si vuelven, demos sobre ellos. | |
|
|
RISELO | Dadme arroyo, piedras vós. | |
|
|
|
TIBURCIO | ¡Oh!, quien con esta le diera, | | que buenas son estas dos. | |
|
|
FLORO | Esta si que es bien redonda. | |
|
|
RISELO | Calaos entre aquestos cerros. | |
|
|
BATO | No hay cosa que teman perros | 940 | como estallidos de honda. | |
|
|
|
(Escóndanse y salgan el
CAPITÁN y
RICARDO, de moros, y otros criados y
TEODORA.)
|
CAPITÁN | ¿Qué es lo que piensas hacer? | |
|
|
RICARDO | Llevarla al Rey con engaño, | | pero aqueste desengaño | | con más secreto ha de ser. | 945 | Prevén el coche aquí cerca, | | mientras le digo quién soy. | |
|
|
CAPITÁN | Con los soldados me voy, | | hacia el camino te acerca. | |
|
|
RICARDO | No te alejes, porque estés | 950 | a la mira del suceso. | |
|
|
CAPITÁN | Aunque es este monte espeso, | | hasta una voz que me des. | |
|
|
|
(Vase el
CAPITÁN, con la gente.)
|
RICARDO | ¡Ea, cristiana!, ya estás | | sola. |
|
|
TEODORA | Pues moro, ¿qué quieres? | 955 |
|
|
|
TEODORA | No esperes | | que te conozca jamás. | |
|
|
|
|
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|
|
|
RICARDO | Que aun aquí estés | | tan libre. |
|
|
TEODORA | Más daño aguardo. | | |
-fol. 230v-
| Ya pensé que la fortuna | | no tenía más caudal, | | y veo, que aun en el mal | 965 | no tiene firmeza alguna. | | De un mal en otro me lleva | | siempre al mayor. |
|
|
RICARDO | Cuanto ves | | del Rey es industria, y es | | de mi amor eterna prueba. | 970 | ¿Cuál quieres más, ir a ser | | Lucrecia suya, o aquí | | tener lástima de mí, | | y dejarete volver? | |
|
|
TEODORA | ¡Oh, infame!, ¿tales razones | 975 | salen de tu boca fiera? | |
|
|
RICARDO | Deja esa vana quimera, | | que en más peligro te pones. | |
|
|
|
|
TEODORA | Cielos santos, | 980 | que habéis socorrido a tantos | | en menores desconsuelos, | | ¿cómo os olvidáis de mí? | |
|
|
RICARDO | Calla, que te he de matar. | |
|
|
TEODORA | Cielos, venidme a ayudar. | 985 |
|
|
|
(Sale el
CAPITÁN y gente.)
|
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|
|
|
|
|
|
(Salen los pastores.)
|
|
TEODORA | ¿Nunca mi dolor se acaba? | 990 |
|
|
FLORO | Estallen las hondas bien, | | ¡ea, perros!, que un lugar | | entero os viene a matar. | |
|
|
|
|
|
RICARDO | ¿No tenéis | 995 | pistola alguna cargada? | |
|
|
|
| (Todo esto sea con las hondas y mucho
estallido.) |
CAPITÁN | A estos basta una espada. | |
|
|
|
|
TEODORA | Entre tanto, | | quiero buscar una cueva | 1000 | donde me esconda. |
|
|
CAPITÁN | Qué nueva | |
(Vase
TEODORA.)
| guerra. |
|
|
|
CAPITÁN | Soldados, a retirar, | | que piedras es arma fuerte. | |
|
|
|
| (Hasga
BATO a
RICARDO.) |
BATO | Date, o darete la muerte. | 1005 |
|
|
RICARDO | ¿A ti me tengo [que] dar? | |
|
|
FLORO | Ya los demás han hüido, | | ten ese perro muy bien. | |
|
|
BATO | Tente, o haré que te den | | mil palos. |
|
|
|
TIBURCIO | No hay para qué los seguir, | | bien descalabrados van. | |
|
|
RISELO | ¿Eres Zaide o Solimán? | | ¿Eres alcaide o visir? | |
|
|
RICARDO | Hermanos, yo soy cristiano, | 1015 | no me atéis. |
|
|
BATO | ¡Oh, perro infiel!, | | da vueltas a ese cordel | | hasta quebralle la mano, | | que estos renegados perros | | son los que nos hacen mal. | 1020 |
|
|
|
FLORO | Cepos, cadenas y hierros | | os han de echar a los pies. | | Dadnos luego la cautiva. | |
|
|
RICARDO | Ya sube ese monte arriba. | 1025 |
|
|
|
TIBURCIO | Llevémosle a tu cabaña | | y ande esta noche
moxinga, | | mas que el mayoral le pringa. | |
|
|
RICARDO | No me subáis la montaña, | 1030 | sino bajadme al aldea, | | y allí el cura me llamad. | |
|
|
BATO | ¿Está agora en la ciudad? | |
|
|
RICARDO | Que tal mi desdicha sea, | | pues decir quien soy, ¿es yerro? | 1035 |
|
|
|
|
|
BATO | Esta noche le quemamos | | |
-fol. 231r-
| por renegado y por perro. | |
|
|
|
(Vanse, y salgan
FABIO y
OTAVIO.)
|
|
FABIO | ¿Qué quieres, | | triste señor, que te diga? | 1040 | Moros llevan a Teodora. | |
|
|
OTAVIO | ¿Teodora, Fabio, cautiva? | |
|
|
FABIO | Teodora cautiva, Otavio, | | que al tiempo que yo volvía | | vi que del monte bajaban | 1045 | retumbando sus encinas. | | El eco de las pistolas | | que disparando venían, | | su favor les dio la mar, | | porque con las aguas vivas | 1050 | en alguna casa entraron | | las fragatas que traían. | | Confieso que me escondí | | de la confusa morisma, | | pues mi muerte no pudiera | 1055 | dar a Teodora la vida. | | Ya por el golfo del mar | | la llevarán donde sirva | | a un fiero moro. |
|
|
OTAVIO | ¡Ay de mí!, | | tente Fabio, no prosigas, | 1060 | no prosigas, que me matas. | | ¡Oh, mar soberbia y altiva, | | cómo aplacaste las hondas | | con que a los cielos te empinas! | | ¿Cómo fieros montes de agua | 1065 | pudo pasar por encima | | de vuestras saladas peñas | | tanta fragata enemiga? | | Maldígate el Cielo, amén, | | y plega a Dios que te embistan | 1070 | fiero cosario los vientos, | | que los dos Polos desquician. | | Vayas por rumbo contrario | | de la derrota que sigas, | | a parar donde no piensas, | 1075 | mas qué locura la mía. | | Llévasme el alma misma | | y maldígote yo, ¡qué gran desdicha! | |
|
|
FABIO | Señor, no des ocasión, | | con la furia de las voces, | 1080 | a que tus cuerdos sentidos | | se confundan y alboroten. | |
|
|
OTAVIO | ¡Oh, Fabio!, ¿pues no es mejor | | que a quien la fortuna pone | | en semejante desdicha | 1085 | ningún sentido le informe? | | ¿Para qué quiero sentir?, | | pues ha de crecer al doble | | el sentimiento, la pena, | | que hace las cosas mayores, | 1090 | Fabio, ya no tengo seso, | | ven acá, di al Rey que el Conde | | aquí dejó los sentidos, | | que más venganza no tome | | en mis inocentes hijos, | 1095 | que le llamarán Herodes, | | y vive Dios si no vas | | a decir estas razones, | | que ha de quitarte la vida. | |
|
|
FABIO | ¡Oh, qué bien!, mal me conoces, | 1100 | iré y le diré palabras | | que le confundan y asombren, | | esto va todo perdido. | |
|
|
OTAVIO | Entra, Fabio, por la corte | | y di que le desafío | 1105 | a pie, a caballo, en coche, | | en tierra, en mar, aire y fuego, | | desnudo y con armas dobles. | | Di que le espero en la China, | | en África, en los Japones, | 1110 | entre valientes franceses, | | y entre fuertes españoles. | | De cuerpo a cuerpo, si quiere, | | o con fuertes escuadrones, | | en las Indias o en Noruega, | 1115 | donde hay seis meses de noche. | |
|
|
|
OTAVIO | No vayas a pie, | | |
-fol. 231v-
| lleva un caballo que trote | | a quince leguas por hora. | | Pica, ¿qué aguardas?, ¿no corres? | 1120 |
|
|
FABIO | Si le dejo, ha de matarse. | |
|
|
OTAVIO | ¿Hay mayores sinrazones?, | | ¡mis hijos entre cristianos, | | y entre moros mis amores! | | ¿Cómo pudistes sufrirlo, | 1125 | altos y soberbios montes, | | pudiendo tan fácilmente | | matar ese moro entonces? | | Nunca lleguéis a ser canos, | | ni blanca nieve os adorne, | 1130 | mal pastor, con cierzo abraso | | vuestras sabinas y robles. | | Esos limpios arroyuelos, | | que al mar tributarios corren, | | jamás bajen a los prados. | 1135 | Mas, ¿cómo doy maldiciones, | | a quien ni vee, ni oye? | | El Conde soy, ¿ninguno me responde, | | quién está aquí? |
|
|
|
OTAVIO | ¿Ya de la corte volviste? | 1140 |
|
|
|
|
FABIO | Que saldrá cómo tú dices. | |
|
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|
|
|
|
OTAVIO | Muchos son, bastan catorce. | 1145 |
|
|
FABIO | En uno, no más, no mires. | |
|
|
|
FABIO | ¿Cómo quieres prevenirte? | |
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|
OTAVIO | Armarme contra ese Rey, | | que dos ángeles persigue, | 1150 | haz cuenta que tú lo eres. | | ¡Ea!, la espada te ciñe, | | que habemos de pelear. | |
|
|
FABIO | El diablo se le reviste, | | pues yo no pienso esperarle. | 1155 |
|
|
OTAVIO | Desa suerte te apercibes, | | aguarda, espera villano. | | ¡Vitoria!, ya quedan libres | | mis hijos, ¡oh!, dulces prendas | | que de mis entrañas fuistes. | 1160 | ¿A cuál besaré primero?, | | al mayor, sí, muy bien dices. | | Venga Ludovico agora, | | ¡qué mozo!, parece un cisne. | | ¿Es nave aquella, por dicha? | 1165 | Que es nave y quiere partirse. | | Las velas izan y el viento | | refresca. ¡Esperadme, oíme, | | hola pilotos!, echadme | | por lastre y por piedra firme, | 1170 | que no se hundirá la nave, | | porque nunca muera un triste, | | mar en ti me recibe, | | y muera en agua quien en fuego vive. | |
|
|