Nuestro texto parte de la edición de Francisco Ruiz Ramón, Madrid, Cátedra, 1987. El texto base es el de la Tercera parte (Excelmo.), 1664, algunas de cuyas lecciones son corregidas sobre el texto de Vera Tassis [VT].]
 [Jornada I]
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Dice MENÓN dentro los versos siguientes.
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MENÓN | Haced alto en esta parte, | | y, en uno y otro escuadrón | | divididos, saludad | | con salva al Rey mi señor. | |
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(Tocan cajas, y dice LISÍAS a la otra parte.)
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LISÍAS | Cantad aquí, mientras llega | 5 | el Rey a estos montes hoy, | | y a aquellas salvas de Marte | | sucedan las del Amor. | |
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MÚSICOS | Coronado de laureles, | | lleno de fama y de honor, | 10 | vuelva el valeroso Nino | | a los montes de Ascalón. | |
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(Ha de haber una puerta de una gruta al lado izquierdo, y dentro den golpes, y dice SEMÍRAMIS dentro.)
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SEMÍRAMIS | Tiresias, abre esta puerta, | | o, a manos de mi furor, | | muerte me dará el verdugo | 15 | de mi desesperación. | |
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(Sale TIRESIAS, viejo, vestido de pieles largas,
como sacerdote antiguo, y dice los versos siguientes,
con admiración.)
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TIRESIAS | Allí trompetas y cajas, | | de Marte bélico horror, | | allí voces e instrumentos, | | dulces lisonjas de amor, | 20 | escucho; y cuando, informado | | de tan desconforme unión | | de músicas, a admirarme | | en las causas de ella voy, | | estos golpes que a esta puerta | 25 | se dan, y en mi corazón | | a un tiempo, me han detenido. | | Confuso y medroso estoy. | |
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MENÓN | (Dentro.) | Haced salva; que ya el Rey | | desde aquí se descubrió. | 30 |
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(Cajas.)
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LISÍAS | (Dentro.) | Vuelva la música a dar | | al aire su dulce voz. | |
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MÚSICOS | (Dentro.) | A tanta admiración, | | suspenso queda en su carrera el Sol. | |
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(En la gruta, SEMÍRAMIS, y golpes.)
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SEMÍRAMIS | Tiresias, si hoy no dispensas | 35 | las leyes de esta prisión | | donde sepultada vivo, | | la muerte me daré hoy. | |
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TIRESIAS | Del acero de mi vida | | ya tres los imanes son; | 40 | éste llama con más fuerza, | | a responder a éste voy. | | ¿Qué das voces? |
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(Abre la puerta y sale SEMÍRAMIS, vestida de pieles.)
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SEMÍRAMIS | Dos acentos, | | que a un tiempo el aire veloz | | pronuncia, dando a mi oído | 45 | los dos equivocación, | | por no haberlos escuchado | | jamás -que jamás llegó | | a mi noticia el ruidoso | | aparato de su voz- | 50 | la cárcel romper intentan | | donde aprisionada estoy | | desde que nací, porque | | confusamente los dos | | me elevan y me arrebatan: | 55 | éste que dulce sonó, | | con dulces halagos, hijos | | de su misma suspensión; | | éste que, horrible, con fieros | | impulsos, tras quien me voy, | 60 | sin saber dónde, y que iguales | | me arrancan del corazón | | blandura y fiereza, agrado, | | ira, lisonja y horror; | | cuándo un estruendo a esta parte, | 65 | cuándo a ésta una admiración; | | ésta adormece el sentido, | | ésta despierta el valor, | | repitiéndome los ecos | | del bronce y de la canción... | 70 |
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(Todo junto, música y cajas.)
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MÚSICOS | A tanta admiración, | | suspenso queda en su carrera el Sol. | |
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TIRESIAS | No en vano yo me recelo | | que fuese despertador | | del letargo de tu vida | 75 | ese confuso reloj | | de los vientos, que hoy ha hecho | | desacertado el rumor. | | Hablarte quise, porque | | esas novedades dos | 80 | temí siempre que engendrasen | | en tu altiva condición | | nuevos deseos de ver | | a quien las ocasionó. | | Y así, quiero prevenirte | 85 | de lo que es, para que no | | te desespere tu vida | | y el influjo superior, | | que, a voluntad de los dioses, | | te tiene en esta prisión, | 90 | la facilite, sin que | | baste a embarazarlo yo. | | Sabrás, pues, que Nino, Rey | | de Siria, ya vencedor | | de las bárbaras naciones | 95 | del Oriente, vuelve hoy | | a Nínive, Corte suya; | | por aquí pasa, y al son | | de sus cajas y trompetas, | | lenguas del sangriento dios, | 100 | los rústicos moradores | | de los montes de Ascalón | | le aclaman. Y pues que ya | | sabes toda la ocasión | | del militar aparato | 105 | y la dulce elevación, | | sosiégate, y vuelve, vuelve | | a la estancia que te dio | | por cuna y sepulcro el Cielo; | | que me está dando temor | 110 | pensar que el Sol te ve, y que | | sabe enamorarse el Sol. | |
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SEMÍRAMIS | En vano, Tiresias, quieres | | que ya te obedezca, que hoy | | la margen de tus preceptos | 115 | ha de romper mi ambición. | | Yo no he de volver a él | | si tu sañudo furor | | me hiciese dos mil pedazos. | |
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TIRESIAS | ¿Ya olvidó | 120 | tu memoria cuán infausto | | fue tu nacimiento? |
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SEMÍRAMIS | No; | | bien lo sé de ti, que fuiste | | segundo padre, a quien yo | | debí la vida. |
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TIRESIAS | Pues ¿cómo | 125 | no me obedece tu amor? | |
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SEMÍRAMIS | Como mi obediencia ya | | la última línea tocó | | del sufrimiento, alentado | | del discurso y la razón. | 130 |
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TIRESIAS | ¿Te acordarás que te dije...? | |
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SEMÍRAMIS | Sí, que Venus te anunció, | | atenta al provecho mío, | | que había de ser horror | | del mundo, y que por mí habría, | 135 | en cuanto ilumina el Sol, | | tragedias, muertes, insultos, | | ira, llanto y confusión. | |
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SEMÍRAMIS | Que a un rey | | glorioso le haría mi amor | 140 | tirano, y que al fin vendría | | a darle la muerte yo. | |
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TIRESIAS | Pues si eso sabes de ti, | | y el fin que el hado antevió | | a tu vida, ¿por qué quieres | 145 | buscarle? |
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SEMÍRAMIS | Porque es error | | temerle; dudarle basta. | | ¿Qué importa que mi ambición | | digan que ha de despeñarme | | del lugar más superior, | 150 | si para vencerla a ella | | tengo entendimiento yo? | | Y si ya me mata el verme | | de esta suerte, ¿no es mejor | | que me mate la verdad, | 155 | que no la imaginación? | | Sí; que es dos veces cobarde | | el que por vivir murió; | | pues no pudiera hacer más | | el contrario más atroz, | 160 | que matarle, y eso mismo | | hizo su mismo temor. | | Y así, yo no he de volver | | a esa lóbrega mansión; | | que quiero morir del rayo, | 165 | y de sólo el trueno no. | |
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TIRESIAS | Pues antes que te resuelvas | | a tan temeraria acción | | como darte a conocer, | | sabré embarazarlo yo. | 170 |
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(Cajas y música juntos.)
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SEMÍRAMIS | ¿De qué suerte, si ya vuelven | | a alentar mi presunción | | esas voces? |
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TIRESIAS | De esta suerte. | | ¡Guardas del monte! |
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(Salen SOLDADOS.)
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TIRESIAS | Pues vosotros sois a quien | 175 | este prodigio fió | | mi confianza, sin que | | el rostro viese a los dos, | | esa fiera racional | | reducid a su prisión. | 180 |
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SEMÍRAMIS | Tened, no lleguéis, villanos; | | que no quiere mi valor | | darse a partido; y así, | | para que no quedes hoy | | vano de haberme vencido, | 185 | tengo de vencerme yo. | | Mira, Tiresias, a cuánto | | se extiende mi presunción; | | pues, porque nadie me fuerce, | | voluntariamente voy | 190 | a sepultarme yo misma | | en esta oscura estación | | de mi vida..., de mi muerte | | tumba, dijera mejor. | |
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(Vase.)
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TIRESIAS | Cerraré la puerta. Grande | 195 | Júpiter, dame favor | | para que embarace tanto | | asombro como antevió | | Venus, prevenido en este | | raro prodigio de amor. | 200 |
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(Las cajas y SOLDADOS por una puerta; NINO, REY,
y MENÓN, General, e IRENE con espada y plumas;
MÚSICOS vestidos de villanos; LISÍAS, CHATO y SIRENE.)
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LISÍAS | Vuelvas felizmente, | | de laureles ceñida la alta frente, | | a ver, de tan extraños horizontes, | | hoy, gran señor, aquestos patrios montes | | que ausente te han tenido edades tantas. | 205 |
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CHATO | Y a todos su merced nos dé las plantas, | | pues de creer es que para tales fines | | todos los reyes traigan escarpines; | | y déselas también aquí a Sirene, | | mi mujer, que a besárselas hoy viene | 210 | y se las besará con alegría, | | por besar una cosa que no es mía. | |
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SIRENE | ¿Que luego, hubiese, Chato, | | de ver el Rey que sois un mentecato? | |
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NINO | Alzad todos del suelo. | 215 | Yo, Lisías, os estimo el noble celo | | con que Ascalón recibe mi persona. | |
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LISÍAS | Vuestra Grandeza mi humildad abona; | | que, aunque es verdad que yo le he gobernado, | | este amor no se debe a mi cuidado, | 220 | sino a su gran lealtad. Y vos, señora, | | de tanto humano Sol divina Aurora, | | a todos dad la mano. | |
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CHATO | Sino a Sirene, mi mujer; que es llano | | que si llega en sus labios a ponella, | 225 | de asco en un mes no comeréis con ella. | |
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SIRENE | ¡Para ésta, picarote, | | que, los huéspedes idos, haya escote! | |
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NINO | Puesto que ya mi gente | | las fértiles Provincias del Oriente | 230 | discurrió numerosa | | con tan grandes conquistas victoriosa, | | pues a sus armas yace la Fenicia, | | la Bitinia, la Siria, la Cilicia, | | la Propóntida, Lidia, Egipto y Caria, | 235 | donde apenas quedó nación contraria | | que no me obedeciese | | desde el Tanais al Nilo, cese, cese | | el militar acento | | de estremecer al Sol, herir al viento, | 240 | turbar el mar y fatigar la tierra, | | hoy a la blanda paz ceda la guerra. | | Desde hoy vivir en ella determino | | en la ciudad que, de mi nombre, Nino, | | Nínive se ha llamado, | 245 | a quien por grandeza he edificado. | | Tú, Menón, que valiente | | los sagrados laureles de mi frente | | tanto has facilitado, | | que a ti el mirarme de ellos coronado | 250 | confesaré que debo, | | si bien bien a pagártelos me atrevo, | | hoy con la gente en Ascalón te queda, | | donde, a tu orden, disponer se pueda | | ese despojo todo; | 255 | y en su distribución dispón el modo, | | de suerte que el más mísero soldado | | no vuelva sin que vuelva coronado | | con trofeos marciales | | a pisar de su casa los umbrales. | 260 | Y porque a dar hoy enseñado vivas, | | quiero que antes recibas; | | porque no sabe cuánto es lisonjero | | el dar, el que primero | | no supo cuánto fue, Menón, penoso | 265 | que liberal no fuera un poderoso; | | quiero que en este punto | | el dar y el recibir lo aprendas junto. | | Esa Provincia bella, | | con cuanto en sí contiene, hinche y es de ella, | 270 | es tuya; de Ascalón eres ya dueño, | | aunque triunfo pequeño | | a tus grandes servicios. | | Pero estos no son premios, sino indicios | | de mi amor. No te ofrezcas | 275 | a mis pies, ni eso poco me agradezcas. | | Toma la posesión, paga la gente, | | y todo esto sea brevemente; | | porque tu aviso creo | | que te le está notando mi deseo; | 280 | que yo con la divina y soberana | | beldad de Irene, mi gallarda hermana, | | a quien, las Palas siendo de este Marte, | | mis aplausos debieron tanta parte, | | ir a Nínive quiero; | 285 | en ella, pues, te espero, | | para partir contigo | | mi cetro y mi corona. El Sol testigo | | será de una privanza | | a quien nunca se siga la mudanza. | 290 |
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MENÓN | Invictísimo joven, cuya frente | | no sólo de los rayos del Oriente | | inmortal se corona, | | pero de zona trascendiendo en zona, | | de hemisferio pasando en hemisferio, | 295 | hasta el ocaso extenderá su imperio. | | Yo estoy de ti premiado | | sólo con ver, señor, que hayas llegado | | a dejarte pagar de mis deseos; | | que nadie es acreedor de tus trofeos, | 300 | sino tu aliento sólo, | | Marte en la guerra y en la paz Apolo. | |
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NINO | Dame, Menón, tus brazos, | | y cree que aquestos lazos | | nudo serán tan fuerte | 305 | que sólo le desate... |
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(Vase.)
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IRENE | De mil contentos llena, | | no a dar, a recibir la norabuena | | me ofrezco yo, Menón, porque a ninguna | | persona toca más vuestra fortuna. | 310 |
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MENÓN | En eso no hacéis nada, | | que sois en ella muy interesada; | | pues cuanto yo valiere | | no es más que un corto don que darme quiere | | el Cielo, porque tenga | 315 | un sacrificio más que te prevenga | | llegar con mudo ejemplo | | al no piadoso umbral de vuestro templo. | | Dadme a besar la mano, | | si merezco favor tan soberano | 320 | en esta despedida. | |
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IRENE | La mano no, los brazos y aun la vida | | os doy, Menón, en ellos. | |
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MENÓN | ¡Oh, si como adorallos, merecellos | | hoy mi humildad pudiera! | 325 |
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IRENE | Haced breve esta ausencia. |
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(Vase.)
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MENÓN | Feliz fuera | | amante que a adorar un Sol se atreve, | | si él a la ausencia hacer pudiera breve. | |
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LISÍAS | (Aparte.) | Aunque el ver he sentido | | que mi patria hoy a ser haya venido | 330 | vasalla del vasallo, | | callaré, pues no puedo remediallo. | | (Alto.) | La merced que os ha hecho | | el Rey, Menón invicto, ya mi pecho | | por mí propia reconoce; | 335 | largas edades vuestra edad la goce. | |
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MENÓN | No dudo yo, Lisías, | | tendréis por vuestras las venturas mías; | | mas lo que a vos y a todos juntos digo | | es que en mí, no señor, tendréis amigo | 340 | que a todos os estime, | | y sólo a honraros el poder me anime. | |
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CHATO | Pues si hoy amigo, y no señor tenemos, | | justo es que como amigos nos tratemos. | | ¿Cómo estáis? Y pues es cosa asentada | 345 | que a un amigo no se ha de callar nada, | | y más cosas de pena y de cuidado, | | sabed que con Sirene estoy casado. | | Llegad acá, verá mi amigo ahora | | con qué cara amanezco cada aurora. | 350 |
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CHATO | No; mas la mía | | no es mi mujer. |
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MENÓN | Dejad para otro día | | el gusto de escucharos. | | Lisías, hoy fiaros | | de mi cuidado espero | 355 | la parte principal; venid, que quiero | | que me advirtáis en todo | | el estilo y el modo | | de alojar, mientras pago aquesta gente; | | y quiero, juntamente, | 360 | que noticias me deis de aquesta tierra, | | y qué es lo que en sus términos encierra. | |
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MENÓN | Viento, llévale a Irene estos suspiros, | | y tú, diosa Fortuna, | 365 | condicional imagen de la Luna, | | estate un punto queda; | | diviértela tú, Amor, para su rueda, | | para que sean testigos | | los Cielos que una vez han sido amigos. | 370 |
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(Vanse, y se quedan CHATO y SIRENE.)
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SIRENE | Bien veis cuán desvergonzado | | sin Dios, sin justicia y ley, | | delante del proprio Rey | | hoy conmigo habéis andado | | diciendo males de mí. | 375 |
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CHATO | No os cause aqueso inquietud; | | que pensé que era virtud. | |
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CHATO | A un sacerdote oí | | del dios Baco el otro día, | | que sus sacerdotes son | 380 | con quien tengo devoción, | | que hace mal el que decía | | de sus propias cosas bien; | | y como sois propia cosa | | vos, puesto que sois mi esposa, | 385 | dije mal para hacer bien. | |
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SIRENE | Pues ¿cómo dicen de mí, | | cuantos de fuera me ven, | | siempre muchísimo bien? | |
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CHATO | Como os ven de fuera; oíd: | 390 | sale al templo una mujer, | | y como no ha de reñir | | con los dioses, viéndola ir | | tan devota, al parecer, | | dice la gente: «¡Una santa | 395 | es fulana!», y es porque | | dentro en su casa no ven | | la condición con que espanta. | | Sale luego a una visita, | | y como allá no ha de dar | 400 | en casa ajena pesar, | | dicen de ella: «¡Una Angelita | | es por cierto!». Mentecato, | | vive con ella ocho días, | | verás esas Angelicas, | 405 | Demonios a cada rato. | | Venla en la reja tocada, | | y dicen que es muy hermosa. | | Tonto, ese jazmín y rosa | | es retama, destocada. | 410 | Sale a la calle prendida, | | y dicen: «¡Qué limpia es!». | | Bruto, ¿no ves que no ves | | la pata que está escondida? | | Si la vieras descalza, | 415 | sin medias y sin zapatos, | | dedos con más garabatos | | que una letra procesada, | | nunca que es limpia dijeras. | | ¿Pues qué habiendo de asistir | 420 | al desnudar y vestir? | | Y más si, tal vez, la vieras, | | por los hombros un manteo, | | en chapines ir andando | | con los pies de águila, cuando | 425 | es necesario el deseo, | | llegaras a conocer | | que tú mirándola estás | | como una mujer no más, | | y yo como mi mujer. | 430 |
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SIRENE | Todo aquesto no es disculpa, | | y bien que llegamos ya | | a casa, y que sabré allá | | absolveros de esa culpa | | con la tranca de la puerta. | 435 |
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(Sale FLORO.)
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CHATO | ¿Qué es aquí una, dos, tres? | |
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FLORO | La casa en que se concierta | | mi alojamiento. |
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FLORO | ¿Sois vos a quien llaman Chato? | 440 |
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FLORO | Mentecato, | | ¿por qué lo negáis? |
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CHATO | Porque | | me da a mí tanto pesar | | soldado huésped tener, | | como a mi mujer placer, | 445 | y, así, quisiera negar | | quién soy y la casa mía. | |
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CHATO | No | | leo bien veletas yo; | | mi mujer sí. |
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SIRENE | ¡Qué porfía! | 450 | ¿Aquí hay más que vos, señor, | | por huésped nos heis caído? | | Pues seáis muy bien venido | | donde os sirvamos los dos. | |
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FLORO | Cese ya vuestra porfía, | 455 | que dar yo pesar no intento | | jamás con mi alojamiento. | |
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CHATO | Pues ésta es mi alojería. | |
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SIRENE | Sois villano malicioso. | | Entrad presto a prevenir | 460 | vos adonde ha de asistir. | |
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(Vase.)
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FLORO | Mil veces dichoso | | he sido en haber venido | | a conocer la piedad | | vuestra y la gran voluntad | 465 | con que me habéis recibido. | |
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SIRENE | En viendo un soldado yo, | | se me quitan los enojos, | | tras él me llevan los ojos. | |
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FLORO | Ya con aqueso me dio | 470 | vuestra hermosura licencia | | para un abrazo que os pido. | |
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SIRENE | A ningún recién venido | | fuera el negarlo decencia; | | pero esto es en cortesía. | 475 |
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FLORO | ¿Quién vio tan villano agrado? | |
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(Sale CHATO.)
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CHATO | ¡Válamos Dios, seor soldado! | | ¿Pues tanta prisa corría | | que no esperarais a entrar | | en casa? Venid, por Dios; | 480 | no deis qué decir de vos | | en la calle. |
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FLORO | ...es muy mal vicio. | | En cortesía me dio | | este abrazo; y así, no, | 485 | no maliciéis. |
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CHATO | ¿Yo malicio? | | Ya sé yo que es muy cortés | | Sirene, y esto advertí, | | que está muy segura en mí. | | No os enojéis; entrad, pues, | 490 | en buena hora, señor. | |
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FLORO | Pues que es más vuestra que mía, | | venid acá en cortesía. | |
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(Llévala de la mano.)
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CHATO | Ya estamos solos, honor: | | ¿qué hemos de hacer? ¡Qué sé yo! | 495 | Si el mundo bajo me hizo | | de barro tan quebradizo, | | y de bronce y mármol no, | | ¿qué hay que esperar, si me ven | | quebrar al primero tri? | 500 | ¿Eso dices, honor? Sí, | | juro a Dios que dices bien. | | ¿Qué pie o brazo me ha quebrado | | su abrazo? ¿De qué me asusto? | | Fuera que sentir el gusto | 505 | del prójimo es gran pecado. | | Y entre éstas y otras, yo, | | por estarme discurriendo, | | aun estorbar no pretendo | | lo que otra venganza no. | 510 |
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(Salen LIBIO y ARSIDAS.)
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CHATO | Tengo un poco que estorbar, | | y ahora no hay lugar. | |
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ARSIDAS | Responded a mis deseos. | | Decidme, ¿el Rey Nino, cuándo | 515 | a esta Provincia llegó? | |
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CHATO | Hoy llegó y hoy se ausentó. | |
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ARSIDAS | ¿Y hacia dónde va marchando? | |
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ARSIDAS | Y decid, | | ¿qué tanto Nínive está | 520 | de Ascalón? |
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CHATO | Pienso que habrá | | cien millas. |
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CHATO | Todo eso es cosa perdida. | | Si es que a mi gusto buscáis, | | y por ahora me estáis | 525 | dando con la entretenida, | | no hay para qué; entrad los dos | | y en amor compaña acá | | hablaremos. |
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(Vase.)
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ARSIDAS | Idos ya, | | que no os quiero más. Adiós. | 530 |
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LIBIO | Di, ¿qué pretendes hacer? | | Que buscar al que venció | | tu reino y te despojó, | | da que dudar y temer. | |
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ARSIDAS | Lidoro, rey de Lidia desdichado | 535 | soy; pues sin ver jamás victoria alguna, | | siempre, Libio, ojeriza fui del hado, | | siempre cólera fui de la fortuna. | | Nino, de Siria el más afortunado | | Rey que vio el Sol debajo de la Luna, | 540 | de mi estado y mi patria me destierra; | | que éstos son los estragos de la guerra. | | Con el último encuentro expiró el día, | | y en un bruto, veloz Belerofonte, | | me salí, huyendo de la hueste mía, | 545 | a las piedades rústicas del monte. | | Ni más destino ni elección tenía | | que las líneas tocar de otro horizonte; | | y, así, dejé el caballo a su albedrío, | | si el suyo era mejor que lo era el mío. | 550 | Después de haber gran rato caminado, | | cuando lejos del campo estar pensaba, | | viendo el bruto del peso fatigado | | -mas ¿qué mucho, si huyendo me llevaba?-, | | de una áspera montaña en lo intrincado | 555 | me apeo, y en un tronco que allí estaba | | le arriendo, pues al ver su furia inmensa, | | no es poco don el ocio en recompensa. | | Arrójome en el suelo, y, suspirando, | | que es el mejor idioma de la queja, | 560 | cerca de mí, la estancia examinando, | | oigo una voz que mísera se queja. | | Por entre la espesura caminando | | voy, por si acaso descubrir se deja, | | y un bulto veo agonizando en una | 565 | maleza, a los cambiantes de la Luna. | | Acércome con ánimo piadoso, | | casi ya en mis desdichas consolado; | | que un desdichado pienso que es dichoso | | en topando otro que es más desdichado. | 570 | Ella, con un suspiro lastimoso, | | al verme dijo: «Pues llegáis, soldado, | | a socorrerme con piedad humana, | | sabed que Irene soy, de Nino hermana. | | En este último encuentro mi caballo | 575 | perdí, y, como la noche oscura y fría | | cerró, sola y herida y a pie me hallo, | | sin gente, sin favor, sin compañía». | | En mis hombros la puse al escuchallo, | | sin acordarme de la pena mía, | 580 | y piadoso con ella, cruel conmigo, | | en el cuartel me entré de mi enemigo. | | A este tiempo -que ser antes no pudo- | | ya su gente la había echado menos, | | y con trémula voz y dolor mudo | 585 | ya se miraban de esperanza ajenos. | | Yo, que, poblados de esplendor, no dudo, | | de la noche los páramos amenos, | | doy voces; llegan, y ella, agradecida, | | con este anillo me pagó la vida. | 590 | Vila a la luz, y vi de su hermosura | | el milagro mayor, y en un instante | | su beldad adoré. Mas ¡qué locura, | | el día que fui pobre, ser amante! | | Pero como la vi en la noche oscura, | 595 | jurisdicción de estrellas, no te espante | | que a amarla me obligase y a querella, | | pues a todo presente está mi estrella. | | Lleváronla a la tienda sus soldados, | | y yo, por no ser de ellos conocido, | 600 | me quedé, viendo ya de mis cuidados, | | con amor, todo el número cumplido. | | El infeliz influjo de mis hados | | a Batria me llevó, donde, admitido | | de Estorbato, viví en confusa llama; | 605 | que, en fin, descansa mal el que bien ama. | |
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(Vanse.)
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(Salen MENÓN y LISÍAS.)
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MENÓN | De todas cuantas grandezas | | de esta Provincia me has dicho, | | ésta que buscando vengo | | solamente es la que admiro. | 610 | Y, así, en tanto que llegamos | | a tocar el primer friso | | de aquese rústico templo, | | tarde de los hombres visto, | | vuelve otra vez a contarlo, | 615 | que quiero otra vez oírlo, | | porque se informe mejor | | mi ardimiento de tu aviso. | |
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LISÍAS | Yace, señor, en la falda | | de aquel eminente risco, | 620 | una laguna, pedazo | | de Leteo, oscuro río | | de Aqueronte, pues sus ondas, | | en siempre lóbregos giros, | | infunden a quien las bebe | 625 | sueño, pereza y olvido. | | En una isleta que hay | | en medio de su distrito, | | hay una ninfa de mármol, | | sin que hasta hoy se haya sabido, | 630 | de tres lustros a esta parte, | | ni quién ni por quién se hizo. | | De esotra parte del lago | | hay un rústico edificio, | | templo donde Venus vio | 635 | hacerle sus sacrificios | | bien poco ha; pero cesaron, | | porque Tiresias nos dijo, | | su sacerdote, que nadie | | pisase en todo este sitio, | 640 | ni examinase ni viese | | lo que en él está escondido; | | que es cada tronco un horror, | | cada peñasco un castigo, | | un asombro cada piedra | 645 | y cada planta un peligro. | | Con esto, y con añadirse | | a esto que algunos vecinos | | de estos montes, que tal vez | | se hallaron en él perdidos, | 650 | han escuchado en el templo | | mil veces roncos gemidos, | | lamentos desesperados | | y lastimosos suspiros, | | ha crecido en todos tanto | 655 | el pavor, que nadie ha habido | | que se atreva a examinar | | la causa. Y, así, te pido | | te vuelvas, señor, sin que | | profanes los vaticinios. | 660 |
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MENÓN | Dar un corazón, Lisías, | | a admiraciones, rendido | | a los hechos de los dioses, | | más tiene de sacrificio | | que de irreverencia. Ven | 665 | talando lo entretejido | | de estas peñas y estos ramos. | | No temas, pues vas conmigo. | |
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LISÍAS | No temo yo, mas recelo, | | y uno de otro es muy distinto. | 670 | Y aun no recelo tampoco | | los riesgos a que me animo, | | tanto como a esta maleza | | no saber bien el camino; | | y así, de aquestos villanos, | 675 | para esto sólo venidos, | | permite, señor, que llame | | alguno. |
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MENÓN | Que llames, digo, | | al más experto en el monte. | |
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LISÍAS | Este dicen que lo ha sido, | 680 | por haberse en él criado. | | Llega, Chato. |
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(Sale CHATO.)
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CHATO | ¿Qué hay, amigo? | | Un soldado me enviasteis | | a mi casa, el más bonito; | | tan hallado en ella está | 685 | que parece nuestro hijo. | |
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MENÓN | Dime, ¿tú sabes el monte? | |
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CHATO | Sabíale; mas imagino | | que no le sabré, después | | que hay encantos y hay hechizos. | 690 |
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MENÓN | Guíame al templo de Venus. | |
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CHATO | ¡Ay, señor! Un desatino | | tamaño como este puño | | su merced ahora dijo. | | ¿Al templo de Venus yo, | 695 | habiendo Tijeras dicho | | que allá no vamos, porque | | hay protentos y proligios? | |
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MENÓN | Sí, villano; guía presto. | |
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CHATO | Si ha de ser, venid conmigo, | 700 | que por aquí es. |
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MENÓN | Nunca vi | | tan confuso laberinto | | de bien marañadas ramas | | y de mal compuestos riscos. | |
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(Dentro SEMÍRAMIS.)
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MENÓN | Oigamos si otra vez | | se oye el eco más distinto. | 710 |
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SEMÍRAMIS | ¡Oh, monstruo de la fortuna! | | ¿Dónde vas sin luz ni aviso? | | Si el fin es morir, ¿por qué | | andas rodeando el camino? | |
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LISÍAS | Mujer es la que se lamenta | 715 | de la fortuna. |
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CHATO | Un hechizo | | tiene que se entra en el alma. | |
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SEMÍRAMIS | Contigo, | | contigo, fortuna, hablo. | |
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MENÓN | Ya me equivocó el aviso. | 720 |
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SEMÍRAMIS | Pero no me has de vencer, | | que yo, con valiente brío, | | sabré quebrarte los ojos. | |
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MENÓN | Sin luz quedaron los míos | | al oírlo; rayo fue | 725 | esta voz, que mis sentidos | | frías cenizas ha hecho | | acá dentro de mí mismo. | | ¡Qué frenesí!, ¡qué locura!, | | ¡qué letargo!, ¡qué delirio! | 730 |
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MENÓN | ¿Volver yo | | sin haberlo todo visto? | | Entra en lo más intrincado. | |
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CHATO | No puedo, porque me intrinco | | yo también. |
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(Sale TIRESIAS.)
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TIRESIAS | Detén el paso, | 735 | oh ignorante peregrino | | que de este sagrado coto | | osas penetrar el sitio. | |
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MENÓN | Llamado | | de mi valor he venido, | 740 | aquí, Tiresias, no a hacer | | sacrílegos desperdicios | | de las leyes de los dioses, | | sino, como su ministro | | yo también, pues soy señor | 745 | de esta Provincia, a cumplirlos. | | Y así, vengo a que me des | | parte de aqueste prodigio | | que guardas, para saber | | si la causa que has tenido | 750 | para alterar esta tierra | | es religión o delito. | |
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TIRESIAS | En vano lo has intentado, | | porque yo no he de decirlo. | |
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MENÓN | ¿Qué mujer es la que llora | 755 | de la fortuna castigos? | |
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TIRESIAS | No sé de ninguna yo, | | ni la he hablado ni la he visto. | |
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SEMÍRAMIS | (Dentro.) | ¡Ay, infelice de mí! | |
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MENÓN | Aquí dentro es el gemido. | 760 | Negarlo todo ya es | | de tu grave culpa indicio. | | Abre esa puerta. |
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TIRESIAS | Primero | | que las llaves, que conmigo | | están, a hombre humano entregue, | 765 | cumpliendo los vaticinios | | de mi Diosa, me daré | | la muerte; y así, atrevido, | | ese lago a mi cadáver | | le dé sepulcro de vidrio. | 770 |
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(Vase.)
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MENÓN | Nada me causa pavor. | | A romper me determino | | las puertas. Horrible monstruo | 775 | que aquí encerrado has vivido, | | sal a ver el Sol. |
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(Sale SEMÍRAMIS.)
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MENÓN | Mejor dijera divino | | monstruo, pues truecas las señas | | de lo rústico en lo lindo, | 780 | de lo bárbaro en lo hermoso, | | de lo inculto en lo pulido, | | lo silvestre en lo labrado, | | lo miserable en lo rico. | |
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SEMÍRAMIS | No menos me admira a mí | 785 | confundir, cuando te admiro, | | las equivocadas señas | | de lo piadoso y lo altivo, | | de lo gallardo y lo fuerte, | | de lo amable y de lo esquivo. | 790 |
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CHATO | Si todos los monstruos son | | como aqueste monstruocico, | | yo pienso llevarme uno, | | dos o tres, o cuatro o cinco. | |
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MENÓN | ¿Quién eres? Cómo o por qué | 795 | aquí encerrada has vivido | | me cuenta. |
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SEMÍRAMIS | Lo que de mí | | sé, por lo que otro me dijo, | | escucha, bizarro joven, | | a quien con vergüenza miro, | 800 | porque el segundo hombre eres | | que hasta hoy cara a cara he visto. | | Arceta, una ninfa bella | | que en estos campos floridos | | fue consagrado a Diana, | 805 | en todos sus ejercicios | | festejada de un amante, | | fue pagando con desvíos | | las finezas; que lo ingrato | | sólo en la mujer no es vicio. | 810 | Él a este templo de Venus | | una y muchas veces vino, | | como era madre de Amor, | | a rendirle sacrificios. | | Venus, del culto obligada, | 815 | ya que quererle no hizo, | | hizo que hallarla pudiese | | en el despoblado sitio | | de este monte, donde, necio, | | hizo el mérito delito. | 820 | Bajo género de amor | | debe de ser en los ritos | | suyos -que yo hasta ahora ignoro- | | la violencia, si imagino | | que no quiso como noble | 825 | quien como tirano quiso; | | pues no es victoria del alma | | aquélla que yo consigo | | sin la voluntad de quien | | no me la dé por sí mismo. | 830 | De esta especie de bastardo | | amor, de amor mal nacido, | | fui concepto. ¿Cuál será | | mi fin, si éste es mi principio? | | Mañosamente quejosa, | 835 | Arceta se satisfizo | | de sus disculpas, bien como | | la serpiente que con silbos | | halaga para morder; | | y fue así, pues, divertido, | 840 | le aseguró con blanduras, | | hasta que rosas y lirios | | que él hizo tálamo torpe, | | torpe túmulo ella hizo. | | Diole muerte con su acero, | 845 | y, pasando los precisos | | términos que estableció | | Naturaleza consigo, | | llegó severo el infausto, | | el infeliz, el impío | 850 | día de su parto, en tal | | horóscopo, según dijo | | Tiresias, que estaba todo | | ese globo cristalino | | -por un comunero eclipse | 855 | que al Sol desposeerle quiso | | del imperio de los días- | | parcial, turbado y diviso, | | tanto, que entre sí lidiaron, | | sobre campañas de vidrio, | 860 | las tropas de las estrellas, | | las escuadras de los signos, | | acometiéndose airados | | y ensangrentándose a visos. | | En civil guerra los dioses | 865 | vieron este azul zafiro, | | en sus ejes titubeando, | | desplomado de sus quicios. | | Arceta, temiendo más | | su opinión que su peligro, | 870 | sola al monte se salió, | | y en el más hondo retiro | | llamó a Lucina, que al parto | | vino tarde, o nunca vino, | | pues, víbora humana, yo | 875 | rompí aquel seno nativo, | | costándole al Cielo ya | | mi vida dos homicidios. | | Aquí fue donde Tiresias | | me contó, más indeciso, | 880 | de la suerte que me halló. | | ¡Quién supiera repetirlo! | | A los últimos alientos | | de Arceta, y a mis gemidos, | | acudieron cuantas fieras | 885 | contiene el monte en su asilo, | | y cuantas aves el viento; | | pero con fines distintos, | | porque las fieras quisieron | | despedazarnos y herirnos, | 890 | y las aves defenderlo, | | estorbarlo y resistirlo. | | En esta lid nos halló | | Tiresias, que había salido | | a hacer del mortal eclipse | 895 | no sé qué astrólogo juicio; | | y viendo de fieras y aves, | | en dos bandos divididos, | | un duelo tan desusado, | | un tan nuevo desafío, | 900 | llegó al lugar, viome en él, | | y llevándome consigo, | | vio que le seguían las aves, | | llevando en garras y en picos | | de las rústicas majadas | 905 | hurtados los lacticinios, | | que ser pudiesen entonces | | primero alimento mío. | | A tanto portento absorto, | | fue a consultar el divino | 910 | oráculo de Venus, | | que de esta suerte le dijo: | | «Esa infanta alumna es mía, | | y como siempre vivimos | | opuestas Diana y yo, | 915 | la ofende ella y yo la libro. | | Corrida de ver violada | | una ninfa suya, quiso | | que las fieras la ocultasen | | hoy en los sepulcros vivos | 920 | de sus vientres; pero yo, | | que a defenderla me animo, | | porque fui primera causa | | que alma y vida la dedico, | | las aves, como, en efecto, | 925 | Diosa del Aire, la envío | | a que la defiendan; ellas, | | a ley de preceptos míos, | | serán desde hoy sus nutrices, | | trayéndola a aqueste sitio | 930 | cada día su alimento, | | bien que a costa del aviso | | que no sepan nunca de ella | | los hombres; porque he temido | | que Diana ha de vengarse | 935 | de mí en ella, y con prodigios | | ha de alterar todo el Orbe, | | haciendo que sea el peligro | | más general su hermosura, | | que es el don que tiene mío. | 940 | Excusa, pues, los insultos, | | los escándalos, los vicios, | | los alborotos, las ruinas, | | las muertes y los delitos | | que han de suceder por ella, | 945 | desque aquí al rey más invicto | | haga tirano hasta que | | muera en fatal precipicio». | | Dijo la Diosa, añadiendo | | que al yerto cadáver frío | 950 | de Arceta lo colocase, | | ya en un mármol convertido, | | en medio de esa laguna. | | Todo Tiresias lo hizo, | | y, así, en aquesta prisión | 955 | tantos años me ha tenido | | sin que sepa más de aquello | | sólo que enseñarme quiso; | | y como en la lengua siria, | | quien dijo pájaro dijo | 960 | Semíramis, este nombre | | me puso por haber sido | | Hija del Aire y las aves, | | que son los tutores míos. | | Pues que tú, gallardo joven, | 965 | hoy la cárcel has rompido | | que fue mi centro, te ruego | | que allá me lleves, contigo, | | donde yo, pues advertida | | voy ya de los hados míos, | 970 | sabré vencerlos; pues sé, | | aunque sé poco, que impío | | el Cielo no avasalló | | la elección de nuestro juicio. | | Esto postrada te ruego, | 975 | esto humillada te pido, | | como mujer te lo mando, | | como esclava lo suplico, | | porque, si hoy la ocasión pierdo | | de verme libre, mi brío | 980 | desesperado sabrá | | darse la muerte a sí mismo, | | donde la misma razón | | de excusar mi precipicio | | será la que le apresure; | 985 | pues nada se vio cumplido | | más presto que lo que el hombre | | que no fuese presto quiso. | |
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MENÓN | Alza, Semíramis bella, | | del suelo, porque es indigno | 990 | que esté en el suelo postrado | | todo el Cielo que en ti he visto. | | Prodigiosamente hermosa | | eres, y aunque en ti previno | | el hado tantos sucesos, | 995 | ya tú doctamente has dicho | | que puede el juicio enmendarlos: | | ¡dichoso el que llega a oírlos! | | Y así, Semíramis, hoy | | he de llevarte conmigo | 1000 | donde tu hermosura sea, | | aún más que escándalo, alivio | | de los mortales. |
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SEMÍRAMIS | Adiós, | | tenebroso centro mío; | | que voy a ser racional | 1005 | ya que hasta aquí bruto he sido. | |
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MENÓN | Ea, vuelve tú a guiarnos. | |
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CHATO | Yo era un tonto, y lo que he visto | | me ha hecho dos tontos. No sé | | si he de acertar el camino. | 1010 |
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LISÍAS | ...que, gusano humano, no | | labres tu muerte tú mismo! | |
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[FIN DE LA PRIMERA JORNADA]
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