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San Franco de Sena

Agustín Moreto



PERSONAJES
 

 
FRANCO DE SENA.
AURELIO.
LUCRECIA.
LESBIA.
DATO,   gracioso.
MANSTO,    viejo.
FEDERICO.
EL ÁNGEL CUSTODIO.
UN SARGENTO.
UN ESCRIBANO.
UN VECINO.
UNA NIÑA,   villana.
Hombres.
Alguaciles.
Soldados.
Bandoleros.
Villanos.
Frailes.
Parciales de FEDERICO.
Ángeles.
Músicos.
 

La escena es en Sena y sus inmediaciones.

 




ArribaAbajoJornada I

 

Calle.

 

Escena I

 

FRANCO y AURELIO, dentro; después, LUCRECIA y LESBIA, con mantos; luego, DATO.

 
FRANCO

 (Dentro.) 

No huyáis; que yo solo soy.
AURELIO

 (Dentro.) 

Algún diablo es. ¿Qué esperamos?
LUCRECIA

 (Sale con LESBIA.) 

Tápate, Lesbia, y huyamos;
sígueme.
LESBIA
¡Temblando voy!
FRANCO

 (Dentro.) 

Síguelas, Dato.
DATO

 (Dentro.) 

Eso intento.
5
LUCRECIA
Doblemos presto la esquina,
que nos pueden ver.
LESBIA
Camina,
que ya ganamos el viento.
 

(Vanse LUCRECIA y LESBIA.)

 
DATO

 (Sale.) 

No se han de escapar, si puedo;
que pues huyo este furor, 10
si no las alcanza amor,
las ha de alcanzar mi miedo.

 (Vase.) 



Escena II

 

AURELIO y varios hombres acuchillándose con FRANCO, que los acosa.

 
FRANCO
Todo el infierno horroroso
en mí sus furias previene.
AURELIO
Ya por la gente que viene, 15
retirarnos es forzoso;
mas yo buscaré ocasión,
si aquí este indulto le vale.
 

(Vase y le siguen todos, excepto uno, que se queda a la espalda de FRANCO.)

 
HOMBRE 1.º

 (Procurando sujetar a FRANCO por detrás.) 

Esta es mejor.
HOMBRE 2.º

 (Dentro.) 

Dale, dale.
FRANCO

 (Desprendiéndose de él y arrojándolo al suelo.) 

¡Ah vil canalla! ¿A traición? 20
Aunque ya en el suelo estés,
te he de matar, voto a Dios.
HOMBRE 1.º
Ten; por la Madre de Dios
del Carmen, que no me des.
FRANCO
La sangre, hombre, me has helado, 25
¿qué aguardas? ¿Ya no me ves
sin acción? ¿Válgate, pues,
tan soberano sagrado.
Y entre tanta maldad mía,
tanta blasfemia y furor, 30
sirva de freno a mi error
el respeto de María.
 

(Vase el HOMBRE.)

 
En mí seña no imagino
de cristiano, si no es ya
esta atención, que me da 35
su escapulario divino;
que aunque duro el corazón
tanto al vicio se ha entregado,
que de Dios vivo olvidado,
conservo esta devoción. 40
Porque ya que allá mi celo
no pueda tener lugar,
siquiera para llamar,
quiero esta aldaba, en el cielo.
Mas ya que a uno, compasivos 45
mis rigores, fueron puerto,
¿cómo, sin quedar yo muerto,
se fueron los otros vivos?
Aunque fueran veinte más,
hoy a mi brazo valiente 50
han de morir.


Escena III

 

MANSTO. FRANCO.

 
MANSTO
Franco, tente.
FRANCO
¿Quién llama?
MANSTO
Hijo, ¿dónde vas?
FRANCO
Luego vuelvo.
MANSTO
¿Dónde o cuándo?
FRANCO
Por vida...
MANSTO
Ten, no he de oírte.
FRANCO
Déjame, padre.
MANSTO

 (Sujetándole arrodillado.) 

No has de irte,
55
o has de llevarme arrastrando.
FRANCO
¿Qué hacéis, padre? Alzad del suelo.
¿Vos os hacéis este ultraje?

  (Aparte. 

¡Qué así mi cólera ataje!
¿Qué quiere de mí hoy el ciclo?) 60
MANSTO
No mi prudente consejo,
hijo, el respeto te deba,
ni el ser tu padre te mueva,
sino este llanto en un viejo.
Toda Sena alborotada 65
tienen hoy tus desvaríos,
todos son oprobios míos,
y aunque está escandalizada,
nadie se atreve, ni el juez,
a reportarte siquiera. 70
FRANCO
Pues si alguno se atreviera,
¿volviera segunda vez?
MANSTO
¿Qué ocasión hubo, hijo mío,
para tan grande rumor?
¿Qué ha sido?
FRANCO
Nada, Señor.
75
MANSTO
¿Dónde ibas?
FRANCO
¡Qué desvarío!
MANSTO
Dímelo, así Dios te guarde.
FRANCO
Iba (ya que me amohínas)
a matar cuatro gallinas;
mas por ti lo haré a la tarde. 80
MANSTO
¡Ay, hijo! No te aconsejo
que hagas tal; que mi regalo
sólo es que tú no seas malo.
FRANCO

 (Aparte. 

¡Qué bien que lo entiende el viejo!)
Iba, porque de ese modo 85
en entenderlo no tardes,
a matar cuatro cobardes.
MANSTO
¡Válgame Dios!
FRANCO
Y a mí, y todo.
MANSTO
Pues ¿qué ha sido la ocasión?
FRANCO
No es para decirla a ti. 90
MANSTO
No me la niegues, así
te alcance mi bendición.
FRANCO

 (Aparte.) 

De respeto y de temor
que le tengo, si a decir
lo llego, por no mentir, 95
he de contarle mi amor.
MANSTO
Ya mi atención se apercibe.
FRANCO
Yo vi en el Prado una dama
que ni sé cómo se llama,
ni quién es ni dónde vive. 100
Parecióme muy airosa;
mírela, y acá en secreto,
yo me enamoré, en efecto,
que voto a Dios, que es hermosa.
No osé decirla, ignorante, 105
esto de ansias y memorias;
que yo no sé más historias
que hablar claro y adelante.
Fuese, y mi pena sintió,
ya que hiriéndome se fuera, 110
no haberla dicho siquiera:
«Reina mía», o qué sé yo.
Hoy al salir de la misa
la vi, seguíla al instante,
perdió en el camino un guante, 115
fui a cogerle; y tan aprisa
como yo, un mozo pulido,
medias de pelo al desgaire,
destos de puntas al aire
en la espada y el vestido, 120
que siempre a atención provoca
antes que los labios abra,
retruécano en la palabra
y fruncimiento en la boca,
alargó con bizarrías 125
la mano a tomarme el guante,
a lo de «suelte el bergante».
Pero yo, puestas las mías
en su pecho y en mi espada,
en la pared con él dí, 130
que a dar de cabeza allí,
quedara como pellada.
La espada con arrogancia
sacó entre otros camafeos,
con muchísimos meneos 135
y poquísima sustancia.
Yo pensé, al verme en un tris,
por uno y por otro lado
de tanto mono cercado,
que era danza de país. 140
La dama huyó, y yo, que estaba
mirándola que se fuese,
dije a Dato la siguiese,
mientras que yo los mataba.
Fuese, y a tan buena luz 145
quedó la obra comenzada,
que a la primer santiguada
se me pusieron en cruz.
Los que delante tenía,
los pies me fueron glosando, 150
porque ellos iban sacando
tantos como yo metía.
Huyeron con Barrabás,
y uno que a mis pies hallé,
se libró por no se qué, 155
fuese con Dios, y no hay más.
MANSTO
Franco, hijo mío, ¿a qué fiera
no moviera dolor tanto?
¿Qué piedra tu pecho altera?
Que aun una piedra no hiciera 160
tal resistencia a mi llanto.
¿Qué privilegio asegura
tu libertad y furor?
La justicia, tu locura
disimulando, madura 165
el castigo de tu error.
De su república en Sena
soy un pobre ciudadano,
que al trabajo se condena,
y si come, acaso cena 170
de la labor de su mano.
Mi pobre hacienda he vendido
para darte estimación;
con ella al estudio has ido,
mas tú solo has aprendido 175
a no tener corazón.
Aprendiste a ser cruel,
vengativo y jugador,
sin ley y sin Dios, infiel;
mas si lo eres con él, 180
¿de qué se ofende mi amor?
Tan malo debes de ser,
porque has perdido, en efeto,
cuanto bien puedes tener,
que el que a Dios pierde el respeto 185
no tiene ya qué perder
¿qué santo en el cielo habrá
no de tu lengua ofendido?
Hónralos siquiera acá,
porque de su injuria allá 190
ninguno se ha defendido.
Todos te temen; y a ser
llegan ya por varios modos
enemigos, que a mi ver,
aquel a quien temen todos, 195
a todos debe temer.
Sólo oigo quejas y enojos,
y mi llanto es tu disculpa,
porque viendo estos despojos,
ven que yo lavo tu culpa 200
con el agua de mis ojos.
Toda mi hacienda has jugado,
sólo este pobre vestido
que me cubre me has dejado,
que a ser de ti reservado, 205
el no valer le ha valido.
Blanco el cabello me hallo;
que tu tiranía ingrata
pudo a pesares Madiola,
si no es que para gaguillo 210
me lo hayas vuelto de plata;
y sin duda que a jugar
mis canas vas en rigor,
porque después de llorar,
hay veces que de dolor 215
me las haces arrancar.
Vuelve a enmendar tu torpeza,
Franco, por tu mismo honor;
que en el que ciego tropieza,
cuando el caer es flaqueza, 220
el levantarse es valor.
FRANCO
Haz más corta la oración,
padre, para corregirme;
que, por Dios, que en mi atención
iba tan largo el sermón, 225
que he estado para dormirme.
MANSTO
Mi razón ¿no te ha movido?
FRANCO
¿Qué razón?
MANSTO
¿No la conoces?
FRANCO
¿A quién?
MANSTO
Pues ¿no me has oído?
FRANCO
Sí, pero yo no he entendido 230
más, que has dado muchas voces.


Escena IV

 

DATO. Dichos.

 
DATO
Perdiéronse, en conclusión,
el demonio que las halle.
Más vueltas dí por la calle
que el asno de San Antón. 235
FRANCO
¿Dato?
DATO
En vano me apellidas.
FRANCO
¿Qué, no las has conocido?
DATO
Antes sí, pues he sabido
que son mujeres perdidas.
FRANCO
¿Qué dices? ¿De qué lo infieres? 240
DATO
De no hallarlas.
FRANCO
Calla.
DATO
Callo.
FRANCO
¿Tú la infamas?
DATO
Si no la hallo,
¿Qué más perdida la quieres?
FRANCO
¡Infame! ¿fuiste a perdellas?
Matarte es poco.
DATO
Eso no;
245
Pues ¿he de perecer yo
porque no parezcan ellas?
MANSTO
Tú de su exceso, villano,
eres causa.
DATO
¿Yo? ¿por qué?
Vive Dios, que no seré 250
causa yo de un escribano.
MANSTO
Si a verte en mi casa llego,
te he de dar la muerte, loco.
DATO
Ten al viejo, que ve poco,
y dará palo de ciego. 255
FRANCO
Señor, ¿qué quieres de mí?
MANSTO
¿Tú desprecias mi consejo?
Desesperado te dejo,
quédate; mas ¡ay de ti!
Y plegue a la indignación 260
del cielo, a quien tú maldices...
FRANCO
Tente, Señor.
MANSTO
¿Qué me dices?
FRANCO
Que no me eches maldición.
MANSTO
Con ella obligarte quiero.
FRANCO
Pues sino me he de enmendar, 265
sólo servirá de echar
la soga tras el caldero.
MANSTO
Pues iréme, y con mi llanto,
a Dios por tu error moviendo,
a voces iré diciendo...
FRANCO
¿Qué dices?
270
MANSTO
Que te haga un santo.

 (Vase.) 



Escena V

 

FRANCO, DATO.

 
FRANCO
No, sino un demonio.
DATO
Amén.
FRANCO
¿Qué dices? Que por San Pablo...
DATO
¡Yo! que Dios te haga un gran diablo.
FRANCO
Eso me estará más bien. 275
Corrido estoy, y muriendo,
de que las hayas perdido.
DATO
¿No quedo yo más corrido
te haberlas ido siguiendo?
FRANCO
Pues ¿metiéronse en el centro? 280
¿Cómo de ti se apartaron?
DATO
Señor, como no pararon,
las perdí al primer encuentro;
mas aunque ella no se halle,
la calle sé dónde está. 285
FRANCO
Siendo así, hallarla será
cierto.
DATO
Eso, como en la calle.
FRANCO
Vive Dios, que la he de hallar,
si mil vidas aventuro.
DATO
Y ¿lo juras?
FRANCO
Y lo juro.
290
DATO
¡Jesús! pues no hay que dudar.
Mas si no sabes su nombre,
¿qué es lo que intentas hacer?
FRANCO
Sea quien fuere, ¿no es mujer?
DATO
¡Mas no, sino fuera hombre! 295
Y ¿si es principal, y sobre
lo tal, para decir no,
fuese muy rica?
FRANCO
Pues yo
¿para qué la quiero pobre?
DATO
Y ¿si mostrase desdén 300
y fuese dura?
FRANCO
Ablandarla.
DATO
Y ¿si no quiere?
FRANCO
Matarla.
DATO
¡Vive Dios, que has dicho bien!
Mueran estas socarronas,
ingrata no ha de quedar; 305
lo primero he de matar
ciento y cincuenta gorronas.
FRANCO
¿Por qué?
DATO
Porque traen por flor
en cualquier lance el no quiero;
y parándose a un cochero, 310
huirán de un comendador.
FRANCO
Vamos, que entre las estrellas
si estuviera, la he de hallar.
DATO
Mas antes me has de dejar
ir a matar una dellas. 315
FRANCO
¿A quién?
DATO
Una que me enfada,
una bermeja insolente,
que siendo calva de frente,
no me quiso dar entrada.
FRANCO
Ven ya.
DATO
¿Dónde, señor mío?
320
FRANCO
A esa calle y al infierno.
DATO
Vamos, que agora es invierno,
y por allá no hará frío.


Escena VI

 

Sala en casa de LUCRECIA.

 
 

LUCRECIA, LESBIA.

 
LESBIA
¿Lucrecia, señora mía?
LUCRECIA
¿Qué tienes?
LESBIA
Mucho contento;
325
ventura ha sido escaparnos
con tal azar del encuentro:
tu hermano en la calle estaba.
LUCRECIA
Pues si no fuera por eso,
¿me viniera yo sin ver 330
en qué paraba? Me muero
por ver unas cuchilladas,
y más cuando son de celos.
LESBIA
Pero ¿el guante?
LUCRECIA
De la mano
se le quité.
LESBIA
Eso fue bueno.
335
LUCRECIA
¡Qué bizarro el picaron
se arrojó con todos ellos!
¡Qué airoso sacó la espada!
LESBIA
No anduvo menos Aurelio.
LUCRECIA
En él no lo admiro yo, 340
pero en un hombre plebeyo,
que aunque yo no le conozco,
no tiene traza de menos,
fue resolución bizarra;
y si no lo estorba el riesgo 345
de que me viese mi hermano
(que aunque es insufrible y necio,
muertos, Lesbia, nuestros padres,
en ese lugar le tengo),
viera toda la pendencia 350
con muchísimo sosiego;
porque yo no soy de aquellas
que el ver desnudo el acero
las mata, y de un ratón huyen,
como si fueran de queso. 355
LESBIA
Bien haya tu inclinación,
tan dada a cosas de aliento;
y no a linduras menguadas
de galanes de espejuelo.
LUCRECIA
¡Ay, Lesbia! no me los mientes; 360
esos hombres me dan miedo,
porque estoy temiendo el verme
casada con uno de ellos,
que las aguas y los peines
me gaste, y si no tenemos 365
más de uno, que cada día
riñamos por el espejo.
LESBIA
¿Eso dices? Del salario,
por servirte, quito el tercio.
Señoras, ¡que haya quien sufra 370
un lindo en un galanteo!
El viene siempre de un modo
sacudiendo el ferreruelo,
ajustando la valona
y igualándose el cabello. 375
Llega con «¡Señora mía?
Señor don Tris, ¿qué hay de nuevo?
Estos lodos insufribles,
que aunque pise con más tiento,
no puede un hombre andar limpio. 380
Limpio viene usted y bueno.
Como hace tanta humedad,
se engrasa de suerte el pelo,
que si no es haciendo trenzas,
no puedo traerlo hueco. 385
Pero asegúrole a uced
que el pícaro del barbero
me ha hecho quedar hoy sin misa;
¡Jesús, qué torpe, y qué necio!
Seis veces me erró el bigote. 390
(Es que tiene gran pié, y cierto
que no hizo mucho en errarle.)
Lidio con mil majaderos;
no hay sastre que acierte a hacerme
la cintura, porque tengo 395
media vara muy escasa.
Cierto que es poco, y aun menos.
Pero los días de fiesta
es la cosa que más temo.
¡Que cuantos criados hallo 400
tengan los pies de gallegos!
Si hallara uno con pies de chicos,
me estrenara por lo menos
los zapatos, y me ahorrara
el afan del zapatero, 405
que me tienen destruidas
todas las medias de pelo.»
Y ¡que haya mujer que, necia,
se pague destos muñecos!
Mujeres de Barrabás, 410
quered hombres que hablen recio;
que monos en tiple son
capones, dos puntos menos.
Más dejando esto, Señora,
¿en qué pararía el empeño? 415
LUCRECIA
Lesbia, deseando estoy
que pase por aquí Aurelio.
LESBIA
Él no comerá sin verte.
LUCRECIA
De todos mis galanteos
es el más fino, y le estimo. 420
LESBIA
No será mal casamiento.
LUCRECIA
Es que mi hermano no quiere
sólo porque yo le quiero.
LESBIA
Mas el picarón, Señora
que te venía siguiendo, 425
¿si acaso te enamorara?
LUCRECIA
Bien puede ser.
LESBIA
¡Eso es bueno!
Pues ¿no fuera para darle
con algo?
LUCRECIA
¿Por qué?
LESBIA
Por eso:
pues ¿él se había de atrever 430
a tu amor, sin que lo menos
le diesen cincuenta palos?
LUCRECIA
Calla, que es rigor muy necio;
ese es un melindre ingrato
de algunas, que con el velo 435
de hipocresías de honor
disfrazan libres deseos.
Porque el otro me siguiese,
¿pierdo yo del ser que tengo?
Si yo le parezco hermosa, 440
¿le he de hacer matar por ello?
Sabe, Lesbia, que la dama
que hace mayores extremos,
quiere, mucho más que a un primo,
a quien le dice un requiebro. 445
Si a los que me quieren bien
pago con ese despecho
a los que me quieren mal,
¿qué queda que hacer con ellos?
Si quien se enamora, rinde 450
la voluntad a su dueño,
las que no se lo agradecen
no tienen entendimiento.
Si es humilde, por humilde
mucho más se lo agradezco; 455
porque supo hacerse honrado
con tan noble pensamiento.
Si se declara, mejor;
porque supone más fuego,
y añade al honor de amante 460
el de ser con más afecto.
Decir que el respecto pierden
es locura; que a mi pecho
no le infama lo que él quiere,
sino aquello que yo quiero. 465
Lesbia, esta opinión es mía,
y aún de las más acá dentro:
quien me ama no me desea
jaquecas, sino contentos.
De ver muchos que me quieran 470
le doy mil gracias al cielo,
porque añade mi hermosura
más vasallos a su imperio.
Cuando voy por una calle,
y algunos mozos encuentro 475
que pasan muy mesurados,
sin decir malo ni bueno,
les arrancara los ojos;
que pues callando me vieron,
por no tenerme por fea, 480
me holgara de verlos ciegos.
Si hallo algunos que me digan
donaires o atrevimientos,
aunque se enoje la cara,
nunca me ha entrado acá dentro. 485
Y cuando no hay quien me hable,
con tan grande desconsuelo
vuelvo a casa, que no soy
todo el día de provecho.
Esto es verdad en nosotras; 490
querer negarlo, es lo mesmo
que decir mal de los coches
los que no pueden tenerlos.
Más vamos a lo que importa:
¿cuantos papeles tenemos? 495
LESBIA
No han caído más de seis,
todos son de casamiento.
Plegue a Dios que aciertes; que es
dificultoso, escogiendo.
LUCRECIA
¡Bien podré, cuando mi hermano 500
dice que ha hecho ya el concierto
con un milanés muy rico!
LESBIA
¿Don Fabricio?
LUCRECIA
Lesbia, el mesmo
LESBIA
No pintó el Bosco, Señora,
figura de tales gestos. 505
¿No le has visto?
LUCRECIA
¡Dios me libre!
LESBIA
Oye, y verás su bosquejo:
cuanto a lo primero, es calvo,
tan raso, que al verle, pienso
que acaso se siembran calvas, 510
pues tan crecida la veo,
que es de simientes su calva,
como berengena. Luego
es tuerto; y aquí le cogen,
faltando el ojo derecho, 515
en un defecto dos faltas,
pues de un golpe es zurdo y tuerto.
Ítem, es bermejo y cano;
que aunque le falta el cabello,
como cofre desollado, 520
aun viejo queda bermejo.
Ítem, que no tiene pies,
porque de juanetes llenos,
trae por pies dos empanadas
de pichones por el suelo. 525
Ítem, es chico, y tan chico,
recogido, y contrahecho,
que a ser menores las faltas,
no se vieran en el cuerpo.
Ítem...
LUCRECIA
Calla, Lesbia, calla;
530
que aun de escucharlo me muero.
LESBIA
Y ¿con este has de casarte?
LUCRECIA
¿Has perdido, Lesbia, el seso?
Antes me diera la muerte.
 

(Dentro una VOZ.)

 
UNA VOZ
Para, para aquí.
LESBIA
¿Qué es esto?
535
LUCRECIA
Mi hermano es, y viene en coche.
LESBIA
¿Si acaso viniese yerno?
LUCRECIA
Como le pusiera en coche,
yo le perdonara el suegro.


Escena VII

 

FEDERICO. Dichas.

 
FEDERICO
Lucrecia, toda tu dicha, 540
y cuanta yo esperar puedo,
tienes ya dentro en tu casa.
LUCRECIA
¿Qué dices? Que no te entiendo.
FEDERICO
Que viene ya a verte...
LUCRECIA
¿Quién?
FEDERICO
Pues, ¿ahora estás en eso? 545
Don Fabricio el milanés,
que ha de ser nuestro remedio;
el más rico hombre es de Italia.
LUCRECIA
Hermano, ¿es de veras eso?
FEDERICO
¿Cómo veras? Pues ¿lo dudas? 550
LUCRECIA
¡Cierto que has estado bueno!
Y ¿lo cree el tal don Fabricio?
FEDERICO
Pues ¿no, si ha de ser tu dueño?
LUCRECIA
¿Dueño, marido de dueña?
FEDERICO
No, sino tuyo.
LUCRECIA
Me huelgo.
555
FEDERICO
Pues ¿qué piensas? ¿Que es de burlas?
LUCRECIA
Piensa que has perdido el seso.
FEDERICO
Vive Dios, que has de casarte
esta noche.
LUCRECIA
Vive el cielo,
que antes me ahogara yo misma. 560
FEDERICO
Pues sabe que yo he de hacerlo,
si esta noche no te casas;
que está mi honor muy a riesgo
con una hermana tan libre,
que no la quitan mis ruego 565
de noche de los balcones,
de día de los paseos;
y acaso me lo murmura
toda Sena, y has de hacerlo,
o a mi enojo...,
LUCRECIA
Menos voces,
570
señor Federico, quedo;
que para amenazas es
muy poco el temor que tengo.
¡Quisiera usted (¿quién lo duda:
con el milanés empleo, 575
gastar, lucir, y triunfar
a costa de mi tormento!
¡Yo en penas, usted en glorias!
Pues no, Señor; que es muy cierto
que con penitencia ajena 580
no puede ganarse el cielo.
Hacerle usted su cuñado
por ansia de su dinero,
más es quererle por deuda
que procurarle por deudo. 585
Por remediar una hermana
rema un hermano discreto;
mas por remediarse, nadie
pone a su hermana en un remo.
¿Yo penando en un marido 590
porque usted tenga trofeos?
Pues eso, más que casarme,
pienso que es ponerme a censo.
¿Yo casada con tal monstruo?
Tuviera entonces por cierto 595
que era el casarse morirse,
viendo visiones en ello.
Allá en España, en Galicia,
dicen que se pone a un tiempo
una mujer con un bruto, 600
para arar; y siendo cierto,
si a este me uniesen, pudieran
sospechar con el ejemplo,
que era para arar el yugo
más que para casamiento. 605
En fin, señor Federico,
arrastrar con ese imperio
mi voluntad es querer
tener en mí más que el cielo;
y si quieres, siendo hermano, 610
por ser mujer yo, en mi pecho
tener más lugar que padre,
no te daré ni el que debo.
Si he de casarme, en el dote,
poco o mucho, que yo tengo, 615
hay harto para no hacer
el matrimonio de viejo.
¿Yo a un hombre lleno de males,
donde con oficio entro
de enfermera? Pues ¿es este 620
matrimonio o monasterio?
Si te brinda su riqueza,
a mí no, que tanto tiempo
no gozo el oro en las arcas
como el marido en el lecho. 625
Y en fin, no he de sufrir que hagas,
siendo para mí de hierro,
de encomienda para ti
la cruz de mi casamiento.
Sobre esto jura, amenaza, 630
hiere o mata; que a mi pecho
no le turban tiranías,
si para todo hay remedio.
FEDERICO
¿Yo para tal libertad
he tenido sufrimiento? 635
¡Viven los cielos, que ahora...!

 (Echa mano a la daga.) 

LESBIA
¿Qué intentas, Señor? ¿Qué es esto?
FEDERICO
Aparta, villana.
LESBIA
Espera,
señor; que es bárbaro intento.
LUCRECIA
No, Lesbia, no le detengas; 640
que será grande trofeo
matar a una hermana que hace
resistencia a un desacierto.
FEDERICO
Pues, vive el cielo, tirana,
que ha de ser, y si te dejo, 645
es para que te resuelvas
esta noche a obedecerlo,
o a ver, pues mi honor ultrajas
con tus escándalos ciegos,
tu libre pecho mil veces 650
penetrado de este acero.

 (Vase.) 



Escena VIII

 

LUCRECIA, LESBIA.

 
LESBIA
¡Virgen, cuál va! De dos brincos
hizo escalera de viento.
LUCRECIA
Lesbia, injustas tiranías
causan villanos despechos; 655
yo he de defender mi vida,
y no he de vivir muriendo;
a Aurelio le has de llevar
un papel.
LESBIA
¿Para qué es eso,
si desde que vino el novio 660
ha estado en la puerta Aurelio?
LUCRECIA
¿Podrá entrar?
LESBIA
Pues ¿quién lo estorba?
Yo me encargaré del riesgo.
LUCRECIA
Pues llámale.
LESBIA
Voy volando.

 (Vase.) 



Escena IX

 

LUCRECIA; luego, LESBIA y AURELIO.

 
LUCRECIA
Perdone todo el respecto; 665
que no hay atención decente
con vivir en un infierno.
Nace obligada al decoro
la inclinación; yo la tengo
de vivir con libertad 670
en el término que debo.
LESBIA

 (Sale con AURELIO.) 

Entrad.
AURELIO
¿Hermosa Lucrecia?
LUCRECIA
La violencia del empeño
no da lugar a contarte
la causa de lo que intento; 675
a veces logra el peligro
lo que no puede el concierto:
yo soy tu esposa.
AURELIO
¿Qué dices?
LUCRECIA
Que para serlo te espero
esta noche, y has de estar 680
allí donde hablarte suelo,
para que a parte me lleves,
donde asegures el riesgo.
AURELIO
Pues si ha de ser, de este modo
lograrlo mejor pretendo: 685
con una música yo
pasar por la calle quiero;
que si alguna gente hubiere
en ella, la irá siguiendo,
y te dejarán lugar 690
de salir con más secreto;
y a más servirá de seña
para que sepas que espero.
LUCRECIA
Bien has dicho; véle, pues,
a prevenirte al empeño; 695
que yo saldré a ser tu esposa.
AURELIO

 (Aparte. 

Eso es lo que yo no acepto,
que con su opinión, Lucrecia
no es para mujer; mas esto
callare, que si es engaño, 700
no habré sido yo el primero.)
Pues adiós; yo seré fijo.
LUCRECIA
Mi vida importa a lo menos.
AURELIO
Libraréis del peligro.
LUCRECIA
Será a mi tormenta el puerto. 705
AURELIO
Nada temas.
LUCRECIA
Siendo tuya.
AURELIO
Cierto será.
LUCRECIA
Véte, Aurelio.
 

(Vase AURELIO.)

 
Ven conmigo, Lesbia.
LESBIA
¿Dónde?
LUCRECIA
A prevenir...
LESBIA
¿Qué dinero?
LUCRECIA
El de las joyas.
LESBIA
Confirmo.
710
LUCRECIA
Pues vamos.
LESBIA
A eso me atengo,
que al brindis del matrimonio
no hemos de beber en cerro.
 

(Vanse.)

 


Escena X

 

Calle. A un lado la casa de LUCRECIA. Noche.

 
 

FRANCO, DATO; luego, MÚSICOS, dentro.

 
FRANCO
El juicio he de perder.
DATO
Señor, ¿quieres espulgalla? 715
FRANCO
Yo no me he de ir sin hablalla;
mira tu cómo ha de ser.
DATO
¿Cómo ha de ser, si de extraña,
hallarla no hemos podido,
y ya ves que ha anochecido? 720
FRANCO
Pues esa ha ser la maña.
DATO
Pues volvamos a notar
casa por casa; esta es: Franco,
de una vieja, que es estanco
de las mozas del lugar. 725
Es en el peso tan fiel,
aunque es su cara maldita,
que pienso que no se quita
de los pies de San Miguel.
Y porque no entre quien haga, 730
parricidio con la vieja,
tiene una urraca en la reja,
que está diciendo: «¿Quién paga?»
FRANCO
Bien te informaste.
DATO
Estoy ducho.
Aquí vive un abogado, 735
que es hombre muy arrojado,
teniendo que perder mucho.
FRANCO
¿Qué es lo que puede tener
que perder, que así te admira?
DATO
Tiene dos mil pleitos, mira 740
si tiene harto que perder.
Allí vive el caballero
del Milagro, un hombre tal,
que significa caudal;
gasta, triunfa, trae dinero, 745
tiene grande ostentación
y su dama muy lucida,
y no peca, ni en su vida
ha tenido tentación.
FRANCO
¿Sin pecar puede eso ser? 750
Pues ¿cómo te satisface?
DATO
Porque todo esto lo hace
sin tener en qué caer.
Más allá...
FRANCO
¿Quieres callar
que no te puedo sufrir? 755
DATO
Pues ¿cómo has de divertir
el tormento de esperar?
FRANCO
¿Eso dudas? Renegando
de ti y de mí, y de mi amor
y de ella.
DATO
Mira, Señor:
760
un hombre se iba azotando,
por la calle iba corriendo,
y en cuanta taberna hallaba
hacia estación, y se estaba
un cuarto de hora bebiendo. 765
Díjole uno: «Mirad que hoy
beber tanto es desvarío.»
Y él respondió: «Señor mío,
mientras bebo no me doy.»
Pues amor te azota al trote, 770
murmurando caminemos;
que mientras chistes bebemos,
no sentimos el azote.
FRANCO
¿Si es instrumento el que siento?
DATO
Él es, aguarda que cante; 775
ejecución tendrá amante,
que pide con instrumento.
FRANCO
Música es.
DATO
No, sino no;
¿Si a esta dama se la diera?
FRANCO
Mejor; que entonces saliera, 780
y pudiera hablarla yo.
DATO
Y ¿si el galán viene aquí?
FRANCO
Mientras yo hablo él callará,
y la dama pensará
que están cantando por mí. 785
DATO
Y ¿si el que festeja intenta
que callen, y ya avisarlos?
FRANCO
Pues ¿habrá más que mandarlos
que la canten por mi cuenta?
DATO
Pues a mí no hay quien me asombre, 790
porque hasta la razón;
ya ellos se acercan, diez son.
FRANCO
Me cabrá a dedo por hombre.
MÚSICOS

 (Dentro.) 

Niña, la feria te acuerde
que ya está el franco con llave, 795
porque cualquier hombre sabe
que el franco agora se pierde.
DATO
¿Franco? ¿Del Franco hacen asco?
¡Plegue a Dios que en paz lo vean!
FRANCO
Vive Dios, que si franquean, 800
les he de romper los casos.
DATO
Dios me saque desta lid;
que son muchos caballeros.


Escena XI

 

AURELIO, MÚSICOS; luego, LESBIA, a una ventana. Dichos.

 
 

(Los MÚSICOS atraviesan el teatro cantando, y vanse.)

 
AURELIO
Cantad, y sin deteneros
toda la calle seguid. 805

 (Se retira a un lado de la escena.) 

MÚSICOS
Niña, la feria te acuerde, etc.
 

(Abren una ventana, y sale a ella LESBIA.)

 
LESBIA
La música es la que pasa,
y ha venido a linda hora;
avisaré a mi señora,
pues no está su hermano en casa. 810

 (Quítase de la ventana.) 

DATO
No estamos aquí muy malos
que han abierto aquel balcón.
FRANCO
Pues yo por esa atención
no los he molido a palos.
DATO
Pues si lo has llegado a oír, 815
siendo la feria su blanco,
a ti no te toca el franco.
FRANCO
Pues ¿qué habían de decir?
DATO
Luego, si no hay culpa en nada,
¿para qué te has de enojar? 820
FRANCO
¿Qué más culpa que enfadar?
Más que moro es el que enfada.
DATO
Pues Señor, si te enojaron,
embístelos cara a cara.
FRANCO
Pues por eso los matara, 825
que no porque me nombraron;
que cuando yo al mal me igualo,
¿qué han de decir de mí ajeno?
MÚSICOS

 (Dentro.) 

Que ha de ser el franco bueno,
aunque es agora tan malo. 830
FRANCO
¿Bueno yo?
DATO
¿Hay tales porfías?
La feria diz que será
buena, porque este año habrá
en la plaza alcamonías.
FRANCO
Pues eso ¿en qué se encadena 835
con lo que ellos van cantando?
DATO
La plaza está rebosando
de ellas; que una feria buena
no consta de otras bambollas
más que palos arrimados, 840
muchos coches estancados,
y pimientos y cebollas.
FRANCO
Dejemos esas locuras,
y a lo que importa atendamos.
Aqueste balcón abrieron 845
cuando pasaron cantando;
aquí han de vivir mujeres,
yo me he de poner al paso,
y cualquiera que allá entrare
he de seguir, por si hallo 850
algún rastro o las conozco.
DATO
¿Eso intentas?
FRANCO
Pues ¿es malo?
DATO
No, pero temo si encuentras,
aquese rastro buscando,
con alguno mal sufrido 855
que puede darte con algo,
no entendiendo que tú entras
a hallar, sino a hacer el rastro
FRANCO
Esto ha de ser, ponte aquí.
DATO
Esto es un ponte con amo. 860
AURELIO

 (Sale.) 

Esperando a que se vaya
este hombre, en la esquina he estado,
él no se va, y es forzoso
que yo se lo diga. ¿Ah, hidalgo?
DATO
A ti es.
FRANCO
Como no lo soy,
865
por no desmentirlo, callo.
AURELIO
Oye; ¿ah caballero?
FRANCO
Miente.
AURELIO
Remitido está el agravio;
que yo confieso que miento.
Pues debéis de ser villano. 870
FRANCO
También miente.
AURELIO
Pues ¿qué sois?
FRANCO
Ni tan alto ni tan bajo.
DATO
¿No hay medio entre magro y gordo?
Será ijada.
AURELIO
Al caso vamos:
yo he menester esta calle. 875
FRANCO
Pues cargad con sus guijarros.
AURELIO
¡Buen humor, por vida mía!
DATO
Se purga todos los años.
AURELIO
Lo que yo he menester es,
que os vais della, que es más claro. 880
FRANCO
No puedo hacerlo.
AURELIO
¿Por qué?
FRANCO
Porque yo no me descarto.
DATO
Está a flux, ¿y se ha de ir della
cuando está brujuleando?
AURELIO
Vos os habéis de ir, o yo 885
sacaros de ella.
FRANCO
¿Arrastrando?
AURELIO
No será sino a estocadas
con esta espada.
FRANCO
Veamos.
AURELIO
Eso aquí abajo.
FRANCO
¿Habrá luz?
AURELIO
Bastante para enseñaros 890
a ver quien soy.
FRANCO
Me conformo.
AURELIO
Seguidme.
FRANCO
Si andáis de espacio.
 

(Vase con AURELIO.)

 


Escena XII

 

DATO; luego, FRANCO.

 
DATO
¡Señores, pierdo el juicio!
Este hombre ¿va convidado?
¿Van a reñir o a beber? 895
Pero ¿qué escucho? Empezaron;
¡Cómo suenan las espadas!
¡Virgen y qué chincharrazos!
AURELIO

 (Dentro.) 

¡Muerto soy! ¡Jesús!
DATO
Laus Deo. 900
VOCES

 (Dentro.) 

Seguidle, cortadle el paso;
que le ha muerto.
DATO
La justicia.
VOCES

 (Dentro.) 

Favor, favor al Senado.
FRANCO

 (Sale.) 

Liólas con mil demonios.
DATO
Señor, ¿qué hay?
FRANCO
En paz quedamos.
905
DATO
Huyamos de la justicia,
que ya viene por el barrio.
FRANCO
Eso es decir que nos sigan;
antes, la espada envainando,
en este umbral nos paremos, 910
como que estamos acaso.
 

(Páranse a la puerta de la casa de LUCRECIA.)

 


Escena XIII

 

LUCRECIA y LESBIA, a la ventana. Dichos.

 
LUCRECIA
Lesbia, si oíste la seria,
mira si ya está esperando.
LESBIA
Fijo está como un reloj.
LUCRECIA
Pues si está ahí, ¿qué esperamos? 915
Desde aquí le doy las joyas,
porque no hagan embarazo;
la hora es la más segura;
Lesbia, no hay que dilatarlo.
¿Ce?
DATO
¿Quién es?
LUCRECIA

 (Echa un envoltorio.) 

Allá va eso.
920
DATO
Venga.
LUCRECIA
Esperad; que ya bajo.
 

(Se retiran de la ventana.)

 


Escena XIV

 

FRANCO, DATO.

 
FRANCO
¿Qué es eso?
DATO
¡Cuerpo de Cristo,
el bien de Dios, San Hilario!
FRANCO
¿Qué hablas?
DATO
Un millón de joyas
es, por el paso en que estamos. 925
FRANCO
¿Joyas?
DATO
Joyas, por las joyas
de la Magdalena; vamos,
señor, que es nuestro remedio
en riesgo tan declarado.
FRANCO
¿Quién las echó?
DATO
Una mujer.
930
FRANCO
Pues esperémosla.
DATO
¡Un diablo!
Que hay cadena aquí más gorda
que rosario de ermitaño.
FRANCO
Espera.
DATO
No, vive Cristo.
FRANCO
Espera, o te haré pedazos. 935
DATO
Señores, ¿qué dice este hombre?
Por San Juan que está borracho.


Escena XV

 

LUCRECIA y LESBIA, en la calle. Dichos.

 
LUCRECIA
Lesbia, bien se ha conseguido.
FRANCO

 (Aparte a DATO.) 

Cúbrete el rostro.
LESBIA
Escapamos.
LUCRECIA
Aurelio, no hay que esperar, 940
que puede venir mi hermano;
guía donde aseguremos
el peligro, presto.
FRANCO

 (Aparte a DATO.) 

¿Dato?
DATO
¿Qué dices?
FRANCO
Que esta es la dama
que buscábamos.
DATO
¡San Pablo!
945
LUCRECIA
¿Qué esperas? no te detengas
FRANCO
Ven tras mí.
LUCRECIA
Sigo tus pasos.
Ven, Lesbia.
LESBIA
Iré como un corzo.
DATO

 (Aparte.) 

¿Lesbia dijo? ¡Cielo santo!
Lesbia es la que a mí me cabe; 950
invoco al monte Parnaso,
porque Lesbia en culto, es nombre
de sonetos entre canos.



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