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ArribaAbajoActo III

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Habitación de FERNÁN PÉREZ y de ELVIRA. Puertas laterales, dos en primer término y dos en segundo. Otra de foro. Ventanas a los lados de la del foro con vidrios de colores al uso del tiempo, de gusto gótico.

 

Escena I

 

BEATRIZ, MACÍAS.

 
 

MACÍAS entra a pesar de BEATRIZ, que trata de impedírselo.

 
BEATRIZ
    Sal presto, señor; no insistas...
MACÍAS
    Beatriz, es fuerza. He de verla.
BEATRIZ
    Repara que si su esposo...
MACÍAS
    ¿Su esposo? No; nada temas,
con don Enrique le dejo:5
no vendrá. La vez postrera
será que a la ingrata Elvira
antes de mi muerte vea.
BEATRIZ
    Tente, señor; oye... escucha.
MACÍAS
    Sin verla no he de irme.
BEATRIZ
Espera.
10
MACÍAS
    Aquí me hallará Fernán Pérez.
BEATRIZ
    Advierte...
MACÍAS
Nada hay que advierta.
Mira, pues, si te conviene
darme paso antes que venga...
Un cuarto de hora... un instante...15
¡Beatriz!
BEATRIZ
¡Silencio! Alguien llega.
Ella es,
MACÍAS
¿Es ella?
BEATRIZ
Sal presto.
MACÍAS
    Nunca.
BEATRIZ
Pues bien; a esa pieza
éntrate... sí... yo he de hablarla...
Yo le diré...

 (Le obliga a ir hacia la segunda puerta de la izquierda.) 

MACÍAS
¡Beatriz!
BEATRIZ
Entra,
20
Señor, que si ella consiente...
MACÍAS
    Me entro fiado en tu promesa.

 (Se entra.) 

BEATRIZ
    Toda tiemblo. ¿Hay tal empeño?
¡Si Fernán Pérez lo supiera!


Escena II

 

BEATRIZ, ELVIRA.

 
 

Ambas conservan aún los vestidos del acto segundo: BEATRIZ en toda esta escena está agitada, como temerosa de que MACÍAS se descubra, y no pierde de vista el gabinete. MACÍAS entreabre de cuando en cuando la puerta para escuchar. ELVIRA está de espaldas al gabinete de MACÍAS.

 
ELVIRA

 (Saliendo.) 

    ¿Y qué es, Beatriz, de mi esposo?25
¿Qué de Macías?
BEATRIZ
Sosiega
tu inquietud; de ambos la furia
logró refrenar Villena.
Mas pidió tu amante el duelo,
y hubo de darle su venia.30
ELVIRA
    ¿Qué dices?
BEATRIZ
Que lo retó
para mañana en presencia
de don Enrique, que es juez
del campo.
ELVIRA
¡Ay, cielos! ¿No era
bastante ya que me dieseis35
tirano esposo por fuerza,
sino que es también preciso
que sangre de uno se vierta?
¡Oh!, si el dolor me acabara,
Beatriz, ¡cuán dichosa fuera!40
MACÍAS
    (¡Pérfida!)
ELVIRA
¿Y ni pude hablarle,
ni saber la causa cierta
de su tardanza? ¡Dios mío!
¿Con que fue un ardid la nueva
de su boda allá?
BEATRIZ
Señora,
45
si quieres hablarle...
ELVIRA
¡Necia!
Hablárale ayer; mas hoy...
Eso fuera hacer ofensa
a mi esposo... Estoy casada.
¡Infeliz!
BEATRIZ
¡Ah! ¡Qué imprudencia!
50
ELVIRA
    ¿Mas qué sobresalto es ése?
¿Tú sabes?...
BEATRIZ
No es nada.
ELVIRA
¿Niegas
lo que estoy viendo en tu rostro?
¿Qué secreto o triste nueva?...
Dilo de una vez ya todo,55
que ya a todo estoy dispuesta.
¿Puedo ser más desgraciada?
¿Tú le viste? ¿A alguien esperas?...
Habla ya.
BEATRIZ
Macías mismo
me pidió de ti una audiencia.60
Quiere hablarte.
ELVIRA
¿Hablarme? Nunca.
No, Beatriz, no.
BEATRIZ
En esta pieza
me habló...
ELVIRA
¿Y fuese?
BEATRIZ
Fue imposible
echarle.
ELVIRA
¿Qué dices? ¿Piensas
lo que hiciste? Luego aquí...65

 (Con el mayor sobresalto y mirando a todas partes.) 

BEATRIZ
    No... mas...
ELVIRA
¿Dónde? ¡Suerte adversa!
¿Y tú te atreves?...
BEATRIZ
Señora...
ELVIRA
    ¿Dónde está? ¡Si Fernán viniera!...
¡Yo huyo de aquí!... Tú al momento...
Dispón que parta...
MACÍAS
Ya es fuerza
70
salir.
ELVIRA

 (Al verle.) 

¡Ay!

 (Se cubre el rostro con las manos.) 

BEATRIZ
¡Cielo!
ELVIRA
¡Imprudente!
¿Tú le ocultaste?

 (A MACÍAS.) 

Huye.
MACÍAS
Espera.
 

(ELVIRA quiere huir a su habitación, y MACÍAS la detiene.)

 


Escena III

 

MACÍAS, ELVIRA, BEATRIZ.

 
MACÍAS
    ¿Dónde corres, Elvira? Tú has de oírme.
ELVIRA
¡Cielos! ¿Qué haré?
MACÍAS

 (Asiéndola.) 

Detente; huyes en vano.
ELVIRA
    ¡Ay! ¿Aquí tú, Macías? (¡Infelice!75
¿Qué iba a decir?) -Dios mío, dadme amparo,
dadme fuerza y virtud!- Señor, ¿qué os trae?
¿Cómo entrasteis aquí? Volved los pasos
donde a una esposa no ultrajéis; que ahora
vuestra osadía ofende mi recato.80
MACÍAS
    No soy yo, bien lo sé, no, el venturoso
que a este punto esperabas en tus brazos.
¿Qué hace ese esposo tan feliz? ¿Qué tarda?
¿Dónde está?
ELVIRA
¡Qué furor! ¡Ah, reportaos!
¡Volveos por piedad!
MACÍAS
¿Que ora me vuelva?
85
¿Y adónde, adónde, desgraciada? ¿Acaso
denodado arrostré tantos peligros,
como mi vida mísera amagaron,
para verte y dejarte? Ya eres mía,
de aquí no he de salir...
ELVIRA
¡Hablad más bajo!...
90
MACÍAS
    Sino dichoso.
ELVIRA
¡Qué os oirán! Macías,
yo os lo pido, os lo ruego: sí, alejaos.
MACÍAS
    ¿Con cuáles sacrificios me obligaste
a que escuche tus ruegos apiadado?
¡Delirios!
ELVIRA
¿Qué decís? Pues no os importa
95
lo que pierde mi honra, si en palacio
os llegan a encontrar, tened al menos
piedad de una infeliz que habéis amado...
MACÍAS
    ¡Y me ruega que parta!
ELVIRA
En fin, Macías,
si no bastan mis ruegos, yo os lo mando.100
MACÍAS
    Antes acaba, infiel, lo que empezaste;
vierte mi sangre toda, y despiadado
tu corazón sediento satisfaga
sus odios contra mí; pues, vivo, en vano
de aquí quieres que salga.
ELVIRA

 (Con la mayor zozobra.) 

¡Qué tormento!
105
Beatriz, por Dios, escucha; yo temblando
estoy de una sorpresa; corre; avisa
si le vieses venir.
BEATRIZ
En mi cuidado
puedes, señora, descansar.

 (Vase.) 

ELVIRA
¡Dios mío!


Escena IV

 

ELVIRA, MACÍAS.

 
ELVIRA
    ¿Qué pretendéis? Soltad. ¿No oís sus pasos?110
MACÍAS
    Nada me importa ya. Tú en algún tiempo
ningún riesgo temblabas a mi lado.
ELVIRA
    Era entonces amante: esposa de otro
soy ahora; vos mismo, vos tardando...
MACÍAS
    ¿Qué profieres, Elvira? ¿Es tarde, es tarde115
el mismo día que se cumple el plazo?
¿No es otra tu disculpa? ¿No supiste
prestar tú ni fingir otros descargos?
Yo a oírlos vengo, que muriendo quiero
expirar a lo menos engañado.120
Deslúmbrame, tirana: al menos dime
que la violencia fue, que fue el engaño
quien te casó.
ELVIRA
Callad, que si supierais...
MACÍAS
    Di que el infiel yo he sido: que mil lauros
mereciste al casarte; que me amabas;125
que tal vez por amarme demasiado
te casaste con otro. Sí, yo mismo
la venda me pondré que con tus manos
debieras poner tú sobre mis ojos.
¿Ni merezco siquiera un desengaño?130
¿Callas confusa?
ELVIRA
Si me oyerais...
MACÍAS
Puede
que tu lealtad probaras. ¡De tu labio
tanto fías, Elvira! ¿Mas los ojos
bajas, mísera, al suelo avergonzados?
¡Mujer, en fin, ingrata y veleidosa!135
¡Ay infeliz del que creyó que amado
de una mujer sería eternamente!
¡Insensato!
ELVIRA
No más; basta: ¿ese pago
alcanzan tanto amor y tantas penas
como por vos mi pecho destrozaron?140
¿Y os amaba yo aún?
MACÍAS
¿Me amas? ¿Es cierto?
¿Tú me amas todavía? ¿Y aún estamos
en Andújar los dos? ¡Ay! ¿Quién ahora
me robará la hermosa que idolatro?
¿Me amas? Ven.
ELVIRA
¿Yo eso he dicho? Que os amaba
145
sólo os quise decir, mas no que os amo.
MACÍAS
    No; tus ojos, tu llanto, tus acentos,
tu agitación, tu fuego, en que me abraso,
dicen al corazón que tus palabras
mienten ahora; sí, bien mío, huyamos.150
Todo lo olvido ya. Pruébame huyendo
que no fue liviandad el dar tu mano.
ELVIRA
    ¿Dónde me arrastras?
MACÍAS
Ven; a ser dichosa.
¿En qué parte del mundo ha de faltarnos
un albergue, mi bien? Rompe, aniquila155
ésos, que contrajiste, horribles lazos.
Los amantes son solos los esposos.
Su lazo es el amor: ¿cuál hay más santo?
Su templo el universo: donde quiera
el Dios los oye que los ha juntado.160
Si en las ciudades no, si entre los hombres
ni fe, ni abrigo, ni esperanza hallamos,
las fieras en los bosques una cueva
cederán al amor. ¿Ellas acaso
no aman también? Huyamos; ¿qué otro asilo165
pretendes más seguro que mis brazos?
Los tuyos bastaranme, y si en la tierra
asilo no encontramos, juntos ambos
moriremos de amor. ¿Quién más dichoso
que aquél que amando vive y muere amado?170
ELVIRA
    ¿Qué delirio espantoso, qué imposibles
imagináis, señor? Doy que encontramos
ese asilo escondido: ¿está la dicha
donde el honor no está? ¿Cuál despoblado
podrá ocultarme de mí propia?
MACÍAS
¡Elvira!
175
ELVIRA
    Juré ser de otro dueño, y al recato,
y a mi nombre también y a Dios le debo
sufrir mi suerte con valor, y en llanto
el tálamo regar; si no dichosa,
honrada moriré; pues quiso el hado180
que vuestra nunca fuese, ¿por ventura
podrán vuestros delirios contrastarlo?
Ved este llanto amargo y doloroso,
ved si os amé, señor, y si aún os amo
más que a mi propia vida; con violencia,185
verdad es, y con fraude me casaron;
pero casada estoy; ya no hay remedio.
Si escuchara a mi amor, vos en mi daño
a denostarme fuerais el primero.
Vuestro aprecio merezca, ya que en vano190
merecí vuestro amor. Si aborrecido
ese esposo fatal me debe tanto,
¿qué hiciera si con vos, por dicha mía,
me hubiera unido en insoluble lazo?
MACÍAS
    No, tú no me amas, no, ¡ni tú me amaste195
nunca jamás! Mentidos son y vanos
los indicios; tus ojos, tus acentos
y tus mismas miradas me engañaron.
¿Tú en ser de otro consientes, y a Macías
tranquila lo propones? ¿Tú en sus brazos?200
Tú, Elvira, y cuando lloren sangre y fuego
mis abrasados ojos, ¡ah!, ¡gozando
otro estará de tu beldad! ¡Y entonces
tú gozarás también, y con halagos
a los halagos suyos respondiendo!!!...205
¡Imposible! ¡Jamás! No, yo no alcanzo
a sufrir tanto horror. ¿Yo, yo he de verlo?
Primero he de morir o he de estorbarlo.
¡Mil rayos antes!...
ELVIRA
¡Cielos!
MACÍAS
¿Qué es la vida?
Un tormento insufrible, si a tu lado210
no he de pasarla ya. ¡Muerte! ¡Venganza!
¿Dónde el cobarde está? ¿Dónde? ¡Villano!
¿Me ofende y vive? ¡Fernán Pérez!
ELVIRA
¡Calla!
¿Qué intentas, imprudente? Demasiado
le traerá mi desdicha.
MACÍAS
¿Y qué? En buen hora;
215
venga y traiga su acero, venga armado.
Aquí el duelo será. ¿Por qué a mañana
remitirlo? Le entiendo, sí; temblando
de mi espada, quiere antes ser dichoso.
¿Lo esperas, Fernán Pérez? ¡Insensato!220
No, no la estrecharás, mientras mi sangre
hierva en mi corazón. Ábrate paso
por medio de él tu espada. Éste el camino
es al bien celestial que me has robado.
¡No hay otro! ¿Y ella es tuya? Corre, vuela.225
¡Mira que es mía ahora, y que te aguardo!
¡Fernán Pérez!

 (Saca la espada.) 

ELVIRA
¡Silencio! ¿Qué pretendes?
Le turba su pasión. Tente. Arrojado,
¿Dónde corres así? Dame esa espada.
MACÍAS
    ¡Huye, oh tú, esposa de otro! Sí: buscando230
voy mi muerte, tú misma la deseas:
sin miedo ni rubor idolatrarlo
después de ella podrás. Toma ese acero.

 (ELVIRA coge la espada.) 

La vida arráncame, pues me has quitado
lo que era para mí más que mi vida,235
más que mi propio honor. ¡Desventurado!
 

(Llega BEATRIZ sobresaltada.)

 


Escena V

 

ELVIRA, MACÍAS, BEATRIZ.

 
BEATRIZ
    Huid, señor, que llegan.
ELVIRA
¡Ah!
MACÍAS
¿Quién llega?
BEATRIZ
    El marqués, y Fernán sigue sus pasos...
Avisados sin duda...
MACÍAS
Yo os doy gracias,
cielos, por tanto bien; presto escuchados240
fueron mis votos.
ELVIRA
¡Huye!
MACÍAS
¿Quién? ¿Yo, Elvira?
¿Delante de él huir? ¿Yo que le llamo?
ELVIRA
    ¡Por piedad! ¡Por tú honor!
MACÍAS
Dame esa espada.
ELVIRA
    ¿La espada? ¿Para qué? Tú, temerario,
¿Testigo hacerme intentas de tu arrojo?245
MACÍAS
    ¡Mi espada, Elvira!
ELVIRA
¡Nunca!
BEATRIZ
¡Ya han llegado!
¡Ya no es tiempo!
ELVIRA
No; al menos tanta sangre
no correrá por mí. Tente, ¡o la clavo
en mi pecho!
BEATRIZ
¡Señora!
FERNÁN PÉREZ

 (Entrando.) 

¡Qué osadía!
MACÍAS

 (Porfiando.) 

    ¡Elvira!
FERNÁN PÉREZ

  (A DON ENRIQUE, que entra.) 

¡Señor, vedle!
MACÍAS
¡En fin, me hallaron
250
sin mis armas!


Escena VI

 

ELVIRA, BEATRIZ, MACÍAS, FERNÁN PÉREZ, DON ENRIQUE, RUI PERO, ÁLVAR, pajes armados. Éstos, capitaneados por RUI PERO y ÁLVAR, rodean a MACÍAS.

 
DON ENRIQUE
¿Qué miro? ¿Y ese acero
qué significa, Elvira?
ELVIRA
En vuestras manos,
señor, le deposito, y tengo a dicha
haber hoy tantos males estorbado.
MACÍAS
    ¡Sólo esto me faltaba!
FERNÁN PÉREZ
¡Elvira!
ELVIRA
¡Tiemblo!
255
FERNÁN PÉREZ
    ¿No bien casada, y os encuentro...?
MACÍAS
¡Hidalgo!
ELVIRA
    Señor...
MACÍAS
La culpa es mía; es inocente.
FERNÁN PÉREZ
    ¿Y vos con qué derecho hasta el estrado
de mi esposa...?
DON ENRIQUE
¡Vadillo!
FERNÁN PÉREZ
¡Vive el cielo!
Que a no estar el maestre...

imagen

DON ENRIQUE
Reportaos.
260
MACÍAS
Venid donde no esté.
ELVIRA
¡Fernán!
DON ENRIQUE
Vadillo,
¡De aquí vos no saldréis!
FERNÁN PÉREZ
¡Señor!...
DON ENRIQUE
Lo mando.
Dejadme que yo le hable.

 (A MACÍAS.) 

¿Con qué es cierto?
¿Vos aquí de esta suerte, y ultrajando
la casa de un hidalgo, a quien protejo!265
¿Y vos, a quien concedo el campo franco
porque a Elvira no veáis ni a Fernán Pérez
hasta el punto del duelo, tan osado,
que ni escucháis razones, ni hay respetos
para vos, ni hay consejos, ni hay mandatos,270
ni hay poner freno a vuestra audacia? En dónde,
insolente, aprendéis?
MACÍAS
Sellad el labio,
o vive Dios... ¿Qué os debo, y qué respeto
por vuestra protección he de guardaros?
¿Protegen de esta suerte los señores?275
¿Qué os debo sino mal? Si esto es amparo
sed desde hoy mi enemigo, y ese tono
altanero dejad. ¿Pensáis acaso
que soy menos que vos? No, don Enrique.
¿En qué justas famosas vuestro brazo,280
o en qué lid me venció? Coged la lanza,
Y conmigo venid; presto ese ufano
orgullo abatiré.
DON ENRIQUE
¡Qué oigo!
ELVIRA
¡Él se pierde!
MACÍAS
    Si en vuestra cuna y en honores vanos
tanto orgullo fundáis, eso os obliga285
a proceder mejor. Sois inhumano,
injusto sois conmigo, don Enrique,
porque en la cumbre os veis; porque ese infando
poder gozáis, con que oprimís vilmente,
en vez de proteger al desdichado,290
a una débil mujer; vos valeroso
contra las bellas sois. ¡Mirad qué lauros!
Dígalo vuestra esposa, que a una ciega
ambición inmoláis. ¿Cómo apiadaros
del grito del amor? Vos ni su noble295
fuego entendéis, ni nunca habéis amado,
ni sois capaz de amor. Para otras almas
de un temple más sublime se guardaron
esas grandes pasiones...
DON ENRIQUE
¡Mal nacido!
¡Infame!, ¡vos a mí tal desacato!300
MACÍAS
    Callad, callad, o mi furor... ¿Yo infame?
¿Yo mal nacido? ¿Y sufro tanto agravio?
¡Vive Dios, don Enrique el hechicero,
que si espada tuviera, presto el labio
yo os hiciera sellar!...
FERNÁN PÉREZ
Señor, dejadme
305
que castigue su audacia; él aquí entrando
a mí ofendió primero.
DON ENRIQUE
Fernán Pérez,
ya os dije que vuestra honra está a mi cargo
y ya os mandé callar. Guardias, al punto
al alcázar llevadle.
ELVIRA
Perdonadlo.
310
Más generoso sed, pues sois más grande.
Su pasión le cegó. Dadle un caballo,
parta lejos de aquí; salve su vida,
y revóquese el duelo. El tiempo acaso
hará, y la ausencia, lo demás; tan sólo315
yo así dichosa podré ser, o un tanto
menos desventurada; así tranquilo
podrá mi esposo estar.
MACÍAS
¡Caigan mil rayos
sobre mí! ¿Tú también, desventurada,
con súplicas te humillas al tirano?320
¿Tú por mi vida, que sin ti no aprecio,
tú por tu esposo y tu quietud rogando,
tú mi ausencia le pides? ¿Tú a Fernán quieres?
Bien, ya eres suya; pero atiende. En vano
piensas la dicha hallar, ni en ti la ausencia325
podrá sanar el mal, sino aumentarlo.
Cuando mi muerte sepas, en tu oído
siempre estará mi nombre resonando.
Yo le maté, dirás; tu esposo en celos
arderá, temeroso de que al cabo330
le vendas como a mí, y hasta tus besos
mentiras creerá. Cierto, y seranlo.
Ella, Fernán, me amó, y volverá a amarme;
si constancia te jura, es sólo engaño;
también a mí me la juró, y mentía.335
Siempre al amante buscará lejano,
y nunca podrá hallarle; tus amores
fría rechazará, con llanto amargo
inundando tu lecho. -¡Fementida!
Cuando olvidarme quieras en sus brazos,340
entre tu esposo y entre ti mi sombra
airada se alzará, para tu espanto,
de sangre salpicando todavía
tu profanado seno; con su mano
yerta te apartará, siempre a tu mente345
tu deslealtad infame recordando;
y hondamente Macías repitiendo,
¡Macías sonará por el espacio!!!
Llevadme ya a la muerte...
ELVIRA
¡Espera!
FERNÁN PÉREZ
¡Elvira!
DON ENRIQUE

  (A ÁLVAR.) 

    Idos.
MACÍAS
¡Pérfida, adiós! Vive... y... mas... vamos.
350
 

(Salen. BEATRIZ detiene a ELVIRA, que quiere seguirle. FERNÁN PÉREZ sale hasta la puerta viendo marchar a ÁLVAR con MACÍAS y demás. ELVIRA quiere ir tras él, pero deteniéndola BEATRIZ vuelve a oír lo que dice DON ENRIQUE a RUI.)

 


Escena VII

 

DON ENRIQUE, FERNÁN PÉREZ, ELVIRA, BEATRIZ, RUI PERO.

 
ELVIRA

  (Tras FERNÁN PÉREZ.) 

    ¡Señor! -¡Ninguno me oye!
DON ENRIQUE
Vos, Rui Pero,
dejad al insolente asegurado
en la torre, y de allí ved que no salga
hasta que llegue del combate el plazo.
 

(Vase RUI PERO.)

 
ELVIRA
    ¡En la torre, Beatriz! Ya libremente355
suelto la rienda a mi dolor y al llanto.


Escena VIII

 

DON ENRIQUE, FERNÁN PÉREZ, ELVIRA, BEATRIZ.

 
DON ENRIQUE
    Por ahora, Fernán Pérez,
ya en la torre está seguro.
Yo veré si hallo algún medio
de evitar, honroso y justo,360
el duelo; mas por si al cabo
no se encontrase ninguno,
disponeos, que es valiente.
En lo que sé de él me fundo,
pues pensar en revocarlo365
ni puedo, ni es oportuno,
ni es bueno que vos quedéis
por cobarde en este asunto,
siendo mi escudero.
FERNÁN PÉREZ
Airoso
quedarás, señor; lo juro.370
DON ENRIQUE
    Y avisadme en el momento
que vuelva de Arjona Nuño.

 (Vase DON ENRIQUE.) 

ELVIRA
    ¿Lo oyes? De evitar el duelo
no hay, Beatriz, medio alguno.


Escena IX

 

FERNÁN PÉREZ, ELVIRA, BEATRIZ.

 
FERNÁN PÉREZ

  (Para sí.) 

   No moriré en este trance.375
¡Locura fuera! ¿Qué busco
yo en esa lid? Sólo el bien
que ya poseo aventuro.
Muera él antes; si, perezca,
si el duelo no se hace nulo.380
Elvira... dejarla quiero...

 (Hace ademán de irse.) 

ELVIRA
    Me resuelvo... ya no dudo...
Fernán...

 (Va tras de él.) 

FERNÁN PÉREZ
¿Quién viene?
BEATRIZ
(¿Qué intenta?)
FERNÁN PÉREZ
    ¿Me buscáis?
ELVIRA
Sí, a vos.
FERNÁN PÉREZ
(¿Qué escucho?)
ELVIRA
    Sí, a vos, Fernán; ya es forzoso,385
ya más mi dolor no encubro.
Salga del pecho, y al menos
consérvese el honor puro.
Fuera el callar más, delito.
Beatriz, vete ya.
FERNÁN PÉREZ
(Confuso
390
me tiene.)
ELVIRA

  (Aparte a BEATRIZ.) 

Su enojo empero
temo, que es cruel e injusto.
BEATRIZ

  (Ídem a ELVIRA.) 

    Te entiendo: a esa galería
próxima a ocultarme acudo,
de donde pueda ayudarte395
si algún peligro descubro.

 (Vase.) 



Escena X

 

ELVIRA, FERNÁN PÉREZ.

 
ELVIRA
    Esposo, escuchadme atento,
pues aunque callar quisiera,
no me dejara esta fiera
congoja y dolor que siento.400
Vos ignorar no podéis
de qué suerte me han casado,
y que jamás os ha amado
mi corazón, bien sabéis.
FERNÁN PÉREZ
    ¿Qué decís?
ELVIRA
Dadme licencia
405
para que acabe de hablar:
no pretendo yo culpar
al padre mío en su ausencia:
debo creer que su objeto
laudable y honroso fuese,410
y, aunque así no lo creyese,
me ata la lengua el respeto.
No quiero turbaros, no,
con lágrimas y suspiros;
sólo, sí, podré deciros415
que amaba a Macías yo.
Sé mis deberes muy bien,
y aunque noble no nací,
segura tenéis en mí.
Vuestra honra.
FERNÁN PÉREZ
¡Y ay de quien
420
no la guardase!
ELVIRA
Mirad,
Vadillo, que aún no acabé.
Al fin sofocó mi fe
la paterna autoridad:
y entero su triunfo fuera,425
si aquel engaño tan cierto
no se hubiera descubierto,
o Macías no viniera.
Mas en fin, todo fue en vano;
vino, y le vi, más amante430
que nunca: yo la inconstante
he sido en daros mi mano.
Ahora ya el llanto es ocioso:
en situación tan funesta,
sólo un arbitrio me resta,435
y el emplearle es forzoso.
Yo ser de otro no podré,
pues con vos casada estoy;
mas ya que aún vuestra no soy!
Jamás, señor, lo seré.440
Señalad vos un convento,
adonde a ocultarme vaya,
y adonde esposo no haya
que redoble mi tormento.
Y presto, Fernán, que, la vida445
me ha de acabar mi quebranto:
y aunque allí en eterno llanto
viva después sumergida.
Esto es sólo lo que os pido;
éste es, en fin, el favor450
que nunca puede, señor,
negar prudente marido.
¿Quién no quisiera tener,
escuchando estas razones,
entre seguras prisiones455
encerrada a su mujer?
Ni hay mujer que no prefiera
a un indiferente esposo,
queriendo a otro, el reposo
de la regla más austera.460
FERNÁN PÉREZ
    ¿Acabasteis?
ELVIRA
Acabé.
FERNÁN PÉREZ
    ¡Mal reprimo ya mi furia!
¿Y para oír tal injuria
un año entero esperé?
Bien sé que al doncel, señora,465
siempre tuvisteis amor;
sí; y en daño de mi honor
le amáis más que nunca ahora.
¿Para llorar me pedís
ese retiro y convento?470
Eso es todo fingimiento.
¿Que soy necio presumís?
Sé que para ese doncel
tan osado no hay seguros
ni cerrojos, ni altos muros,475
que puedan guardaros de él.
ELVIRA
    ¡Ah! ¡Qué decís!
FERNÁN PÉREZ
Loca y necia
anduvisteis en pensar
que yo os fuese a renunciar
lo que más el alma aprecia.480
Mi esposa sois, y viviendo,
mi mujer habréis de ser,
que no hay quien pueda romper
tal lazo.
ELVIRA
¡Qué estoy oyendo!
¿Con que no hay remedio?
FERNÁN PÉREZ
No.
485
¡Ninguno! ¡Vanas porfías!
Si es vuestro amante Macías,
vuestro marido soy yo.
Ceded, señora, a la suerte,
sino a fe de caballero... 490

 (Echa mano al puñal.) 

ELVIRA
    Sacad, Fernán, el acero;
herid: no temo la muerte.
FERNÁN PÉREZ
    ¿Le ama, oh cielos, de tal modo
que ya prefiere a su olvido
la muerte?
ELVIRA
Sí; yo os la pido.
495
FERNÁN PÉREZ
    No; sed mía antes de todo.
Un bien, un triunfo sería
la muerte para ellos dos.
No; viviréis, ¡juro a Dios!,
para más venganza mía.500
¡Mal haya el que tan amado
supo ser! ¿Le preferís?
¿El riesgo no prevenís?...
ELVIRA
    ¿Vos seréis capaz, malvado...?
FERNÁN PÉREZ
    Sí. ¡De todo! ¡Maldición505
sobre él, sobre vos!... Mas... ved
si os quiero yo hacer merced
y halagar vuestra pasión.
Hoy le habéis de hablar, Elvira.
ELVIRA
    ¿Hablarle, señor?
FERNÁN PÉREZ
Lo mando.
510
Yo os he de estar escuchando.
ELVIRA
    ¿Quién tal proyecto os inspira?
FERNÁN PÉREZ
    Diréis que me amáis, que a mí
me dio vuestro amor el cielo...
Por tanto que excuse el duelo.515
ELVIRA
    ¿Yo tengo de hablarle así?
FERNÁN PÉREZ
    Mi honra así queda bien puesta;
la esperanza muera en él.
ELVIRA
    No; primero, hombre cruel,
estoy a morir dispuesta.520
FERNÁN PÉREZ
    ¿No obedecéis?

 (La ase del brazo con fuerza.) 

ELVIRA
¡Por piedad!
Me lastimáis. ¡Ah, señor!
FERNÁN PÉREZ
    ¿Tanto puede vuestro amor?
Ceded.
ELVIRA
¡No! Nunca.
FERNÁN PÉREZ
Temblad.

 (Soltándola con fuerza y despecho.) 

    Ya no insto más; mi venganza525
tiene otros medios.
ELVIRA
¡Dios santo!
BEATRIZ
    (¡Yo he de entrar!)
FERNÁN PÉREZ

 (Llamando por la izquierda.) 

¡Álvar!
ELVIRA
¡Qué espanto!
FERNÁN PÉREZ
    ¡Álvar!
ELVIRA
¡Adiós mi esperanza!
 

(Entra ÁLVAR, descubierto, por la izquierda.)

 


Escena XI

 

ELVIRA, FERNÁN PÉREZ, ÁLVAR.

 
 

Éste y FERNÁN aparte.

 
FERNÁN PÉREZ

 (A ÁLVAR.) 

    Álvar, cuatro hombres buscadme...
¿Me entendéis? Dentro de una hora...530
Venid.
 

(Vanse.)

 
ELVIRA
¡Ah! ¿Qué intenta ahora?
¿Será?... ¡Cielos, amparadme!
¿Qué haré en trance tan terrible?
¡Monstruo! ¿Y piensas que mi vida
a ti he de pasar unida?535
¡Nunca! ¡Jamás! ¡Imposible!
¡Bárbaro! ¡En balde te halaga
mi esperada posesión,
que la desesperación
sabrá prestarme una daga!540
¿Y a dónde fue? ¿Con qué idea?
¡Yo tiemblo!...


Escena XII

 

ELVIRA, BEATRIZ.

 
BEATRIZ

  (Despavorida.) 

¡Señora! ¡Elvira!
 

(Recelosas ambas en toda la escena de que las vean u oigan.)

 
ELVIRA
    ¿Qué es, Beatriz?
BEATRIZ

 (Sin aliento.) 

¡Ah!
ELVIRA
En fin, respira:
dime...
BEATRIZ
Aguarda: no nos vea.
ELVIRA
    No; marchó.
BEATRIZ
Sí, demasiado
545
Lo sé; oculta, desde allí,
varias palabras oí
que le dijo a su criado.
Esta noche...
ELVIRA
Habla.
BEATRIZ
¡Un instante!...
Quiere, en su prisión, matar...550
ELVIRA
    ¡Beatriz!
BEATRIZ
¡Ah! ¡Me hacéis temblar!
ELVIRA
¡Desgraciado! En ser constante,
¿Qué delito cometiste?
Mas no, asesinos, primero
ha de pasar vuestro acero555
mi pecho. ¿Tú lo oíste?
¡Beatriz! Escucha... La torre
conozco en que está encerrado...
Soborna a alguno... guardado
tengo oro... y alhajas... corre...560
Mis collares, mis pendientes...

 (Se arranca los adornos que lleva, presentándolos a BEATRIZ.) 

Estas joyas de mi boda...
Toma esa riqueza toda...
Dispón de ella. -¡Calla! ¿Sientes
pasos?...
BEATRIZ
No.
ELVIRA
Dile al primero
565
que se brinde a abrir, que es suyo
cuanto quiera; el resto es tuyo.

 (Dáselos.) 

BEATRIZ
    ¿Qué decís? ¿Yo? Nada quiero.
Mas corro... sé quién lo hará...
ELVIRA
    Ve; y al marqués, si es posible,570
pues no es mi empresa infalible,
avisa, que él no sabrá
el riesgo de su doncel
ni tan vil traición. Volemos
Beatriz; o lo salvaremos,575
o moriremos con él.
 

(Se entran por la derecha.)