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Hauf (1989) ha sintetizado perfectamente la dialéctica ejemplaridad-humanidad con la que se juega en la obra.

 

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Nacido en Nantes, ciudad donde han dado a una céntrica plaza su nombre y lo han proclamado hijo suyo: «Place Tirant lo Blanc, chevalier Nantais, Héros Légendaire de la Littérature Catalane (XVè siècle)».

 

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El procedimiento ha sido definido por Mario Vargas Llosa (1969: 82-83) como de «caja china».

 

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Para un resumen de la vida de Pero Maça, véase Riquer (1992: 37-45). El problema del género de Tirante el Blanco no se resuelve ni agota, claro está, aludiendo a la biografía caballeresca. Es este último un modelo que he tratado de analizar (Beltrán 1993), pero que ha de ser visto, sin ninguna exclusividad, junto con algunos otros igualmente importantes: la crónica (Hauf 1989; Badia [1993: 35-44), el libro de viajes (López Estrada 1993), etc.

 

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Para la obligada relación entre Curial i Güelfa y Tirant lo Blanc, véanse Riquer (1965[a]: 632-721), Espadaler (1984: 149-207) y Badia (1993[a]: 35-43).

 

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El modelo literario de la crónica histórica, tal y como lo propone Badia (1993[a]: 35-43), que en el caso de autores como Muntaner ya llevaba en su cañamazo narrativo el protagonismo heroico biográfico (Badia, 1993[b]: 19-38: y para Roger de Flor, Riquer [1990: 168-69]), integraría la biografía caballeresca, que nace adscrita a aquélla, para después cobrar rumbo propio hasta independizarse totalmente. Véanse también, para los mecanismos de ficcionalización de la crónica, Espadaler (1984: 163-74), Winter (1989-1990-1991) y Wild (1990).

 

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Así lo señala Espadaler (1984: 163-82), cuando asocia novelas caballerescas y biografías históricas por su común sustrato cronístico. Véase también Riquer (1990: 58-71).

 

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Las dos partes de su nombre son ortodoxamente explicadas, pero de una manera tan simple que parece hacer mofa de la impostación de tantas falsas etimologías populares y hagiográficas.

 

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De hecho, es decisivo este elemento didáctico en el diseño de los tres modelos que Gaucher (1994: 295-318), en su estudio sobre La biografía medieval francesa ha propuesto para el esquema de la narración biográfica: el lineal , el antropológico y el circular o iniciático. Para el análisis de los recursos narrativos en la obra, como el entrelazamiento, ver Vargas Llosa (1969), Limorti (1994) y, fundamentalmente, Perujo (1995: 191-218), que analiza recapitulaciones, anticipaciones, paralelismos, contraposiciones y el entrelazamiento.

 

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Como dice Badia (1993: 37), en la novela caballeresca el elemento maravilloso está domesticado, o bien por el espíritu festivo de la corte, en Tirante, o bien por el racionalismo alegórico, en Curial. Un espacio ambiguo paradigmático de esa doma —a veces rebelde— será el de las fiestas en las que, ya en Constantinopla, aparecen Arturo y Morgana (véase Lida 1959, Brummer 1962, Roubaud 1975, Riquer 1979, Sales y Noyes 1992, Perujo 1995, Butinyà 1990 para las fuentes, y, para una interpretación simbólica globalizadora, Hauf 1990).

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