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ArribaAbajo Letras brasileñas

«As modernas correntes esthéticas na litteratura brazileira», por Elysio de Carvalho. (Garnier, editor, Río de Janeiro-París 1997, 284, XII páginas).


Juan Mas y Pi


Para aquellos de nuestros intelectuales desconocedores del actual movimiento brasileño (y son los más) la obra recientemente aparecida en Río de Janeiro, original de Elysio de Carvalho, merece toda la atención destinada a las obras importantes y mucha más de la que se concede a exotismos falsos, cuando no ridículos, a japonerías grotescas y a superficiales sajonismos.

Como buenos latinos solemos echar en olvido lo que de más cerca nos interesa, para ocuparnos de las cosas más vagas y por los estudios astronómicos.

En cuestiones de letras, quizás con mayor intensidad que en otra esfera del vivir contemporáneo, atraídos por la novedad y por el encanto de lo desconocido, lógico es que las multitudes vayan a lo más opuesto de todo lo que constituye su vida habitual. La misma falta de razonamiento, característica de la multitud hacen que no puedan ver las bellezas suaves de las medias tintas próximas y a su vista, cansada por su lucha terre-à-terre de la vida diaria, solamente llamen la atención los colores fuertes y   —113→   las formas novedosas de los exotismos chocantes. Que eso ocurra entre la multitud está muy puesto en la razón ilógica de la vida; pero, es del todo impropio que lo mismo suceda con los intelectuales, con aquellos cuya razón, cuyo sentimiento los elevan a cien codos sobre la insustancial vulgaridad del señor Todo-el-mundo.

Por esto no será nunca bastante combatido ese mal oculto desdén con que nuestros tan escasos hombres de letras refiérense a la producción artística y literaria del Brasil, olvidando que, tanto por su situación privilegiada, como por el número de sus habitantes debe de tener notables obras cuya existencia, desconocida aquí, puede afirmar la escasa buena voluntad de nuestros intelectuales.

Desconocer el Brasil y conocer en cambio lo ruso y lo japonés, por obra y gracia de la tiránica ley de la importación, es algo absurdo que muy poco dice en favor del espíritu de crítica y de investigación de nuestro medio.

La obra de Elysio de Carvalho es, por esta principalísima razón, muy digna de ser tenida en cuenta y bien merecería que se propagara entre los que en este país dedican su actividad a la tan hermosa cuanto ingrata labor de las letras, porque gracias a ese volumen de críticas y ayudados por el estado de simpatía que ha dirigido su confección, los lectores que desconozcan la vitalidad literaria brasileña verán abrírseles nuevos horizontes y se regocijarán en el supremo goce intelectual de conocer nuevos talentos, cuya existencia quizás ni presentían.

La obra de Carvalho es utilísima para todos los que, desde lejos y sin otro elemento de prueba, quieran conocer esa literatura brasileña, tan pródiga en talentos, y conocerla en sus modalidades más recientes, apartándose de los maestros ya consagrados por el tiempo para atenerse con preferencia al estudio de las nuevas generaciones, tan fuertes como las anteriores, aunque, tal vez, más originales.

Elysio de Carvalho estudia a Graça Aranha, el genial autor de «Canáan», que en la traducción de Payró fue leído por el público argentino; a José Verissimo, crítico del tipo de los Sainte-Beuve, hombre de conciencia, cuya arte no se ha convertido jamás en un oficio: a Juan Ribeiro, el filólogo, y a Emilio de   —114→   Menezes, el poeta. Después de estos, que perteneciendo a la generación ya impuesta no desdeñan formar parte de los «nuevos» vienen los estudios sobre Juan do Río, Gustavo Santiago, Goulari d'Andrade, Óscar López, Fabio Luz, Curvello de Mendoça, Pereira da Libra y Pedro do Coutto, poetas, novelistas, críticos además de una serie de estudios sobre temas de crítica elevada y noble como sabe escribirla Elysio de Carvalho, quien puede presentar a la consideración de los sudamericanos, como una digna respuesta a la ignorancia que de los brasileiros se tiene entre nosotros, uno de los más hermosos estudios críticos que sobre Rubén Darío y su obra se han escrito.

Mucho sería de desear que el libro de Carvalho se leyera entre nuestros intelectuales, realizando la verdadera y la más digna obra de confraternización americana.