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ArribaAbajo El ladrón devoto


142 Era un ladrón malo          que más querié furtar
que ir a la eglesia          nin a puentes alzar;
sabié de mal porcalzo          su casa gobernar,
uso malo que priso,          no lo podié dejar.

143 Si facié otros males,          esto no lo leemos,
serié mal condempnarlo          por lo que non sabemos,
mas abóndenos esto          que dicho vos a vemos,
si ál fizo, perdóneli          Cristus en qui creemos.

144 Entre las otras malas,          habié una bondat
que li valió en cabo          e dioli salvedat;
credié en la Gloriosa          de toda voluntat,
saludábala siempre          contra la su magestat.

145 Dicía Ave María          e más de escriptura
siempre se inclinaba          contra la su figura,
dicía Ave María          e más de escritura,
tenía su voluntat          con esto más segura.

146 Como qui en mal anda          en mal ha a caer,
hobiéronlo con furto          est ladrón a prender;
non hobo nul consejo          con qué se defender,
judgaron que lo fuesen          en la forca poner.

147 Levólo la justicia          pora la crucejada,
do estaba la forca          por concejo alzada;
prisiéronli los ojos          con toca bien atada,
alzáronlo de tierra          con soga bien tirada.

148 Alzáronlo de tierra          cuanto alzar quisieron,
cuantos cerca estaban          por muerto lo tovieron;
si ante lo sopiesen          lo que después sopieron,
no li hobieran fecho          eso que li ficieron.

149 La Madre glorïosa,          duecha de acorrer,
que suele a sus siervos          ennas cuitas valer,
a esti condempnado          quísoli pro tener,
membróli el servicio          que li solié fer.

150 Metióli so los piedes          do estaba colgado
las sus manos preciosas,          tóvolo alleviado:
non se sintió de cosa          ninguna embargado,
non sovo plus vicioso          nunca nin más pagado.

151 Ende al día tercero          vinieron los parientes,
vinieron los amigos          e los sus conocientes
vinién por descolgallo          rascados e dolientes,
sedié mejor la cosa          que metién ellos mientes.

152 Trobáronlo con alma          alegre e sin daño,
non serié tan vicioso          si yoguiese en vano;
dicié que so los piedes          tenié un tal escaño,
non sintrié mal ninguno          si colgase un año.

153 Cuando lo entendieron          los que lo enforcaron,
tovieron que el lazo          falso gelo dejaron;
fueron mal rependidos          que no lo degollaron,
tanto gozarién d'eso          cuanto después gozaron.

154 Fueron en un acuerdo          toda esa mesnada,
que fueron engañados          enna mala lazada,
mas que lo degollasen          con foz o con espada;
por un ladrón non fuese          tal villa afontada.

155 Fueron por degollarlo          mancebos más livianos,
con buenos seraniles          grandes e adïanos;
metió Sancta María          entre medio las manos,
fincaron los gorgueros          de la golliella sanos.

156 Cuando esto vidieron          que no'l podién nocir,
que la Madre gloriosa          lo querié encobrir,
hobiéronse con tanto          del pleito a partir,
hasta que Dios quisiese          dejáronlo vevir.

157 Dejáronlo en paz          que se fuese su vía,
ca ellos non querién ir          contra Sancta María,
mejoró en su vida,          partióse de folía:
cuando cumplió so corso          murióse de su día.

158 Madre tan pïadosa,          de tal benignidat,
que en buenos e en malos          face su pïadad,
debemos bendicirla          de toda voluntat;
los que la bendisieron          ganaron grand rictat.

159 Las mañas de la Madre          con las d'El que parió
semejan bien calañas          qui bien las conoció;
Él por bonos e malos,          por todos descendió,
Ella, si la rogaron,          a todos acorrió.



ArribaAbajoSan Pedro y el monje mal ordenado


160 En Colona la rica,          cabeza de regnado,
habié un monesterio          de Sant Peidro clamado;
habié en él un monje          asaz mal ordenado,
de lo que diz la regla          habié poco cuidado.

161 Era de poco seso,          facié mucha locura,
porque lo castigaban          non habié nulla cura;
cuntió'l en est comedio          muy grand desaventura:
parió una bagasa          d'él una creatura.

162 Por salud de su cuerpo          e por vevir más sano,
usaba lectüarios          apriesa e cutiano,
en ivierno calientes,          e fríos en verano,
debrié andar devoto          e andaba lozano.

163 Vivié en esta vida          en grand tribulación,
murió por sus pecados          por fiera ocasión,
nin priso Corpus Dómini          nin fizo confesión,
levaron los dïablos          la alma en presón.

164 San Peidro el apóstol          hobo d'él compasión,
ca en su monesterio          ficiera profesión:
rogó a Jesu Cristo          con grand devoción
de su misericordia          que'l ficiese ración.

165 Díso'l Jesu Cristo:          «Peidro, el mi amado,
bien sabes tú qué dijo          David en su dictado,
que esi folgarié          en el monte sagrado
que entró sin manciella          e quito de pecado.

166 Esi por qui tú ruegas,          fincada tu rodiella,
nin obraba justicia          nin vivié sin manciella;
por la su compañía          non valió más la ciella:
¿En cuál él mereció          posara en tal siella?»

167 Rogó a las Vertutes          Sant Peidro celestiales,
que rogasen al Padre          de los penitenciales,
que quitasen est homne          de los lazos mortales,
recudióli palabras          como las otras tales.

168 Tornó en la Gloriosa,          Madre del Nuestro Don,
e en las otras vírgines          que de su casa son;
fueron ellas a Cristo          con grand suplicación,
por la alma del monje          ficieron oración.

169 Cuando vío don Cristo          la Madre glorïosa,
e de las sus amigas          procesión tan preciosa,
isió a recebirlas          de manera fermosa:
¡Alma que lo vidiese          serié bien venturosa!

170 «Madre -dijo don Cristo-          yo saberlo querría,
¿qué negocio vos trae          con esta compañía?»
«Fijo -dijo la Madre-          a rogarvos venía
por alma de un monje          de fulana mongía.»

171 «Madre -dijo el Fijo-          non serié derechura,
tal alma de tal homne          entrar en tal folgura:
serié menoscabada          toda la escriptura;
mas por el vuestro ruego          faremos y mesura.

172 Quiero facer atanto          por el vuestro amor:
torne aún al cuerpo          en qui fo morador;
faga su penitencia          como faz pecador,
e puede ser salvo          por manera mejor.»

173 Cuando udió Sant Peidro          esti tan dulz mandado,
vío que su negocio          era bien recabdado;
tornó a los dïablos,          concejo enconado:
la alma que levaban,          tolliósela sin grado.

174 Diósela a dos niños          de muy grand claridat,
creaturas angélicas          de muy grand sanctidat;
diósela en comienda          de toda voluntat
por tornarla al cuerpo          con grand seguridat.

175 Diéronsela los niños          a un fradre honrado
que fuera en su orden          de chiquinez criado;
levóla él al cuerpo          que yacié mortajado,
resuscitó el monje,          ¡Dios sea end laudado!

176 A la alma del monje          díjoli la su guía,
el fraire, homne bueno,          que ante vos dicía:
«Yo te ruego por Dios          e por Sancta María,
que tengas un clamor          tú por mí cada día.

177 Otra cosa te ruego:          que la mi sepultura
que yaz toda cubierta          de suso de basura,
tú la hagas barrer          por tu buena mesura;
tú lo cumpli, ¡sí Dios          te dé buena ventura!»

178 Resuscitó el monje,          el que era transido,
pero por un grand día          sovo fuert estordido;
maguer tornó en cabo          en todo so sentido,
regunzó al convento          por qué habié trocido.

179 Rendieron a Dios gracias,          a la Virgo real,
e al sancto apóstolo,          clavero celestial
que por salvar su monje          sufrió porfazo tal;
non fue esti miraclo          de precio sivuelcual.

180 Non haya nadi dubda          entre su corazón
nin diga esta cosa          podrié ser o non;
ponga enna Gloriosa          bien su entencïón,
entendrá que non viene          esto contra razón.

181 Como es la Gloriosa          plena de bendición,
es plena de gracia,          e quita de dicïón;
no'l serié negada          ninguna petición,
no li disrié tal Fijo          a tal Madre de non.



ArribaAbajoEl romero engañado por el enemigo malo


182 Señores e amigos,          por Dios e caridat,
oíd otro miraclo,          fermoso por verdat;
Sant Ugo lo escripso,          de Gruniego abat,
que cuntió a un monje          de su socïedat.

183 Un fraire de su casa,          Guiralt era clamado,
ante que fuese monje          era non bien senado:
facié a las debeces          folía e pecado,
como homne soltero          que non es apremiado.

184 Víno'l a corazón          do se sedié un día
al ap'lo de España          de ir en romería;
aguisó su facienda,          buscó su compañía,
destajaron el término          cómo fuesen su vía.

185 Cuando a esir hobieron          fizo una nemiga:
en logar de vigilia          yogó con su amiga.
Non tomó penitencia          como la ley prediga,
metióse al camino          con su mala ortiga.

186 Poco habié andado          aún de la carrera,
habés podrié ser          la jornada tercera,
hobo un encontrado          cabo una carrera,
mostrávase por bueno,          en verdat no lo era.

187 El dïablo antigo          siempre fo traïdor,
es de toda nemiga          maestro sabidor;
semeja a las veces          ángel del Crïador
e es dïablo fino,          de mal sosacador.

188 Transformóse el falso          en ángel verdadero,
parose si delante          en medio un sendero:
«Bien seas tú venido          -dísoli al romero-
seméjasme cosiella          simple como cordero.

189 Esiste de tu casa          por venir a la mía;
cuando esir quisiste          ficist una folía:
cuidas sin penitencia          complir tal romería;
non te lo gradirá          esto Sancta María.»

190 «¿Quién sodes vos, señor?»          dísoli el romeo;
Recudió'l: «Yo so Jácobo,          fijo de Zebedeo;
sépaslo bien, amigo,          andas en devaneo,
semeja que non aves          de salvarte deseo.»

191 Dijo Guirald: «Señor,          pues vos ¿qué me mandades?
Complirlo quiero todo,          quequier que me digades,
ca veo lo que fici,          grandes iniquitades,
non prisi el castigo          que dicen los abades.»

192 Diso el falso Jácob:          «Esti es el judicio:
que te cortes los miembros          que facen el fornicio;
desent que te degüelles:          farás a Dios servicio,
que de tu carne misma          li farás sacrificio.»

193 Crediólo el astroso,          loco e desesado,
sacó su cuchellijo          que tenié amolado;
cortó sus genitales,          el fol malventurado,
desende degollóse,          murió descomulgado.

194 Cuando los compañeros          que con elli isieron
plegaron a Guiraldo          e atal lo vidieron,
fueron en fiera cuita          en cual nunca sovieron;
esto cómo avino          asmar no lo pudieron.

195 Vidién que de ladrones          non era degollado,
ca no'l tollieran nada          ni'l habién ren robado;
non era de ninguno          homne desafiado,
non sabién de cuál guisa          fuera ocasionado.

196 Fusieron luego todos          e fueron derramados,
teniénse d'esta muerte          que serién sospechados;
porque ellos no eran          enna cosa culpados,
que serién por ventura          presos e achacados.

197 El que dio el consejo          con sus atenedores,
los grandes e los chicos,          menudos e mayores,
travaron de la alma          los falsos traïdores,
lebávanla al fuego,          a los malos suores.

198 Ellos que la lebavan          non de buena manera,
víolo Sanctïago          cuyo romeo era;
isiólis a grand priesa          luego a la carrera,
paróselis delante          enna haz delantera.

199 «Desad -dijo- maliellos          la preda que levades,
non vos yaz tan en salvo          como vos lo cuidades;
tenedla a derecho,          fuerza no li fagades,
creo que non podredes,          maguer que lo querades.»

200 Recudióli un dïablo,          paróseli refacio:
«Yago, ¿quiéreste fer          de todos nos escarnio?
¿A la razón derecha          quieres venir contrario?
¡Traes mala cubierta          so el escapulario!

201 Guirald fizo nemiga,          matose con su mano,
debe ser judgado          por de Judas hermano;
es por todas las guisas          nuestro parroquïano;
¡Non quieras contra nos,          Yago, ser villano!»

202 Dísoli Sanctïago:          «¡Don traïdor palabrero!
Non vos puet vuestra parla          valer un mal dinero;
trayendo la mi voz          como falso vocero,
disti consejo malo,          matest al mi romero.

203 Si tú no le disieses          que Sanctïago eras,
tú no li demostrases          señal de mis veneras,
non dañarié su cuerpo          con sus mismes tiseras,
nin yazdrié como yace          fuera por las carreras.

204 Prisi muy grand superbia          de la vuestra partida,
tengo que la mi forma          es de vos escarnida,
matastes mi romeo          con mentira sabida,
demás veo agora          la alma maltraída.

205 Sedme a judicio          de la Virgo María,
yo a ella me clamo          en esta pleitesía;
otra guisa de vos          yo non me quitaría,
ca veo que traedes          muy grand alevosía.»

206 Propusieron su voces          ante la Glorïosa;
fo bien de cada parte          afincada la cosa;
etendio las razones          la reina preciosa,
terminó la baraja          de manera sabrosa:

207 «El engaño que priso,          pro li debié tener,
elli a Sanctïago          cuidó obedecer,
ca tenié que por eso          podrié salvo seer;
mas el engañador          lo debié padecer.»

208 Dijo: «Yo esto mando          e dólo por sentencia:
la alma sobre quien          habedes la entencia,
que torne en el cuerpo,          faga su penitencia,
desend cual mereciere,          habrá tal audïencia.»

209 Valió esta sentencia,          fue de Dios otorgada,
fue la alma mesquina          en el cuerpo tornada,
que pesó al dïablo,          a toda su mesnada,
a tornar fo la alma          a la vieja posada.

210 Levantóse el cuerpo          que yacié trastornado,
alimpiaba su cara          Guirald el degollado;
estido un ratiello          como qui descordado,
como homne que duerme          e despierta irado.

211 La plaga que hobiera          de la degolladura
habés parecié d'ella          la sobresanadura;
perdió él la dolor          e toda la cochura,
todos dicién: «Est homne          fue de buena ventura.»

212 Era de lo ál todo          sano e mejorado,
fuera de un filiello          que tenié travesado;
mas lo de la natura          cuanto que fo cortado,
non li creció un punto,          fincó en su estado.

213 De todo era sano,          todo bien encorado,
pora verter su agua          fincóli el forado;
requirió su repuesto,          lo que trayé trosado,
pensó de ir su vía          alegre e pagado.

214 Rendió gracias a Dios          e a Sancta María,
e al sancto apóstolo          do va la romería;
cueitóse de andar,          trobó la compañía,
habién esti miraclo          por solaz cada día.

215 Sonó por Compostela          esta grand maravilla,
viniénlo a veer          todos los de la villa;
dicién: «Esta tal cosa,          debiemos escribilla;
los que son por venir,          plazrális de oílla.»

216 Cuando fo en su tierra,          la carrera complida,
e udieron la cosa          que habié contecida,
tenié grandes clamores,          era la gent movida
por veer esti Lázaro          dado de muert a vida.

217 Metió en su facienda          esti romeo mientes,
cómo lo quitó Dios          de maleítos dientes;
desemparó el mundo,          amigos e parientes,
metióse en Gruniego,          vistió paños pumientes.

218 Don Ugo, homne bueno,          de Gruniego abat
varón religïoso,          de muy grand sanctidat,
contaba est miraclo          que cuntió en verdat,
metiólo en escripto,          fizo grand honestat.

219 Guirald finó en orden          vida buena faciendo,
en dichos e en fechos          al Criador sirviendo,
en bien perseverando,          del mal se repindiendo,
el enemigo malo          non se fo d'él ridiendo.



ArribaAbajoEl clérigo simple


220 Era un simple clérigo,          pobre de clerecía,
dicié cutiano misa          de la Sancta María;
non sabié decir otra,          diciéla cada día,
más la sabié por uso          que por sabiduría.

221 Fo est misacantano          al bispo acusado,
que era idïota,          mal clérigo probado;
«Salve Sancta Parens»          sólo tenié usado,
non sabié otra misa          el torpe embargado.

222 Fo durament movido          el obispo a saña,
dicié: «Nunca de preste          oí atal hazaña.»
Dijo: «Dicit al fijo          de la mala putaña
que venga ante mí,          no lo pare por maña.»

223 Vino ante el obispo          el preste pecador,
habié con el grand miedo          perdida la color,
non podié de vergüenza          catar contra'l señor,
nunca fo el mesquino          en tan mala sudor.

224 Dísoli el obispo:          «Preste, dime verdat,
si es tal como dicen          la tu necïedat.»
Dísoli el buen homne,          «Señor, por caridat,
si disiese que non,          dizría falsedat.»

225 Dísoli el obispo:          «Cuando non as cïencia
de cantar otra misa          nin as sen nin potencia,
viédote que non cantes,          métote en sentencia,
vivi como mereces          por otra agudencia.»

226 Fo el preste su vía          triste e desarrado,
habié muy grand vergüenza,          el daño muy granado;
tornó en la Gloriosa,          ploroso e quesado,
que li diese consejo          ca era aterrado.

227 La madre preciosa          que nunca falleció
a qui de corazón          a piedes li cadió,
el ruego del su clérigo          luego gelo udió:
no lo metió por plazo,          luego li acorrió.

228 La Virgo glorïosa,          madre sin dición,
apreció'l al bispo          luego en visïón;
díjoli fuertes dichos,          un brabiello sermón,
descubrióli en ello          todo su corazón.

229 Díjoli brabamientre:          «Don obispo lozano,
¿contra mí por qué fust          tan fuert e tan villano?
Yo nunca te tollí          valía de un grano,
e tú ásme tollido          a mí un capellano.

230 El que a mí cantaba          la misa cada día
tú tovist que facié          yerro de eresía;
judguéstilo por bestia          e por cosa radía,
tollisteli la orden          de la capellanía.

231 Si tú no li mandares          decir la misa mía
como solié decirla,          grand querella habría,
e tú serás finado          hasta el trenteno día,
¡Desend verás qué vale          la saña de María!»

232 Fo con estas menazas          el bispo espantado,
mandó envïar luego          por el preste vedado;
rogó'l que'l perdonase          lo que habié errado,
ca fo él en su pleito          durament engañado.

233 Mandólo que cantase          como solié cantar,
fuese de la Gloriosa          siervo del su altar;
si algo li menguase          en vestir o calzar,
él gelo mandarié          del suyo mismo dar.

234 Tornó el homne bueno          en su capellanía,
sirvió a la Gloriosa,          madre Sancta María;
finó en su oficio          de fin cual yo querría,
fue la alma a gloria          a la dulz cofradría.

235 Non podriemos nos tanto          escribir nin rezar,
aun porque podiésemos          muchos años durar,
que los diezmos miraclos          podiésemos contar,
los que por la Gloriosa          denna Dios demostrar.



ArribaAbajoLos dos hermanos


236 Enna villa de Roma,          esa noble cibdat,
maestra e señora          de toda cristiandat,
habié y dos hermanos          de grand auctoridat,
el uno era clérigo,          el otro podestat.

237 Peidro'l dicién al clérigo,          habié nomne atal,
varón sabio e noble,          del papa cardenal;
entre las otras mañas          habié una sin sal,
habié grand avaricia,          un pecado mortal.

238 Esteban habié nomne          el secundo hermano,
entre los senadores          non habié más lozano;
era muy poderoso          en el pueblo romano,
habié en «prendo prendis»          bien usada la mano.

239 Era muy cobdicioso,          querié mucho prender,
falsaba los judicios          por gana de haber;
tolliélis a los homnes          lo que podié toller,
más preciaba dineros          que justicia tener.

240 Con sus judicios falsos          de los sus paladares,
a Sant Laurent el mártir          tollióli tres casares;
perdió Sancta Agnés          por él bonos logares,
un huerto que valié          de sueldos muchos pares.

241 Murió el cardenal          don Peidro el honrado,
fo a los purgatorios,          do merecié levado;
ante de pocos días          fo Esteban finado,
atendié tal judicio          cual lo habié dado.

242 Víolo San Laurencio,          católo feamientre,
primió'l en el brazo          tres veces duramientre;
quesóse don Esteban          bien entro en el vientre,
no'l primiren tenazas          de fierro tan fuertmientre.

243 Violo Sancta Agnés          a qui tollió el huerto,
tornóli las espaldas,          cató'l con rostro tuerto;
estonz dijo Esteban:          «Esto es mal confuerto,
toda nuestra ganancia          ixiónos a mal puerto.»

244 Dios el nuestro Señor,          alcalde derechero,
al que non se encubre          bodega nin cellero,
dijo que esti homne          fuera mal ballestero,
cegó a muchos homnes,          non a uno señero.

245 «Deseredó a muchos          por mala vocería,
siempre por sus pecados          asmó alevosía.
Non merece entrar          en nuestra compañía,
¡vaya yacer con Judas          en esa fermería!»

246 Prisiéronlo por tienllas          los guerreros antigos,
los que siempre nos fueron          mortales enemigos,
dábanli por pitanza          non mazanas nin figos,
mas fumo e vinagre,          feridas e pelcigos.

247 Vío a su hermano          con otros pecadores,
do sedié el mesquino          en muy malos sudores;
metié voces e gritos,          lágrimas e plangores,
habié grand abundancia          de malos servidores.

248 Habiénla ya levada          cerca de la posada,
do nunca verié cosa          de que fuese pagada,
nin verié sol ni luna          nin buena rucïada,
o serié en tiniebra          como emparedada.

249 Díjo'l: «Decit, hermano,          preguntárvoslo quiero,
¿por cuál culpa yacedes          el lacerío tan fiero?
ca si Dios lo quisiere          e yo ferlo podiero,
buscarvos he acorro          en cuanto que sopiero.»

250 Dijo Peidro: «En vida          trasqui grand avaricia,
hóbila por amiga          avueltas con cobdicia;
por eso so agora          puesto en tan mala tristicia,
qui tal face, tal prenda,          fuero es e justicia.

251 Mas si el apostóligo          con la su clerecía
cantase por mí misa          solamientre un día,
fío en la Gloriosa,          madre Sancta María,
que me darié Dios luego          alguna mejoría.»

252 D'est varón don Esteban          de qui fablamos tanto,
porque muchas maldades          trayé so el manto,
habié una bondat,          amaba a un sancto,
tanto que non podriémos          demostrarvos nos cuanto.

253 Amaba a Proyecto,          mártir de grand valor,
guardaba'l bien la festa          como al Buen Señor,
facié'l rico oficio          e muy grand honor,
de pobres e de clérigos,          cuanto podié mejor.

254 Laurencio e Agnés,          maguer que despechados,
porque los hobo elli          ante desheredados,
moviólos pïadad          e fueron amansados,
cataron más a Dios          que a los sos pecados.

255 Fueron pora Proyecto,          fuera cuyo rendido,
disiéronli: «Proyecto,          non seas adormido,
piensa del tu Esteban          que anda escarnido,
réndili gualardón          ca hóbote servido.»

256 Fue pora la Gloriosa          que luz más que estrella,
movióla con grand ruego,          fue ante Dios con ella,
rogó por esta alma          que trayén a pella,
que non fuese judgada          secundo querella.

257 Diso a esti ruego          Dios nuestro Señor:
«Faré tanta de gracia          por el vuestro amor;
torne aún al cuerpo          la alma pecador,
desend cual mereciere,          recibrá tal honor.

258 Aya tanto de plazo          hasta los treinta días,
que pueda mejorar          todas sus malfetrías;
mas bien gelo afirmo          par las palabras mías,
y serán rematadas          todas sus maestrías.»

259 Rendieron «Gratias multas»          a Dios los rogadores,
porque empïadaba          a los sos pecadores,
que libró esta alma          de manos de traïdores
que son de los fideles          siempre engañadores.

260 Cuando lo entendió          la gent adïablada,
quitóse de la alma,          la que tenié legada;
prísola Sant Proyecto          que la habié ganada,
guïóla pora'l cuerpo,          a esa su posada.

261 Dísoli la Gloriosa,          madre del Crïador,
«Esteban, rendi gracias          a Dios el buen Señor:
gran gracia te ha fecha          que non podrié mayor;
del mal, si non te guardas,          caerás en peor.

262 Esteban, un consejo          te quiero aún dar,
Esteban, es consejo          que debes tú tomar:
mándote cada día          un salmo recitar,
«Beati inmaculati...»          bien bueno de rezar.

263 Si tú cada mañana          esti salmo rezares,
e tú a las eglesias          los tuertos enmendares,
ganará la tu alma          Gloria cuando finares,
escusarás las penas          e los graves logares.»

264 Resuscitó Esteban,          ¡grado a Jesu Cristo!
Regunzóli al Papa          cuanto que habié visto,
lo que li diso Peidro,          su hermano bienquisto,
que yacié en grand pena,          lazrado e muy tristo.

265 Demostraba el brazo          que tenié liborado,
el que en Sant Laurent          lo hobo apretado,
pidié mercet al Papa          con el cuerpo prostrado,
que cantase la misa          por Peidro el lazrado.

266 Por ferlis bien creencia,          por ser bien creído,
diso que a los treynta          días serié transido;
disieron todos: «Esto          signo es conocido,
si diz verdat o non          será bien entendido.»

267 Entregó ricamientre          a los desheredados,
a los que tuerto tovo          fízolos bien pagados,
confesóse al preste          de todos sos pecados,
de cuantos habié fechos          e dichos e asmados.

268 Ya andaba en cabo          de las cuatro semanas,
hasta los treinta días habié pocas mañanas,
despidióse Esteban          de las yentes romanas,
sabié que las palabras          de Dios non serién vanas.

269 En el día trenteno          fizo su confesión,
recibió Corpus Dómini          con grand devocïón;
echóse en su lecho,          fizo su oración,
rendió a Dios la alma,          finó con bendición.



ArribaAbajoEl labrador avaro


270 Era en una tierra          un homne labrador
que usaba la reja          más que otra labor;
más amaba la tierra          que non al Crïador,
era de muchas guisas          homne revolvedor.

271 Facié una nemiga,          fuciela por verdat,
cambiaba los mojones          por ganar heredat,
facié a todas guisas          tuerto e falsedat,
habié mal testimonio          entre su vecindat.

272 Querié, peroque malo,          bien a Sancta María,
udié sus miráculos,          dábalis acogía;
saludábala siempre,          diciéli cada día:
«Ave gratïa plena          que parist a Mesía.»

273 Finó el rastrapaja          de tierra bien cargado,
en soga de dïablos          fue luego cativado,
rastrávanlo por tienllas,          de coces bien sovado,
pechávanli a duplo          el pan que dio mudado.

274 Doliéronse los ángeles          d'esta alma mesquina,
por cuanto la levaban          dïablos en rapina;
quisieron acorrelli,          ganarla por vecina,
mas pora fer tal pasta          mengualis farina.

275 Si lis dicién los ángeles          de bien una razón,
ciento dicién los otros,          malas que buenas non;
los malos a los bonos          teniénlos en rencón,
la alma por pecados          non isié de presón.

276 Levantóse un ángel,          diso: «Yo só testigo,
verdat es, non mentira          esto que yo vos digo:
el cuerpo, el que trasco          esta alma consigo,
fue de Sancta María          vasallo e amigo.

277 Siempre la ementaba          a yantar e a cena,
diciéli tres palabras:          'Ave gratïa plena';
la boca por qui esié          tan sancta cantilena
non merecié yacer          en tan mal cadena.»

278 Luego que esti nomne          de la Sancta Reina
udieron los diablos          cogieron's ad ahina;
derramáronse todos          como una neblina,
desampararon todos          a la alma mesquina.

279 Vidiéronla los ángeles          ser desemparada,
de piedes e de manos          con sogas bien atada;
sedié como oveja          que yace ensarzada,
fueron e adusiéronla          pora la su majada.

280 Nomne tan adonado          e de vertut atanta,
que a los enemigos          seguda e espanta,
non nos debe doler          nin lengua nin garganta
que non digamos todos;          «Salve Regina Sancta».
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