Selecciona una palabra y presiona la tecla d para obtener su definición.
Anterior Indice Siguiente




ArribaAbajoActo II

PERSONAS DEL SEGUNDO ACTO
 

 
SIMÓN.
CRISPÍN.
EL VICIO.
CONSTANZA.
GREGORIO,   padre.
GREGORIO,   hijo.
GABRIEL,   ángel.
SOBERBIA.
IRA.
AVARICIA.
LASCIVIA.
GULA.
CODICIA.
PEREZA.
ENVIDIA.
 

SIMÓN, de estudiante, y CRISPÍN, de gorrón.

 
CRISPÍN
   ¿Para qué es bueno reñirme,
Simón, si no puedo más?
SIMÓN
Tan rudo, Crispín, estás,
que no puedo persuadirme
   que por tu culpa no sea. 5
CRISPÍN
¿Mi culpa? ¿Qué puedo hacer?
SIMÓN
Es imposible saber,
el que saber no desea.
CRISPÍN
   De tu padre y mi señor,
fue mi voluntad forzada. 10
SIMÓN
La ciencia es mal empleada
en quien no la tiene amor.
CRISPÍN
    Tú y Gregorio sois extremos
de habilidad; yo un rocín.
SIMÓN
Los dos, estudiando, al fin 15
la Gramática sabemos,
   y por la Filosofía
vamos ya entrando, y tú estás
en menores, que no das
muestras de saber un día 20
más que el primero que entraste
en escuelas, y esto ha sido
tu negligencia y olvido.
CRISPÍN
No hay cosa que más me gaste
   el respeto y la paciencia, 25
que verme culpar sin culpa.
SIMÓN
Bien dices, que es gran disculpa
tu ignorancia e inocencia;
    para engañar y mentir,
para enredos, no te falta 30
habilidad.
CRISPÍN
Esa falta
es la gala del servir;
pero no tienes razón,
pues no me puedes poner
más faltas que no tener 35
al estudio inclinación.
   Ese globo universal
en que se mueven los cielos,
infunde a nuestros desvelos
la inclinación natural; 40
   y fue divino artificio;
que, de otra suerte, no hubiera
ni quien la guerra siguiera,
ni ejercitara un oficio.
   Verás un hombre que trata 45
de cavar, o ser pastor,
que pudiera ser mejor
platero de oro o de plata,
   y no fue más de que allí
le llamó la inclinación. 50
No todos los hombres son
estudiantes.
SIMÓN
Es ansí;
   pero ya que esto no sea,
¿qué virtudes ejercitas?
¿Qué enfermos, Crispín, visitas? 55
CRISPÍN
¿No basta, Simón, que lea
   en libros de devoción?
SIMÓN
¿Tú?
CRISPÍN
Yo, y aún tengo en el pecho
alguno.
SIMÓN
Placer me has hecho,
porque tales libros son 60
   maestros de la virtud.
Será fray Luis de Granada,
en cuya lección sagrada
tendrás doctrina y quietud.
   ¿Cuál dellos es, por mi vida? 65
CRISPÍN
Contentus mundi.
SIMÓN
¡Excelente!
Muestra; a ver.
CRISPÍN
Tente, detente.
SIMÓN
Pues ¿qué puede haber que impida
    el verle?
CRISPÍN
Ya me has rasgado,
la sotana; suelta, pues. 70
Sáquele una baraja de naipes.
SIMÓN
¿Este es libro?
CRISPÍN
Libro es,
mas está descuadernado.
SIMÓN
   Contentus mundi, Crispín,
es éste, bien se le ve. 75
CRISPÍN
En eso no te engañé,
hablando en mi mal latín.
SIMÓN
   Contemptus, ¿no significa
el desprecio?
CRISPÍN
Así es verdad;
pero acá mi habilidad, 80
a lo que suena le aplica,
   y si apuestas letras son
las que el mundo estima y ama
contentus mundi se llama
este libro con razón. 85
SIMÓN
   ¡Buen latín has estudiado!
CRISPÍN
¿Ves este libro, ¡por Dios!,
que es ciencia que a más de dos...?
SIMÓN
Calla, que me has enojado.
CRISPÍN
   Aristóteles, Platón 90
y otros, de todo escribieron;
mas dime, ¿cómo no dieron
en esta rara invención?
   ¿Cómo de todas las ciencias
hay libros, y desta no? 95
Porque en ella pienso yo
que hay notables diferencias;
   de la república humana
es imitación famosa
una baraja.
SIMÓN
¡Qué cosa
100
tan necia, torpe y villana!
CRISPÍN
   Espadas, son la milicia;
oros, trato y fundamento;
copas, el común sustento,
y los bastos, la justicia. 105
   Hay reyes, que es monarquía
de gobiernos verdaderos;
caballos y caballeros,
entre tanta infantería,
    tienen el lugar segundo, 110
como de su nombre infieres,
y porque sin las mujeres
no se conservara el mundo,
   porque el parir y el criar,
que es su aumento, les tocó, 115
a las sotas se les dió
su nombre en tercer lugar.
SIMÓN
   ¡Qué moralidad tan rara!
¡Con qué gusto la refieres!
 

(GABRIEL entra.)

 
GABRIEL
Escucha, Simón.
SIMÓN
¿Qué quieres?
120
GABRIEL
Un punto solo no para
   este estudiante vicioso
en quereros divertir.
SIMÓN
A mi hermano da en seguir;
pero él es tan virtuoso, 125
   que no le podrá inclinar
a lo que el necio pretende.
GABRIEL
Mucho su amistad me ofende.
SIMÓN
Poco le puede durar;
   yo, como hermano menor, 130
no he tomado atrevimiento
de decirle lo que siento,
que le escuche y tenga amor.
GABRIEL
   Ya que te sirvo de guía,
aunque ninguno me ve, 135
llevo sin gusto que esté
tanto en vuestra compañía.
SIMÓN
   Tus consejos interiores,
del cielo divinas lumbres,
son alma de mis costumbres, 140
ya por tu causa mejores:
   déjale, amigo, cansar,
que tú nos verás vencer.
 

(GREGORIO y el VICIO, de estudiantes.)

 
GREGORIO
No sé yo que el componer
pueda ser más que imitar. 145
VICIO
   Tuvo esa misma opinión
el filósofo.
SIMÓN
En poesía
vienen hablando.
VICIO
Y la mía
funda en la misma razón
   todo el arte, a quien primero 150
naturaleza ha de dar
fundamento.
GREGORIO
Oigo alabar
del vulgo, jüez grosero,
poetas sin arte alguno.
VICIO
Dignos de alabanza son, 155
si de su jurisdicción
no sale a ciencias ninguno;
   porque si quieren hablar
en ellas por arrogancia,
conócese su ignorancia. 160
GREGORIO
Muchos quieren enseñar
   lo que jamás aprendieron.
VICIO
Engaño del propio amor;
hoy las gracias de Leonor,
Gregorio, ocasión me dieron 165
   para escribir un romance,
y para darle a entender
que, en condición de mujer,
no hay fe que firmeza alcance.
GREGORIO
   Si le sabes de memoria, 170
dímelo, ¡por Dios!
VICIO
Sí haré,
que en ella le fabriqué,
pintando su pena y gloria.
GABRIEL
   ¡Cómo le impide y divierte
porque ni estudie ni arguya! 175
VICIO
Escucha, ¡por vida tuya!
GREGORIO
¿Cómo dice?
VICIO
Desta suerte:
   «Alegres tristezas mías,
si os preguntaren la causa,
responded que sois tristezas, 180
y veros alegres basta;
porque estar alegre un triste
son dos cosas tan contrarias,
que es yerro en naturaleza,
si no es locura en el alma, 185
una condición adoro,
tan divinamente humana,
que me da vida con gustos,
y con disgustos me mata.
Tal vez entre sus amores 190
resucita mi esperanza;
tal vez entre sus desdenes
aún la posesión me falta.
Agradecida y contenta,
amanece con el alba; 195
tibia y triste al mediodía,
y antes que anochezca ingrata.
Ni sé si vivo o si muero;
que es tan rigurosa y blanda,
que enamorado me olvida, 200
y enojado me regala.
Cuando vive más segura
de que la adoran mis ansias,
por no agradecer mi amor,
que la olvido me levanta. 205
Cuando me quedo suspenso
imaginando en sus gracias,
el pensamiento me riñe
como si se viese el alma.
Y plega a Dios, que si pienso 210
más que en servirla y amarla,
que le dé mi posesión
a quien tuviere esperanza;
pues esperanzas son éstas,
Silvia hermosa, que bastaran, 215
adonde faltaran obras,
para acreditar palabras.
No sé en qué fundas las dudas
que los tiempos desengañan,
pues la experiencia y los años 220
son las mejores fianzas.
Hablaba con mis tristezas,
ya mi amor contigo habla,
por hablar con mi alegría,
que sin tus ojos me falta. 225
Alegre o triste estaré
si me dejas o me llamas,
porque celos son tristezas,
y amores son confianzas.»
SIMÓN
    Atento he estado a escuchar 230
vuestra poesía, y me admira
que sigáis una mentira
tan digna de condenar;
que ese modo de juntar
pasiones con tal rigor, 235
no es amor, porque el valor
del amor, cuando más tierno,
ha de tener fin eterno,
porque éste es perfecto amor.
   Amor de cosas livianas, 240
temporales y tan viles,
que, como flores sutiles,
duran las breves mañanas;
amor de cosas humanas
no es amor; la perfección 245
de amor se funda en razón
de eternidad, donde alcanza
la fe, por justa esperanza,
soberana posesión.
GREGORIO
    Esto es sólo ejercitar 250
el arte del componer,
que no porque esta mujer
se intente solicitar.
SIMÓN
Sí, pero hay donde emplear
la pluma en otra hermosura 255
que yo conozco, más pura
que el sol; y si la poesía
es dulce, en nadie podría
hallar más gracia y dulzura;
   su retrato tengo aquí. 260
GREGORIO
Muestra; a ver.
SIMÓN
Esta Señora

 (Saque una imagen pequeña del pecho.) 

es la Emperatriz que adora
el cielo; a tu amigo di
que esta boca, en cuyo sí
estuvo mi bien, alabe 265
en estilo dulce y grave;
llámela venda de grana,
y rosa que a la mañana
abre el pimpollo suave.
   Dile que a la honestidad 270
destos ojos, destos soles,
o en latinos o españoles
versos, muestre habilidad;
a esta divina humildad
escriba requiebros tales, 275
aunque no serán iguales
a sus divinos decoros,
que los canten en sus coros
los pájaros celestiales.
VICIO
   Simón, nunca supe yo 280
componer a lo divino;
descomponer imagino
que supe, componer no;
que alguno que ya se vió

 (Aparte.) 

divino, pudo mi mano 285
traerle a ser tan humano,
que de puro descompuesto
pasó del extremo honesto
al extremo de liviano.
   Yo descompuse a Luzbel, 290
tanto, que en injusta guerra,
en el centro de la tierra
di, desde el cielo, con él;
un Rey, a Dios tan fiel,
que se ajustaron los dos, 295
siendo el corazón de Dios
tan grande, así descompuse,
que lejos de vos le puse
a no haber piedad en vos;
   distes tal ciencia y riqueza 300
a Salomón, que os servía,
que parece que excedía
la mortal naturaleza;
y toda aquella firmeza
es duda en los hombres ya, 305
que de siglo en siglo va,
pues de estado tan honesto,
vino a estar tan descompuesto,
que no saben dónde está.
   Yo compusiera, María, 310
mil alabanzas de vos;
mas con ser Madre de Dios,
descompusistes un día
de tal suerte mi poesía,
que cuando escribo abrasáis; 315
si por Reina os coronáis
de la Virtud, y soy Vicio,
no es alabaros mi oficio,
aunque vos lo merezcáis.
   Allá Bernardo os alabe, 320
y Damasceno os celebre;
vuestro Ildefonso os requiebre,
pues os debe lo que sabe;
y el paraninfo suave
del Ave de Nazarén, 325
con los muchos que en Belén
cantaron la gloria al pan,
o los hombres a quien dan
pan que les sabe tan bien;
   que yo, Vicio, si en mi esencia 330
no dejo de ser quien soy,
¿qué os debo, pues nunca voy
a procurar penitencia?
Descompuesta mi paciencia,
¿qué tengo de componer? 335
No basta de envidia arder,
pues de demonio, en razón,
para darme ya perdón
aún no tiene Dios poder.

 (Vase.) 

CRISPÍN
   No quiso alabarla, y fuése. 340
GREGORIO
No. compone a lo divino.
SIMÓN
Pues yo alabarla imagino,
aunque mil veces le pese.
CRISPÍN
    ¿Sabes versos?
SIMÓN
Una glosa
a su limpia concepción. 345
CRISPÍN
Si la glosares, Simón,
aunque muy dificultosa,
   pienso competir contigo.
SIMÓN
Oíd la copla, que tiene
dificultad, y conviene 350
silencio.
GREGORIO
Comienza.
SIMÓN
Digo:
   «En el cristal en quien Cristo
bebió mil veces, veneno
no se ha de poner, pues lleno
de gracia siempre fue visto.» 355
CRISPÍN
   ¡Terrible dificultad!
SIMÓN
La Virgen tiene poetas
para cosas más perfetas;
vaya de glosa, escuchad:
   «Hizo de puro cristal, 360
Dios, un vaso. en que bebiese
su Hijo, tan celestial,
que de su pureza huyese
el veneno original;
   en los demás que ha formado 365
desde Adán, siempre fue visto,
como era barro heredado,
mas nunca estalló el pecado
en el cristal en quien Cristo
   iba el pecado a beber; 370
y quebróle Dios la boca;
que es Dios, y lo pudo hacer,
que donde la suya toca,
fuera apocar su poder;
   que este vaso cristalino, 375
aunque de origen terreno,
que no tuviese previno,
donde su Hijo divino
bebió mil veces, veneno;
   fue a miralle y se detuvo 380
la Culpa, que en este intento,
tan lleno de gracia estuvo,
que nunca el veneno tuvo
de miralle atrevimiento.
   Lleno estuvo, y siempre ameno, 385
de aquel celestial rocío,
y pues nunca estuvo ajeno
de gracia, della vacío
no se ha de poner, pues lleno;
   a aquella divina esfera 390
jamás se atrevió ninguno;
que no era bien que tuviera
mancha de veneno alguno
vaso donde Dios bebiera.
   Porque como fue labrado 395
para que bebiese Cristo,
antes de verle el pecado,
no sólo lleno, colmado
de gracia siempre fue visto.»
CRISPÍN
   ¡Cuerpo de tal! Pues agora, 400
¿quién glosará? Yo no sé.
GREGORIO
El premio, hermano, te dé
la misma hermosa Señora.
SIMÓN
   Mi padre viene; ya sabes
que tengo puesto un altar; 405
vamos los dos a cantar
a la Reina de las Aves
   alguna dulce canción.
GREGORIO
¿Tienes velas?
SIMÓN
Velas tengo.
 

(Entre GREGORIO, el padre.)

 
GREGORIO
A reñirte, Crispín, vengo. 410
CRISPÍN
Vienes a buena ocasión.
GREGORIO
    ¿Qué hacías?
CRISPÍN
Estaba oyendo
sermón.
GREGORIO
¿De quién?
CRISPÍN
De Simón;
que de su conversación
virtud estoy aprendiendo. 415
GREGORIO
   Como a toro me has echado
la capa, viendo que llego;
¿en qué entiendes? ¿Cómo vives
tan bárbaro?
CRISPÍN
Agora veo
que no riñes con razón. 420
GREGORIO
Pues ¿por qué?
CRISPÍN
Porque eres viejo,
y como estos hijos tienes
tan santos, que no hay en ellos
qué reñir, pegas conmigo.
GREGORIO
Yo te riño porque puedo 425
y porque te veo perdido;
¡qué bien pagas el deseo
que tengo de que seas hombre!
CRISPÍN
Eso a mi madre lo debo,
que pudo hacerme mujer. 430
GREGORIO
¿Cómo, dime, en tanto tiempo
apenas sabes latín?
CRISPÍN
¿Latín no? ¡Qué lindo cuento!
No le supo Cicerón
como yo; pregunta luego, 435
si sabes algo y te acuerdas.
GREGORIO
¡Buen ánimo!
CRISPÍN
Yo no temo.
GREGORIO
Pues ¿qué quiere decir Sanctus
quoque Spiritus?
CRISPÍN
Pues eso
un niño se lo dirá. 440
GREGORIO
Veamos.
CRISPÍN
Estáme atento:
ninguno coque a los santos
que le entraron en el cuerpo
espíritus.
GREGORIO
¡Buen romance!
CRISPÍN
No soy docto.
GREGORIO
Tienes seso.
445
Sabes qué quiere decir
parabolam hanc, deseo.
CRISPÍN
Apárame allá esta bola.
¡Mire si latín entiendo!
GREGORIO
¡Famoso interpretador! 450
Y ¿qué dirá, según eso,
satis est brevis oratio?
CRISPÍN
Que son sastres los que hicieron
las bragas a Horacio.
GREGORIO
¡Bien!
CRISPÍN
Estoy por extremo diestro. 455
GREGORIO
Y ¿qué dirá Confitemini
quoniam bonus?
CRISPÍN
Vas haciendo
pruebas de mi ingenio; escucha:
estos confites son buenos.
¡Mira qué bello romance! 460
GREGORIO
Es tan bueno, que te quiero
enviar al campo desde hoy.
CRISPÍN
Y pienso yo que es lo cierto.
Señor, las primeras letras
son para los años tiernos, 465
no para mí, porque ya
tengo barbado el ingenio;
y pues en Móstoles tienes
tierras y hacienda, te ruego
que asista a labrarlas yo, 470
porque viñas y barbechos
más a su labor me inclinan
que femina, más que genus.
Vea yo cubrir las cepas
de hojas y racimos nuevos, 475
desde los pámpanos verdes
hasta los pardos sarmientos;
vea yo el lagar pisado,
teñido de mosto espeso,
y cómo en las altas cubas 480
rebosa y hierve sin fuego;
vea yo segar los haces,
y sobre el bálago seto,
ir rechinando los trillos,
de los guijarros abierto. 485
Mate, hablando con perdón,
el día que hiciere hielo,
un puerco de mi tamaño,
y como plata con premio,
truéquele todo en menudos, 490
morcillas, pies, entrecuestos,
cilluerbedas, longanizas,
testuz, asadura, sesos,
lengua que nunca pecó,
manteca, solomos tiernos, 495
pajarilla, chicharrones,
y hasta aquello que, por tuerto,
no es bueno para virotes,
que así lo dice el proverbio,
y no me mandes que vaya 500
donde pienso que primero
que pueda aprender latín,
sabré tudesco o guineo.
GREGORIO
Digo que acepto el partido.
CRISPÍN
Los pies mil veces te beso. 505
GREGORIO
Que ¡por vida de Constanza,
que me hurtaste el pensamiento!
CRISPÍN
Sí, pero ¿no sabes tú
que haciendo el hombre primero
Dios, le vio solo y le dio 510
quien le acompañase luego,
porque no estuviese solo?
GREGORIO
¿Qué quieres decir en eso?
CRISPÍN
Que me quisiera...
GREGORIO
Prosigue.
CRISPÍN
Parecer a Adán.
GREGORIO
No, entiendo.
515
CRISPÍN
Debe de ser que no quieres;
que es aquello que aprendemos
en el abecé, y después
nunca más nos sirve.
GREGORIO
Creo
que es la letra ka.
CRISPÍN
Pues ca...
520
GREGORIO
Casarte.
CRISPÍN
Casarme quiero,
si quieres tú.
GREGORIO
Sí querré,
cuando se ofrezca sujeto.
CRISPÍN
Ya pienso que está ofrecido.
GREGORIO
¿En casa, o fuera?
CRISPÍN
Acá dentro.
525
GREGORIO
¿Quién?
CRISPÍN
Marina.
GREGORIO
Si ella quiere,
al dote, Crispín, me ofrezco,
y a Móstoles os iréis
acabado el casamiento,
donde viváis con mi hacienda. 530
CRISPÍN
Vivas más años que un pleito
en que haya dos relatores.
GREGORIO
Entra, y a Constanza hablemos,
que quiere bien a Marina.
CRISPÍN
Sotana, desde hoy os cuelgo; 535
yo me vuelvo a mi labranza,
porque estudiar sin deseo,
es tocar lira a un caballo
y hacer sin ingenio versos.
 

(Vanse.)

 
 

(Entre el VICIO.)

 
VICIO
   No me puedo sosegar; 540
pero si yo soy el Vicio,
no es el sosiego mi oficio,
porque mal le puede hallar
un vicioso que ha de dar
gusto a sus cinco sentidos 545
que mal estarán dormidos,
si no es cuando la pereza
cierra con mortal flaqueza
los ojos y los oídos;
   este estudiante 550
rapaz se va poco a poco al cielo:
¿cómo, vicios, no desvelo
su quietud, sosiego y paz?
diréis que soy incapaz de
mirar resplandeciente 555
de un niño sol el Oriente;
pues ¿qué haré, si de la mano
le tiene aquel Soberano
que fue la cruz su Occidente?
   Pues en volviendo a la Torre, 560
de quien penden mil escudos,
¿qué vicios no quedan mudos,
si le defiende y socorre?
Simón tan aprisa corre,
que pienso que le promete 565
ser Virgen, porque le acete
la Virgen por hijo suyo;
pues, Virgen, si es hijo tuyo,
¿quién hay que no le respete?
¿Quién, estrella de la mar, 570
se ha de oponer a tus rayos?
Mas ¿de qué sirven desmayos
cuando se ha de pelear?
Vicios, no habéis de culpar
al Vicio; abrid esa cueva, 575
que todos siete, a tan nueva
conquista sois menester,
que le quiere defender
la que trocó en Ave el Eva.
 

(Ábranse dos puertas que estén a manera de cueva, y en unas jiradas estén los siete Vicios o pecados mortales, tres en una grada, tres en otra, y en lo alto la SOBERBIA.)

 
SOBERBIA
    ¿Qué es lo que quieres, Vicio?
VICIO
¡Qué sentado
580
estás, Soberbia, en ese trono! mira
que el capitán que duerme descuidado,
más a la infamia que a la gloria aspira;
aun de Pereza debe ser culpado,
si al ocio del sosiego se retira; 585
dejad todos la cueva, y con valiente
brazo, guerra mortal a Dios se intente.
SOBERBIA
    ¿Tan bien nos va con ese atrevimiento?
IRA
¿Parécete que deja Dios su gloria
con tal facilidad a nuestro intento, 590
o pierdes de sus triunfos la memoria?
LASCIVIA
Lo general en Dios no es argumento,
que siempre ha de ser suya la victoria;
algunas almas ha perdido el cielo.
VICIO
Agradezco, Lascivia, tu consuelo. 595
   ¿Quién, sino tú, tan animoso fuera?
CODICIA
Cuando el valor que tiene le faltara,
la Codicia que miras se le diera.
GULA
Y yo, faltando todos, no ¿bastara?
mas di: ¿para quién es guerra tan fiera? 600
¿Qué gigante mortal rayos dispara
contra nosotros? ¿En qué monte viven?
¿Para quién tantas armas aperciben?
VICIO
   Vicios ¿no es éste aquel feroz gigante
que venció vuestras varias ilusiones? 605
Sabed que es un muchacho, un tierno infante.
SOBERBIA
Pues ¿para un niño tantas prevenciones?
VICIO
¿Queréis que, por ventura, se levante
a igualar los magnánimos varones
que en la Iglesia de Cristo son colunas, 610
por no torcer en el principio algunas?
   No debéis de saber de qué manera
entra este tierno y varonil soldado
en la estacada, en que el laurel espera,
del ángel de su guarda acompañado; 615
temo que a la Señora siempre entera,
promete, como fue huerto cerrado,
ser azucena casta eternamente.
PEREZA
¿Tan presto, Vicio, sus favores siente?
VICIO
   ¿Tan presto tiene pensamientos tales? 620
AVARICIA
Dale un asalto general.
GULA
Lleguemos.
CODICIA
Amores tiernos dice a Dios, mentales.
GULA
Si él habla con su cruz, ¿qué ganaremos?
IRA
   ¡Que tenga pensamientos celestiales
un niño en esta edad!
VICIO
Tales extremos
625
me tienen tan cobarde.
SOBERBIA
Escucha un poco.
ENVIDIA
De verle, a más envidia me provoco.
 

(SIMÓN entre.)

 
SIMÓN
   En este campo estéril,
que cinco fuentes riegan,
por afrentar mis ojos, 630
que son de piedra en ellas;
en estas soledades,
de dos soles tinieblas,
el uno puesto en sangre,
y el otro en nubes negras; 635
entre estas secas ramas,
donde tres brazos cuelgan,
cordero a quien mis culpas
causaron tantas penas;
donde dos delincuentes 640
te acompañan por fuerza,
y yo, que en mis delitos
parezco el que te niega;
aquí, donde una Virgen,
por blancas azucenas 645
de su divino rostro,
está sembrando perlas,
tan bellas, aunque tristes,
que más fértil de estrellas
la tierra, con el cielo 650
presume competencia,
escucha, Jesús mío,
mis amorosas quejas,
que de verte y de verme,
el alma las engendra; 655
mis manos miro libres,
las tuyas miro presas,
aunque para abrazarme
los clavos dan licencia.
Cuando miro la mía, 660
de vanidades llena,
espinas lastimosas
tu cabeza penetran.
Una atrevida lanza
y una amorosa flecha 665
pasan tu corazón,
y el mío es hielo y piedra.
¡Humíllale, Dios mío,
porque humillado tenga
el agua de tu gracia, 670
la sangre de tus venas!
¡Ay, si podré llegarme
con tan graves ofensas!
Que sí me dices creo,
pues bajas la cabeza. 675
VICIO
   ¿En esta imaginación,
pertúrbale tú, Soberbia!
SIMÓN
¡Ay, Señor, qué pensamientos
divertir mi vida intentan!
 

(Todos detrás de él, y él sin verlos, le hablen, y él responda.)

 
SOBERBIA
Si te vieses levantado 680
por santidad y por letras,
donde los Reyes de España
te honrasen de tal manera
que entrases en su palacio;
y si vieses una reina 685
a tus pies, Simón, ¿qué harías?
SIMÓN
Besar mil veces la tierra
con humildad, porque el justo,
honras del mundo desprecia.
IRA
¿Si vieses que te murmuran? 690
SIMÓN
Tener, con Cristo, paciencia,
que en su presencia divina
aun sufrió tantas blasfemias.
LASCIVIA
¿Si te hablasen bellas damas?
SIMÓN
Mirad que es mucho más bella 695
la Castidad.
CODICIA
¿Si mirases
joyas y grandes riquezas?
SIMÓN
Ver que la mayor de todas
es la pobreza contenta.
GULA
¿Si vieses grandes regalos? 700
SIMÓN
Irme a la divina Mesa,
donde da la Iglesia un pan
que cielo y tierra sustenta.
AVARICIA
¿Y si en oficio te vieses
que adquirieses grande hacienda? 705
SIMÓN
Darla a pobres, que estos bienes
son los que al cielo se llevan.
PEREZA
¿Si te cansase el trabajo?
SIMÓN
Decir a la carne enferma
que Dios nos mandó velar, 710
y estar hasta el alba en vela.
Pero ¿quién me mete a mí
en preguntas y respuestas?
Con mis imaginaciones,
mi altar con dos velas queda. 715
Voy a cantar a la Virgen
mil versos, mil dulces letras,
que sólo en ella y su Hijo
los pensamientos sosiegan.

 (Vase.) 

VICIO
   ¿Hay cosa más extraña? ¿Qué os parece 720
que ha de ser este niño?
SOBERBIA
Algún gigante
que a las columnas de su templo ofrece
Cristo, y que temo por divino Atlante.
VICIO
Nunca en sus alabanzas enmudece;
agora va a cantar.
IRA
Pues no le cante;
725
estorba, Vicio, sus canciones luego.
VICIO
Pondré el altar y aun a la casa fuego.
ENVIDIA
   Pues no pueden vencerlo tentaciones,
véngate haciendo mal.
VICIO
Si se levanta
de decir a la imagen sus canciones, 730
las velas me darán venganza tanta.
SOBERBIA
Destos proceden ínclitos varones,
ilustres héroes de la Esposa santa
del Cordero.
VICIO
¿Quién duda que le espera?
¡Vicios, muera Simón!
ENVIDIA
¡Da fuego, y muera!
735
 

(GREGORIO, el padre, y CONSTANZA.)

 
CONSTANZA
   Ella también tiene gusto
deste casamiento.
GREGORIO
En todo
querría él buscar el modo
más conveniente y más justo
   para despacharlos luego 740
a Móstoles, que esa hacienda,
si no hay quien en ella entienda,
es como ponerla fuego,
   y por ser vuestra la estimo.
CONSTANZA
Crispín y Marina son 745
a propósito.
GREGORIO
Es razón
que tengan algún arrimo
   en habiéndolos casado.
CONSTANZA
Con esa hacienda podrán
vivir, y della tendrán, 750
como caseros, cuidado.
 

(Canten dentro:)

 
   Una niña hermosa
   Virgen celestial,
   a ser fuente nace
   de quien salga el mar. 755
GREGORIO
¿Quién canta?
CONSTANZA
No sé quién es.
GREGORIO
¡Crispín!
CRISPÍN
¡Señor!
GREGORIO
¿Quién cantó,
que en verdad que me agradó?
CRISPÍN
Admírome de que estés
   de saber tan descuidado 760
que canta muy bien Simón.
GREGORIO
Llámale.
CONSTANZA
En esta ocasión
debe de estar ocupado
   con la imagen de su altar,
porque cuando velas tiene, 765
a bailar y cantar viene.
GREGORIO
Qué, ¿bailar sabe y cantar?
 

(SIMÓN y CRISPÍN.)

 
CRISPÍN
    Entra, que te está llamando
aquí mi señor.
SIMÓN
¿A mí?
GREGORIO
¿Cantabas tú?
SIMÓN
Señor, sí;
770
cantando estaba y rezando.
GREGORIO
   En verdad, que yo y tu madre
te habemos de oir.
SIMÓN
Pues ¿quién
me ha de tañer?
CRISPÍN
¡Oh, qué bien!
Así obedece a su padre; 775
   traeré de enfrente, en un salto,
los músicos de don Juan.
SIMÓN
¡Oh, qué mal me ayudarán,
de voz y de gracia falto!
 

(CRISPÍN, con los MÚSICOS.)

 
CRISPÍN
   Luego, a la fe, los topé. 780
GREGORIO
Simón nos quiere alegrar,
y ha de bailar y cantar.
SIMÓN
Haré lo poco que sé,
   sólo por ser obediente.
MÚSICOS
Vos, para todo, Simón, 785
tenéis gracia y perfección.
SIMÓN
Manda que Crispín me aliente,
   pues lo, sabe hacer.
CRISPÍN
¡Yo!
SIMÓN
Sí.
GREGORIO
A coros podéis bailar.
CRISPÍN
Marina me ha de ayudar. 790
CONSTANZA
Ya viene Marina aquí.
 

(Adviértase que esté música arriba, la cual ha de tañer y cantar cuando cante SIMÓN, y los MÚSICOS que estén en el teatro, tener las manos quedas en los instrumentos, sin tocar hasta que canten y bailen CRISPÍN y MARINA.)

 
SIMÓN
    Zagalejos del prado,
celebrad, cantad,
que ha nacido la fuente
que es madre del mar. 795
Quiere el mar de Cristo
aguas de cristal,
luego no es posible
que la enturbie Adán.
Érase la sierpe 800
un fiero animal;
aguas preservadas
veneno le dan.
Zagalejos del prado,
celebrad, cantad, 805
que ha nacido la fuente
que es madre del mar.
 

(CRISPÍN ahora, y canten en el teatro.)

 
   Tus negros ojuelos,
hermosa Leonor,
como están embozados, 810
matan a traición.
Del negro capote
se ha quejado Amor;
nunca Amor se queja
sin tener razón. 815
Cúbrelos la noche,
siendo como el sol;
como están embozados,
matan a traición.
 

(Sale el VICIO.)

 
VICIO
   ¿Cómo con tanto descuido 820
estáis, cuando vuestra casa
en fuego se está abrasando?
¿No veis el humo y las llamas,
que exhalan centellas vivas?
GREGORIO
¡Hijos. mi casa se abrasa; 825
acudamos al remedio!
SIMÓN
¡Sosiegue, padre! ¡Sagrada
Virgen, madre de la luz,
las dos velas que luz daban
a vuestro retrato santo, 830
por aquella mano ingrata
cayeron, y han emprendido
nuestro albergue! ¡Soberana
Señora, poned remedio,
pues sois mar de la esperanza! 835
¡Ave María Santísima!
 

(Híncanse de rodillas todos.)

 
VICIO
Sólo aquese nombre basta
a aplacar llamas eternas.
 

(Sale el ángel echando Avemarías por bofetón.)

 
GREGORIO
¡Esta es maravilla extraña!
SIMÓN
Más puede hacer quien la hace; 840
démosle infinitas gracias.
VICIO
No ha aprovechado mi industria;
pero mayores hazañas
he de emprender, hasta hacerte
que de tu entereza caigas. 845

 
 
FIN DEL ACTO SEGUNDO
 
 

Anterior Indice Siguiente